Mi mujer tiene un amante

Como descubri que mi mujer tenia un amante y lo que pasó despues.

Mi mujer tiene una amante, si, lo se desde hace dos años. Que como lo descubrí?, de la manera que se suelen descubrir estas cosas, por el móvil. No, no es que ella tuviera algún nombre sospechoso en la memoria, o que recibiera ciertos mensajes que haya leído, yo nunca toco sus cosas, si los recibiera, ni me enteraría, pero ella cambió de aparato, y parece ser que el nuevo era de estos que a la que has llamado un rato se descuelga solo, parece ser que ella cuando estaba con su amante lo ponía en silencio, así sabia si alguien le había llamado, a nadie le extrañaba que no cogiera el móvil, en ella es muy normal que lo lleve en el bolso y no se oiga, de hecho, comunicar con ella siempre ha resultado una tarea difícil.

Todo sucedió un mediodía de estos que el trabajo te deja un ratito libre, tanto ella como yo comemos fuera de casa, y como me pillaba cerca de su oficina, decidí llamarla para comer juntos, con pocas esperanzas de que oyera el aparato. Marque su número, y a la tercera llamada el móvil se descolgó, aliviado pensé que no tenia que criticarla por no coger nunca el teléfono, fue entonces cuando digo lo típico de "cariño, como estas?", sin que oyera mas que ruidos de lejos. Una curiosidad morbosa, y no se por que, me hizo quedarme al teléfono intentando escuchar que se podía oír, pensando captar cualquier tontería que dijera con sus amigas, y gastarle alguna broma por la noche, diciéndole que tenia un espía, etc., etc., pero lo que de repente pude oír no fue precisamente conversaciones, de un leve ruido, que pasaron a ser a unos gemidos, gemidos que tengo conocidos, no en vano hace 15 años que estoy casada con ella, y me conozco perfectamente cual es el sonido de sus orgasmos. Como supongo que haría cualquier persona en estas circunstancias, seguí escuchando, su orgasmos duró medio minuto aproximadamente, y como se sus reacciones, ella una vez se ha corrido, se levanta de la cama y se dirige al lavabo, pude oír una conversación poco clara, una era su voz, sin duda, también pude oír al hombre, esta voz me resultó totalmente desconocida. Seguí a la escucha, quería pescar alguna palabra que me identificara donde estaba, me sentía furioso y quería ir allí y presentarme, pero quizás no fuera lo mejor que podía hacer, pero es difícil evitar estos ímpetus. En unos segundos, seguro que los que ella estuvo en el lavabo, oigo la voz del hombre que dice "cariño, mira tu móvil, a ver si tienes alguna llamada", a lo que ella responde "si, no sea que mi marido me haya llamado", el le respondió "algún día nos pillará, Vero, y entonces que aras?", ella, sin dudarlo le dijo: "dejarte, tu eres solo mi entretenimiento, el es mi amor".

Quede en un estado mezcla de rabia, por saber que mi Vero me engañaba, mezcla de orgullo, porque ella me consideraba su persona especial.

Oigo que alguien coge el teléfono, era mi mujer, en este momento se da cuenta de que alguien esta en conversación, se lo pone a la oreja, y dice "Dígame", yo le respondo, "hola Vero, creo que tenemos que hablar, ahora llamo al trabajo que no iré esta tarde, haz tu lo mismo y vente", diciendo esto, colgué.

Eran muchos años con Vero, cinco de novios, desde los 16 años de ella y los 18 míos, quince años de matrimonio, feliz matrimonio diría yo, dos preciosos hijos, hemos sufrido juntos el vencimiento de aquel plazo de la hipoteca que no podíamos pagar, las estrécheles de cuando me quede sin empleo, la alegría de la promoción laboral, tanto suya como mía, la ilusión de comprarnos una casita con jardín y piscina, quizás muchas cosas, pero no diría nunca que demasiadas. Todo esto, mezclado con la rabia, era lo que pasaba por mi mente en estos momentos.

Cogí el coche, y tan rápidamente como pude, llegue a nuestro hogar, vi. que su coche ya estaba fuera aparcado, abrí la puerta del jardín, entre, después la puesta de casa, entonces la vi. a ella, sentada en el sofá, con cara de cordero degollado, cundo me vio, se levantó, acercándose a mí y me dijo:

Lo sabes todo, verdad?

Si, le dije, lo he oído.

Que piensas hacer ahora ?

No lo se, es una situación para mi del todo imprevista, antes quería escuchar lo que tengas que decirme.

Es que no tengo defensa, te he puesto los cuernos, es mas, hace 5 años que lo hago, nos vemos un par de veces por semana, Pedro es lo que se podría llamar un amante fijo.

No se que decir, como os conocisteis?, quien es?.

No se si estas preguntas son las importantes, creo que debes saber que siento por el y que siente por ti.

Quizás es mejor, las mujeres siempre sabéis poner las cosas en su lugar

El es mi entretenimiento, mi juguete sexual, me da placer y yo se lo doy, pero nada mas, no siento mas que amistad por el, tu eres mi amor, mi sentimiento, el sexo contigo tiene amor, el que hago con el, es solo pasión.

Y que piensas hacer ahora?

Dejarle, no me importa, lo que ahora me preocupa es lo que tú piensas hacer.

No lo se, yo te quiero, pero esto cambia mucho las cosas.

Lo comprendo, era un riesgo que corría, pero no quiero perderte.

Peri tu sabias que esto que hacías podía suponer perderme.

Si, lo sabia, pero las cosas a veces se producen sin que una quiera.

quizás seria bueno que me contaras un poco la historia.

Entonces ella empezó a narrar la historia:

A pedro lo conocí porque era un cliente de la empresa, sabia poco de el, que estaba casado, que tenia mas o menos mi edad, que era un hombre atractivo. Cuando pasé a Jefa de departamento, tuve que tratar mas directamente con el, cada vez que nos veíamos, el se comportaba como un caballero, amable, simpático, con detalles, por mi santo, me mandó un ramo de flores, con una tarjeta que me invitaba a comer aquel día. Yo le llame por teléfono, le dije que no lo veía correcto, que tanto el como yo éramos personas comprometidas, y que si alguien nos viera juntos podría pensar lo que no es, pero el insistió de tal manera, que acepté.

Me llevó a un buen restaurante, era un día esplendido de primavera, recuerdo que llevaba aquel vestido rosa de ropa fina, de una pieza, sabes que me gusta porque es muy cómodo y fresco, pero me llega a medio muslo, y en según que sitios es demasiado atrevido. El ambiente era muy romántico, recuerdo que pidió al pianista que me tocara una canción, mientras este lo hacia, me cogió la mano, en principio estaba incomoda, pero el vino empezaba a hacer su efecto y me sentía liberada, por lo que poco a poco el ambiente hizo que me tranquilizara y que me sintiera excitada.

Sigue, le dije:

Después de esto, el me llevo con su coche al trabajo, al despedirnos, yo le quise dar un beso en la mejilla, pero sin saber como, me encontré sus labios en los míos, mi primera reacción fue separarme, pero el me cogió la cara impidiéndomelo, la verdad es que tubo que hacer poca fuerza, porque inmediatamente abrí mis labios, y nuestras bocas empezaron a jugar, no se que duró aquel beso, el puso su mano en mi rodilla, cosa que no le impedí, al notarlo, y sin dejar de besarme, o, mejor dicho, al intensificarse nuestro beso, su mano se deslizó por mi muslo, cada vez mas arriba, iba subiendo por mis piernas despacio, cuando mas lo hacia, mas caliente y excitada estaba, el alcohol continuaba su efecto, el paro su mano cuando estaba a menos de un centímetro de llegar a mis braguitas, dentro de mi tenia ganas de que continuara, pero no lo hizo, De golpe me di cuenta de lo que estaba haciendo, me separé bruscamente de el, y salí del coche. Yo estaba muy caliente, en el trabajo no me concentraba, tuve que ir al lavabo a masturbarme para tranquilizarme, me sorprendí a mi misma pensando en Pedro, tu sabes que cuando lo hago, a veces no pienso en ti, pero son cosas muy genéricas, esta vez la fantasía era muy real.

Al día siguiente me llamó, yo no me ponía al teléfono, así estuve varios días, pero me di cuenta de que no se daría por vencido, y decidí hablar con el y dejar las cosas claras, decirle que lo que había pasado era el efecto del alcohol y de la situación, pero nada mas, y así se lo dije, pero no se dio por vencido, quería verme otra vez, quería, según dijo, verme aun que fuera por ultima vez. Yo me temía una encerrona como la del otro día, le dije que si, pero que nos veríamos a la hora de comer en el sitio que dijera yo. Busque un restaurante de menús, donde no fuera ningún compañero para que no me viera, pero que no tuviera nada de romántico, el estaba de acuerdo, me dijo que me pasaría a recoger con su coche a las 2. Cuando salí, ya estaba el allí, subí con cara seria, recuerdo que aquel día me puse un vestido menos sexy, para evitar problemas, pero claro, era falda, como marcan las normas de la empresa para las mujeres. Arranco el coche, yo le dije donde teníamos que ir, pero el giró para otro lado, le pregunté que pretendía, y me dijo: "no creerás que desaprovechare esta situación, si hago lo que dices no tengo posibilidades". Aquello en principio me cabreo, pero es un placer para cualquier mujer sentirse tan deseada. Me llevó a un restaurante similar al del día de mi santo, yo diría incluso más romántico, ya que las mesas estaban separadas por biombos para garantizar la intimidad de los que comían allí. El restaurante estaba lleno de hombres de negocio, y alguna que otra pareja, que por las diferencias de edad, tenían mas pinta de amantes que de ser su mujer.

Cuando nos sentamos, deje muy claro lo que tenia pensado decirle, que aquello fue un mal momento, y que no quería que se repitiera, el dijo que lo entendía, y que si yo no querían no me molestaría mas.

Lo malo fue que le creí, y baje la guardia, sin darme cuenta me volví a encontrar envuelta en el ambiente que había sido me perversión. Pedro se cambió de sitio, dejando de estar frente mió, para ponerse a mi lado, su conversación era muy divertida, y sin que sepa como, el acerco su boca a la mía, y yo le respondí, me sentía sucia por una parte por haberme dejado caer en sus manos, pero una fuerza interior impedía que me separara de el, y mas cuando su mano se volvió a colocar en mi rodilla, por debajo la mesa, mi reacción instintiva fue la de abrir mis piernas, mientras intensificaba el beso, cada vez mas apasionado, su mano volvía a subir por mi muslo, sentía como mi coño empezaba a mojarse, el sabia trabajarme, sus movimientos eran suaves y precisos, yo sentía dentro de mi unas ganas inmensas de que de una vez llagara a tocarme mi intimidad, pero el, con cada movimiento hacia que me sintiera mas excitada sin haberme tocado mas que la pierna, notaba que mis braguitas estaban totalmente encharcadas, nuestras lenguas se entrelazaban, el me acariciaba, siempre por fuera, yo tenia las piernas tan abiertas como podía, en esto que oímos un "ejem", era el camarero, nos había pillado en plena faena, el, muy discreto nos preguntó que nos apetecía, pedimos la cuenta, en aquel momento estaba totalmente entregada a el.

Pago la cuenta, y me cogió de la mano, fuera ya nos esperaba el coche, le pregunté que a donde íbamos, me dijo que a un hotel, yo le pregunte si era al que llevaba todos sus ligues, y me dijo que nunca había tenido un ligue, que llevaba doce años casado, y que jamás había puesto los cuernos a su mujer, pero que lo que le había pasado conmigo, no lo había sentido nunca.

Llegamos a un hotel, yo me moría de vergüenza, pero la gente del hotel nos trataban con total normalidad, supongo que ya estaban acostumbrados a situaciones así, en el ascensor, Pedo me volvió a besar, su mano cogía mi culo con pasión, yo notaba como mis flujos bajaban por mi pierna.

Abrió la puerta, y entre, me quedé mirando aquella habitación, sabia que allí seria donde por primera vez te pondría los cuernos, no me sentía orgullosa de ello, todo lo contrario, pero la pasión podía mas, me gire, y allí estaba el, con los brazos abiertos, me abrazó de nuevo, nos dimos un beso que fue eterno, su mano acariciaba mi espalda, y poco a poco fue bajando hasta tocar mi culo, todo esto sin dejarnos ni un momento, yo también libere mis manos, acariciaba su espalda, le saque la camisa de dentro del pantalón para poder notar su piel. Notaba como su mano empezaba a subir por mis muslos, dentro de mi falda, subió hasta acariciarme mi culo por dentro de la falda, lo hacia bien, muy bien diría yo, mientras seguía acariciándole la espalda y besándole, el puso sus dos manos acariciándome el culo directamente por debajo de las bragas, en este momento se separa de mi, me mira de arriba a bajo, y me dice; "eres maravillosa, he soñado tanto en este momento", yo sonreí alagada, saco las manos de mi culo, y las coloco en mi cuello, bajaba lentamente siguiendo la tira y el contorno del sujetador, realmente tenia ganas de que me tocara los pechos, a pesar de que llevaba toda la ropa, se notaban mis pezones duros, y el lo notó, seguro, coloco una mano encima de mi pecho, acariciándolo con pasión, yo me estaba deshaciendo de deseo, después de tu era el primer hombre que me tocaba.

Con este relato, yo me sentía excitado, Vero me estaba explicando con muchos detalles, quizás demasiados, lo que paso hace cinco años. Vero continuó:

Muy lentamente, con sus dedos desabrochó los botones de mi blusa, iba apareciendo mi sujetador, era aquel blanco con encajes, recuerdas?, me hace sentir bien y por eso lo usaba a menudo, cuando la tubo toda desabrochada, me la sacó, el se separa para verme mejor, y me dijo: "tienes un cuerpo precioso", yo me acerque a el y repetí lo que antes había hecho el, le saque la camisa, también me aparte para verlo mejor, esta muy bueno, pensé. Procedió a desabrocharme la falda, que cayó al suelo, ya me tenía frente a él solo con braguitas y sujetador, las braguitas se notaban mojadas, la mancha lo dejaba muy claro, y por si tenía alguna duda de mi excitación, los pezones se marcaban en mi sujetador. Me acerque a el y le desabroche los pantalones, se los saqué, quedamos los dos con solo la ropa interior, y sus calzoncillos marcaban un realmente impresionante bulto. El se acerco a mí, y volvió a besarme, esta vez el vestido ya no era ningún impedimento para que nos tacáramos piel a piel. Sin dejarme de besar, desabrocho los corchetes del sujetador, yo separe mis manos para que sin separarnos, pudiera sacarlo, y cayeron al suelo, la ropa ya no era un impedimento para que acariciara mis pechos, no tardo mucho en hacerlo, primero muy suave, demasiado, le dije "no seas tan suave", el lo entendió perfectamente, ya sabes que cuando estoy excitada me gusta que me toquen fuerte. Yo ya estaba a punto de correrme, y todavía llevaba las braguitas puestas. Pedro dejo de tocarme los pechos y bajo sus manos para introducirla por dentro de mis braguitas, que gusto cuando llegó a mi vello, recordaras que en aquel tiempo lo llevaba muy espeso, sin depilarme, Pedro jugaba con ellos y que placer me daba!, sabia hacerse esperar, yo tenia ganas de que tocara mi coño, pero el, con toda paciencia jugaba y jugaba con el vello.

Yo tenía ganas de ver que escondía sus calzoncillos, el bulto me dejó impresionada, además, hacia muchos años que no tocaba otra que no fuera la tuya. Introduje lentamente la mano por dentro de los calzoncillos, quería hacerle sufrir igual que lo estaba haciendo el, y todo esto sin dejar que nuestras lenguas dejaran de jugar entre ellas. Como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, en el momento en que el bajo su mano hasta tocar mi coño, yo llegue a su polla, no se que me excito mas, si notar aquel impresionante aparato, debía ser el doble que el tuyo, pensé en aquel momento, o sentir sus dedos deslizándoos por mi mojado coño. Solo de sentir aquella impresión, separe mi boca y me corrí con un gemido de los que ya conoces, sin separar mi mano de su polla.

Como ya sabes, después de un orgasmo, necesito un momento de descanso, nos tumbamos en la cama, yo solo con la braguita, y el en calzoncillos, estuvimos unos minutos en silencio abrazados.

Cuando me repuse, yo seguía con mis braguitas puestas, me coloque entre sus piernas, saque los calzoncillos y vi. por primera vez aquella impresionante polla, incluso me dio miedo de que al estar dentro de mí me hiciera daño, eran casi 22 centímetros de aparato impresionante. Puse mis labios en su capillo, me costo mucho abrir la boca para que pudiera entrar en el, pero lo conseguí, recuerdo que aquella noche la mandíbula me dolía. Ya sabes que chupar una polla me gusta mucho, sabia que el estaba excitado, por lo tanto no duraría mucho rato, primero opté por un masaje bocal muy suave, me la coloque todo lo dentro de la boca que podía y con una mano acariciaba sus huevos y con la otra su pecho. Cuando noté que estaba a punto de correrse, introduje lo mas que pude la polla en mi boca, quería que me regara en ella, saco un montón de lecha que me costo de tragar mientras se movía a espasmos, era agradable sentir otro gusto de leche en mi boca.

Vero continuaba con su explicación, la verdad es que era más descriptiva de lo que seria aconsejable, ella veía que cuanto mas avanzaba, menos enfadado estaba, y por lo contrario, más excitado me sentía, ella, por su parte, tenia los ojos rojos de excitación, y notaba sus pezones duros que se marcaban en la ropa.

Siguió con el relato:

Yo me tragué toda la leche, la que se escapaba por los labios, con mi dedo la recogía y me la introducía en la boca.

Me recosté a su lado, el se giró y me besó, mi sorpresa fue notar que su polla seguía dura, ya no recordaba cuanto hacia que no me pasaba esto, cuando estoy contigo, si te corres ya no consigues una erección. Pedro me saco las braguitas, por primera vez veía mi pubis, espeso de pelo, como lo llevaba antes, se coloco entre mis piernas, yo las abrí tanto como pude, acerco su boca a mi coño, sabia hacerlo, su lengua se movía, me daba la impresión que se enrollaba en mi clítoris y lo estiraba, que gusto me daba el tío!, yo jadeaba del placer que sentía, estaba como flotando por la habitación, sus manos acariciaban mis pechos, no le costo nada arrancarme un segundo orgasmo, esta vez muchísimo mas largo e intenso que el anterior, en aquel momento creí que era el mas intenso que había vivido nunca. Sin dejarme reponer, acerco su cara a la mía, yo necesitaba tener aquel trozo de carne dentro de mi, mientras me besaba, note su polla en mi coño, en aquel momento reaccioné, estaba en el mes de reposo de la pastilla, y podía dejarme embarazada, pero a la que se introdujo un poco, ya no pensaba en nada, poco a poco iba llenando mi interior, yo estaba sorprendida de lo lleno que lo notaba, nunca había tenido nada tan grande dentro, era mas grande que cualquiera de las pollas o consoladores que he tenido en mi interior, y esto te hace sentirte llena de verdad.

Yo ya no podía disimular, mi erección era mas que evidente, creí que ella había elaborado la estrategia necesaria para que mi enfado se convirtiera en excitación, pensé que hacia tiempo tenia pensada la estrategia para cuando la descubriera, en estas circunstancias, tarde o temprano se produce, un relato tan bien elaborado tenia que ser premeditado, pero la estrategia le funcionaba.

Bombeo dentro de mi, que placer sentía, era increíble, no solo la tenia grande, si no que además sabia moverla, que como comprenderás es la combinación ideal, cada vez que apretaba, un cachito mas entraba en mi ser, y cada vez pensaba que ya no podría entrar mas, pero me sorprendía. Con tal panorama, yo me corrí, y esta vez si estaba seguro de que era el orgasmo mas intenso que he tenido nunca, y este orgasmo fue continuado, por lo menos 5 minutos de un placer indescriptible, que acabo cuando deposito toda su leche en mi interior, su descarga fue muy grande, como ya tenia el coño completamente lleno de su polla, notaba como su leche entraba directamente en mi interior.

Ya sabia yo como se había follado por primera vez a su amante, de esto hace 5 años, y yo no sabia nada, mis cuernos eran enormes, llevados con total dirección por la ignorancia, pero estaba excitado, su estrategia funcionaba, no se como pudo pensarla, pero sin duda era una obra maestra.

Quería saber mas cosas, me contó que a partir de aquella fecha, se veían de una a dos veces por semana, primero en un hotel, pero después decidieron alquilar a medias un apartamento discreto, que les servia de nido de amor, o de sexo, que es como lo describía ella.

Ella volvió a insistir en que si yo quería, no continuaría con su amante, que para ella era un juego, una distracción, incluso llego a compararlo con mi afición a la jardinería, y en cierto modo tenia razón, yo me distraía y relajaba pasando unos ratitos a la semana con mis plantas, y que con ello no hago mal a nadie, ella tenia una distracción sexual, que le distraía y relajaba, cada uno tiene sus gustos, no?

Vero insistió en que diera mi opinión, y como me sentía, yo tenia que serle franco, a pesar del engaño sufrido, la veía que ahora estaba en plan sinceridad, además comprendí que para ella no era mas que un juego, un entretenimiento, como decía, y la conversación que pillé me lo confirmaba, ella me quería a mi, y no estaba dispuesto a perderla, porque yo también la quería. Le sorprendí con una proposición que no se esperaba, quería conocer a ese tal Pedro.

Mi mujer no tenía planeado que si llegáramos a aquel punto, yo reaccionaria queriendo conocer a su amante, y además, quería conocerlo inmediatamente. Vero le llamo por teléfono, y le dijo:

Pedro, tendríamos que vernos ahora mismo, mi marido quiere conocerte

No se que le dijo ella, pero insistió:

Si pedro, tiene que ser ahora, ya sabes donde vivo, te esperamos aquí

Y colgó el teléfono. La espera se hizo interminable, no porque tardara mucho, ni un cuarto de hora, pero el ambiente era raro, estaba enfadado y caliente a la vez, ella, nerviosa y supongo que excitada.

Sonó el timbre, sin duda tenia que ser Pedro, Vero se levantó y fue a abrir la puerta, yo le seguí. Lo que me encontré delante no era un hombre normal, yo jamás me he girado para mirar a alguien del sexo masculino, pero comprendo que este tenia que conseguirlo de muchas mujeres, alto, 1.90 mas o menos, pero además se notaba un tío fuerte, debía pesar unos 90 o 95 kilos de músculos, su cabello era corto, moreno canoso, lo que le daba un aire interesante. No tenia pensado mi primera reacción, vero nos presentó, Pedro, este es Juan, mi marido, Juan, este es Pedro, mi…, no supo como describirlo, yo dije, "tu amante", y dándole la mano le dije: "encantado, pasa y siéntate".

A pesar de la situación, Pedro estaba tranquilo, por lo menos aparentemente, le hice pasar al salón y se sentó en el sofá, nadie se atrevía a decir nada, por lo que me di cuenta que la única manera de dominar la situación era tomar yo la iniciativa.

Pedro, Vero me lo ha contado todo, como ya sabes, esta tarde os he sorprendido.

Y que piensas hacer ahora?, preguntó

La verdad es que no lo sé, tengo que tomar una decisión para la que no estoy preparado, nunca pensé que la vida me guardara esta sorpresa. Para vero tu eres importante, no como amor, como tu sabes ella me quiere a mi, y creo que lo tienes claro, y que yo la quiero, puedes suponerlo.

Vero me habla mucho de ti, me dijo, es una mujer encantadora, y tengo claro que lo que dices es verdad, además, ella nunca ha dudado de eso, no te negaré que estos cinco años han sido maravillosos, yo también estoy casado, tengo una mujer deliciosa, no quisiera perderla por nada, y se desde hace tiempo que si tu algún día lo descubrías, lo nuestro se había acabado, y supongo que es así.

Quien te ha dicho que tenga que ser así, le respondí?

Ambos se quedaron desencajados, seguro que dentro de la estrategia de mi mujer, tampoco estaba esta reacción.

Para Vero, tu sexo es algo que como lo ha definido ella misma, le distraía y relajaba, y quien soy yo para privarle de una distracción, por mi no hay problema que sigáis con lustra actividad, es mas, ahora no tendréis que esconderos mas que de tu mujer, incluso podréis tener encuentros en horas menos intempestivas y limitadas, eso si, exijo total discreción, no me gustaría que nadie lo supiera, yo puedo entenderlo, pero la gente no lo verán igual.

Esta proposición si que les dejo sin argumentos, y yo continué:

No tenéis porque usar un piso de alquiler, esta casa es amplia, tenéis una habitación grande que no usamos, un jardín y piscina que están escondidos de las miradas, que mas necesitáis?

Ni Vero ni Pedro se creían lo que les decía, supongo que pensaron que era una encerrona, o me lo tomaba a broma. Para continuar le dije:

Sígueme Pedro, te enseñare la habitación, podréis arreglarla como queráis, será vuestro nido, yo no entrare nunca.

Pedro y Vera, incrédulos andaban detrás de mí, abrí la puerta de la habitación diciéndole:

Esta habitación la arreglamos para invitados, es grande, tiene una cama de matrimonio de 2 X 2 metros, unas butacas, una mesita, un armario amplio, y allí dentro está un lavabo que incluso tiene bañera de hidromasaje para dos, y una puerta que da directo al jardín y la piscina

Pedro miraba la habitación como el que va a comprar un piso, estaba convencido de que aquello era una estrategia mía.

Te daremos una copia de la llave, lo único que te pido es que no estés por aquí cuando están nuestros hijos, pero se pasan todo el día en la escuela, y después con las actividades extraescolares, no llegan hasta las 8 de la noche. Por cierto, te quedas a cenar?

Pedro no sabia que decir, pero yo insistí, y consintió, llamo a su mujer dándole no se que excusa del trabajo, y Vero llamo a sus padres para que fueran a recoger los niños y se quedara a dormir con ellos, no era extraño, lo hacíamos otras veces cuando queríamos salir a cenar, o al teatro, una de nuestras aficiones favoritas.

Yo quería estar un ratito a solas con Pedro, y que mejor que el jardín, hice que me acompañara, y para que vero no me siguiera, le pedí que nos preparara algo que picar. Nos sentamos en unas tumbonas, el sol apretaba en este tiempo, a pesar de ser ya algo tarde, pretendía conocer mas a este hombre que había maravillado a mi esposa, pero el no estaba en situación de sentirse lo tranquilo que hay que estar para tener una conversación normal, por lo que primero hice es crear un ambiente de complicidad, y parece ser que lo conseguí, hablamos de fútbol, pero resultó que ni el ni yo éramos aficionados al tema, me sorprendió su cultura, hablaba con igual fluidez de historia que de política, o de teatro y literatura, me empezaba a gustar aquel hombre, en el fondo me sentía orgulloso de que mi mujer eligiera como amante a un hombre tan culto, y con unos gustos parecidos a los míos.

Cuando Vero llegó con el aperitivo, Pedro ya estaba tranquilo, incluso hacíamos bromas, el ambiente estaba relajado, mi mujer lo notó solo de entrar, yo comente a Pedro:

Verdad que es guapa, no me extraña que también te guste, mira que piernas, que cuerpo, es preciosas

Pedro se limito a asentir, seguro que pensaba lo mismo pero no se atrevía a decirlo. Vero se sentó en otra tumbona, estaba preciosa, ya no se notaba nerviosa, pero no se atrevía a entrar en la conversación, y menos al ver lo amigos que nos habíamos hecho en tan poco rato, para dejar claro que aquel hombre era de mi agrado, dije:

Vero, estoy muy contento de que hayas escogido como amante a Pedro, es un hombre que me cae muy bien, seguro que con el te lo pasas maravillosamente, y ahora que lo tendremos a menudo por aquí, seguro que nos haremos mas amigos.

Vero agacho la cabeza mientras esbozaba una ligera sonrisa vergonzosa. Seguimos ya los tres hablando de lo divino y lo humano, lo único que no hablábamos es de la relación de ellos, ninguno sacó el tema, y a mi ya me estaba bien, no quería forzar nada.

Vero, no pretenderás cenar con esta ropa que llevas, tienes vestidos mucho mas bonitos, porque no te cambias?

Ella, sin decir nada, se levantó, ambos mirábamos a mi mujer como abandonaba el jardín, su culo se movía al ritmo del sus pasos, mirándola solo ya me excitaba, y por los ojos, a Pedro le pasaba igual.

Tardo una media hora en regresar, ella suele ser rápida para cambiarse, no se si lo hizo para dejarnos mas tiempo a solas, o porque no sabia que tipo de ropa ponerse, si algo sexy y provocador, o algo mas formal, por fortuna escogió la primera posibilidad, estaba preciosa con aquella blusa roja que se agarraba a su cuerpo como una segunda piel, se le marcaba el perfil del sujetador, y aquella falda cortita y acampanada, que completada con unos zapatos de tacón alto, le hacían impresionante. Pedro, cuando la vio le dijo, estas impresionante, acércate a nosotros, queremos que nos des un beso a cada uno. Pedro ya empezaba a tomarse confianzas, y me gustaba, ella acerco su mejilla a los labios de Pedro, y se dieron un beso casto, después se acercó a mí, y coloco sus labios en los míos, nos dimos otro beso y se sentó en una tumbona delante nuestro. Con Pedro estábamos en una discusión referente a un libro que ambos habíamos leído, y que teníamos opiniones distintas, pero no dejaba de mirar a mi mujer, que seguía nuestra conversación. Desde donde estábamos, por poco que se descuidara podríamos ver sus braguitas, la falda era corta y las tumbonas obligan a unas posiciones poco discretas, Pedro también lo veía, pero no se atrevía a mirar con descaro. Una de las veces por fin conseguí verlas, yo dije:

Cariño, muy bonitas las braguitas rojas que te has puesto.

No son braguitas, es un tanga, y además me lo regaló pedro

Lo tenias escondido?, dije

Si, pero hoy creo que es el día de ponérmelo, llevo el sujetador aquel rojo que me regalaste tu, y así, una cosa de cada uno, como creo que va a ser mi vida sexual a partir de ahora.

Ella tenia razón, su vida sexual ya no seria un engaño, seria compartida, este planteamiento me lo hubieran hecho solo el día anterior, seguro que lo habría encontrado deplorable, pero hoy las cosas las veía distinto.

Ella estaba impaciente por tomar las riendas de la conversación, conozco sus técnicas, son muchos años, ella es una mujer que si se siente dueña de la situación, está como pez en el agua, pero le cuesta cuando alguien le pasa delante, y como no estaba dispuesta a que yo me hiciera dueño de la situación, dijo:

Esto que me esta pasando es tan sorprendente para mi como para vosotros, y quisiera tener las cosas claras, quiero preguntaros que pretendéis, que os tenga de amantes a los dos por separado, o también me queréis compartir?

Vaya manera de tomar el mando, me costaría recuperarlo, pero lo intenté:

Cariño, yo creo que esto se vera con el tiempo, si algún día llego a casa y os encuentro follando aquí en la piscina, me costara no unirme a vosotros, pero si estáis encerrados en la habitación, yo no entrare, ya te dije que seria solo para vosotros, y girándome a Pedro, le dije, no crees?.

Ella no se tiró atrás, para contraatacar dijo poniéndose de pie.

Juan, sabes que no me gusta estar por casa con ropa interior, porque no me sacas el tanga que me ha regalado Pedro, y tu Pedro me sacas el sujetador que me ha regalado mi marido?

Cada vez me costaba mas elevar el ritmo, lanzaba fuego, se acerco a mi, coloco sus manos unidas detrás del cuello, esperando que le sacara el tanga, coloque mis manos por debajo de la falda, y de golpe se las baje, ella levanto primero un pie, y cuando hubo pasado por allí el tanga, repitió el proceso con el otro. Ella seguía en la misma posición mientras miraba el tanga como a contraluz, felicité a Pedro por el buen gusto que tenia. Vero se acerco a pedro, este pasó sus manos por dentro la blusa, y llego a los cierres del sujetador, que fácilmente liberó, Vero bajo los brazos, y pedro procedió a sacarle las tiras, primero la derecha, después la izquierda, para a continuación introducir las manos por dentro la blusa, esta vez por delante, y cogiéndole el sujetador ya liberado, lo sacó.

Vero, dijo que iba a preparar la cena y entro a casa, le propuse a Pedro darnos un bañito en la piscina, a esta hora es cuando mas me gustaba, el sol ya no apretaba, pero hacia calor. Pedro comentó que no tenia traje de baño, yo reía mientras le preguntaba que si tenia miedo que alguien le viera, mientras yo me desnudaba, el comprendió enseguida y también lo hizo, tenia curiosidad por ver aquel aparato que me había descrito mi mujer, pero no estaba en forma, si que parecía mas grande que el mío, pero no es lo mismo cuando está flácido. Yo me tiré de cabeza al agua, y Pedro detrás mío, sin duda el ruido que hacíamos llegó a mi mujer que salió para ver que pasaba, sorprendida nos dijo:

Vaya, que bien os lo pasáis, y yo haciendo la cena

Porque no nos acompañas ?, dijo Pedro

Si, me apetece un baño después de un día tan duro, voy a ponerme el traje de baño

Ambos nos reímos, Pedro le dijo:

Porque, tu marido y yo estamos en pelotas, y los dos te hemos visto muchas veces desnuda, que te da vergüenza?

Ella se quedo un memento pensativa, pero rápidamente se saco la blusa y la falda, cogiendo carrerilla se tiró a la piscina en plan bomba, con las piernas cogidas con las manos, y cayó justo entre nosotros dos, sabia que ella, en esta especia de competición que teníamos por ser dueños de la situación haría algo, y así fue, se metió dentro del agua y noté que me tocaba la polla y los huevos, por la cara de Pedro, algo también le hacia a el, supongo que lo mismo. Salio del agua i dijo:

Al fin he podido hacer lo que hace tiempo quería, tener vuestras pollas una en cada mano.

Pedro se acerco a ella, la cogió por el cuello mientras una mano le tocaba el pecho, entendí que el otro me lo dejaba para mi, me acerque y se lo cogí, ella se notaba complacida, deslizó sus manos por dentro del agua hasta alcanzar nuestras pollas, que agradable era la situación !, pero parece que ella no tenia suficiente.

Quiero que uno de los dos me folle aquí dentro, dijo

Que sea Pedro, yo ya lo he hecho muchas veces, y además, me gustara ver como te trata, tienes inconveniente pedro?

No, para nada, respondió.

Vero se coloco al borde de la piscina, dando la espalda a Pedro, este se acerco por detrás, con la mano en su polla para dirigirla a la entrada del coño, yo me introduje en el agua, quería ver de cerca aquella penetración, vaya polla que tenia !, creo que se quedo corta al describirla, era inmensa, si no hubiese sabido que ya se la había follado un montón de veces, pensaría que le haría daño.

Pedro la penetro de galope, un suspiro de vero fue la mejor indicación de que ello era así, su amante se movía para que la polla entrara y saliera del coño, mientras mi mujer agitaba la cabeza, sujetándose a la piscina como podía, yo notaba que mi polla quería guerra, pero no sabia si la situación lo permitía, ya que ella estaba completamente ocupada

Pedro se corrió dentro de mi mujer, esta lo izo coincidir con su orgasmo silencioso por el miedo que alguien los oyera, nuestra piscina no se ve desde ningún sitio, pero los vecinos pueden oír según que gritos.

Vero salió de la piscina, se seco con una toalla, y se puso la ropa que llevaba, entrando a casa para continuar preparando la cena, yo era el único que no me había corrido, por lo que mis huevos tenían que aguantar la presión, y mi polla estaba dura y erguida, pero me daba vergüenza que Pedro la viera, mas que nada porque no tenia comparación con la suya, así que me espere dentro hasta que se me pasó el empalme.

Mi mujer nos llamó a cenar, ya nos habíamos secado y vestido, tenia preparada la mesa de manera muy bonita, solo alumbrada por unas velas, ella se guardó un sitio entre Pedro y yo, la mesa de cristal que tenemos no permitía hacer nada por debajo sin ser visto, y Vero con aquella falda, y sin nada debajo era una tentación.

Mucho vino y una conversación agradable hicieron que si seguía existiendo algo de vergüenza se disipara, yo quería saber cosas de su relación, y se lo pregunté:

Vero, con el haces algo que con migo no hagas?

Si, me respondió, con el he hecho un trío, con dos hombres, un día me lo pidió, el otro era un amigo suyo de confianza, y la verdad es que nos lo pasamos bien, probé la doble penetración, esta muy bien.

Pedro, tu mujer es tan caliente como Vero?

Si, es muy caliente, con ella tampoco hay límites.

Has hecho un trío con tu mujer?

No, ya se lo propuse, y estuvo tentada, pero al final no quiso, el chico no era de su gusto.

Habéis pasado algún día o noche completos juntos?

Ambos rieron, si, me dijo mi mujer, sabes el fin de semana pasado que tenia un congreso y me marche el viernes, pues nos fuimos Pedro y yo en la Costa Brava todo el fin de semana.

Lo hacemos un par de veces al año, sus y mis congresos….., dijo Pedro

Y cuando tu no estas por la noche, procuro pasarlo con el, pero eso pasa poco, ya lo sabes, dijo Vero

Porque cogiste un amante?, le pregunté.

Bueno, son muchos años con las mismas costumbres, tu sabes que siempre he sido muy activa sexualmente, antes de conocerte ya me había acostado con mas de veinte tíos, lo sabes, además, sabes que cada mañana me masturbo, eso unido a una cierta monotonía de saber exactamente que me harías en cada momento, saber lo que querías y como, hizo que me tomara esta aventura como una manera de romper la monotonía.

Y ahora que nos tienes a los dos desde hace años, no te pasara lo mismo?

Mirad, hay algo que no sabéis, pero no sois los únicos hombres que me he acostado este ultimo tiempo, desde hace cuatro años, cuando tuve la relación con Pedro estabilizada, me he acostado con varios hombres mas, eso si, rollo de un rato nada mas.

Han sido muchos, dijo Pedro?

La verdad es que no los he contado, pero si, uno al mes, mas o menos

Y piensas seguir así ?, le pregunté

Depende solo de ti, sabes que si no quieres, no lo haré, ahora que lo sabes.

Bueno, si eres discreta, no me importa, pero tienes que decírmelo.

Te lo diré. Pero no siempre, vale? Quiero tener algún secreto, y tu preguntarías demasiado

El primer día que te follaste a Pedro, estabas descansando de la pastilla, me has dicho, que pasó?

Nada, por suerte no pasó nade, estuve un par de semanas sufriendo, pero al final me vino la regla.

Con él no usas condón, pero con los demás lo haces?

Si, siempre, no quiero riesgos

Y ahora, como os lo montareis ?

Bueno, si a todos os parece bien, nos seguiremos viendo mas o menos como ahora, pero aquí en casa, el la habitación que has sugerido, como coincide con horas que tu n o estas, supongo que veras poco a Pedro.

Ya se hacia tarde, y no era cuestión de que la mujer de Pedro sospechara nada, un fuerte encaje de manos y un beso a Vero fue la despedida, había llegado el momento de quedarnos solos, quizás de oír aquellas cosas que con Pedro no se atrevía a decirme, Vero estaba inquieta, me preguntó:

Cual va a ser tu trato conmigo a partir de ahora?

Bueno, yo intentaré que sea el mismo, y respetaré cuando estés con él, incluso los fines de semana que quieras, puedes irte con el.

De verdad harás esto?

Si, no me importa tener la exclusiva sexual, pero si quiero tener tu amor

Y a que se debe este cambio?, antes no pensabas así.

Supongo que han sido muchos los factores, en primer lugar, te quiero, y junto con el saber que tu también, las otras cosas me parecen menos importantes, también está el hecho de que Pedro me cae bien, es un chico muy majo.

La verdad es que me cuesta un poco de asumir esta situación, pero tendré que acostumbrarme.

Aquella noche follamos como locos, ella también estaba muy caliente. A los tres días, Vero me dijo que aquel medio día vendría Pedro, yo no estaría, pero este era el trato, cuando llegue a casa, por la noche, mi mujer no estaba, vi. que en la cocina había los platos de su comido, es un detalle que no contaba, pero no es de extrañar, si aprovechaban el rato que tenían los dos al medio día, no tenían tiempo de comer fuera. Me dirigí a la habitación de invitados, quise ver como estaba, me sorprendí, había unas sabanas que no había visto nunca, la cama estaba desecha, muy desecha pensé, vaya juerga se han corrido!. Mire en el armario, que sorpresa, estaba lleno de ropa de los dos, en un cajón había tangas muy sexy, que era la primera vez que veía, en otro ropa interior de Pedro, seguí buceando, en otro cajón, dos consoladores, parecidos a los que tenia en nuestra habitación, una amplia colección de películas pornográficas, un par de cintas de video de formato de cámara, supongo que se habían filmado alguna vez, también lo hemos hecho nosotros. Entré en el lavabo, se notaba que habían usado la bañera. Quise salir, no me gustaba fisgonear.

Vero tardo poco en llegar, si lo hace un poco antes me piílla, pensé, me comentó que había salido antes del trabajo porque con Pedro fueron a recoger lo que tenían en el apartamento, y después lo habían traído aquí. Solo habéis hecho esto?, pregunté, bueno, ella no me respondió con palabras, pero no hacia falta. Me invitó a ver como había quedado la habitación, yo, claro, acepté, me hice el sorprendido al ver las sabanas, me dijo que lo habían comprado para no usar los que había en el apartamento, y que allá quedaban muy bien, abrió el armario, me enseñó ropa que había comprado para cambiarse cuando iban de viaje, yo quería saber si me enseñaría mas, para mi sorpresa lo hizo con total naturalidad, me enseñó los tangas, los consoladores y también las cintas de video, incluso las que habían grabado ellos, diciéndome: "Aquí esta grabado muchas cosas, algunas que no te las imaginas, si te portas bien, quizás te las enseñe".

Los días iban pasando, los encuentros al medio día eran dos o tres por semana, ella siempre me lo decía, no creo que escondiera ninguno, total, para que?, pero quedaba una cosa, si ella nos confesó que de vez en cuando se tiraba a algún desconocido, lo hacia allí?, ella no me hablaba de esto.

Un día, el trabajo que tenia previsto para todo el día, se acabó a media mañana, esto no pasaba muchas veces, pero lo aprovechaba para ir a casa y practicar un de mis aficiones favoritas, leer. Hacia la una y media, alguien pone la llave en la puerta, Vero, pensé, pero no, era Pedro.

Hola, dije yo

Hola, que sorpresa, respondió el.

Has quedado con mi mujer, supongo?

Si, ya esta al llegar, te importa?

No, en absoluto, ya lo sabes.

Notamos otra llave que abría la puerta, esta si era Vero, la conversación, parecida.

Hola, que haces a esta hora en casa cariño?

Bueno, el trabajo se ha acabado antes de lo que pensaba, ya sabes que algunas veces pasa, y aquí estoy, pero haced como si no estuviera.

Seguro?

Claro.

Que hacemos Pedro ¿

Tu marido lo ha dicho, como si no estuviera.

Comemos los tres juntos?

Los dos respondimos que ningún problema, yo ya tenia preparado mi plato, en un momento prepare dos mas, comimos como quien lo hace con un amigo pero después de los postres, Pedro dijo:

Perdónanos, pero tenemos el tiempo justo, si no nos damos prisa

Si, dijo Vero, después llego tarde.

Vamos a la habitación, dijo Pedro a Vero

Ella le cogió de la mano, y desaparecieron por el pasillo, yo continué con la lectura pero estaba excitado, a pocos metros tenia a mi mujer follando con su amante, por lo que me costó concentrarme.

Media hora no mas duró el encuentro, pronto salieron los dos, ella con batín, el en calzoncillos, mi mujer se sentó a mi lado para fumarse un pitillo, Pedro se fue a duchar, tenia que irse ya. Le pregunté que como lo había pasado, ella se levantó, abrió el batín, debajo no llevaba nada, pero la leche de pedro regalimaba por sus piernas, yo, inconscientemente me toque por encima de los pantalones, tenia la polla a punto de explotar.

Quieres que calme esto? Dijo señalando la polla?

Claro, respondí.

Vero se puso entre mis piernas, el batín cayó al suelo, completamente desnuda abrió mi bragueta, saltó la polla que casi impacta en su cara, se la puso en la boca, yo me retorcía de placer, sentado en mi butaca favorita. Pedro apareció completamente vestido y duchado, pillo a mi mujer en plena mamada, Vero dejo por un momento mi polla para darle un beso en la boca, continuando inmediatamente lo que estaba haciendo, Pedro nos dijo:

Que os lo paséis bien

Me corrí en pocos segundos, llene su boca de leche a espasmos, Vero tiro la cara para atrás y dijo: En mi estomago se mezclará tu leche y la de Pedro.

Esa situación ya hace dos años que dura, la verdad es que no se ha visto deteriorada nuestra relación, creo que todo lo contrario, en este tiempo, Vero y Pedro han hecho varias mini vacaciones, he conocido a la mujer de Pedro, por cierto, una mujer de bandera, nos hemos hecho amigos los 4, de vez en cuando vamos a comer a su casa, o ellos vienen a la nuestra, un verano decidimos pasar un fin de semana en la playa, allí la vi. semi desnuda, ya que tomaba el sol en top-les, al igual que lo hacia mi mujer. Me ha pasado por mi mente muchas veces el buscar como follarla, o hacer un intercambio, lo único que he conseguido es en una cena, donde íbamos bastante tocados por el vino, una partida de strip-poker donde ella quedó totalmente desnuda, pero no pasamos de aquí.