Mi novia colegiala
Un hombre maduro se hace novio de una pequeña colegiala, siendo él quien le enseñe el arte del sexo.
Hola mi nombre es Mariano y soy un hombre de 35 años, mido 1,90, la piel bronceada y bastante ejercitado.
Nunca he tenido relaciones fuera de lo normal, estoy comprometido y siempre he sido una persona muy respetuosa. Mis aventuras empezaron cuando fui a pasear una mañana al parque; En mi camino vi a un grupo de jovencitas como de 18 años, por alguna razón les detuve la mirada eran preciosas, dos gueritas una de pelo negro y una castaña, con caritas perfectas e inocentes.
Les sonreí, la castaña se fijo en mi de una manera hipnotizante, ella era preciosa, muy delgada con unos jeans ajustados de campana y una ombliguera roja discreta, el cabello recogido en una colita de caballo y muy blanca. Era como una muñeca. Las muchachas siguieron su camino pero la castaña se despidió sorpresivamente y fue rumbo a la papelería de enfrente del parque yo sin titubear fui a seguirla.
Al llegar ella pedía la monografía de quien sabe que y unas cartulinas, yo rápidamente entré y pedí unas carpetas .
Le digo a la muchacha: Hola, viéndola de arriba abajo, ella responde con una sonrisa tan inocente holap!
-Como ¡ tienes tarea en medio de vacaciones! (era en julio por cierto, temporada vacacional),
-Bueno es que ando en un curso de verano para entrar mas lista jeje
La conversación de ahí subió, y pude invitarla a tomar un café esa misma tarde. Aceptaría ser mi novia mi pequeña novia (media como 1,50)
El primer beso inclusive fue difícil, tardo como 2 semanas en dármelo, en realidad era bastante conservadora al respecto y es que ella me contaba que era su primer novio.
Encantando yo le enseñaría las artes del amor
Cuando ella entro a la escuela de nuevo le daría un cambio radical el primer día de escuela yo había acordado que iría por ella al cole, y fue cuando esperando en mi carro vería como ella haría a mi pene levantarse inconscientemente por primera vez le veía las piernas delicadas a mi novia, llevaba el uniforme de la escuela: una playera blanca, una falda azul marino que se la había levantado a medio muslo y calcetas a la rodilla, ella entro muy normal como siempre, en el camino empecé a hacer lo mío colocando de vez en cuando mi mano en su pierna, llegando hasta la media y hasta el limite de la falda en sus muslitos blancos.
Le acariciaba con suavidad mientras platicábamos, el hecho de no decir nada era ya un adelanto así que me atreví a invitarla a un departamento que tenia en obra, ya que soy ingeniero, según yo para enseñarle parte de mi trabajo, ella sin dudar acepto
Llegamos y ella seguía cada palabra que decía al respecto, el lugar estaba vacío a excepción de un sillón negro en la estancia, le invité a sentarnos un momento
En un momento le dije, que linda te ves con tu uniforme, ¡me encanta!
-De verás?
-Si de verás, te ves bien bonita
En ese momento la besé y le empecé nuevamente a acariciar sus piernitas blancas, esta vez le empezaba a meter la mano debajo de la faldita, su piel era taan suave como ninguna, se sentía delicada, fría y lisita, una sensación hermosa para mi mano gigante, prieta y velluda.
Le susurré al oído que si quería jugar más ella sólo sonrió con una mirada de aceptación
Le fui subiendo lentamente su playera, ella recargada en el sillón, le iba acariciando su vientre, su pancita, hasta llegar a su pequeño brassier, le termine quitando la playera.
La abracé, sentir ese cuerpo delicado y chiquito, junto al mío grande y musculoso era bastante excitante.
La bese y le desabroche el brassier, y pude descubrir sus lindos pechitos todavía en desarrollo, frágiles y blanquísimos como la nieve, y sus pezoncitos rositas que empezaban a pararse
Le masajie los pechos chiquitos, y proseguí en alzarle la faldita hasta la cintura, hasta ver sus chonitos rositas con figuras de disney, se los baje delicadamente hasta quitárselos, finalmente le quite los zapatos.
El hecho de dejarla solo con falda y calcetas me excitó bastante, teniendo la idea de que me iba a coger a una colegiala en uniforme.
Así que con la falda enrollada en la cintura y sus calcetitas seguí acariciándole todo el cuerpo, sus muslitos los estrujaba hasta dejarlos rojitos, me fascinaban esas piernitas, sus pechitos los chupaba y besaba, era hermoso ver como cualquier movimiento los hacia bailar como gelatinitas.
Estaba a punto de venirme, saque mi miembro y ella con asombro se quedo sin una palabra, yo me masturbe y rápidamente eyacule sobre su pancita, manchando la faldita y las piernas
Le pregunte si había alguna vez visto eso, ella estaba impresionada simplemente respondió no,
Yo me preparaba para lo que viene pero antes le embarre el semen que tenia en su piel por toda su pancita y muslitos, tomando también el que había caído en la falda
Entonces le quite la falda y sólo la deje con sus calcetas azules, que me parecieron muy sexys.
La pare en el sillón y le seguí acariciando, ella apenas me alcanzaba, mi pene por la excitación en ningún momento se puso flácido, parecía adolescente y hacia tiempo que no disfrutaba tanto con una mujer
Me desnude entonces y me coloque un condón que llevaba en mi cartera y le dije que la convertiría de niña a mujer, ella estaba más que enamorada así que no lo dudo por un momento, la penetre, ella se aguanto el dolor, desvirgándola de una sola embestida,.
Era un placer increíble, al lado estaba un espejo donde veía la escena, yo un hombre mayor alto, moreno y fornido con una pequeña colegiala de 18 años. Blanca y delicada.
Cuando ya me iba a volver a venir, me saque el pene, me saque el condon, y eyacule sobre sus pechitos, volviéndole a embarrar toda mi lechita por su piel.
Después a ella le enseñe a masturbar a un hombre, mientras le acariciaba sus pechos con mi semen, ella me hacia arriba abajo con su mano. terminaría, nuevamente pero en su boca, diciéndole que se lo comiera, lo que obedeció, comiéndose todos mis espermas
Ella con todo el cuerpo embadurnado de semen se volvió a vestir, salimos y la lleve a su casa.
Terminamos cansados, y creanme que este polvo me ha hecho dudar mi compromiso con otra mujer
Después de esa ocasión, cada rato vamos a la obra después de la escuela, cuando trae su uniforme. Aunque sus padres todavía no saben que su hijita ya tiene novio.