Mi mujer follada en nuestra casa

Dos vecinos se follan a mi mujer en nuestra casa conmigo mirando

Me llamo armando, mi mujer se llama Mónica, ella es delgada, tiene el pelo moreno, a pesar de que sus pechos son pequeños, su culo es impresionante, fino y duro puesto que hace bastante ejercicio, como ya os he contado otras veces, me excita mucho ver como se la follan delante mío, pero ella no sabe nada porque si se enterase, estoy seguro que nuestra relación peligraría.

Con esto del confinamiento hemos pasado mucho tiempo en el balcón hablando con los vecinos y hemos llegado a hacer buena amistad con varios de ellos.

Denis y Ricardo viven de alquiler, son ingenieros gallegos que les ha pillado esto del confinamiento montando unas máquinas en una empresa que hay en nuestra ciudad.

Nosotros tele trabajamos desde casa, así que no hemos salido nada más que a hacer la compra semanal.

El sábado 30 de mayo, era por la tarde, llamaron al telefonillo de casa, Mónica contestó, era Denis que nos invitaba a tomar una cerveza en la terraza del bar que hay debajo de nuestra urbanización, porque se querían despedir de nosotros puesto que el martes se volvían para Galicia, porque prácticamente habían acabado de realizar su trabajo.

Mónica aceptó, nos cambiamos, yo me puse un pantalón corto y una camisa blanca mientras que Mónica una falda vaquera gris y una blusa blanca.

Pasamos una tarde agradable, aunque ahora que habíamos cogido confianza con ellos, se iban a marchar y nos daba algo de tristeza.

El tiempo pasó rápido, nos tomamos varias cervezas y ya eran las 9.30 de la noche, Mónica les invitó a cenar a casa y ellos aceptaron de buen grado.

La cena fue muy divertida, nos estuvieron contando anécdotas graciosas de su trabajo, nos bebimos 2 botellas de vino entre risas, cuando acabamos, preparé unos combinado para seguir disfrutando de la velada.

Ricardo nos dijo que iba a pasar a casa para coger dos botellas de orujo casero de su tierra que tenían y quería regalárnosla y así hizo.

Pero cuando las trajo lo que hicimos fue abrirlas, empezamos a tomar chupitos, estaba muy bueno, pero era fuerte, brindamos todos juntos, después los brindis se sucedieron, Denis y Ricardo empezaron a hacer brindis con Mónica y a mi mujer ya se le empezaba a ver la cara roja, se le notaba que iba cada vez más tocada, pero seguía bebiendo sin negarse, hasta que se levantó para ir a vomitar al baño.

No sé qué hora era, tarde eso seguro, cuando volvió del baño, se sentó en el sofá, nosotros hicimos lo mismo, seguíamos conversando, pero Mónica apenas hablaba.

Nosotros seguíamos con nuestro combinado, comencé a fantasear con la idea de aprovechar el estado de mi mujer y emborracharla más si podía para intentar que los vecinos se la follaran, así que me levanté y me cambié  al lado de Mónica, esta me miraba sin decir nada, preparé  cuatro chupitos, cogí uno y se lo ofrecí a mi mujer, Mónica negaba con la cabeza, pero seguí picándola, le acerqué el vaso a la boca, mi mujer no se podía ni incorporar apenas pero al final se lo bebió medio obligada, con los consiguientes aplausos de los ingenieros, Denis  cogió otro chupito y le volvió a hacer lo mismo, ella se negaba y nosotros comenzamos a animarla.

Denis le colocó el vaso en la boca, Mónica no quería pero al final de nuevo, el chupito acabó dentro de su garganta.

Ahí fue su final, se recostó en el ches Long, mientras nosotros seguimos hablando.

Pasó el tiempo, yo me fijé en Mónica, ni se había movido, le di unos empujoncitos en el hombro, ni se inmutó, así que me arrodillé en el sofá y con la mano le di varios golpes en la cara mientras le gritaba su nombre, pero nada ni se movía ni abrió los ojos, ni nada.

Me alegré, había conseguido lo principal, que ella estuviera dormida, mejor dicho, inconsciente, así que me puse a pensar cómo hacer para ofrecérsela a Denis y Ricardo, que aunque me excitaba la idea, el nerviosismo que me producía era bastante.

Tras intentar pensar lo más rápido posible, no se me ocurrió mas que decir en voz alta:

-          Se me ha jodido el polvo de esta noche- dije riéndome.

Ellos me miraron, sin decir nada, me puse en pie, fui a nuestra habitación y abrí las sabanas, me puse a pensar como idear lo que podía hacer para conseguir que ellos vinieran a la habitación, volví al salón, le pedí a Ricardo que si podía ayudarme a llevar a moni a la habitación, mi intención era que se quedara a solas con ella y al rato ir yo, pero no salió como esperaba.

Los dos se levantaron del sofá, Ricardo la cogió por los brazos y Denis por la cintura, yo les indicaba el camino, una vez llegamos tumbaron a moni con mucho cuidado en la cama.

Sin apenas pensar, me senté al lado de ella, le desabroché uno a uno los botones de su blusa, con esfuerzo la incorporé y pude quitársela del todo, seguidamente hice lo mismo con el sujetador, bajo la atenta mirada de ellos dos.

La recosté de nuevo, sus pechos estaban desnudos y ambos miraban sin pestañear, fui directamente a su falda le desabroché los cinco botones, se la quité y la dejé caer al suelo, su tanga blanca ya estaba a la vista.

Le duró poco puesto, sin dudarlo ni un segundo, se lo quité deslizándoselo por las piernas, ya estaba totalmente desnuda, miré a los invitados y sus ojos se clavaban en el precioso cuerpo de mi mujer.

Fui a la mesilla, saqué la caja de preservativos, la tiré encima de la cama y simplemente exclamé

-          Si os apetece podéis follárosla, solo os pido que os pongáis los condones.

Ellos se miraron, sus caras eran de sorpresa, ni se movían, me miraban sin saber que decir ni que hacer.

-          Lo único que me gustaría es que os corrieseis sobre sus pechos.

Por fin, tras unos momentos de silencio y tensión, Ricardo se acercó a la cama, separó las piernas de Mónica y con su lengua fue lamiendo el coño de esta.

Yo me eché hacia una esquina, al fin Denis se atrevió, se colocó a la altura de la cabeza y se puso a acariciar y lamer los pechos de moni.

Yo estaba mucho más excitado que nervioso, en ese momento no pensaba ya en las consecuencias que podían pasar si mi mujer de despertara, mi  polla cada vez  estaba más dura, se estaban comiendo a Mónica delante de mí y me excitaba cada vez más, encima en nuestra propia casa.

No tardaron mucho en desnudarse, Ricardo se puso el condón y le metió su polla por el coño, comenzando a meterla y sacarla con cierta tranquilidad.

Denis estaba de rodillas en la cama, había sacado su polla, que sin ser exagerada puedo decir que era bastante grande, se la frotaba por la cara, los mofletes, la nariz, los labios hasta que con su mano le abrió la boca y se la metió dentro.

Ricardo cabalgaba con fuerza, tenía las piernas de Mónica levantadas y le penetraba una y otra vez, Denis sobaba con una mano las tetas de Mónica mientras metía y sacaba su pene de la boca de ella.

Pararon, Denis se puso también el condón, se tumbó en la cama boca arriba junto al cuerpo de Mónica, con ayuda de Ricardo se la puso encima, como pudo se acomodó hasta que con bastante dificultad le metió la polla por el coño.

Ricardo, aprovechó, se colocó detrás de ella, le dobló las piernas, se acercó lo más que pudo, cogió su miembro con la mano, se lo acercó al agujero, fue apretando e intentándolo hasta que por fin logró introducírsela por el precioso culo.

Ni un gesto ni un gemido, nada, Mónica seguía inerte, ambos se la follaban, despacio porque les costaba coger el ritmo, pero poco a poco fueron aumentándolo.

Con mi mano me estaba haciendo una paja observando detenidamente, sin perder detalle.

Ricardo le estaba dando duro al culo de Mónica, se la metía y sacaba con fuerza, pero Denis le pidió que parara, para quitarse de abajo, no podía apenas moverse.

Ricardo siguió dándole, un buen rato, la cama sonaba, mientras Denis se había vuelto a poner a follar la boca de mi mujer, le iba a doler la mandíbula al día siguiente, entre la polla tan grande y los viajes que le estaba metiendo Denis, pero yo me seguía masturbando lentamente sin decir nada.

Ricardo paró de follarle el culo, inmediatamente Denis  cogió su sitio, de nuevo le costó meter ese pedazo de carne por el agujero pero  tras varios intentos como pudo lo logró.

Una vez dentro, no titubeó, comenzó a darle ferozmente, su cadera chocaba contra el culo de Mónica, el ruido era notorio, además la cama chocaba contra la pared haciendo más ruido aún.

Me gustaría que os corrierais encima de Mónica, en sus tetas o en su boca me da igual les volví a decir.

Denis asintió con la cabeza sin dejar de romperle duramente el culo a mi mujer.

Ricardo al igual que yo, se masturbaba lentamente viendo esa imagen.

Durante buen rato estuvo Denis rompiéndole el culo, el ruido era voluminoso, la pared sonaba con cada choque,  empezó a gruñir, seguía bombeando y sus gruñidos eran cada vez más fuertes.

En sus tetas, dije yo sin soltar mi polla.

Denis paró, giró a Mónica sin ningún miramiento, se quitó el condón, se puso de rodillas encima de Mónica mientras se masturbaba con su mano apuntando hacia el cuerpo de ella, un enorme chorro de semen cayó en el cuello, mientras los siguientes fueron a parar sobre sus tetas.

Yo miraba como sus chorros de semen caían sobre sus tetas, su cuello, su barbilla, que excitación me produjo, quería correrme yo también, mi mujer estaba cubierta de semen, mientras Denis se limpiaba los últimos restos frotando su polla contra una de las tetas de Mónica.

Fue el turno para Ricardo, cogió las piernas de Mónica por los tobillos, se acercó hasta que metió su polla sin problema alguno en el húmedo coño de mi mujer, empezó con suavidad, pero rápidamente comenzó con las embestidas, la cama se movía y sonaba cada vez que le metía la polla, mi mujer seguía inmóvil, Ricardo aceleraba cada vez más, se la estaba follando de una manera agresiva, pero mi mujer seguía sin dar señales de ningún tipo, su cuerpo se balanceaba una y otra vez, bajó  un poco el ritmo, le soltó la pierna derecha y comenzó a acariciarle el clítoris mientras le incrustaba su polla.

No sé cuánto tiempo tardó, su respiración se agitaba cada vez más, soltó un grito, mientras poco a poco sus embestidas fueron descendiendo, hasta que dejó caer la otra pierna de mi mujer y apoyo sus manos en la cama sin sacar su polla de dentro del coño de ella.

Estuvo parado un rato en esa posición, sacó la polla, se quitó el condón y mirándome vació el semen sobre las tetas de mi mujer.

-          Lo siento, no me ha dado tiempo

Me daba igual, estaba totalmente excitado por el morbo, yo había ido masturbándome lentamente, no quería correrme hasta que pudiera hacerlo sobre Mónica, así fue.

Cuando Ricardo se bajó, me puse al lado de la cama, comencé a masturbarme rápido, quería correrme y me resulto muy fácil, por fin exploté, menuda sensación más espectacular, todo mi semen cayó sobre las tetas y la tripa de Mónica, hasta la última gota le derramé sobre ella.

Nos mirábamos con cierta perplejidad mientras nos vestíamos, salimos de la habitación, nos fuimos al salón donde nos sentamos en el sofá.

No hubo mucha conversación, Denis cogió la botella de orujo, sirvió tres vasos e hicimos un brindis.

-          Ha sido impresionante- dijo Denis

Tienes la mujer más cachonda del mundo, después de mía- dijo Denis provocando nuestras risas.

Aguantamos poco tiempo más, me dijeron que antes de marcharse el martes, se pasarían para despedirse, nos dimos con un abrazo y me dieron las gracias por haber hecho aquella noche inolvidable.

Cuando se fueron volví a la habitación, contemplé el cuerpo de Mónica, allí seguía sin ni siquiera haberse enterado de lo que había sucedido.

Guardé la caja de los condones, recogí los condones de los vecinos, fui a la cocina, los metí en una bolsa de plástico y los escondí para que no se vieran, para después volver a la habitación y limpiar el cuerpo de moni lo mejor que pude.

A la mañana siguiente, me levanté con un dolor terrible de cabeza, eran las dos y cuarto de la tarde, fui al baño a mear, la toalla en el suelo indicaba que Mónica se había duchado, me entraron los nervios, no me atrevía a ir al salón, cuando fui allí estaba mi mujer dormida en el sofá, fue un alivio.

Durante la cena, salió el tema, charlamos sobre lo bien que lo pasamos, me sentía algo nervioso, sobre todo cuando me dijo que le dolía la boca y que tenía el cuerpo como si le hubieran dado una paliza, pero por suerte todo sigue bien, así que he disfrutado de otra experiencia impresionante y ahora mismo lo único que quiero es no encontrarme con Denis y Ricardo para evitar problemas.

De todas formas gracias a ellos por hacerme pasar una noche tan excitante.

armandobseg@hotmail.com