Mi novia la tetona en la playa
Su delgadez hacía que sus tetas parecieran aún mayores.
Lo que os cuento es absoluta verdad. Sé que todo el mundo dice lo mismo, pero lo que aquí os cuento es la verdad, y me creeréis porque el relato no consiste en grandísimas folladas sino en hechos concisos y muy verosímiles. Es muy posible que lo que cuento, muchos lo hayáis deseado alguna vez pero no os hayáis atrevido. Esto pasó tal y como lo cuento.
Empiezo por deciros que mi novia es muy especial. Normalmente hace lo que yo le digo sin pensarlo dos veces. Llama la atención que siendo una mujer preparada académicamente, sea tan sumisa ante mis necesidades. Es lo que la hace muy especial. Como digo, tiene 26 años y ha terminado la carrera de derecho. Sacó una oposición y trabaja en un parque de bomberos como asesora.
Su cuerpo es ciertamente llamativo. Es más bien normal de estatura, y muy delgada. Tiene un culito bien formado pero más bien pequeño. Unas piernas muy delgadas pero bien moldeadas. Es guapa de cara, aunque no despampanante tipo modelo, morena y con ojos marrones muy grandes. Como podéis comprobar es una mujer bonita pero no especialmente espectacular.
Lo que la hace especial son sus enormes pechos. Son espectaculares. Por otro lado, al ser tan delgada, da la sensación de que son aún mucho más grandes. Lo cierto es que para ella han ido más un problema que un beneficio. Le generan dolores de espalda, y sin contar con el complejo que le han producido cuando era más joven. De hecho le empezaron a crecer con 12 años y con 14 ya las tenía como actualmente, tremendas. Me contaba su vergüenza en las duchas cuando tenía 13 años; todas planitas y ella con unos melones gigantes. No tenía pelitos en el coño y ya usaba una talla 110.
La cuestión es que yo le he quitado toda su vergüenza. Somos novios desde hace una año y ya no tiene complejo. Incluso le he convencido para que no se las opere.
La historia comienza en una playa de cadiz. A mi me encantan las mujeres haciendo topless y con tanga. Pues bien, por fin cumplí mi sueño y en vez de un bañador que lo tapa todo, le convencí para que se pusiera una tanguita y se pusiera en topless. Ayudó que no había casi nadie en la playa. Increíble. Verla salir del agua con ese diminuto tanga y el bamboleo de sus tetones goteando agua me ponía como un burro. La polla me iba a estallar. A ella le hacía gracia y se ponía a correr para que el bamboleo fuera mayor. Ufff¡¡
En ese momento llegaron a la playa una madre y su hija. Parecía alemanas. La madre tendría unos 42 años. Era más bien fea, con buen cuerpo pero las tetas grandes y caídas. La hija, en cambio, era muy guapa; tendría unos 14 años y ya estaba muy bien formada. Tenía un buen culo y unas tetas pequeñas con unos pezones pequeños y en punta. Se desnudaron y se pusieron a escasos dos metros. No sé si serían lesbianas pero no quitaban el ojo a mi novia. No era para menos, esos melones en una mujer tan delgadita no pasaban desapercibidos.
Yo estaba a tope. A ello hay que unir que el coñito de la madre era una masa espesa de pelo pero el de la hija adolescente estaba rasuradito quedándole una fina línea de pelito que no ocultaba sus labios. Diooss¡¡¡.
Cuando se instalaron empezaron a tomar el sol sentadas sobre la toalla. En ese momento llagaba mi novia de darse un baño. Esplendorosa. Con el pelo perfectamente peinado hacia atrás, completamente mojada, la tanguita bien metida por el culo, su piercing en el ombligo y esos espectaculares tetones para arriba y para abajo. Se saludaron. La jovencita no le quitaba el ojo a los pechos de mi novia, lo que hacía que me pusiera aún más cachondo.
Se acercó mi novia y me dio un beso. Ella estaba de pie y yo sentado lo que hizo que sintiera sus tetas muy cerca. Mi novia se sentó a mi lado. Yo ya no podía más. Le comenté que la hija estaba bastante buena. Mi novia la miró de arriba abajo y me respondió que no estaba mal. La madre y la niña están sentadas mirándonos y, de vez en cuando, la niña nos soltaba alguna sonrisa. Le comenté a mi novia que estaba muy cachondo y completamente empalmado.
Fue entonces cuando mi novia me empezó a chupar la oreja. Ahí empezó todo. Sentía su lengua en mi oreja, su respiración, sus tetas gigantes aplastándome el cuerpo. La madre y la niña miraban sorprendidas pero no decían nada. Yo estaba a tope, pero por lo visto mi novia aún más. Me comentó que le dejara hacer. Yo encantado. Se puso en cuclillas encima mío dándome la espalda y de frente a la madre y la hija. Mirándoles. Me sacó la polla, se apartó el tanguita y se la metió de un golpe. Yo tumbado boca arriba, ella en cuclillas encima mío, gimiendo y dándome la espalda. Se movía de forma rítmica, sus tetas para arriba y para abajo uff¡¡.
Me dice que le apriete las tetas. Evidentemente. no me caben en las manos. Se las estrujo, se las acaricio. Ella me cabalga como si estuviera poseída, mirando fijamente a la adolescente.
Recuerdo que se corrió pronto, gritó mucho y se cayó sobre mí. Fue cuando observe a la joven tocándose el coñito. La madre se había ido. Yo no me había corrido todavía. Le dije que no me dejara así. Fue entonces cuando se inorporó y se metió mi polla entre sus tetas. Mi polla no es pequeña pero sus pechos la tapaban íntegramente. Que bien lo hacía¡¡ arriba, abajo..
Me corrí entre sus tetas un rato después. Fue entonces cuando me di cuenta que la joven le estaba comiendo el coño a mi novia. Me aparté y les vi. Mi novia no es lesbiana, pero parecía que disfrutaba....