Mi niño

Un relatito pero es para que no se vea tan vacía la sección, porque veo con un poco de tristeza, que desde el 27 de mayo, no ha llegado nada más...

Mi niño… ¿Dónde anda mi bebé?...

Blacky.

Blacky ven aquí mi amor. ¿Dónde andas?

Oh noooo, Blacky, Blacky ¿qué te pasa mi amor?

¿Qué tienes?

¿Por qué estás tan agitado?

¿Te sientes mal amor mío…?

De pronto vi en el fondo del patio trasero de la casa donde suele estar mi novio, a una hermosa perra RottWaller sentada a unos dos metros de donde estaba Blacky. ¿Quién eres? Le pregunté como si el pobre animalito me fuese a entender o responder… Por supuesto que no obtuve respuesta por parte de la causante del desgano de mi novio hermoso. Ella había sido introducida al patio desde la parte trasera de la casa, desde el patio (jardín) de la casa vecina. Quienes por cierto tienen dos semanas de haberse cambiado a este nuevo domicilio. Consecuencia lógica nuevos vecinos. Levanté la mirada hacia el borde de la pared del patio y alcancé a ver dos cabezas que se asomaban para ver el espectáculo de los perros en plena faena. Faena que nunquita que me enteré. Hasta que fui a buscar a mi niño cachondo para darle de comer aquella tarde.

Hola me dijeron.

Hola, les respondí.

¿Te molestaste por no decirte que queríamos cruzar a princesa con tu perro? Es que es tan hermoso y se nota muy saludable, se siente que lo cuidas mucho ¿verdad?

Claro, como que es el que me cuida, además… con una sonrisa picaresca dije… es mi novio y eso si es grave, a ustedes ¿les gustaría que alguien se metiera con sus novios…?

Se rieron a carcajada abierta del pensar que se me acababa de ocurrir.

¿Nos permites pasar a tu patio?

No, mejor dense la vuelta y entren por la puerta frontal, les invito a un refresco, porque hace mucho calor. Mientras éste descarado se queda durmiendo su tarea… -dije mirando casi con coraje a Blacky-

Las dos chicas llegaron a la puerta donde ya me encontraba para darles paso.

Bueno pues, presentémonos -les dije- mi nombre es Narendra y mis amigos me llaman NANYNN. Me imagino que ustedes son las nuevas vecinas. Si claro respondieron somos nuevas en el vecindario, bueno a decir verdad solo yo –dijo la más morena de las dos- ella es mi prima y sólo está con nosotros mientras terminamos de arreglar el cambio.

A ver, retomemos el tema de tu perra princesa y mi Blacky. ¿por qué no me dijeron antes?...

Porque la verdad si me molestó un poco el que no me avisaran nada.

Ay no te enojes que te vamos a explicar. Mira, tú dices que Blacky es tu novio, y de esto te queremos platicar porque nos hemos dado cuenta que le hablas como si fuera humano, lo tratas como si de verdad fuera tu novio o tu amante… porque lo acaricias mucho y él se deja querer, lo hemos visto en días pasados cuando estas jugando con él en el patio.

Bueno, la verdad es que Blacky en verdad si es mi novio y mi marido y mi amante.

Les dije esto a ver qué reacción o actitud tomaban, pero me di cuenta que no se inmutaron en lo más mínimo.

Entonces si es cierto. Ya viste que si es cierto… comentaron entre ellas… y yo les pregunté. ¿a qué se refieren? Es que mi prima dice que a ella le gustaría probar hacer el amor con un caballo o con un perro, y yo le digo que eso, no es posible, y ella me argumenta que si, porque lo ha visto en películas y ahora hasta en internet.

Y como dice ella, que quiere con un perro, y hemos visto cómo lo cuidas tú, pensamos decirte a ver si nos lo prestarías al Blacky, después pensamos diferente, o sea, cruzar a Blacky con Princesa y asi cuando nacieran los cachorritos, quedarnos con un machito y enseñarlo a hacer cositas con nosotras. ¿nos lo prestarías?

Muy molesta les respondí que NO, que Blacky es mío y sólo mío, que ese desliz que había tenido con la perra de ellas, no tenía importancia ni relación celosa conmigo, porque él no había buscado a la perra, sino que ella fue traída a él, y así, no hay traición por parte de mi niño conmigo.

De pronto, ellas se soltaron a reírse mirando hacia el patio, mi novio, mi Blacky se había enganchado nuevamente con la princesa. Mira, -me dijeron- pues él está muy contento de tenerla bien trabada.

Ya no me quedó más remedio que aceptar mi derrota ante la avasallante actitud de Blacky.

Pues ni modo, dejen a la princesa unos días en compañía de Blacky y se la llevan después que ya la haya preñado.

Claro, -dijeron muy emocionadas las dos chicas-

Se fueron, y en cuanto cerré la puerta fui al patio y los tortolitos ya se habían destrabado, y andaba correteando la princesa por todo el patio, mientras mi amorcito permanecía echado sobre el pasto. Llamé a la perra y con un trapo que encontré en el camino al patio, la empecé a frotar en todo su cuerpo con el trapo, poniendo especial atención en su vulva, mi cerebro estaba trabajando a mil revoluciones por hora para que la perra dejara en paz a mi amor.

Y así fue, una vez que el trapo se empapó del olor de la princesa, me lo guarde en el brasiere y me fui a la casa, llamé mimosamente a Blacky y lo llevé hasta mi recámara. A la perra lógicamente la dejé en el patio, pues no entraba en mis planes para esa noche.

Cerré puertas y ventanas, y me desnudé frente a mi niño. Cansadito como estaba, no hacia más nada que observarme.

Lo llevé a la tina y lo empecé a bañar, a él, le encanta bañarse.

Lo refregué cuidadosamente y con mucho cariño, para que viera que no estaba enojada con él por lo sucedido con la perra. Le platicaba como siempre y después del baño, lo sequé frotando todo su cuerpo con la toalla que tiene exclusivamente para él.

Me bañe también después que mi niño se subió a la cama a esperarme. Me seque igualmente con su toalla, y después, me froté el trapo con que había secado a la perra, así, me impregné de olor a perra, autentico olor de perra en celo.

Mi niño como es lógico y por costumbre de hacerlo conmigo al percibir el olor de perra en brama, se me aventó impetuosamente arrastrándome materialmente con él hacia el suelo, donde comenzó a lamerme todo el cuerpo y a darme de cabezazos para que me volteara y ensartarme con su vergota esa roja y hermosa que tiene.

Me ha dado un empujón, que casi me incrusta en la pared de enfrente.

Comenzó a buscar con su vergón mi cuevita y yo, juguetonamente, me le escapaba, eso lo hacía, para que se diera cuenta que no es lo mismo perra, que humana, que nosotras lo hacemos más bonito y sabroso. Además las perras nadamás lamen y yo a mi niño le mamo toda su vergota.

Estuvimos en ese escarceo por 20 o 25 minutos, al fin, me dejé meter la verga con todo y bolota, y nos quedamos pegaditos alrededor de otros 20 minutos. Mi niño, como estaba cansadito por la friega que ya había tenido con la perra y ahora conmigo, no quiso ni voltearse para que quedáramos colita con colita, una vez que se vino, se me quedo echado encima de la espalda y ¿saben? Eso me encantó, porque sentía todo su cuerpo palpitar sobre mi espalda mientras descansaba. Dejándome la oportunidad de disfrutarlo al 100%.

Esa noche ya no salió más al patio ni los dos días siguientes, nos quedamos encerrados cogiendo como locos en mi recamara. Sólo yo salía a la cocina a buscar comida y me regresaba enseguida, no sin antes salir al patio a acariciar a la princesa y dejarla que se refregara en mi cuerpo desnudo, para que me invitara de su aroma.

Regresaba con mi niño, y le volvíamos a dar verga al culo, y cuca a la verga y verga a la boca y boca a los huevos y verga y todo lo que se me fue antojando durante dos días repletos de sexo animal con mi niño.

Por esta ocasión, mi relato siento que es muy escueto, pero en el próximo seré más explícita.

Saludos a todas mis amigas. Y anímense le digo a las preguntonas que me escriben para saber cómo le tienen que hacer para ser cogidas por sus mascotas, ya les he dicho ahora toca a ustedes ponerlo en práctica y claro, contárnoslo aquí en todo_relatos.

Besitos y bye.