Mi morboso pintor-parte 3

Mi sexy pintor comenzaba a darle una vuelta diferente a mi vida, eras mas sexual y sensual.

Después de dos largas noche yendo a todos los lugares de arte que Marco conocía estaba súper agotada, llego un momento que pensé: Joder! Cuando se terminara las esculturas y pinturas de este país.

Marco lógicamente estaba disfrutando cada momento y yo, pues amaba cada minuto que pasaba con él. Aunque no puedo negar que me encantaba la arquitectura de aquí, estaba llena de vida, todos esos vitrales, columnas, arcos, bóvedas. Todo tenía un color diferente, el sol hacia que me enamorara del arte como si fuera el oxígeno que respiro, aunque Marco ponía todo más lindo, más ligero y encantador. Me explicaba todo con lujos de detalles y con esa pasión que llena un corazón.

En la 4ta noche, después de ver unas pinturas callejeras que el amaba, me comento que iríamos mas tarde a un bar con varios de sus mejores amigos. Por supuesto que quería presentármelos.

Caminamos a su casa, suerte que no estaba lejos, llegamos a su puerta y cuando la fue abrir, dejo la llave pegada, se volteo hacia mí, y con sus dedos acarició mi pómulo, fue bajando lentamente por mi mejilla, cruzo mi barbilla y estaciono en mi cuello. Segunda vez que la burbuja de privacidad se formaba. Sentía que solo él y yo vivíamos en este mundo.

Sostuvo mi mirada, me perdí y a la vez me encontré en el.

Me dijo:

-Eres la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida, estoy locamente...

Me beso,  fue profundo, estaba ardiendo, pero sentía en el mismo cielo.  Bajo su mano a mi seno, lo toco, siguió bajando, me agarro por la cadera y me pego a él. Parecía necesitado de mí, como si su vida de mí dependiera.

Me beso más apasionado, me comió, empujo su lengua en mi boca, hizo una fiesta en ella.

Se escucho un aclarado de garganta.

Mi burbuja de amor se exploto, el se despego de mi con delicadeza, no quería dejarme.

-Muy buenas noches Marco, chica de Marco.

-Buenas noches Don David. De qué color ve la noche?

-Pues de uno hermoso- Se rieron al mismo tiempo, tenían algún extraño chiste privado- que pasen una gran noche, adiós chica de Marco- traté de no fulminarlo con la mirada y ser cortés.

-Que la pase excelente usted también señor... David.

Cuando se fue el señor, Marco me miro, me regalo un beso rápido y abrió la puerta.

Espero que yo entrara para mirarme el trasero, me dio una palmada en las nalgas y cerró la puerta.

-Julieta te entraras a bañar verdad?

-Solo si tú me acompañas amor?

-Vete tu primero, tengo que atender un pequeño asunto y perdóname- me regalo un abrazo y se fue de la casa.

Me sorprendió bastante... Marcos atendiendo un asunto y sin decirme nada, tenía ganas de seguirlo, que pasaría si me lo encontrara teniendo sexo con otra mujer en un callejón oscuro o dejándose hacer una felación por una cualquiera que presta su boca; pero la verdad no quería sofocarlo, no soy de esas mujeres tan paranoicas. Simplemente decidí darle su espacio, confiaba en el.

Entre al baño, me cepille los dientes, estire los músculos y huesos a ver si se me quitaba la pereza, y comencé a desnudarme.

Me quite los zapatos, el sombrero y solté la trenza que tenía en el pelo (que por cierto estaba un poco despeinada). Solté uno a uno los botones de mi camisa, pase mi mano por mi pecho, tenía ganas de que lo besaran,

Me quite los vaqueros, y quede en bragas, sentía un poco de excitación, me quite la camisa, de paso el sostén; abrí la ducha, la puse a una temperatura media.

Tenía los senos al aire, y me prendía el vaivén de estos, eso me excitaba mas, comencé tocándome los pezones, los frote, al momento se pusieron duros, use las dos manos, era como un vicio, no dejaba de tocarlos, sentía necesidad de una boca, estaba mojando muchísimo.

Me quite las bragas, baje mi mano lentamente a mi clítoris, lo toque, estaba mojado, lo frote, quería seguir, me metí a la ducha, subí mi pierna izquierda a un muro bajito, y comencé a masturbarme.

Estaba gimiendo, me encantaba, no dure mucho hasta que entro Marco a la bañera, me atrapó en sus brazos, deje de masturbarme, y sentí su erección chocando con mi trasero.

-Mmm que rica te escuchas gimiendo- toco mis senos, comenzó a jugar con mis pezones y yo a gemir -me encanta esos soniditos de placer que brotan por tu boquita cuando estas excitas, admítelo amor mío: quieres mi pene dentro de ti.

Solo pude asentir e instintivamente alcé mas el culito, lo moví de arriba abajo para disfrutar un poco.

Eso prendió a Marco de una manera sorprendente, me subió el pie que había bajado del muro cuando el llego, y metió su mano en vulva, froto mi clítoris de una manera fascinante,  yo quería su boca, quería besarlo, voltee mi cabeza y él me beso.

El metía la lengua, mientras con mi mano agarre su pene y lo masajee.

Me puso frente a él, y  me pego de la pared, me beso de una manera acogedora, dominante, posesiva, me agarro con sus dos manos la cabeza, mientras con su cuerpo me apretaba más contra la pared.

Estábamos ardiendo, el agua se había enfriado y nos mojaba, lo pajee con una mano, mientras usaba la otra para atraerlo más a mí, a veces le arañaba la espalda.

Solté un gemido que prendió mas su morbo, tomo mi pierna izquierda, la subió y la convirtió en una cerradura para su cintura. Empujo su pene en mi vagina, lo entro con un poco de fuerza, tal vez mas de la normal, pero me encanto, clave mis uñas en su espalda, quería mas, lo bese, lo ame en ese momento, como si fuera el último momento de todos. Mi cadera no dejaba de moverse a su ritmo, estábamos mas sincronizados que el ballet Cascanueces, llegaba a mi orgasmo, gemía como loca, y ocurrió, explotamos los dos en el éxtasis de nuestro propio amor.

Fue más que delicioso, fue único. Tuvimos que respirar y descansar unos momentos. Acompasamos nuestra respiración, varios minutos, minutos en los que a veces lo besaba y el a mí. Siempre me mantenía agarrada, creo que él pensaba que me caería por el agotamiento del orgasmo, pero fue al revés, tuve que acunarlo varias veces para que mantuviera un poco el equilibrio.

Nos bañamos juntos, lo cual fue muy erótico y sensual. Cuando salimos me envolvió con la toalla como si fuera una bebe, y me dijo:

-te tengo una sorpresa- me tapó los ojos y me condujo hacia la habitación. Me destapó los ojos.

Encima de la cama se encontraba un vestido que daba por las rodillas, de tiros, con la falta ancha, el busto y cintura ceñidos al cuerpo. Era blanco con flores amarillas. El vestido era la pieza mejor confeccionada que había visto, era hermoso.

-Y este vestido? Es para mí? Me supongo que sí.

-claro, pruébatelo!

Me lo puse y lo modelé, tenía la boca abierta.

-No pensaba que te quedaría tan hermoso, por favor acéptalo como regalo.

-guao! Gracias de verdad. De donde lo sacaste?

-Es un regalo, no se dice. Ve termina de cambiarte, luego te cuento.

-Gracias, me ha encantado, me fascina mi vestido, es hermoso- le regale un beso.

Termine de cambiarme, me puse unas sandalias, y me maquille.

-Amor ven un momento- Fui.

Casi todo estaba oscuro, solo teníamos luz de 3 velas que el había puesto. -te ves más hermosa a esta luz, ven- me tendió su mano y con la otra encendió su radio.

La música era jazz, una de esas que lo inspiraban con saxofón, piano y violín (extraña combinación, pero era perfecta) muy relajante. Me pego de él, y comenzamos a bailar al ritmo de la música.

Fue un momento mágico, lleno de amor, un poco de chispas, nos besábamos de vez en cuando, pero no existía esa necesidad de comernos como antes.

-Julieta me encanta estar contigo.

La conversación solo llego hasta ahí, nos seguimos besando y tocando hasta que su teléfono celular interrumpió nuestro momento mágico.

Solo escuche la voz de un hombre, con gritos y risas, Marco de cuando en vez se reía y decía que íbamos de camino.

Nos fuimos al bar en su coche, me dijo que este quedaba a unos 20 minutos. Hablamos de cosas insignificantes: de las pinturas de hoy, del calor que hacía, de la luna llena, hasta que de buena a primera le dije:

-Esa música que bailamos es excelente, me gusto muchísimo.

-A mi también me gusta, fue hecha por mis amigos, los que veremos ahora.

-Que!!!! Por qué no me dijiste antes?

-Bueno, que se yo, no es tan importante.

-Si es importante, lo que pasa es que estás loco, jajajaja. Por cierto donde conseguiste este vestido?

-Pues era de mi madre, y me lo dejo, me dijo que se lo dejaba a su nieta, pero agrego que yo podía dárselo a la mujer que mas me importará.

-eso quiere decir.....

-Sí, eres la mujer más importante para mí.

Después de esa confesión fue muy difícil para mí decir todo lo que sentía, quería explicarle que para mí él era el hombre más importante también, pero que al final tenía que irme de su lado, de que tenía miedo de todo. Estaba asustada porque hace más de 3 años que nadie me quería como él lo hacía, y trataba con todo mi corazón de no dañar por nada del mundo este momento con él.

Después de varios minutos inmersa en mis pensamientos, sentimientos y moral decidí romper el hielo.

-Sabes Marcos, nunca me he sentido tan enamorada con una persona, estoy a tu lado y soy feliz, soy diferente, sé que no tenemos cosas en común, siento que a veces quiero matarte, pero la verdad es que el amor que me regalas siempre hace que tus defectos se vuelvan nada, no se creo que estoy enamorada de ti- Se lo dije, estaba nerviosa, pero solté algo muy importante para mí.

Espere, no se a que, creo que espere a que reaccionara, a que dijera algo, a que llegáramos, a que me besara, no se a que, solo sentía que debía esperar.

Sonrió, eso me dio a ver que la respuesta que le daba le encantaba. Llegamos al bar, aparcó en el primer estacionamiento más cerca, se quito el cinturón de seguridad, hice lo mismo, el puso el seguro a las puertas, me agarro por la codo, y me halo hacia él.

Me subí en sus piernas, el movió su asiento para atrás para que yo tuviera mejor comodidad entre él y el volante, y me beso.

Fue más que apasionado, tenía una necesidad de mí, me tomo de la cara y seguía besándome.

-Quiero hacer el amor contigo ahora- me dijo jadeando, yo estaba caliente, le abrí el pantalón y saque su miembro. Lo comencé a masturbar, ya se estaba poniendo duro, el bajo los tiros de mi vestido y dejo al aire un seno, lo beso, lo chupo, se lo metió en la boca; yo por otra parte jadeaba, eche mi braga hacia un lado, y me senté encima de él.

Los dos soltamos un jadeo sonoro, lo hicimos, el me movía a un ritmo rápido pero delicioso, era delicado. Estaba tan nerviosa, excitada y con un morbo a mil. Tenía un poco de miedo por si nos encontraban, ya estábamos en el lugar.

-Lo tienes bien estrecho! Uff! Me encanta, esta calentito y húmedo.

-A mí también me encanta, ahhh, casi me vengo.

Me corrí, fue rápido, y mis contracciones ayudaron a Marco a venirse, me lleno completa. Me dio un beso de gracias, no sé porque pero a veces me besaba como si fuera la última vez que lo fuera hacer. En ese momento sonó su celular, se escuchaba a uno de sus amigos reprochándole la tardanza Marco se rio bajito y le dijo:

-Ya estamos aquí, tranquilo.

-Marco deja de estar follando en el parqueo- Marco abrió los ojos de par en par, y soltó una carcajada, yo me quede sorprendida, y sonríe, tenía una vergüenza extrema.

Colgaron, se arreglo, yo ya estaba limpia y acomodada, salimos del carro, me regalo un beso, abrió la puerta del bar y entramos.

El bar era sencillo, muy acogedor, había varios grupos de personas teniendo tertulias sin mucho sentido. Marco me tenía agarrada de la mano.

Un hombre de un grupo de 6 personas nos saludo, estaban en una esquina en el bar. Nos acercamos. Yo estaba sonriendo de oreja a oreja, trataba de calmar el nerviosismo, nos acercamos a la mesa. Saludamos y Marco me presento como su novia, abrieron espacio, Marco tomo dos sillas de una mesa vacía, las acomodo y nos sentamos.

-Marco! Qué buena mulata te acabas de follar- Dijo el rubio alto se llamaba Luis.

-Callate Luis no seas tan mamon- Marco le respondió, yo simplemente me rei.

Los 6 amigos de Marco eran muy divertidos, igual de locos, tenían una banda, eran los que tocaron la canción que bailamos. Luis era el pianista, un rubio alto, fortachón, con cara de loco.

El otro era Michael, el violinista, este era falco, pelo negro, y mas tímido que el otro. Había uno llamado Pablo, que no recuerdo que hacía, solo sé que era bajito, pero muy simpático. Estaba Alex y Walter ellos eran hermanos, y por ultimo Rosa, una nena muy linda, novia de Walter.

La pase muy bien, eran muy simpáticos y acogedores. Después de dos horas de haber llagados sonó el celular de Marco, cuando vio el numero la cara era de incomodidad, pidió permiso y salió; tal vez el ruido o puede ser que él no quería que yo escuchara la conversación.

Cinco minutos luego se sentó a mi lado, me dio un beso en la mejilla.

-¿Quién era?- puse un tono como si no me importara la cosa.

-No te preocupes- trato de proporcionarme calma- te cuento luego.

Opiniones

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