Mi nacimiento en la esclavitud (4)

Final del primer dia con Ella. Empiece de una nueva vida de bebe. Siempre dijeron que leccion dormida leccion aprendida.

Soñaba despierta, o recordaba dormida, no lo sé con seguridad. Estaba tendida en esa cama de hotel atada, descansando con mi chupete nuevo. Las horas pasaban y con su ausencia mi nerviosismo crecía. No solo había sido un día duro sino que desde ayer estaba sin poder dormir, pensando en Ella y en su adorada leche, en mi Diosa. Pensé en lo increíble que fue encontrarla en el centro comercial, y en como me hizo rendirme a Ella. Me dolía mi alma recién nacida y mi cuerpo dolorido para mayor placer de Ella. Pero si algo no me dejaba dormir era el deseo de que Ella volviese cuanto antes y estar atenta a Ella antes de que entrara por la puerta.

Ella cambio el rumbo de mi vida en tan solo dos días. Ahora todo a mi alrededor carecía de sentido. Solo la necesitaba a Ella para subsistir, para alimentarme. Ojala pudiera alimentarme solo de su rica leche. Sentía que ya no necesitaba ni el aire para respirar, sino su pecho llenando mi boca y ahogándome, y que me mirase riéndose y me acariciase la cabeza, como lo había hecho antes.

Intentaba imaginar que imagen daría si alguien me viera colgada de la teta, lactando con toda la pasión que sentía por semejante mujer.

De repente oí el chirrido de la puerta abriéndose, para luego oír el ruido de la cerradura al cerrarse. Estaba asustada, ahí estaba yo frente a una persona que había entrado en la habitación y yo sin poder ver, ni moverme para defenderme, ni esconderme. Mi corazón esperaba que fuera Ella, pero algo fallaba. Ese olor. Era un olor muy fuerte, de colonia masculina.

Mi corazón empezó a ir a cien. El terror se apodero de mí. Ella me había dejado totalmente indefensa. ¿Pero quien estaría ahí?¿Quién podría ser? Mi mente pensó en el atontado recepcionista. Seguro que aprovecho la ausencia de Ella para entrar. ¿Pero que podría hacer yo entonces?¿Chillar? Estaba demasiado aterrada para ello. Entonces note su tacto. Note como unas manos enguantadas recorrían mi cuerpo. Yo me retorcí huyendo de ellas, gimiendo y sudando de puro miedo. Sus guantes me resultaban tan ásperos y odiosos como sus caricias.

¿Pero como se atrevía a entrar así en una habitación y viendo que había una persona en ella a estar tan tranquilo para hacer todo lo que el hacia? Se exponía a que le echaran del trabajo, pero claro que, ¿como iba a decir lo que estaba yo haciendo ahí? ¿Cómo defenderme al día siguiente si ni siquiera podía defenderme en ese momento?

Oí el bajar de una cremallera y el desplazar de la ropa. ¿Pero que pretendía hacer aquel desgraciado? Sin mediar ni una palabra, me agarro de un pecho con su mano enguantada y me lo apretaba y magreaba sin ningún miramiento. Me retorcí de dolor, llorando suplicante por que no siguiese. Con la cabeza negaba e incluso decía que no sin soltar el chupete, mientras intentaba zafarme de mis ligaduras.

Me abofeteo con su áspero guante y volvió a arrancarme las pinzas del otro pecho. Su olor masculino me daba nauseas. Solo me revolvía con la intención de que las ligaduras venciesen y poder salir huyendo de ahí. Pero parecía que el no tenia prisa.

No sabia como huir, me sentía abandonada a mi suerte, y un hombre me iba a violar. ¿Dónde estaba Ella? ¿Por qué no venia? ¿Por qué tardaba tanto? Me puse a llorar histéricamente. Era inevitable lo que iba a pasar. Empecé a sudar de la angustia. El bajo su mano a mi coño, empezó a acariciarlo suavemente y luego a darme con la mano.

Por unos segundos me dejo a un lado, pensé que se iría, que se le haría tarde, que me dejaría. Pero todo lo contrario, note que se apoyaba a la izquierda de mi cabeza y me agarro del pelo tirándome hacia el. Note como intentaba meterme algo duro con plástico en la boca, y apreté mas los labios cerrándolos, mordiendo con ganas mi chupete. No quería dejar ni un ápice de posibilidad de que me metiese esa cosa asquerosa en la boca.

El insistía en introducírmelo en la boca y yo meneaba lo que podía la cabeza para evitarlo, pero sus tirones con mi pelo no me dejaban mucha oportunidad. Entonces se puso entre mis piernas, sujetándomelas para que las tuviese abiertas, apretando mis muslos contra la cama. Me resistí todo lo que pude, pataleando, pero el logro meterme la punta de su frio pene.

Entonces cuando yo tan solo sabía luchar por no darlo todo por perdido, me quito el pañuelo de mis ojos y me quede totalmente helada. El tiempo se detuvo de tal manera que ni me di cuenta de que también me desataba las manos. Mis ojos se hicieron a la luz y pude comprobar alucinada que era Ella quien estaba ahí. Era mi Diosa quien estaba con solo su blusa y sus medias intentando violarme con un consolador doble

Sin dudarlo me lance a sus brazos. Al hacerlo se introdujo más en mi coño el dildo que Ella había intentado meter sin tanto éxito. Pero ya no sentía dolor, solo gratitud. Era Ella y yo estaba a salvo. Todos mis miedos desaparecían en ese abrazo. Ella me cogió por la mejilla y me miro a los ojos llorosos. Ahora yo lloraba de felicidad. Me secó las lágrimas con el guante y me dio unas cuantas bofetadas mientras me miraba fijamente. Yo tan solo pensaba en que estaba abrazada a Ella y era felicidad lo que sentía. Yo tan solo lloraba y sonreía con gratitud por estar Ella junto a mí. "Teta, teta, teta" decía yo mirándola como quien mira a algo maravillosamente sobrenatural.

Ella me abofeteo más fuertemente y seguido acomodo mi cabeza sobre su pecho, yo sentía su latir sobre aquellos objetos de mis más oscuros y poderosos deseos que eran sus tetas, dolorosamente cubiertas por su blusa. Podía sentir a través de la blusa el calor de la piel de sus tetas en mis azotadas mejillas. Empecé a respirar con dificultad por la excitación y Ella aprovecho para meterme más el consolador y moverlo violentamente.

Paró en seco y me terminó de desatar las piernas. Entonces me fije en algo, en una de las sillas de la habitación, sobre la que puse la maleta, ahora estaba en el suelo y había encima una cámara de video. Ella se puso de pie y mirándome me dijo "ponte contra la ventana. Quiero que estés pegada al cristal. ¿Esta frio? ¿Te imaginas toda la gente que podría verte así?" Yo no quería ni pensarlo, desnuda como estaba con el vibrador todavía en parte dentro de mí y otra parte salida, y con las pinzas en los pechos.

"Abre las piernas para que se te vea mejor lo viciosa que eres. Estás preciosa." Que a una mujer como Ella con unas curvas tan maravillosas, con ese aire de majestuosidad, y esos pechos enormes rellenos del divino néctar de su leche, yo la pareciera preciosa me hacía sentir feliz. "Ahora quiero que vayas separando el culo del cristal pero sin separar nada mas hasta que yo te diga. Vete inclinándote hacia abajo" Me decía mientras con una mano guiaba mi culo hacia atrás y con la otra empujaba mi cabeza hacia abajo manteniéndola pegada al cristal.

Me encontraba con la mejilla pegada a la ventana, sujetándome con los brazos casi en cruz al cristal y con el culo en pompa y las piernas abiertas. "Bien bebe, es hora de que aprendas. Esta postura te gusta?" Dijo mientras empezaba a meter y sacar el consolador de mi coño y yo gemía. "Cada vez que te diga a la Ventana te pondrás así". Asentí y se fue para volver con una regla escolar de plástico de las que me mando comprar esa misma tarde.

Empezó a azotarme con la regla en el culo mientras me decía: "Te has portado mal, muy mal. Cuando he llegado no has querido que jugase contigo. ¿Acaso pensabas que era otra persona?" Asentí entre azote y azote. "Tendrás que aprender que yo dispondré de ti cuando quiera, y si quisiera que otra persona disponga de ti, así será. Si quiero presumir de que tengo un bebe obediente y que lo demuestres con las personas que yo quiera, así lo debes de hacer. ¿Lo has entendido bebe??". Yo asentí, mientras gemía por el dolor e intentaba mantenerme de pie, pero llego un momento en que los azotes eran tan seguidos y cada vez más fuertes, que llego a romper la regla.

"Uys nena, tienes el culo tan duro que has roto la regla, pero no te preocupes, que aparte de este juguetito (de mientras empezó de nuevo a mover en mi interior el consolador), me ha dado tiempo de traer de casa a por mas cosillas. Por cierto luego me tengo que duchar para quitarme la colonia de mi marido, que me gusta, pero no tanto." Se alejo un momento para traer una especie de vara pequeña como de caña o algo así y empezó a darme con ella de nuevo.

"Bebe, me has impresionado tanto que he decidido jugar contigo mas, por eso fui a mi casa a por mas cosillas como la cámara de video, mira a donde ella y sonríe, así bien, ahora a la ventana. Aprendes rápido bien, así me gusta." Y empezó a azotarme de nuevo con la vara. "Esto lo hago para que aprendas, y para que tu culo quede suave." Volvió a azotarme rápidamente y cada vez más fuerte de manera que llego un momento en que apenas me podía sostener de pie. Yo en ese momento esta extasiada, entre el increíble dolor y el desproporcionado placer que obtenía mirándola. Al tener la mejilla pegada al cristal podía observar como Ella se movía con cada azote que me daba. Incluso llegué a desear el siguiente azote, el siguiente movimiento para adorar el baile de sus poderosas e hinoptizantes tetas. Mis lágrimas caían por la ventana y por mis pechos, pero ya no sabía si lloraba por mi dolor o por su placer.

Paró y acariciando mi dolorido culo dijo entusiasmada"¡¡mira qué bonito está!! Está suave y con un color precioso. Me encanta, ¡¡mira que rayas!!." Y volviendo a jugar con el consolador en mi coño y abriendo y cerrando la pinza de mi pezón derecho, se rio. Me miraba a la cara, que debía ser un reflejo de mis contradictorios sentimientos y se reía. "Bebe, hay que seguir con la educación. Escucha muy atentamente y aprende, solo te lo diré una vez. Ya sabes que no repito las cosas, quiero que tu mente sea una esponja de todo lo que te diga. Ahora ponte frente a mí, quiero verte bien para corregirte mejor".

La visión que me ofrecía era impresionante. Ahí estaba Ella delante mío con los brazos en jarras, sujetando en su mano derecha la vara. Estaba tan imponente, que yo me sentía pequeñita a su lado, y ridícula con miedo de que se cayese el dildo que había dejado medio metido en mi coño. Todavía llevaba la blusa super escotada y ajustadísima, tanto que hasta llegué a notar cada una de las venas de sus hinchados y dominantes pechos lechosos que abarcaban de brazo a brazo. Su piel se veía venosa por estar a otra vez a reventar de leche. Se notaba que me había dejado bastante tiempo desde que mamé ardientemente sus tetas. Se veían algo caídas por el peso, pero por lo hinchadas que estaban, sus tetas estaban muy abultadas hasta arriba, y deliciosamente rellenas. Mi boca se secó deseando tener su puntiagudo y duro pezón jugando con mi lengua y llenándola de maravillosa leche. Más abajo solo llevaba un liguero negro que sujetaba unas medias que terminaban en sus muslos, y unos zapatos de tacón. Seguro que más de uno querría estar donde yo estaba. Era increíble la suerte que tenía y pensar que hasta hace unas horas estuve a punto de desechar todo esto que me estaba pasando. Ahora me arrepentía de haberlo pensado.

"Cuando te diga sit down te pondrás de rodillas sentada sobre tus tobillos con las piernas abiertas y con las manos a la nuca. La espalda mas recta (dijo acariciándome con la vara la espalda). Así, si (colocándose delante de mí de nuevo). Cuando te diga sit up, será la misma postura pero de rodillas sin sentarte en los tobillos (dio una vuelta alrededor mío para comprobar cada musculo). Cuando te diga up, te levantaras y si no te dejo nada en las manos las pondrás a la nuca y separaras las piernas. ¿Lo vas entendiendo?" Volví a asentir deseosa de que siguiera mandándome que aprendiera más cosas.

"Bien, así me gusta, que quieras aprender. Cuando diga down te pondrás a cuatro patas con las piernas abiertas y las rodillas en un perfecto ángulo de 90º. Abre más las piernas, más (y con la vara me indicaba cuanto más quería que las tuviera separadas). Cuando diga shoes empezaras a lamer los zapatos y cuando diga feet me descalzaras dulcemente y lamerás mis pies. Lames bien si, (y cuando se apoyo hacia atrás en la ventana aproveche para con la lengua separar el zapato por el tobillo, y mientras dejaba con las manos con suavidad el zapato en el suelo, le pasaba delicadamente mi lengua por su empeine y dedos). Suficiente (le coloque el zapato de nuevo). No creo que haga falta decirlo pero cuando te ordene comer te lanzaras a mi coño como tú sabes y la verdad es que lo haces maravillosamente (Dijo mientras me acariciaba la cabeza) y cuando te ordene mamar, te lanzarás a por una teta, ya que será lo único de lo que te permitiré que te alimentes. No creo tampoco que haga falta recordarte como quiero que vengas cuando te diga ven. Por ahora es suficiente. Ya decidiré cuando debes aprender más."

Mi mente procesaba cada palabra que me decía con el fin de tenerlo bien grabado. No quería fallarla en lo más mínimo. Ya no sentía el dolor en sí mismo, sino la excitación de Ella al producírmelo. Sacó el consolador y me lo metió sin ningún miramiento en mi boca, follándome violentamente mi boca y mirándome a los ojos para ver cómo reaccionaba. "Antes no querías que te hiciera nada. No te dejabas. Pero ahora estás de lo más zorra posible. ¿Te gusta que te folle?" Me preguntaba mientras yo afirmaba con la cabeza.

"Pues ahora te toca a ti" me contesto. Me quitó el consolador de la boca y me empujó haciéndome caer encima de la cama. "Ponte de rodillas y sigue chupando el consolador. Separa las rodillas, más, más." Y según lo decía, metió a lo bestia otra vez el consolador en mi coño pero por la parte seca. Yo estaba húmeda, pero aun así me dolió algo. Luego me cogió la mano y me puso la otra punta del consolador la que tenía mis babas en ella. En un principio no sabía qué hacer, pero me puso sus brazos alrededor de mi cuello y sus piernas abiertas a horcajadas encima de las mías, así que coloque una mano en su culo y la atraje hacia el consolador introduciéndoselo suavemente en su coño. Ella echó su cabeza hacia atrás mientras respiraba entrecortadamente dejándome a mi visión esos pechos bamboleantes presos de su camisa escotada.

Empecé a moverme acompasadamente y con gran dificultad por la posición. Ella se dejaba caer hacia atrás, con lo que yo además la tenía que sujetar y hacia adelante apresándome mi cara entre sus pechos y volviéndome más loca aun y follándola yo con mas frenesí. Yo no paraba de mirar su escotada camisa y moverme con el fin de poder liberar a esos dos prisioneros que eran mi locura.

La postura me resultaba de lo mas incomoda y cansada, de manera que sudaba y me costaba respirar del esfuerzo, pero solo importaba su placer, solo quería desfallecer proporcionándola placer, y así fue. Cuando Ella llegó a su orgasmo, se dejo caer encima de mí cayendo las dos de espaldas y aplastándome con su maravilloso cuerpo.

Las dos estábamos cansadas de un día tan clarificador como agotador. Nunca jamás habría pensado en mi vida que terminaría así, esclava de un deseo, esclava de Ella. Me arrancó el dildo de mi coño y me lo hizo limpiar con mi boca, así como su coño.

"Bebe, ya es hora de dormir, pero antes al baño" Se levanto pellizcándome la mejilla y cogió la cámara y con el trípode la puso al lado de la puerta del baño. "Ahora ven. Bien así, de rodillas. Mi bebe aprende muy bien (dijo mientras seguía llevando cosas al baño). Ahora siéntate en la baza y haz pis." Recorrí la corta distancia hacia el baño y todo el baño. El baño era rectangular. Empezaba en una esquina con la puerta y seguida un lavabo de piedra corrida que terminaba al lado de la ducha que recorría el resto de pared. En la otra punta del baño, había un ventana y debajo de ella la baza.

Me deslice hasta la baza y me senté en ella, pero no lograba hacer nada con Ella mirándome y sabiendo que tenía una cámara grabándome. "Bebe, haz pis. ¿No puedes? Yo te ayudaré." Y acercándose a mi me dijo "Abre las piernas" Y seguido se sentó encima de mis piernas frente a mí. Puso su coño encima del mío, lo que al roce me excitó. Ella acariciándome me ladeo la cabeza y me la puso sobre sus ansiadas tetas. "Cierra los ojos y abrázame bebe, quiero que sientas mi cuerpo." Empecé sintiendo el palpitar de su corazón y su piel caliente, luego sentí como de su coño brotaba un líquido caliente que se deslizaba a través de mi coño. Era su pis, estaba mojando mi coño, y me hacía sentirme más suya. Era como su fuera su muñeca, y me encantaba. Su cálido líquido me irritaba mas mi coño y su sonido me volvía loca. Instintivamente me puse a hacer pis, y con los ojos cerrados me imagine los dos líquidos bajando juntos y yo con mi cara pegada a su pecho. Me abrace más a Ella besándola con devoción en la piel que sobresalía de la blusa. Estaba calentísima. Después Ella se puso de pies frente a mí y supe que tenía que limpiarla su delicioso coño. Y Ella me hacía notar que yo ya era una alumna aventajada en ello.

Tirándome del pelo me separo de su coño."Ahora bebe, toca ducharte" y puso su pierna sobre mí, clavando el tacón en mi muslo. Le quite primero esa media y el zapato, y luego repetimos con la otra pierna. Ella se quito el liguero y mirándome con ojos picarescos me dijo "¿Serias capaz de desabrocharme la blusa con los dientes bebe?" y sin esperar a que pudiera decir algo más me levante y me puse manos a la obra, o mejor dicho dientes a la obra. No fue nada difícil, ya que de por si los botones estaban a punto de salirse del ojal. Después de que terminase con el último botón Ella giró para que terminase de quitarle la blusa. Volvió a ponerse enfrente de mí. Yo tan solo tenía ojos para sus exuberantes pechos, y no era dueña de mi cuerpo. Empecé a temblar, mi boca salivaba y respiraba con dificultad. Se me quedo la boca abierta y sin poderlo controlar se me caía la baba literalmente. Me sentía derrotada. Ella se rio complacida, y cogiéndome de la mano me llevó a la ducha. Me lavó todo el cuerpo con un estropajo, al principio era horrible, pero su sonrisa y su cuerpo hizo que ese dolor se convirtiese en su placer. Yo con tan solo jabón en mis manos me puse a recorrer el suyo embobada al mirar como sus tetas se movían bajo el agua caliente que nos unía a las dos.

Ella me saco de la mano y se sentó encima del lavabo mirando de frente a la cámara mientras yo permanecía de pies a su lado admirando su cuerpo de diosa.

"Mi bebe, pareces atontada mirando mi cuerpo, ¿Tanto te gusta?" y mientras yo asentía con la cabeza Ella recorría su cuerpo con su mano y mis ojos iban tras esa mano hipnotizada. "Sécame". Cogí la toalla y recorrí su cuerpo acariciándolo. Me entretuve delicadamente en sus pechos de los cuales salo un chorrito de leche. Se rio de cómo yo necesitaba tragar saliva cuando recogió con su dedo la leche. Me metió el dedo en mi boca y lo chupe con ansia. "Ven que te tengo que poner bonita mi bebe" y seguido se irguió abriendo las piernas y me atrajo hacia Ella colocándome la cabeza a la altura de sus pechos para seguido peinarme dos coletas dolorosamente, pero no tanto por los tirones que me daba, sino por ver sus tetas bamboleantes ante mis sedientos labios.

Después pasó a ponerme varias aureolas de pinzas en mis pechos y cuando terminó, puso una pinza en cada pezón mío. Con las dos pinzas en los pezones me tiraba hasta dejarme mi cuerpo casi pegado al de Ella, me tuve que colocar casi pegada a Ella, de manera que mis labios casi rozaban sus enormes y deliciosos pezón derecho. Ella tenía los pezones puntiagudos de todo lo que la excitaba mi dolor y para más goce suyo empezó a soltar y pinzar mis pezones de manera que por mucho que soportara yo el dolor, no podía evitar el mover los labios para evitar gemir y así rozar para total locura mía su preciado pezón. Al final aproveché para acariciarlos con mis labios y termine intentando mamar de la punta de su pezón desesperadamente. Entonces se rio y dejando las pinzas clavadas en mis pezones, empezó a restregar sus enormes tetas por mi cara hasta que sin poderlo evitar cace el pezón izquierdo y empecé a mamar de nuevo. Me cogió de la coleta derecha dándome unas bofetadas con su mano izquierda. "Mi bebe… solo mamaras cuando yo te lo indique, pero haces bien en no perder oportunidad. ¿Serás capaz de hacerlo? ¿Aunque sea en público? Ten en cuenta que me tendrás que demostrar que quieres ser mi bebe y como dije antes no podrás perder oportunidad, cada vez seré mas dura para que aprendas mejor." A lo cual respondí: "Teta teta, teta."

Entonces sonriendo volvió a recostarse en la pared de al lado de la ducha y giro la cabeza para mirarme por el espejo. "Up bebe… muy bien. ¿Te gusta mi cuerpo?¿Te gusta tenerme como Ama? ¿Cómo Diosa a la que adorar?" Asentí con la cabeza. "Mírate. Mira tu cuerpo. Nunca pensé en tener a una persona como tú de esclava, siempre quise un nene para jugar con él y su cosita. Pero no sé por qué tu llamaste mi atención y supe que necesitabas ser mi bebe. Supe que necesitabas que te modelase tu cuerpo y mente. Mira tu cuerpo ahora, me encanta. Ahora tienes la piel suave y delicada como un bebe y rojita, mira tu culo, como todavía tienes las rallas y tus tetas (las pobres estaban deformadas por las pinzas), ahora se ven preciosas." Me puso el chupete y siguió diciéndome: "Y ahora sí que tienes una dulce cara de bebe, sonrosada, con esas coletas y me encanta verte como chupas tu chupete. Ahora te pondré una cadena al chupete para que te la cuelgues al cuello y siempre lo lleves a todas partes. Aunque los bebes siempre lo lleven con un imperdible para que no lo pierdan cuando mamen. La imagen de tu chupete colgando de tu piel que se caiga cuando cojas teta me excita mucho, mucho. Pero así también estás preciosa. Sí, me haces sentirme orgullosa. Aprendes tan rápido…"

Mientras Ella hablaba yo la admiraba por el espejo y también me miraba. Es difícil por no decir imposible creer que todo esto pasó en un día. Que me la encontré el día anterior y que hoy había pasado todo. Me miraba en el espejo y no me reconocía, era otra persona totalmente distinta a la que había sido hasta entonces. Ahora mi vida solo tenía sentido a su lado, ya nada mas importaba. La necesitaba como al aire para respirar.

"Come, bebe" Y recordando lo que me enseñó anteriormente, a mi pesar, mi boca se tuvo que dirigir mas debajo de lo que hubiera deseado y me entretuve en deleitarla comiéndome su coño. Ella me tiraba de las coletas y de vez en cuando me ponía la cara de costado para que se viese en la cámara como la comía el coño. Se corrió en mi cara, y yo le limpie todo resto que pudiera quedar en su coño. Tirándome de las coletas hacia arriba quede al lado de su pecho. Ella pasó su brazo por encima mío y lavándome la cara con agua del lavabo me dijo. "Ay que ver bebe, como te gusta ensuciarte la cara." Yo solo tenía ojos para sus tetas y empecé a llorar por que a cada intento de mamar de ellas, ella me limpiaba la cara separándome de ellas. Después me separo riéndose de Ella tirándome de la coleta derecha.

"Bebe, ¿Tantas ganas tienes de teta?" Intente abalanzarme sobre su teta pero Ella me tiraba del pelo con fuerza mientras seguía hablando. "¿Te parece que son demasiado grandes para ti? (negué con la cabeza con la boca abierta a la caza de su teta derecha por su costado). Creo que no pones tanto interés. Que la cámara vea cuanto lo deseas, o ¿te son tan monstruosamente grandes que no puedes ni siquiera pensar en poder mamar toda la leche que hay en ellos?" Y como toda contestación me abalance, quedando pelo mío en sus manos. Mamaba con tanta devoción que hasta me corrí dejando que algo de leche se deslizara por mi cara. Ella volvió a tirarme del pelo hacia atrás para que quedase enfrente de la cámara. "Teta, teta, teta" suplique llorosa mientras tiraba para volver a alcanzar mi adorado objetivo. Ella se rio y me abofeteo. "Teta, teta" gemía yo cada vez que me impedía mamar. Para que dejara de tirarme del pelo seguí mamando con desesperación, pero esta vez metí un dedo en su vagina. Empezó a surtir efecto, pero no tanto el que yo desee, puesto que cogió con su mano izquierda el cepillo y empezó a pegarme por mi cuerpo. Yo sabía que tenía que darme prisa en vaciar sus gigantescas tetas, puesto que estaba ya empapando mi mano. Esta vez no estaban tan llenas como la primera vez, porque hacia algunas horas que ya los había vaciado.

Al final quedamos las dos abrazadas, Ella vacía de leche y de orgasmos y yo llena de Ella. Era maravilloso. Todo ese momento quedó en la cámara. Por un momento pensé que sería genial que cuando no pudiera mamar de sus tetas, pudiera verlas, aunque eso significara sufrir. Me beso en la frente y me puso el chupete en la boca, regalándome con estar unos segundos más en sus brazos besando sus tetas y mamando todavía sus ya sequísimos.

"Te has vuelto una viciosa, bebe. Voy a tener que regular más tus tomas. Creo que si por ti fuera estarías día y noche colgada de la teta (se rio escandalosamente). Eso hace que se encienda mi imaginación bebe. Ven, es hora de dormir". Y según Ella se dirigía hacia la cama apagando la cámara de camino, yo la seguí a cuatro patas. "Coge tu móvil y pon la alarma a las 7". Se acostó en la cama mientras yo permanecía de rodillas al lado de la cama admirando su esplendido cuerpo. "Acércate que te de un beso de buenas noche bebe", y quitándome el chupete me mordisqueo otra vez los labios hasta hacerlos sangrar. Después, sonriendo me volvió a poner el chupete y me dijo "Que dulce sabe mi bebe. Ten dulces sueños (dijo mirando como todavía yo admiraba embobada sus siempre deseados y ya añorados pechos). Apaga ya la luz."

Y según apague la luz, me quede recostada apoyada en la mesilla de noche, admirando como se veía el cuerpo desnudo de mi diosa con la luz nocturna que entraba por la ventana. No podía dormir, solo soñar despierta con Ella, con sus enormes y tensas tetas. Ansiaba que me llegase el día siguiente para poder mamar su leche, esa leche que hizo que se borrase toda mi vida anterior, y naciese para darla placer y alimentarme de Ella. Esa leche que sabia tan fuerte como el lazo que se había establecido entre nosotras dos. La recordaba en mi paladar espesa, no muy dulce. Pero sabía que nunca más podría olvidar su sabor, sabía que no podría vivir sin Ella.