Mi mujer con mi amigo - Nuestro primer trio

Este es el relato de nuestro primer trió, que estuvo a punto de ser cuarteto. Seguiamos siendo novios aún y esta basado en hechos reales

Para los que no hayan leído los anteriores relatos, les contaré que mi mujer es espectacular, delgada, con unas piernas torneadas que terminan en un culo precioso, aunque lo que más me gusta y destaca son sus pechos talla 110. Es muy ardiente.

Fuimos a pasar el sábado y a comer a una localidad cercana a Madrid. Llegamos pasado medio día y nos fuimos a tomar unas cervezas y reservar para comer. Íbamos dos parejas de amigos, María y yo. Llego la hora de comer y  se nos había pasado la mano con las cervezas, comimos, seguimos bebiendo vino, terminamos con unos chupitos. La tarde se nos dio desastrosa y seguimos tomando al rato más cervezas. Total nos dieron las nueve de la noche y decidimos que lo mejor era no coger el coche, por lo que reservamos tres habitaciones en un Hotel de allí,  cogimos las habitaciones y nos fuimos a picar algo para cenar.

Cenamos y otra vez volvimos a pasarnos con la bebida. Nos fuimos bastante contentos para el Hotel, eran como las 23:30 PM, un poco pronto para dormir, por lo que dijimos de echar unas cartas. En el rellano de nuestra planta, había un par de mesas con asientitos bajos. Allí nos preparamos la timba. Las novias de mis amigos dijeron que ellas se iban a sus respectivas habitaciones a ver la tele un rato y a dormir, pues no les apetecía el plan cartas.

Nos quedamos Pablo, Lorenzo, María y yo. Empezamos a jugar, al ratito dijimos de hacer una parada, para ir a nuestras respectivas habitaciones, entrar al baño y de paso coger algo de bebidas de los mini-bares.

María y yo, fuimos a la nuestra. Ella iba un poco tocada por el alcohol ingerido. La dije que si pensábamos algo para hacerles venir a nuestros amigos a la habitación y hacer una orgia con ellos. Me soltó un “tus estas majareta perdido”. Pero ella es de las mujeres que bebidas se descontrolan fácilmente. Se rio y un brillo apareció en sus ojos.

Cogimos algo del mini-bar y salimos a reunirnos al hall de nuestra planta otra vez con ellos. Seguimos jugando mientras nos tomamos las bebidas sacadas que nos termino de alegrar de nuevo. Pero con nuestras risas molestábamos a los otros inquilinos de la planta, que pronto se quejaron en recepción y  subieron a llamarnos al orden, invitándonos a irnos a nuestros cuartos. Yo salte y les dije, vamos al nuestro, María me miro recriminatoriamente, pero no dijo nada.

Lorenzo dijo que no, que era tarde y que su novia estaría ya mosqueada, Pablo acepto.

Entramos en la habitación, continuamos jugando a las cartas, cuando llevábamos un par de manos, María se levanto y dijo que iba al baño, se fue, entro y dejo la puerta medio abierta, se puso a orinar, desde la habitación no se veía el servicio, pues estaba en el pasillo de entrada, pero los dos escuchamos perfectamente el sonido que producía su orina al salir y caer en el agua del wc. Salió del aseo terminando de abrocharse el pantalón y volvió a la mesita echándome una picara mirada de complicidad.

Se sentó y seguimos jugando, ella estiraba los brazos hacia arriba como desperezándose, se echaba las manos a los riñones y sacaba pecho, haciendo marcarse con estos gestos sus tetas en la blusa. Pablo enfrente miraba un poco cortado, pero no le quitaba ojo a sus pechos.

María comento que porque no cambiábamos de juego, pues las siete y media la aburrían ya. Vale dijimos los dos, yo dije de jugar a las prendas, María se rio y Pablo dijo que por el bueno, empezamos a  repartir, las primeras rondas perdimos él y yo, nos quitamos cada uno una prenda, a la siguiente, fue María quien perdió, se levanto, desabrocho su blusa y se la quito, quedándose con una camiseta de ropa interior, ceñida, de tirantes y bastante escotada, era calada por lo que dejaba transparentar su sujetador. Pablo se quedo mirando sus turgentes tetas medio abobado. Seguimos jugando y volvimos a perder nosotros, la cosa estaba un poco aburrida desde el punto de vista de mi amigo y mío.

Entonces le dije a María que porque no se desnudaba ella, preguntando a Pablo, ¿no te parece? El asintió con la cabeza y rio, ella se levanto nos dijo que teníamos mucho morro, que ella no había perdido, se hizo de rogar para disimular, pero la hice la pelota un poco  y acepto, se separo un par de metros de la mesa y empezó a desnudarse. Llevaba unos pantalones de cuero ajustados y su camiseta interior.

Empezó a moverse sensualmente y riendo, agarro la camiseta, empezó a subírsela dejando poco a poco asomar las copas del sujetador, este era blanco y calado, se la saco por la cabeza y se le apreciaban ya, sus pezones endurecidos marcados en la tela, con las marrones aureolas de estos, que se medio transparentaban en el sujetador. Siguió bailando sin música, empezando a soltarse el cinturón, abrió el botón del pantalón y bajo la cremallera, se giro poniéndose de culo a nosotros y contoneando sus caderas, comenzó a deslizar el pantalón hacia abajo.

Su culito respingón salto de el apretado pantalón al ser liberado, dejando verlo por completo, excepto lo poco que tapaba el hilo del tanga que llevaba. Puso el culo en pompa y doblando el cuerpo se empezó a quitarse las perneras, dejando a escasa distancia de nuestras caras, su culo y el triangulo de su pubis marcado en la braga, esta con algunas gotitas que empezaban a mojar la tela y algunos pelitos cortos de su coño que asomaban por los laterales que la escasa tela de esta. Se incorporo alzo los brazos, para luego bajarlos y dirigir sus manos al broche del sujetador. Se lo soltó girando su cara con un gesto cómico- lujurioso. Continuando de espaldas a nosotros, bajo los tirantes del sujetador por sus brazos y se lo quito.

Subió las manos hacia arriba, dejando su espalda desnuda y el contorno de sus grandes senos asomando por los laterales, atrapo sus tetas con ambas manos, volvió a girarse hacia nosotros y se puso de frente nuestra. Sus pechos le sobresalían desbordándose  por todos los lados de sus manos y se las masajeaba ella sin dejárnoslas ver por completo.

Su tanga por delante era transparente y podíamos ver su vello púbico. Entonces se paro y nos recrimino, ¿Qué pasa vosotros no os desnudáis? Yo la dije que terminase ella primero, pero dijo que no, plantada delante de nosotros, seguía  cubriendo sus pechos con las manos. Pablo tenía los ojos como platos.

Yo me levante y situándome detrás de ella, empecé a darle mordisquitos en el cuello mientras mis manos deslizaban su tanga piernas abajo, dejando ya a la vista de mi amigo su coño desnudo. Este alargo su mano y le paso su dedo corazón por su raja, lo retiro mojado por su flujo, se lo acerco a su nariz, lo olisqueó y se lo metió en la boca y chupo. Subí mis manos y retirando las suyas de sus tetas, se las agarre por debajo, dejando ver ya sus pezones, dejando sus senos expuestos a Pablo, le dije, mira que grandes y que ricas son, mientras se las agitaba un poco para que le votasen.

Entonces empezamos a desnudarnos los dos, ya estábamos empalmados por completo, María nos observaba sentada en el borde de la cama. Pablo termino de desvestirse, se sentó al lado de ella y pasando un brazo por detrás y otro por delante, la abrazo agarrándola sus tetas, la recostó sobre la cama y empezó a succionarle los pezones mientras le estrujaba los senos. Ella alargo su mano hasta agarrarle los testículos, estos bastante gordos, empezando a masajeárselos, subió la mano le agarro el pene y empezó suavemente a tocárselo, le subía y bajaba  la piel de su miembro despacito, descubriendo su glande hinchado y mojado ya por algunas gotas de liquido pre-seminal.

Pablo se reincorporo, se puso encima de ella y colocando su polla entre sus tetas, cogió las manos de ella, la hizo agarrárselas  para juntárselas, empezando hacerse una paja con ellas, mientras la pellizcaba los pezones, se los retorcía y tiraba de ellos hacia arriba, haciéndola soltar pequeños grititos. Su prepucio amoratado  y húmedo por la excitación, aparecía y desaparecía por la parte superior, al ritmo de la paja que se estaba haciendo entre sus carnosas tetas.

Estuvo un rato así, mientras la susurraba guarrerías, diciéndola “que ricas y gordas tetas tienes putita”, “te voy a llenar el coño de leche, zorra” “como te voy a follar por todos tus agujeros” y otras lindezas parecidas.

Retirándose hacia un lado, la agarro de las axilas y la corrió hacia el cabecero de la cama, le agarro las piernas por las corvas de las rodillas, abriéndoselas y replegando sus rodillas contra al pecho. Dejando en pompa sus nalgas, deslizo sus manos y con los dedos pulgares ale abrió su coño y su culo completamente. Como un loco enterró su boca en su sexo y empezó a pasar su lengua desde su ano hasta el final de sus labios, penetrando al paso sus dos agujeros con la punta de esta.

Yo al lado, sentado en la cama les miraba dándome un morbo grandísimo la escena.   Entonces me senté a horcajadas sobre su clavícula y cuello, empecé a pegarle una gran sobada de tetas, estrujándoselas con suavidad  y retorciéndole sus duros pezones, me moví hacia adelante, dejando camino libre a mi amigo para agarrar sus tetas con ambas manos, el se había deslizado hacia abajo y tenía su cabeza incrustada entre las piernas de María, mientras la seguía chupando su coño y su ano. Yo, la empecé a pasar mis huevos y polla por su boca, ella sacando la lengua empezó a chuparlos y a succionarme los testículos con la boca.

Mientras Pablo seguía deleitándose, lamiéndole su raja y su culo. Yo podía ver la cara de placer que tenia ella. Le metí la polla en la boca y comencé introducírsela hasta la garganta, continuamos un rato así, María dando alguna arcada y pequeños gemidos que intentaba ahogar, pues en la habitación contigua estaba la novia de Pablo durmiendo y no muy lejos la  otra pareja de amigos. Pare, pues con la mamada que me estaba haciendo, el morbo de la situación,  me iba a correr ya y no quería acabar el juego tan pronto.

Le dije a mi amigo que se la follará, el dejo sus trabajo de chupeteos y poniéndose encima de ella, le alzo un poco las piernas y pude ver como la introducía su pene en la vagina, este por cierto no muy grande, se le veía entrar y salir brillante por los flujos vaginales de ella, termino de tumbarse por completo encima de ella, continuando su penetración, se besaban metiendo su lenguas en sus bocas, el enganchado a sus los pechos y ella agarrándole el culo ayudándole a follarla. Yo me aparte a un lado para ver la película en vivo que tenía enfrente, mientras me masturbaba. Continuaron follando, ella soltando gemidos apagados y el bufando. L a follaba con fuerza y sus grandes pechos, ahora sueltos  oscilaban de arriba abajo continuamente por los envites.

Pablo paro. Incorporándose de encima de ella, me agarro la polla con una mano y tirando de ella, me llevo hasta el coño de María y me dijo ahora tú. Yo comencé desquiciado a follarla y él se puso a mirar pajeandose. Estábamos los tres idos de lujuria, yo continuaba embistiéndola enérgicamente, metiéndosela hasta lo más hondo. Notaba su coño encharcado por completo, hasta se me salía la polla de vez en cuando de lo mojado que estaba.

La agarre, puse mis brazos por dentro de sus piernas, poniendo su culo en pompa y abriéndola al máximo, para llegarla hasta el fondo de su vagina, seguí penetrándola, Pablo le agarro su cabeza, se la levanto, la puso una almohada debajo y llevo su miembro hasta su boca, María giro su cara hacia él y empezó a chuparle la polla.  Yo desde mi posición podía ver como entraba y salía de su boca, le relamía con su lengua el capullo y volvía a metérsela para chuparla, mi amigo, pego su pelvis contra su cara y empezó a eyacular en su boca, pude ver la garganta de María como se movía tragando,  engullendo todo el semen que soltó la polla de Pablo en su boca.  Esto termino de romper de excitación mi cabeza y de un fuerte empujón me corrí en el fondo de su coño

Nos quedamos unos minutos desfallecidos los tres, entonces María se reincorporo de la cama, sentándose en el borde, Pablo la siguió, se puso de pie a su lado y  bajando su mano le agarro las tetas y continuo hacia abajo hasta su coño, le introdujo dos o tres dedos en su vagina, comentando mientras movía sus dedos por dentro de ella,  lo súper húmedo que lo tenía, que nunca había visto nada igual.  Yo le dije, que claro, entre mi corrida y sus jugos como iba a estar, saco sus dedos pringosos de su coño y nos los enseño. Le dije que se vistiera y se fuera a su cuarto que ella era muy tarde y su chica debía estar mosqueada por las horas que eran y el jaleo que habíamos montado, que seguro algo debió de oír.

Salió de nuestra habitación y a los pocos minutos regreso, llamo a nuestra puerta, le abrimos y como un poseso dijo que continuásemos, que le dejásemos metérsela por el culo mientras yo me la follaba, le cerramos la puerta y nos quedamos María y yo pensando en la que habíamos liado. Ya no volvimos a pensar en ninguna historia más con amigos.