Mi mujer profesora con 3 alumnos [Parte 3]
"¿Que iba a ser lo próximo?" Pensé... Era imposible que la cosa fuera a más, que viera algo más depravado a lo que había visto hasta ahora, pero me equivoqué y mucho... Mi mujer me iba a demostrar que tenía mucha mas depravación e imaginación que yo.
Tercera parte y continuación del anterior relato:
"Mi mujer profesora con 3 alumnos [Parte 2]": https://www.todorelatos.com/relato/171655/
"Mi mujer profesora con 3 alumnos": https://www.todorelatos.com/relato/171631/
[ANTERIORMENTE]
Fue una escena muy caliente e inesperada, como todo lo que había pasado hasta ahora, pero cuando creía que no podía ir a más, ocurría algo como esto último que me demostraba que no conocía a esa mujer. Me cabreaba porque yo le insistía en terminar en su boca pero siempre me decía que no. Lo intentamos una vez y lo escupió, me dijo que le daba asco y no accedió a hacerlo nunca más.
"¿Que iba a ser lo próximo?" Pensé... Era imposible que la cosa fuera a más, que viera algo más depravado a lo que había visto hasta ahora, pero me equivoqué y mucho... Mi mujer me iba a demostrar que tenía mucha mas depravación e imaginación que yo.
[AHORA]
Tras la corrida de Sergio, y tras ver que Carol no había desperdiciado ni una gota, pensé o quise pensar que la cosa se iba a quedar ahí. Ese nuevo silencio sería el definitivo y esa corrida había sido la guinda del pastel... más bien parecía que me quería convencer a mí mismo pero poco podía hacer al respecto. Bueno sí, podía parar aquella locura en cualquier momento pero mi curiosidad y mi morbo me lo impidieron.
Los 3 chicos habían cogido algo de distancia con Carol, que seguía sentada en el banco en el centro de los 3. Ellos estaban levantados y Carol reaccionó, se levantó y dijo:
-¿Estás orgulloso, Sergio? ¿Te parece bonito lo que acabas de hacer?
-Perdona profe pero... yo.. eh... -Sergio no conseguía articular palabra.
-Que sepas que estás castigado.
-Si, profe... -dijo Sergio con cara de pena, mirando al suelo avergonzado.
-Vas a ocupar el lugar de Ivan. -dijo ella señalándose el coño.
Carol les dio la espalda y se quitó las mallas, sin doblar las piernas, poniendo el culo en pompa para el disfrute de los 4 (sí, yo me incluyo). Lo hizo a cámara lenta y por cada centimetro que bajaba nos desencajaba la boca cada vez más. Encima llevaba un tanga de hilo que le permitió mostrar en su plenitud ese culo épico, redondo, firme, de dimensiones perfectas. A Sergio le cambió la cara por completo, se le iluminó, parecía que tenía prisa por empezar.
Mi mujer se lo quitó por completo y se dio la vuelta poniendo fin a ese espectáculo. Al hacerlo permitió observar como su tanga, pese a tener la zona de su coño cubierta, dejaba a la imaginación casi lo mismo que la parte trasera, puesto que por delante le apretaba y hacia que se marcaran sus preciosos labios. Se sentó en el mismo sitio, abrió las piernas y le dijo a Sergio:
-¿A que esperas?
Este no se lo pensó ni un segundo, se relamía al acercarse a ese coño que tenía que estar ardiendo. Se posó a escasos centimetros, arrodillado, y miro a mi mujer esperando su aprobación. Esta le acarició el pelo y le soltó:
-Dale...
Sergio saco su lengua y empezo a lamer con fuerza y energia cual perro, pasando toda su lengua en lo que se intuía claramente que era la raja de su coño, se podía apreciar dónde empezaba y acababa. Él mostraba inexperiencia pero no era necesaria ya que lo estaba haciendo encima de una tela. A Carol no le importó, gemía de manera muy aguda y le apretaba la cabeza contra su sexo.
-Si joder... Uff.. Cómetelo todo, no te dejes nada... Mmmmm... -decía Carol mientras se le aceleraba la respiración.
Carol casi no podía ni hablar pero acertó a decir:
-Acércate Ivan... te has... portado muy... bien y te... Ufff... mereces un premio.
Este se acercó. Era el único que no estaba desnudo, ya que se bañaba en bañador, pero pese a ello se le veía un bulto enorme bajo la prenda, como no podía ser de otro modo.
-Madre mía, pobrecito... ¿Que tienes ahí? Te tiene que doler y todo... Déjame ayudarte... -le susurró Carol.
Soltó la cabeza de Sergio y con las dos manos le bajo el bañador a Ivan. Al hacerlo, salió disparada una grandiosa polla que impactó en la cara de mi mujer. Ella pegó un pequeño salto y Sergio cesó de su labor.
-Pero... ¡Pero Ivan! ¿Desde cuando tienes esta maravilla? ¡Pero si es enorme y encima andas tapándote! Joder, no sé por dónde empezar, menuda gran y apetitosa polla tienes, mucho mas grande que la de mi marido.
¡Encima! Si no tenía suficiente con humillarme con sus actos, ahora lo estaba haciendo con sus palabras. Me enfureció muchísimo, pero la calentura y la curiosidad seguía ganando al enfado. Debo decir a su favor que no había dicho ninguna mentira. El tamaño de la polla de Ivan era proporcional a su altura, que era bastante alto, pero el grosor de su polla no correspondía a la delgadez de su cuerpo, también era la más gorda de las 3.
A Carol se le escapaba una risita nerviosa mientras se relamía. Le empezó a cariciar los huevos con una mano mientras besaba cada parte de su rabo, empezando por la punta. A continuación empezó a masturbarlo mientras lamía y comía sus huevos. Sus lamidas se extendieron a lo largo de su pene mientras lo observaba para no dejarse ni un centimetro.
Trató de metérselo en la boca y con bastante esfuerzo consiguió meterse el capullo y algo más.
-Joder, ni siquiera me cabe en la boca... Todavía no sé como, pero la voy a disfrutar a base de bien, eso te lo puedo asegurar, no pienso dejarla escapar. Ven, te has ganado un lugar privilegiado.
Carol se subió un poco la camiseta hasta el inicio de sus tetas, mostrando su abdomen. Apartó a Sergio e hizo que Iván se pusiera delante de ella. Lo agachó un poco y le metió su polla dentro de la camiseta, entre sus generosas tetas. Ivan no despercidió la ocasión para estrujarlas con las dos manos, por encima de la camiseta.
-Fóllatelas, son todo tuyas y puedes hacer con ellas lo que quieras.
En el mismo momento que Ivan empezó a coger ritmo con su cadera para follarle las tetas, Carol ordenó a Sergio que continuara con su castigo. Miró a Ruben que llevaba un rato apartado, pajeándose, admirando la escena con una sonrisa en la boca.
-¿Que pasa contigo? -parecía que le recriminaba Carol.
-Eso digo yo, ¿que pasa conmigo? -le contestó.
-¿Te vas a quedar ahí pasmado?
-Claro que no. ¿Qué quieres hacer? -le contestó Ruben mientras se acercaba.
-¿Qué quieres hacerme? -le retó ella.
-Muchas cosas.
Sin nada mas que decir, Ruben le comió la boca y se dieron un largo morreo. Ambos sacaban la lengua y mantenían un pulso con ellas en el aire.
"Besos no joder, besos no..." pensé, como si todo lo demás fuera menos obsceno. Mi negación creo que venía provocada por el dolor que tenía en los pantalones por la semejante erección que mantenía, pero no quería arriesgarme a sacármela, ya era malo que me pillaran asomado a la ventana como para hacerlo además con la polla en la mano.
-Veo que te tengo que volver a tapar la boca, puta. -le dijo Ruben a Carol.
Estaba claro que Ruben no era tan sumiso como los otros dos, al contrario, le estaba dando caña a Carol y a ella le encantaba, tenía todas las variantes a su antojo y le gustaba sentirse como una perra. Ruben, al finalizar esa frase, cogió aire y le escupió en la cara.
-Sí, por favor... -le suplicó Carol.
Rubén se puso de pie en el banco, a un lateral de mi mujer, le cogió del pelo y le volvió a follar la boca con violencia.
-Toma tu chupete, no lo sueltes, succiona y déjame seco.
De nuevo volvieron los gemidos de mi mujer que demostraban que estaba disfrutando como nunca.
De esa estampa estuvieron un rato hasta que Ruben decidió cambiar de posición. Se sacó la polla, le volvió a escupir en la cara y pasó una pierna al otro lado de Carol quedando este justo en frente. Ahora tenía los 3 justo en el centro de ella, pero a diferente altura (la polla de Ruben en su boca, la de Ivan en sus tetas y la boca de Sergio en su tanga). Carol quedó con la cabeza hacia arriba, con su cuerpo algo inclinado hacia atrás, y Ruben empezó a restregarle los huevos por su boca:
-Saca la lengua putita... Eso es, lámemelos... Ahora métetelos en la boca y juega con tu lengua. -ordenaba Ruben.
Mi mujer obedecía como si fuera un robot y Ruben pasó de nuevo a follarle la boca de una manera brutal. Parecía que este quisiera batir un record de velocidad y fuerza con el abuso que estaba haciendo de su dulce boca.
Estoy seguro de que a Carol le gustaba sentirse utilizada. Aprovechó para cambiar la situación de Ivan y Sergio. Al primero le premió subiendose mas la camiseta y desabrochándose el sujetador. Sus grandes tetas se liberaron e Ivan lo agradeció pero bien. Empezó a estrujarlas sin barreras y se atrevió a lamer y succionar sus pezones claros y erectos del tamaño de un garbanzo, para después oprimir sus tetas con ambas manos contra su polla en medio. A Sergio le premió apartando su tanga a un lado y mostrando en todo su esplendor su precioso y apretado coño. Lo tenía totalmente depilado.
Sergio volvió a su faena, dispuesto a devolver todo el placer que le había dado su profesora, aunque parecía disfrutarlo casi tanto como ella ya que, pese a haberse corrido, tenía la polla como un mástil y no paraba de pajearse.
-Madre mía zorra, como la chupas, vas a hacer que me corra. -le informó Ruben.
-Esa es la idea, avísame cuando vayas a hacerlo. -le dijo Carol apartándole con la mano para poder hablar.
-Joder, ¿con Sergio te lo tragas y yo te tengo que avisar? -le reprochó Ruben.
-No pienso dejarme ni una gota. -le aclaró Carol.
Ruben le entendió. Carol empezó a darle una asombrosa paja sin desperdiciar ocasión para lamer y besar la punta de su pene, desviándose en ocasiones a sus huevos los cuales se los metía en la boca mientras miraba fijamente la cara de Ruben. Este no tuvo que decir nada, su cara y contracciones le delataron. Sin dejar de pajearle, Carol apuntó su polla a su boca abierta mientras le chupaba la punta con el extremo de su lengua para hacerle notar que estaba ahí, esperando impaciente.
Soltó un primer chorro pero sólo la mitad hizo diana y el resto le dibujó una linea recta de su boca a su mejilla. Mi mujer no perdió ni un segundo y se la metió en la boca para no desperdiciar nada. Ruben convulsionó 4 veces y Carol se quedó unos segundos sellando la polla con sus labios, no quería que le pasara lo mismo que con Sergio y ya había dicho que no iba a desperdiciar ni una gota.
Se la sacó al fin y se le derramó un hilo por la comisura. Miró a Ruben y le abrió la boca, deduje que para mostrarle que la tenía toda dentro y se la iba a tragar, ya que después hizo el gesto de tragar para volverle a mostrar el fondo de su boca.
-¡Uy! Espera, me he dejado un poco. -dijo Carol al apreciar que tenía restos en la polla.
Abrió bien la boca y se la volvió a meter despacio para después sacársela a la misma velocidad.
-Y todavía te queda por aquí. -dijo Ruben al percatarse que tenía lefa en su cara.
Rubén le limpio la leche de la comisura con un dedo y se lo introdujo en la boca. Después, con el mismo dedo, le quito la parte que quedaba en su mejilla y le volvió a meter el dedo en su boca. Ella cogió la mano de Ruben y empezó a moverla para meter y sacar su dedo como si le estuviera propinando una mamada.
-Se me acaban los adjetivos contigo, eres mucho mas puta que Lucía, pero con muchísima diferencia. -Le dijo Ruben.
Lucía era una alumna del mismo curso y me había percatado que era algo facilona. Aprovechaba su tremendo cuerpazo para enrollarse con los macarras del curso (Ruben sin ir más lejos) o gente de mayor edad. Lo sé porque en alguna ocasión he requisado notitas que se pasaban alumnos en clase y hablaban de las pilladas que le habían hecho a Lucía, pero sin saber cuanto de realidad había en todo ello.
Ruben se separó del grupo para admirar la escena. Carol aprovechó para quitarse del todo la camiseta y el sujetador para brindarle una mejor visión y acceso a Ivan, que no había parado de alternar tocamientos, besos, lamidas e incluso mordiscos cuando no se estaba pajeando con sus suaves pechos. Ahora mi mujer podía centrarse en ellos dos, agachó la mirada para recibir la punta de la polla de Ivan en su boca, ya que este ahora podía embestir hasta más arriba. A veces Ivan se quedaba unos segundos en la parte mas alta y Carol aprovechaba para besarle el capullo, metérselo en la boca o incluso lamer toda la circunferencia de su capullo haciendo que su lengua fuera una hélice.
A Ivan parecía encantarle y se iba animando cada vez mas. Empezó a coger mas velocidad, a estrujar con mas fuerza sus tetas y a embestir sin miramientos.
-Pellízcame los pezones... Más fuerte... Así, joder... -mandaba ella.
Ivan obedecía y estaba poniendo como una moto a Carol. Esta cogió la cabeza de Sergio y la empezó a oprimir contra su sexo, una vez más. Empezó a mover la cadera con velocidad mientras recorría toda su raja por la boca de este. Ahora era ella la que estaba propinando una follada oral. Empezó a gemir de manera bastante exagerada menos cuando decía:
-Sí, así... no pares... así... ¡No pares!
Ahora le tocaba a ella, empezaba a tener espasmos en su cadera y sin previo aviso cogió del cuello a Ivan para darle un buen morreo con lengua mientras su coño se descargaba a gusto en la boca de Sergio. Tensó su cuerpo, elevó su cadera y soltó una corrida, un chorro, que no le havía visto en la vida. Ivan se apartó un poco, Carol tuvo un par de espasmos más y se quedó ahí, temblando de placer, en la gloria.
Ruben miró la hora y dijo:
-¡Mierda! Quedan 5 minutos para que empiece la siguiente clase.
-No, vosotros no os movéis de aquí. A nadie le toca gimnasia hasta dentro de una hora, así que nadie se va a ir a ninguna parte. -dijo Carol.
Ella se levantó y se quitó el tanga el cual tiró al suelo. Ahora se encontraba completamente desnuda, tal y como le trajeron al mundo.
Mi incredulidad se vió interrumpida por una voz:
-¡Hola profe! -me dijo una voz femenina.
-Coñ.. Ho... Hola Lucía, ¿que haces aquí? -respondí acojonado.
-Iba a ver al director, pero no porque me hayan castigado, ¡eh! Es que necesito una autorización para... Por cierto, ¿que hace usted aquí? -dijo extrañada mientras dirigía su mirada hacia la ventana en la que estaba ocurriendo todo.
Continuará...