Mi mujer, la lencería, las fotos (I)
Mi mujer acceder a realizar mis deseos mientras me destina durante un tiempo a otro país. Ella va entrando en un juego con amigos y amigas que la van poniendo a prueba y la van metiendo en situaciones cada vez mas complicadas y excitantes.
Mi mujer, la lencería, las fotos (I)
Somos una pareja normal, casados, con niños, que vivimos en un piso dentro de una pequeña urbanización en una gran ciudad, dedicados a nuestro trabajo, a nuestros hijos, a la familia y a los amigos de toda la vida.
Sara, mi mujer a la que conocí cuando estábamos estudiando, es una persona muy simpática, inocente y abierta. A todo le encuentra siempre el lado positivo y piensa que no hay ninguna maldad en los actos de los demás. Nuestros amigos y familiares le toman mucho el pelo dado que se cree todo lo que le cuentan. Es rubia, ojos azules, 1,68m con un cuerpo de buen ver para una mujer de 45 años, con grandes pechos, aunque algo caídos por los tres niños que ha criado, con una cintura no tan marcada como quisiera y un culete redondito y de buen ver gracias a que le encanta correr y hace algo de ejercicio todos los días. No es una mujer de gimnasio, es atractiva y a mi me encanta. Cuando era joven, yo fui la envidia de todos dado que era una mujer de bandera.
En cuanto a mi, me llamo Nacho, soy normalito, no destaco en nada. Soy amante de y mujer y de mis hijos, esclavo de mi trabajo y amigo de mis amigos.
Nuestra relación en cuanto a sexo es normal, somos casi protocolarios manteniendo relaciones una o dos veces por semana. No lo hacemos mucho, pero si intensamente y estamos los dos esperando que llegue ese momento de tranquilidad en casa para poder disfrutar uno del otro.
En mi trabajo me ofrecieron la posibilidad de mejorar sustancialmente, pero tenia que desplazarme a otro país durante 6 meses para adquirir experiencia y poder cumplir con los requisitos del puesto. En un principio, era un país dentro de Europa, lo que me permitiría volver a casa los fines de semana y pasarlo con mi mujer y mis hijos.
Cuando llegue a casa lo comente con mi mujer y sopesamos los pros y los contras. Seis mese no era tanto tiempo y el poder pasar dos días de los siete a la semana en casa nos haría mas llevadero este cambio de lugar de trabajo. Mientras estuviese fuera, la empresa nos daría facilidades para que mis hijos y mi mujer estuviesen atendidos y cuidados poniendo a nuestra disposición una chica que estuviese en casa haciendo las tareas del hogar y cuidando de los niños durante 7 días a la semana las 24 horas del día. Esto permitiría a mi mujer continuar con su trabajo, que, aunque fuese de media jornada, la distraía del día a día, ayudándola a los quehaceres diarios que dan tres niños de 13, 11 y 9 años. Sara trabajaba con una de nuestras mejores amigas, Eva, que tenia una tienda de lencería en una calle peatonal de la ciudad y a la cual, los negocios, a ella y a su marido, le iban bastante bien. Con el horario de Sara de 10:00 a 14:00, cubría toda la mañana dejándola tiempo libre por las tardes para dedicarse a los niños.
Sara y Eva eran amigas desde muy jóvenes y ahora son como hermanas, se tienen como confidente la una a la otra. A mi, a veces me daba envidia de sus secretos.
Sara y yo, nos contábamos todo, bueno, casi todo. Había cosas que Eva sabia y que ni a mi ni al marido de Eva nos contaban.
Como he comentado, Sara es muy inocente, y Eva se aprovechaba de ello haciendo que Sara le cuente todas las intimidades y sus pequeños secretos, cosa que no secede al revés. Era como si Eva tuviese una influencia especial con Sara, quizás por que Sara no tenia malicia en nada que dijese o hiciese y Eva jugaba con ello.
Al final, por las facilidades y las posibilidades que nos abría el futuro con ese cambio de puesto en el trabajo, decidimos tomar la decisión de aceotarlo, no sin antes Sara tomarse unos días para pensarlo, o, mejor dicho, para consultarlo con Eva.
Lo comuniqué en la empresa y empezaron a hacer todos los preparativos para que pudiese empezar lo antes posible. Al final mi destino no estaba a mas de tres horas de vuelo de mi ciudad y tendría todos los fines de semana para estar con mi familia. Esto seria un salto importante económicamente.
Esa noche, después de comunicar mi decisión a la empresa, me fui a casa y lo hablé con Sara. Empezó hacer planes de casa nueva, coche nuevo, …… empezó gastar lo que todavía no teníamos muy ilusionada. Yo note algo raro, mi mujer estaba mas cariñosa de lo normal y estábamos deseando los dos que los niños se acostaran. Cuando por fin se durmieron, nos fuimos a nuestro dormitorio como todas las noches. En los ojos de Sara había algo especial y yo estaba intrigado. Yo entre al baño y después de mi, lo hizo ella. Tardaba mas de lo normal y empecé a llamarla. No contestaba y no quise insistir.
Al poco tiempo se abrió la puerta del baño y apareció en la habitación. Me quede completamente paralizado, nunca la había visto tan sensual y provocadora, me pareció que estaba soñando. Allí estaba parada en la puerta, la luz del baño la iluminaba como una diosa. Llevaba puesto unos zapatos de tacón de aguja que la hacían unas piernas larguísimas, unas medias gris oscuro, sujetas por un liguero algo mas claro. Su tanga negro que dejaba adivinar todo su sexo se veía perfecto, ajustándose a su triangulo como si lo hubiesen hecho a medida. Se podía ver una fina línea de vello perfectamente cortado. El sujetador, negro con encaje y transparencias que dibujaba perfectamente sus pezones y aureolas, sin dejar nada a la imaginación. Ese sujetador levantaba sus pechos de tal manera que parecían de una mujer de 20 años. Lo que no dejaba lugar a ninguna duda era del tamaño de sus senos, voluptuosos y carnosos. En el cuello, un pequeño collar negro de tela que la daba un toque sublime.
Creo se me cayo la baba al verla. Como un resorte mi pene se levanto poniéndose firme ante tal espectáculo. No podía creer que estaba viendo a mi mujer convertida en diosa del sexo.
Ella avanzo lentamente hacia mi, contorneándose y moviendo sensualmente todos sus atributos. Yo seguía paralizado, no reaccionaba, solo mi erecto pene dio señales de que estaba vivo. Yo estaba sentado a los pies de la cama y ella se puso delante de mi, con infinita paciencia empezó lentamente a pasar su dedo índice por encima de la tanguita, acariciando su sexo. Fue subiendo hasta el borde superior de este introduciendo lentamente su dedo. Por la transparencia del tanga se podía ver como recorría su pequeña hilera de pelo intentando alcanzar su clítoris. Dio un pequeño suspiro y comenzó a subir de nuevo su dedo, saliendo del tanga y llegando a su ombligo, donde se recreo haciendo círculos hasta que comenzó de nuevo la ascensión. Llego a su sujetador y comenzó un pequeño baile con su dedo sobre su pezón izquierdo. Este, que ya estaba duro, termino por ponerse a tono marcándose sobre su sujetador. Acto seguido cruzo hasta su otro pezón, alcanzando este el mismo tamaño.
Yo no me lo podía creer, seguía atontado mirándola y de mi pene empezaba a salir liquido preseminal. Se inclino un poco hacia adelante dándome un suave beso en mi boca y empezamos a jugar con nuestras lenguas durante unos momentos. Yo no quería ni tocarla, no quería que esa imagen cambiase. Lentamente se volvió a enderezar y se dio la vuelta. Allí estaba su culito enfrente de mi cara, del tanga solamente se veían los hilos que estaban en su cintura, desde donde salía otro hilo que se escondía entre sus nalgas. Abrió un poco las piernas y se inclino hacia adelante como si fuera un ejercicio de gimnasia, tocando con sus pechos las rodillas. En ese momento, apareció su ano y su rajita tapadas por un fino hilo que no cubría nada. Metió un dedo en la boca y se lo llevo a su rajita acariciándola lentamente. De su rajita pasaba a su ano y así estuvo unos segundos. De repente su sexo empezó a mojarse y ella empezó a gemir muy bajito. Le estaba llegando su primer orgasmo solo con el espectáculo que me estaba dando.
Yo estaba a punto de estallar. Se volvió a girar, me puso la mano en mi pecho empujándome para que me tumbara. Se puso de rodillas y agarro las gomas laterales de mi pijama y me lo fue bajando. Mi pene salto como un resorte apuntando al techo. Nunca lo había tenido tan duro. Cada vez había mas liquido preseminal en mi capullo. Ella cogió mi pene con su mano, hizo dos movimientos lentos de subida y bajada dándome pequeños besos su boca. No pude mas, me iba a correr y se lo dije. Ella aparto el pene de su cara y se lo levo a sus tetas. No le gustaba chuparla y menos que me corriese en su boca, le daba asco. Mi pene comenzó a soltar chorros de semen como nunca había visto, era un verdadero rio sobre sus pechos y su cuello.
Sara me miro y sonrío. Sus ojos seguían con un brillo especial, acercándose a mi oído me susurro: “ahora vuelvo a por mas, me voy a limpiar”. Se fue al baño cerrando la puerta y allí me quede tumbado en la cama, con los ojos mirando al infinito y pensando “¿Qué ha pasado?
Recobre todos mis sentidos y espere impaciente a que apareciese de nuevo. Volvía a tardar o eso me parecía a mi. La puerta del baño por fin se fue abriendo y salió de nuevo sin apagar la luz. Se había cambiado y ahora llevaba un camisón transparente de color blanco sin nada debajo, solo llevaba puestos sus zapatos de tacón de aguja.
Se le veían perfectamente sus dos pechos que se movían como si tuviesen vida propia. Se marcaban perfectamente sus pezones y se veía sin problema su rajita, la cual parecía que volvía a estar húmeda.
Se acerco a mi, se acostó a mi lado y me dijo “Cuando este fuera y me eches de menos, quero que sea esta la imagen que tengas de mi”.
Nos besamos y empezamos a recorrer con nuestras manos nuestros cuerpos. Le quite el camisón y comencé a chupar esa delicia de tetas que no cabían en mis manos. Se que son uno de sus puntos de mayor sensibilidad y me recree en ellas. Empezó a gemir buscando mi pene con sus manos. Cuando lo encontró y vio que estaba duro empezó a decir, “métemelo, por favor. Lo necesito dentro de mi”. Sin pensarlo dos veces, me puse encima de ella e introduje mi pene en su rajita comenzando con movimientos lentos que fueron incrementándose hasta que empezó a decirme “me voy, no pares, no pares”. Yo ya no podía mas y estaba a punto de correrme. Ella agarro mi culo y empezó a clavarme las uñas, señal de que estaba a punto. En ese momento, los dos nos corrimos de manera salvaje. Mi mujer estaba teniendo pequeñas convulsiones, cosa que nunca había visto. Al rato, se calmo, respiro profundamente dándome un beso y diciéndome que me amaba. Nos quedamos dormidos mientras nos abrazábamos.
A la mañana siguiente le dije a Sara que dejaba conectada la cámara de video para controlar a los niños cuando son pequeños en la habitación. Que cuando se fuera a vestir me llamara y me conectaría desde la oficina para ver la ropa interior que llevaba, que eso me ponía mucho. Coloque la cámara en una repisa alta desde donde se controlaba toda la habitación.
Nos despertamos para ir a trabajar, mientras estábamos en el baño le dije lo increíblemente preciosa y sexi que había estado la noche anterior. Me comento que había sido idea de su amiga Eva y que la ropa que llevaba era de la tienda de esta.
Le dije que no me importaría esta noche que volviese a realizar otro pase de lencería, a lo que contesto que me fuese a trabajar que ya veríamos.
Una vez Sara salió del baño, me llamo diciendo que estaba desnuda y que se iba a vestir, que si quería verla. Me excuse de una reunión diciendo que tenia que ir al baño y me conecte a la cámara. Allí estaba empezando a vestirse. Miraba a la cámara y me lanzaba besos. Yo que podía escuchar y hablar desde el móvil con la cámara la dije lo preciosa que estaba. Se puso un vestido y desconectó la cámara diciéndome adiós.
A media mañana mi jefe me llamo a su despacho, me indico que me sentara que teníamos que hablar. Estaba serio y me empecé a inquietar. Se sentó enfrente mío y mirándome a los ojos me dijo. “Nacho, nos han comunicado que una de las delegaciones de Sudamérica que mas ingresos nos da, tiene problemas y su director se ha marchado. Se que te dijimos de ir durante seis meses a Europa, pero necesito que cambies el destino y nos ayudes en Sudamérica a estabilizarlo mientras buscaremos un sustituto”.
Me quede pensativo. Sudamérica significaba 12 horas de vuelo y no podía venir a casa los fines de semana.
Mi jefe continuó: “Se que el esfuerzo que te pedimos es muy grande, lo apegado que estas a tu familia, por eso, si lo crees necesario correríamos con todos los gastos para que puedan estar contigo en Sudamérica”. Volví a darle vueltas, significaba mover a mi familia, arrastrarlos a un cambio de colegio, amigos, vida por algo que podría durar solo un tiempo. Continuo mi jefe: “Obviamente, este cambio también llevaría aparejado una categoría distinta y un salario mayor a tu vuelta”. Me quede mirándole fijamente y me dijo: “Háblalo en casa y mañana me das una respuesta”.
Cuando llegue a casa se lo comente a Sara, mi mujer. Se quedo pensativa y solo preguntaba ¿Cada cuanto tiempo podrás venir a casa?, ¿Será cada semana? Yo callado pensaba hasta que al final la conteste: “No, vendría una vez cada dos o tres meses, depende del trabajo y las reuniones”. Ella solo decía, “es mucho, eso es mucho”. Yo la indicaba que pensara en el futuro, en los niños, que serían unos meses pero que a partir de ese momento nuestra posición social cambiaria a mucho mejor. Que el esfuerzo merecía la pena. Se fue a nuestra habitación y comenzó a llorar. Fue una noche triste para todos.
A la mañana siguiente cuando me levanté, al abrir un armario para sacar mi ropa, vi una bolsa en el suelo sobre la que sobresalía lo que parecía un sujetador. Lo inspeccioné sin hacer ruido y comprobé que era ropa interior de la tienda de Eva que había traído para volver a hacer un pase de lencería. Solo de pensarlo me puse muy cachondo. Cuando me estaba duchando no tuve mas remedio que hacerme una paja pensando en esos modelos y en la primera noche que hizo ese pase de lencería en nuestra habitación.
Comente en la oficina que aceptaba ir a Sudamérica y me prepararon todo para partir lo antes posible. La empresa mando varias chicas a casa para que mi mujer decidiese cual de ellas se quedaría para ayudarla con todos los quehaceres del hogar. Mi avión salía al día siguiente por lo que no quedaba casi tiempo de preparar todo lo que necesitaba.
Una vez en casa entre preparar maletas para 3 meses mínimo, arreglar todo el tema de bancos y pagos para que mi mujer no tuviese problemas, hablar con amigos y familia. Se nos echo el tiempo encima y estábamos derrotados cuando fuimos a la cama. Me iría de viaje y no tendría posibilidad de hacer el amor con mi esposa.
Al día siguiente, Eva y su marido Manolo, vinieron a buscarnos a casa para llevarme al aeropuerto junto a mi mujer para que no fuese sola. A Sara no le gustaba conducir, y lo poco que lo hacia era de casa a su trabajo en la tienda de Eva y vuelta casa. Ya en el aeropuerto, tanto Eva como Manolo estuvieron muy atentos y arroparon a mi mujer Sara, sabiendo que estaba pasando un mal momento en la despedida. Los vi alejarse a los tres, un a cada lado de Sara dados de la mano y consolándola. Fue un momento muy duro para mi.
Después de 12 horas de vuelo por fin llegue a mi destino, un coche de la empresa me estaba esperando y me llevo a lo que sería mi nueva casa durante unos meses. Me instalé y pasaron unos días muy intensos en los cuales poco pude hablar con mi mujer por los cambios horarios, cuando yo me levantaba ella comía, y cuando yo comía, ella ya cenaba. Por las noches, cuando me acostaba rendido, siempre tenia en mi mente a mi mujer, y sobre todo esa noche donde mi hizo el pase de ropa intima.
Por fin llego el viernes y a la hora de comer, cuando ella cenaba, pude dedicarle mas tiempo y poder hablar con ella. Durante la conversación, después de hablar de todo un poco, nos centramos en nosotros dos. La comenté como me sentía la noche que se puso la lencería y lo que la echaba de menos. La pedí que se quedase en ropa interior y me mandase una foto. Cuando me llego y la vi, aunque no era un conjunto sexi, me puse a cien masturbándome, viendo la foto y con ella al teléfono empecé a decirle que se tocara mientras hablábamos. Ella vergonzosa, no quería hacerlo, pero al final cedió y comenzó a masturbarse también. Le costó contarme que hacia, pero con la calentura comenzó a narrarlo, diciéndome que se estaba pellizcando los pezones con una mano y con la otra se estaba tocando su rajita muy despacio. Luego empezó a meterse un dedo y a moverlos lentamente. Metió un segundo acelerando el movimiento. Yo estaba a mil solo haciéndome a la idea de lo que estaba pasando. Ella dejo sus tetas y ya con las dos manos, una frotaba el clítoris y con la otra se metía los dos dedos a gran velocidad. La oía gemir cada vez mas fuerte hasta que dio un grito ahogado. Se estaba corriendo. Yo no aguanté mas y comenzó a eyacular de manera salvaje poniendo todo perdido. Yo ya me había corrido y ella seguía gimiendo, le estaba llegando un segundo orgasmo. Era la primera vez que tenia constancia que se había masturbado. Después, con la respiración ya mas tranquila me dijo “dios, ha sido brutal. Como te echo de menos, necesito que me toques tu. ¿Que vamos haremos todo este tiempo que estaremos separados?”.
Le entraron las dudas diciéndome que ella estaría en casa con los niños, la familia y los amigos y que yo estaría solo, que tenia miedo de que buscase a otra mujer para que me consolase durante este tiempo. Yo le dije que no se preocupara que buscaríamos la manera de tener sexo en la distancia, que estuviese tranquila por eso.
Ya mas calmada me comento que al día siguiente nuestros amigos, tres matrimonios a parte de nosotros que siempre vamos juntos, le habían dicho que saliera con ellos a cenar y de tomar algo, pero les dijo que sin mi no saldría. Yo la increpé diciéndole que tenia que divertirse y salir, que ya habría tiempo a mi vuelta de que yo también fuese. Así que le hice prometer que llamaría a Eva y le diría que ella también iría a cenar y a tomar algo.
Nos despedimos después de mas de una hora y media de conversación y quedamos en hablar al día síguete cuando yo me despertara. Intentaría dormir todo lo que pudiese para quitarme el cansancio del viaje y los duros días de trabajo.
Cuando me desperté eran la once de la mañana. Miré mi móvil y vi que me había mandado unas fotos. Era ella vestida con otros conjuntos de lencería. Las fotos no se veían bien dado que se las hacía contra el espejo de casa y no eran todo lo claras que yo deseaba. Se la veía increíble, sexy y guapísima. La polla se me puso completamente tiesa de verla. No tuve mas remedio que hacerme una paja.
La llamé y le conté mi reacción por las fotos que me había mandado. Dijo que no me preocupara que la lencería la elegían Eva y ella de la tienda, que se la ponía, hacían unas fotos y la devolvía. Que había mucha y que me mandaría cada día un modelito nuevo. Yo me puse a mil pensando que recibiría todos los días nuevas fotos. Perdido en mi pensamiento, en un momento de lucidez me dije: “¿Que Eva le ayudaba a elegirla?”. Le pregunte entonces a mi mujer sobre esto y ella me contesto que Eva lo sabia, que fue Eva quien la convenció y le dio indicaciones de que tenía que hacer la famosa noche del pase de lencería. Que entre ellas no había secretos y se lo contaban todo. No le di mas vueltas y lo dejé estar. Le comenté a mi mujer que, si en vez de hacer fotos con el móvil las podía hacer con la cámara digital que había en casa, que saldrían mejor y que la podría poner en el trípode y así la vería de cuerpo completo sin hacerlo a través del espejo y saldrían con mayor calidad.
Antes de irse de cena con nuestros amigos volvimos a hablar y me comentó que había intentado hacerlas con la cámara pero que no lo conseguía. Le comenté que seguro que alguno de nuestros amigos le podría explicar como se usa. Dijo que ni hablar, que no quería dar explicaciones del uso de la cámara, a lo que le conteste que dijera que es para sacar fotos a los niños y poder mandármelas. Quedamos en que cuando llegarse a casa después de la cena me pondría un mensaje para saber que estaba todo bien.
Durante toda la noche mis amigos me estuvieron mandado fotos de la cena y las copas, diciéndome que me echaban de menos. Sara salía en todas ellas y estaba preciosa. Uno de los últimos mensajes que llego sobre la una y media era un pequeño video de Eva y Sara diciéndome que me querían mucho y que no me preocupara. Se las veía a las dos algo chispadas y muy contentas. A las tres de la madrugada de España me llego un mensaje de Sara diciéndome que había llegado a casa.
El llame y tardó en coger el teléfono. La notaba algo borracha y la lengua se le trababa. Me dijo que se lo había pasado muy bien. Le comenté que me contara que habían hecho y me empezó a decir: “Eva y Manolo me pasaron a buscar a casa a las nueve. Antes de eso, con la lencería que llevaba estuve intentando hacer fotos, pero un hubo manera. Mierda de cámara” esto me sorprendió, ella no habla así, debía ser por lo chispada que estaba. Continuó diciendo “Llegamos al restaurante y ya habían llegado el resto de los amigos, María, Marcos, Ana y Pedro.
Durante la cena Eva no hacia mas que brindar conmigo, no se la cantidad de brindis que hicimos las dos. Yo veía que mi copa se vaciaba y la volvían a llenar, pero la de Eva tardaba mas en vaciarse. Ya en el restaurante me notaba un poco mareada, pero estaba tan contenta que no le di importancia. Después de cenar nos fuimos a una discoteca a tomar una copa y a bailar un rato para bajar la cena. Nos sentamos a tomar la copa y Manolo, el marido de Eva pidió salir a bailar. En ese momento habían puesto canciones lentas y yo después del vino y la copa que había tomado estaba flotando” cuando me comento esto Sara, pensé lo mal que aguanta el alcohol y lo rápido que se chispa cuando bebe, que le lleva a desinhibirse y ser mas locuela.
Continúo contando: “Manolo se acerco a mi y yo notaba mi cuerpo contra el suyo. Al principio me dio un poco de vergüenza por lo que podría pensar Eva y por que notaba como mis tetas se aplastaban contra su pecho, pero cuando me empezó a hablar y a contarme que no me preocupara por el tiempo que yo estuviese fuera, que ellos cuidarían de mi, me tranquilice y apoye mi cabeza en su hombro dándole las gracias. Sentía como respiraba cerca de mi cuello y ya sabes lo que eso me gusta. Estábamos tan cerca note en mi vientre un bulto que crecía mientras estábamos pegados, pero no le di mas importancia pensando que seria el móvil y que estábamos tan cerca por que quería que yo estuviese feliz”
Yo no me podía creer lo que me estaba contando. Ya comenté que Sara es muy inocente y que no ve maldad en nada de los que hacen las personas, pero esto me daba a mi que era un restregón en toda regla. Si no hubiese estado tan chispada seguro que no me lo hubiese contado. Siguió diciendo: “Cuando termino la canción nos sentamos y fue Pedro el que me saco a bailar. Seguro que lo hacían para que no me sintiese sola. Pedro, al igual que Manolo, se pego mucho a mi, podía sentir como mis tetas se aplastaban también contra su pecho, y al igual que con Manolo, lo hacían por darme cariño. Apoye mi cabeza en el pecho de Pedro y seguimos bailando. Pedro me empezó a hablar al oído diciéndome que no me preocupara por estos meses, que ellos estarían para lo que fuese. Mientas me hablaba me dio la sensación de que me mordía el lóbulo de la oreja, que ya sabes que me encanta y me pone a mil, pero pensé que era por que me estaba hablando y al estar tan cerca ocurría casualmente.” Yo pensé, si casualmente una mierda. Eso no es casualidad. Empecé a tocarme mi polla por encima del pantalón. Me estaba poniendo cachondo lo que me contaba Sara.
Siguió diciendo: “Entonces paso como con Manolo, sentía un bulto que crecía entre mi estomago y la pelvis de Pedro. Le comenté a Pedro que podían haber dejado el móvil en la mesa, que era incomodo para bailar el tenerlo entre los dos. Pedro me miro a los ojos y se echo a reír, pero yo no le encontraba la gracia a lo que le dije. Terminamos de bailar y nos sentamos. Ya tenia otra copa en la mesa y con el baile y lo pegados que bailábamos, tenia muchísima sed, bebiéndome la mitad del vaso. Marcos no tardo ni dos minutos en volver a sacarme a bailar así que nos dirigimos a la pista, yo iba delante de el y me dio un cachete en el culete, yo volví la cabeza y le sonreí pensando que me trataba tan cariñosamente como a María, su mujer a la que normalmente le daba esos cachetes.
Al igual que Manolo y Pedro, se pego muchísimo a mi. Estaba encantada con las muestras de cariño que tenían los tres hacia mi. Y volvió a decirme al oído que le llamase a la hora que fuera y para lo que fuera, que el haría lo que fuera para que no echara nada de menos. Luego me empezó a dar pequeños besos en el cuello y a darme pequeñas palmaditas en mi culete. Que cariñoso estaba conmigo y como agradecía su amistad. A todo esto, otra vez el maldito móvil entre Marcos y yo. Que manía tienen estos hombres de llevarlos siempre encima, pensé.” Cuando me conto esto Sara, no tuve mas remedio que sacarme la polla y empezar a pajearme. Los tres se habían puesto cachondos bailando con ella.
Continúo diciendo “Nos fuimos a la mesa y cuando llegamos les di un beso a cada uno diciéndoles lo bueno que eran conmigo y lo mucho que los quería. Me terminé la copa y a los dos minutos tenia una copa nueva en la mesa. Todos hablábamos y nos divertíamos. Yo creo que las copas me hicieron efecto por que hubo un momento que solo me reía. La música cambio de lenta a marchosa y a mi me entraron ganas de bailar. Me lo estaba pasando genial. Se lo comenté a Eva y me dijo que la acompañara a los baños. En ese momento hicimos el video que te mandé. Estábamos dentro del baño y Eva me dijo que ella se iba a quitar el sujetador, que si bailábamos música marchosa le daba mucho calor y que así estaría mas fresquita y no sudaría tanto. Entonces me señalo a mis tetas y me dijo que hiciese yo lo mismo. Yo le comenté que no, que ella con el tamaño de sus pechos lo podría hacer, pero con el tamaño de los míos iba a ser un espectáculo. Me dijo que llevaba una blusa ancha y no se notaria que no llevaba sujetador, que si llevara un top o algo ajustado si daría espectáculo, pero con mi blusa, nadie se daría cuenta, solo ella y yo lo sabríamos. Yo creo que por lo chispada que estaba, me lo quite, guardándolo en el bolso de Eva que era mas grande. La verdad es que estaba mucho mas cómoda, pero notaba al andar como mis tetas se movían con demasiada libertad. Pensé que, si no me movía mucho, no se notaria. Volvimos a la mesa y Eva hizo un gesto con el pulgar de victoria levantando su bolso, yo pensé que era por que habíamos conseguido por fin salir del baño e hice el mismo gesto con el dedo. Los demás rieron y aplaudieron efusivamente. Nos sentamos, bebimos un poco mas y Eva dijo que todos a bailar”
En ese momento ya me había corrido con lo que contaba Sara, pero no podía dejar de pajearme. Seguro que todo el grupo estaba de acuerdo con Eva para que mi mujer se quitara el sujetador y por eso los aplausos. Me la imaginaba con esas grandes tetas de Sara sin sujetador moviéndose para todos los lados.
Continuo Sara: “Ya todos en la pista, bailábamos unos con otros. Tanto ellos como ellas se pegaban a mi bailando sensualmente. La verdad que les agradecía lo cariñosos que eran conmigo y las muestras que me daban de este cariño. En un momento, Eva y María se pusieron a bailar muy pegadas a mi, una por delante y otra por detrás, agarrándome las dos las caderas, pegando sus pelvis a la mía y a mi culo y haciendo que las tres nos moviésemos al unísono. Me estaba encantando, parecíamos una solo tan pegadas. Eva y María se quitaron y Marcos y Pedro tomaron su lugar pegándose también sus pelvis a mi y agarrando mis caderas. Bueno, Marcos que estaba delante, me agarro mi culete. Yo pensé que como Pedro tenia sus manos en mis caderas, Marcos no las podía poner y por eso las bajo hasta mi culete. Me daba un poco de vergüenza por que mis tetas estaban pegadas a Marcos y al no tener sujetador, notaba como su pecho rozaba mis pezones. Pedro, que estaba detrás de mi, me abrazo a la altura de mi estomago, subiendo un poco los brazos. Mis tetas al estar sin nada que las sujetase se alzaron por la presión que hacían los brazos de Pedro desde abajo. Miré hacia mis tetas y las vi queriéndose salir de la blusa. Marcos empezó a restregar su pecho contra mis tetas y mis pezones empezaron a marcarse. Me dio mucha vergüenza y me solté de Pedro y de Marcos, volviendo a bailar sola. No se debieron de dar cuenta por que cada uno siguió bailando por su lado como si nada”.
Que cabrones, la estaban magreando y yo aquí, a mas de diez mil kilómetros.
Siguió contando Sara: “Nos sentamos para dar un trago a las copas y volvimos a la pista. Me hicieron un corro y me dejaron en el centro. Estaba claro que querían que yo lo pasase bien y por eso me dedicaban toda su atención y cariño. Yo empecé a moverme como una loca y ellos me aplaudían y me jaleaban para que continuase. Me lo estaba pasando de maravilla. En esos momentos, cariño, creo que me olvide hasta de ti (jajaja).
Eva se puso detrás de mi y mientras me decía al oído si me lo estaba pasando bien, vi como me desabrochaba un botón de la blusa. Yo al verla la quise parar, pero me dijo que no fuese monja, que por un botón no se me vería nada y que parecía que tenia setenta años tan tapada como iba. Lo deje así y los demás volvieron a jalearme bailando todos como locos. Al principio no hacia mas que mirar el botón desabrochado, ya que permitía ver mejor mi canalillo, pero al rato me olvidé de el y seguí bailando. María, se puso detrás de mi, me cogió los brazos y me los subió detrás de mi cabeza contorneándose conmigo. Yo creo que a todos les gusto como bailábamos por que empezando a jalear y aplaudir de manera intensa. Yo les sonreía y dejaba a María que siguiese bailando así conmigo”, las dos con los brazos en alto y agarradas por las manos. Cuando me conto esto no pude mas que pensar “serán cabronas ellas también”. Estaban todos de acuerdo para que Sara moviese sus grandes tetas.
Continuo Sara: “Entonces Eva se puso delate de mi y comenzó a bailar poniendo sus manos en mi cabeza, y bajando al ritmo por mi cara, mi cuello, mis tetas hasta mi tripita. Luego volvió a subir despacito. Yo pensaba que Eva estaba pedo total y no se daba cuenta de lo que hacia. Termino de bailar tan sugerente conmigo y María y Eva volvieron a dejarme bailar sola. Entonces Eva, María y Ana empezaron a bailar las tres al mismo ritmo y haciendo los mismos gestos. Yo me uní a ellas. Subíamos los brazos, los bajábamos, inclinábamos el cuerpo hacia adelante moviendo los hombros, movíamos el culete , nos agachábamos, echábamos la cabeza y el tronco hacia atrás, y así una y otra vez.
La verdad es que estuvimos así un buen rato. Mientras, los chicos delante de nosotras se reían y aplaudían. Cuando terminamos de bailar y nos fuimos a sentar, me di cuenta de que no solo tenia el botón que Eva había desabrochado, sino que tenia otro mas que dejaba ver demasiado de mis tetas. Pese que se desabrocho cuando estábamos haciendo ese baile tan sugerente para los chicos. Como ninguno dijo nada, pensé que no se habían dado cuenta”
Y yo al otro lado del charco pajeandome a toda velocidad pensé, “que mala es Eva”. Seguro que cuando estaban bailando mientras Sara tenia los brazos arriba sujetos por María, Eva al recorrer su cuerpo le había desabrochado el botón y por eso hicieron ese baile tan sugerente agachándose y levantándose. El espectáculo de tetas que debió dar Sara durante el baile les debió poner a lo tres maridos cachondos.
Sara dijo de nuevo: “terminamos las copas y nos fuimos todos de la disco. Ya en la calle nos despedimos dándonos unos cariñosos abrazos y besos. Eva y Manolo me llevaron a casa en su coche. Antes de llegar le comenté a Eva el problema que tenia con la cámara y ella me dijo que si quería, las fotos me las hacia ella con su cámara que si la entendía, que era ella quien hacia las fotos a las chicas para los carteles de la tienda.
Me indico que mañana sábado por la tarde, después de cerrar la tienda fuera a su casa y que ella llevaría algunos conjuntos para las fotos. Se lo agradecí y subía a casa. Cuando llegue a casa y me quite la ropa, note que tenia mis braguitas empapadas. Debió ser del calor que hacia en la discoteca y del sudor. Y eso es todo lo que paso”.
Le dije que estaría cansada y que hablábamos al día siguiente. Yo me quede terminado mi paja con una enorme excitación pensando en todo lo que me había contado Sara.
No podía dormir. Estaba confuso con mis sentimientos. Me excitaba lo que había pasado, pero también me sentía mal por ello. No entendía lo que ocurría en mi cabeza. Antes de dormir solo pensaba que nuestros amigos se habían aprovechado de ella y seguro que todo fue idea de Eva.
Al día siguiente cuando me levanté, revisé los mensajes del móvil y allí tenia uno de Sara dándome los buenos días. Miré también el correo y vi un email de una dirección que no conocía, era de Gmail y el usuario tenia un nombre rarísimo de letras y números.
Dentro del correo solo ponía: “lo tienes que ver” y debajo un acceso a una carpeta de en la nube con la fecha del día anterior. La curiosidad me hizo abrir la carpeta y allí había un vídeo. Pulsé para abrir y aparecieron las cuatro chicas bailando en la discoteca tal y como me comento Sara. Las cuatro estaban bailando al unísono y pude ver como las tetas de Sara se movían descontroladas. Dado el tamaño, y aunque la blusa era amplia, no dejaban lugar a dudas de su inmensidad. Se veían los botones desabrochados hasta la mitad de la blusa, permitiendo ver gran parte de sus tetas. Cuando se inclinaban hacia adelante, estas se veían colgando a través de los botones desabrochados de la blusa. Cuando se inclinaba hacia atrás, se marcaban perfectamente el tamaño y los pezones que estaban como piedras. El video duraba un par de minutos siempre sacando el baile.
No sabia quién había hecho el video y tampoco quien lo había mandado. Conteste al mail preguntado “¿Quien eres?”. Pensando que era uno de mis tres amigos.
Volví a ver el video por si encontraba algún que otro detalle. Pude comprobar que Eva, María y Ana no perdían detalle de las tetas de mi mujer mientras bailaban con ella. Todos eran cómplices de lo que ocurrió en la discoteca. También pude ver la cara de felicidad que tenia Sara y lo bien que lo estaba pasando, ajena a lo que tramaron sus amigos.
Llame a Sara y acababa de comer. Estuvimos hablando de los niños y después de un rato le volví a preguntar por la noche anterior. Sara me dijo que cuando se levanto por la mañana se sentía mal por dos cosas, por el alcohol que había tomado y por que ella disfruto mientras que yo estaba lejos y solo. Le pregunte que planes tenia para esa tarde y me comentó que había quedado en la tienda con Eva para luego ir a su casa y hacerse fotos para mi. Le comenté que estaba impaciente por tenerlas y me dijo que tuviese paciencia que me encantarían.
A eso de las once de la noche de España me extraño que Sara no hubiese contactado conmigo ni me hubiese mandado ningún mensaje. La estuve escribiendo y sobre una de la madrugada por fin empezaron a llegarme mensajes de Sara. Eran las fotos que le había hecho Eva. Al final llegó un mensaje diciéndome que cuando llegara a casa me llamaba y que me mandaría mas fotos que no eran esas las únicas.
Empecé a ver las fotos y eran increíbles. Parecían fotos de estudio de lo bien iluminadas que estaban y de la calidad que tenían. Estaba claro que no habían usado una cámara de móvil. Viéndolas me hice una paja mientras esperaba a que Sara llegara a casa y poder hablar con ella y sobre todo por la intriga de esas nuevas fotos que no había mandado todavía.
No recibía noticas de Sara desde la una. Me extrañaba que tardase tanto en llegar a casa. La mandé varios mensajes, pero no tuve respuesta. A eso de las tres de la mañana me mando un nuevo mensaje diciéndome que salía en ese momento de casa de Eva, que hablábamos cuando llegase a casa. Al cabo de la media hora recibí su llamada: “Hola cariño, ¿te han gustado las fotos?” Yo le dije que me habían encantado, que me contase cada una de ellas.
Sara comenzó a narrar: “llegue a la tienda y Eva tenia ya escogidos dos modelos preciosos, le insistí en que me los enseñara, pero me dijo que ya los vería en su casa. Nos fuimos a su casa y fuimos al salón. Allí estaba Manolo que me dio dos besos y me pregunto si quería tomar algo. Le conteste que bastante había tomado la noche anterior. Eva se fue a preparar las cámaras. Me dijo que haríamos las fotos en su habitación, sin que hubiese moscones merodeando. Lo decía por Manolo, y este dándose por aludido insistió en que el podía hacer también fotos y que luego fuese Sara quien eligiese la mejor. Sara le echo una mirada matadora y Manolo reculó diciendo que vale, que se quedaría viendo la tele mientras hacíamos las fotos.”
Continuó diciendo: “Nos fuimos a la habitación y lo que había preparado Eva era todo un estudio. Había tres focos y dos cámaras. Yo le dije que era hacer tres fotos y ya esta, que no tenia que haber preparado todo eso. Eva dijo que lo bien hecho, bien parece. Me indicó que me podía cambiar detrás del biombo que había puesto para la ocasión. Que también había puesto un espejo y un foco para que me pudiese ver”. Yo pensé que en que encerrona estaba metiendo Eva a Sara, para que un biombo. Si podía cambiarse en el baño.
Continuo Sara: “y nada, me fui poniendo la ropa interior y Eva me estuvo sacando las fotos. Son las que te he mandado. ¿Te han gustado?”. Le contesté a Sara que me habían encantado, que estaba muy sexi y que se la veía increíblemente guapa. Que con ellas me iba a matar a pajas. Ella se río y me dijo que era un bruto. Le pregunte por las fotos que me mandaría al llegar a casa y contesto, ah, te la mando. Esperé impaciente y vi que era una foto en bañador. Era un bañador de una sola pieza con una abertura a la altura del ombligo. No tenia nada de especial y menos después de las fotos en lencería. Le pregunté si ya estaba y me contesto que pesaba que antes de hacerse las fotos serias muy sexi, pero que luego al tenerlo puesto no valía tanto. Le dije que había tardado dos horas para una foto en bañador a lo que contesto después de un pequeño silencio: “estuvimos hablando Eva, Manolo y yo” Vi que estaba cansada y le dije que ya hablaríamos al día siguiente.
Cuando me desperté desayune tranquilamente y comprobé mis mensajes. Otra vez tenia un mensaje del correo de la persona desconocida. Contestaba a la pregunta que le hice de quien eres, me decía “alguien que te quiere” y volvía a poner un acceso a una carpeta. Accedí a la carpeta y había unas 300 fotos y 3 vídeos. Vi las primeras fotos y eran como las que me había enseñado Sara.
No me lo pensé y abrí el primer vídeo. Se veía la habitación de Eva, se veían los focos y el biombo. Apareció mi mujer en medio de la escena. Estaba vestida con unos vaqueros y una camisa blanca. Se oyó decir a Eva, te he puesto un biombo con un espejo y con un foco para que te cambies y te puedas arreglar antes con cada modelito. Se vio la mano de Eva que le daba la ropa interior a mi mujer para que se la pusiese. Sara se fue detrás del biombo para poder cambiarse. Eva entonces dijo que apagaría los focos que daban calor y dejaría solo una pequeña luz mientras Sara se cambiaba. Se apagaron las luces y entonces me di cuente de por que el biombo. Se veía perfectamente la silueta de mi mujer: se estaba quitando la camisa y se podía ver perfectamente con una nitidez asombrosa la silueta y los actos de Sara. Al quitarse la blusa quedaron dibujados perfectamente sus grandes tetas todavía sujetas por el sostén. Se bajo los pantalones y se vio perfectamente su cuerpo casi desnudo. Al quitarse el sujetador, sus tetas cayeron un poco, por los años, los tres niños y la fuerza de la gravedad. Se veían perfiladas perfectamente, moviéndose a los lados. Sara doblo su espalda para bajarse sus braguitas. Sus tetas quedaron colgando, dando un espectáculo increíble. Se movían al unísono como dos campanas. No se que me daba mas morbo, verla en vivo o a través del biombo. Luego se puso el primer juego de lencería y salió de detrás del biombo.
Eva encendió los focos y le dijo donde ponerse. La indicaba, ponte así, sube la cabeza, dobla un poco la pierna, y así estuvo haciéndole unas cuantas fotos donde se veía a mi mujer de pie mirando de frente a la cámara.
Estaba preciosa en el vídeo, se la veía algo nerviosa, pero Eva la tranquilizaba. El conjunto de lencería que llevaba era precioso y ella lo lucia a la perfección. Tenia un sostén rojo con las copas medio transparentes que dejaban intuir sus pezones y aureolas, Llevaba medias rojas haciendo juego con un liguero del mismo color. Un tanga también rojo y unos zapatos de aguja del mismo color completaban el conjunto. Espectacular como se veía.
Entonces se oyó a Eva decir que cambiarían de postura. Que se pusiese de rodillas en el suelo con las piernas separadas y que se sentara en sus talones. Sara lo hizo, pero protesto diciendo que se veía demasiado su rajita, al quedar tan abierta. Esa postura no le gustaba. Eva le dijo que haría unas fotos y que luego, si no le gustaba las borraría. Que debían de probar por que así encontrarían entre las dos las mas eróticas. Eva le repitió que dejara de preocuparse que seria ella, Sara quien decidiría que fotos se borraban y cuales no. Parece que esto tranquilizó a Sara que empezó a ponerse en las posturas que le indicaba Eva.
Le indicaba: “Sube las manos a tu nuca, gírate un poco, baja las manos a tu cintura, túmbate y pon las manos en la cabeza, y así la tuvo durante un buen rato haciéndole fotos. Entonces Eva le dio a Sara otro modelo de lencería para que se cambiara.
Sara se fue detrás del biombo, Eva apago los focos y se volvía a ver perfectamente la figura de Sara cambiándose. Mientras se lo ponía, Sara comento que le parecía un poco fuerte ese modelo. Que no se haría fotos con el, que parecería una puta. Eva le comento que se pusiera rodas las piezas y que saliera. Que no se muestra tanto como parece y que, si le daba vergüenza posar así para mi, que se pusiera una bata casi transparente que le acerco.
Cuando salió estaba espectacular. Era el segundo modelo de lencería que me había pasado anteriormente Sara. Donde se la veía con la bata abrochada con un solo botón casi transparente donde se vislumbraban sus pezones y una tanguita que a duras penas le cubera su rajita. Al igual que antes, Eva empezó a indicarle como debía ponerse, como colocarse y así le estuvo haciendo unas cuantas fotos. Eva le dijo a Sara que se quitara la bata, a lo que Sara indico que no le parecía, que era un conjunto demasiado descocado para ella.
Eva volvió a recordarle que las fotos que no le gustasen, que las borrarían. Cuando Sara se quito la bata me quede de piedra. Esas fotos no me las había mandado. Llevaba un sujetador completamente transparente que mediante unos bordes triangulares en las copas sujetaban sus tetas. Los bordes no tenían mas de un centímetro, dejando sus grandes tetas completamente expuestas. Sara se quejo diciendo que no quería hacerse así fotos a lo que Eva contesto que parecía una mojigata, que solo vería las fotos su marido si al final quería mandárselas.
Eva empezó a poner a mi mujer en posturas comprometidas, inclinando los pechos hacia adelante donde sus tetas surgían imponentes, poniéndola a cuatro patas mirando a la cámara, haciéndola moverse para lo lados, balanceando sus tetas como campanas y sacando gran cantidad de fotos. En esto que Eva le dijo que paraban unos segundos, acabándose el vídeo.
Me estaba volviendo loco y mi excitación era tremenda. Podía ver como Eva manejaba a mi mujer como quería. Y…. por que grabo este video. A quien se lo había mandado. Lo tendrían todos sus amigos.
Sin pensarlo mas puse en segundo vídeo, en el aparecía Sara con un albornoz y a Eva indicándole a Manolo que podía pasar. Manolo dejo unas bebidas en una mesita para que las chicas tomasen algo. Manolo le dijo a Eva que, si podía quedarse a ayudar, a lo que Eva le dijo un seco “Fuera”.
Eva acerco una bebida a mi mujer echándole previamente unas gotas. Le dijo que esto la relajaría que la veía un poco nerviosa. Yo pensé “¿Qué coño de gotas le ha dado?, ¿Qué efecto tendrá? Todo indicaba que Eva quería aprovecharse de mi mujer. Estuvieron las dos conversando durante un raro sobre los niños. Yo creo que Eva estaba esperando a que hiciesen efecto las gotas.
Pasados unos minutos, Sara empezó a abanicarse con la mano diciendo que, hacia un poco de calor, a lo que Eva le dijo que seria el albornoz que es muy grueso, que se lo quitara. Así lo hizo Sara volviendo a quedarse con esa lencería que no es que fuese transparente, es que no había casi tela por ningún sitio. Eva retomo las fotos por donde estaba indicando a Sara como ponerse. Sube los brazos, tapate los pechos. Súbete las tetas con las manos. Ponte de espaldas…. En ese momento me quede completamente parado. El tanga que llevaba Sara salía de su rajita con dos hilos que recorrían cada uno un cachete del culo. No había ningún hilo no tela que subiese por el centro de su culete. Pensé: “¿Que tapaba entonces ese tanga?”. Eva seguía indicando: gira in poco tu cabeza a la izquierda, abre un poco mas las piernas, agáchate sin doblar las piernas. En ese momento se oía a la cámara de fotos echar humo haciendo disparos. Me fije en el video, y en la postura que estaba Sara mostrando su culete, con ese tanga que no cubría nada, se le podía ver perfectamente su ano y su rajita, que estaba empezando a lubricar y se veía mojada. Eva la indico que no se moviese y acercándose a su culo, empezó a realizar primeros planos de su ano y de su rajita.
A continuación, pidió a Sara que se tumbara, haciendo nuevas fotos. Le dijo que abriese las piernas todo lo que pudiese sin doblarlas. Sara no protestaba, obedecía lo que le pedían y se dejaba hacer. Eva dijo que se sacara muy despacio el tanga, a lo que Sara la dijo que no, que eso ya era pornografía. Eva no insistió y le dijo que de momento habían terminado con la lencería. Que si quería ahora probarse unos bañadores y bikinis a lo que Sara asintió.
Eva le dio un bañador. Es el que yo había visto en la foto que Sara me mandó. Se fue detrás del biombo y se apagaron de nuevo los focos, viendo como la figura de mi mujer se quedaba reflejada. Cuando Sara se quito la lencería, se pudo ver a través de las sobras del biombo como mi mujer se estaba sobando las tetas. Estaba cachonda y debió ser las gotas que Eva la dio. Se ve en el video también como mi mujer baja su mano a su rajita y se empieza a frotar. Eva indica a mi mujer que ahora viene, que va a la cocina, haciendo ruido con la puerta, pero quedándose dentro de la habitación en silencio esperando que Sara terminase. La figura de Sara se nota que empieza a convulsionar y se oyen pequeños quejidos. Sara se estaba corriendo.
Eva hace como que vuelve a la habitación preguntándola si ya se ha puesto el Bañador. Sara aparece con el y Eva comienza a realizar fotos sin mucho entusiasmo. La da otro bañador y la dice que mejor que se ponga este, que el que tiene puesto no le gusta.
Sara se quita el bañador y cuando se va a poner el nuevo le dice a Eva que ni loca se pone eso. Eva la empieza a decir anticuada, paleta, monja, que esto es para tu marido, que estará solo y con esto se consolará, y así un buen rato. Al final Sara accede y se lo pone. Cuando sale me quede de piedra. El bikini, por llamarle de alguna manera, era una braga brasileña minúscula y la parte de arriba dos minúsculos triángulos que escasamente tapaban sus aureolas. Tenia un color verde, casi fluorescente. Me empalme al verla. De este modelo Sara no me había mandado foto. La verdad es que estaba tremenda. No dejaba absolutamente nada a la imaginación. Al salir de detrás del biombo se veían sus tetas moverse sin ningún tipo de sujeción. Esos triángulos solo tapaban, no sujetaban.
Creo que hasta Eva se puso cachonda, estuvo durante un buen rato callada. Por fin reacciono indicándole a Sara nuevas posturas que Sara empezó a poner. Dijo: “Túmbate boca abajo y pon tus brazos estirados por encima de la cabeza”. En ese momento, las tetas de Sara se salían por los costados de su cuerpo dando una imagen muy erótica. Volvió a decir: “Date la vuelta”, quedando sus tetas desparramadas por su cuerpo. Aquí los triángulos no valían de nada dado que no podían contener tal volumen, saliéndose los pezones de ellos y dejando sus tetas a la vista. A Sara ya no parecía importarle, obedecía sin reparos. Ponte a cuatro patas mostrándome tu culito. Otra vez ese culo impresionante tapado por un minúsculo hilo que se escondía entre sus nalgas. “Abre las piernas un poco, mas, mas, así” decía Eva. Sara tenia expuesto completamente su ano y su rajita otra vez. Entonces Eva dijo “tócate tu rajita”. Sara se quedo inmóvil. No dijo nada, pero tampoco lo hacia. Eva lo repitió de nuevo: “tócate tu rajita”. Sara muy despacio comenzó a tocarse la rajita con un dedo muy lentamente. Eva ya sabia que la tenia donde quería.
Eso es, decía Eva, despacito, aparta el hilo de la tanguita, a lo que Sara sin decir nada hacia. Así la tuvo un rato hasta que Eva veía que se podía correr, a lo que la dijo. Para. Vamos a descansar un rato. El segundo video terminó.
Volví a poner el final del video y me hice una paja descomunal.
Pulse sobre el tercer vídeo y se veía a Sara otra vez con el albornoz y con una gran sonrisa. Parecía que estaba en otro mundo. ¿Qué gotas le abría dado Eva?
Eva estaba llamando a su marido, Manolo. Este entro en la habitación y Eva le dijo que necesitaba su ayuda. Que quería hacer unas fotos como si estuviesen en la playa, que solo tenia a Sara y las fotos serian mejor si hubiese alguien mas. Sara al oir esto dijo que no, que ni hablar a lo que Eva volvió a decir lo que antes le había dado tan buen resultado, eres una paleta, monja, piensa en tu marido, etc.
Manolo se fue al baño y apareció con un bañador bermudas de flores. Eva le dijo a Sara que se quitara el albornoz, algo que Sara hizo lentamente y con mucha vergüenza. La reacción de Manolo al verla con ese bikini fue inmediata. Exclamo un “coño” y le apareció en al bañador una tienda de campaña del empalme que había cogido.
Eva comento que no se preocuparan que las fotos iban a ser muy profesionales y que siempre podía borrarlas Sara si quería. Comenzó a pedirles que se pusieran en diferentes posturas muy normales. Manolo ponte de frente con los brazos cruzados, y tu Sara apoya tu brazo en su hombro y mirar los dos a la cámara. Sin dejar de mirar al frente, Manolo pasa una mano por la cintura de Sara. Ahora poner espalda con espalda y mirar a la cámara. Ahora igual, pero mirando al frente. De momento, todas las posturas eran normales y Sara, aunque avergonzada, las hacia. Yo esperaba que Eva diera el paso y pidiese una postura comprometida, como así ocurrió. Poneros uno frente al otro y tu Sara, pasa las manos por el cuello de Manolo, y tu Manolo, pasa los brazos por la cintura de Sara y mirar los dos a la cámara con las cabezas juntas.
Sara tardo en tomar esta postura, aunque al fina acepto. Sus tetas estaban pegadas al pecho de Manolo solamente separados por una pequeñísima tela que la estaba poniendo mas cachonda. La siguiente postura, sin moverse, pero mirándose uno al otro. Sara separo un poco su pelvis por que notaba un bulto a la altura de su tripa y tenia claro que no era el teléfono. Eva que lo noto, la increpo diciendo que se pegara y Sara así lo hizo.
Eva deseaba forzar la situación, pero sabia que en el momento en que Sara dijera que no seguía, se podía acabar para siempre hacer fotos y videos, así que pensó que lo mejor era dar por terminada la sesión de fotos.
Manolo protesto, pero Sara lo agradeció, mostrándole una sonrisa a Eva.
Yo estaba a mil, era la primera vez que veía a Sara con otro hombre, y aunque estaba vestidos, bueno, medio vestidos, me había excitado muchísimo. No sabia si matar a Sara o comérmela a besos. Era una sensación rarísima. ¿De verdad me gustaría ver a Sara con otro? Creo que no lo soportaría.
El video finalizo y me quede viendo las fotos. Eva no borro ninguna. Había unos primeros planos de la rajita de mi mujer inmejorables. Me volví a masturbar como un poseso viéndolas.
Cuando me desperté, lo primero que hice es copiar todos los archivos que estaban en la nube a mí ordenador, no fuese que mi amigo misterioso los borrara. Luego, vi de nuevo la escena de Sara y Manolo y me hice una paja. Después, con los pensamientos confusos, llame a mi esposa.
Sara al otro lado del teléfono me dijo "hola mi amor, que tal estás". Yo noté que esa voz no era la habitual de Sara. Intentando que no se notara nada la dije: "ya me contarás en detalle cómo te hizo Eva las fotos. Estuvisteis casi cuatro horas. Se hizo un silencio y Sara comentó. "Si, claro. Pero la mayor parte del tiempo estuvimos hablando". Yo pensé para mi : "¡será guarra, dice que estuvo hablando, si te estuviste restregando con Manolo!". Le conteste: " seguro que hubo algo que hicisteis interesante que me puede poner cachondo", a lo que ella contestó "no, fue todo muy tranquilo y normal. Eva me hizo 10 o 12 fotos y ya está". yo pensé: "10 o 12 dice la cabrona, si había más de 300!". Para no presionarla más le dije:" bueno, si tardasteis tan poco, cuando piensas hacerte más para mandármelas. Lo estoy deseando".
Se hizo un silencio y dijo: "no se, ¿no te aburren las fotos? Pero si quieres me hago más mañana en la tienda. Las haremos con el móvil en el almacén si quiere Eva. Le dije: "ok, pero avísala antes no sea que no podáis hacerlas en la tienda". A lo que ella contestó: "si no podemos me las hago yo sola en casa" a lo que le indique "no, no, que se ven muy mal".
Cambiamos de tema y estuvimos hablando de cosas cotidianas. Yo la seguía notando rara. No esa la Sara de siempre. Como era domingo, la volví a llamar por la noche y le pregunté si había hablado con Eva, a lo que me contestó que si, que haríamos las fotos en la tienda a la hora de comer que estaría cerrada.