Mi novia la modelo
El dueño de una empresa de ropa femenina hace su sueño realidad de hacer posar a su novia como modelo de una línea de ropa íntima ante varios inversionistas y patrocinantes de la marca, quienes no dudan en complacer todos juntos a las insinuaciones públicas de la chica al desfilar las prendas de vestir frente a su novio.
Categoría: ORGíAS (Todos contra una)
Título: Mi novia la modelo
Descripción: el dueño de una marca de ropa femenina hace su sueño realidad de hacer posar a su novia como modelo de una línea de ropa íntima femenina de la empresa, ante varios inversionistas y patrocinantes de la firma, quienes no dudan en complacer todos juntos a las insinuaciones públicas de la chica al desfilar las prendas de vestir frente a su novio.
Hola a todos. Soy un joven empresario de una mediana fábrica de ropa íntima femenina. A decir verdad, mi empresa produce trajes de baño, ropa para dormir y ropa interior femenina, y está en un buen momento de crecimiento. Mi novia me ha ayudado mucho con el negocio, aunque no trabaja dentro de la empresa; sin embargo, sus comentarios y buenos consejos me han ayudado a ganar un buen dinero adicional. Ella es muy creativa y sabe muy bien lo que buscan los hombres en las prendas íntimas femeninas, y con esta habilidad me ha sabido orientar para dar buenos triunfos en líneas de ropa íntima súper sexy.
Su nombre es Lucía y tiene 23 años. De su cuerpo puedo decir que es de estatura promedio, unas piernas y pies perfectamente formados, bellos y exquisitos; unas nalgas riquísimas y gorditas hacia atrás (me entienden?), una cadera que provoca agarrar y nunca soltar cuando se le coge en cuatro..., sus senos no son grandes pero están coronados con un pezón marrón claro que parece un auténtico biberón y del que nadie dudaría en succionar hasta sacar leche materna. De ella también me gustan demasiado sus manos y sus axilas, las cuales son, por naturaleza, de una Diosa cuando están perfectamente afeitadas, y parecen de una hembra salvaje y lujuriosa cuando apenas se les observa el crecimiento de un vello negrito y grueso. Para completar su descripción, ella es blanca tirando a morena clara (un color de piel muy sexy, sobre todo cuando toma un poco de sol), de cabello largo negro y ojos también negros.
Le he platicado sobre cómo me inquieta que la vean otros hombres; le digo que me gusta pero que me pone nervioso porque no sé si pueda seguir con el control, y además temo que a ella le guste mucho el asunto y empiece a perder su cariño y dedicación hacia mi. Ella me dice que no le gusta la idea de que alguien diferente a mi la pueda tocar o besar o hasta tener sexo con ella, pero cuando estamos excitados o hablando de cosas calientes a ella le gusta seguirme la corriente y complacerme con que a ella también le gustaría poder enseñarle sus nalgas a un desconocido o simplemente a otro u otros hombres que no sea yo. Siempre le he dicho que lo que sí no me gustaría es no poder participar, ni siquiera viendo; y que si algún día llegara a suceder, nunca lo vaya a hacer escondida de mi, sino que por el contrario me permita construir también el escenario, y eventualmente participar. Bueno, hasta ahora los resultados es que ella me recrea las imágenes y me permite participar activamente en orgías donde ella es la única chica y varios hombres gozamos de ella de la forma como nos venga en gana. Esas fantasías a mi me excitan mucho y más la forma como ella las cuenta: como si de verdad lo desease y pone cara de puta y utiliza el lenguaje que corresponde; de hecho a veces me dice que si yo quisiera que ella fuese mi puta, y que se comportara como una autentica puta, etc. etc. En realidad es muy excitante.
Yo con todas estas ideas en la cabeza tuve un asunto importante que atender en la empresa. Se trataba de varios patrocinantes que querían invertir en el negocio de la ropa y empecé a trabajar sobre la elaboración de un show-casting donde mostrara la línea de ropa íntima que estábamos produciendo, y que iba a ser el objeto del patrocinio.
Eran doce inversionistas que venían de diferentes lugares del país, y representaban una oportunidad importante para el crecimiento de la empresa. El asunto ocupó bastante mi mente, y poco le dedicaba a mis demás asuntos personales, incluyendo a Lucía; sin embargo ella me comprendía y se internó conmigo en el trabajo que teníamos por delante.
Por los vientos que corren en estos días, lo más atractivo para la temporada era la ropa muy chica, tanto en trajes de baño como en ropa interior, y decidimos mostrarles la línea de ropa en dos partes: la de trajes de baño y la de ropa interior. Debíamos preparar 15 prendas de cada tipo, conseguir a un mínimo de dos modelos para cada tipo de ropa, conseguir los fotógrafos, hacer los escenarios, etc., etc. Decidí, sin embargo, contratar a dos gerentes que se ocuparan de todo aquellos, pues el resto del trabajo de la empresa también me tenía al borde de la locura; pero mi novia se ofreció a atender ella alguna de las dos líneas, y por lo tanto me ahorraría el pago a un gerente profesional, sobre todo porque cobran muy alto en este tipo de trabajo. Claro que a mi novia también le pagaría un buen dinero. Ella decidió encargarse de todo lo relacionado con la línea de ropa íntima femenina, y le di amplios poderes para utilizar todos los recursos que requiriera.
Desafortunadamente, un serio problema con una transacción bancaria de mi empresa se presentó en un banco en el extranjero, y se hacía necesaria mi presencia. Tuve pues que viajar hasta Puerto Rico durante tres días, y regresaría a mi país un par de horas antes del mismísimo show!!!. Bueno, pero confié en mi novia (que ya había adquirido buena experiencia en el negocio) y en el gerente de la línea de Trajes de Baños (se llama Dario Veracruz), un dominicano bastante alegre y muy disciplinado en su profesión.
Una vez que hice mi viaje y ya estuve de regreso, conversé instantes antes del show con Dario y mi novia para ver todos los detalles, y a decir verdad fueron bastante atrevidos con la elección de los modelos de prendas: hilos, tangas, triangulitos súper chiquitos, tiritas, transparencias, etc., etc.. Aquello me asustó un poco, pero Darío es muy conocedor de las actualidades de la industria, sobre todo porque tiene muy buenas relaciones con modistas de su isla caribeña natal (República Dominicana), y estoy seguro que supo asesorar muy bien a mi novia. Bueno aprobé todo aquello y decidí chequear los escenarios de las pasarelas. Acá también se pasaron de innovadores. En el escenario de trajes de baño estaban ensayando las dos modelos que iban a exhibir las prendas, una cada vez mientras la otra se cambiaba de prenda, y cada una debía recorrer unas largas pasarelas (para dar tiempo a la otra) que se adentraban entre las sillas de los inversionistas, y que al final de cada pasarela tenían que trepar por un árbol (artificial) para salir del escenario, e inmediatamente entraba a la pasarela la otra modelo por la puerta principal. Detecté de inmediato que el hecho de trepar aquel árbol era para atraer la curiosidad voyeurista escondida (y que todos tenemos) de aquellos inversionistas, al momento en que la modelo tuviera que estirar sus piernas para montar cada rama del árbol. Dario y mi novia se rieron pícaramente como respuesta a mi aprobación con respecto a aquello, ya otra cosa no se podía hacer...
Rápidamente salimos hacia el otro escenario, el cual ya estaba totalmente despejado y solamente esperando por los visitantes. Se trataba de un ambiente muy sexy y extrañamente bastante iluminado. La escenografía constaba de todos esos artilugios sexuales que se encuentran en los hoteles, y a los cuales seguramente la totalidad de los inversionistas tuvo que haber asistido con alguna amante. Estaba lo que llaman el potro, la hamaca, la fuente, el castigadero, etc. etc. Todos eran objetos y muebles usados para darle mayor calidez y sensualidad a las citas de sexo en los hoteles... Otro atrevimiento de mi novia, y que al parecer fue bien visto por Dario. También habían dos televisores pantalla gigante que, eventualmente, mostrarían videos porno y contribuirían aún más con el ambiente del show. En este escenario las modelos se cambiarían sus prendas detrás de una cortinita que, debido a la luz que se proyectaba desde atrás, permitía ver una silueta perfecta de los cuerpos de las modelos. Éstas vestirían hilos, tangas, transparentes, semi-transparentes, franelitas de dormir hasta poco más abajo de los senos, etc., etc. La pasarela llegaba a varios sitios donde se encontraba algún artilugio sexual de los que les mencioné, y a su alrededor más juegos de sillas por si acaso el espectador decidía cambiarse a la silla para ver más de cerca.
Temí un poco por que el show se convirtiera más en una especie de night-show, en vez de una actividad profesional; sin embargo ya no había tiempo para temores ni arrepentimientos, y peor resultaría una cancelación del evento.
Llegó la hora esperada y por fin conocería a los inversionistas, aunque prefería dejar el asunto de las relaciones públicas a Darío, pues seguía mi temor de que me señalaran como un grosero o qué se yo con respecto a lo que iban a apreciar estos señores, en caso de que algo saliera mal; así que siempre estuve de incógnito y como otro inversionista más. Falté en no haberle dicho a mi novia que estuviera como mi acompañante para que pareciera más real mi condición de inversionista, pero ya era demasiado tarde, además mi novia estaba como loca dando vueltas en los preparativos y no estaba vestida para el momento, y en lo inmediato nos pasaron al primer escenario donde los doce representantes de los inversionistas y yo tomamos asiento (extrañamente no venían con acompañantes).
Dario presentaba las prendas y las modelos y salió la primera, llamada Claudia, llevaba puesto un traje de baño de dos piezas, tipo hilo, cuyos triangulitos de los senos apenas le tapaban los pezones. Claudia era morena y un cuerpo espectacular. Cualquiera diría que sus senos son operados pero no, más reales imposible; por ello lo más llamativo era la parte de arriba, ya que animaba a quitarla lentamente y que fuera apareciendo su aureola y su pezón, quien ya divisaba un buen tamaño. Claudia hizo el recorrido acordado por las pasarelas y lanzaba sonrisas a los espectadores, quienes de seguro quedaron más maravillados por la hembra que tenían en frente que por la prenda que llevaba puesta. A decir verdad, yo estaba esperando el momento en que empezara a trepar el árbol... Waoo! Llegó el momento y sus masas se movían rítmicamente: sus nalgas, sus senos, sus piernas.... era perfecta aquella mujer. Los asistentes aplaudieron ante la creatividad de la dinámica de la pasarela y eso me dio un gran alivio.
Salió la siguiente modelo, llamada Carol, vistiendo una diminuta tanga ideal para llevar en un yate de amplia envergadura. El diseño era marinero, y además Carol llevaba un sombrero de capitán de navío. Carol era blanca y sus piernas eran lo más llamativo. Ella también les sonreía a los asistentes y entablaba una muy adecuada relación visual con todos, lo cual me ayudaba a ganar el aprecio de aquellos inversionistas por los productos de mi empresa. Aquello estaba dando resultado.
Poco a poco se fueron agotando las piezas a desfilar y entre los asistentes murmurábamos sobre la calidad y éxito que podrían dar las prendas, y no eran pocos los comentarios sobre lo buenas que estaban las modelos. Alguno que otro murmuraba algún comentario pasadito de tono: "Si pudiera le comprara toda la empresa a la morena, y me la cogería con todos los trajes de baño que hayan aquí..." Entre varios nos reíamos de los comentarios y consentíamos los mismos. Yo, que ya estaba bien excitado, comenté en el grupo que las tomaría a cada una y les caería a nalgadas, y que les ofrecería esas nalgas a cada uno de mis compañeros para que hicieran lo mismo. "Hay nalga de sobra amigo... Podríamos caerles todos juntos y acabaríamos mañana en desgastarle esas bolas de masa...", dijo alguno riendo un poco, después que yo hiciera mi comentario.
Dario me veía y le daba muestras de lo bien que estaba saliendo todo. Él también se enteraba medianamente de las que decíamos los hombres y no faltó en coronar de gloria la última salida de la modelo Claudia.
"Sres. Claudia lleva ahora el más atrevido y codiciado de todos los trajes de baño de la noche. Es un hilo dental elaborado totalmente de látex transparente, lo que le permite adaptarse perfectamente a la silueta de todas las curvas del hermoso cuerpo moreno de Claudia. Por detrás... en realidad nada diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, sólo que pareciera que no lleva puesta nada y se le aprecian perfectamente los glúteos macizos que se mueven al compás de su caminar, y por delante, la más espectacular vista de la divinidad femenina: un vello púbico perfectamente cuidado y abundante, y unos senos que esta vez si pueden ser apreciados a plenitud, pues el látex transparente de los triángulos que cubren los pezones, permiten ver un maravilloso par de coronas marrones que invitan a la mirada de todo aquel que esté en la playa, piscina o jacuzzi, según la preferencia de los caballeros..."
Aquello fue el climax. Los hombres estaban rojos de la excitación. Estoy seguro que más de uno se hubiera querido lanzar a cogerse a Claudia en el acto, o por lo menos haberse sacado la verga y haberse hecho una buena paja. Yo por mi parte, estuve pensando en que mi guevo (verga) se bajara un poco antes de tener que pasar a la siguiente sala. Los comentarios, después de la presentación de Claudia, abundaban en deseos de querer follar en el acto.
"Claudia gentilmente ofrecerá a los caballeros una buena visión de los diminutos espacios de tela que posee el traje de baño, para que puedan corroborar la transparencia del material en la totalidad de la prenda...". Dario dijo esto y enseguida Claudia se colocó de rodillas sobre la pasarela, frente a las sillas, y con sus manos abrió completamente sus nalgas bronceadas. Pudimos apreciar con detalles su ano, sus labios vaginales un poco húmedos y buena parte de su vello púbico. Después de un minuto, Claudia se levantó y se dirigió al árbol, en donde permitió dar un último vistazo a sus partes íntimas.
Pero la presentación aún no terminaba, y con seguridad que después de la misma, más de uno iría a buscarse alguna puta en un prostíbulo de la localidad. Dario nos invita a pasar a la siguiente sala y a tomar asiento. La escenografía impactó bastante, y con la calentura en el ambiente los tipos habrán dicho que iban a venir unas putas o algo así.
Dario comienza la presentación:
"Nuestra hermosa modelo llamada Lucía viste un diminuto tanga en piel de leopardo....". Yo me quedé petrificado cuando veo salir a Lucía como modelo, llevando tan solo aquella diminuta ropa interior. Se le veía espectacular. La sensación de saber que otros la estaban viendo en ropa interior hizo que me excitara muchísimo, y ella tuvo que haberse dado cuenta de mi expresión en la cara.
Después del shock pude pensar en que afortunadamente en este escenario no había árbol que trepar, pero tal vez resultó peor el hecho de que hubiera sólo una diminuta cortinita en donde casi no cabrían las dos modelos. Pero al regresarse, me percato que era la única modelo!!!. Su silueta se reflejaba perfectamente en la cortina, y todos estábamos atónitos viendo cómo Lucía se desvestía lentamente.
Siempre le he dicho a Lucía que me gusta que lleve el coño con abundante vello. Ella lo tiene muy muy abundante, y éste es negro, grueso y largo (no totalmente enrollado). Me gustan sobre todo los vellos que le rodean su ano, formando un paisaje hermoso y muy lujurioso.
Pues esta vez Lucía llevaba su coño igual de peludo, y su monte de venus se reflejaba perfectamente en la cortina. Los hombres estaban entusiasmadísimos con aquel espectáculo, y ya unos dos se agarraban por encima del pantalón sus pollas. Yo por mi parte estaba sin habla.
Dario tomó otra vez el micrófono y comentó: "Como sabrán caballeros, las prendas íntimas son fundamentales para esos momentos de disfrute con la pareja, y en las sesiones de buen sexo juegan un papel importantísimo. Lucía desfilará ahora (sale Lucía) un hermoso conjunto de tiritas colgantes, al mejor estilo árabe, que permiten adivinar lo que hay detrás de ellas...". Lucía caminaba por la pasarela y giraba para mostrar su trasero cubierto por estas diminutas tiritas y Dario pregunta: "¿Desean los caballeros descubrir que hay detrás?". Varios gritaron que sí, al mejor estilo de cabaret o night club, y Dario me señala a mi y me dice. "A ver, a ver, el caballero de allá atrás, se ha ganado Ud. el derecho de levantar la prenda y mostrarle a sus compañeros el espectacular cuerpo de esta dama".
Mierda!, yo mismo iba a enseñarle las nalgas de mi novia a una cuerda de tipos (12!). Casi sin oportunidad de negarme me levanté y me acerqué un poco, le aparté las tiritas y enseguida varios hombres empezaron a silbar.
"QUEREMOS VER CUÁN FINA ES LA TELA POR DEBAJO!!", gritó uno de los estúpidos que estaba disfrutando del panorama que daba el cuerpo de Lucía; y en lo inmediato Dario dice: "Pues pidámosle al caballero que aparte un poco los glúteos para apreciar la totalidad de esta hermosa prenda de vestir". El coño de su madre!!!, dije, pero no me quedó otra, le tomé las nalgas a Lucía y se las aparté para que los demás pudieran ver no el traje de baño (cabrones), si no el hueco del culo de mi novia.
Mientras esto sucedía, ya una película porno se había echado a andar. Se trataba de una orgía de varios tipos contra una pequeña chica. No eran más de seis tipos, pero todos tenían unos guevos descomunales y la chiquilla los disfrutaba a cada uno como una propia puta hambrienta.
Aquello me asustó un poco y creo que me puse un poco a la defensiva con Lucía, pues dudaba mucho de la idea de que aquello pudiera ocurrir. Lucía fue a cambiarse de prensa de vestir y salió con una especie de faldita y un top muy pequeño. La sorpresa fue que debajo de la falda no llevaba nada, y de eso estaban muy pendientes los tipos, pues sólo buscaban a ver qué pescaban por debajo de la falda. Lucía llevaba puesto unos tacones que una vez le regalé yo, y que siempre me han gustado porque la hacen ver muy sexy, y si uno quiere, puede combinarles de tal manera que la haga ver como una auténtica puta. A veces he fantaseado con esta imagen. Lucía fue directo a uno de los artilugios (el potro) y lo montó lentamente. Aunque este aparato se usa con la pareja, Lucía no dudó en simular que alguien estaba con ella y empezó a hacer los movimientos de cuando me la estoy cogiendo agarrado de las nalgas. Ella abría la boca y cerraba los ojos. Aquel espectáculo fue apreciado por todos desde más cerca cuando nos trasladamos a las sillas que estaban ubicadas alrededor del potro.
Noté como uno de los tipos la tomó de un pie y se lo acariciaba. A aquello no le di mayor importancia; pero luego otro quiso tocarle las nalgas y a ese sí lo detuve. Inmediatamente el tipo reaccionó y Dario tuvo que calmarnos diciendo: "Ah!, eso si no está permitido. Digo, frenarnos entre nosotros mismos. Por lo tanto, a Ud. señor (se refería a mi) no está invitado a participar en las siguientes secciones del show sino de último, y de las cuales la cinta porno les está adelantando algo". El video mostraba en ese momento como la chica le mamaba la verga a todos los presentes en un círculo que hicieron alrededor de ella. Lucía me miró en ese momento y sonrió un poco, con lo cual me decía que me iba a gustar lo que iba a ver. Los tipos se miraron entre sí con cara de asombro y emocionados, esperando aquel gran momento. Lucía fue otra vez a la cortinita, se cambiaba moviendo sensualmente todo su cuerpo. Se agarrabas las tetas y las nalgas y ponía poses muy morbosas. Cuando salió, llevaba puesto un diminuto hilo de color negro, y el sostén casi alcanzaba a tapar la mitad de sus senos. Por detrás, el hilito se perdía en medio de unas nalgas bronceaditas espectaculares, las cuales tuve la oportunidad de haber tocado hace unos instantes. Ya estaba pensando como uno de los tipos que estaban a punto de disfrutar de mi novia. Lucía también traía en una de sus manos una cesta con varios papeles, y le permitió a uno de los hombres sacar un papelito. Los trece la rodeábamos. El papelito decía: "Me he portado mal... deben castigarme con nalgadas". Lucía tomó el papel, giró y se puso a cuatro patas con el culo bien parado y ofreciéndolo a los presentes.
"Te gustan las nalgadas eh putita!", dijo uno de los tipos y en lo inmediato le lanzó la primera. Luego todos hacían lo mismo y le decían el mismo tipo de cosas: "Te portaste mal eh! Le has montado los cuernos a tu marido no?", "Tienes un culo fenomenal puta...". Yo estaba muy excitado y fui a unirme a la fiesta; cuando intenté darle la primera nalgada, Dario que ya se había bajado de la tarima, me detuvo y me dijo: "si no recuerda señor, Ud. no podrá disfrutar de la chica sino de último".
No daba crédito a lo que estaba pasando, pero dejé que así continuara. Lucía recibía apretones y nalgadas es sus glúteos y mientras éstos ibas tomaban un color rojizo ardiente Lucía levantaba más y más el culo, poniéndolo a entera disposición de aquellas múltiples y diferentes manos; lo estaba disfrutando plenamente; a ratos ella volteaba para ver como los tipos le daban aquella paliza y cerraba los ojos esperando cada manotazo.
Después que todos gozaron con las nalgas de mi novia, ésta se levantó y fue a ponerse la próxima pieza. Era un short muy cortito del cual se le salían buena parte de las nalgas. Esta vez llevaba un mini-sostén en la parte de arriba que sólo te tapaba los pezones con un pedacito de tela del tamaño de una moneda, y nuevamente traía la cesta con los papeles. Le invitó a uno de los presentes a que tomara uno y este papel decía: "Mis partes descubiertas necesitan humedad. Lámanme". Se tiró al suelo boca arriba y en lo inmediato lenguas y labios empezaron a lamer y besar su cuerpo entero. Dos de ellos tomaron un pie cada uno y lo chupaban con entusiasmo (esos pies provocan lamerlos con entusiasmo de verdad); otros dos lamían la totalidad de sus piernas, sus rodillas, sus muslos; cuatro se dedicaban con fruición a besar casi la totalidad de la superficie de sus senos, y para facilitarles el trabajo, la muy puta se apartó ella misma el mini-sostén y les ofreció aquel par de biberones de carne que eran sus pezones marrones claros. La cara que ponía Lucía me llevaba a unos niveles de morbosidad nunca antes sentidos por mi. Uno de los tipos aprovechaba cada levantada de pierna para poder chupar las nalgas de Lucía, y otros dos se dedicaban a sus brazos, axilas y hermosas manos. El último se dedicó en su cara, y pude ver como la besaba con lujuria y ella respondía igual, sacando su lengua y succionado la del intruso. Yo por mi parte estaba castigado (qué mierda!, y sin poder echar la vaina para atrás porque corría el riesgo de hacer un escándalo poco beneficioso para cerrar el negocio, o también podría quedar sin ni siquiera poder apreciar aquel espectáculo, aquella orgía). Así continuaron un buen rato y se intercambiaban entre sí. Ya por lo menos Lucía debía haber besado a cinco tipos diferentes y sus pies parecían pedir auxilio. Los tipos se arrebataban cada parte del cuerpo de Lucía como queriéndola para si solos, pero mientras uno andaba por aquí, los otros andaban por allá... y es que mi novia provoca comérsela completita.
Dario les indicó a los señores que debían permitir que la modelo se levantara para poder cambiarse, pero estos hicieron caso omiso del llamado y Dario optó entonces por tomar y leer el contenido del próximo papelito mientras Lucía se desparramaba entre las bocas, lenguas y manos de aquellos doce tipos. El papelito decía: "Así como en la cinta porno quiero que me pongan ahora". Leído esto todos viramos a ver la pantalla del TV, y la chica tenía frente a sí una cola de tipos esperando para que se la mamara y otra cola de tipo que le chupaban la cuca y el culo a la chica que estaba en posición de perrito. Visto esto, los tipos levantaron a Lucía, la cual no podía disimular su cara de excitación y deseosa de ser poseída por aquellos hombres. Enseguida, y en posición de perrito, le bajan el short que traía y uno de ellos le abre las nalgas y las piernas, mostrando entonces a plenitud su ano y su coño bien abierto y jugoso. Por lo pelos de su cuca escurrían abundantes jugos que lo sé yo, saben a gloria. Se formaron sendas colas de 6 y 6 tipos en cada faena, y mientras me había distraído viendo como le chupaban la cuca a mi novia, alternando entre cuca y ano, y nalgas y piernas, y de a dos o tres lenguas, me percaté del trabajo que estaba haciendo ella con su boca allá adelante. Los tipos de enfrente ya se venían pajeando desde hace rato y las pollas eran de las más variadas dimensiones: dos eran bastante chicas, pero las otras tenían tamaños normales como la mía, así que no se le haría muy extraño a Lucía poder mamar aquellas vergas con agilidad.
Dario también se había animado y también sacó su instrumento para empezar a pajearse. Vaya!, quien lo hubiera creído, el modista se gastaba un aparato descomunal, largo, grueso y venoso. El era moreno y pues le hacía honor a su raza. Se puso en la cola para esperar por la boquita de Lucía, la cual chorreaba saliva por montones y con la cual les estaba haciendo unas fenomenales pajas bucales a los tipos que tenía enfrente. A decir verdad, ella no tuvo ningún reparo en saborear alquellos guevos de extraños; estoy seguro que la excitación era tal que la llevó a estos niveles de disfrute y sexo desenfrenado, y tengo que admitirlo, me gustaba verla así pues tenía la sensación de saber que cuando yo quisiera la podía poseer; a diferencia de aquellos extraños, quienes la estaban disfrutando sólo en esa ocasión y darían todo cuanto tuvieran para que ella fuera su mujer exclusiva.
"Hmmm, sí, sí, quiero todos sus guevos. Quiero que me llenen de guevo por todas partes. Hmmm... Hmmmm... Síiiii.". Lucía decía estas palabras mientras los tipos de atrás empezaban a meterle de a dos dedos en la cuca. A veces un dedo de cada tipo. Sólo una vez yo había intentado con ella por detrás, y en este momento ya un dedo estaba explorando su retaguardia. Lucía no puso resistencia.
Ya había mamado seis vergas y ahora le tocaba a Dario, cuya actuación fue un acontecimiento, pues las dimensiones de su aparato no pasaban desapercibidas entre el resto del grupo, y mi novia lo tomo con una mano y lo pajeaba y se lo pasaba por la cara, por el cuello y entre risas de picardía se lo llevaba a la boca; no sé si las risas se debían a lo bien que estaba saliendo todo y a la sorpresa que me estaban dando, o si es que acaso se traían algo entre ellos dos desde hace algunos días... eso lo averiguaré después.
"Quiero acabar... quiero acabar", empezaba a gritar Lucía justo en el momento en que le estaba llegando un orgasmo, y en seguida lo que hizo fue meterse la descomunal verga de Dario en la boca hasta donde le llegara, como para no poder gritar. Las convulsiones de Lucía eran de película; sin duda que me hubiera gustado haberla filmado.
En la película porno los tipos ya habían empezado a cogerse a la chica, y como autómatas todos se pelaron sus vergas y se las mostraron a Lucía como diciendo: "Mira lo que viene". Ella, tocaba como podía todas aquellas vergas y la mía también la tomo por su propia iniciativa. Esta vez Dario no dijo nada. Dentro de su asombro de tener catorce pollas a su disposición, de los más variados tamaños y colores (otras dos se parecían a la de Dario, aunque uno de ellos era blanco y el otro si casi morado).
"Las quiero duras, muy duras para que me destrocen...", dijo Lucía.
"Así va a ser mamita. Mi putita linda. Te vamos a dar tan duro como nunca lo habías hecho.", dijo uno de los tipos.
"Sí modelito. Vas a ver lo bueno que es que te cojan varias pollas a la vez", le dije yo... Bueno, ¡ya qué carajo!, no podía salir del asunto y más bien tenía que unirme y hacer mi sueño realidad. Lucía me miró y se rió, pero su sonrisa era lujuriosa.
Así mismo en cuatro patas como estaba, uno de los tipos se colocó por detrás y empezó a bombearle dentro de la cuca de mi novia. Ella echó los ojos hacia atrás ante la intromisión de aquel aparato dentro de sus labios, y se mojó los labios de su boca en señal de que disfrutaba aquella penetración. Mientras tanto, otro tipo no tardó en acercarse con polla en mano e introducírsela en la boca. Lucía, en vez de reaccionar ante esta segunda intromisión, abrió más su boca y metió como pudo aquel otro guevo que ocupaba toda su cavidad bucal, y con sus manos buscaba otras dos pollas a las cuales ir pajeando y poniendo duras.
El tipo al que se la mamaba, el cual estaba parado, dio media vuelta y él mismo se abrió sus nalgas, a fin de que Lucía le mamase el culo. Sin el menor reparo, Lucía se dedicó con fruición a mamar el ano a aquel extraño e intentaba introducir su lengua en el agujero. Yo pude acercarme un poco más y empecé a besar y mamar las nalgas de Lucía, la cuales rebotaban con cada embestida del tipo que se la estaba cogiendo en posición de perrita. Luego de un rato así cambiamos de posición y volteamos a Lucía, de manera que su espalda quedara pegando del suelo. Otro tipo vino y la levantó por las piernas y se la empezó a coger. Otro fue directo a su boca y parecía estarla cogiendo por ahí también , dadas las embestidas que se veía que daba el tipo sobre la cara de Lucía. Cuando salía el tipo que se la cogía, inmediatamente venía otro y le chupaba el clítoris, con lo cual llevaba a Lucía al borde del orgasmo, pero inmediatamente paraba y procedía a meterle el guevo bien profundamente. Los de adelante le ponían sus aparatos por el cuello, las orejas, la boca, los ojos y se lo restregaban con entusiasmo. Ella disfrutaba el roce de la piel de estos guevos contra su delicada carita y se reía junto a ellos. Pasaron otros dos tipos por la cuca de Lucía y al retirarse el último decidimos cambiarla de posición.
Ahora otro tipo se acostaba apuntando para arriba y Lucía, de frente a él, se sentaba en su largo aparato. Así se le podía apreciar ese ano de ensueño que tiene mi novia, y el cual no dudé en chupar sin que me importara que a pocos centímetros había un guevo entrando y saliendo de la cuca de mi novia. Mientras tanto una cola de tipos se daban paso en la boca de Lucía y sus manos, las cuales ella utilizaba habilidosamente para recorrer desde las bolas hasta la punta del guevo de cada uno y les hacía buenos movimientos rítmicos.
Ya llevaríamos en esto aproximadamente 55 minutos desde que comenzó la faena hasta que Dario quiso a mi novia para si; la levantó del tipo sobre el que estaba sentada y la llevó hacia él para que se sentara igual, pero esta vez dándole la espalda a Dario. De esta manera, con Lucía metiendose por su cuca un guevo negro casi de las dimensiones de un envase de papitas "Pringles", y otros más besándole con desespero sus tetas y pezones, y otros acariciándole las nalgas y dándoles nalgadas, mientras que a otros les chupaba alternadamente sus guevos y bolas, me dediqué a una labor que seguro la haría estallar en el mejor orgasmo de su vida: fui directo a su clítoris y lo metí entre mis labios, succionándolo fuertemente con mi boca, y masajeándolo con desespero con mi lengua. La reacción de Lucía no se hizo esperar: apartó su vista de cualquier cosa y la dirigió hacia quien había logrado dar con el sitio cumbre de aquella múltiple cogida y abuso sexual: su clítoris. Me miró y casi con la vista perdida decía:
"Sí, chúpame, chuuupameee. Chupa esta putaaaa. Te gusta verme cogida por varios hombres verdad?. Bueno, aquí está tu putaaa... Con varios guevos a la vez, Ahhh!, No pares, chupa, chupa!. AhHHHH!!!!, AhhHHHHHHHH!! GuevoooooOOOO!! AcaboooOOO!!! Ahhhh!!!!!! Hmmmmmmm! Hmmm! Hm ".
Aquello me dejó sorprendido, y no sólo a mi, sino a varios otros, quienes en medio de la excitación y el climax del momento, no aguantaron más y por lo menos tres empezaron a acabar sobre la cara y el pecho de mi novia, quien estaba sumergida en gritos y retorcijones orgásmicos. Me imagino que al sentir aquellos chorros de semen caliente sobre su cuerpo sintió un remate adicional en la lluvia de sensaciones que tenía, y esto le habrá ayudado a alcanzar un segundo orgasmo seguido.
Luego del intenso orgasmo, los demás tipos decidieron voltearla y, mientras uno se escabullía por debajo y lograba ensartarse en su cuca, otro preparaba el camino por su ano. La excitación era tal que el ano de Lucía no ofreció resistencia a su primer intruso, y por el contrario permitió una entrada bastante fácil y sin dolor. A decir verdad, Lucía no se quejó en ningún momento de la penetración, ni mientras el tipo la bombeaba. Otro la cogía por el frente (este estaba acostado boca arriba en el suelo), y otro más y yo acercamos nuestros guevos hasta la boca de Lucía, la cual los mamaba y pajeaba con pericia. Dos tipos más desesperados no aguantaron más y se vinieron en la espalda de Lucía, y eran verdaderos chorros de esperma blanca, espesa y seguro caliente. Lucía se retorcía y echaba hacia atrás sus ojos al sentir el semen cayendo por su espalda hacia la parte alta de sus nalgas.
Lucía llamaba a Dario porque quería mamarle la verga, pues con ésta había tenido el último orgasmo (seguro el mejor de toda su vida). Yo tomé la posición de quien la culeaba y enseguida empecé a disfrutar de aquel ano dilatado y tremendamente placentero. Me sentía como en las nubes. Darío puso su guevo en la boca de Lucía y a los pocos momentos éste empezó a acabarle dentro de su boca. Lucía abría su boca y dejaba ver como ésta se iba llenando de abundante semen de Dario, hasta que la cerró y tragó toda aquella cantidad, y luego de tragar hizo un sonido de satisfacción y dijo: "Ahhh, me gusta la leche. Quiero toda sus leches en mi estómago, así que pasen uno por uno a llenarme la boca". En lo inmediato vinieron tres tipos con las vergas bien paradas y a punto de estallar. También pasó el otro negro de la camada, y Lucía, al verle el descomunal aparato esperó unos instantes mientras lo detallaba y le preguntó: "ya me cogiste con este guevote?"; "no me han dejado...", respondió el tipo. "Pues siéntate y cójeme negro".
El negro se sentó en el piso y Lucía se le encaramó, y se metió ella misma aquella enorme tranca. Ella le daba la espalda al negro, con lo que nadie podía disfrutar de su agujero trasero; pero transcurridos unos minutos el negro optó por ensartarla en el culo. Yo aproveché la oportunidad para meterle mi guevo en la cuca y que ella pudiera disfrutar de otra doble penetración (además de los guevos que estaba mamando). Por un momento me salí y fue a apreciar el panorama que había allá abajo: el culo de Lucía tomó unas dimensiones nunca antes vistas, y se podía tragar por lo menos unos 20 cm de aquella verga; no dude en dirigirme hacia su cuca totalmente despejada y empecé a darle una mamada desesperada. Me dediqué especialmente a su clítoris mientras con mis dedos hurgaba en su interior. Otro orgasmo de ensueño estaba por presenciar Lucía...
La cuca despejada de Lucía sirvió como descargadero de nuestras bolas llenas de abundante leche, y ella nos recibía con entusiasmo cada vez que venía uno nuevo a llenarle sus entrañas. Acto seguido chupaba las últimas gotas de semen del que recientemente le acababa en su cuca. El negro que le daba por el culo ya había acabado una vez allí adentro, y ella comentó lo caliente que se sentía la leche en sus intestinos. Pero una segunda acabada hizo que este negro sacara su aparato y pajeándose pudo hacer que otros chorros llenaran todo el ombligo, la pancita, y las tetas de mi novia, quien de una manera extremadamente mormosa se restregaba por su cuerpo todo cuanto se encontraba de semen.
Al fin todos habíamos acabado, y algunos hasta dos veces. Lucía fue una hembra para catorce hombres y todos la disfrutamos como quisimos. Al final, y no me extrañó mucho, Darío se encargó de limpiar con su boca y lengua todo el cuerpo (incluyendo agujeros) de Lucía, lleno de sudor, saliva y abundante semen.
No hemos olvidado el episodio, y sé que ella está dispuesta a repetir una aventura igual... o peor.
El comerciante
PD. El lanzamiento de la línea de ropa interior fue un éxito.
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