Mi novia Eva (Cap 8º)

Ella me miró y sumisa se introdujo las manos bajo la falda, se sacó la prenda y me la ofreció. La polla casi me revienta los pantalones, tenía ganas de romper en mil pedazos aquel trozo de tela que la cubría y follarla salvajemente. Pero teníamos una boda. Y yo tenía un plan.

Era nuestro último día. El vuelo de regreso era a última horra de la tarde. No pegue ojo. Me pasé las horas muertas maquinando los siguientes pasos. Pero primero debía averiguar lo que ella recordaba de lo acontecido en la playa con los chicos. Cuando por fin amaneció recogí mis cosas y dejé mi maleta preparada.

Eva volvió en sí cerca del medio día. Trató de incorporarse. Tenía las sábanas pegadas a la cara por culpa de mis lefazos. Estaba aturdida. Le sorprendió encontrarse de ese modo. Me miró. La observaba a través de la puerta de cristal de la terraza. Ni me inmute. Se incorporó en  la cama. Intentó apartarse varios mechones de pelo de los ojos pero estos permanecen pegados a su cara. Llegó a trompicones hasta el baño. Volví al interior y me asomé a la puerta del lavabo.

-¿Qué coño ha pasado? .-Me pregunto casi entre sollozos, tocándose la cara.

-Me corrí en tu cara, por eso la notas pegajosa.-dije indiferente.

-¿Por qué has hecho eso?, y ¿me dejas así?.

-Te folle en la playa, trate de limpiarte, pero parece que no lo logré del todo. Ah, también tienes el culo lleno de semen.

-¿Pero qué coño dices? .-Las lágrimas comenzaron a bañar sus ojos.-¿porque no recuerdo nada?.

-Te drogue.

-¿Qué?.

-¿Recuerdas al camarero?. El del otro día en el garito donde daban el concierto.

-¿Uno mulato, o algo así?.-dijo intentando recordar.

-Si. Bien pues te lo follaste, en la playa. Me echaron algo en la copa y el tipo se piró contigo.

-Es imposible, no no. ¿Por qué coño no me contaste nada de eso al día siguiente?.

-No lo recordaba. Ayer me lo encontré en el chiringuito donde pille los gintonics. El tipo me comentó lo bien que lo pasasteis. Casi le parto la cara. Después de drogarme, te comió la oreja para irte con él. Me dejasteis aparcado en el reservado de aquel garito. Follasteis en una de las hamacas de la playa. Me felicitó por tener una novia tan cañón.

-Pero qué cojones me estás contando.-Dijo echándose las manos a la cabeza.-Ese hijo de puta también me drogó. O es que no lo ves.

-Eso pensé. Entonces el fulano me espetó que le habías confesado que no era la primera vez que me la pegabas con otro.

-No no, sabes que no es verdad.

-Le contaste que te veías con un tal Melano.

Eva se quedó desencajada. No se esperaba aquello. Hasta ese momento sollozaba mientras escuchaba mi relato. Pero al nombrar al gitano su cara cambió por completo. Lo vi. Había dado en el blanco. Días atrás, en la playa mientras ella tomaba el sol, pude ver en su móvil parte de un mensaje.

“follarte otra vez zorra…”.

Seguramente era la última parte del mensaje, la única que podía ver sin desbloquear el móvil.  Aquel mensaje había sido enviado con el número que utilizaban Melano y el resto de chavales. Supuse que habría sido el propio gitano, al fin y al cabo él llevaba la voz cantante. Además Eva había accedido a quedar con él y hacerle una mamada en mi presencia sin demasiados miramientos.

Y ahora aquel mensaje. Evidentemente no sabía a ciencia cierta lo que había ocurrido. Pero todo parecía indicar que Eva había quedado con él a mis espaldas, y no contenta con eso se lo había follado.

-¿Te lo follaste verdad?.

Del sollozo paso al llanto. Se cubrió la cara con las manos. Yo continué como si nada.

-Entonces el tipo me ofreció gastar lo que le quedaba de aquella droga contigo y que yo pudiese follarte como me diese la gana. A cambio por supuesto de que le dejase participar. Acepté, te follamos por turnos. El primero, luego yo. El se corrió en tu culo, yo en la cara. Yo me he confesado, ahora te toca a ti.-Abandoné el cuarto de baño y volví a la terraza.

Eva apareció con la cara congestionada por el llanto. No se sentó. Se colocó ante mí.

-Unos días antes de venirnos, Melano me llamó.-dijo sorbiendo los mocos.-Insistió mucho, quería follar conmigo. Era virgen y quería estrenarse. Esa idea me puso cachondisima.-Me miró a los ojos.-Sabía que no lo aprobarías, era ir demasiado lejos. Pero estaba salidísima. No me lo pensé, quedamos junto al polideportivo municipal. Me llevo a la parte de atrás. La puerta de un pequeño almacén estaba forzada, nos metimos allí.

-¿Qué hicisteis?.

-Se la chupe un poco y le puse un condón, después me coloque a cuatro patas y me remangue el pantalón hasta las rodillas. Me la metió. No duró ni dos minutos. Eso es todo.

-Ya veo. ¿Te soy sincero?. Me arrepiento de lo de ayer. Preferiría haberlo hecho con el consentimiento de ambos. Te pidó perdón.

Eva comenzó a sollozar de nuevo. Se arrodilló ante mí y se abrazó a mis piernas.

-Perdoname tu,  a mi por favor. Solo quiero estar contigo.

-Te perdono.-La acaricie el pelo.- Pero tienes que prometerme algo.

-Lo que sea.

-A partir de ahora harás lo que yo te diga con quien yo te diga.-Mi tono era autoritario. Ella me miró a los ojos. Estaba rota.

-Lo prometo.-Me sorprendió su decisión, no se lo pensó. No tenía claro que entendiese en ese momento a lo que se estaba exponiendo.

Acune su cara entre mis manos y le bese la frente.

-Haz la maleta. Nos vamos en un par de horas.

El viaje de regreso estuvo sumido en el silencio. Eva se comportaba de forma sumisa. Parecía un autómata. Llegamos a  casa y lo primero que hice fue pedirle la clave de su móvil. No rechistó. Hablé con Melano haciéndome pasar por mi novia. Quedamos en vernos en  el mismo sitio que la última vez, tras el polideportivo. Borré los mensajes. Todavía no confiaba del todo en Eva.

Me presenté en el lugar media hora antes de lo acordado, era de noche, no fue difícil ocultarse. Un poco antes de la hora acordada apareció el gitanillo. Para mi sorpresa venía acompañado de sus dos compinches. Esperaba enfrentarme a un solo personaje, aquello lo complicaba un poco. Lo cierto es que los chicos eran unos peleles a mi lado. Salí decidido de entre las sombras. Con la linterna de mi móvil apunté directamente a la cara del más corpulento de ellos. Estaban confusos, no veían lo que se les venía encima.  Le arree al gordo una torta con la mano abierta. Aterrizó con los morros. Guarde el móvil.

-Hostia es el novio.- Dijo Beto, el repartidor.

No termino la frase, le crucé la cara con la otra mano. También besó el suelo

-Espera tío.-decía Melano aterrorizado intentando calmarme agitando las manos ante mi.-Ella se dejó tío, no le hicimos daño ni nada, ella se dejó.

Le rompí la nariz de un puñetazo.

-Si volviese a hablar con mi novia os mato. ¿Me habéis entendido, sacos de mierda?.-Camine un par de pasos y me  volví.

-Y que se os ocurra denunciarme por esto.

Deje a los tres adolescentes allí tirados. ¿Por qué lo hice?. Quería empezar de cero con Eva. Era necesario resetear. Borrar el pasado. Y aquellos tres suponían un problema. Todavía no tenía claro hacia donde conducir nuestras experiencias. Pero si quería un libro en blanco era necesario borrar algunas líneas.

Concedí una tregua a Eva. Continuamos con nuestras vidas como si nada de los últimos meses hubiese ocurrido. La recogida después de trabajar y juntos recorríamos el paseo fluvial, ella firme, yo al trote borriquero pero juntos al fin y al cabo.No me venia mal adelgazar un par de kilos antes de la boda. El jueves nos tomábamos nuestros vinos con alguna pareja amiga. Recuperamos las rutinas de nuestra vida anterior.

Hasta que llegó el fin de semana. Un par de días antes de la boda de mi colega Pablo comencé a tramar un plan.  Me compre una video cámara digital de puta madre. Con 1T de capacidad podía grabar todo el santo día. Estaba seguro que mi novia enfundada en su vestido azul no dejaría a ningún asistente masculino indiferente.

El enlace era aquí en Galicia, en un bonito pazo cerca de la ría de Pontevedra. A parte del convite unos cuantos invitados ocuparíamos algunas de las habitaciones que ofrecía el establecimiento. Pablo no aceptó un no por respuesta. Nos conocía, sabía que nos beberíamos hasta el agua de los floreros y no quería que nos pirasenos en coche.

Disponer de un cuarto propio era un plus para mi plan, pero por ahora mi novia seguiría ajena a mis maquinaciones. Siendo sincero, el plan era bastante básico. Prepararía la habitación con la videocámara oculta en algún lado y estaría atento a la evolución de la noche. Cuando corriese el  alcohol seguro que no tardaban en aparecer candidatos para montárselo con Eva. Fantaseé ,incluso, con que se follase al novio. Pero eso era ir demasiado lejos, era cruzar demasiadas líneas rojas.  No conocía al resto de invitados así que evaluaría la situación una vez allí.

La mañana del enlace todo eran carreras; preparar las maletas; recoger a Eva en la peluquería; alicatarnos y cargar todo en el coche. Cuando por fin llegamos a la conclusión de que teníamos todo preparado nos vestimos con ropa informal, haríamos una parada en la habitación del pazo así que era absurdo arrugar aquellos trapitos tan finos. La hora y media de viaje la amenizamos con música. Eva dormitaba con el asiento reclinado y las gafas de sol le hacían de antifaz para conciliar el sueño.

Yo estaba inquieto, todo el trayecto notaba mariposas en el estómago. Al llegar a la habitación debía preparar a mi novia para el plan. Enseñarle la cámara de video y darle algunas indicaciones sobre cómo actuar y con quien. Quería un buen espectáculo y su vestido era la prueba irrefutable de que obtendrá lo que deseaba. Pero también deberíamos ser discretos a la hora de coquetear. Al fin y al cabo era la boda de unos de mis mejores amigos. Si la cagábamos el escándalo podría ser de proporciones cósmicas.

El GPS me conducía por un desvío a la derecha. El último repecho hasta el pazo era un camino de tierra y gravilla. Eva noto el cambio de terreno y se despertó.

-¿Hemos llegado?.

-Si, y por lo que veo somos de los primeros.

En el parquin apenas había cuatro coches. Aparcamos, cogimos nuestros petates e hicimos el check-in.

La habitación era pequeña, una cama de matrimonio ocupaba prácticamente todo el espacio de la estancia, a su derecha una cómoda coronada por un ramo de flores con una tarjeta obsequio de los novios. Una puerta de cristal al otro lado de la cama separaba esa estancia del cuarto de baño. El cuarto disponía también de un pequeño balcón tras una puerta de madera.

Desperdiciamos nuestras cosas sobre la cama y comenzamos a cambiarnos. En cinco minutos estaba listo. Eva se retocaba el maquillaje frente al espejo sobre la cómoda. a continuación se desnudo. Se encajo un culot negro de un grosor infimo para que no se marcase. Se enfundó el vestido, me ofreció la espalda para que se lo cerrase. No tenía cremallera, todo el entramado se sujetaba con dos broches a la espalda, ocultos tras un bonito lazo, estos ceñían la cintura haciendo de fajín. El busto de Eva rebosaba por los laterales, le quitaría el hipo a cualquiera.

-No me he puesto sujetador, creí que te gustaría.-dijo tímidamente.

-Y me gusta, joder vas a romper con este trapito.

-Gracias.-y me dedicó una dulce sonrisa.

-Pero quítate el culot.

-¿Qué?, la falda se abre casi hasta el muslo.

-Ya veo, pero te quiero sin nada debajo.

Ella me miró y sumisa se introdujo las manos bajo la falda, se sacó la prenda y me la ofreció.

La polla casi me revienta los pantalones, tenía ganas de romper en mil  pedazos aquel trozo de tela que la cubría y follarla salvajemente. Pero teníamos una boda. Y yo tenía un plan.

Le mostré la cámara que me había comprado recientemente. Tras las oportunas explicaciones sobre su funcionamiento le indique donde colocarla, encima de la cómoda, cubierta por el ramo de flores. No fue necesario explicarle nada más, dio por hecho que mi deseo era que se trajese a alguien a la habitación y grabarlo todo.

Dejé un paquete de condones en la mesita, hacía tiempo que ella no tomaba la píldora y tampoco quería irme a casa con una sorpresa inesperada.

Vestidos y alicatados bajamos al bar y esperamos la llegada del resto de invitados. A medida que llegaban nos saludaban dando por hecho por nuestras pintas que también asistiriamos al enlace ya que no conocíamos a nadie. El vestido de Eva comenzó a atraer las miradas indiscretas del público masculino. Algunos hacían auténticos ejercicios de contorsionismo con los ojos para evitar ser pillados por sus esposas. Alguno se nos acercó a saludarnos y de paso pegarle un buen repaso de arriba a abajo a mi chica. Uno de ellos fue el cuñado de Pablo, el novio, un tipo bajito y entrado en carnes, sudaba a mares embutido en su frac. Nos explicaba que el encargado de llevar a su hermana al altar  ya que su padre había fallecido años atrás.        Tras él un muchacho atendía a las exposición del que seguro era su padre ya que era su viva imagen pero en adolescente. Al darse cuenta de la presencia del chico el padre nos lo presentó.

Hugo se llamaba el zagal y por lo que nos contó su progenitor comenzaría tercero de la ESO aquel mismo año. Así que le calcule unos catorce o quince años. La primera impresión no fue buena, me parecía un muchacho repelente.

Por fin apareció el novio. Saludo efusivamente a cada uno de los invitados e indicándonos que accederemos a la zona donde tendría lugar el enlace. Cuando le tocó saludarnos me abrazó emocionado. Vanesa era la mujer de su vida y estar rodeado de sus amigos en el momento en un día tan importante desbordaba sus emociones. Beso a Eva sonriente y pasó a los siguientes invitados. Me enterneció el hecho de que seguramente  Pablo era el único varón de aquella sala que no había mirado a mi novia de forma lasciva. Tan solo tenía ojos para su futura mujer.

Nos acomodamos en las sillas dispuestas frente a un pequeño altar en el jardín del pazo. Era una ceremonia civil así que en vez de un cura una amiga de la pareja esperaba paciente sobre el atril. La ceremonia transcurrió sin novedad, palabras bonitas, lágrimas y un cerrado aplauso para finalizar. Pasamos entonces al interior de una carpa donde nos esperaba pretos un enjambre de camareros con bandejas llenas de canapés y copas de champán. El alcohol comenzó a correr. Cuando ocupamos nuestro puesto en las mesas para el convite la mayoría ya estábamos achispados.

Compartimos mesa con dos parejas más, eran amigos de Vanesa, una gente simpática. Comimos, cantamos y bebimos. Salimos de nuevo al jardín donde una banda se preparaba para amenizar la velada. Hicimos un corro alrededor de los novios y los jaleamos durante su baile nupcial. Entonces comenzó la barra libre y el descontrol.

Eva estaba claramente achispada. bailaba sin ton ni son con cualquiera que se le pegase. La mayoría de ellos se cortaban de llevar la mano más allá de su cintura por miedo a la reacción de sus respectivas parientas.

Entonces apareció Ignacio, el hermano de Vanesa, prácticamente se abalanzó sobre mi novia. Literalmente le comía la oreja de lo pegado que estaba a ella. No se que le contaba al oído, pero ella asentía divertida.  Mira alrededor pero no identifiqué a la mujer del fulano. El que sí hizo acto de presencia fue su repelente hijo. Miró a su padre serio, luego se dirigió a mi.

-El cabrón cómo aprovecha, mi vieja se ha pirao a la habitación, no le gustan estas cosas.-Me dijo.

-¿Tu no eres muy joven para estar pululando por aquí? .

-En teoría estoy a cargo de mi padre, él me echaría un vistazo. Pues ya ves.

-Si, todo un fenómeno tu padre.- Deje al crío con la palabra en la boca y me fuí a por una copa. Eva se me acercó.-¿Quieres algo? .- Ella negó con la cabeza.-Voy al baño.- y me dio un pico. Desapareció entre la gente. Agarré mi copa y me volví entonces vi al chaval buscando entre la gente. En seguida caí en la cuenta. Buscaba a su padre. El muy cabrón. Apure mi gin tonic y salí disparado a los baños. Me asomé a través de la puerta. Dos chicas me llamaron la atención. Así que esperé paciente a que abandonaran el lugar. Me colé dentro. Me agaché y vi los zapatos de mi novia, estaban de frente a la puerta del urinario. supuse que estaría sentada. Frente a ella otro par de zapatos.

“El muy hijo de puta” pensé. Aquel cabrón la había seguido y se había colado dentro con ella. No podía enfadarme, al fin y al cabo ella estaba siguiendo las instrucciones que le había dado.

Pero me daba rabia que fuese precisamente con ese tipo tan desagradable. No soportaba a aquel fulano.

Note como la puerta se abría a mis espaldas y me abalance dentro del primer cubículo a mi derecha. La persona estuvo parada un rato delante de los cubículos para acabar introduciendose en el penúltimo de ellos, justo al lado de mi novia  e Ignacio. Yo hice lo propio y salí de mi escondite y ocupé el inmediato haber si podía ver o escuchar algo de lo que allí ocurría. Identifique el sonido al momento, Eva se la estaba chupando. El fulano genia intentando no alzar la voz, pero el sonido de la saliva chapoteando el falo era inconfundible.

Me encaramé sobre el inodoro, era absurdo tenía un cubículo en el medio no iba a ver una mierda pero me pareció que algo asomaba por arriba y decidí averiguar de qué se trataba.

Mi sorpresa fue mayúscula, frente a mi una mano sostenía un móvil apuntando directamente al baño contiguo. En la pantalla podía ver claramente lo que ocurría. Eva sentada en el urinario chupaba con brío y sin miramientos la polla del fulano. Él se limitaba a acompañar con una mano la cabeza que le daba placer, con la otra mantenía el equilibrio apoyándola  contra la pared. Los dos eran ajenos a que estaban siendo grabados. No me costó reconocer las mangas de aquel traje a cuadros. El puto crio grababa a mi novia tragandose la polla de su propio padre. Tan solo veía su mano sujetando el dispositivo, no quería asomarme más y echar todo a perder. Además desde mi posición y a través de la pantalla tenía una vista privilegiada de lo que ocurría dentro. Ignacio comenzó a gemir ahora si era perfectamente audible. Creí que aprovecharía para follarsela pero parecía que no podría aguantar hasta ese momento.  Sujeto con las dos manos la cabeza de mi novia contra su miembro y dio dos empellones con su cadera. Se estaba corriendo. Cuando por fin descargó a gusto saco recreándose la polla del interior de la boca de ella. Eva le miraba recobrando el aliento.

-Muy bien zorra.-dijo él y para mi sorpresa le soltó un escupitajo en toda la cara. Ella ni se inmutó. Cerró los ojos y espero. El tipo se colocó el miembro dentro de los pantalones y sin dirigirle ni una palabra más desapareció.

El chico bajó el móvil. Escuchaba un sonido hueco de fondo, seguramente estaba viendo la grabación. Eva abandonó el baño. Esperé unos segundo e hice lo propio. Ella me busco cerca de la barra. Le acaricié la espalda y se volvió. Pegó su cabeza a la mía creí que me besaría pero sus labios se acercaron a mi oído.

-El puto cuñado me a asaltado en el baño. Me ha rogado que se la chupara.

-Lo hiciste, os seguí hasta el baño.-Ella no pareció sorprendida, tan solo asintió.- Pero no fuí el único espectador.

-¿Estabas al lado no?, noté que alguien entraba en el baño. Me imagine que eras tú.

-No, el puto crio, el hijo de Ignacio. Además lo grabó todo con el móvil.

-Otra vez.-Eva suspiró bajando la cabeza. Llevaba razón, de nuevo la graban sin permiso.-Y ahora ¿qué?.

-No lo sé, pero en el video también aparece el padre, quizá solo lo use para pajearse, o chantajear a su viejo para que le compre una Play nueva.-Estaba seguro que aquel puto crio no dejaria pasar aquella posibilidad, tenia pinta de espabilado.

La fiesta continuó sin más sobresaltos. Tanto yo como Eva estábamos muy cargados. Bailamos e hicimos el tonto hasta altas horas. Al final la borrachera pudo conmigo. Me apalache en un sofá en uno de los pasillos junto con otros dos amigos del novio y me quede dormido. Recordaba vagamente que mi novia se había ido renqueante hacia la habitación

Recobre el sentido a la mañana siguiente. Las chicas de la limpieza me despertaron y me invitaron amablemente a volver a mi habitación. Me levanté con una resaca espectacular. Llegué al pasillo donde estaba nuestro cuarto. Me crucé con alguien, lo salude mecánicamente y continué mi camino apoyado en la pared. Entonces miré tras de mí, era el puto crio. Antes de desaparecer por las escaleras me dedico una sonrisa. Mi polla pegó un respingo. ¿Habría sido capaz?. Intenté aclarar mis ideas pero me martilleaba la cabeza. Por fin llegué al cuarto. Me acerqué en penumbra a la cama y me senté. Eva estaba tumbada dándome la espalda enrollada en la manta. Entonces mire el ramo de flores. Una tenue luz roja parpadea entre los pétalos. Me  abalancé sobre la cómoda , aparté el ramo de un manotazo y recupere la cámara.

Estaba encendida y continuaba grabando. La paré. Rebobiné hasta el principio.

Un primer plano de Eva manipulando la cámara. Sus mejillas y sus ojos ebrios delataban su estado. Comprobó varias veces que efectivamente aquel aparato estaba grabando. Después colocó las flores delante. Fue necesario que las moviese un par de veces para no ocultar la lente. Desapareció del plano, entonces Hugo, el puto crio de los cojones, salio del baño. Se había desecho de la corbata y la americana.

Necesitaba ver aquella grabación estando sobrio, mi cabeza no podía procesar lo que veía. Tenía que dormir la mona y enfrentarme a lo ocurrido. Miré a Eva. Dormía como un tronco. Dejé la cámara sobre la mesita y me acurruque a su lado. Milagrosamente caí rendido a los cinco minutos.

Ya era mediodía cuando recobre  el conocimiento. Miré a mi derecha, mi novia no estaba. Escuché el sonido proveniente de la ducha. Giré la cabeza y vi la cámara sobre la mesa. Me abalancé sobre ella. Rebusque en la funda, tenía un cable por algun lado, cuando porfin lo encontre la conecte a la televisión de la habitación. Inicie el video justo donde lo había dejado unas horas atrás.

El crío se sentó al borde de la cama. Hablaba a mi novia pero apenas se escuchaba un sonido amortiguado. Seguramente algo se había interpuesto delante del micro. No importaba.

Hugo golpeó suavemente el centro de la cama, invitando a mi novia a que le acompañara. Ella aceptó la invitación. Se remangó el vestido y avanzó de rodillas hacia el centro de la cama. Apoyó su espalda contra el cabecero. El chico le hablaba, ella asentía. Sacó su móvil del bolsillo y le mostró parte del video que había grabado en el baño. Ella bajó la mirada abochornada, o al menos eso fingía. Entonces el zagal pasó su pierna derecha sobre ella sentándose a horcajadas sobre sus piernas. Ella ni se inmutó cuando comenzó a sobar su teta derecha por encima del vestido. Amasaba la ubre desesperado. Le hizo un gesto indicando que se retirara las cintas. Eva se llevó las manos a la espalda y se deshizo de los broches que mantenían la prenda en su sitio para a continuación ir retirandola hacia abajo. Los pechos quedaron a la vista, ella se los miró tímidamente. Hugo se abalanzó, esta vez con ambas manos, sobre aquellas maravillosas mamás. Rodeó toda la masa que abarcaban sus manos y palpaba desesperado. Paso de la caricia al pellizco. Eva siguió impasible, ajena a los tocamientos del crio. Cuando se hubo cansado de sus tetas se deslizó piernas abajo arrastrando consigo el resto del vestido. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que no llevaba nada debajo. Tiró el trapo al suelo y con las palmas de las manos entre las rodillas fue separando las piernas de mi novia. Cuando las tenía lo suficientemente abiertas le indico que las flexione. De ese modo su pubis quedaba más expuesto. Al chico se le caía la baba. Contemplaba atónito aquella flor que se abría ante él. Recorrió con su dedo índice toda la longitud de la raja casi hasta el culo.

Entonces Eva salió del baño. Yo no me molesté en parar la grabación. Se quedó mirando la pantalla envuelta en el albornoz.

-No has podido esperar a llegar a casa.-Dijo con con la vista fija en el monitor.

-Sabiendo que esto estaba grabado no habría ni podido conducir con el empalme que llevo.-Y procedí a bajarme los pantalones, dejando mi miembro palpitante a la vista.-Ven, vaciame las pelotas mientras veo como te lo montas con ese puto crio.-Ella se sentó en la cama y se echó de lado hacia atrás a la altura de mi cintura. Me sujetó el pene con la mano derecha y procedió a pajearme diligentemente mientras el video continuaba.

Hugo se deshizo de su camisa y sus pantalones veloz como un rayo. Se quedó de rodillas en medio de la cama con su pene apuntando al techo. Aquel miembro me resultó cómico. No  era muy grande, unos trece centímetros y torcido a la izquierda. Le indico algo a mi novia y ella sumisa fué en su encuentro. Él le puso una mano en el hombro y la orientó hacia su polla. Ella se introdujo aquel extraño miembro suavemente. Ayudándose de su mano izquierda comenzó a masturbar mientras lamía el prepucio. El muchacho echaba su cabeza hacia atrás. Lo estaba gozando como un cerdo.

Llevo mi mando  a la nuca de mi novia y conduje su boca al encuentro de mi falo. No me anduve  con miramientos. La sujeté del pelo y la obligue a introducirse toda mi longitud en la garganta.

En zagar parecía estar a punto. Creí que se le descargaría en la boca pero no. La empujó hacia atrás y de nuevo la abrió de piernas. Se colocó en medio y comenzó a frotar su miembro por la raja. Entonces se acomodo sobre ella y de un empellón la penetro. Me alarmó bastante. El cabrón no se había puesto condón.- El placer que me estaba dado Eva con su boca era tal,  que me  abstuve de preguntar nada.- Hugo comenzó a bombear encima de ella. Eva apartó la mirada a un lado y cerró los ojos. El recuperó su móvil, abrió la cámara  frontal y grabó un video selfie.

Chupaba el pezón derecho mirando, recreándose en su video. Meneo la lengua obscenamente y dejó de grabar. Se incorporó y le indicó a Eva que se colocase  a cuatro patas. Cuando la tuvo a su gusto tomó de nuevo su móvil y continuó con la grabación al tiempo que la embestía por detrás.

Fue demasiado para mi, mantuve la cabeza de mi novia sujeta con las dos manos y me vacié en su boca. Eva se tragó el contenido de mis huevos sin rechistar. Apoyo la cabeza sobre mis piernas y juntos vimos la conclusión del video.

El crio continuaba percutiendo contra el trasero de mi novia. Con su móvil tomaba primeros planos del culo. De su polla horadando aquella dulce cueva. Después se filmaba a sí mismo sonriendo con el pulgar en alto. Debió notar  que el final estaba cerca. Sin dejar de grabar se sujeto con la otra mano al pecho derecho y aceleró el ritmo. En el último tramo sus acometidas eran endiabladamente rápidas. Entonces se contrajo, dio un último golpe con su cadera, como para asegurarse de que estaba completamente dentro y dejó caer su cabeza hacia atrás, descargando toda su leche en el coño de Eva. Tardó un rato en recuperarse. Cuando lo hizo, se desacopló. Saco un primer plano del sexo expuesto. Con un dedo rebaño parte del semen que brotaba del interior y lo introdujo de nuevo, como asegurándose de que no se perdía nada. Mostró su pulgar de nuevo a cámara y dejó de grabar. Se bajó de la cama y atrajo a mi chica hacia él, se meneo la polla flácida delante de su cara. Ella se la introdujo de nuevo en la boca. Un instante después el miembro había recuperado su tamaño. Hugo se retiró hacia el baño. con un gesto le indico a mi ella que le acompañase. Cuando el chico desapareció de escena Eva rodeó la cama. De nuevo manipuló la cara y finalmente la pantalla se fundió a negro.

-¿Qué ocurrió en el baño?.-Pregunte impaciente.

-Nos metimos en la ducha, se colocó a mi espalda y me follo de nuevo.

-¿Se corrió dentro otra vez?.

-Si.

-Joder no estas tomando nada, ¿no se te ocurrio pedirle que se colocase una goma?.

-Me daba más morbo así.

-Pero coño, que podría haberte quedado preñada.-Solté indignado.

-¿Y si es lo que quiero?.

Me quedé pasmado.

-¿Pero qué estás diciendo?, ¿que te da igual quedarte preñada de un crío?.

-O de cualquiera. Todo esto que estamos haciendo tiene consecuencias. Debe tenerlas. Por eso es excitante. Por eso lo hacemos ¿no?.

-La madre que me parió si entiendo que coño dices.-Yo no daba crédito.

-Lo que digo, cariño, es que todo ha de tener un final y si el final de toda esta historia es que yo me quede preñada y tengamos un hijo, pues que así sea.

-Pero Eva, es una puta locura.

-Mira, tú tomaste una decisión. Me usaste como te vino en gana, no te equivoques, no estoy enfadada por eso. Si te soy sincera, me gusta que me trates así. Pero como dijiste ambos debemos tener voz en todo esto. Y esta es mi decisión. Que ocurra lo que tenga que ocurrir.

Estaba flipando. Ni de coña me esperaba algo así. El resto de la mañana lo recuerdo como un sueño borroso. Mi mente no era capaz de procesar lo que Eva me había soltado. Volvimos a casa. Necesitaba descansar. Padecer la resaca. Aquella noche no pegué ojo.

Ella quería terminar con  aquella aventura. Si estaba preñada evidentemente todo habría terminado y a la vez una nueva vida comenzaria para nosotros. Si no era así, había dejado la puerta para continuar. El hecho de que Eva esperase una criatura de otro no me producía rechazo, al fin de cuentas yo no sería el padre biológico pero sí el intelectual. Era yo el que la había empujado a todo aquello. Era mi responsabilidad. Por fin lo había entendido y el sueño me envolvió.