Mi mujercita contra todo el ayuntamiento
Ultima parte de "Mi mujercita no sabe decir no". Gang bang
Soy Pepe, el cabrón de su mujercita con cara de niña de los relatos anteriores de esta serie. Os voy a contar cómo está en la actualidad y acabo con la serie.
Pasaron los años y mi mujercita siguió con sus vicios, últimamente incorporando tendencias cada vez más guarras.
Un día mi hermano la estaba dando por culo, se corrió dentro de ella y a continuación le entro ganas de mear. Ella se estaba corriendo como una cerda echando chorros de leche de sus tetas al suelo.
CARLOS: Ana, me estoy meando.
ANA: no, no me la saque por favor, que me estoy corriendo como una burra. Méate dentro, no me importa.
Mi hermano le echó una larga meada en sus intestinos y mi mujercita al sentir aquella lavativa llegó a un clímax tremendo echando flujos a chorros de su coño.
ANA: Aggggh, guarro, te meas dentro de mi cuerpecito. Qué gusto sentir tu pipí calentito!!
Otro día estaba metiéndole mano a mi padre. Este le dijo:
MATEO: déjame Ana que antes tengo que ir al baño a mear.
ANA: pues está ocupado, se está duchando su mujer.
MATEO: Pues no puedo aguantar niña!.
ANA: no importa suegro, méese en mi boca. Tengo ganas de sentirme una guarrila.
Mi padre caliente, como estaba, le hizo caso y le soltó un largo chorro de orina que la putilla se bebió como si fuera agua de un botijo.
MATEO: cada día eres más guarra hija, Te lo has tragado todo puerca.
ANA: Umh, si, y me ha gustado. Mira como se me ha puesto el chochito de mojado, me corre los flujos por las piernas abajo.
En definitiva que últimamente mi cerdita esposa está a disposición de todos nosotros para lamernos el culo cuando vamos a cagar utilizando su lengua como papel higiénico, y a veces cuando está cagando ella en el váter y entramos alguno a mear abre la boquita apetitosa para que lo hagamos dentro de ella.
Con veinte años se quedó preñada otra vez, creo que de mi padre y tuvo otro niño. Sus tetas volvieron a producir más leche convirtiéndose en una fuente de amamantamiento de todos sus hombres y sus dos hijos.
Actualmente tiene veintiún años y sigue igual de buena, con su carita de niña, su piel blanca y su vicio metido en el cuerpo a pesar de ser madre de dos niños, uno de un año y otro de tres.
Hace poco la puta me dijo que le gustaría que le organizara una Gang Bang, lo había visto en las películas porno y tenía muchas ganas que un montón de hombres la follaran a la vez por todas partes.
Yo tomé nota y como en el pueblo ya se sabía la condición de putita de mi mujercita y la de cornudo mía, me atreví a organizarle una.
Yo soy concejal del ayuntamiento, el cual está formado por once hombres y el alcalde, todos machos. Los hay de todos tipos jóvenes y viejos, casados y solteros, pero todos son unos corruptos pervertidos. En un pleno, en el turno de ruegos y preguntas yo propuse organizar un pleno con el único punto del día de follarnos todos a mi mujercita y fue aprobado por unanimidad.
Llegamos a las diez de la mañana. Mi mujer vestía un short vaquero y un top marcando las hinchadas tetas tiesas. Nos reunimos en la sala de plenos del ayuntamiento presidida por el alcalde, un señor de sesenta años con fama de mujeriego.
ALCALDE: niña, qué buena estás. Te ordeno que nos saques uno a uno las pollas y nos empalmes con esa boquita de mamona que tienes.
ANA: sí señor, como usted diga.
Mi mujer se hincó de rodillas en el suelo y fue chupándonos uno a uno nuestros ya morcillones pitos hasta empalmárnoslo. Se relamía las sustancias más guarras que algunos tenían en su prepucio disfrutando como una guarrita que es lo que es.
Cuando llegó al concejal de agricultura dijo:
ANA: pero bueno!. Marido, mira que pito más grande tiene este, es como la del burro que tiene tu padre.
Efectivamente mi compañero de partido tenía fama de ser bien dotado, pero nunca me hubiera imaginado que tuviese un cipote tan largo y gordo. Le llegaba colgando a las rodillas.
Después de ponernos a todos empalmados, mi mujercita se quitó el top enseñando las hinchadas tetas llenas de leche. Se fue sentando sobre las piernas de cada uno dándole de mamar mientras le sobaba despacio la polla.
ANA: tranquilos que tengo leche para todos!
Alguno le ordeñaba la otra teta echando chorros al aire.
Cuando acabó de amamantar a todo el pleno. Mi mujercita ya se había puesto cachonda.
ANA: vaya, mirad cómo se me ha puesto el pantalón.
Mi mujer tenía una gran mancha de flujos en el short, parecía que se había meado.
PEPE; no pasa nada cariño, quítatelo y enséñale a estos señores tu chochito.
Se lo quitó dejando ver su vulva delicada, blanca y sin pelos, como el de una niña.
Allí estaba en medio de todos exhibiendo su frágil cuerpo tan apetitoso a once machos empalmados. El más fortachón la cogió en volandas y la echó en la mesa de plenos bocarriba.
PEPE: señores aquí la tienen , que os aproveche!
Los concejales empezaron a meterle mano por todas partes sobando su cuerpecito. Le metían dedos en sus tres agujeros.
- Vaya tetas mas blanditas tiene
- Umh, el chocho está ardiendo y lleno de flujos.
- Por este ojete tan elástico ya han entrado muchas pollas.
- Uy que boquita, saca la leguita guapa.
Estos eran algunos de los comentarios que dijeron. El alcalde le metió tres dedos en su coño y brutalmente empezó a meterlos y sacarlos con un ritmo frenético. Mi mujer al sentir eso, se corrió como una burra echando chorros de leche por las tetas sin tocarlas..
ANA: jodeeeeeer, ayyyy que gustazo, qué me hace señor alcalde, me voy , me corrooooooo, aaaaa, uuuuuu..aaaaaaagh.
Los hombres se quedaron maravillados del orgasmo tan fuerte de mi mujer.
A partir de ahí todo y cada uno fuimos follandonos a Ana por el agujero que más nos gustaba. Encima de la mesa. Ella era raro que no alcanzara un orgasmo con cada concejal. Algunos le dieron por culo, otros por coño y otros por la boca maravillándose de cómo se las metia enteras. Se corrían en su boca y ella se lo tragaba todo, dentro de su culo o dentro de su coño, entonces ella solía recoger con sus dedos el semen para llevarlo a su boca.
El de la polla de burro se la metió a petición de ella en el culo, quedándose maravillado por poder alojar por primera vez su enorme cipote dentro de una mujer.
ANA; me tiene acostumbrada mi cuñado, ji, ji, ji.
Uno de los concejales era un oso, gordo y grandote. Fue muy fuerte ver cómo se echaba en el delgadito cuerpo de mi mujer y se la follaba echando los ciento veinte quilos encima de ella, la cual disfrutaba sin protestar, aunque respirando con dificultad. También obtuvo su orgasmo mientras el oso la aplastaba.
Así siguieron, Ana miró su reloj.
ANA: venga que tengo prisa, hacedlo de dos en dos.
El grandote forzudo la ensartó por el ojete y cogiéndole las piernas se la folló en volandas. Tenía el coño abierto, ofrecido. Cosa que aprovechó otro compañero para meterle su tranca dentro. Le hicieron un sándwich en el aire que la llevó a otra corrida.
Los tres últimos se la tiraron a la vez: ella echada sobre uno con la polla en el coño, otros atravesándole el culo y el tercero por la boca. Cuando terminaron mi mujer dijo:
ANA: Bueno, me habéis hecho muy feliz señores. Ahora me tengo que ir porque tengo que recoger los niños del colegio.
ALCALDE: eso ni hablar, ¿es que tú te crees que con un polvo tenemos bastante?. Anda, anda. Ahora mismo llamas a tu suegra y le dices que vaya a recogerlos ella, que tú estás haciendo un trabajo importante para el ayuntamiento.
Mi mujer dócilmente obedeció y llamó a mi madre. A mí se me ocurrió que nos calentara con una de sus últimas cochinas prácticas.
PEPE: Ana, nos vamos a poner todos con el culo en pompa y te vas a encargar de chupárnoslo uno a uno a los once para ponernos el pito tieso.
La guarrilla de mi esposa obedeció y sorprendió a los presentes regalándole con una limpieza de ojete hasta empalmarlos. A los más mayores mientras se lo chupaba les meneaba la polla con una mano.
ANA: maridito, este señor se debe limpiar mal cuando hace caca porque tiene todo lleno. Pero no se preocupe que yo con mucho gusto se lo dejo limpito.
Cuando acabó con todos dijo:
ANA: Me habéis calentado mucho oliendo vuestros culetes, qué cachonda me pone un culo sucio de un macho!. Ahora a seguir metiéndome pollas.
Esta vez no fue uno a uno, todos a la vez la follaban sin dejar ningún agujero vacio, ella explotaba de vez en cuando gritando como una niña y echando muchos flujos en la mesa.
PEPE: podéis entrar dentro de mi mujer en su culo y en el coño de dos en dos. Vamos a probarlo.
Mi mujer se echó sobre mí metiéndose mi nabo en el coño. Enseguida noté como otro compañero metia su cipote junto al mío en elástico coño de Ana. Este último se echó a un lado dejando espacio para que dos más se la endiñaran a la vez en el ano.
ANA: joder! Me vais a reventar. Nunca había tenido cuatro pollas follandome a la vez. Ahora, antes de que explote por favor señor alcalde métame su pito hasta el fondo de la garganta para hacer la gracia completa.
La rebosaron de leches de tíos por todos los agujeros mientras ella explotaba.
El alcalde y uno de los dos concejales que tenía en el culo se quedaron dentro de ella y a una indicación mía se mearon dentro de ella. Fue una sorpresa, al principio se atraganto, tosió, dijo “guarros mearos dentro de mí”.
Los otros siete concejales que aun no se habían corrido todavía la hicieron ponerse de rodillas en el suelo y meneándoselas ellos mismos le echaron cascadas de semen en el pelo, la cara, las tetas, el culo, etc.
La dejaron echa un asquito y corriéndose por última vez frotándose el clítoris ella misma en otro orgasmo que hizo que le salieran chorros de leche de las tetas.
Lo dimos por terminado dándonos un morreo a cada uno. Se fue a la ducha del ayuntamiento a quitarse el montón de semen que tenía en el coño, culo y piel.
Días después me dice mi mujer que se ha quedado preñada de nuevo y que según sus cálculos fue del día de la ganaban en el ayuntamiento. Así que vamos a tener un “hijo del pueblo”. Otro bastardo más para mi cornamenta.
Como veis tengo una mujer muy viciosa y obediente, y yo disfruto de ello.