Mi novia es una guarra
Mi querida novia es puro fuego, vamos a la playa y le hace una paja a mi mejor amigo.
Buenas, queridos lectores, me presento, me llamo Raúl, tengo 27 y llevo dos años con mi actual novia, Natalia, de 28. Yo soy un chico de estatura normal, delgado, fibroso, pelo castaño un poco rizado... pero bueno, en este relato lo verdaderamente importante es mi novia, es una chica bajita, un poco morena de piel, con una cara preciosa, de ojos grandes color miel, pelo castaño claro... pero lo mejor de ella es su cuerpo, es una chica voluptuosa, con un culazo precioso y unas tetas suculentas, sin llegar a estar gorda, es lo que mucha gente llamaría neumática.
El caso es que yo la quiero un montón, y ella a mi, tenemos una relación de total sinceridad y confianza, y aunque nuestra vida sexual es totalmente satisfactoria, hemos empezado recientemente a cuestionarnos ciertos tabúes generales a todas las relaciones de pareja con respecto al sexo. Empezamos fantaseando en la cama con terceras personas, como muchas otras personas, por lo que leo en esta web, y hablándolo llegamos a la conclusión de que a los dos nos gustaría jugar un poco con la infidelidad y con personas de nuestro entorno... También decidimos ponernos unas reglas por miedo a que nuestra relación sufriera las consecuencias de una vida sexual más abierta, reglas como contarnos siempre lo que hacíamos, buscar la aprobación del otro, y, siempre que fuera posible, estar presentes ambos en los juegos.
Hechas las introducciones voy a contaros nuestra primera aventurilla, pasó hace algunas semanas, nuestra afortunada “víctima” fue un amigo mio que siempre me insinuó que le gustaba mi novia, tengo mucha confianza con él y se que nunca se iría de la lengua ni haría nada que realmente pudiera joder nuestra amistad; se llama Alberto, es un chico alto, que aunque no tiene un cuerpo muy definido tiene un cuerpo musculoso y fuerte, no es especialmente guapo pero es resultón, y a mi chica desde luego no le desagrada. Natalia me dio su aprobación, y, muy nerviosos, decidimos llevar a cabo nuestro plan.
El plan consistía en ir a la playa con él y que mi chica hiciera topless en sus narices, y luego ya veríamos lo que surgía con algún jueguecito más...
Él enseguida aceptó ir con nosotros a la playa, supongo que la idea de ver a mi chica en bikini le atraía bastante, además anda sin novia y se debe de sentir bastante solo...
Fuimos a recogerle en coche a su casa, se sentó detrás y estuvimos hablando de cosas banales durante todo el viaje, durante el cuál además de hablar con nosotros se dedicaba a echar ojeadas a las enormes tetas de mi Natalia, que iba sólo con el bikini. Natalia y yo, aunque lo disimulábamos íbamos supernerviosos, y de vez en cuando nos hechábamos unas miraditas llenas de signficado. También estábamos muy excitados, los pezones de mi churri parecía que iban a romper el bikini de un momento a otro. Finalmente llegamos a la playa y pusimos nuestro campamento en un rincón alejado de la misma, no había mucha gente, pero preferíamos asegurar... Pusimos las toallas en la arena y mi novia hizo lo que teníamos pensado, dejó al aire sus morenas y grandes tetas... La cara de Alberto era un poema, y su polla también debía de serlo, porque enseguida se tumbó bocabajo en la toalla...
Nuestra segunda parte del plan era que yo le echara crema a mi novia por todo el cuerpo delante de él, asique nos pusimos a ello. Ella estaba tumbada bocabajo en la toalla, con las tetas rebosando por los lados y su culo y sus piernas brillando al sol. Le empecé a esparcir la crema por los hombros, los brazos, la espalda... por los tobillos, por sus hermosas piernas... y finalmente por su culo, en el cuál me entretuve un buen cacho. Alberto no apartaba la mirada, incluso de reclinó un poco sobre su hombro izquierdo para ver mejor el espectáculo. Mi novia estaba cachondísima y de vez en cuando reía de manera muy sensual por mis caricias. En cuanto a mi, tenía la polla a punto de estallar, y lo peor es que sabía que eso era sólo el principio de una larga mañana... Me encantaba la situación...
Le dije a mi novia que se diera la vuelta y le empecé a echar crema por sus piernas, sus ingles, su tripita y por sus enormes tetas... era como masajear un flan, y sus pezones estaban tan duros que casi arañaban mi mano... Alberto estaba flipando, y las pasaba putas para disimular sus miradas... a mi novia le encantaba la situación y empezó a echar miraditas a Alberto mientras sonreía, como quitándole importancia a la situación...
El resto del tiempo mi novia estuvo bocarriba o se sentaba, siempre de manera que Alberto pudiera ver sus tetas en todo su esplendor... Alberto estaba sufriendo visiblemente.
Después de una hora más o menos mi novia dijo que se quería bañar, así que fuimos los dos con ella al agua. Natalia estuvo jugando como una niña con el agua, saltando las olas, salpicándonos... y nosotros hacíamos lo mismo que ella, estaba claro quién era el centro de atención. Nuestros juegos fueron volviéndose más oportunos para nuestro plan, así que empezamos a tirarnos los unos a los otros al agua, yo tiraba a Natalia, y a Alberto haciendo como que quería ahogarlos, Natalia me tiraba a mi y a Alberto, y Alberto lo mismo, defendiéndose como podía y contraatacando de la misma manera... Alberto se cebó con Natalia, la tiraba todo el rato, o la abrazaba y se tiraba de espaldas, hacía en definitiva todo lo posible para estar contacto con sus tetas o su culo... Más tarde Natalia me dijo que sentía su polla durísima por debajo del bañador, y que si no fuera por que estaba en el agua habría sido evidente que estaba empapada de jugos...
Ahora llegaba la parte clímax de nuestro plan, yo dije que me marchaba a la toalla, Natalia que quería quedarse un poco más, y Alberto caballerosamente decidió hacerle compañía.
Desde la toalla les podía ver como jugaban, como se salpicaban y como hablaban, era una vista sublime, mi novia con las tetas al aire delante de mi amigo Alberto... estaba muy excitado. Cada vez estaban más cerca, tanto que hubo un momento en que Alberto, salpicando a Natalia le dio un cachete en una teta, Natalia aprovechó esto y desplegó sus encantos:
- Si querías tocarme las tetas dímelo directamente cielo.- dijó Natalia entre risas.
- Jajaja, ¡Fue sin querer mujer!
- ¿Qué es que no te gustaría tocar mis tetas?
- No digo eso, me encantaría, pero el cachete fue un descuido....
- ¿Te encantaría?
- Hombre, es que... uno no es de piedra...
- Si quieres tocarlas te dejo... llevas todo el rato tocándomelas haciendo como que juegas...- Natalia sonrió encantadora.
- Uff... pero es que Raúl se enfadaría mucho conmigo...
- ¡No digas tonterías! ¡Raúl también vio como me las tocabas entre juegos y me dijo que no le importaba! De hecho nos está mirando en este momento, seguro que vio el cachete. ¡Vamos a saludarle con la mano!
Vi como se giraban hacia mi y me saludaban, estaban a un palmo de distancia, la situación me pareció muy extraña, y supuse que Natalia ya habría empezado el ataque.
- ¿Entonces me las tocas o no? Sólo es una pequeña caricia, Raúl no se va a enfadar por eso.
- La verdad es que llevo todo el día mirándotelas, son preciosas...
- ¡Pues venga!
Entonces lo vi, Alberto cogió cada una de sus tetas con sus dos manos, y empezo a masajearlas, mientras Natalia miraba hacia mí, con una cara llena de placer y entrecerrando los ojitos a cada poco... Alberto miró también hacia mí, y yo le respondí riéndome y quitándole importancia al asunto.
Mi novia abrió los ojos y miró fijamente a Alberto, que estaba en el paraíso, luego miró hacia abajo, hacia su pene, que sobresalía del agua bajo el bañador, se lo acarició por encima y le dijo:
- Si que te gusto ¿eh?- y rió a carcajadas.
- Uff... llevaba soñando con esto mucho tiempo Naty...
- Me estás alagando tanto que yo también quiero recompensarte cielo... - y empezó a hacerle una paja por encima del bañador.
Alberto gemía de placer y de vez en cuando me miraba para ver mi reacción.
- ¿Cuánto llevas sin correrte? Ahora que estás sin novia te harás unas buenas pajas en casa ¿no?
- No me queda otra... llevo... dos meses sin follar...- a duras penas podía hablar con el pajote que le estaba haciendo mi novia.
- ¿Y en qué sueles pensar cuando te masturbas?
- Aah... veo porno... o pienso en actrices... en amigas... en mis ex... en ti...
- ¡Qué mono! Entonces te estoy haciendo el hombre más feliz del mundo ¿no?- Natalia le metió la mano en el bañador y le siguió haciendo la paja, esta vez agarrando toda su polla.
- Aahaaah... si... aaahh... no aguantaré mucho más Naty...
Entonces mi novia le cogió del cuello con su mano libre y le metió la lengua hasta la campanilla, Alberto entre el beso, las tetas de Natalia y la estupenda paja que le estaba haciendo se empezó a correr, dejando semen sobre la mano de mi churri y sobre su tripita.
Al poco rato vinieron a la toalla, mi novia me dio un morreo, yo le agarre el culo y le dije que la quería, ella me dijo lo mismo, con sus ojos brillantes y con su carita colorada de placer. Alberto de sentía mal y rompió el silencio sólo acompañado de nuestros besos:
- Tio... lo siento, te juro que no se que me pasó... llevo tanto sin echar un polvo...
- Tranquilo hombre, a Naty y a mi nos apetecía probar algo nuevo y por eso te invitamos a venir con nosotros a la playa... te invité a ti porque eres mi colega y se que puedo confiar en tí.
- Pero después de esto...
- Las cosas van a seguir igual, no te preocupes, y puede que repitamos esta experiencia en el futuro, me gustaría poder contar contigo tío...
- Ya sabes que me encanta tu novia Raúl, Naty, tienes un cuerpo estupendo... te haría de todo...- dijo Alberto mientras sonreía tímidamente.
Todos nos reímos de semejante manifestación y seguimos hablando en la playa un buen rato, mientras los dos le tocábamos las tetas a mi querida Natalia, que estaba cachondísima. Finalmente nos fuimos al coche, dejamos a Alberto en su casa y fuimos a la nuestra a follar como perros recordando lo sucedido en la playa.
Espero que os hayan excitado mis aventuras con mi novia, ya os iré contando más cositas, las que ya hicimos y las que vamos a hacer, espero fervientemente vuestras críticas.
¡Un saludo!