Mi mujer me convirtió en voyeur (6)

Respodiendo a algunos de los emails que me han mandado, y contando otra aventura con Tony...

Gracias por todos los correos, algunos me escriben para felicitarnos por nuestro estilo de vida, otros piden poder ver a mi mujer, otros verla y follarla, todos son muy halagadores.

¿Que se puede decir? Después de todo escribimos nuestras vivencias en la sección voyeur. A ella le gusta follar, vive con su coño empapado (dice ella) y no se, a mi me gusta verla disfrutar. Digo esto, por que mas de uno me han preguntado que por que no participo. Pues esta es la razón.

Bueno, digamos que la mayoría de la veces no participo, pero ya me he involucrado en un par de tríos y en un par de cuartetos. Esta fue una de esas pocas veces.

Con Tony, hemos estado ya juntos un par de veces. Aquella vez de la que les platiqué en la última historia y luego después, cuando estuve franco por dos semanas. Holgazaneamos todos los días durante el día, y follamos durante la noche. Tony es casado, tiene un par de hijos, igual que nosotros, a si que es muy impráctico vernos en su casa o el nuestra. Desafortunadamente para Tony, su mujer dejó de interesarse en el sexo.

Unas dos o tres semanas después de aquella noche en el hotel, se nos apareció por la casa temprano durante el día. Los niños en la escuela y el, se suponía, trabajando. Me saludó con un apretón de manos muy efusivo y besó a mi mujer. No se anduvo con rodeos y le pidió a mi mujer cuando menos una jalada. Nos reímos un poco de el, pero dijo, que llevaba ya una semana sin ‘nada de nada’ y le dolían los testículos. Eso es grave, le dije a mi mujer con fingida consternación. Mi mujer se rió y le dijo que haría algo mejor que una simple jalada.

Vestida con solo una bata, atada al frente con un simple listón, o cinto de la misma tela que la bata, mi mujer se le acercó para besarlo y desabrochar el cinto y bajarle los pantalones. Cuando lo dejó con la polla al aire, tomó un paso atrás y se quitó la bata, quedando totalmente desnuda. La polla de nuestro amigo cobró vida al instante. Mi mujer se la acercó de nuevo, arrodillándose frente a el, y sin mas, tomo la verga dura y se la metió a la boca. Le dio una buena mamada, la lamía como helado, la jalaba mientras se la ponía entre sus labios. Yo estaba a reventar, se me había parado y tuve que sacarla para jalarla un poco. La polla de Tony no le cabía toda en la boca. En realidad, ni la mía le cabe completamente, y es que no sabe como hacer el ‘deep throat’. Como las estrellas porno que se meten semejantes vergas hasta la garganta. Pero creo, lo que la hace popular con sus amantes, es que tiene buena técnica para chupar y luego se traga todo lo que le den. Pues ahí estaba mi mujer, complaciendo a su amante oralmente, jalando, chupando, lamiendo y gruñendo de vez en cuando. Tony estaba en las nubes, dejando que mi mujer hiciera todo. Como me gusta que tu mujer me la chupe, me dijo, es buena la putita. Es que le gusta chupar Tony, por eso es buena, le dije.

Ya en varias ocasiones me había confiado que se siente como una puta barata (dice ella) con una polla entre sus labios, y eso le gusta mucho. También se siente en control y eso también le gusta. Se pasó unos diez minutos chupando y jalando y al final fue recompensada con una dosis grande de semen, para no perderse nada, puso la punta de la verga de Tony sobre su labio inferior, abriendo la boca grande y echando la cabeza un poco hacia atrás, apuró el paso con la mano y segundos después Tony le dejó ir varios chorros de lefa caliente, como Alma estaba apuntando directamente al centro, no desperdició nada. Se lo tragó todo y le dio un par de mamadas para asegurarse que le había sacado todo. Tony se quedó quieto. Luego después de un momento dijo que eso lo hacía sentirse bastante bien. Se puso de pie, se levantó los pantalones y abrazó y besó a mi mujer quien todavía estaba desnuda. ¿Nos podemos ver mas tarde? Le dijo que si, y el nos llamaría para decirnos en cual hotel nos veríamos. A penas cerró la puerta y me fui sobre mi mujer, con mi polla dura y abrazándola al mismo tiempo, me dio un par de mamadas pero lo que quería era follar. Al la cama fuimos a dar, a echarnos un mañanero.

A las eso de las siete, Tony nos habló y nos pusimos de acuerdo. A las nueve de la noche mi mujer estaba terminando de arreglarse, no se como jodidos se tarda tanto, si siempre se pone mini vestidos o mini faldas, y siempre sin ropa interior. Eso si, cuando por fin salió del baño, se veía espectacular. Hermosa como siempre y con ese atuendo que dice soy puta y estoy lista. Está por demás decir que se me paró casi instantáneamente.

En el hotel, Tony nos abrió la puerta con el teléfono en el oído. Nos dejó entrar y pidió disculpas haciendo una mueca sin poder hablar, obviamente estaba con asuntos del trabajo. Pero si abrió el pequeño refrigerador del cuarto y nos ofreció vino y cerveza. Le serví un vaso de vino a Alma y opté por una cerveza, abrí también una para Tony. Mientras Tony continuaba sus negocios, me senté con mi esposa poniendo mi brazo izquierdo sobre sus hombros, ella se giró ligeramente y se reposó en mi pecho. Le pregunté al oído que qué le gustaría hacer y me dijo que lo primero era que le diera un tratamiento a sus pechos. Así es como dice ella cuando quiere algo, sin mucho problema metí mis manos bajo su blusa, ya que la posición en la que estábamos sentados, permitió que metiera ambas manos por detrás. Cuando apreté ligeramente sus pezones, echo la cabeza atrás, comencé a masajearle los senos, pellizcarle los pezones mientras le besaba la nuca y el cuello.

Por la posición en que estaba sentada, la mini falda se le había subido mostrando más sus piernas. Una vez terminado con los asuntos de trabajo, Tony se puso de rodillas frente a ella y despacio le sobó desde las rodillas hasta donde daban sus manos por la parte de afuera de las piernas, pero bajo la mini. Luego, despacio, comenzó a frotarle las piernas por la parte de adentro, hasta que llegó a su sexo. Alma abrió las piernas y Tony cambió de sobarla con las manos a besarla. Recorría sus piernas, por adentro, hasta llegar a sus labios vaginales, y luego se regresaba sin tocarle su sexo. Alma estaba volviéndose loca con el doble tratamiento. Tony entonces subió bien la falda, dejando su vientre desnudo, y se fue derecho al sexo de mi mujer. Luego de estar masajeando sus pechos, y el Tony lamiendo y chupando su clítoris, la levantamos y la llevamos a la cama. De espaldas, le abrimos su blusa, dejándosela puesta y la falda subida hasta su vientre. Con sus partes importantes al descubierto, nos fuimos sobre ella,

Uno en cada pecho y Tony con su mano restregando el clítoris. Luego de hacerla llegar a las nubes, Tony se bajó lentamente, besando su piel expuesta hasta llegar a su vagina. Entre Tony con sus lamidas y yo sobre los pechos de Alma, la hicimos estallar.

Nos desnudamos rápido, y Tony se puso de rodillas entre las piernas de Alma, yo me puse de rodillas también, pero a un lado, a la cabeza. Solo tuvo que girar su cabeza para encontrarse con mi verga dura apuntando hacia ella. Me tomo con su mano y después de un par de jaladas, se la metió a la boca. Tony había ya penetrado a mi mujer y estaba deteniendo sus piernas al aire por los tobillos, abriéndola lo más que podía mientras metía y sacaba su polla. Luego puso las piernas en sus hombros y aprovechó para sobarle los muslos, las piernas y caderas mientras seguía con follándola. Yo seguía con mi verga en su boca y masajeando sus pechos. Luego cambiamos.

Tony se sentó en la cama hasta la cabecera, jalándosela, esperó a que mi mujer se pusiera frente a el, en cuatro, y mientras devoraba la polla de Tony, yo se la metí por atrás, de perrito. No aguanté mucho y me corrí dentro de ella. Tony, se la quitó de encima y se puso detrás de ella para follarla igual que yo. Los dos se vinieron casi al mismo tiempo y se desplomaron en la cama, el sobre ella, ella de cara en la cama. Me puse detrás de ellos para ver bien el sexo de los dos. Se había chorreado empujando su verga hasta la base y luego ahí la dejó hasta que se salió sola. Estaba yo otra vez listo para la acción. Se me había parado y quería follar a mi mujer. Tony se quitó y le di vuelta a mi mujer, poniéndola de espaldas. Me tiré sobre ella y comenzamos a follar con las piernas de ella cruzadas a mi espada. La estaba besando, si se le puede decir besar, más bien estaba ella con la boca abierta y yo metiendo la lengua lo más que podía. Luego de unos minutos así, Tony me dio dos palmadas y me dijo que me hiciera a un lado. Me puse de rodillas y le puso la verga en la cara, Alma la golosa, abrió la boca para chupársela. Verla de esta manera me volvió a poner a mil, me volví a chorrear.

Se quedó tirada, con las piernas abiertas y lefa escurriéndose, Tony seguía a la cabeza, su verga entrando y saliendo por entre los labios de Alma. Pero no duró mucho, y soltó otra descarga de leche caliente. Alma, para varear, se volvió a tragar todo lo que pudo.

Muy atento el Tony, cogió dos toallas del aseo y se las puso a mi mujer en su sexo. Ella se limpió un poco y dijo, nada femenina: puta, que ganas de mear tengo. Nos reímos de ella.

Luego de un par de cervezas al desnudo, Tony tomó la mano de Alma y la puso sobre su polla. ¿Tienes ganas otra vez?

Sentados los dos en el sofá, y muy casual mi mujer con una polla en la mano, hablamos de cosas inconsecuentes, aunque Tony no estaba muy bien en la conversación. Cuando se le puso algo tiesa, mi mujer bajó su cabeza para darle unas chupadas. Tony no tardó en ponerse duro y siguió sentado, sobándole las tetas y las nalgas mientras ella se tragaba la polla. Luego la levantó para sentarla sobre el, volviéndosela a meter. No tardaron mucho en esa posición, la acostó otra vez en la cama, ella de espaldas, el arriba y volvieron a la faena. Yo ya no podía, pensé, pero ella me llamó a su lado, para que le pusiera la polla en la boca. Luego de estar viendo a Tony follando a mi mujer y la mamada de Alma, me pusieron duro otra vez. Con suerte, Tony no tardó mucho y lo reemplacé rápido. Mi mujer y yo nos chorreamos al mismo tiempo una última vez y poco después nos despedimos. Ni el ni nosotros podíamos quedar en el hotel toda la noche.

Esa ha sido una de las pocas veces en que participo, la verdad, me gusta mas estar con mi mujer solo, después de verla follar, pero que se le va a hacer. La próxima vez, les platico un trío y un orgía (si se le puede llamar orgía).

lmentx@yahoo.com