Mi mujer, la lencería, las fotos (VII y final)

Mi mujer acceder a realizar mis deseos mientras me destina durante un tiempo a otro país. Ella va entrando en un juego con amigos y amigas que la van poniendo a prueba y la van metiendo en situaciones cada vez mas complicadas y excitantes.

Nota de autor: Ante todo, perdón por el retraso en este capítulo .

No podía dormir después de lo visto con Sara. Los siete hombres corriéndose sobre ella, la insinuación de la chica que cuida a los niños, el decir que sí a protagonizar una película. Todo esto se estaba escapando de mi control e incluso de mi forma de pensar.

Yo soy una persona tradicional y tranquila, me gusta lo sencillo. Esto sobrepasaba con creces mi forma de entender las cosas. Amaba demasiado a Sara, pero no me gustaba nada donde se había metido. Me habían sorprendido mis amigos, o eso pensaba, que eran mis amigos. A Sara la estaban manipulando y algo tenia que hacer.

Tarde en conciliar el sueño y me desperté sobresaltado y muy temprano. Debía ser la una del medio día en España. Estaba impaciente por hablar con Sara. Le diría todo lo que sabia. Necesitaba que no hiciera nada mas de lo que se pudiese arrepentir.

Estaría en el trabajo y su amiga Eva se enteraría de todo. Mejor esperar a que llegase a casa. Desayune y me arregle esperando a salir hacia la oficina.

A la hora de comer de España llame a casa. Descolgó el teléfono la chica indicando que Sara no estaba en casa y que no iría a comer pero comento que tenia que volver a casa para arreglarse porque después tenia que hacer algo sobre cine.

Me quede helado. Pensaba realmente hacer la película porno y además hoy. No me lo podía creer.

La llamé al móvil y no contesto. Insistí de nuevo y nada, así varias veces. Me estaba volviendo loco, nos separaban 10.000 kilómetros y no podía hacer nada.

No me concentraba en el trabajo, estaba ausente. Mi cabeza estaba pensando en el siguiente lio en el que se metería Sara.

Sonó el teléfono una hora mas tarde. Era Sara: “Mi amor, que tal estas. Perdona que no cogiese el teléfono, estaba en la esteticista arreglándome un poco. Tenia las uñas fatal y bueno, ya he aprovechado para arreglarme algo mas. Será sorpresa para cuando vengas”. Me dejo sorprendido, que mas se había arreglado.

Pregunte: “Y cual es la sorpresa” a lo que contesto: “Ya lo verás cuando vengas, por eso es sorpresa.”.

En ese momento entro mi secretaria indicando que me esperaban desde hace rato en una reunión, ya habían conectado con mi jefe de España. No era el momento de decirle nada a Sara, no tendría tiempo. Mientras iba hacia la reunión la pregunté que tenia pensado hacer esa tarde, que me había dicho la chica iría al cine. Sara me contesto que bueno, algo parecido al cine, pero que no iba ha ver ninguna película.

Casi se me cae el teléfono de las manos. No podía creer lo que me estaba diciendo.

“¿Entonces que vas ha hacer?” la pregunté.

Sara: “Pues veras, sabes que me siempre me ha gustado el cien y el teatro, con lo vergonzosa que soy seria incapaz de ponerme delante de gente actuando, así que me he apuntado a clases de interpretación. Esta tarde voy con Eva a la primera”

“¿Y de que van esas clases? ¿Qué te enseñan?” pregunté.

Sara: “A interpretar. Son grupos de gente que tienen que interpretar un papel y te van ayudando y corrigiendo. Te enseñan a reír, a llorar, a ponerte triste o contenta. Un poco de todo”.

“¿Y luego piensas hacer cine o teatro?” pregunté.

Sara: “Pues no se. Voy a probar primero con estas clases y luego ya veremos. Las clases intentan que sean situaciones de los mas reales para que sepas como actuar ante en todo momento”

“¿Y donde son las clases?” pregunté

Sara: “Las da un amigo de Eva y Manolo. Son en un chalé a las afueras de Madrid. Eva y Manolo me pasarán a buscar para llevarme y creo que luego cenaremos allí. Por lo visto seremos unos cuantos en las clases. Si quieres te llamo cuando llegue”.

Estaba en la puerta de la reunión y mi secretaria haciéndome señas que era tarde. Dije a Sara que me llamara cuando llegase a casa que era importante de habláramos.  También dije entes de despedirme que aplazara las clases de interpretación para mas adelante, era importante que esta noche hablásemos.

Sara me contesto, si no iba ella, no serian bastantes para la clase, no podía dejarles colgados. Me quede completamente destrozado.  Tal es así que al entrar a la reunión me preguntaron si me encontraba bien.

En medio de la reunión saltó la alarma de la cámara de vigilancia de los niños, que estaba en nuestra habitación. En medio de la reunión no podía acceder, con la escusa que no me encontraba bien me exculpé para ir al baño.

Encendí la aplicación de la cámara y pude ver a Sara por la habitación, estaba con una bata puesta. Comenzó a sacar ropa de una bolsa. La colocaba cuidadosamente sobre la cama.

Se quitó la bata y quedo desnuda. Al girarse y mirar a la cámara pude ver que se había depilado completamente. Nunca había querido hacerlo, decía que para algo estaba y ahora no tenia ni un solo pelito.

Se fue al baño y oí el agua correr. No podía mirar mas, me estaban esperando. Puse la aplicación en modo grabación y volvía a la reunión.

Cuando salí del trabajo llamé varias veces a Sara. El teléfono estaba apagado. No contestaba. Llame a casa por si la chica sabia algo, y nada. No había noticias de Sara.

No resistí mas y llamé al móvil de Manolo. Nada, fuera de cobertura. No me quedaba otra que probar a llamar a Eva. Daba señal, pero no lo cogía. Insistí y descolgó diciéndome: “Nacho, estoy hablando por otra línea, ahora te llamo”.

Por fin, alguien me contestaba. Esperé como media hora y por fin sonó el teléfono. Descolgué y era Eva. La pedí por favor que necesitaba hablar con Sara, que era importante. Me contesto “esta en plena clase de interpretación. No permiten móviles y por eso no contesta. No debo molestar, les cuesta mucho entrar el papel y cualquier distracción es empezar de nuevo. Si es importante, dímelo a mi y yo se lo digo en cuanto pueda”.

No sabía que hacer. Necesitaba hablar con Sara pero para ello tendría que decírselo primero a Eva.

La dije: “Veras Eva, es importante que hable con ella, necesito que ……, necesito que ….., nada, no te preocupes. Dile que me llame cuando pueda, Gracias” y colgué. No tuve fuerzas para decir nada. Tendría que esperar a que me llamara.

Me fui para casa esperando esa maldita llamada.

Sobre la media noche de España sonó mi móvil. Era el número de Sara: “Hola mi amor, me dice Eva que querías hablar urgente conmigo. Perdona que no llamara antes, pero hasta que no hemos terminado la clase no nos permiten usar el móvil. Ahora vamos a cenar, se nos ha hecho un poco tarde. La verdad es que es mas cansado que lo que se vé en el cine. Para una escena de diez minutos te puedes tirar varias horas. ¿Cuéntame, que es eso tan importante?”

No sabia que decirle, se oían conversaciones al lado de Sara. Lo único que se me ocurrió fue decir “Ya no es tan importante, prefiero que hablemos tranquilamente cuando llegues a casa”.

Nos despedimos quedando en hablar mas tarde.

Me acordé de la grabación de la cámara del cuarto. Me senté y me puse a ver las imágenes.

Durante un rato se seguía oyendo el agua. De repente entro Eva en la habitación, se fue hacia el baño y cerro la puerta. Pase rápido las imágenes sin contenido hasta que aparecieron Eva y Sara las dos desnudas. Se acercaron a la cama y comenzaron a besarse. Eva le decía a Sara algo al oído. Sara negaba con la cabeza. Eva insistía hasta que Sara dijo que si.

Eva saco de una bolsa un consolador de unos diez centímetros en forma de pera. Dijo a Sara que se pusiera a cuatro patas y empezó a untar su ano con un liquido viscoso, parecía vaselina. Fue frotando con su dedo el ano de Sara metiendo primero un dedo y después un segundo. Sujeto el consolador, apuntó al ano y empezó a meterlo poco a poco. Sara decía que fuera mas despacio, dolía. Poco a poco fue insertando el consolador en el ano hasta que quedo totalmente dentro.

Sara se mantuvo en esa posición unos instantes. Eva dijo: “No te preocupes, después del laxante y haber expulsado todo tendrás una sensación rara, pero no pasa nada”.

Laxante!!!!!! Para que un laxante, ¿que tenían pensado hacer?

Eva buscó en la bolsa y sacó un consolador de unos cuarenta centímetros que tenias dos capullos, uno a cada lado. Se acerco a Sara tocándole su rajita y la dijo “nos queda todavía un rato hasta que venga Manolo, vamos a entretenernos juntas”.

Sus dedos recorrían los labios de la rajita de Sara, frotando suavemente arriba y abajo. Los ojos de Sara eran de lujuria, se estaba poniendo cachonda. Eva acerco su boca a la de Sara, esperando la reacción de esta. Sara se quedo mirando a Eva y lentamente acerco sus labios besándola. Las dos se fundieron en un beso tierno, perecía estar a cámara lenta. Era un beso de dos amantes. En ese momento sentí envidia.

¿Realmente estarían enamoradas una de la otra? ¿Cómo debía manejar esta situación? ¿Cómo quedaban los sentimientos de Sara hacia mi? ¿Habrían cambiado? Estaba tan confuso, no sabia si podía perder a Sara. Se me hizo un nudo en el estomago. No podía seguir viendo el video y lo paré. La imagen de ellas dos besándose quedo fija en la pantalla. Me ahogaba, necesitaba aire y me fue a la ventana.

Ya mas calmado, regresé al sillón y di a continuar al video.

El beso duró mucho tiempo, para mi fue eterno. Eva lentamente fue bajando con su lengua por el cuello hasta los pechos de Sara. Se recreaba con su lengua en uno de ellos mientras que con la mano masajeaba el otro.

Sara comenzó a dar pequeños quejidos de dolor, pero continuaba con un “No pares, no pares”. Parecía que la mezcla de placer y dolor le gustaba. Eva la estaba mordiendo el pezón. Ahora lo mordía y tiraba de el, parecía que lo quería arrancar a lo que Sara la indicaba que siguiese, que quería mas. Mientras que de un pezón mordía y tiraba con sus dietes, el otro los retorcía con sus dedos para luego tirar de el.

Sin mas, Sara comenzó a convulsionar diciendo que se corría, que no parase. Eva siguió haciendo lo mismo, pero parecía que empleaba mas fuerza. Los gritos de Sara retumbaban en el vídeo y los jadeos y convulsiones eran cada vez mas fuertes.

Por fin Sara pedía que parara, no podía mas. Quedo tendida en la cama con pequeñas convulsiones.

Eva descendió con su lengua hasta el ombligo para luego ir directamente hasta a la rajita. Lentamente pasaba su lengua de arriba hacia abajo, se detenía brevemente en el clítoris y volvía a lamer. Sara por otro lado, con sus manos seguía tocando sus pezones tirando de ellos.

Eva cogió el consolador y poco a poco lo fue introduciendo en Sara. Muy lentamente comenzó a meterlo y sacarlo. Sara seguía con jugando con sus pezones. Yo sabía que los tenia muy sensibles y que le gustaba que se los acariciase, pero nunca me dijo nada de que también le gustaba sentir dolor y placer al mismo tiempo.

Cuando la mitad del consolador estuvo dentro de Sara, Eva se lo coloco en su rajita y comenzó a metérselo. Al poco tiempo el consolador desapareció dentro de las dos. Sus rajitas estaban pegadas y comenzaron a frotarla. Al principio suavemente y con delicadeza, luego salvajemente hasta que las dos estallaron en un orgasmo. Se quedaron unidas por el consolador, rajita con rajita.

Sara lentamente se fue moviendo, buscando con su boca la boca de Eva, fundiéndose en un beso. Durante unos minutos permanecieron abrazadas y besándose hasta que Eva dijo que era tarde, que tenían que vestirse.

Mi sensación era de estar completamente fuera de todo esto. Estaba perdiendo a Sara.

Las dos se comenzaron a vestir. Pude ver como Sara seguía llevando el consolador anal. ¿No pensaba quitárselo?

Salieron de la habitación y el video al no haber movimiento, termino.

Mis sentimientos eran contradictorios. Me planteé incluso anular mi viaje del viernes a España. Me quedaban dos días que serían un infierno.

Quede esperando la llamada de Sara. No sabia si tenia ganas ya de habar con ella. Desde luego, después de ver la escena con Eva, no era el momento de tener escenas estando tan lejos. Decidí no decir nada hasta llegar a España.

Sobre las tres de la mañana de España me llamó Sara. “Perdona cariño, terminamos, como dije, muy tarde las clases y cenamos a media noche. ¿Cómo esta?”

Yo: “Bien, desenado volver y abrazarte. ¿Cuéntame como ha sido la clase?”.

Sara:” Pues verás, te ponen en situaciones límite y tiene que interpretar lo que debes de sentir en ese momento. Lo mejor es que creas que ocurre de verdad para que pueda parecer lo mas real. Por ejemplo, Manolo hacia de mi marido. Estábamos en la cocina y discutíamos. Yo tenia que sentir furia y rabia, pero también tenia que llorar por lo que me decía. Las situaciones iban cambiando y también los estados de ánimo. Con Pedro y Marcos y otros chicos de la clase tuve situaciones tensas, de miedo, odio, luego cambiaron a calma y alegría. Es difícil adaptarte a cada estado. Me gustó, pero es muy difícil interpretar”

Yo: “Y ¿estuvisteis tres horas interpretando?”

Sara: “Si, el director paraba a cada instante para corregirnos. Hacíamos una escena y la teníamos que repetir en algunos casos hasta seis o siete veces”.

Yo: “¿director?, ¿no era una clase?”.

Sara: “Si bueno, a el le gustaba que le llamásemos director”.

Yo: “¿Y quien estaba en la clase?”

Sara: “Manolo, Pedro y Marcos, luego estaban tres chichos que no conocía y yo. Eva, María, Ana también estaban, pero no quisieron dar clase. También estaban los ayudantes del director, dos fotógrafos y dos chicas que ayudaban a los que interpretábamos”

Yo: “y ¿tus amigas que hacia si no daban clase?”

Sara: “Miraban y opinaban, nos decían que les gustaba y que no. Con sus comentarios el director tomaba decisiones y nos corregía”.

Yo: “Y lo grabasteis, lo tenéis en vídeo”.

Sara: “No se, creo que no. Si que hicieron fotos. Tengo algunas que me han mandado. En cuanto cuelgue te las envío”.

Yo: “¿Y tendréis mas clases?”

Sara: “Si, claro. Hoy ha sido la primera. Dijo el director que necesitábamos unas cuantas mas. Luego ya estaríamos preparados para actuar”.

Hablamos un poco mas sobre los niños y nos despedimos hasta el día siguiente.

A los pocos segundos, salto a alarma de movimiento de la aplicación de la cámara de vigilancia de los niños que estaba en nuestra habitación. Apareció Sara y comenzó a desnudarse.

El consolador anal que llevaba cuando salió de casa no lo tenía puesto. ¿Qué hizo con el?  Se fue al baño y escuche la ducha. A los pocos segundos se abrió la puerta. Era la chica que cuidaba los niños. Estaba con un pequeño camisón casi transparente. Se apreciaban unas pequeñas tetitas muy firmes y un culito respingón.

Entro en el baño y cerro la puerta. Pasaron mas de 30 minutos y la puerta se abrió. Salieron las dos, Sara desnuda y la chica colocándose su camisón. Se dieron un beso en la boca despidiéndose. La chica se fue y Sara se acostó.

Faltaban menos de dos días para volver a España, a casa. El tiempo se estaba haciendo eterno. Me fui a la cama deseando el momento de subir al avión.

Al día siguiente, cuando desperté llamé a Sara. Estaba en el trabajo a punto de salir. Me dijo que se iría a casa y que no pensaba salir en toda la tarde, que estaba muy cansada.

Eso me tranquilizo, no tendría que estar pensando que haría o dejaba de hacer.

Me fui a trabajar. A la hora de comer, intente conectar la cámara de la habitación. No tenia señal. Indicaba que estaba apagada o sin red. Durante la tarde hice un par mas de intentos, pero nada, no había señal.

Solo me quedaba una noche y volaría a España. Lo estaba deseando.

Hable con Sara, se iba a dormir. Me dijo que la cámara de la habitación estaba encendida y que la había apagado. Hablamos de vaguerías y nos despedimos. En 48 horas estaríamos juntos.

Antes de irme a dormir mire mi correo y tenia dos mensajes de mi amigo anónimo. Abrí el primero y como siempre, contenía un enlace. Pulse sobre el y había un vídeo.

Descargué el vídeo y me puse a verlo.

Aparecían manolo y Sara en una cocina. Los dos llevaban puesto ropa deportiva. Manolo y pequeño pantalón y una camiseta de tirantes. Sara tenia puesto un pantalón muy ajustado y una camiseta muy amplia.

Se les veía discutir. De repente una voz fuerte les paro pidiendo repetir de nuevo los diálogos. Así ocurrió cinco o seis veces. Las correcciones a Manolo y a Sara eran constantes.

Era verdad que Sara había ido a clases de interpretación. Me había dicho la verdad. Menos mal que no le dije nada por que me hubiese tomado por loco.

En las siguientes escenas Manolo y Sara se abrazaban y acercaban sus labios sin llegar a besarse. Cada vez que estaban cerca, el director cortaba la escena y paraba y corregía.

Por fin los dos se fundieron en un largo beso, no era un beso de película, era un beso en toda regla. Manolo fue bajando sus manos hasta coger los glúteos de Sara. Los masajeaba y por fuera del pantalón hasta que metió las manos por dentro, continuando con el masaje. El director corto la escena y la repitieron seis veces mas.

Cambiaron las cámaras de sitio y repitieron la escena. Ahora Sara era la que masajeaba los glúteos de Manolo por fuera del pantalón. Acto seguido movió sus manos hacia la parte delantera de Manolo, posando sus manos en el paquete de Manolo. Comenzó a frotarle de arriba hacia abajo. La escena la repitieron 5 veces. Cuando terminaron la última toma Manolo comento que estaba a punto de correrse después de tanto “Masaje”.

La siguiente escena el director quería que Manolo le quitase la camiseta a Sara, pero debería de engancharse en el sujetador para que cuando saliese, los pechos de Sara sorprendieran a todos cayendo, pero con el sujetador puesto.

Cuando no era por una cosa, era por otra, pero el caso es que la escena la hicieron mas de veinte veces. Las tetas de Sara botaban en cada escena, pero los gestos, las posturas y un sinfín de problemas no daban por buena la escena. Un par de veces la camiseta se engancho en el sujetador, subiéndolo junto a la camiseta y dejando ver los pechos de Sara en todo su esplendor y naturalidad. Cuando esto ocurría, se oían gritos y voces que provenían de los que estaban mirando.

En la siguiente escena, Sara le bajaba el pantalón de deporte y los calzoncillos a Manolo, pero debía de ser de tal manera que la polla de Manolo chocara con la barbilla de Sara. Para que esto ocurriese, la polla de Manolo debería estar erecta, y con tanta repetición, al final se le bajaba la erección. Cada vez que esto ocurría, Sara le masajeaba la polla a Manolo hasta que esta estaba de nuevo erecta.

Ver esa polla de veinte centímetros golpear contra la barbilla de Sara me estaba poniendo cachondo. No podía creer que con todo lo que estaba pasando, me excitara.

Ya en las últimas tomas, Sara no conseguía erección dando masajes, así que decidió mamársela hasta que la polla alcanzaba su tamaño ideal. Todos aplaudían la decisión y el propio Manolo le decía que todavía no estaba, que siguiera. Al final, el director tuvo que cortar la mamada, se veía que Manolo se terminaba corriendo.

El director mandó a Manolo y a Eva vestirse para grabar la escena del dormitorio. “¿Vestirse? ¿Cómo que grabar la escena? ¿Estaban haciendo una película?”

Sara apareció con una bata de seda y Manolo con un pijama. Parecía que acababan de levantarse. El director indicó que iniciaban el photoshoot.

“¿Photoshoot, que era eso?”

Empezaron a interpretar y cuando el director decía “Quietos”, los dos se paraban y los flases empezaban a iluminar toda la escena. Sara y Manolo se quedaban quietos como estatua. Comenzaron con la discusión, durante esa escena tan corta, se hicieron varios parones para las fotos.

A continuación, vino otra escena de beso. Lo mismo que antes, las paradas eran constantes. Se besaron y posaron así para las fotos. A continuación, el director indico a Manolo que agarrase las nalgas de Sara y las apretase contra el. Los flases volvieron a saltar. Manolo tenia completamente pegada a Sara sin dejar de besarla. El director pidió a Manolo que besara el cuello de Sara, pero que fuera muy despacio. A Sara la indico que echara su cabeza para atrás. Los flases seguían funcionando. El directo mandó a Manolo que le fuera bajando desde el hombro la bata a Sara, pero que no se la quitara. Manolo la bajo hasta la mitad del brazo. A Sara se le veía parte del lateral de su pecho. El director paro la escena diciendo “Muy bien, acabamos esta escena de momento. Pasemos al salón para la siguiente”.

En la siguiente escena se ve a Manolo y a tres chicos, uno rubio, otro moreno y otro de color sentados en un sillón. A manolo se le ve en otro sillón. Comienzan a grabar y parecen discutir. Se les ve acalorados.

A cada instante, el director paraba la escena y los flases saltaban. Repitieron la escena varia veces hasta que el director estuvo de acuerdo con la interpretación.

Llevaba mas de una hora de vídeo y todo era muy repetitivo.

El director indico que ok, escena terminada. Para la siguiente, apareció Sara en el salón. Se colocaron todos de nuevo para la escena. Los tres chicos juntos, manolo en el sillón y Sara apareciendo por una escalera. Llevaba un vestido floreado, muy primaveral, ceñido a su cintura lo que permitía adivinar su exuberante pecho.

La escena de la aparición por la escalera la repitieron seis o siete veces, hasta que el director dio por buena esa parte. Acto seguido, Sara se colocó en el centro del salón, entre los chicos y Manolo. Se la veía compungida, estaba intentando llorar. Después de varios cortes, por fin le salieron lagrimas. Parecía que no estaba de acuerdo con lo que pasaba en ese salón.

En la siguiente escena Manolo se colocó al lado de Sara, los dos miraban a los chicos. Manolo giro a Sara, poniendo la de espaldas a los chichos. La fue subiendo lentamente el vestido de Sara. Los flases iluminaban el salón. Cuando estaba a punto de llegar a que sus braguitas se viesen, el director paro la escena.

Volvieron a repetirla cinco o seis veces mas. La siguiente escena empezaba con el vestido de Sara subiendo hasta mostrar completamente las bragas. Manolo comenzó a bajar las mostrando las dos nalgas. Las bajo asta el suelo, quitándoselas. Acto seguido, Sara se inclino hacia adelante, mostrando el consolador que llevaba puesto en su ano. Manolo, muy despacio saco el consolador del ano de Sara, dejando ver la abertura que tenia después de estar un par de horas con el consolador puesto.

Repitieron la escena siete veces, arrancando en cada uno de ellas un gemoido de Sara al volver a colocarle el consolador.

Por fin el director dijo: “Ok por hoy, todo perfecto. La próxima semana seguimos con las escenas fuertes. Vamos a cenar”

“¿Escenas fuertes? Al final se estaba rodando una película. No me lo podía creer. Menos mal que antes que ocurriese estaría en España.

El vídeo se termino. Pulse el siguiente link y había un video y un documento.

Intente abrir el vídeo y me pedía una clave. No podía verlo. Abrí el documento y decía: “Cuando te subas al avión el viernes, una vez que este dentro y antes de despegar, recibirás la clave mediante un SMS. Llévate unos cascos para escucharlo y que no lo oigan los de alrededor. No te preocupes si ven el vídeo, no hay nada comprometido.”

¿Esto era una broma? ¿Tenia que esperar a estar en el avión? ¡No me lo podía creer! Esto no estaba pasando. ¿Por qué en el avión? ¿Por qué no ahora? Mandé un correo a mi amigo anónimo sin la esperanza de recibir contestación.

Pase toda la noche pensando en el vídeo. No pude dormir casi nada y no hacia mas que dar vueltas en la cama. Me desperté y fui directo a ver mis mensajes. Tenia uno de mi amigo anónimo que decía: “Ten paciencia, cuando estés en el avión lo podrás ver”.

¡Paciencia! Estaba a punto de darme un ataque de nervios. Todavía me quedaban doce horas para subir al avión. Serían doce horas eternas.

Me fui al trabajo con las maletas. Pensaba ir directo de la oficina al aeropuerto.

El día transcurrió con normalidad tensa. Estaba ansioso por ver que contenía el maldito vídeo.

Por fin llego la hora de ir hacia el aeropuerto. Durante el camino llamé a Sara. Estaba cenando con los niños en casa. Hablamos durante un rato y no despedimos hasta el día siguiente que nos veríamos.

Las dos horas en el aeropuerto se hicieron eternas. No pasaba el tiempo y continuamente miraba mi móvil esperando el mensaje con la clave para ver el vídeo.

Una vez en el asiento, me acomodé, saqué el ordenador y miraba contantemente la pantalla del móvil esperando en el mensaje. No llegaba.

Estábamos a punto de despegar y la azafata me pidió que guardara el ordenador y que apagara el móvil. No podía apagarlo, no vería el mensaje. Le indique que ya mismo lo apagaba, pero se quedó esperando a que lo hiciera. Insistió que lo apagara y no tuve mas remedio que hacerlo. No se movió del mi sitio hasta que lo vio apagado. El avión comenzó la rodadura por la pista, íbamos a despegar y no tenia la clave de desbloqueo del vídeo.

Me puse mirando hacia la ventana, cogí el móvil y lo encendí. Se hizo eterno el que pidiera el pin de la sim. Por fin se activo. Me fui a mensajes, y nada, no había nada. No llegaba ningún mensaje y el avión estaba a punto de despegar.

Comenzamos a movernos por la pista y aceleró a tope para el despegue. Perdería señal en breve y no había mensaje. Tomamos altura y en ese momento, vi un mensaje en la bandeja de entrada. Era la clave “000000”, seis ceros. Algo muy simple que podía haber probado sin duda.

Parecía que nunca se estabilizaría el avión y así podría abrir el portátil. Se hizo eterno el tiempo.

Por fin se apagaron las luces de abrocharse los cinturones. Saqué el ordenador, le conecté los cascos y busqué el video. Introduje la clave y comenzó la imagen.

Lo primero que apareció fue un billete de avión, se acerco la cámara y pude ver que era mi billete para venir a Sudamérica. Este video estaba hecho antes de mi partida.

A continuación, la cámara enfoco hacia un lado y allí estaban mis maletas en la habitación de mi casa. No entendía nada. Se puso en negro la pantalla y a los pocos segundos apareció Sara. Solo se la veía la cara.

Me sonrió y comenzó ha hablar: “Hola cariño, ya lo se, no entiendes nada. Este video es para explicarte todo lo que ocurrirá en tu ausencia. Yo seré tu amigo anónimo, yo te mandaré los vídeos que espero que veas.”

Se me hizo un nudo en el estomago. Me estaba mareando y me encontraba fatal.

Prosiguió: “Hace ya unos cuantos meses ocurrió algo que no te contaré ahora, pero que cambio mi manera de entender el sexo. Yo se que eres muy tradicional, si te lo hubiese dicho cuando ocurrió, seguro que no lo habrías entendido y la situación sería muy distinta a lo que puede ser ahora.”

“Cuando llegues a casa te contaré como empezó todo, pero ahora quiero que entiendas lo que ocurrirá durante estas semanas que estarás fuera. Quiero que comprendas mi comportamiento y sobre todo, quiero que sepas que estoy enamorada de ti. Todo esto que haré es por que creo que los dos podemos disfrutar mucho mas de nuestra relación y tenemos que aprovecharlo.”

“No pensaba decirte nada, cuando te hice un pase en lencería vi la oportunidad para intentar convencerte de que nuestra relación puede ser mucho mas completa y placentera para los dos. Ese fue el momento en el que comencé con mi plan.”

“Hace unas horas que te has marchado y estoy grabando este video que, si todo va bien, verá en unas semanas. Lo hago así por que todos los que intervendrán en los vídeos que te pueda mandar lo harán por que yo se lo voy a pedir.”

-       ¿Qué? ¿Esto ya lo tenia preparado? ¿pero por que ha hecho esto?

“Antes de nada, quiero contarte que las famosas gotas no serán mas que agua. Es una puerta que me quiero dejar abierta en caso de que te enfades por lo que pueda ocurrir. Con las gotas tendré la escusa de que no sabia lo que hacia, pero si estas viendo este video, eso ya no importa y no te enfadaras. También quiero que sepas que todo lo que pida a nuestros amigos será para que tu y yo podamos disfrutar en un futuro. Ellos no tendrán culpa de lo que pueda ocurrir”

EL video volvió a quedarse en negro durante unos segundos y de nuevo apareció Sara.

“Hola cariño, mañana vendrás a España. Se que te sorprende que todo estuviese planeado, pero era la única manera que tenia de ver si realmente podrías soportar lo que me gusta del sexo y también me daría la oportunidad de saber hasta donde aguantarías y lo que me permitirías hacer. Ya estas de vuelta y tengo claro que a partir de ahora los dos disfrutaremos mucho mas de nuestra relación. Cuando llegues a casa dejaré que cumplas tus fantasías. Me puedes pedir lo que quieras que lo haré por ti. Estoy deseando estar contigo”. “Por cierto, no habrá segunda parte del video a no ser que tu me pidas que lo haga”

No sabia que hacer, en ese momento hubiese saltado del avión. Durante todo el vuelo no hice mas que repasar mentalmente todo lo ocurrido en estas semanas, en como creí que Sara era una victima de sus amigos, cuando realmente la victima de todo esto era yo. Lo que empezó como un excitante juego, ha terminado con un ataque de nervios y un mar de dudas sobre nuestra relación.

No se si la podré perdonar.

Fin