Mi mujer se la chupa al viejo vecino en su puerta4
La cama se movía como si tuviésemos un terremoto antes las fuertes embestidas del viejo que follaba con una energía endiablada el culo de mi mujer, hasta que este comenzó a soltar ráfagas de leche dentro de su sufrido culito acompañado de unos gritos de macho en celo que me dejo boquiabierto.
Tras la cena a la cual accedimos encantados con aquel viejo semental de vecino que tenía a mi mujer a sus pies, volvimos a casa aceptando esa noche pasar a la suya, sorprendiéndonos su alcoba con aquella cama enorme y antigua con biseles y barrotes de metal que a mi mujer dejo prendada.
Él dijo que era un regalo de su difunta mujer que adoraba este tipo muebles…
Tras mostrar la casa le dije que iba un momento a nuestro piso a sacar a la perrita y traer una botella de champán que teníamos en la nevera para aderezar la noche que presumía ser caliente.
El me advirtió que andaba caliente que no me esperaba y que cogiera la llave para entrar a la vuelta por si andaba ocupado a la vez que agarraba el culo mi mujer y lo sobaba mientras esta reía y se daban un beso alargando la mano a la vez y agarrando su paquete que ya perfilaba una barra semidura.
Tarde en volver unos diez minutos y al entrar en su casa ya los gemidos de mi mujer delataban estaba ya disfrutando de aquel viejo semental.
Quede sorprendido al entrar a su alcoba pues mi mujer estaba atada con unas ligaduras parecidas a pañuelos a ambos lados del cabero de la cama, volteada hacia abajo con unos grandes cojines en la barriga que la hacían posicionar su culo en pompa en una postura rocambolesca pero muy sugerente.
El viejo andaba también completamente en pelotas con su enorme y duro rabo lubrificado por algún aceite o vaselina liquida que lo hacía a la vista aún más gordo y largo pues el brillo intensificaba sus venas y dureza y parecía un torpedo a punto perforar lo que pusiera por delante.
Comió poniéndose de rodillas tras ella, su culo a la vez metía los dedos en su sexo haciendo esta moviera la cadera sobre el cojín como pidiendo marcha, yo me fui desvistiendo ya empalmado como un burro al ver aquella imagen y sobre todo ver aquel viejo como entre las piernas le colgaba aquel par de pelotas enormes reposando su largo y duro rabo ahora sobre la cama esperando en forma su momento para actuar.
Mi mujer giro la cabeza y vi su mirada desencajada y gozosa esperando ser penetrada, aunque para gozo de ella, le viejo le tenía esperada una sorpresa.
Me dijo me lubrificara también el rabo con un spray que tenía sobre un lado de la cama, mientras el ahora dilataba con un dedo el agujero trasero de mi mujer sin dejar de frotar e introducir con su otra mano dos dedos en el conejo mi mujer, haciendo esta ahora gimiera como una gata encelada… empujo con la cabeza poniéndose debajo del sexo mi mujer el cojín un poco quedando el chocho de esta a merced de la boca de él, comenzando a comerlo a la vez me indico con la mano me acercara y se la metiera por atrás a mi esposa.
Uff ver al viejo debajo me puso más duro aun al pensar mis huevos estarían casi sobre su cara y sin miramientos y obedeciendo me puse sombre ella flexionando un poco las piernas e iniciando la perforación del culo mi mujer con mi polla bien lubrificada.
Note no costo mucho pues él lo había dilatada y la lubrificación ayudo a entrar, aunque mi mujer soltó un pequeño grito al recibir mi estocada final hasta la base los huevos.
Comencé a follarla mientras el viejo le comía el coño, corriéndose ella a las primeras de cambio, no sé si por el placer de mi polla o el de la lengua del viejo, pero lo que si se es que ella grito y se retorcía de gusto como en sus mejores orgasmos.
Metía y sacaba mi rabo con energía sorprendido de la facilidad que entraba ese día, notando en un momento mis huevos eran agarrados por el viejo como calentándome y me corriera dentro de mi mujer.
Fue una sensación muy agradable pues los sobo con fuerza mientras comía y devoraba el coño de ella, haciendo que en unos minutos me corriera dentro del culo copiosamente, quedando semi apoyado en la espalda de ella mientras el viejo salió de su postura invitándome a dejarle pasó a él.
No supe bien donde ponerme pero me quede sentado tras el,cuándo el retomo mi postura y acercando su enorme y duro miembro, introdujo primero su cabezón lubrificándose con mi leche que había depositado ahí hacia menos de medio minuto, e introduciéndolo lentamente hasta tocar los huevos en sus nalgas..
Mi mujer soltó un grito sordo y largo al recibir aquel armamento que en tamaño y longitud superaba al mío con creces convirtiéndose en gemidos al ir acompañado este sus penetraciones con suaves movimientos a la vez introducía sus manos por entre los cojines y agarrar los pezones de mi mujer que pellizco hasta hacerla gritar de pasión y gozo.
Le estaba dando una follada de culo de las que dejan huella, pues para mi sorpresa el viejo movía la cadera como un experto bailarín sobre la pista de baile, llegando mi mujer en pocos minutos a regalarnos otro espectacular sonoro orgasmo que hizo este acelerara sus penetraciones hasta un ritmo medio endiablado que hizo ella casi perdiera el conocimiento.
La cama se movía como si tuviésemos un terremoto antes las fuertes embestidas del viejo que follaba con una energía endiablada el culo de mi mujer, hasta que este comenzó a soltar ráfagas de leche dentro de su sufrido culito acompañado de unos gritos de macho en celo que me dejo boquiabierto.
Pedazo polvo acababa de darle tras de mi a mi mujer, sacando su enorme y lubrificado rabo ya semi morcillón de su culo tras unos largos segundos tomando aliento apoyado sobre ella.
Se tumbó sobre la cama boca arriba dejándose a la vez mi mujer caer sobre la comodidad del cojín enorme, ambos con las respiración aun acelerada, cuando sin mediar palabra no sé como pero me agache y agarrándole aquel enorme pollon aun con gotas asomando por la cabeza rosada y gorda, comencé a chupárselo, agradeciéndole el viejo pues me puso su mano sobre mi cabeza y mesaba mis cabellos animándome continuara.
Se lo comí un largo rato haciendo este no reculara mucho en tamaño aunque si algo de dureza pues mi boca no paraba de devorar y saborear con mucho gusto su cabezón, sacándolo de mi esta solo para bajar y besar la longitud de su rabo y acabar chupando alguno de sus peludos huevos.
Estaba sorprendido de mi disfrute y más cuando note mi polla se puso rápidamente en forma, no parando de comer rabo pues el viejo seguía animándome a que no cejara en la tarea.
No se los minutos que estuve en esa labor de la que disfrute un montón hasta notar mi mujer recuperaba el aliento.
Pare de comérsela y este soltó a mi esposa de las ligaduras de la cama, para pasar a atarme a mí con el complacimiento de mi esposa que se persono también en la tarea, si bien a mí me sujetaron también por los pies, aunque mirando hacia arriba.
Le dijo el viejo que fuese comiéndome y jugando con mi rabo, mientras este salió un momento de la habitación, regresando en un minuto con un pequeño juguete negro y largo semejante a una fina polla que tras lubrificarla me fue introduciendo por mi ano.
Fui a negarme pero entre mi mujer y el consiguieron metérmelo casi en su totalidad, quedando penetrado, con mi rabo duro apuntando hacia arriba.
Se puso el viejo sentado en la almohada tras de mi quedando mi cabeza apoyada sobre uno de su muslos mientras le dijo a mi mujer se sentara en mi polla y me cabalgara.
Esta se sentó sobre mí como una amazona y al hacer los movimientos de cabalgar aquella cosa que tenía en mi culo entraba y salía a los movimientos de ella haciéndome gozar ante mi sorpresa aunque al principio fue algo doloroso y raro.
La polla morcillona de el ya un poco más rígida estaba al lado de mi cara siendo, movida por su mano esperando mi mujer se dejara caer sobre ella y comenzara a saborearla.
Esta no tardo y agarrándola con su mano comenzó a comerla junto a mi cara, gimiendo con cada lametón que le daba a la vez me cabalgaba, yo gire la cabeza y aun me parecía más grande aquel coloso de rabo que a pocos centímetros de mi cara se erigía duro y empinado desafiando la gravedad solo sujeto ahora por la boca de mi esposa por su enorme y rodado glande que chupaba y sorbeteaba ruidosamente haciéndome gozar hasta un punto difícil de describir.
Aguante mucho pues hacia poco me había corrido, pero sentir mi culo atravesado y mi polla cabalgada me estaba llevando a un punto de gozo difícil de controlar, y más cuando mi mujer comenzó a moverse sobre mi rabo buscando ya el orgasmo que llego haciendo esta comiera con desespero el rabo del viejo ahora mientras se corría sobre mi polla dura y mojada.
Fue contagioso pues casi al unísono de ella me corrí inundando su coño, a la vez que mi culo se contraía y sentía más fuerte aquel negro y largo rabo que tenía metido en este.
El viejo estaba ahora también ayudándose de su mano para pajear su polla mientras agarraba la cabeza de mi mujer y le hacia esta se metiera más rabo en su boca a la vez que decía … cómemela que vea tu esposo en primer plano como comes un rabo , como te gusta mi pollon y como la lames y te vas a tragar toda mi leche que después le vas a dar en la boca que el tanto desea, pues come también el rabo muy bien y le gusta mi leche como has visto antes.
El viejo estaba salido y su rabo duro como el acero, cuando note su cadera se movía a espasmos mientras mi mujer agarraba ahora a dos manos su pollon para que no se escapara ni gota leche de las ráfagas largas y espesas que lanzaban aquel largo y gordo miembro.
Fue una corrida larga por los espasmos de este y la cara de poema de mi mujer tragándose toda aquella lechada, que en menor cantidad cate al besarme esta tras soltar el rabo como él le había indicado antes.
MI mujer se separó desenganchándose de mí, y soltando el rabo del viejo que cayó como un resorte muerto sobre mi cara, notando el peso de aquella enorme morcilla que seguía aún goteando, agarrándolo él y tras llevarlo a mi boca me dijo lo chupara, pues mis manos y pies aún seguían sujetos a los barrotes de la cama.
Me metió la cabeza ya más relajada en la boca y chupe durante un buen rato hasta notar ya no salía nada por aquel enorme agujero al que sabiamente jugueteaba con mi lengua haciendo el viejo gimiera un poco.
Se incorporó y antes de soltarme me dijo entre risas que me escapa de ser follado porque ese día ya no tenía más fuerzas, pero si no iba saber lo que era bueno ser follado por un macho en presencia de su mujer, pues notaba me iba a gustar seguro.
Yo suspire y me alegre no tuviese más fuerzas esa noche pues solo pensar aquel enorme rabo me lo metiera, me iba a partir en dos…
Pasamos a tomar ya después la botella de champan y retomar fuerzas los tres desnudos, comentando la noche caliente, sin parar mi mujer de jugar con el rabo ya dormido el viejo que andaba sentado junto a ella, riendo este por las atenciones aunque le aviso ya creía no iba a poder levantarse más, aunque ella solo lo hacía,le dijo, porque era agradable sobarle la polla así también dormida.
Casi consiguen me ponga otra vez duro con la imagen y la conversación pero como ya era tarde nos vestimos y nos fuimos a la casa enfrente pues en pocos días se nos acababa ya la estancia allí.