Mi mujer; su primer trio.
Durante 23 años hemos sido una pareja conservadora, llegó el momento que nunca imaginé, mi mujer disfrutó de su primer trio.
Mi nombre es Pedro y quiero compartir con vosotros una experiencia vivida hace unos días y que nunca pensé que podría suceder, mucho menos al llevar casado 23 años con mi pareja, tener hijos en común y llevar una vida estable. Antes decir que nos conocimos muy jóvenes, apenas 18 años y hemos estado toda la vida juntos, Ruth, así se llama ella nunca ha estado con otro hombre aparte de mí en su vida, los típicos novietes de la adolescencia, algún beso y poco más. Nos casamos muy enamorados con 22 años, después vinieron los hijos y todo fluía bien, fueron pasando los años y aunque había y hay amor, las parejas, por lo menos nosotros entramos en un acomodamiento mutuo y aunque disfrutábamos de buen sexo juntos faltaba alguna chispa.
Introduje sildenafilo(viagra) solo por el puro morbo de aguantar más practicando sexo con ella, he de decir que es una mujer que se entrega entera y no se cansa en exceso, recupera bastante rápida y es muy caliente una vez metida en faena y ardorosa, de físico está bastante bien, unos pechos hermosos en su medida, ni pequeños ni exagerados de grandes, muy suaves al tacto pero con agarre en firme y mojado. Sus curvas, a mí después de tantos años con ella me obligan a girarme para disfrutar de una buena mirada de arriba abajo cuando pasa por mi lado, he de decir que me encanta y pone mucho como a cualquier hombre que se cruza con una buena hembra. Me excito de observarla y pensar que después la haré mía de nuevo.
Hace dos meses aproximadamente fuimos a cenar con una pareja amigos nuestros muchos años y con los que tenemos mucha confianza, después de la cena Ruth y la pareja de mi amigo subieron al coche, pues hacía frio y mi amigo y yo nos quedamos fuera fumando un pitillo y hablando compliciosamente, con el vino de la cena y los chupitos se suelta la mente y se hablan fantasías, en esa confianza mutua que yo tenía con Juan y sin que nos oyeran ellas le dije; ¿sabes una cosa? Una fantasía mía sería ver a Ruth follando con otro hombre. En ese momento Juan me observó mudo por unos instantes, yo pensé que no debí decirle eso y estaba preparado para rectificar cuando habló, me dijo: ¿y por qué no? es la fantasía de muchos hombres, eso no significa que no la quieras, ella disfrutaría también, y le dije ¡sí claro! En todo el tiempo que llevamos juntos nunca hemos hablado de nadie más en nuestra cama, no tengo valor ni a mencionárselo por temor a su reacción, yo la tenía por muy conservadora en esos temas liberales y podía pasar de todo.
Ahí quedó todo esa noche, pero el fin de semana siguiente fuimos a cenar de nuevo a otro restaurante y en la mesa empezamos a tocar temas liberales con mucho tacto, ella se fue animando, digo de pasada que últimamente su lectura favorita era la trilogía de Grey y libros del mismo estilo, incluso más calientes y eróticos.
Continuamos con la charla y en un momento Juan dijo, ¿sabes una fantasía de Pedro? Y continuó hablando, es verte con otro hombre en la cama. Yo me quedé helado pensando en su reacción, ella dijo: ¡sí, seguro! ¡Conociendo yo a éste, está pensando en esto! ¡calla! Y me miró esperando que lo negase, pero yo semiasentí con la cabeza esperando una lluvia de frases diciéndome ¿Qué dices sátiro? ¡Nunca me hubiese esperado eso de tí! Y cuál fue mi sorpresa que se quedó simplemente callada y como incrédula de la situación. Yo pensé ¡ya está dicho!, ¡ya lo sabe!, ahora que pase tiempo y se pronuncie ella sola. Pasaron unos días y comencé a usar durante el sexo frases picantes, hablándole de otros hombresy de situaciones y posturas, y noté que se crecía y excitaba mucho, se ponía más húmeda al instante. Un día me pidió ir a un sex-shop y compramos un vibrador y algunos juguetes eróticos. Empezamos a usarlos y cada vez la notaba más caliente en la cama, le decía cosas antes de penetrarla como ¡vaya fiesta que se va a pegar más de uno en este coño! Me daba subidón decirle eso y ver que ella asentía y excitaba hasta límites desconocidos al instante.
Fuimos hablando más claro poco a poco del tema, ya no había tabúes ni nada prohibido en nuestra cama, cada vez usábamos frases más fuertes y nuestro sexo ganó mucho en calidad y cantidad, ella tomaba la píldora por temas de regulación hormonal, pues yo tenía la vasectomía y no las necesitaba, le decía, ¡ahora no puedes dejar de tomarlas, no sea que te quedes embarazada! Joder, nuevo subidón para ambos.
Comenzamos a buscar en internet y a asesorarnos sobre parejas liberales y clubes de intercambio, lo hacíamos muy excitados, viendo también que nunca llegaba la pareja que nos gustase a ambos, pusimos un anuncio en una página liberal y nos contactaron tres parejas, tras cambiar algunas fotos decidimos quedar con una de ellas.
Se desplazaron ellos, pues eran de otra ciudad cercana y quedamos para cenar y charlar, tampoco queríamos “vernos y entrar a matar” ni ellos ni nosotros.
Durante la cena fue todo muy normal y fluido, tocando el tema con tacto y sutileza por ambas partes, después fuimos a tomar una copa y seguir con la conversación, esta pareja nos dijo que nunca habían repetido con la misma pareja, lo cual nos gustó que tuvieran sus propias normas, veíamos mutuamente que lo pasábamos bien charlando y jugando un billar, muchas risas y palabras, pero no había “sexappeal”, vamos que nos apetecía follar juntos a ninguno, nadie insinuó en ningún momento de ir a este u otro sitio, continuó la noche y se marcharon sin más.
Ruth y yo lo teníamos cada vez más claro, queríamos dar un paso fuera de lo típico y cuanto antes mejor, queríamos probar lo que entendíamos por prohibido tan solo un mes y medio antes y que ahora no solo no era prohibido sino que era super excitante
Yo le consulté abiertamente si le gustaría estar con otro hombre y hacer un trío a lo cual me contestó ¿y tú qué? No disfrutarías con una chica en ese momento, ya le dije, pero lo haría contigo también, disfrutaríamos los tres y más adelante buscaríamos una pareja para los dos. Esa para mí fue su confirmación para yo buscar algo, comencé en secreto una búsqueda de un chico que me gustase para ella, limpio, culto, aseado y sobre todo sensible. Tras hablar con cinco o seis conocí uno que me agradó, Raúl se llama, hablamos y quedamos que iría con ella a una cafetería y el pasaría por allí, le di detalles de mí para que me saludase delante de ella, entablar conversación y tomar una cerveza juntos, ella, allí sentada hablando con él y sin saber que era el plan que le estaba preparando, era una sorpresa.
Después que él se marchara le dije, ¿Qué te parece este muchacho? ¿Te pone? Y me dijo, ¡si es amigo tuyo!, ¡no quiero conocidos!, todo iba saliendo bien, pensé.
Venía el puente del uno de mayo y preparé todo minuciosamente, alquilé un aparta hotel, llevé comida y bebida, velas, incienso, no pasé ningún detalle por alto, le dije a ella que nos iríamos a pasar la noche fuera de casa para tener sexo los dos sin censuras, que pudiese gemir y gritar lo que quisiese. Le encantó la idea y estaba cada vez más excitada conforme llegaba la hora de marcharnos.
Yo había quedado con Raúl que estuviese allí a las once, le dejaba la llave por fuera, entrara sin hacer ruido, se desnudase y observara hasta que yo le llamase y entonces se acercara a su oído y le susurrase palabras. Ella estaba con los ojos vendados, no veía nada, yo comencé a excitarla en la cama, le introduje un vibrador y la tocaba el clítoris con delicadeza hablándole suave y tocándole los pechos, enseguida se puso muy cachona y caliente, ya gemía y se movía excitadísima. Raúl entró y actuó según habíamos quedado, se sentó a mi lado y la miraba, se calentó al instante y en ese momento le hice una seña con la mano para que atacara.
No os imagináis la cara de ella cuando oyó una voz que no era yo diciéndole muy suave, hoooola cariño, soy tu sorpresa, mientras le cogió un pecho y empezó a tocarle el clítoris ya muy húmedo.
El subidón para los tres fue descomunal, se puso un preservativo y yo mientras retiré de su vagina el vibrador para dejar paso libre, se puso en posición y la penetró suavemente pero sin compasión, ella se corrió casi al instante por toda la carga del momento, dando gemidos que creo que oyeron en el edificio de enfrente.
Eso fue solo el principio, comenzó a besarla por los pechos bajando despacio buscando su sexo y la segunda atacada la hizo con la lengua en su coño, ¡como lo lamía!, ella seguía gimiendo y moviéndose sin control, mientras yo la besaba en la boca y le apretaba los pechos a modo de masaje.Yo estaba disfrutando de verla gozar sin freno lo que no os podéis imaginar, ver a tu hembra penetrada, comida y tocada por oto hombre llevó mi grado de excitación a un umbral desconocido. Mientras él la comía entera todo el coño yo le metí mi polla en la boca, tuvo que quitársela al poco porque los gritos y gemidos acompañados de mi miembro no la dejaban respirar, elevaba el culo de la cama impulsándose con las caderas y las piernas como una zorra en celo, hasta tuvimos que sujetarla entre Raúl y yo porque pensábamos que se caía de la cama, ahí tuvo su segundo orgasmo con una escala del 0 al 100 de 1000. Yo alucinaba de ver la hembra que tenía en mi cama todos los días y cómo se corría la tía de gusto, cómo gemía, cómo le chorreaba el coño de húmeda que estaba, estaba tan agotada que me susurró pidiéndome un trago de algo, tenía mucho calor y se puso boca abajo por primera vez en esta noche mostrándonos su precioso trasero y su espalda algo sudada desprendiendo a la vez un olor perfumado y caliente que nos embriagaba a Raúl y a mí, manteniendo nuestros miembros erectos en todo momento, apuntando hacia ella y pensando por dónde entrarle. Me pidió que le quitara la venda para aplacar su calor facial aunque estaba ardiendo por todo su ser, tenía por lo menos cuarenta grados. Raúl se sentó junto a ella y le hablaba suave, ella no lo miraba, evitaba ver su rostro, le di a Raúl un vaso con cola light y él a su vez lo pasó a ella, dio un sorbo tras otro, pues no podía ni tragar de los nervios, y le preguntó ¿te puedo mirar?, Raúl y yo nos miramos y le asentí con la cabeza, él le dijo, ¡claro que sí, pero que sepas que me conoces! Ruth es muy curiosa y ya con eso no pudo, era superior a ella, giró la cara y le miró a los ojos, ¡NO ME JODAS! Exclamó, ¿tú? Él le dijo, ya te he jodido y lo que te queda, apenas había pasado una hora y ya llevaba dos corridas de nota alta y la noche se presentaba larga y sin sueño por ninguna parte.
Cuando Ruth calmó su sed, Raúl le dijo, ¿has tomado alguna vez por atrás? Ella contestó que no, que le podía doler, él le dijo, verás cómo te gusta, es distinto y la puso o más bien se puso ella a cuatro patas con ese hermoso trasero en pompa que incitaba a cometer pecado capital, sin dudarlo Raúl agarró su polla y la llevó al ano de Ruth, ella gritó al poco ¡Dios qué daño! Por lo que yo me acerqué corriendo, él me dijo con el brazo que estuviera tranquilo, que era temporal a la vez que con la otra mano le acariciaba el clítoris, en cuestión de segundos Ruth pasó de un dolor controlado a un inmenso placer, follada por el culo y con su coño súper húmedo.
Lo que disfrutó analmente fue bestial, gemía y le decía ¡No pares! ¡sigue! Le temblaba todo el cuerpo se movía sin control, su tercer orgasmo le sobrevino al momento. Quedó exhausta en la cama, Raúl se puso boca arriba y le dijo ¡ven! Descansa encima de mí, ella como pudo a gatas y chorreando con algún esfuerzo se puso encima aplastando sus tetas contra su pecho con idea de descansar un poco sobre él, el comenzó entonces a meterle la polla en su coño, entraba sola por lo bien lubricada que estaba ella, ahí entraban en ese momento dos pollas o tres si se ponen, Ruth era incansable, al notar el rabo comenzó a gemir suavemente y volvió a entonarse en un lapsus, antes de cinco minutos se había corrido de nuevo.
En ese momento decidimos comer un tentempié e hidratarnos algo, nos sentamos Raúl frente a mí en la mesa y ella presidiendo la mesa. Tomamos algo y sin demorar más el tema para el que estábamos allí, Raúl se levantó y la cogió por atrás con sus manos agarrando sus pechos, la invitó a levantarse y se sentó de nuevo en la silla, le pidió que se sentará encima y aprovechó para clavarla allí mismo, él frente a mí, con ella sentada encima y clavada entera, le dijo ¡dile a Pedro qué sientes!, ella me miró con voz temblorosa y me dijo muy suave, ¡Pedro, la noto, la tengo dentro, que gusto siento! ¡¡¡No me puedo mover de lo dentro que está!!!! Yo me puse hecho un río de lava al ver a mi hembra decirme esas palabras a la cara con otra polla dentro de su coño. La miré y le dije ¡Disfruta tu regalo al máximo! Es solo para tí. Haz lo que te apetezca en cada momento, entonces ella, con mi permiso ya concedido se desclavó y lo llevó al sofá, lo sentó y se puso de rodillas y comenzó a comerle toda la polla con una suavidad y elegancia que por poco me corro de verlo.
En ese momento aproveché para recoger las cosa de la mesa y llevarlas a la cocina, no tardé nada y fui al aseo, desde allí empecé a oírla gemir de nuevo y cuando volví estaba ella acostada en el sofá boca arriba y él encima follándola de nuevo, no perdían ocasión los jodíos, pensé, ¡¡¡anda que cómo se lo está pasando la nena!!!!
Sinceramente os digo queridos lectores que yo gozaba horrores de ver a mi amor disfrutar y gemir como lo estaba haciendo esa noche, no quise intervenir mucho, pues sabía que después sería mía entera de nuevo y ahora tenía que aprovechar su “regalo” aunque a ver quién tenía cojones a quitarla de ahí en ese momento!!!!!!!
Ya no sé las veces que se había corrido, por lo menos seis y a cual más intensa, se levantaron de nuevo y fuimos todos a la cama, allí Ruth le pidió de nuevo a Raúl que la follara por el culo, él no dudó, la puso en posición y ¡¡¡Toooma morena!!!!! Toda para ti, mientras yo le tocaba el clítoris y sobaba las tetorrras.
No sabéis lo que se siente al ver a una mujer disfrutar tantísimo en tan poco tiempo, y más si es la tuya. Ya habían llegado al séptimo orgasmo cuando Raúl propuso ir al baño y ducharse juntos, apenas se mojaron con el agua, corrieron a la cama aún mojados y se taparon con una sábana completamente, ella se puso encima y lo folló con una energía tremenda, gimiendo y trotando sobre él clavada por su polla de nuevo.
Descansamos unos veinte minutos y ya pensábamos terminar cuando ella le dijo a Raúl, ¡aún no te has corrido! Eso no vale, hazlo y échame tu leche caliente en mis tetas y ¡tú Pedro! ¡Cómeme el coño como sabes hacerlo!, empecé a lamer, después a chupar y por último la clavé, ahí nos corrimos los tres a la vez, Raúl en sus tetas, yo dentro de su coño y Ruth con ambos.
Después Raúl se marchó como vino, sin hacer ruido y nosotros nos quedamos exhaustos en la cama, eran las cinco de la mañana, nos despertamos sobre las diez y aún tenía energía para que yo la follara dos veces. Alucinante.
Qué deciros después de esto, nos ha unido mucho esta experiencia, estamos locos el uno con el otro, ella me busca con mirada libidinosa y le encanta chupármela en cualquier ocasión, estamos más ardientes que de novios y me dice que quiere verme con otra mujer, que la folle delante de ella y le dé polla por todos lados mientras ella me acaricia, besa y me hace lo que le salga del coño. Que soy suyo pero me comparte para que yo disfrute.