Mi nombre es Nalani - capitulo 3

Tercera parte de mi primera relación sexual.

Hola! Despues de mucho tiempo re-subo esta tercera parte de mi relato. Para quienes aún lo estaban esperando, muchas gracias.

Tercera parte.

Tercera y última parte de mi relato Mi nombre es Nalani. Espero les guste y me comente y me valoren.

Sentí como el miembro de mi hermano se movía dentro de mi recto con cada empuje de él contra mi cuerpo. Yo vivía una tormenta de sentimientos y reacciones. Por una parte mi ano lo sentía arder, con un dolor intenso como jamás lo había sentido en mi vida. Mi vagina la sentía cada vez más húmeda, lanzando lo que me parecían choques eléctricos a mi cerebro, bloqueando e impidiendo detener a mi hermano. Mis dientes mordiendo, destrozando la almohada que era mi único escudo para no gritar a todo pulmón. Y finalmente mis lágrimas que corrían abundantes por mis mejillas, prueba palpable del dolor que me provocaba no sólo la dura penetración del miembro de mi hermano en mi recto, si no también el saber que por lo menos analmente estaba dejando de ser virgen.

Jamás en mi corta vida había imaginado tener sexo anal con nadie, mucho menos con mi hermano. Pero no había vuelta de hoja, estaba sucediendo y me gustará o no, yo no había hecho lo suficiente para detenerlo.

-”Por favor.....para...para...ya no puedo más” -le susurré a mi hermano lo más bajo que pude pero lo suficiente para que me escuchará. No me contestó, solo lo oí bufar como animal salvaje, moviéndose detrás de mí cada vez con más violencia.

Pasé mi mano hacia atrás, colocándola en su cabeza, tomándolo por el cabello. Tenía que detenerlo, pero en la posición que estaba no había mucho que yo pudiera hacer. Estaba por decirle otra vez que se detenga cuando sucedió de nuevo!

Mi cuerpo se vió invadido de nuevas convulsiones que pusieron en blanco mi cerebro (y mis ojos supongo que también) y experimenté como el segundo orgasmo de la noche se adueñaba de mi cuerpo y de mi voluntad. Sentí como la tibia orina escapaba de mi vagina para empapar la cama de mi hermano, quien no sé si supo lo que me estaba pasando, pero aprovechó mi poca o nula defensa para acercar su rostro al mío y besar mis labios. Por Qué lo hice? Por Qué reaccioné así? No sé, solo sé que le respondí el beso.

Me estaba besando con mi hermano! Y no solo eso, estaba siendo penetrada analmente por él!

Mi mente se nubló, el dolor se convirtió en placer y el pecado en necesidad. Seguimos besándonos como si fuéramos dos amantes, que sabíamos que estábamos haciendo algo prohibido y más lo disfrutamos.

Sentí su lengua jugar dentro de mi boca y traté de responderle igual, aún sin tener yo experiencia en besar. Richi pasó una de sus manos hacía mis pequeños pechos y empezó a magrearlos apretando mis pezones como si quisiera ordeñarlos, a lo cual respondí con un sensual gemido que ahora no me importó si me escuchaban o no. Mi mente y mi cuerpo me exigian placer y no estaba dispuesta a negarselo.

Supongo que mi hermano llegó al límite o su ebriedad no le permitió dar más, pero su cuerpo se puso rígido y dándome una estocada más profunda que la sentí llegar hasta mi intestino, empezó a temblar mientras su pene expulsaba chorros de semen dentro de mi adolorido ano. Era la primera vez que me sucedía y no sé si así es siempre, pero yo sentía como si se estuviera orinando dentro de mi. Chorros y chorros me llenaban por dentro haciéndome sentir una sensación extraña, como si me estuvieran haciendo un lavado rectal con agua caliente.

Mi temor de defecarme en su miembro pasó por un microsegundo por mi cerebro, para inmediatamente dar lugar a otro apagón total de mi mente, mientrás mi tercer y último orgasmo de la noche invadia mi cuerpo. Atrás había quedado mi dolor anal y mis lagrimas, lo único que importaba en ese momento era la sensación de estar gozando como loca de esta relación sexual antinatural que era creada por mi propio hermano.

Las nubes de mi mente se fueron despejando y poco a poco fuí tomando conciencia de lo que sucedía. Sentí como mi hermano dejaba de presionar sobre mi cuerpo, al mismo tiempo que su pene perdía dureza y abandonaba mi recto, el cual lo sentí abierto y como casi inmediatamente dejaba escapar un torrente de líquidos (que rogué a Dios fuera el semen de mi hermano y no mis heces fecales) que fueron a caer en la ya de por sí sucia cama. No acababa de acomodarse en la cama cuando oi a Richi...roncar??

Mi hermano se había quedado dormido despues de tener sexo conmigo!

No lo podía creer. Era la borrachera, el cansancio, no sé. Solo lo escuché roncar, como si jamás hubiera estado despierto. Como si jamás hubiera pasado lo que pasó. Pero había pasado. Mi adolorido orificio trasero lleno de su semen era prueba de que todo había sido real, no fué un sueño.

Como pude me subí mi pantaleta y pensé en ir al baño, pero al ser media noche y tener que salir afuera me hizo desistir de la idea. Si bien mi en mi cabeza se empezaba a formar una tormenta de emociones, tener 3 orgasmos casi seguidos me habían dejado agotada y no sentí cuando me quedé profundamente dormida.

Abrí mis ojos, saliendo del trance provocado por mis recuerdos y volví a la realidad. Ahí estaba yo, sentada en la taza del baño, con mi ano destrozado y adolorido por lo sucedido la noche anterior. Pero más adolorida sentía mi conciencia de saber quien y como había provocado esto.

-”Nalani!” -dijo Richi al mismo tiempo que entraba al pequeño cuarto que usamos como baño fuera de la casa, asustandome pues no esperaba una intromisión de ese tipo.

-”Richi, que haces?? Salte por favor!” -dije mientras me ponía de pie y trataba de subirme mi pantaleta. El repentino movimiento de pararme me provocó una punzada aguda en mi ano, a lo cual no pude evitar lanzar un chillido y arrugar mi carita con un gesto de dolor.

-”Perdonamé chiquita, perdoname por lo que hice. No sabía...no pensaba lo que estaba haciendo. Perdoname mi princesita...estaba borracho y no....Dios, perdoname por lo que te hice, mi niña” -me dijo Richi mientras se abrazaba a mi cuerpo fuertemente, impidiendo incluso subir mi pantaleta. Pero no me importó. Sentí su llanto en mi hombro y su abrazo tan fuerte que no me importo estar desnuda de la cintura para abajo. Solo le devolví el abrazo aún más fuerte, como queriendole decir “esta bien, estamos bien” y comencé a llorar con él.

Duramos así que? 5? 10 minutos? No sé, pero poco a poco su llanto fue aminorando, igual el mio. Finalmente nos separamos y con la mirada llena de vergüenza, ambos, nos vimos a los ojos.

-”Richi, no está bien lo que pasó. Pero ya pasó. Ahora solo prometeme por favor 2 cosas: Esto no debe de suceder de nuevo, jamás! Por favor! Y más importante, júrame que nadie nadie nadie se va enterar de esto. Por favor! Ni tú novia Brenda, ni Gus ni mucho menos nuestros padres. Esto debe ser nuestro secreto y nadie debe saberlo. Ok? Juramelo por favor” -le dije tomando su rostro entre mis manos y acariciando sus mejillas como limpiando sus lágrimas.

-”Te juro que nadie sabrá de esto, nadie en el mundo. Y también que no te vuelvo a hacer daño, princesita” -dijo Richi con una mirada llena de vergüenza, con ojitos como de cachorrito.

“Ok Richi. Ahora...podrías salir del baño? Necesito terminar de hacer mis necesidades. O mínimo déjame subir mis calzones jaja” -le contesté sin poder evitar reírme de la imagen mental tan bizarra que pasó por mi mente. Mi hermano mayor y yo abrazados en el cuarto de baño mientras yo estaba con mi pantaleta abajo de mis rodillas.

“Sí...sí, mi princesita. Perdón, perdóname de nuevo” -dijo Richi mientras se separaba de mi y luchaba por no voltear hacia la parte baja de mi cuerpo.

Lo tomé del rostro nuevamente y le dí un beso fuerte, en los labios. Richi, mi hermano mayor, mi amigo, mi protector. Y ahora mí, qué? No sé. No sé qué otra cosa más nos había convertido esta noche, pero en el fondo de mi mente sabía bien que después de esto, era imposible que las cosas fueran a ser como antes.

-”Ya vete! Ya!” -le apuré a salir a mi sorprendido hermano al mismo tiempo que me sentaba de nuevo en la taza. El dolor en la parte trasera de mi cuerpo seguía ahí, pero por alguna razón el dolor en mi corazón se sentía menos. Era mi hermano, y lo amaba. E iba hacer lo posible porque lo sucedido no cambiará nuestras vidas. Y sobre todo, evitar a toda costa que se volviera a repetir.

Podríamos lograrlo? Solo el tiempo me daría la respuesta a esa pregunta.

Fin de el relato.

Espero que lo hayan disfrutado y que haya valido la espera esta tercera parte. Les agradezco a todos sus correos y sus atenciones para mí, y que lean, valoren y comenten mis relatos. Los realizo con mucho cariño y aunque obviamente me falta mucho por aprender, les aseguro que los hago con mi mejor esfuerzo. Gracias de nuevo y los quiero mucho.