Mi mujer y su amante

La primera quedada de mi mujer con su amante. Historia real como la vida misma...

No contaban ni 3 meses que habíamos hablado (durante una de nuestras sesiones de cybersexo) sobre la posibilidad de tener una relación liberal, cuando mi mujer ya señaló a su primera víctima. Un amigo de la infancia por el que confesó haber sentido siempre un morbazo increíble, siendo evidentísima la reciprocidad. Algo que los dos notaron siempre pero de lo que, por respeto, jamás se atrevieron a hablar.Después de algunas sesiones de tonteo y cybersexo vía whatsapp (algunas veces incluso a trío: Andrés, mi mujer y yo), consiguió concretar una cita con Inma (mi esposa), aprovechando otra de tantas que andaba yo de viaje.

Eran como las 2 AM cuando Andrés llegaba a casa. Inma vestía normal, bastante discreta. Lo invitó a pasar ofreciéndole una copa. Transcurrieron algunos minutos de charla protocolaria en el sofá del salón (mascándose por supuesto el nerviosismo en el ambiente) cuando de repente Juan se lanzó sobre su boca. Empezaron a besarse como si no hubiera un mañana. No tardaron en ponerse cómodos pasando a un dormitorio en el que había una cama y un espejo enorme que cubría justo la pared de en frente. Enseguida la despojó del sujetador y la blusa y comenzó a lamerle las tetas de tal manera que Inma entró en un estado de morbo que jamás imaginó. Tened en cuenta que para ella era su primer hombre después de muchísimos años de relación conmigo: otro olor, otras manos, otra boca, otro hombre! No se lo podía creer, estaba enrollándose con su amigo de la infancia! Andrés, tampoco podía creerlo, se iba a follar a una de sus mejores amigas. Una mujer que siempre destacó por desprender una sensualidad y morbo descomunal. Pues imaginaos ahora ya con sus 30 añazos, segura de sí misma, con las cosas muy claras y con una cara y un cuerpazo que no os hacéis una idea.

Andrés intentaba atinar a masturbar a mi mujer a la par que le comía las tetas, ocasión en que pudo comprobar la inchazón y lo mojadísima que estaba. Estuvieron así un buen rato, comiéndose la boca, las tetas y sobándole el coñito cuando ella no pudo aguantar más y, de un modo educado, tímido aunque evidentemente deseosa, mi mujer decidió empuñar la polla de su amante, agachando la cabeza para introducírsela centímetro a centímetro muy lentamente como sólo ella sabe hacer, me consta.Andrés tenía un buen mango, 18 cms. x 5 de ancho (más gorda que la mía), así que la hizo disfrutar a lo grande, y ella, como buena experta en mamadas que es, lo volvió loco durante 20 largos minutos hasta que después d varias gargantas profundas, lametazos, gemidos, caras de zorrona, y la posibilidad de verse reflejados perfectamente los dos en el espejo, obligaron a Andrés a derramar toda su leche sobre la cara de mi mujer. Ella suele permitir que me corra en su cara y dentro de su boca, pero jamás se lo traga, Andrés me confesó que (bien por apuro o por morbo) ella accedió sin rechistar a tragarse cada gota de semen, ayudada por su amante, quien iba introduciéndosela con la misma polla hasta que no quedó nada.Se tumbaron en la cama, desnudos, a comentar el momento, lo increíble que era la situación y el abanico que se les abría a partir de ahora.

No habían pasado ni 5 minutos cuando Inma pudo notar en su espalda la polla de Andrés. Estaba de nuevo empalmado. Ella se volvió, lo miró sonriéndole y le susurró: "ey, ¿qué pasa por ahí abajo, habrá que hacer algo, no? No terminó la frase cuando ya estaba encima de él, cavalgándolo como una posesa:

-. Inma: "pensaba que nunca llegaría este momento, lo he deseado con toda mi alma, no me lo puedo creer, uhmmm, estamos follando... Oooohhhh"

-. Andrés: "¿Sí? ¿Lo has deseado, verdad? Pero qué golfa eres Inma... ¿Qué pensaría tu marido si nos viera así ahora mismo, convertida en mi putita, empalada por mí?

(Andrés la cogió y la tumbó en la cama para tomar el control, y empezó a darle embestidas bestiales en la postura del misionero).

-. Inma: "mi marido fliparía, lo sabes, se correría sin tocarse solo de ver cómo follamos. Que por cierto, vaya pedazo de polla tienes cabronazo!!!! Después nos haremos unas fotos y se las mandaremos. Ahora calla y dame caña por favor!!!"

Mi mujer disfrutó el monumental rabo de Andrés durante cerca de una hora, cuando ya por fin, después de conseguir que se corriese 3 ó 4 veces, él terminó la faena corriéndose en su  coñito. Ella cayó a los pies de su amante, totalmente rendida, extasiada, sumisa y satisfecha con el polvazo que acababan de echar.

Se echaron a dormir unas horas, abrazados, desnudos. A eso de las 6, se despertaron e Inma lo quiso despedir con otra mamada que, según Andrés, literalmente fue "la mejor de su vida". Esta vez no tuvo que ayudarla a tragarse la leche, se la tragó ella solita, no derramó ni una gota.

Andrés se vistió, se despidieron con un pico, y esto fue todo.

Recibí una foto de mi mujer ensaltada por su amante con la que me pajeo cada vez que puedo. Mantengo conversaciones con él a menudo en las que me relata cada uno de estos detalles que os he escrito. Brutal...

...ahora me toca quedar a mí con una chica, ya os contaré... saludos!!!!