Mi mujer profesora con 3 alumnos [Parte 2]
Mi mujer estaba embriagada por la situación. Le ponía mucho empeño a todo lo que hacía, demasiado, y esos chicos no pensaban desperdiciar esa gran y única oportunidad
Segunda parte y continuación del anterior relato:
"Mi mujer profesora con 3 alumnos": https://www.todorelatos.com/relato/171631/
[PREVIAMENTE]
Rubén rompió el silencio y soltó:
-Sabía que eras una guarra pero no imaginaba que fueras tan puta.
Ella solo reaccionó mirándole a los ojos, mientra recibía brutales embestidas en la boca, apretándole más el culo. Era su forma, y tal vez la única que tenía, de decirle que estaba en lo cierto. O tal vez que Ruben le dijera todo eso le ponía todavía mas cachonda, y parecía que era lo que quería ser en ese momento.
A todo esto, Ivan y Sergio que no sabían donde meterse procedieron a ir a sus mochilas para empezar a vestirse. Antes de llegar a estas, Carol consiguió sacarse la polla de la boca y les dijo:
-¿Dónde creeis que vais? Venid aquí, hoy vais a salir tarde y con razón.
[AHORA]
Carol se levantó como pudo, sin soltar el miembro de Ruben, y se sentó en un banco que tenía cerca. Ivan y Sergio se acercaron poco a poco, tímidos y temerosos. Carol les miraba con la misma cara de salida con la que había empezado todo, parecía que estaba maquinando mil y una fantasías que iba a poder cumplir con esos chavales.
El primero en posarse a su lado fue Ivan (alto, blanco, delgado y con gafas, me recordaba a mí) y ella rápidamente hizo que se agachara empujando su cabeza hacia su entrepierna. En cuanto hubo contacto con su vagina, Carol puso los ojos en blanco. Ya fuera de manera pasiva o activa, estaba disfrutando de cada segundo y no tenía intención de desperdiciar la oportunidad.
Mi mujer cogió del pelo a Ivan y empezó a restregarle su cara por su vagina a la vez que apretaba y movía su cadera a él. No me hacía falta estar cerca para saber que, pese a que llevaba las bragas y las mayas encima, estaba totalmente mojada y sus flujos habían traspasado ambas piezas de tela.
En cuanto recobró un poco la compostura, fue a por Sergio (moreno, bajito y rechoncho). Este había acercado la polla a escasos centímetros de la boca de Carol pero no iba a dar el primer paso, no se atrevía. Carol miró su polla, no era tan grande como la de Ruben, pero igualmente grande. "¿Que les darán de comer a estos chavales?", pensé yo. Se quedó unos segundos admirando ese rabo, que llevaba un buen rato erecto, para posteriormente morderse el labio inferior.
Al instante, miró a los ojos a Sergio que parecía que estuviera rezando, y sus plegarias fueron escuchadas. Carol empezó a mamar su polla de manera bastante acelerada, sin perder el contacto visual con sus ojos.
Las manos las tenía ocupadas, una seguía restregando la cara de Ivan contra su coño y con la otra, que no había soltado en ningún momento la polla de Ruben, le empezó a cascar una paja al mismo.
Tras un rato saboreando los jugos que emanaban de la polla de Sergio, soltó a Ivan y abrazó su cabeza con sus piernas para que no se escapara. A Ivan parecía no importarle, al revés, este abrazó sus muslos mostrando su intención de no irse a ninguna parte y demostrando que estaba en la gloria al tener el coño de su profesora en la boca, aunque fuera a través de la tela. Yo sinceramente me habría cambiado por cualquiera de los 3, tenía la polla que me iba a rebentar.
Ahora Carol tenía las 2 manos libres y las utilizó para masturbar el rabo de Ruben y Sergio. Los miró a los 2 y soltó una sonrisa con la boca abierta, como si le hubieran dado el regalo de navidad que tanto esperaba. Parecía que se le iba a salir el corazón por la boca.
Como no era de esperar, empezó a succionar con ganas y con fuerza ambas pollas. Se metía una hasta la garganta, 6 o 7 veces, y luego pasaba a la otra. Los recorría con su boca lo más rápido que podía, como si le fuera la vida en ello. Mientras lo hacía, no paraba de gemir -Mmmmm..., Mmmmm...- y solo dejaba de hacerlo cuando no tenía una dentro de la boca, aunque se afanaba a cambiar de polla rápidamente. Al verla daba la sensación de que esas pollas eran oxígeno para ella y se ahogaba cada vez que no tenía una dentro su boca (valga la contrariedad).
No podía creer lo que veían mis ojos. Carol estaba transformada, drogada quise creer, pero la realidad es que ella estaba decidida a aprovechar cada centímetro y segundo de esa locura, ¡esa orgía! Estaba claro que los chavales no lo iban a parar, la única persona que podía poner algo de cordura en todo aquello quería más y más, no parecía tener límites.
Daba la sensación de que llevaba un rato sin cambiar de polla, creo que le gustaba más la de Sergio porque le cabía mejor en la boca y no le provocaba arcadas. Ruben, lejos de mostrarse celoso, empezó a empujar la cabeza de Carol contra la polla de Sergio y le obligaba a que se quedara un rato con todo su rabo dentro, algo que parecía que le ponía mas cachonda todavía.
Ruben de nuevo, con la mano que tenía libre, empezó a sobar las tetas de Carol de manera poco delicada. Iba cambiando de un pecho a otro, las apretaba, las estrujaba. El cabrón no se cortaba y todo lo que le apetecía hacer lo hacía. No puedo culparle, cualquiera en su lugar no desperdiciaría la oportunidad, mucho menos ante una mujer que tenía un cuerpo de infarto, y mi mujer acataba sin resistencia todo lo que le hacía.
-Mira que eres insaciable y zorra, se nota que te gusta y que no te dan lo tuyo en casa. -dijo Ruben.
Carol soltó una carcajada como pudo, con la polla de Sergio dentro de su boca y sin opción de liberarse. Parecía que no tenía intención de hacerlo ya que se abrazó a la cintura de Sergio y le empezó a estrujar su culo (lo que le permitían sus cortos brazos ante la gran cintura de este).
De pronto Sergio empezó a temblar y a gritar:
-Dios, dios.. ¡Diooooos!
Estaba claro que se iba a correr, la mamada que le estaba propinando mi mujer no era para menos. Ella intentó sacar la boca pero Ruben se lo impidió. Carol posó sus manos en los muslos de Sergio, empujando hacia afuera para conseguir liberarse mientras este tenía espasmos. Ella había liberado a Ivan que ahora presenciaba la escena.
Ruben comenzaba a ceder, tal vez por el temor de que eso fuera demasiado para ella y decidiera ponerle fin. Ya estaba cerca de sacársela de la boca pero en ese momento fue Sergio, el cual tenía los ojos cerrados mirando hacia arriba, el que le cogió de la cabeza con las dos manos para disfrutar de una tremenda corrida en una cavidad caliente y húmeda.
-Ohhhh... -sóltó Sergio.
Mi mujer apretaba los ojos con fuerza y, por los espasmos de Sergio, parecía que no paraba de soltar ráfagas de leche, cada uno acompañado por un buen gemido por parte de este.
Carol por fin consiguió liberarse y en cuanto intentó abrir los ojos, otro chorro salió disparado de la polla de Sergio directo al ojo de ella. Pude apreciar que en ese momento abrió la boca del susto, no se lo esperaba, y al abrirla comprobé que se había tragado todo lo que le había ofrecido Sergio.
Los 3 se asustaron, se miraron entre ellos como diciendo "¿se ha acabado? ¿Estamos en un lío?"
Carol, que solo podía abrir un ojo, se limpió la cara como pudo con 2 dedos, para después llevárselos a la boca y no dejarse ni una gota. Le dió otro repaso a su ojo y volvió a limpiar los dedos metiéndoselos de nuevo y apretando los labios para que pudiera degustar toda la leche que había recogido.
Fue una escena muy caliente e inesperada, como todo lo que había pasado hasta ahora, pero cuando creía que no podía ir a más, ocurría algo como esto último que me demostraba que no conocía a esa mujer. Me cabreaba porque yo le insistía en terminar en su boca pero siempre me decía que no. Lo intentamos una vez y lo escupió, me dijo que le daba asco y no accedió a hacerlo nunca más.
"¿Que iba a ser lo próximo?" Pensé... Era imposible que la cosa fuera a más, que viera algo más depravado a lo que había visto hasta ahora, pero me equivoqué y mucho... Mi mujer me iba a demostrar que tenía mucha mas depravación e imaginación que yo.
Continuará...