Mi mujer y yo probamos con otro hombre (II)

Tras tomar la decisión llegó el día del encuentro con otro hombre

Ana y yo habíamos tomado una decisión, íbamos a quedar con otro hombre para follar los 3 juntos. El candidato estaba elegido y tras hablar repetidas veces con él, llegó el día del encuentro.

Habíamos quedado en la cafetería de un hotel, a las 18:00. Ese día se nos hizo interminable, pasamos el día sin hablar mucho, estábamos nerviosos, yo dudaba que ella siguiera adelante con esto, me daba miedo que se arrepintiera en el último segundo, ella tambien dudaba, pero sus dudas eran otras como me confesó después, ella dudaba que yo me atreviera a dejarla follar con otro hombre, y que encima estuviera presente. Aunque desde el primer día en el que salió el tema yo estaba 100% dispuesto, y cada vez tenía más ganas, me llenaba de excitación el saber que otro hombre iba a poseerla, que iba a verla comiendole la polla a otro tio, y encima yo tambien iba a participar, me la iban a comer entre los dos!! cada vez que lo imageinaba el bulto crecía en mi pantalón.

Llegó la hora de prepararse, yo me duché y me vestí con unos vaqueros y una camiseta de manga corta, estabamos en primavera y ya empezaba a hacer calor. Ella se tomó su tiempo en la ducha (luego descubrí que estaba depilandose el coño), empezó a vestirse y cuando la ví salir del aseo me quedé bastante impresionado, se había alisado el pelo, estaba maquillada pero sin pasarse, lo justo para que se notara que quería estar más guapa de lo normal, y se había puesto un vestido verde, entallado y sin tirantes, con el que se podía intuir que tiene unas tetas preciosas, no son muy grandes pero son totalmente redondas y muy bien colocadas, tienen el tamaño justo para que te llene la mano y se queden bien firmes cuando no lleva sujetador. Tambien se había puesto unas medias y unos tacones verdes.

Nos subimos al coche y nos dirijimos al hotel, el trayecto fue muy tenso, fruto de los nervios y de la excitación que ya empezabamos a sentir. Llegamos al hotel, aparcamos cerca de la entrada y nos dirijimos a la cafetería, allí enseguida reconocimos a Carlos, sabíamos como era por las fotos que nos había mandado, pero él no nos había visto por lo que no sabía que eramos "su pareja". Era bastante mayor que nosotros, tenía 37 años según nos había dicho, era delgado, estatura media, pelo corto y entrecano y la verdad que era bastante apuesto, facciones marcadas y una sonrisa de que hacen que te fíes de esa persona, un hombre de mediana edad, de complexión normal y seguro de sí mismo.

En ese momento dudé, aún podíamos dar la vuelta y hacer como si nada, era una sensación muy fuerte: se iban a follar a mi mujer!. En ese momento yo me quedé un poco parado, y fué Ana la que tomó la iniciativa cogiendome de la mano y llevandome a una mesa vacía. Nos sentamos y pedimos unos cafés. De reojo veía que Carlos nos miraba nervioso, seguro que estaba pensando en acercarse pero dudaba porque no sabía si eramos nosotros o no. Miré a Ana buscando su aprobación y ella asintió con la cabeza, por lo que le hice un gesto a Carlos, saludandolo con la cabeza como si lo conociera, él se levantó inmediatamente y se acercó.

  • Hola Carlos, ¿que tal? - le dijé aparentando despreocupación.

  • Buenas Alberto, pensaba que no vendríais.- respondió

  • ¿Y eso por qué?. - le pregunté extrañado.

  • No es la primera vez que me lo hacen, mucho hablar pero luego no aparecen.

  • Pues vaya, pero ya ves, nosotros no somos así, siéntate con nosotros hombre. - Le dije estrechándole la mano

Se quedó mirando a Ana, fue un momento un poco tenso, ninguno sabía lo que hacer en esa situación, además Ana estaba enfrente mía, por lo que Carlos tenía que elegir si se sentaba a mi lado o al lado de ella. Ana reaccionó y se puso en pie.

  • Hola Carlos, encantada de conocerte, soy Ana.- Le dijo dandole dos besos. - Sientate, que estabamos tomando un café.

El rápidamente se sentó al lado de ella. Al ser martes a las 6 de la tarde no había casi nadie en la cafetería, por lo que podíamos comportarnos con relativa tranquilidad. Estuvimos unos minutos hablando de cosas triviales, el tiempo, la zona, el tipo de cosas de las que se habla cuando no se quiere estar en silencio.

Carlos me miraba principalmente a mi cuando hablaba, pero echaba rápidos vistazos a Ana, poco a poco nos fuimos soltando y empezamos a hablar con más libertad, en ese momento el sacó su DNI y nos dijo que nos había mentido, que no tenía 37 años sino 43, que se sentía mal por haberlo hecho y que quería que lo vieramos para que creyeramos lo que decía. Nos dijo que como nosotros eramos tan jóvenes (yo 26 y Ana 24 años) le daba vergüenza decirnos su edad. Le respondí rápidamente que eso no nos importaba, nos importaba la persona en sí, no su edad, él se quedó mas tranquilo y seguimos hablando unos minutos más.

  • La verdad es que no os esperaba así. - Nos dijo

  • ¿Y cómo nos esperabas? -perguntó Ana curiosa

  • Pues no sé, os había imaginado muchas veces, pero no esperaba que estuvieraís tan bien. - Dijo mirando descaradamente el escote de Ana

  • Jeje, ya será para menos. - Dijo ella ruborizada

  • Entonces, ¿Tienes una habitación aquí? - Le pregunté cambiando de tema, la verdad es que me había puesto nervioso al ver como coqueteaba con ella, quería ver lo que pasaba y sobre todo quería que pasará cuanto antes.

  • Si, la 501, si queréis subimos ya. - esto último lo dijo cambiando el tono, como pidiéndo perdón por decirlo.

  • Por mí sí, ya hemos terminado el café.- dije yo

  • Pues si, mejor subir ya. - Peplicó nerviosa Ana.

Le hice un gesto al camarero para que nos trajera la cuenta y cuando se acercó y saqué la cartera Carlos le dijo que lo cargara a su habitación

  • Hombre, no hace falta, lo pagamos nosotros - Le dije

  • No hombre, no, es lo menos que puedo hacer. - Respondió guiñandole un ojo a Ana.

  • Como quieras - Le dijo ella sonriendo.

Así pues nos levantamos y lo seguimos hacia los ascensores, nos subimos y Carlos pulsó el botón de la quinta planta. Cuando las puertas se cerraron se puso junto a Ana, la cogió de la cintura y le dió un beso en la mejilla, en ese momento supe que ya no había vuelta atrás, que íbamos a hacerlo, que iba a ver como otro hombre tocaba a mi mujer, la besaba y se la iba a follar. En ese momento me sentí como fuera de lugar, como si no pintara nada allí; Carlos debió de darse cuenta porque me miró fijamente, bajó su mano hasta el culo de Ana y me dijo:

  • Creo que vamos a pasarlo muy bien esta tarde, ¿verdad Alberto?

Sin darme tiempo a responder se acercó a mí y me dió un buen morreo. Yo me quedé paralizado, era la primera vez que me besaba un hombre, notaba su vello en mi boca, iba bien afeitado, pero aun así pinchaba, noté sus gruesos labios atrapando los míos y la calidez de su lengua buscando la mía.

Yo sabía que él era bisexual, y es cierto que no habíamos hablado de lo que íbamos a hacer él y yo, pero yo daba por sentado que no habría nada de besos ni de caricias entre nosotros, eso no me gustaba, pensaba yo, pero... ¿no me gustaba? ¿Acaso no me había puesto a mil el beso que me acababa de dar? Notar su masculinidad pegada a mi, su barba en cara, la intensidad que irradiaba... Estaba muy confuso. Menos mal que se paró el ascensor y se abrieron las puertas.

Carlos salío el primero, yo seguía paralizado, por lo que Ana se acercó a mi, me dió un beso rápido y me preguntó:

  • ¿Estás bien?

  • Si cariño, perfectamente, es que no me esperaba eso. - Respondí

  • Tú relajate, hemos venido a disfrutar. - Me dijo mirándome fijamente

Me besó otra vez en los labios y salimos cogidos de la mano. Carlos nos dejaba nuestro espacio, hasta el momento su comportamiento era perfecto, sabía lo que tenía que hacer para calentarnos pero no quería forzar las cosas.

Entramos a la habitación, una habitacion con cama grande (yo creo que sería de 2 por 2 metros), un aseo completo con bañera y ducha, una zona con sofá y una mesita y un balcón al que no salimos en toda la tarde.

Entonces llegó otro momento "delicado". Esbamos mi mujer y yo en una habitación con un extraño y se supone que íbamos a follar. Yo no sabía lo que hacer, Ana tampoco, mientras que Carlos en su mirada transmitía mucha tranquilidad.

  • ¿Queréis algo del minibar? - Nos preguntó

  • Yo no quiero nada, acabo de tomarme el café. - Respondí

  • A mi no me apetece nada. - Dijo Ana un tanto cortada.

  • ¿No te apetece nada de nada?. - Dijo Carlos poniendo otra vez esa sonrisa pícara.

Se acercó a Ana de frente, la cogió por las caderas con ambas manos y empezó a besarla con firmeza pero con suavidad. Yo estaba al lado de Ana y veía como los labios de mi mujer desaparecían en la boca de Carlos. Ana tenía los brazos caídos a ambos lados de su cuerpo, se dejaba besar pero no hacía nada, poco a poco la intensidad del beso fue aumentando, veía como sus lenguas se buscaban, como Ana enterraba su lengua en la boca de Carlos mientras que empezaba a acariciarle la espalda, subiendo una mano hasta la cabeza de Carlos y como lo apretaba hacía ella, como si no quiesiera que se alejara ni un centímetro. Carlos aprovechó para empezar a sobarle el culo por encima del vestido, con ambas manos apretaba el culo de mi mujer, lo pellizcaba y lo volvía a apretar.

Yo volvía a sentirme fuera de lugar, no sentía celos, era totalmente distinto, era como si me sintiera inferior, como si pudiera irme y ellos ni siquiera lo notarían. Mi experiencia en estos casos era totalmente nula, no sabía lo que hacer, si tenía que dejarlos, tenía que unirme, tocarlos... no sabía nada. Entonces una vez más Carlos puso orden, soltó a Ana que se quedó con la boca abierta y los ojos como platos, estaba realmente excitada. Se acercó al sofá y nos dijo:

  • Yo creo que lo mejor sería que empezaráis vosotros solos, en la cama, y poco a poco voy entrando yo, ¿os parece?

  • Pues me parece perfecto.- Respondí rápidamente, la verdad es que Carlos estaba manejando la situación a la perfección, quería que todos estuvieramos a gusto y sabía como conseguirlo.

  • Claro, así está bien. - Repondió Ana, recolocándose el vestido.

  • Y ya sabéis, aqui estamos para pasarlo bien, cualquier cosa que no os guste me lo decís y listo. - Añadió Carlos.

  • Si, no te procupes, te lo diremos. - Respondió Ana en nombre de los dos.

Ana se acercó a mi, me susurro al oído que si estaba listo, yo la miré a los ojos, ví que ella lo estaba y la besé a modo de afirmación.

Nos subimos a la cama, de rodillas y empezamos a besarnos, Ana estaba muy excitada, me besaba de manera muy apasionada y me pasaba las uñas por la espalda como sabía que me gustaba, me quitó la camiseta y empezó a besarme el pecho y bajar por mi barriga, yo aproveché para mirar a Carlos, que se había sentado en el sofá y me miraba de manera complice. Ana empezó a desabrocharme el pantalón, yo aproveché para bajar la cremallera de su vestido, me quité el pantalón, di la vuelta y de espaldas a Ana empecé a sacarle el vestido por la cabeza. Ana se tumbó boca arriba y yo me quedé mirando, ahí estaba yo, en calzoncillos, junto a mi mujer con el sujetador sin tirantes, unas bragas negras, las medias y los zapatos y con una mirada de deseo que nunca había visto.

Me tumbe junto a ella, de lado en la cama, acariciando su cara, sus tetas, su vientre, le quité el sujetador, bajé a sus piernas, le quité los zapatos y vi como Carlos se estaba tocando el paquete por encima del pantalón, aparté la mirada rápidamente, la verdad es que me daba mucha vergüenza, pero a la vez me ponía muy cachondo. Pensé en dejarle a Ana las medias puestas, soy bastante feichista y sus pies con las medias puestas me gustan muchísimo, le bajé poco a poco las bragas mientras Ana se acariciaba las tetas con ambas manos moridiéndose el labio inferior. Me puse de pie en la cama y me bajé los calzoncillos. Estaba muy excitado pero no estaba empalmado, sería por los nervios.

Ana aprovechó que yo estaba de pie en la cama y se sentó, quedando su cara a la altura de mi polla, la cogió con una mano y se la llevó a la boca, la beso dulcemente, me miró a los ojos y empezó a pasar su lengua por la punta de mi polla, que poco a poco iba creciendo en sus manos. Cuando ya estaba totalmente empalmado se puso de rodillas a mi lado, me giró para quedara de lado respecto a Carlos y mirándolo a él se acercó a mi polla y se la metió en la boca, primero la punta, luego hasta la mitad y despues hasta dentro. Lo hacía despacio y profundo, me estaba haciendo una mamada perfecta, entonces miré de nuevo a Carlos, que se puso de pie y empezó a desvestirse, Ana tenía ya los ojos cerrados, por lo que no veía como Carlos se quitaba la ropa. Con mi mano empecé a guiar la cabeza de Ana, a marcarle el ritmo, mientras veía como Carlos estaba ya en ropa interior, me quedé mirando su paquete y entonces empezó a quitarselos, salió su polla totalmente empalmada, estaba curvada hacia abajo y era algo más gorda que la mía, y prácticamente igual de larga.

Saqué la polla de la boca de Ana, me agaché y la besé en los labios, Carlos aprovechó para subirse a la cama, por lo que yo me aparté, indicándole que tomara mi sitio. Se puso de rodillas donde estaba yo, acarició la cabeza de Ana y la guió hacia su polla, los ojos de Carlos estaban fijos en Ana, los ojos de Ana fijos en los de Carlos, y la boca de Ana acercándose cada vez más a la polla de Carlos. Yo lo veía todo a cámara lenta, me parecía totalmente irreal lo que estaba pasando pero me estaba excitando como nunca antes me había excitado en mi vida. La lengua de Ana salió de su boca y rozó la punta del capullo de Carlos, este se estremeció de gusto, Ana gimió, cerro los ojos, abrió la boca y se metió esa polla hasta dentro, no le cogía entera, supongo que por ser más gorda que la mía, comenzó a mamar la polla de Carlos mientras él se dejaba hacer, pasaron 30 segundos que para mí parecieron horas y entonces Carlos levantó la vista, me miró, cogió la cabeza de Ana con ambas manos y empezó a follarle la boca, cada vez más rápido, Ana gemía como podía, estaba muy cachonda, y Carlos me miraba con una cara que no había visto hasta ahora, si mirada era puro vicio, entonces noté un escalofrío, el calor me recorrió el cuerpo y me pasó algo que ni antes ni despues me ha pasado nunca: ¡Me corrí sin siquiera tocarme! Me dí la vuelta y puse la mano para recoger toda la corrida, aguanté la respiración y me fuí al aseo, estaba totalmente alucinado, me había corrido solo con ver como le follaban la boca a mi mujer, era algo increíble. Me limpié rápidamente y con mi polla desinflandome volví a la habitación, Ana no se había enterado de nada, estaba entregada a esa polla, y Carlos o no se dió cuenta o hizo como si nada.

Mi polla estaba flácida, por lo que para intentar que no se notara metí mi cabeza entre las piernas de Ana y empecé a comerle el coño, estaba empapadísimo, y al notar mi lengua sintió un escalofrío brutal, yo estaba acostado boca arriba, totalmente quieto y Ana era la que movía su coño para pasarlo por mi lengua, aprovechando los movimientos para comerle la polla a Carlos. No tardé ni dos segundos en volver a empalmarme. En menos de tres minutos Ana se corrió en mi boca, pegó su coño a mi cara dejándome casi sin respiración mientras se sacaba la polla de Carlos de la boca y gemía como loca, entonces hizo lo que hace siempre cuando se corre mientras le como el coño, se bajó sobre mi cuerpo y de un golpe se metió toda mi polla en su coño, saltando como una loca. Sus orgasmos duran bastante, por lo que siempre aprovecha que se sigue corriendo para saltar encima de polla y terminar de correrse con ella dentro. Cuando terminó de correrse se tumbó encima mía sin sacarse mi polla de su coño y empezó a besarme, yo estaba totalmente cachondo, me había relajado mucho despues de mi accidental corrida y estaba disfrutando muchísimo, cuando de repente Ana deja de besarme, levanta un poco la cabeza y veo la polla de Carlos un palmo por encima de mi cara, metiendose en la boca de Ana, cuando se la metía lo único que veía eran los huevos totalmente depilados de Carlos, al principio me dió bastante asco, pero poco a poco la excitación fue subiendo. Ana se sacaba la polla de la boca, me besaba y se la volvía a tragar mientras yo me la follaba tranquilamente por el coño.

Recordé las palabras de Ana antes de empezar: "relajate, hemos venido a disfrutar...". Veía como Ana se metía ese trozo de carne en la boca y me gustaba, así que aproveché cuando se la sacó y me besó para subir mi mano, coger la polla de Carlos y empezar a masturbarlo. Cuando Ana dejó de besarme para volver a chupar esa polla vió lo que estaba haciendo, me miró, sonrió y me dijo:

  • Te quiero cariño.- Besandome dulcemente

  • Yo tambien te quiero, mi amor.- Le respondí

Y tirando de la polla de Carlos la acerqué a nuestras bocas, Carlos enseguida supo lo que le estaba pidiendo:

  • Mmmm... Que bien. - Dijo Carlos, mientras se tumbaba a nuestro lado, dejando su polla frente a mis ojos.

  • Te toca cariño, ya verás como te gusta. - Dijo Ana, cogiendo la polla de Carlos y acercándola a mis labios.

Abrí la los labios y Ana guiaba la polla de Carlos a mi boca, noté como entraba en mi boca, hasta que noté la mano de Ana haciendo tope, era ella la que manejaba la polla de Carlos, marcaba el ritmo, lento pero fuerte, esa polla entraba y salía de mi boca, sabía a sexo, a Ana, a Hombre, sorprendido noté que me gustaba, me excitaba tener esa polla en mi boca, por lo que empecé a pasar mi lengua por ella y a intensificar las embestidas de mi polla en el coño de Ana.

Ana quitó su mano de la polla de Carlos, ahora era el que me follaba la boca a su antojo, me cogió la cabeza para que la dejara quiera y era él el que se movía, metiendo su polla en mi boca hasta que me daban arcadas, la sacaba, metía solo la punta, de nuevo fuera, la dejó en contacto con mis labios, cogió la cabeza de Ana y la acercó, ahora eramos los dos los que chupabamos, nuestras lenguas se encontraban, nos besabamos, lamiamos entera esa polla, me la metía en la boca, volvíamos a besarnos... era una locura. Ana empezó a mamarsela más rápido, yo acerqué mi boca y empecé a lamerle los huevos, sabían a sudor y a hombre, ya me daba igual, los lamía y me los metía en la boca mientras mi mujer chupaba esa polla como una loca.

  • Bufff, que gusto me estáis dando. - Dijo Carlos

  • Pues disfrútalo. - Dijo Ana, volveiéndose a meter la polla en la boca, ahora ya se la metía entera.

Yo no decía nada, estaba fuera de mí follandome a Ana y chupando los huevos de Carlos.

  • Como no paréis me voy a correr. - Dijo Carlos aguantando mi cabeza en sus huevos.

  • De eso ni hablar, todavía no. - Dijo Ana parando de mamarsela.

  • Quiero que me folles antes. - Le dijo mirándo a los ojos a Carlos.

Yo estaba alucinando, con lo recatada que es siempre Ana y estaba pidiéndole que le follara a un tio que acababamos de conocer, pero claro, quién era yo para sorprenderme, si hace media hora era totalmente heterosexual y ahora estaba lamiendole los cojones a ese mismo hombre.

  • Lo que tu quieras, preciosa. - Dijo Carlos

Se levantó a coger un preservativo, nosotros follábamos a pelo y aunque Ana tomaba la píldora habíamos hablado que queríamos que el lo hiciera siempre con preservativo.

Mientras se acercaba al sofá para buscar el preservativo en su cartera Ana empezó a saltar encima mía y me dijo:

  • ¿Te ha gustado, cariño?

  • Si, me ha gustado mucho. - Le dije algo cortado, una cosa es que me hubiera gustado y otra muy distinta reconocerselo a mi mujer.

  • A mi me ha puesto muy cachonda ver como le chupabas la polla.

Eso fue demasiado para mí, la cogí del pelo, acerqué su cara a la mía y empecé a follarla bien fuerte.

  • ¿Te ha gustado ver como le como la polla?. - Le pregunté de la manera más viciosa que puda.

  • Siiii, muchooo! - Decía ella mientras gemía por mis embestidas

  • ¿Te ha gustado comerle la polla mientras yo le chupaba los huevos?. - Mientras le hablaba la follaba lo más fuerte que podía mientras le tiraba del pelo

  • Siii cabrón, sigue follandome.

Estaba a punto de correrse y yo lo sabía, así que seguí con el juego

  • ¿Y te gusta como te estoy follando, ehhh?. - le pregunté

  • Siii, me voy a correr!!! Siguee!!!

  • Pues venga, correte mientras te follo.

Apreté un poco más mi polla en su coño y le tiré un poco más fuerte del pelo, en ese momento se corrió como pocas veces se ha corrido, gritó fuera de sí y se desplomó encima mia.

La dejamos reposar un minuto y entonces Carlos dijo:

  • ¿Todavía queréis seguir? Como queráis, por mí no hace falta, que me lo he pasado muy bien. - Dijo de manera muy suave

  • Hombre, nosotros tenemos que terminar tambien, no? . - Le dije yo mirándo a Ana

  • Claro, claro, con lo que me habéis hecho disfrutar ahora os voy a hacer disfrutar yo. - Respondió ella.

  • Perfecto, pues entonces al lío. - Dijo Carlos mientras se ponía el preservativo.

Saqué la polla del coño de Ana y me deslicé hacia arriba, mientras Carlos se ponía detrás de Ana. Ana levantó la cintura, quedándose a cuatro patas y Carlos aprovechó para pasar su lengua por el encharcado coño de Ana. Mientras yo acercaba mi polla a la boca de Ana para que me la chupara. Empezó a chuparmela mientras Carlos le comía el coño, metiéndole a la vez un par de dedos. Ana seguía muy caliente por lo que le dijo.

  • Déjate eso y follame, que lo estoy deseando.

  • Tus deseos son ordenes, preciosa. - Dijo Carlos, y acercó su polla al coño de mi mujer.

Poco a poco, con cuidado empezó a meter su polla en el coño de Ana, mientras ella arrugaba las cejas, se veía que le estaba doliendo.

  • Joder que polla más gorda, me estás partiendo.- Dijo Ana mientras apretaba mis manos para aliviar el dolor

  • No te preocupes, con cudado ya verás como entra. - Replicó Carlos.

  • Si, tu metemela, que vas a hacer que me corra otra vez.

Una vez dentro empezó a metersela y a sacarsela poco a poco, aumentando la velocidad, al cabo de 4 o 5 embestidas el coño de Ana estaba ya perfectamente adaptado. Carlos empezó a darle fuerte, Ana gemía y casi no podía ni comerme la polla de lo que estaba disfrutando. Ana estaba a cuatro patas, con Carlos embistiéndole por detrás, cada vez más rápido, entonces Carlos se incinó por encima de Ana sin dejar de follarsela, acercando su cabeza a la cabeza de Ana, yo viendo lo que buscaba se lo puse fácil y acerque mi polla a su boca.

En cuanto la tuvo a mano empezó a mamarmela como si lo hubiera deseado siempre, me succionaba la polla de una forma que nunca me lo habían hecho, absorbía todo mi rabo como si quisiera tragárselo entero, cuando toda mi polla estaba dentro de su boca le cogí la cabeza y apreté para que no la soltara, eso lo puso muy cachondo pues intesificó la follada que le estaba dando a Ana, ella estaba a punto de correrse, y por la manera en que jadeaba Carlos tambien estaba cerca.

Saqué mi polla de la boca de Carlos y empecé a restregarsela por la cara, a darle pollazos en las mejillas, la barbilla, los ojos... Carlos estaba a punto y así se lo dijo a Ana:

  • Me voy a correr nena, me voy a correr!!!

  • Siii, correté y me corro contigo, vamos, correté!! - Dijo Ana totalmente sofocada, ella solía hacer eso, se corría cuando yo me corría dentro de ella.

  • Siii, tomaa!!! me corro!!!! - Dijo Carlos.

Le dió 4 o 5 embestidas más y se la sacó, se quitó el preservativo y se corrió en la espalda de Ana.

  • Ahhh, siii, que gusto!! .- Gritaba Carlos mientras escurría su polla en la espalda de Ana.

Ana, al verse liberada de la polla de Carlos se tiró a por la mía y empezo a clavarsela hasta la garganta, quería que me corriera lo antes posible y sabía como hacerlo, al ver eso Carlos se acercó y empezó a chuparme los huevos, devolviendome el favor que le había hecho antes.

  • Sigue nena, que voy a correrme. - Le dije a Ana.

A ella no le gusta que me corra en su boca por lo que le dijo a Carlos:

  • ¿Quieres que se corra en tu boca, Carlos?

  • Si, a mi me encanta que me llenen la cara de leche.

Pusieron las dos caras una al lado de la otra y yo iba metiendola cada ven en una, cada vez mas fuerte, hasta que me vino el escalofrío, puse mi polla tocado la lengua de Carlos y le dije:

  • Ahí la tienes, abre bien la boca

  • Si, dámela toda - Dijo él

  • Tomá!!

Y cogiendole el pelo para que no apartara la cabeza me corrí en su boca, soltando tres abundantes corros en su lengua y en su garganta, después seguí masturbandome para exprimirmela bien y le eché las últimas gotitas en la boca.

  • Ufff, que pasada, ha sido increíble - Dijo Ana

  • Si, ha sido genial, he disfrutado un montón. - Respondí yo

  • A mi me ha encantado, espero que lo repitamos a menudo - Dijo Carlos, mientras terminaba de tragarse las gotas de mi leche que le habían salpicado por la cara.

Tras eso nos quedamos unos minutos descansando, desnudos los tres, nos duchamos y Ana y yo nos fuimos a casa dejando a Carlos en su habitación, tras haber aclarado que esta no iba a ser la última vez que lo hicieramos.

Este es mi segundo relato, el primero que contiene escenas explícitas, el 90% de las cosas sucedieron así, el 10% lo he cambiado para que quedara mejor el relato.

Agradecería que en los comentarios me digáis si es muy largo, muy corto, mucho diálogo, poco diálogo, etc... para ir depurando la técnica.