Mi mujer adicta al sexo(3)
Siguen nuestras aventuras sexuales
Tras unos días en el camping nuestras vacaciones se acabaron, pero ya nada volvió ser igual mi mujer ya vivía en un estado de excitación continua pero ahora sus ganas me las había trasladado también a mí.
Había conseguido en el trabajo después de mucho negociar cambiar mis horas de trabajo del viernes por trabajar más de lunes a jueves, así en principio podrías hacer mas viajes los fines de semana para conocer a otras personas, aunque muy a menudo quedábamos con nuestros buenos amigos Marcos y Pili.
A mediados de semana recibimos una llamada de Marcos habían alquilado una casa rural en una ciudad cercana y les había fallado una pareja, y querían saber si nos apetecía ir. Se lo dije a Mónica y la cara se la iluminó, respondí a Marcos que si que iríamos un par de minutos más tarde me llego el enlace web de la casa rural.
Era preciosa en la parte de arriba tenia las habitaciones un total de cuatro, la parte de abajo tenía un salón cocina con amplios sofás y una televisión enorme. En el jardín de piedra había una piscina con media docena de hamacas y dos bancos de madera y una mesa bien grandes con una barbacoa.
Llego el tal esperado día y Marcos y Pili nos pasaron a buscar en su flamante coche, después de un viaje de un poco más de una hora llegamos a la casa, estaba en un pueblo muy tranquilo éramos los primeros en llegar allí nos esperaba el casero que después de darnos las llaves y explicarnos cómo funcionaba la fuente de la piscina se fue.
Una vez solos elegimos habitaciones todas eran muy parecidas excepto una que tenía un jacuzzi para dos personas, lo echamos a suertes y les toco a ellos para nuestra desgracia.
Después de deshacer las maletas y cargas bien la nevera de comida y bebida para estos tres días nos pusimos más cómodos para aprovechar el sol del verano. Ya nos encontrábamos los cuatro en la piscina por su puesto mi mujer era la más espectacular llevaba un diminuto traje de baño que apenas podía ocultar su enormes tetas firmes, Pili llevaba mas tela y aunque era gordita siempre estaba resultona, Marcos y yo íbamos con un bañador corto regalo de el camping.
En menos de una hora llegaron las otras dos parejas, José y Carmen tenían una edad cercana a la nuestra era una pareja guapa los dos rubios ella algo peor que el pero espectaculares ambos, y la otra pareja Reinaldo y Celia era cubanos pero ya llevaban muchos años en España el era feo, para que engañarnos era muy delgado pequeñito y con gafas ella en cambio era hermosa una latina de culo pomposa largo pelo negro y cuerpo de infarto con su andar derramaba sensualidad.
Marcos me pillo soltando una mueca al ver a Reinaldo y se me acerco y me dijo: Sera muy feo pero ya verás. Yo le mire con cara de duda creía saber a qué se refería.
Las dos parejas subieron arriba y se cambiaron y bajaron con nosotros a la piscina, las chicas estaban espectaculares Celia con su diminuto bañador como mi mujer dejando su majestuoso culo al descubierto y Carmen con un cuerpo delgado que dejaba ver algún que otro musculo. En cambio los dos hombres iban con bañadores largos que no dejaban apreciar nada.
Después de las presentaciones y algo de juego en la piscina a Marcos se le ocurrió jugar con las parejas cambiadas al vóley y quien perdiera se desnudaba, todos aceptamos estábamos encantados, a mi me toco con Carmen y a mi mujer con Reinaldo.
A los que no nos tocaba jugar estábamos en el bordo de la piscina tomando cervezas y riendo con cada acción, en el primer partido perdió José y Celia y fue él quien se desnudo, cuando se quito el bañador ya estaba empalmado lucia un pene semejante al mío blanco como la leche.
En el siguiente partido el mío, perdimos nosotros y yo me quite el bañador por amistad con mi amiga Pili a la cual me respondió con un beso en la boca.
Ya en los siguientes partidos fuimos perdiendo todos el bañador hasta el último partido que le toco a Reinaldo de allí salió algo inédito grandísimo, como alguien tan pequeño podía tener una polla tan grande (mas tarde nos reconoció que llegaba a chupársela). Se hizo el silencio todos estábamos mirando ese enorme pene venoso y grande con una cabeza que hablaba por sí sola. Entonces mire a Marcos y me lanzo la misma mueca que hice yo cuando vi a Reinaldo por primera vez.
Habíamos terminado de jugar y la hora de comer se aproximaba hoy tocaba parrilla y los hombres nos pusimos con la leña y el fuego hacer la comida mientras las mujeres ponían la mesa en el salón.
Mis nociones de barbacoa eran básicas asique todo el peso recayó sobre Marcos, la comida no tardo en salir una vez que habíamos hecho el fuego, todo estaba muy rico. La conversación en la comida fue distendida muy entretenida cada uno contando nuestros puntos de vista. Una vez que terminamos de comer, yo y José nos fuimos a echar una siesta mientras los demás jugaban a las cartas, a mí siempre me gusta dormir una siesta de 30-45 minutos me hace recuperar toda la energía.
Estaba en mi cuarto durmiendo y entro Pili venia seria y quería hablar conmigo, la pregunte si pasaba algo y ella me conto lo que pensaba. Me dijo que pensaba que mi mujer se estaba desenamorando de mi y que usaba esto en cierta manera para ponerme los cuernos, no me pillo de sorpresa porque en cierta medida yo también lo pensaba, pregunte a Pili que podía hacer yo al respecto y ella me dijo que lo que más le llamaría más la atención a ella para no querer perderte es ver como otras mujeres disfrutan sin parar contigo.
Yo entendí que iba el asunto y como si dos enamorados fuéramos nos dimos un beso con mucho cariño, yo me empecé animar y Pili me dijo que era mejor que paráramos, nos dimos de la mano y bajamos al salón que por los sonidos que oíamos la fiesta ya había empezado.
Abajo ya estaban todos mi mujer estaba chupándosela a Reinaldo y como me temía la polla no le entraba en la boca mientras Pili fue a comerle el coño a mi mujer que chorreaba fluidos, en el sofá estaba las otras dos mujeres tocándose las tetas mientras miraban la escena, yo me acerque a ella y sacando una sonrisa la pedí permiso para comer sus bonitos coños, ambas me agarraron de la mano para que me agachara.
Mi objetivo número uno era poner celosa a mi mujer y lamí esos coños con la mayor de mis ganas , las chicas me cogían de la cabeza y me agarraban con fuerza con cada gemido, me pase media hora lamiendo esos dos coños estaban muy cachondas Celia me levanto y con la cara de viciosa me dijo que nunca le había comida también el coño, al decir eso mi mujer lo escucho y giro la cabeza hacia nosotros, había conseguido mi objetivo pero aquí no iba a terminar el asunto quería mas, tenía a las dos mujeres entregadas a mi causa, me senté en el sofá y Celia se sentó encima empezó a cabalgar muy lento Carmen entre embestida y embestida aprovechaba para chupar su coño y el tronco de mi polla que sobresalía, me lo estaba pasando como fenomenal y haciendo memoria yo creo que era la vez que mejor me lo pase dos mujeres para mí y disfrutando.
Celia aumento el ritmo hasta correrse entonces dejo hueco a Carmen y cambiaron los papeles, yo ya estaba algo fatigado y aguante hasta que conseguí que se corriera Carmen, estábamos muy sudados y yo estaba a punto de correrme fue entonces cuando me pidieron que lo hiciera en sus tetas, saque la polla del coño de Carmen y lo puse entre las tetas de ambas, estaba tan cachondo que el semen salió disparado con tal potencia que le cayó a Celia en la mejilla una parte.
Ya había descargado y los tres estábamos agotados salimos fuera a la piscina allí estaban Marcos y José fumándose un puro metidos en el agua, nos duchamos y nos metimos en el agua para refrescarnos. El baño nos relajo después de tanta actividad.
Ese día siguió con normalidad pero cuando ya estaba en la cama con mi mujer durmiendo abrazados mi mujer me dijo algo que me encanto, Mónica me dijo que las chicas estaban encantadas conmigo y que las había hecho gemir como nunca.
CONTINUARA…