Mi mujer y los boys
Entramos en un espectáculo de boys con mi mujer, y la cosa acabó de una manera inesparada y muy satisfactória.
Somos Marta y Juan, una pareja consolidada después de 20 años de feliz matrimonio en armonía y complicidad.
Suele ser habitual que yo viaje bastante por motivos laborales, y si podemos, ella se desplaza el viernes a donde estoy para pasar el fin de semana en esta ciudad.
El mes pasado coincidió que el viernes era fiesta, así pudimos aprovechar un puente de tres días en una gran ciudad de nuestro país, la fui a buscar a la estación el jueves por la tarde y después de una gratificante ducha nos dirigimos a un restaurante con la intención de ir también a algún local a tomar una copa y bailar, pero después de la cena y cuando estábamos buscando pasamos por delante de un club de boys, es decir, de estos locales pensados para mujeres en que los chicos son los que hacen el espectáculo. Nunca habíamos estado en este tipo de locales y decidimos entrar, la mayoría de clientes eran mujeres, tanto solas como grupos, los pocos hombres que había éramos acompañantes de nuestra pareja. Nos sentamos en una mesa donde había un grupo de mujeres que celebraban una despedida de soltera.
El espectáculo empezó con unos bailes de hombres que iban desnudándose en el escenario, las mujeres cuando están en grupo son mucho mas salidas que los hombres, las frases y actitudes que oímos allí nunca las había visto en ningún local.
El siguiente número consistía en que los chicos bajaban a la platea y se dirigían directamente a las mujeres, el que vino a nuestra mesa se dedicó a agraciar a la chica que se casaba, le restregó por la cara su paquete solo cubierto con un diminuto tanga mientras recorría gran parte de su cuerpo con las manos y ella trataba de no dejarse tocar, después vino hacia nosotros haciendo algo parecido a mi mujer, pero después le pidió que le desabrochara el tanga, cosa que hizo y dejo su polla a tres o cuatro centímetros de su cara, por sus ojos vi que estaba excitada.
Aquí se acabó el espectáculo, después pusieron música y las chicas y las pocas parejas bailaban en la pista, los boys, ya vestidos se paseaban por la zona de la barra.
Cuando estuvimos cansados de bailar decidimos acercarnos a la barra a tomar algo y la casualidad hizo que nos pusiéramos a lado del chico que había estado con Marta. Sin saber como intercambiamos unas palabras, nos presentamos, su nombre era Pablo, nos contó que allí iban pocas parejas aquel día, que solía haber más los viernes y que seguro que muchos maridos no tenían ni idea de cómo se ponían ellas cuando estaban solas. Al rato apareció otro boy, este era un chico de color, se llamaba Alex, mediría por lo menos 1,90, también se unió a nosotros contando ambos anécdotas de su trabajo. Sin darnos cuenta se nos hizo las 3 de la madrugada habiendo pasado un rato muy agradable con aquellos dos chicos.
Nos fuimos al hotel donde solo de entrar Marta me agarró y puedo decir que fue ella la que me folló a mi, parece ser que si estaba realmente excitada.
Pasamos el viernes visitando la ciudad y después de cenar Marta me pidió que volviéramos al local del día anterior, al parecer la cosa le gustó, y como su compensación posterior fue más que gratificante, no podía negárselo.
Esta vez nos sentamos en una mesa de 4 donde se colocó otra pareja con la que intercambiamos algunas palabras, eran de una ciudad cercana y habían venido para ver el espectáculo. Comprenderéis que lo que sucedió fue exactamente igual que el día anterior, pero cuando los chicos bajaron con el público, Pablo nos reconoció enseguida y se acercó a nuestra mesa, primero estuvo con la mujer de la otra pareja, haciendo mas o menos lo mismo que el día anterior había hecho a Marta y después de acercó a mi mujer diciéndole algo al oído que no pude captar, Marta se puso muy roja mientras le miraba sonriente y después le desabrochó el tanga pero Pablo acariciaba la cara y el cuello a mi mujer y continuó bajando las manos por dentro el vestido hasta tocar sus pechos mientras ella consentía lo que hacía con una sonrisa pícara y nerviosa. Después de unos segundos de magrearle las tetas, sacó las manos para coger una de mi mujer y llevarla a su polla, ella se la tocó tímidamente. La cosa acabó aquí y Pablo completamente desnudo se fue a otras mesas, Marta me miró amarrándome fuertemente la manos y sonriendo con unos ojos rojos de excitación, pero no nos dio mucho tiempo ya que apareció Alex, el chico de color, también vestido solo con el tanga, se colocó entre las dos mujeres y bailó para ellas, después les pidió que cada una desabrochara una de las tiras del tanga mientras el colocaba una mano en cada pierna, yo creo que muy arriba, ellas tiraron del lazo y una polla descomunal saltó entre los ojos de las dos mujeres.
Al igual que el día anterior, cuando acabaron pusieron música y la gente salió a bailar, había muchas parejas este día, incluso pusieron música lenta, estábamos bailando cuando alguien me golpea la espalda, era Alex que me pedía permiso para bailar con Marta, como que vi que estaba encantada les dejé y me dirigí a la mesa, pude ver como lo hacían muy agarrados y que cuando Alex le puso las manos en el culo ella no objetó absolutamente nada, es mas, lo imitó. Al rato apareció Pablo que diciéndoles algo se cambió por Alex y siguieron bailando muy juntos y bastante fuera de lo que la decencia indica ya que sus roces eran muy pronunciados y tenían ambos las manos en el culo del otro.
Cuando se acabó la música lenta, Marta vino a la mesa, estaba muy excitada y nerviosa, solo había que ver sus expresiones y movimientos, después vinieron Alex y Pablo, como la otra pareja ya se había ido compartimos mesa y una charla muy agradable y Marta se comportó especialmente simpática.
Cuando llegamos al hotel le dije a Marta:
Si quieres, cierra los ojos e imagínate que soy Alex o Pablo
Ella no dijo nada, solo sonrió y cerró fuertemente los ojos, y cuando hicimos el amor estaba más excitada que nunca, seguro que en su mente no era yo quien le follaba, además, murmuraba sus nombres.
Nos dormimos placenteramente pero yo me desperté temprano y busqué el teléfono del club donde estuvimos, intenté convencerles de que me dieran los teléfonos de Alex y Pablo, no fue fácil pero lo conseguí, cuando les llamé noté que debían estar en la cama por su voz de dormidos, después de explicarle quien era, acordamos lo que tenía intención de hacer.
Regresé a la habitación, desperté a Marta y le dije que a las 4 de la tarde Alex y Pablo le estaban esperando, ella primero no se creía su suerte, pero la convencí, dedicó toda la mañana a prepararse, comimos temprano, yo mismo le ayudé a abrocharse el sujetador, las medias en el liguero, la cremallera de la falda, cuando le toqué me dijo que no lo hiciera, que estaba demasiado excitada.
Salió de la habitación y pude ver por la ventana como cogía un taxi y se dirigía a la dirección acordada, rápidamente salí del hotel y cogí otro taxi para dirigirme al mismo apartamento, cuando llegué, Marta ya tenía que estar dentro, busqué la llave donde habíamos acordado y en silencio abrí la puerta, me escondí en el sitio que me habían dicho, desde allí podía ver todo el salón donde ya estaba Marta sentada en un gran sofá entre Alex y Pablo hablando y bebiendo.
Pero aquello era mas que tomar algo, y Pablo empezó a ser cariñosa con ella hasta que se besaron y desde atrás, Alex la cogía, primero por la cintura pero después fue subiendo su mano hasta agarrarle los pechos, Marta no dejaba de disfrutar con el beso y las caricias, después se giró y continuó el beso con Alex mientras Pablo le acariciaba sus pechos, pude ver como iba desabrochando uno a uno los botones de aquella blusa y acariciaba los pechos por encima del sujetador. Alex abandonó lo que hacía para desnudarse completamente y acercar la magnífica polla a escasos centímetros de su boca, cuando mi mujer se dio cuenta, abandonó el beso para dedicarle una mamada a aquella negra y enorme polla, he de suponer que lo hacía muy bien ya que Alex suspiraba hasta que avisó que se iba a correr, Marta no apartó la boca por lo que lo hizo dentro de ella.
Después los tres se fueron al cuarto de baño, no podía verlo pero si oía el correr del agua y sus risas hasta que apareció Pablo totalmente desnudo con la ropa de mi mujer en la mano que dejó en la mesa, detrás suyo iba Marta y Alex corriendo y jugando, también desnudos, ella se sentó en el sofá y Pablo se acercó haciendo que abriera las piernas y colocando su cara entre ellas, mi mujer gozaba de aquella comida de coño mientras Alex volvía a poner la polla en su boca y jugaba con sus pechos, cuando consiguió que se corriera, intercambiaron los papeles y siguieron, esta vez acabó por corearse en el mismo momento que Pablo descargaba su leche en la boca.
Se recompusieron un poco, los chicos se recuperaron y continuaron con el juego, pero esta vez Alex le pidió a mi mujer que se pusiera en su falda, desde donde estaba podía ver claramente como aquella enorme polla taladraba despacio el coño de mi mujer. Cuando lo consiguió y después de cabalgar un ratito, Pablo se acercó por atrás y apuntó la polla en el culo, iba a disfrutar de una doble penetración, poco a poco y con paciencia logró penetrarla, mi mujer jamás había tenido una polla tan gorda dentro y ahora tenía dos, con esto fue fácil que se corriera varias veces hasta que Alex y Pablo lo hicieron simultáneamente dejándola completamente satisfecha y muy cansada.
Le dijeron a Marta que ellos se iban, pero que se quedara allí descansando por que le esperaba otra sorpresa.
Y así lo hicieron, dejándola a ella completamente desnuda estirada en el sofá, cuando se cerró la puerta salí de mi escondite, cuando me vio se puso muy contenta, me agradeció que le hubiese dejado disfrutar de aquello y allí mismo hicimos el amor.
De vuelta a casa muy abrazados pasamos por delante de una sexshop, entramos y le regalé un consolador con forma de polla negra, lo bautizamos como Alex, ella me lo agradeció con un beso y algo mas.