Mi mujer se decidío iii-ii
Preparación del encuentro entre Javi y Angel, por su mujer Raquel
MI MUJER SE DECIDÍO III-II
En mi anterior relato, os comenté como Raquel estuvo durante toda la semana preparando mi culo para que Angel no encontrara ningún tipo de problema en follarme, cosa que interiormente agradecía mucho, por el placer que me daba al prepararme y porque deseaba enormemente sentir la polla de Angel dentro de mi.
Por fin llegó el sábado, me levanté temprano para recoger y adecentar la casa, además de preparar el desayuno de Raquel. Una vez estuvo listo, la desperté con suaves caricias.
Yo: buenos días cielo
Raquel. hola cornudito mio
Yo: que tal has dormido?
Raquel: muy bien la verdad
Yo: tienes el desayuno preparado, tostadas y café
Sin decirme nada, se levantó, fue al baño y luego hacía la cocina, al pasar por el salón, se dio cuenta de lo limpio y recogido que estaba.
Raquel: veo que has estado haciendo tus tareas cornudito, así me gusta, que seas una buena ama de casa
Yo: gracias
Raquel: cuando termine de desayunar, iremos de compras. Ayer hablé con Angel y decidió que te compraras algo de ropa
Yo: pero de verdad me vais a vestir de mujer, es necesario?
Raquel: mira cornudo, harás lo que yo y sobre todo Angel, queramos y no quiero que vuelvas a quejarte de nada, ¿entendido?
Yo: si, entendido
Raquel: bien, mientras desayuno, come mi coño que acabo de mear y no me he limpiado
Obedeciendo sin rechistar, me arrodillé delante de ella y comencé a lamer, aún con restos de su meada, mientras ella desayunaba tranquilamente. Con su mano libre, apretaba mi cabeza fuertemente.
Raquel: mete tu lengua bien dentro cornudo, follame con ella ya que con tu pollita no puedes
Endurecí mi lengua todo lo que pude y la metí lo más dentro posible, ayudado por su mano apretando mi cabeza contra el.
Raquel: mmm cornudo, si manejaras tu pollita igual que tu lengua, igual no habría follado con otro, pero creo que aún así, lo habría hecho, me gusta ser la puta de Angel y que tu seas un cornudo. Sigue comiendo, no pares hasta que yo te diga
Durante un rato, estuve de rodillas, comiendo, lamiendo y follando su coño con mi lengua. Mi polla estaba super dura y la cogí con una mano, para empezar a masturbarme
Raquel: que coño haces cornudo?, ni se te ocurra tocarte y menos hacerte una paja, te prohíbo que lo hagas, ¿entendido?
De forma inmediata, solté mi polla. No entendía lo que pasaba, pero no dije nada, no quería que se molestara o cabrease conmigo.
Raquel: venga, ya está bien, recoge esto, nos vestimos y nos vamos, que tenemos una larga mañana
Al levantarme, me dolían las rodillas y la polla, que aún seguía dura. Recogí todo lo más rápido que pude.
Raquel: tumbate en la cama y abre tus piernas. Tengo que ponerte el plug
Yo: ahora?, ¿pero no vamos a salir?
Raquel: si, por eso te lo pongo. Quiero que tu culo esté perfecto para Angel
Hizo le que me pidió, metió el plug, nos vestimos y salimos de compras. Por el camino, me resultaba incomodo andar con el plug metido, pero no podía decirle nada. Al primer lugar que fuimos, era la peluquería donde Raquel suele ir. Esto me extrañó mucho, porque ella no necesitaba en ese momento nada de allí.
Raquel: hola buenos días, le dijo a la peluquera
Peluquera: hola Raquel
Raquel: hoy no vengo para mi, es para el. Quiero que le hagas la depilación total, de todo el cuerpo
Peluquera: de todo?
Raquel: si de todo y además que sea algo rápido, tenemos un poco de prisa
Peluquera: no se, lo más rápido que tengo es la cera, pero le dolerá bastante y no se si lo aguantará. ¿Serás capaz de aguantar?, dijo dirigiéndose a mi
Raquel: no le preguntes a el, sino a mi
Peluquera. A bien, dijo algo extrañada. Bueno, pasad a la sala, voy enseguida
Raquel se dirigió a la sala, yo tras ella en silencio. Cuando entramos, no pude contenerme
Yo. pero estás loca?, ¿como voy a depilarme y menos con cera?, además recuerda que tengo el plug puesto
Raquel: mira cornudo, a Angel no le gustan los pelos y me puso como requisito para follarte, que estuvieras depilado de cuerpo entero, ¿quieres o no que Angel te folle?, yo quiero que lo haga, ¿me vas a dejar sin ver como lo hace?
Yo: si.. si quiero
Raquel: entonces no hay más que hablar
Entro la peluquera, me desnude y me tumbé en la camilla. Comenzó a preparar todos los utensilios y a untar largas tiras de cera por mi cuerpo. Dios, el dolor era terrible. Pecho, axilas, piernas, huevos y polla quedaron sin un solo pelo. Cuando le tocó a mi culo, me pidió que abriera las piernas y pudo darse perfecta cuenta del aparato que llevaba puesto, una sonrisa se dibujó en su cara.
Peluquera: tendré que sacar esto, para poder hacerlo bien
Raquel: uy si, no me había dado cuenta
Raquel se acercó y sacó el plug de mi ano. La peluquera pudo contemplar mi ano totalmente abierto y no paraba de sonreir
Jamas había sentido tanto dolor y sobre todo, tanta humillación. Cuando terminó, mi cuerpo estaba enrojecido y muy dolorido, pero para ser sincero, me veía bastante bien, me gustaba mi cuerpo sin pelo alguno.
Peluquera: bueno, ya está todo. Te has portado como un … no se, has aguantado mejor que muchas mujeres y eso que ellas están acostumbradas
Raquel: es que en el fondo es una mujercita
Peluquera: lo dices en serio?
Raquel. Claro, de echo ahora vamos a comprarle ropa adecuada. Ups, se me olvidaba, tengo que ponerle esto otra vez
Peluquera: me dejas que lo haga yo?
Raquel: claro, toma. Tienes que meterlo bien dentro
La peluquera cogió el plug y lo acercó a mi ano. En ese momento, quería morirme. Comenzó a empujar, pero no lo hizo directamente, se entretuvo unos instantes, metiendo y sacando el plug hasta que estuvo totalmente dentro, todo ante la atenta mirada de Raquel. No se que me humilló más, si la depilación o que mi mujer dejara a la peluquera ponerme el plug, quien no dejaba de mirarme de arriba abajo sonriendo
Peluquera: vaya culo, como traga
Raquel: ya lo creo, se lo he abierto yo, le estoy entrenando porque hoy va a probar su primera polla
Peluquera: en serio?, ¿se lo van a follar?
Raquel: claro, para eso lo lleva, para mantener su culo abierto y dispuesto.
Peluquera: joder, que gozada que tengas una mujer así, que te deje disfrutar de una polla en tu culo
Raquel: ya que el no vale para follarme, que lo follen a el, no
Peluquera: claro que si. Ya he visto la pollita que tiene, no me extraña que digas que no vale para follarte, perdona si te digo esto
Raquel: tranquila, si tienes razón. Tu misma has visto su pollita y como entenderás, cuando me follaba no sentía nada
Peluquera: no me extraña, yo habría hecho lo mismo. Oye, una cosa, siempre he deseado follarme a un tío, con una polla de esas de cinturón, ¿me dejarías hacerlo?
Raquel: claro que si, pero primero tiene que follarle una de verdad. Ya te avisaré
Peluquera: joder, será genial, ya estoy deseando que me llames
Raquel: Paga cornudo, que tenemos que irnos
Todo esto lo hablaban mientras yo me vestía, conmigo delante y sin cortarse ni un pelo. Pagué lo más rápido que pude, quería salir de allí cuanto antes. Al salir, giré mi cabeza y pude ver a la peluquera, me miraba sonriendo y comentaba algo con su compañera, seguramente lo que acababa de presenciar.
De allí nos dirigimos a unos grandes almacenes. Entramos y nos dirigimos directamente a una tienda de lencería. En ese momento me temía lo peor
Yo: que hacemos aquí?, ¿vas a comprarme lencería?
Raquel: cornudito, Angel no quiere que lleves ropa de mujer, no te quiere vestido, pero quiere que lleves liguero, medias y tanga. Quiere encontrarte así cuando llegue y que nos sirvas de esa manera, supongo que no hay problema, ¿verdad?
Mi silencio era como un sí. Estuvo rebuscando por la tienda, mientras yo esperaba cerca del probador. Cuando la vi aparecer, traía varias prendas, distintos colores y tamaños.
Raquel: entra y ve probándote. Cuando te lo pongas, abres que quiero ver como te queda
Entré en el probador, me desnudé y comencé a probarme las prendas. La verdad es que Raquel tenía buen gusto. Eligió un par de tangas de hilo de color negro y otros dos con un pequeño triángulo atrás de color rojo. Los ligueros y medias eran a juego con los tangas. Comencé por los de color negro, no se porque pensé que me quedaría mejor. Sentí un escalofrío en mi piel cuando me puse el tanga, al notar como su fina tira se metía entre mis nalgas. Coloqué el liguero y después las medias, ajustándolas a los cierres del mismo. La pequeña tela del tanga, era suficiente para tapar mi polla. Una vez puesto, abrí la cortina y me puse delante de Raquel para que me viera.
Raquel: uauuuu, estás genial, te queda estupendo y mira, aún con poca tela, tu pollita casi ni se nota. Este nos lo quedamos. Sigue probándote
Volví a repetir la operación con el resto de ropa. En una de las ocasiones en las que abrí la cortina, me encontré de frente con un tío mayor, de unos sesenta años, que se quedó mirando mi aspecto. Intenté cerrar rápidamente, pero Raquel me lo impidió, quedando a la vista de el.
Raquel: este no está mal, date la vuelta, quiero ver como queda en tu culito
Giré y dejé mi culo, envuelto en ese pequeño tanga, a la vista de Raquel y del tío. Raquel sonreía, mientras veía como el tío no me quitaba los ojos de encima.
Raquel: venga cornudo, este también nos lo llevamos, parece que a este hombre le gusta como te queda, dijo mirando la entrepierna del tío
El tío no dijo nada, se limitó a sonreir, mientras una de sus manos acariciaba su polla. Al final Raquel se decidió por dos modelos, el negro del principio y este último.
Raquel. Ahora solo faltan los zapatos. Paga esto cornudito
En la zapatería, Raquel escogió unos zapatos de tacón alto, según me dijo, así realzaría más mi figura y levantaría mi trasero. Llegamos a casa y me hizo ponerme los zapatos, tenía que practicar con ellos y ser capaz de andar bien cuando Angel llegara.
Durante le resto de la tarde, estaba muy nervioso y a la vez excitado. Me encontraría con Angel y su preciosa polla, pero tendría que presentarme ante el en ropa interior y con zapatos de tacón y todo esto, delante de Raquel y empujado por ella.
Raquel: cornudito, queda poco para que llegue Angel, ve a la ducha, tienes que ir preparándote para el
Me metí en la ducha, al poco apareció Raquel
Raquel: tendrás que lavarte bien el culo, no querrás que Angel se encuentre algo desagradable
Yo: ya lo he hecho
Raquel. por dentro?
Yo: como por dentro?, no solo por fuera
Raquel: ves cornudito como no puede ser contigo, si no lo haces por dentro, Angel sacará su polla sucia y no queremos eso, ¿verdad?
Yo: pero la meterá a pelo, sin condón?
Raquel: claro cornudito, a pelo, a el no le gusta usar condón
Yo: vale, pero como lo hago por dentro, no se
Raquel: anda, traé la ducha y agachate para que pueda ver tu ano
Le dí la ducha y me fijé que desenroscaba la alcachofa y la quitaba del tubo.
Raquel. Separa tus nalgas
Con ambas manos separé mis nalgas y ella acercó el tubo a mi ano. Cuando hubo metido más o menos cinco centímetros, abrió el grifo del agua caliente. Noté como por mi interior corría un rio cálido que llenaba mis tripas, provocando una agradable sensación al momento y un dolor que crecía según el agua entraba.
Yo: para para, me duele
Raquel. Aguanta un poco más, ya casi está
Pasados unos segundos, cerró el grifo y sacó el tubo de mi ano
Raquel: ahora tienes que aguantar un poco
Yo. joder, es que me duele la tripa, has metido mucha agua
Raquel: no te quejes tanto maricón, hay que dejar tu culo bien limpio y esto vamos a hacerlo por lo menos otras dos veces
Tras la intensa limpieza, Raquel me dijo que volviera a ducharme. Al parecer estaba contenta con el resultado. Cuando terminé, me dirigí a la habitación, donde me esperaba Raquel.
Raquel. Túmbate en la cama y dame tu culo, hay que ponerte el plug otra vez, luego te pones esa ropa, dijo señalando hacía la mesilla
Me colocó el plug y salió de la habitación. Cogí la ropa y comencé a ponérmela. Raquel escogió el juego de color rojo, el que había puesto morcillona la polla del viejo en el probador. Me calcé los tacones y me miré al espejo, la verdad es que me quedaba bastante bien, me veía sexy. Las medias, el liguero y el tanga, además de mi cuerpo totalmente depilado, hacían de mi que fuese apetecible y follable. Salí al salón donde me esperaba Raquel.
Raquel: guauuu cornudito, estás de muerte, Angel se llevará una grata sorpresa cuando te vea, pero te falta el último toque, acercate
Me acerqué a ella y como por arte de magia, sacó un collar de cuero negro.
Raquel: arrodillate
Me arrodillé delante de ella y colocó el collar sobre mi cuello.
Raquel: ahora si que estás completo
Yo: pero esto es necesario, también lo pidió Angel?
Raquel: no cornudito, esto es cosa mía, a toda perrita hay que ponerle un collar, ¿no?. Cornudo, cuando llegue Angel, abrirás la puerta y de forma inmediata, te pondrás de rodillas, sentado sobre tus nalgas, con la cabeza mirando al suelo, los brazos extendidos sobre tus piernas y las palmas de las manos hacía arriba, en posición sumisa. No hablarás ni darás nada a menos que Angel o yo queramos, ¿has entendido todo?
Yo: si, lo he entendido
Quedaba poco para que Angel llegara, estaba súper nervioso y a la vez excitado. Mi polla se marcaba dentro del pequeño tanga y Raquel se dio cuenta.
Raquel: pero eso que es?, así no puedes recibir a Angel, tenemos que hacer algo para que no se note. Ya se, traé un cordón de uno de tus zapatos
Fui a por el cordón y regresé, pensando en que haría con el. Al llegar, me puse delante de ella y le entregué el cordón. Apartó el tanga, anudo el cordón alrededor de mi polla y lo pasó por debajo de mi culo, cuidando de que no se viera. De esta manera, mi polla quedaba recogida entre mis muslos. Volvió a colocarme el tanga y se apartó de mi.
Raquel: ahora si, esto es otra cosa, además así parece que tienes coño, con tu pollita así, te salen como unos labios, jaja
Raquel tenía razón, al tener mi polla metida entre mis piernas, en el tanga se dibujaba una especie de labios vaginales.
Raquel: para esta vez valdrá así, pero tenemos que hacer algo para las próximas ocasiones. Ahora ve preparándolo todo, Angel no tardará en llegar
Continuara …...
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