Mi mujer se convirtio en un putón (5)

Continuacion de nuestras vacaciones en Portugal.

Hola a todos, de nuevo soy José Antonio, y voy a seguir relatando lo que pasó tras marcharse mi cuñada.

Durante ese día, prácticamente no hicimos nada, y lo pasamos en la playa, eso sí, con mi mujer todo el tiempo en toples y con uno de sus tanguitas. Por la noche nos marchamos a cenar a Lagos, donde Rosario se dejo ver ligera de ropa, pero nada escandaloso.

Cuando volvimos a la caravana, nos dimos cuenta que en la parcela de al lado de la nuestra habían aparcadas dos motos con matricula inglesa, y habían instalado una tienda de campaña.

Por la mañana, nada mas salir, me saludaron los dos ingleses, y dado que yo soy motero desde hace un montón de años, estuve charlando con ellos, hasta que, en un momento dado, vi como a uno de ellos se le cambió la cara y se quedó mirando hacia mi caravana. Yo, de inmediato, imagine que mi mujer se habría levantado, y cuando giré la cabeza, la vi al lado de la misma, vestida con un tanguita rojo, y una camiseta tipo básquet recortada justo por debajo del pecho, con la que se le veía la parte inferior de los mismos. Yo, la llamé, y tras presentárselas a los dos chicos, estuvimos un rato charlando, hasta que nos dijeron que se marchaban a la playa a darse un baño antes de salir a hacer un poco de turismo por la zona.

Esa misma tarde volvimos a coincidir en el camping y seguimos charlando mezclando nuestro regular ingles con su regular español, mientras nos tomábamos unas cervezas, y la verdad es que eran un par de chicos bastante simpáticos, aparte del hecho de compartir la pasión por las motos, de manera que llegamos a coger confianza con ellos, de manera que los invitamos a cenar con nosotros en nuestra parcela.

Mi mujer, hasta ese momento había estado con la misma ropa que llevaba cuando volvimos de la playa, un pantalón corto y una camiseta, ambas prendas de lo mas normal, aunque sin nada debajo, y mientras yo preparaba la cena con nuestros dos vecinos, ella dijo que se marchaba a los servicios a ducharse y quitarse la arena. Antes de marcharse, le pregunté que se iba a poner, respondiendo ella con un guiño.

Al volver, lo hizo envuelta en una toalla, pero cuando salió de cambiarse en la caravana, los dos chicos se quedaron pasmados, mi mujer salió con la misma camisetita de por la mañana, con la parte inferior de los pechos al descubierto, y la mayor parte de las mismas bien a la vista por los laterales. Por abajo se puso un short blanco muy ceñido, con el que, aparte de clareársele el coño, tenia los labios totalmente marcados en la tela.

Durante la cena, los dos ingleses no dejaron un momento de recrearse con el cuerpo de mi mujer, sobre todo con sus tetas, ya que ella no dejaba de moverse, y en varias ocasiones llegó a salírsele una de ellas totalmente por los laterales de la camiseta, dejando un rato el pecho entero a la vista de los chicos.

Tras cenar, los dos ingleses dijeron de tomar una copa, y se marcharon a su parcela a buscar un par de botellas de licor que tenían, y yo aproveche para decirle a mi mujer que los estaba poniendo como motos, y le pregunté que le rondaba por la cabeza.

Yo estoy cachonda, y los dos están buenísimos, me apetece follármelos a los dos.

Lo de que estaba cachonda, era evidente a simple vista, ya que llevaba los pezones que parecía que iban a romper la tela del top, y en cuanto a lo que follárselos, pues bien, ya me lo imaginaba.

Cuando volvieron, estuvimos un buen rato bebiendo ron y güisqui, y cuando terminamos las dos botellas, sacamos unas cervezas e mi frigorífico, hasta que los cuatro estuvimos bastante bebidos. Mi mujer, mientras estábamos bebiendo, no dejaba de moverse, y si durante la cena les enseñaba los pechos a ratos, ahora los tenia todo el tiempo fuera de la camiseta calentando a los dos chicos.

En un momento dado, mi mujer dijo que le apetecía dar un paseo hasta la playa y darse un baño para despejarse. Yo, inmediatamente dije que no tenia ganas, que estaba demasiado bebido y prefería acostarme, y les dije a los dos que si la podían acompañar para no dejarla sola. Ni que decir tiene, que estas palabras, después de la exhibición que les había dado mi mujer durante toda la noche, les hizo pensar que iban a tener rollo con ella.

Cuando se marcharon, dudé unos instantes si quedarme allí y esperar su vuelta, o marcharme tras ellos, mas que nada por si Rosario tenía algún problema con ellos. Al final opte por seguirlos disimuladamente, y de paso espiar lo que hacían.

Desde el camping hasta la playa hay algo así como un kilómetro mas o menos. Y una buena parte del trayecto transcurre por el arcén de la carretera hasta llegar a las casas de Praia da Luz, y durante este tramo, no pude ver prácticamente nada de lo que hacían, pero al llegar a la zona iluminada comprobé como los dos estaban dándose el lote con mi mujer, sin dejar de sobarle el culo y las tetas, legando incluso a bajarle el short para poder tocarla mejor. Por la zona donde había gente, paraban un poco, pero al llegar a la playa, y empezar a caminar por la arena, me di cuenta, a pesar de la poca luz, como habían desnudado a mi mujer por completo y no paraban de meterle mano.

En este plan se dirigieron a la zona del final de la arena, debajo de los acantilados, y yo me tuve que quedar algo lejos para que no me vieran, de manera que a duras penas podía distinguir un bulto entre las rocas, aunque si pude escuchar los gemidos de Rosario. Allí estuvieron casi tres horas, durante las cuales, no pare de masturbarme escuchando como mi mujer era follada por los dos chicos, aunque pude aguantar sin correrme para poder hacerlo mas tarde cuando ella me contara lo que había pasado.

Casi me pillan cuando empezaron a andar de vuelta, y tuve que esconderme entra unas rocas, viéndolos pasar a un par de metros escasos de mi escondite, los tres completamente desnudos. Yo los seguí desde lejos, viendo como siguieron desnudos hasta prácticamente el paseo marítimo, donde los chicos se vistieron, pero mi mujer no, ella se quedó completamente desnuda y con sus ropas en la mano, e hicieron el resto del camino hasta el camping tal cual. No sé si por suerte o por desgracia, dada la hora, ya que serian las cinco de la mañana, y no se cruzaron con nadie. Y digo que no sé si por suerte o por desgracia, porque por una parte no sé que hubiera pasado si la policía portuguesa la encuentra así, pero por otra parte, me daba un morbo terrible que la hubieran visto caminar por la zona en pelota picada.

Justo antes de entrar al camping se puso ambas prendas. Yo, tras ellos, di un rodeo para llegar a la caravana antes que ellos, y me senté en una de nuestras hamacas desnudo para verla llegar. Para mi sorpresa, cuando los vi acercarse, comprobé como ella se había desnudado otra vez completamente, caminando por el camping sin ropa.

Cuando llegaron, se despidió de los chicos con un morreo, y se acercó a la caravana. Cuando me vio, giro la cabeza para comprobar que los dos ingleses se habían metido en su tienda, y entonces se acercó a mí, sentándose encima y se puso a follarme mientras me contaba lo que había estado haciendo, como le habían metido mano por todos lados, como le había comido las pollas a os dos, y como se la habían follado cuatro veces cada uno de ellos, y que incluso le habían dado por culo. Rosario también me dijo que les había explicado que yo sabía lo que estaba haciendo.

A la mañana siguiente, nos levantamos tarde, y los chicos habían salido con las motos. Nosotros desayunamos, y nos marchamos a la playa, usando Rosario durante toda la mañana un tanga de tirilla semitransparente de flores y nada más, volviendo a ser el centro de atención de todo el mundo. Cuando volvimos, los chicos habían regresado, y se acercaron a saludarnos, dándole un morreo a mi mujer delante de mí. A continuación nos explicaron que nos querían devolver el favor de la cena de la noche antes con una comida preparada por ellos, aunque para ello tendrían que usar nuestra cocina, ya que no iban preparados.

Así que mi mujer y yo, nos acomodamos en las butacas, mientras ellos preparaban el pescado que habían comprado. Los dos ingleses y yo estábamos en bañador, y Rosario se dejó el tanga que usó en la playa, y por arriba se puso la pieza compañera del mismo, dos triangulitos de tela semitransparente que ni siquiera llegaban a cubrirle las aureolas enteras, y además, se dejo los lazos con que se anudaba deliberadamente flojos. Yo le dije que hiciera lo mismo con la parte de abajo, ya que los laterales también eran un par de lazos anudados a la cadera. El resultado fue que, con ambas prendas prácticamente sueltas, tenia los pezones fuera de la tela, y el tanga lo tenia totalmente separado de la piel, mostrando su coño completamente depilado sin el mas mínimo pudor.

Durante la comida, ella siguió igual que estaba, y se notaba que por momentos estaba poniéndose más y más cachonda, y en un momento dado le dijo a los dos ingleses que me contasen lo que habían estado haciendo en la playa la noche anterior. Los dos, sabiendo que yo estaba al tanto de todo, no se cortaron en lo más mínimo, y me relataron con todo lujo de detalles lo que mi mujer ya me había contado mientras no dejaban de meterle mano. Cuando terminamos de comer, mi mujer preparó unos cafés, y nada más terminar, cogió a uno de ellos de la mano y entró en la caravana. Ni el otro chico ni yo nos asomamos, pero si escuchábamos lo que pasaba dentro, y nos acariciábamos disimuladamente. Cuando el primero terminó, el otro lo sustituyó, y también se puso a follarse a mi mujer. Cuando salió, me hizo un gesto con la mano, y dijo "wild wife ". Yo me sonreí, y viendo que mi mujer no salía, entre y me puse a follar con mi mujer.

Si el hecho de saber que mi mujer estaba follando con uno y luego con otro a un par de metros de mí, me había puesto como una moto, el entrar y ser el tercero en follármela, sintiendo su coño encharcado por las corridas de los otros dos es lo máximo del morbo.

Esa noche, cuando volvieron los dos ingleses, se acercaron a nosotros, y nos dijeron que al día siguiente se marchaban temprano, y me pidieron poder pasar la noche con mi mujer. Yo les dije que le preguntasen a ella, y evidentemente, ella aceptó, de manera que tras cenar, mi mujer se marchó a su tienda, y estuvo follando con uno de ellos, para a continuación pasar el otro. Ya era bastante tarde cuando uno de ellos me dijo que querían follársela los dos a la vez, y que en la tienda no cabían, que si podía entrar en la caravana. Yo pensé en aceptar, pero se me ocurrió algo más morboso, les dije que sacaran fuera de la tienda la colchoneta donde dormían, y que se la follaran al aire libre. Y eso hicieron, sacaron la colchoneta y allí fuera se pusieron los tres a follar, montándose un sándwich con mi mujer, dándole polla los dos a la vez varias veces. Era increíble el aguante que los dos tenían, ya que estuvieron casi hasta el amanecer follándose a Rosario sin parar. Y evidentemente mi mujer se lo pasó de escándalo, tanto que cuando pararon, se acostó en nuestra caravana y no se levanto hasta la hora de comer.

Antes de marcharse los dos chicos intercambiamos los teléfonos por si había otra oportunidad de volvernos a ver.

Esa tarde, la pasamos descansando, ya que a la mañana siguiente nos marchábamos nosotros a casa, a recoger a nuestras hijas y seguir con las vacaciones.