Mi mujer acepta el trabajo de relaciones públicas
Fui el fichaje "estrella" de la empresa, y necesitaban una relaciones públicas con un perfil que mi esposa encajaba perfectamente, o eso creía...
Acababa de ser fichado por la empresa que todos queríamos trabajar, la “Ferrari” del sector, el sueño de cualquier ejecutivo, a mis 48 años era un gran logro tener un puesto de tanta responsabilidad.
Lo que os voy a contar sucedió en el primer consejo de administración que asistí, después de debatir todos los puntos del orden del día, en los que por cierto hice varias intervenciones muy elogiadas por mi jefe, el Sr Marcelo, llegaron aquellos temas delicados que nunca se escriben en el orden del día ni aparecen en el acta, y después de hablar de varias cosas que por discreción no contaré, mi jefe dijo que sería importante contar con una chica que acompañara a los invitados de la empresa a cenar o de excursión pero que fuera de confianza y así intentar sacarles información, al parecer para estas cosas contaban con una agencia de relaciones públicas pero lo que él quería es una chica en plantilla que no solo les acompañara y les enseñara la ciudad, si no que fuera capaz de sacarles información de la que solo en momentos de distensión y delante de una bella mujer se da.
Tendría que ser una mujer madura, nada de chicas inexpertas, con buena presencia física, inteligente, a ser posible con estudios, que domine varios idiomas…..
Sara, mi mujer es exactamente el perfil que describía el Sr Marcelo, es abogada, trabajo que dejó cuando se quedó embarazada de nuestro primer hijo, domina francés e inglés y tiene lo que se llama “don de gentes”, además hacía pocos días me dijo que tenía ganas de volver a trabajar ya que nuestros chicos son mayorcitos.
Sin mencionar que se trataba de mi mujer dije que conocía a una mujer que cumplía lo que deseaba, El Sr Marcelo mostró gran interés, me hizo preguntas que intenté responder con la mejor publicidad de ella posible y al final me pidió que la convocara un par de días después.
Al acabar el consejo el Sr Marcelo me llamó a su despacho y me felicitó por mi actuación y me dijo que se alegraba de que el nuevo y joven fichaje resultara tan eficaz, cosa que me llenó de orgullo.
Llegué a casa y le expliqué a Sara como había ido todo y al final la propuesta de relaciones públicas, estaba encantada de haber conseguido la posibilidad de tener de nuevo un trabajo, ya se sabe que a cierta edad y después de haber abandonado el mercado laboral muchos años no es fácil conseguir trabajo.
El día acordado, hacia las 12 Sara se presentó en la oficina, aquella mañana había tenido que correr mucho ya que vi que había ido a la peluquería, su larga cabellera rubia estaba impecable, vestía un traje chaqueta con falda gris muy elegante, medias y zapatos de tacón acababan de perfilar un precioso cuerpo de una mujer madura y bella, tal como pedía el Sr Marcelo.
Nos fuimos al despacho del jefe, la secretaría nos dijo que nos esperáramos ya que tenía una reunión pero diez minutos más tarde salió a buscarnos, me gustó la manera de tratarme, sin duda le estaba cayendo bien a aquel hombre, nos hizo pasar a su despacho, a petición de mi jefe Sara le hizo una larga exposición de su currículum y los motivos por los que había dejado la vida laboral, en este punto el Sr Marcelo le preguntó si su marido sabía que estaba buscando trabajo (acordamos que no diríamos que somos pareja), ella le dijo que si con toda naturalidad y que lo aceptaba. Después el Sr Marcelo le explicó que quería exactamente, que, tal como he contado, se trataba de acompañar a clientes en su estada en la ciudad, llevarlos a cenar, pero especialmente sacarles la máxima información posible “por los medios que fuera necesario”, dijo textualmente.
Eso de “por los medios que fuera necesario” me asustó un poco pero como a Sara no, seguimos hablando, después mencionó el sueldo, cuando lo oí me quedé de piedra, resulta que estaba dispuesto a pagarle más que a mí por llevar a clientes a cenar !!!!!, ni que decir tiene que Sara estaba encantada, no sabía si entendió exactamente el significado de “por los medios que fuera necesario”, pero cuando dijo el sueldo yo si lo tuve claro.
El Sr Marcelo le dijo que por él podía considerarse contratada pero que le gustaría que se lo pensara bien, lo hablara con su marido y se volvieran a ver en un par de días, así que se despidió de mi mujer y cuando me disponía a acompañarla me pidió que me quedase para hablar de otros temas.
Sara se fue sin que pudiera saber su reacción, me quedé a solas con el Sr Marcelo que me dijo lo bien que le caía Sara y me agradecía la eficacia en encontrarla, yo, que seguía un poco mosqueado con lo de “por los medios que fuera necesario” le pregunté el significado exacto de la frase, él me dijo que Sara lo había entendido perfectamente y no se había asustado pero que debía entender que muchas veces para sacra información no basta con llevarlos a cenar, hace falta algo más y la mujer debe estar dispuesta a ello, de lo contrarío no servía.
Estaba impaciente por llegar a casa y hablarlo con mi mujer, y cuando al fin pasaron las horas y pudimos charlar, la inocente de Sara no había entendido este “detalle”, se enfurismó, lanzaba pestes de mi jefe y de la empresa, decía que si no fuera porque yo trabajaba allí ahora mismo iría y montaba un escándalo. Al final decidimos que lo mejor sería simplemente declinar la oferta y ya está.
Pero la noche siguiente, cuando los niños ya estaban en la cama me dijo:
- Le he estado dando vueltas a la oferta y realmente es mucho dinero
- Si lo es, pero significan más cosas
- Lo sé, pero tú sabes el dinero que ganaríamos entre los dos?, es casi una cantidad indecente.
- Ya, pero hay que hacer algunas cosas poco éticas para ganarlo
- No sé, quizás no sea tan malo
Comprenderéis mi extrañeza en este punto, le pregunté
- Estas pensando en aceptar?
- Nunca lo haría sin tu consentimiento
- Sabes que no me gustaría algunas de las facetas de este trabajo, ya me entiendes.
- Qué te parece si mañana vamos otra vez e intentamos aclarar estos puntos
- Como quieras, acabé diciéndole con resignación.
No estaba muy seguro de que Sara acabara entendiendo que lo que tendría que hacer es acostarse con tíos para sacarles información, yo creía que se lo había dejado muy claro pero me daba la sensación que no lo entendió, decidí que fuera el propio Sr Marcelo quien se lo explicara clarísimamente.
Así que al día siguiente se presentó a la hora acordada, nos recibió el Sr Marcelo, Sara le dijo que no había tomado la decisión todavía porque tenía dudas, en especial que significaba aquello de “por los medios que fuera necesario”
Mi jefe le dijo:
- Mire, usted es una mujer inteligente y sabe que a los hombres para sacarles información no basta con llevarlos a cenar o de paseo, algunas veces necesitan algo más, y si le pago tan bien es precisamente por este detalle.
- Vamos, que tendría que acostarme con ellos
- Quizás en algunos casos sea necesario, lo que busco es una mujer que por esto no eche al traste todo el trabajo, tiene que ser lo suficientemente liberada para hacerlo sin problemas si la situación lo requiere.
- Lo entiendo, pero comprenderá que es algo que debo pensarme más profundamente
- Lo supongo, he podido ver que es una mujer inteligente, tiene una conversación fácil y amable, un buen cuerpo, es justo lo que necesitamos, y si el problema es el dinero, no se preocupe, puedo mejorar la oferta
- Hasta que punto?, preguntó Sara
- La que sea necesaria
- Doblaría lo que hablamos?
Se lo pensó unos segundos y le dijo:
- Si me da la respuesta afirmativa rápida, si.
Aquello era ya un escándalo, mi mujer negociando el precio por el que se acostaría con otros hombres y mi jefe ofreciéndole un sueldo casi el triple que el mío, en mi interior estaba indignado pero no podía aparentarlo, Sara para mi jefe no era más que una mujer que conocía.
Al igual que en la otra reunión, El Sr Marcelo hizo que me quedara, me dijo que tenía la sensación que iba a aceptar el trabajo, yo le dije que creía todo lo contrario y su reacción fue inesperada, me dijo que yo sabía muy bien entender a la gente y que si opinaba esto tendría razón, POR LO QUE SI CONSEGUÍA QUE ACEPTARA, ME DOBLABA EL SUELDO!!!!!!!!!!!!.
Mentalmente hice la multiplicación y la suma con lo de Sara y si antes nuestro sueldo era un escándalo ahora resultaba inmoral, mi respuesta fue instantánea, ni yo me lo creía, “delo por hecho”.
Y cuando llegué a casa le conté todo lo que había pasado, Sara me dijo que estaba tentada en aceptar pero temía mi reacción, que si aceptaba yo intentaría por todos los medios acostarse con los mínimos hombres posibles y que siempre me lo contaría, me prometía que nunca disfrutaría con el sexo, que podía fingir, que si alguna cosa no quería que lo hiciera, no lo haría, vamos, que estaba intentando convencerme, y no sé si es que me empezaba a dar morbo que mi mujer se acostara con otros o la cantidad indecente de dinero lo cierto es que empecé a excitarme y en lugar de darle una respuesta me eché encima de ella, le arranqué la ropa y me la follé, ante la complaciente actitud de mi mujer que cuando acabamos me dijo:
- Entiendo que esto es un sí.
Al día siguiente volvimos al despacho del Sr Marcelo, Sara le dijo que había decidido que si pero con ciertos matices, el primero es que quería hacer aquello durante un tiempo, cinco años, pero tenía que hacerle un contrato blindado que garantizara que después continuaría teniendo el mismo sueldo haciendo labores de abogada en la empresa, aceptó, también exigió que la ropa la pagase la empresa y quedara de su propiedad, sin límite de presupuesto, también aceptó, otra cosa que pagaría la empresa es la peluquería y el salón de belleza y evidentemente todos los gastos de desplazamientos, habitaciones y dietas necesarios, incluso los gastos de farmacia (es decir, condones). Nos estrechamos la mano en señal de buena voluntad pero antes Sara dijo:
- He pensado que querría ver mi cuerpo, al fin y al cabo es parte de mis herramientas de trabajo y por lo que va a pagar tanto.
- Si lo desea, dijo, le molesta que esté el Sr José? (Este soy yo)
- No, por favor, de ninguna manera, que se quede.
Quedé tan asustado como sorprendido con la propuesta de mi mujer pero poco podía hacer, se levantó y se puso en medio del despacho, uno a uno fue desabrochando los botones del vestido, a medida que iban quedando libres pudimos ver el sujetador de encaje, después parte del tanga y las ligas, dejó que cayese al suelo para mostrarse con toda su esplendor solo en ropa interior blanca, se dio la vuelta para que la viéramos por los 360 grados, Sara puso los dedos en los corchetes y dejó que cayese el sujetador, las dos tetas firmes de mi esposa eran observadas con detenimiento y de cerca por mi jefe, después se sacó el tanga que estaba por encima las ligas y su recortado pubis quedó para ser observado con detenimiento, mientras, mi polla pugnaba por reventar los pantalones, mi mujer me excitaba con aquella actitud tan decidida mostrando lo que pocos hombres habían visto, que yo supiera, a parte del médico, solo yo y cuatro hombres más, que eran los hombres que la habían tenido en su cama antes de conocernos y Manolo, el marido de Blanca, su mejor amiga que ya os contaré que pasó.
Se dio la vuelta, se paseó desnuda, solo con liguero por el despacho del Sr Marcelo como si fuera una profesional para después coger la ropa y encerrarse en el lavabo del despacho y vestirse, no sabía que decir, mi jefe solo me dijo;
- Por lo que veo le ha gustado tanto como a mí, señalando mi paquete y riéndonos.
Salió Sara ya vestida, nos preguntó si nos había gustado, ambos dijimos que si, acabamos de fijar detalles, por ejemplo la disponibilidad, que informe tendría que hacer, si era necesario o no contar detalles íntimos (mi jefe insistió que si), firmó el contrato y se fue.
El Sr Marcelo me felicitó por la labor hecha y me fui a continuar con mi trabajo, claro que en mi mente solo tenía las imágenes de mi mujer desnudándose para mi jefe, y eso curiosamente me puso muy caliente.
En este momento quiero explicaros lo que antes había dejado colgado, que pasó con Manolo y Blanca, algo que ella llamó “desliz” pero que fueron unos cuernos bien puestos de mi mujer, que sepa, los únicos. Me entré un mes después por la indiscreción de Blanca, resulta que fueron las dos a cenar, bebieron mucho y decidieron continuar charlando en la casa de la amiga, lógicamente allí estaba Manolo, del que también me consideraba amigo, y “llevadas por la borrachera” acabaron haciendo un trío y Manolo se la folló sin condón por el coño e incluso por el culo, agujero que hasta entonces solo había entrado mi polla. Todo esto provocó una crisis en el matrimonio que al fin superamos con la promesa de poder hacer nosotros nuestro trío (la fantasía de mi vida) con Blanca, cosa que nunca se ha producido con excusas varias.
Continuando con la historia, cuando llegué a casa estaba increíblemente caliente, Sara se la veía muy contenta, me lanzó un guiño de complicidad pero no podíamos hacer ni comentar nada porque estaban los hijos, tuvimos que espera a la noche para descargara la tensión sexual en un maravilloso polvo.
Ya más calmados comentamos todo lo sucedido, le dije lo extrañado pero a la vez contento de que decidiera desnudarse para mi jefe, su respuesta era lógica, en definitiva era lo que pagaba, me dijo que cumpliría su promesa de solo sexo cuando fuera estrictamente necesario, que nunca disfrutaría con ello y que me lo contaría todo pero que tuviera muy claro que solo era un trabajo y que si bien ella se acostaría con otros hombres jamás me permitiría a mi hacerlo con otra mujer. También hablamos de si era conveniente o no que el jefe supiera que ella era mi mujer, me dijo que si era imprescindible habría que decírselo pero de momento no.
No entendía como aquello me excitaba tanto, un hombre que siempre fui muy celoso ahora aceptaba y disfrutaba de que mi mujer tuviera un trabajo en el que el sexo podía tener que practicarlo con otros, pero si las cosas eran así, que podía hacer?
Al día siguiente sería su primera jornada laboral, se levantó por lo menos una hora antes para estar impresionante y lo consiguió, llegamos separados para no dar pistas de nuestra relación, le asignaron un despacho y en un par de horas ya tenía una secretaría, tarjeta de crédito sin límites para que pudiera pagar los gastos y un plan de formación para que conociera la empresa, mi jefe le dio un mes para que se acostumbrara pero especialmente conociera la empresa.
La noticia del fichaje conmovió al personal, no sé cómo pero todos sabían que haría Sara y que armas tendría que utilizar, incluso corrieron leyendas urbanas como si era la amante del jefe o una prostituta de lujo reconvertida.
Durante este primer mes Sara llenó el armario de ropa, toda de marca y muy elegante, también se hizo con una extensa colección de lencería muy sugerente, se inscribió en un gimnasio…., llegó fin de mes y ambos cobramos lo pactado, una cantidad indecente de dinero.
Durante este tiempo el sexo ocupó una parte importante de nuestra vida, rememorando sensaciones casi olvidadas por la rutina, en realidad estaba deseando que empezara a trabajar en serio y ver qué pasaba al saber que se follaba a otros hombres.
Y al fin se acabó el proceso de formación, el Sr Marcelo le anunció la visita de un cliente importante, le llamó a su despacho junto con varios consejeros entre los cuales estaba yo y le dijo que tipo de información quería saber, Sara se lo apuntó todo sin dejar detalle con total profesionalidad, el cliente en cuestión estaría dos días en la empresa para negociar un importante contrato así que debería pasearle por la empresa y la ciudad dos días con sus correspondientes noches, cuando llegué a casa Sara estaba muy nerviosa, repasaba una y otra vez el armario para escoger la ropa, se probaba cosas, me pedía la opinión, era curioso que yo tuviera que aconsejar de ropa pensada para que la usara con otro hombre, y en medio de los nervios se dio cuenta de un detalle, no tenía condones, me pidió que me fuera a una farmacia a comprarlos, ya me veis a mi buscando una farmacia de guardia para comprar condones que mi mujer usaría seguramente el día siguiente con otro hombre.
Aquella noche creo que ninguno de los dos dormimos, oí cuando se levantó, se fue a la ducha y regresó desnuda, vi como si ponía el tanguita negro, como se abrochaba el sujetador, las ligas y las medias, cuando vio que no dormía se puso delante de mí y me dijo:
- Crees que le gustaré?
Tiré de ella para arrancarle aquella ropa y follármela sin pasión pero no me dejó, estaba en lo suyo, solo pude decirle:
- Si consigues que te vea así, lo demás va a salir rodado
- No lo dudes, si es necesario lo verá, y también podrá sacármelo, para esto me pagan.
Me dejó con la polla a tope, nos fuimos al trabajo, ella legó un poco antes y la encontré charlando ya con el cliente y el jefe, el ver al hombre supe que aquella noche se follaría a mi mujer, y no es que tenga un instinto especial pero sé perfectamente que los hombres que le atraen son los altos y fuertes y Juan lo era, ya veríamos si cumpliría las promesas.
Por la mañana casi no le vi, supe que Sara y mi jefe se lo habían llevado a comer y cuando regresaron vinieron a mi despacho, tuve que explicarle temas de mi departamento, Sara nos acompañó todo el rato y no sé si me ayudaba o me distraía, se sentaba en la mesa enseñando sus largas piernas, incluso llegué a verle el tanga, se estaba insinuando a Juan descaradamente y este estaba más pendiente de ella que por mis explicaciones, es curioso pasarte la tarde explicando cosas al tío que por la noche se follará a tu mujer.
Cuando se hizo tarde, mi mujer le dijo:
- Qué te parece si lo dejamos por hoy, te llevo al hotel y después nos vamos a cenar, conozco un restaurante precioso que te encantará
- Muy bien, cuantos seremos
- Solos tú y yo.
- Prefecto, le dijo con una sonrisa reveladora a la que ella respondió con una caída de ojos.
Sara se lo llevó, no la vería hasta que regresara a casa y no tenía dudas de que en aquel momento ya estuviera follada y bien follada por Juan. El estar en casa, preparar la cena para los chicos, llevarlos a la cama,… fue muy duro, por una parte porque sabía en cualquiera de aquellos momentos Sara podía estar con las piernas abiertas y la polla de Juan clavada en su interior, y eso, aparte de nervioso me ponía muy caliente y no daba pié con bola, incluso mis hijos lo notaron, y cuando la casa se quedó en silencio me senté en el sofá, estaba imaginándome las miles de situaciones que podían darse, la veía marreándose con él, con las piernas separadas y los dedos tocándole el coño, chupándole la polla, penetrándola al estilo perro, de cuatro patas gritándole a Juan que la follara más fuerte mientras gritaba de placer,….
Hacia las doce, sin noticias de mi mujer me fui a la cama sin poder conciliar el sueño y con la polla pugnando por salir del pijama, estuve tentado a masturbarme pero pensé que mejor esperarla con todas las fuerzas.
Pasadas ya las tres recibí un mensaje al móvil de mi jefe, decía:
- “Mañana reunión urgente 8 horas, Sara tiene información importante”
Al parecer mi mujer ya había informado de cosas a mi jefe y yo seguía sin saber nada, tardó un cuarto de hora en llegar, oí como se abría la puerta de casa, fui a esperarla, tenía una sonrisa reveladora pero no quiso explicarme nada hasta llegar a la habitación para que no nos oyeran los niños, cerró la puerta y me dijo:
- Si lo que quieres saber es si me ha follado, si, lo ha hecho, y ha valido la pena, tengo toda la información que necesitamos.
- Cuéntame
- La información?
- No, lo otro, ha sido difícil?
- Difícil?, lo he llevado al hotel y me ha pedido que subiera a la habitación, cuando se ha ido el botones se ha acercado a mí y me ha morreado, no paraba de besarme mientras iba desnudándome y metiéndome mano por todas partes, yo hacía lo mismo con él, le gustaron mis pezones, los sacó de la cazoleta del sujetador, te he de decirte que me los acariciaba y chupaba muy bien, cuando le saqué los calzoncillos tuve delante de mí lo que antes ya había intuido al palpar, tendrías que haber visto que polla tenía, era impresionante, todavía llevaba el tanga y el liguero y ya me he arrodillado para chupársela, casi no me entraba en la boca pero lo dejé, sabía que su se me corría me sería más difícil sacarle información pero él si me sacó las bragas y me chupó el coño my bien.
- Te corriste?
- No, estaba en nuestro trato y al verdad es que me costó aguantarme porque lo hacía de maravilla pero si lo fingí
- Sigue, le dije, ella veía mi polla dentro del pijama y después de una miradita y una sonrisa me dijo:
- Nos duchamos los dos juntos, bueno, nos magreábamos con jabón más que nada, me tocaba el clítoris mientras pellizcaba suavemente los pezones hasta que fingí un gran orgasmo
- Lo hacía bien?
- Ni lo dudes!!!!, sabe cómo tratar a una mujer, después nos vestimos, bueno, no me dejó poner bragas, nos fuimos a cenar, quiso salir del hotel abrazados, buscamos un taxi, por el camino me tocaba las piernas e incluso más arriba.
Sara siguió contando pero empezó a desnudarse cuando se sacó la blusa vi el sujetador que poco antes había sido desabrochado por Juan, sigamos:
- En el restaurante seguía metiéndome mano, le dejaba pero aprovechaba cualquier momento para sacarle información y el tío hablaba por los codos, cuando tenía los dedos en el coño no me negaba ninguna respuesta, por confidencial que fuera, también me preguntó si era casada, le dije que sí, claro que nunca le dije que eras mi marido, también le dije que nunca había hecho aquello pero él me cayó bien y por eso cedí, no lo engañé, realmente era la primera vez, dijo riendo , después de cenar regresamos al hotel, sin decirnos nada me tendió en la cama y me levantó la falda, antes de que me la clavara le entregué un condón que se lo puso y sin casi darme cuenta ya tenía aquella enorme polla en mi interior, como quedamos intenté no disfrutar pero lo que no pude evitar es tener el coño mojado, mientras me follaba nos fuimos desnudando acabando revolcados en la cama con todas las posiciones posibles, y no fueron pocas, el chico aguantaba como un campeón, quiso darme por los dos agujeros, antes de entrarme en el culo me daba miedo por lo grande que era pero poco a poco consiguió meterla toda.
Sara ya estaba completamente desnuda, cuando se sacó la falda vi que regresó sin el tanga, sigamos
- Lo disfrutaste?
- Lo que no pude evitar es que me gustara, el hombre lo hacía bien y para serte sincera me costó mucho no correrme
- Cuéntame, que pasó más
- Cuando ya lo vi muy cansado y después de varios orgasmos fingidos míos le dije si quería correrse dentro del coño o fuera, me dijo que su sueño era hacerlo dentro y sin condón pero le respondí que esto no sería posible, me dijo que debía prometerle que mañana, si firmaba el contrato me dejaría follar sin condón y correrse dentro, entendí esto como parte de mi trabajo y se lo prometí, saqué la polla del coño, le saqué el condón y me la tragué, le hice una buena mamada ya que se me corrió enseguida, me tragué la leche hasta dejarle la polla seca, y aquí me tienes, más caliente que una burra, me follas?
Y claro que me la follé, notaba su coño más amplio que nunca, tanto tiempo teniendo aquello tan gordo dentro tenía que notarse, ella estaba muy caliente y no paraba de jadear, cuando le inundé el coño de leche quiso que continuara con la mano, la boca, tragándome mi propia leche…., vamos, que me tuvo tres horas entre folladas y comidas, hizo que se me volviera a poner dura y acabé corriéndome en su boca, igual que había hecho unas horas antes Juan y que ella mientras saboreaba mi leche me recordaba.
Al fin pudimos dormirnos, a la mañana siguiente a las 8 estábamos en el despacho del jefe, Sara, muy profesionalmente nos explicó toda la información que le había sacado y era mucho más extensa de lo que necesitábamos para conseguir un gran contrato, lo sabíamos todo, ofertas que tenía, precios, a cuanto estaba dispuesto a llegar…., total, que tenía que ser fácil cerrar con él.
Cuando acabamos la reunión Sara tenía que irlo a recoger al hotel, tenía claro que no regresarían sin un polvo matinal, El Sr Marcelo le pidió que se quedara un momento, nos fuimos todos, pude ver como al cabo de diez minutos salía, se acercó a mi despacho, abrió la puerta y me dijo que iba a por Juan.
- Te lo follarás antes de venir?
- Seguramente, ya te lo contaré, me dijo con una reveladora sonrisa.
Y cogió el ascensor, sin duda ella también sabía que sería follada en poco rato y lejos de parecerle un problema le vi muy alegre.
Tardaron bastante en regresar, ya no había dudas, había sido follada. El firmar el contrato fue coser y cantar, para celebrarlo el Sr Marcelo nos invitó a comer a los que habíamos tenido algo que ver con el éxito pero Juan dijo que le excusáramos pero prefería irse al hotel y, si no nos sabía mal, que Sara la acompañara.
Estaba claro que lo que quería era cobrarse el premio lo antes posible, pude ver como se iban muy alegres, el Sr Marcelo nos llevó a un restaurante muy bueno y durante la comida no paraba de alabar las cualidades de mi mujer, uno de mis compañeros dijo:
- Esa chica sabe sacarle partido a su cuerpo
- Sin duda, después de la reunión me ha explicado cómo fue todo y supo exprimirlo con mucha habilidad, dijo riendo.
Volvimos a la empresa, no tenía noticias de Sara, llegué a casa, preparé la cena, cenamos y en la mitad de la cena llegó un mensaje al móvil, era de Sara y me decía:
- “Por favor déjame correrme, me está matando de placer y no puedo más”
Lo dudé un momento pero solo podía responderle una cosa:
- Claro que si cariño, disfrútalo mucho
Y no supe nada más, pasaban las horas lentamente, mi excitación era brutal pensando que Sara se estaba muriendo de placer en las manos de un hombre experto, fallando sin condón, llenándole todos los agujeros de leche sin compasión y con placer mutuo mientras yo, su marido, esperaba primero en el sofá y después en la cama su regreso para poder saber lo que había pasado y, cómo no, follármela.
Y tuve que esperar hasta las dos por lo menos, abrió la puerta, Sara estaba muy cansada, le pregunté cómo había ido, me dijo:
- No hemos hecho nada más que follar, pedimos comida al servicio de habitaciones, casi ni salimos, el tío es incansable y me ha dejado destrozada pero muy contenta, gracias por dejar que me corriera entre sus brazos.
- Cuéntame más, le dije
- Te haré un resumen porque necesito dormir, como ya suponías, después de firmar el contrato lo que quería era solo una cosa, regar mi coño, nos fuimos al hotel y como dos animales en celo nos arrancamos la ropa y sin ningún precalentamiento me clavó la polla, notaba su piel de la polla directa en la del coño, empecé a gozar como una loca pero no podía correrme, no sabes lo que me costaba no perder la concentración y resistirme al placer, y cuando descargó la leche, sus embestidas estuvieron a punto de no poderlo resistir pero pude aguantarme.
Sara se desnudó, bueno, poco trabajo tuvo ya que no llevaba nada de ropa interior
- Se la ha quedado, me ha dado 200 euros para que me compre otra
Siguió contando
- Teníamos hambre, llamó al servicio de habitaciones mientras me duchaba, comimos desnudos pero me di cuenta que estaba empalmado de nuevo, nos pasamos la tarde follando, era un campeón, me llenó el coño otra vez y después el culo, y no eran ni las cinco de la tarde, le propuse dar una vuelta por la ciudad, más que nada para que la conociera y así tomar un respiro, llamamos un taxi y lo cierto es que de pocas cosas se enteró ya que solo pensaba en meterme mano, incluso el taxista llegó a bromear con ello, al final estaba tan excitada que sin importarme que me viera el taxista le saqué la polla y se la chupé dando vueltas por las calles.
Se tendió a mi lado, su cuerpo mostraba algunos restos de la batalla sexual, algún chupetón e incluso rastros de leche.
- Volvimos al hotel, le propuse tomar un baño juntos, antes encargó la cena con lo que tenía claro que ya no saldríamos, se metió con migo dentro mientras me abrazaba, cuando llamaron a la puerta para la comida aproveché para mandarte el mensaje, necesitaba poderme correr en manos de aquel tío pero sin tu permiso no quería, oí como hablaba con el camarero, no sé qué le dijo pero se abrió la puerta del baño y entraron los dos, el chico me miraba con cara lasciva, me salí un poco del agua para que me viera mejor, Juan le dijo que ya había visto lo suficiente y se fue, en aquel momento ya tenía tu permiso y no podía esperar más, en la bañera hice que primero me comiera el coño, el primer orgasmo real tardó muy poco en llegar unido a varios más, después con la polla dentro fueron innumerables, vamos, que hemos estado follando hasta hace un cuarto de hora, y no he parado de córreme en por lo menos las últimas tres horas, me dijo con una sonrisa picante.
Loco de excitación me acerqué a ella con la sana intención de follármela, me dijo que no podía más, se dio la vuelta y se quedó dormida al instante, tuve que hacerme una paja para apaciguar la calentura.
Al día siguiente todo eran felicitaciones para Sara, su despacho apareció lleno de flores, el Sr Marcelo nos reunió a todos y se deshizo en elogios delante de todo el mundo, vamos, un éxito brutal. Sara, con cara de inocente dijo delante de todos:
- No sé cómo se lleva la contabilidad en esta empresa pero Juan se me ha quedado las bragas y el sujetador pero me ha dado 200 euros para pagarlos, como eran de la empresa, a quién tengo que entregarle el dinero?
La risa fue general, y este éxito duró los cinco años pactados más otros dos (de momento), mi mujer sigue ampliando el contrato “mientras el cuerpo aguante”, no lo necesita ya que si lo deja sigue cobrando lo mismo pero le ha cogido el gustillo al trabajo ( y a tirarse hombres distintos) y no quiere dejarlo.
Por lo demás, se ha convertido ya en algo normal, claro que ella ha aumentado la experiencia y esto no va nada mal en una pareja, en lo que respecta al trabajo, con algunos clientes se que lo pasa muy bien, es más, me consta que algunas de las visitas no obedecen a nada más que para follarse a mi mujer, con ellos hace de todo sin reservas, y algunas veces creo que se extralimita con quien tiene que sacar a cenar y demás ya que algún cargo poco relevante y sin poder de decisión de empresas clientes también ha acabado en su cama, curiosamente siempre tienen el perfil de hombres que le gustan, claro que también ha tenido que follarse a hombres que daban pena, pero es el trabajo, cosas buenas y malas.
Por otra parte, sigo sin el prometido trío con Blanca y sigue la amenaza de si se me ocurre follarme a otra mujer.
Evidentemente el Sr Marcelo sabe que es mi mujer, cuando acabamos confesándoselo nos dijo:
- Creéis que la contraté sin saber quién era?, lo sé desde el primer día.
Supongo que por este motivo no ha intentado follársela ni él ni ningún otro compañero que seguro también lo saben, Ah!, vivimos muy bien con nuestros dos salarios.