Mi Novia es muy exigente Ii

Es la continuación del relato mi novia es exigente, contiene sexo lésbico, spanking dominación, fetiche de globos. en este caso soy yo quien domina a Romi, en el relato anterior ella me dominó a mí.

quería descansar, pero algo me daba en la nariz que ella quería guerra, al dejar la mochila en la habitación, la cama mal hecha, la ropa del trabajo encima de la cama, parecía dispuesta como una pista y su sonrisa de traviesa al volver al comedor después de cambiarme me lo parecía confirmar, decidí esperar y me hice la loca, como si no hubiera visto nada. Nos quedamos allí charlando tranquilamente tomamos un par de cervecitas, hasta que ella estirándose me dijo.

-Yo debería darme un ducha y tal vez que preparemos algo de cenar ¿te parece?...

-Puffff tu tienes ganas de  cocinar?

-Jajajajjaja, parece mentira que me conozcas, ¿tu que crees?

-Pues yo tampoco.

-Pero habrá que cenar algo ¿no?

-¿pidamos unas pizzas de la pizzería nueva?

-Jajajajaja sos muy vaga eso no vale

-Eso es que si ¿no?.

Me tiró con un globo en la cara y me dijo.

  • voy a darme la ducha y decidimos

-dale andá

Mientras ella se metía en el baño, yo me fui a buscar otra cerveza, no me la había terminado del todo cuando apareció por el comedor otra vez con la cabeza envuelta en una toalla y el pijama puesto, se sentó a mi lado, se encendió un cigarrillo y le dio un trago a la cerveza.

-Mmmmm me encanta tu perfume, que envidia, mientras te secas el pelo y eso, me voy a dar yo una ducha rápido que estoy media atontada a ver si me despierto.

-Muy bien...

Fui a la habitación agarre ropa y me metí en la ducha, mientras me duchaba ella estuvo dándole al secador, pero cuando salí a secarme ya había salido, mientras me secaba vi toda su ropa desperdigada, el secador enchufado aun y sin guardar, vamos lo que parecía en toda regia una provocación otra vez, me sequé tranquilamente, me vestí recogí toda la ropa y me fui con ella en los brazos para el comedor, ella estaba tranquilamente en el sofá inflando los globos para la party en la cama. Era el momento de atacar por sorpresa.

-Que bien vivimos marquesa. La ropa ya lajunte yo, pero ya te estás levantado y termina de limpiar el baño que parece un campo de batalla.

-sí quiero .

Esa respuesta ya me terminó de confirmar sus intenciones.

-No y cuando termines sigues con la habitación.

Me di media vuelta y me fui a la cocina, metí la ropa en el lavarropas sin ponerla y de vuelta seguía sentada en el sofá con un globo en la boca de toda desafiante.

-Yo se de una que tiene todos los números para que la azote hoy.

  • no seré yo

-Lleva un pijama con el pantalón a cuadros y camiseta de manga larga azul claro

-Uyyy tenemos el mismo gusto pues

-Me estás tomando el pelo ¿o que?

-Yo????? nunca haría eso, estoy siendo sincera y clara, paso de levantarme ahora a recoger nada

-Tu misma, si me siento y aun no te has levantado, verás como te quito lo graciosa.

Me fui al sofá a sentarme, me senté y sin mirarme vi que se le escapaba una risa, mientras ataba un globo con sus manos.

-Me haces reir cuando te quieres poner seria

-Ah si?

-Si...

Me levanté la tome de las manos, en un leve forcejeo

-A ver si dentro de un rato te hago reir tanto.

Intentaba levantarla, se resistía un poco pero se le escapaba la risa, así que perdía fuerza y no me costó mucho que se levantase ni darle la vuelta, ni tumbarla boca abajo en mis rodillas....

-dale...que era un chiste ya voy.

-Tarde.

Sin decir nada más empecé a azotarla con la mano por encima del pijama, ella hacía como que se resistía pero era más cuento que otra cosa. Los primeros azotes fueron suaves, pero de repente empecé a aumentar el ritmo y la fuerza y al principio se quedó quieta y callada, a medida que iba progresando y supongo que notaba el calor, volvió a moverse pero de forma muy distinta....y paré.

-Te estás frotando?

-Jajajajaa es que noto algo por ahí..

-Ahhhh que te ries, pues yo no estoy bromeando te lo aseguro.

-Mmmmm no se yo

-Tranquila que te va a quedar muy claro.

En ese momento la agarrede  la cintura del pantalón del pijama y para abajo intento evitarlo con las manos e intentando levantarse, pero empujón de la mano izquierda en su espalda hacía el sofá, manos sujetas en la espalda y empecé a darle en el culo desnudo y rosadito que acababa de  descubrir.

-Si crees que estoy jugando, voy a tener que hacer que no te quede una sola duda que no.

Aumenté el ritmo de los chirlos, cada vez más rápido y a jugar con los cambios de ritmo, de repente aumentaba a muy rápido y seguido y a continuación frenaba en seco, para continuar despacio y suave, y de repente volver a darle una tanda a toda velocidad, así estuve un rato, ya pude soltarle las manos y empecé a acaricirle el culo ya rojo y bien caliente.

-Que sigues pensando que estoy jugando?

Su respuesta fue mover otra vez lascivamente las caderas, apretando el pubis contra mis piernas y mi respuesta inmediata una nueva tanda de azotes esta vez sin cambios de ritmo pero larga y constante de un par de minutos sin parar.

-¿Sigues con ganas de molestarme?

Esta vez se estuvo quieta, mientras le pasaba la yema de los dedos por la piel enrojecida, palpintante que se erizaba a mis caricias.

-Parece que empezas a enteder. Así que levantate y andate para el rincón. Resopló cuando se levantaba, pero tenía el día tonto y al llegar el rincón se giró y me dijo.

-¿Así está bien?

Me levanté me fui para allí la agarre de la cintura, con el brazo izquierdo y otra tanda de azotes de propina allí de pie.

Al parar, quejándose pero puso las manos encima de la cabeza y quieta mirando la pared. Fui para el baño y me traje el la agarre de una mano y tiré de ella para el sofá con energía por el camino el pantalón acabo en los tobillos, me senté en el sofa, tiré de ella para que se tumbara otra vez en mis rodillas con el culo bien levantado, a sujeté de la cintura y empecé a azotarselo con el cepillo, como siempre el orgullo la hizo aguantar estoica una primera acometida, pero en la segunda ya más a fondo y localizada en la parte baja del culo empezó a retorcerse un poco y sobre todo tensar los glúteos, con la respiración agitada, entonces paré. Dejé el cepillo encima del culo desnudo y rojo, me alargué para coger el teléfono de la mesilla y se lo di.

-ahora llama a las pizzeria

-Pufff ahora?

-Si dale que es tarde ya

Marcó el número y se puso el móvil en la oreja, cuando empezó a hablar agarre el cepillo y empecé de nuevo a azotarla mientras hablaba, imaginaba que quien estaba al otro lado del teléfono debía sentir el lejano pero continuo "plas, plas, plas..." y además algún gemido o jadeo de ella mientras hacía la comanda y daba la dirección. Cuando colgó y dejó el teléfono le di una última tanda que le dejó momentáneamente dos circulos morados en el centro de la parte baja de las nalgas rodeados de rojo. Dejé el cepillo en la mesa y le dije.

-Ya podes levantarte vas a la mesa grande te sientas que ya verás que tienes trabajo allí y espabila.

Se levantó su cara ya no era de graciosa, al reves.

levantarse se puso las dos manos en el culo suspirando, se las quité.

-Va espabila, que en 20 minutos vienen las pizzas.

Se fue para la mesa y al ver lo que había en el plato murmuró algo que no quise entender, se sentó y se puso manos a la obra. Tres minutos después me dijo.

-Ya está.

  • traelo aca

Se acercó con el pantalón en los tobillos me entregó el plato, en el habia, un pelador, y algo que parecía un plug Tal vez de todo esa era la parte más difícil para ella, tener que ser ella misma quien llevase las manos a las nalgas para separarlas y ofrecerme el ano, para meterle el jengibre, pero la perspectiva de no hacer caso era más  tal vez cinturón para terminar haciéndolo igual, así que lo hizo, quejándose eso si, froté la punta del plug artesanal y de un solo uso por todo el anillo rugoso de la piel del ano y apretando despacio fue entrando hasta la parte que estaba sin pelar, entonces yo misma le solté las manos y las nalgas entre rojas y azuladas volvieron a su sitio las apreté un poco hacía dentro en nade el jengibre empezaría a hacer efecto. Entonces la envié de nuevo al rincón, con una instrucción clara, debía permanecer allí aguantando el jengibre dentro, hasta que se lo dijera. Al poco de estar empezó a suspirar, entonces llamaron a la puerta sin duda era el pizzero, fui y le abrí la puerta de la escalera desde arriba, y yo abrí la puerta de la calle, desde allí no había ángulo posible para que la viese, pero imagino su perturbación al saber que un extraño estaba allí. El pibe del delivery me dio las pizzas y le dije que esperase un momento que iba a por la cartera, ahí lo dejé con la puerta abierta y me fui al comedor, a buscar mi cartera, al entrar ella estaba allí inmóvil conteniendo la respiración, agarre la cartera le pagué, antes de irse le di algo de conversación para alargar su agonía hasta que se cerró la puerta.

Me fui directamente para el comedor, ella seguía allí en el rincón me acerqué por detrás, le acaricié el culo, le besé el cuello y bajé la mano a la vagina que chorreaba por los muslos, entonces el susurré

-¿Quieres cenar o quieres que te coja?

-Ufffff tu que crees?

-El problema es que no se que fuego apagar primero.

-Da igual tienes que apagar los dos, no puedo más.

La agarre de la mano, la llevé hasta el sofa, la pusé mirando al respaldo con las rodillas en el suelo apartando la mesa, otra vez con el culo ofrecido, me desnudé y primero mi chota de plastico se ocupó de su vagina, un par de orgasmos más tarde, le quité el jengibre y le hice la cola hasta correrme yo contagiándome algo de la sensación del jengibre y tuvimos que volver a la ducha demasiados fluidos, así que la pizzas se enfriaron, pero para algo están los hornos.

Después de cenar, una sesión de mimos y caricias que siempre acaba en algo más y terminamos como dos nenas jugando con los globos, que tanto nos gustan.

Continuará..