Mi mujer se transforma en la playa 5

Mi mujer se desnuda en la playa y en una tienda delante del dependiente

Cuando me desperté las dos chicas seguían dormidas, pensé que no me importaría vivir con las dos, me puse a comparar sus pechos, muy parecidos en tamaño pero de diferente tono de piel, seguí con sus pubis era de pelo rubio rizado el de Paula y muy negro el de Laura que en ese momento habría los ojos.

¿Que hora es? "Me tienes que llevar al aeropuerto"

"Es la hora, vete duchando mientras preparo el desayuno"

¿No te vas a duchar conmigo? "Es una broma ya me conoces, no te preocupes yo con un café tengo suficiente"

Al llegar al aeropuerto me dio un abrazo.

"Muchas gracias por todo, hacia mucho tiempo que no lo pasaba tan bien, dile a Paula que me gustó mucho hacerlo, espero lo repitamos"

"Yo también disfrute mucho, seguro que habrá más oportunidades"

Al volver encontré a Paula desayunando.

"Anoche creo que nos pasamos, que corte cuando vuelva a ver a Laura, seguro que pensara que somos unos guarros"

"No te preocupes me ha dicho que se lo pasó muy bien y quiere que lo repitamos, le gustó hacerlo contigo"

"Bueno la verdad es que yo lo pasé bien también, parecíamos un matrimonió de tres"

¿Te animas a ir a la playa nudista? "Vamos y si te sientes incómoda nos damos la vuelta"

"Me parece bien, vayamos"

Cuando llegamos una densa vegetación impedía ver la playa, había que bajar una escalera de madera hasta la arena en la que había unas grandes rocas planas que hacían de solarium, era una playa muy diferente a lo visto hasta ahora. No se veía a nadie con bañador por lo que pregunté a Paula ¿seguimos adelante?

"Ya que estamos aquí habrá que probar"

Pusimos las toallas en la arena cerca de una de las rocas con la idea de estar algo más protegidos.

Paula se quitó el vestido dejando las tetas al aire como ya era habitual, se quedó de rodillas sentada sobre sus talones con la braga puesta mirando al horizonte mientras yo me desnudaba.

¿No te animas? Le pregunté ante lo indecisa que la veía.

"Quién dijo miedo" se sentó en la toalla y se quitó la única prenda que llevaba. Las marcas del bikini eran palpables en la parte de abajo, no así en las tetas que llevaban varios días tomando el sol.

El ver a Paula desnuda entre tanta gente me provocaba morbo. Nos dimos un baño y nos tiramos al sol. De repente vi una pareja que acababa de llegar, dirigirse hacia nosotros, se lo dije a Paula que instintivamente se tapó con la toalla.

"Hola, os hemos visto desde la escalera, somos vuestros vecinos, ella es

Monserrat mi mujer y yo soy Jordi"

"Hola es Paula y yo Javier"

¿No me digas que te damos corte? Dijo Jordi mirando a Paula que en ese momento se sintió ofendida.

"Para nada, no vas a ver nada que no hayas visto" se levantó y acercándose a ellos les  daba dos besos.

La escena tenía su morbo, mi mujer completamente desnuda delante de unos recién conocidos que aún seguían vestidos.

"Acabamos de llegar, tenemos cervezas que aún tienen que estar frías si os apetece"

"Yo me apunto" dijo Paula.

Nos pasaron una cerveza a la vez que extendían la toalla y se quitaban la ropa.

Tenían cuerpos trabajados en el gimnasio, él lucia un pecho depilado con marcados abdominales aunque no era lo más destacable, un pene bastante más grande de lo normal llamaba la atención, ella tenía unas generosas tetas mayores que las de Paula y un frondoso pubis moreno que ocultaba su coño.

Nos contaron que vivían en Barcelona y alternaban la costa Brava con Ibiza para sus vacaciones, eran asiduos a las playas nudistas desde hacia tiempo y se consideraban una pareja liberal para su época.

Las dos chicas concentraban la conversación.

"Veo que no sois de estar desnudos, lo digo por la marca del bañador" comentó ella.

"Hemos empezado esta semana" dijo Paula que añadía.

"Como haces para mantener erguido el pecho porque no se puede decir que sea pequeño"

"Hace tiempo que leí un estudio hecho en Francia sobre los perjuicios de usar sujetador, decía que atrofia los músculos del pecho y no lo sujetan además de ser más propensos a tener bultos cancerígenos, yo nunca llevo salvo cuando voy al ginecólogo"

"Tiene su lógica, habrá que hacerle caso" asentó Paula a la que se le iba la vista al pene de Jordi con más frecuencia de lo normal, lo que me animo a meterme con ella.

¿Paula no te llamas la atención el pene de Jordi?

Se quedó un poco cortada esperando alguna ayuda que llegó de Montserrat.

"Para nosotras tan importante es el tamaño como la habilidad" ¿no te parece Paula?

"Bueno, eso tú lo sabrás mejor"

"Tenemos unos amigos que ella siempre está halagando de Jordi"

"Es normal no se ven muchos con ese tamaño" añadió Paula.

"Por cierto que vienen mañana a pasar el día, Jordi nos hará una barbacoa, estáis invitados"

"Javier podemos ir, ya hemos tenido playa suficiente" ¿que opinas?

"Si te apetece me parece bien"

El resto del tiempo lo pasamos entre el agua y al sol.

A media tarde decidimos irnos pues Paula quería pasar por una tienda en la que había visto un vestido.

Por el camino le pregunté por la experiencia de estar desnuda delante de tanta gente.

"Pues cuando lo pienso me entra un cosquilleo tremendo en el estomago, hasta que me acostumbro estoy muy nerviosa luego ya tan normal" ¿a ti no te pasa?

"la verdad es que estas situaciones me excitan"

"Tú eres más lanzado, yo soy más cortada"

Cuando llegamos a la tienda nos atendió un joven que nos mostró los vestidos que tenía, Paula se fue al probador con un par de vestidos, mientras me quedé mirando lo que tenían, vi uno negro muy elegante abierto por los laterales en la parte superior, le pedí al chico que me lo envolviese, se lo pague y lo guarde pues quería que fuese una sorpresa. Uno de los maniquíes tenía un dos piezas con una apertura en la falda que le llegaba por encima de la ingle, la parte de arriba era un  bodi ajustado al pecho, me pareció muy sexi y pregunté si tenían su talla, me saco uno en gris claro, me acerque para ver que tal iba, le pregunté que tal le quedaban al tiempo que abría la cortina sin caer en que me seguía el dependiente, Paula acababa de probarse el segundo vestido por lo que estaba solo con una bragita, el chico de la tienda se había quedado a medio camino lo que no le impidió ver lo que pasaba. Le enseñé el vestido que llevaba y le pedí que se lo probase, no puso ninguna pega.

"A ver que tal me queda porque estos no me convencen"

Directamente dejó el que tenía y sin correr la cortina empezó a probarse el que le había llevado, el dependiente no perdía detalle y por su pantalón pude ver que se estaba empalmando. Cuando terminó de ponérselo dijo.

"Es un poco atrevido, además se me ven las bragas"

"Es que este vestido es para llevar tanga o sin nada, total llevas todo el día sin ellas"

"Solo un momento a ver que tal queda" metiendo la mano por la apertura de la falda se las quitaba, mire al dependiente que seguía mirando atentamente.

"Estas impresionante"

"Me gusta como me queda pero no veo en que momento podría ponérmelo" se lo quitó para ponerse el vestido de la playa, guardó la braga en el bolso y al final compro una camiseta entallada sin mangas de color blanco que resaltaba el moreno que había cogido estos días. Al salir de la tienda le comenté.

"Que buen rato le has hecho pasar al chico de la tienda, no ha perdido detalle de tus vestidos"

"Pues no me he dado cuenta" ¿tú crees que me ha visto en bragas?

"Y sin ellas, menudo calentón llevaba"

Cuando llegamos a casa le di el vestido de regalo que le había comprado.

"Me gusta mucho es muy elegante, tendré que tener cuidado para no enseñar las tetas"

"Tiene los cordones de los hombros para ajustar la parte de delante y que no se ahueque, solo se te ve un poco el lateral del pecho"

Tuvimos una cena de pareja romántica con alguna que otra mirada al vestido y nos fuimos a dormir placenteramente después de un día con tantas novedades.

El próximo día será el último y os lo contaré.