Mi niño
Es el relato de como mi niño fue descubriendo el sexo y disfrutando de mi cuerpo.
Se que lo que voy a contar hay mucha gente que lo ve mal, e incluso yo misma dudo si esta bien o mal, pero las cosas aveces ocurren de una cierta manera, y nadie puede cambiarlas.
Tengo 35 años, estoy casada y tengo un hijo de 15 años. Como todos los veranos, cuando el chico comienza sus vacaciones, nos trasladamos a una casa que tenemos en la playa. Yo paso alli el verano con el, y mi marido viene los fines de semana a descansar del trabajo con nosostros. Pero el verano pasado sucedio algo que hizo que todo cambiase.
Mi marido, desde que mi hijo era muy pequeño, siempre que se marchaba le decia que cuidase de su madre, y el tomandoselo muy en serio, no se separaba de mi ni un momento. Incluso por las noches, cuando mi marido no estaba, dormia conmigo. Esto habia sido una costumbre de todos los años, pero este verano fue diferente.
La primera noche que pasamos solos, algo me desperto. Mi hijo estaba completamente pegado a mi y con su mano sujetaba mi cadera. Note como su pene estaba erecto y lo rozaba contra mis nalgas. Me puse muy nerviosa y no supe que hacer, asi que me quede inmovil y decidi hacer como si siguiera dormida. Cada vez lo rozaba con mas fuerza hasta que oi como se escaba un gemido de su boca e inmediatamente se giro hacia el otro lado para eyacular sobre las sabanas. Al cabo de unos minutos se levanto y fue al baño a lavarse. Yo me di la vuelta y palpe con mi mano las sabanas para comprobar que era cierto lo que habia sucedio, porque todavia no era capaz de creermelo. Efectivamente toque con mis dedos su eyaculacion sobre las sabanas. Cuando oi que volvia a la habitacion, me coloque como estaba y segui haciendome la dormida. El, limpio las sabanas con unos pañuelos de papel y se tendio en la cama para dormir.
Estuve toda la noche dandole vueltas a lo que habia pasado, no sabia que hacer. No me atrevia a decirle nada porque mi hijo siempre habia sido un niño muy retraido y sabia que un comentario mio sobre eso haria que se encerrase en si mismo. Quizas lo que habia ocurrido es que habia tenido un sueño erotico y se habia despertado en ese estado, y yo le estaba dando mas importancia de la que en realidad tenia.
A la mañana siguiente, decidi comportarme con total normalidad. Al principio, mi hijo no se atrevia a mirarme de frente, me esquivaba la mirada, pero como yo segui comportandome con normalidad, segun fue transcurriendo el dia, el recobro tambien la normalidad.
Al llegar la noche, me acoste pronto porque la noche anterior practicamente no habia pegado ojo y estaba realmente cansada. Mi hijo se quedo viendo la tele hasta tarde, pero (lo que somos las madres ) encuanto entro en la habitacion me desperte. Me quede inmovil haciendome la dormida para ver lo que hacia. Se tumbo en la cama, un poco incorporado, y note como una de sus manos tocaba mis muslos. Los rozaba suavemente para no despertarme, mientras con la otra mano tocaba su pene. Poco a poco su mano fue subiendo hasta llegar a mis nalgas, metio sus desdos por debajo de la goma de mis braguitas y las retiro un poco.
Me acariciaba suavemente, como con miedo. Sus dedos fueron bajando hasta llegar a la entrada de mi vagina, los mojo en ella y se los llevo a la nariz para olerlos, luego los llevo a su boca y los chupo. La mano que tenia en su pene cada vez se movia mas deprisa, se notaba que estaba enormemente excitado. Al cabo de un rato de acariciar mi vagina, se pego a mi, e introdujo el glande dentro de ella, dejando el reto del pene fuera, que seguia masajeando con su mano. Note como se tensaba todo su cuerpo y como entraba su leche caliente dentro de mi vagina. Mi excitacion fue tremenda, la mayor de mi vida, pero yo no podia moverme, tenia que seguir haciendo que dormia. Al cabo de unos minutos mi hijo se levanto y fue al baño a lavarse y regreso al dormitorio con una toalla humeda con la que me limpio con mucho cuidado.
Estaba muy confusa, por un lado pensaba que eso no estaba bien, que era su madre y no podia dejar que eso ocurriera, y por otro lado estaba teniendo la experiencia mas bonita y mas excitante de mi vida. Mi hijo, mi dulce niño, estaba descubriendo el sexo conmigo. Recordaba cuando era pequeño, cuando tenia un par de años, esa edad en la que descubren todo, y recordaba como con esa edad cogia mis pechos en cualquier sitio para jugar con ellos, haciendome pasar aveces verdadera verguenza. Por otra parte pensaba que tenia una edad en la era normal que empezase a tener deseos sexuales, y que, cuando fuese mas mayor y tuviese una novia, todo eso pasaria y quedaria olvidado. Asi que por que no dejar que siguiese aprendiendo y disfrutando.
A la noche siguiente, antes de irme a dormir le dije:
- Mira hijo, esta mañana estuve en el medico porque llevo unos dias que me encuentro algo cansada y con dolor de cabeza, y me dijo que posiblemente era porque no estoy descansando bien, asi que me ha dado unas pastillas para dormir. Si ves que me llamas para algo y no me despierto no te asustes, porque con estas pastillas voy a dormir muy profundamente.
Al decirle esto, note como sus ojos se iluminaron. Era perfecto, habia inventado una escusa para que el pudiera disfrutar libremente de mi cuerpo sin ningun reparo.
Me acoste y al cabo de una hora entro mi hijo en la habitacion. Me llamo varias veces y me movio para asegurarse de que estaba profundamente dormida. Yo permaneci totalmente inmovil. Se desnudo totalmente y me volvio para que quedase boca arriba sobre la cama. Se puso de rodillas sobre la cama y comenzo a desnudarme. Acariciaba mis pechos con las dos manos como si estuviera tocando algo prohibido. Notaba su pene erecto sobre mis muslos.
Note como bajo mis bragas hasta sacarlas y como su mano rozaba suavemente mi vello pubico, enredaba sus dedos en el. Separo un poco mis piernas para dejar mi sexo a la vista y comenzo a acariciarlo con sus dos manos, lo miraba y lo tocaba, abria mis labios y pasaba sus dedos por ellos, por mi clitoris. Yo permanecia quieta y me concentraba para que no se escapase de mi boca ningun gemido, porque estaba tremendamente excitada. Introdujo uno de sus dedos en mi vagina y comenzo a moverlo en circulos, luego introdujo otro. Note como acercaba su boca a mi sexo y como su lengua salia de su boca para ir recorriendolo, su lengua se introducia en mi vagina, sus labios presionaban mi clitoris y su pene cada vez mas erecto rozaba mis piernas mojandolas con las primeras gotitas que se escaban de el. No pude aguantar mas y note como un fuerte orgasmo se apoderaba de mi cuerpo convulsionadolo.
Mi hijo ante esto se excito todavia mas y abrio mas mis piernas para ponerse entre ellas y fue metiendo su pene en mi coño suavemente hasta que llego al fondo. No le habia dado tiempo todavia a moverse, cuando su leche comenzo a salir inundandome por completo. Su boca estaba sobre uno de mis pechos y se agarraba con fuerza a mi pezon mientras sentia la locura. Tras el orgasmo permanecio quieto dentro de mi, y al cabo de unos minutos su pene volvio a ponerse duro y tenso y comenzo a bombearme, primero despacio y luego cada vez con mas intensidad, sus manos se agarraba a mis pechos como un naufrago a un salvavidas y su lengua se introducia dentro de mi boca.
No pude mas, no podia permanecer mas tiempo inmovil, estaba sintiendo como ardia todo mi cuerpo asi que abri los ojos, correspondi a mi hijo en sus besos y me abrace a el para mover mis caderas al ritmo que marcaban sus embestidas. Sujetaba sus nalgas con mis manos para apretarlo fuertemente contra mi, y el parecia como loco, entrando y saliendo de mi cuerpo y gimiendo como un animal. Note que llegaba mi orgasmo y entre gemidos de placer le dije " sigue mi niño, lo estas haciendo muy bien, no pares" y un temblor recorrio todo mi cuerpo mientras sentia a mi hijo corriendose dentro de mi como un toro.
Estuvimos toda la noche, y muchas noches mas follando como locos, y ese ha sido nuestro secreto desde entonces.