Mi mochila y Santa Claus
Sentado en las piernas de Santa Claus pedí un juguete de carne, pero sin hueso.
Siempre he pensado que el viejo gordo de Santa Claus o Papa Noel con su traje rojo y blanco y sus botas negras es un buen emblema de la navidad para los que nos gusta mamar verga o que nos la mamen y para los que nos gusta coger el culo de alguien o ser cogidos por alguien.
Dejenme explicarles.
Hace unas dos o tres navidades caminaba enmedio de la multitud propia de estos dias congestionados por uno de los centros comerciales de mi ciudad. Acababa de salir de un cine porno donde mi verga se habia calentado sin tener alguien con quien desahogarme. Como siempre mi ahora ya algo vieja mochila negra estaba conmigo mientras deambula sin rumbo fijo por aquel lugar. Me detuve en un restaurante de comida rapida para comer una hamburgesa. Mientras estaba haciendo la fila para comprar vi que al otro lado del pasillo un Santa Claus no tan gordo, pero con una barba blanca y con el tradicional traje rojo bajaba de una tarima y estiraba sus brazos y piernas. Por alguna razon no pude quitarle la vista. El Santa Claus se fue detras de la decoracion de navidad. Vi como se quitaba el traje y su panza artificial. Todos sabemos que el color rojo excita mas que ningun otro, asi que pense que aquella era la razon por la cual estaba tan excitado de ver a aquel hombre quitarse el traje. Me olvide de la hamburgesa y armandome de valor camine hasta donde el estaba. Se quitaba su barba blanca dejando ver un rostro blanco, con un bigote espeso, y de una apariencia juvenil pero seguramente llegaba a sus 45.
"Termino la jornada?"- le pregunte mientras observaba su pecho amplio con una que otra cana mientras solo se quedaba en camiseta.
"Finalmente"- dijo con un suspiro mientras me observaba con curiosidad.
"Te puedo invitar a una soda? Cafe?"- dije. Me escuchaba y no podia creer que estaba diciendo semejante estupidez atrevida.
"Soda estara bien..."- me dijo el luego de un silencio de unos cuantos segundos. Se puso su camisa y me continuo viendo con aun mas curiosidad -"Vienes de estudiar?"- me pregunto notando mi mochila.
"No. Tengo que ir a la universidad, pero no tengo ganas..."- con esa frase le queria gritar: "Quiero conocerte mejor!"
"Como te llamas?"
Le conteste. El se presento como Carlos. Caminamos hasta el mismo restaurante de comida rapida y compre dos Pepsi. Nos sentamos y comenzamos a platicar. Me dijo que el hacia esto todas las navidades desde hacia algun tiempo. Mientras lo escuchaba no podia quitar mi vista de aquel rostro maduro, pero no viejo y de aquellos brazos que comenzaban a poblarse de canas. El sabia que era lo que yo queria y jugaba a indirectas conmigo. Seguramente con la diferencia de edad, yo tenia unos 29 quiza, el me llevaba ventaja en esa situacion. Finalmente me dijo que por que no nos ibamos a un lugar mas "privado". Le pregunte a donde, pues no lo queria llevar de primas a primeras a mi apartamento, por aquello de la seguridad de la que tanto hablan.
"Crees que vale la pena que vayamos a un motel?"- la verdad es que era la primera vez en tanto tiempo que alguien me invitaba a un motel asi que nerviosamente vi hacia el techo y conteste con un si no muy convencedor. Pero el deseo pudo mas que el pudor y una media hora despues ingresabamos a un motel en la zona vieja de la ciudad. La verdad que la habitacion estaba mas limpia de lo que yo me lo imaginaba.
"Puedes ponerte el traje?"- le pregunte mientras dejaba mi mochila en una vieja silla de madera al lado de la cama. Carlos se dio media vuelta.
"El traje de Santa Claus?"- me pregunto mientras sonreia. Solo le devolvi la sonrisa y el se quito la camisa, la doblo y luego saco el traje rojo de su maletin.
El color rojo y el satin de aquel traje que tantas veces habia visto en postales y afiches hizo que esta vez mi verga se volviera loca y yo con ella.
"Por que no te sientas aqui?"- le pregunte quitando mi mochila de la silla.
Carlos se acerco con una sonrisa aun mas amplia en su rostro blanco y se sento. Yo me puse delante de el.
"Quieres pedirme un deseo?"- me pregunto mientras me tomaba de la mano y me acercaba a el.
"Si, he sido un buen chico"- le conteste manteniendo mi sonrisa de picardia. Al sentarme en sus piernas senti como su bulto estaba ya duro como la roca de Gibraltar, e igual de parada.
"Entonces, cual es el deseo?"
"Tener este juguete en mi boca"- le conteste mientras apretaba su bulto que ya se dibujaba debajo del pantalon rojo.
"Solo alli?"- me pregunto acercando su boca a la mia. No le pude contestar pues nos dimos un beso lleno de fuego mientras yo no le soltaba el bulto y mas bien trataba de bajarle el pantalon para sacarlo de su encierro.
Carlos era un excelente besador y muy probablemente la experiencia le estaba ayudando. Mientras su lengua jugaba con la mia, sus manos jugaban con mi pecho y mis nalgas que sobresalian en sus piernas.
"Sos una putita rica. Este culito esta paradito, durito"- aunque nunca me habia considerado la parte pasiva en una relacion, estar sentado en las piernas de papa Noel me habia hecho sentir realmente como una mujercita.
Carlos me quito la camisa y me comenzo a besar el pecho deteniendose en mis tetillas erectas, jugando con mis vellos mientras yo le sacaba su verga, una preciosidad gruesa, ancha, blanca, casi rosada y que seguramente tenia bastante kilometraje de uso. Le toque los huevos peludos haciendo que se revolviera de placer casi botandome al suelo. Igual, me levante y me quite el pantalon quedandome en tanga. Me arodille frente a el y me coloque su verga en mi boca. La lami lentamente lubricandole el glande con mi saliva mientras con mi mano le sobaba las piernas por debajo del pantalon holgado sintiendo sus vellos arriba de esos musculos bien cuidados. Mis labios dieron paso a mi garganta que se trago una y otra vez aquellos 18 cms de carne de macho. Hasta mi higado gozaba por el placer que aquella verga me proporcionaba.
"Mi putita, que rica estas..."- me decia Carlos mientras abria y cerraba instintivamente sus ojos.
Me detuve para quitarme mi tanga.
"Esperate, te la voy a quitar yo"- me dijo el. Con ambas manos hizo que me acercara a el. Por la altura, mi cintura quedo frente a su boca y con esta me tomo la tanga bajandola solo con sus dientes. De vez en cuando se detenia y me daba una lamida en mis piernas -"Te voy a hacer mia puta..."
Y asi fue. Cuando termino de bajarme la tanga se paro, me dio media vuelta mientras mis manos se apoyaban en la silla. Me abrio el culo e introdujo su lengua en mi orto jugando apasionadamente con el. Yo sentia que la lascivia estaba explotando en mi.
"Cogeme! Atravesame con ese palo!"- hasta yo me asuste al escuchar mi pedido, pero no me importaba en aquel momento.
Carlos me tiro literalmente sobre la cama abriendo mis piernas en forma de 'V' y continuo lamiendome el culo lubricandolo aun mas mientras tambien lubricaba mi deseo por tener aquella verga dentro de mi. Luego de un par de minutos se puso frente a mi con su mastil a escasos milimetros de mi agujero. Senti como la cabeza intentaba entrar, y por un momento dude de la situacion en la que me encontraba, pero ya no era tiempo de echarse atras. Recorde las palabras de un familiar: "ahora se aguanta, como machito".
La verga de Carlos entro poco a poco en mi orto abriendome los intestinos a su maxima expresion. El dolor inicial fue cambiado por un placer enorme.
"Asi te gusta? Asi lo queres mamita?"- me decia mientras su sudor bajaba por el pecho y llegaba hasta su verga. Era tan rico tener aquel pedazo de carne dentro de mi que yo le pedia que siguiera.
"Segui, segui, segui!"
El me cogio con todas sus fuerzas por unos 15 minutos sin parar, yo sentia que el culo se me habia hinchado tanto que el obelisto de Buenos Aires podria entrar por alli sin ninguna dificultad. Me vine sin ni siquiera tocar mi verga o sin que Carlos me la tocara. Y el termino encima de mi pecho expulsando tremendas cantidades de semen que me llegaron hasta el cuello. Los dos quedamos con movimientos espasmodicos por un par de minutos mientras nos besabamos en nuestro extasis.
"Que rico..."- le dije al oido mientras bajaba mis piernas y trataba de no pensar en el gran hoyo que sentia en mi culo abierto.
"Estas sabroso"- me dijo el mientras sentia como su semen sobre mi pecho se pegaba a el que me besaba una y otra vez.
"Ahora si voy a pasar una blanca navidad"- le dije viendo su semen y el mio sobre mi cuerpo. El se echo a reir. Al verlo gozar tanto supe que aquella relacion, probablemente no terminaria alli.
"Sabes que?"- parecia que me estaba leyendo la mente -"Tienes tiempo?"
Le conteste que si.
"Por que no nos damos una ducha...y luego...me coges tu a mi?"- el sentir aquel cuerpo tan cerca del mio era como una droga de la cual no me queria separar.
"Sabes algo?"- fue mi respuesta -"Quisiera pasar contigo mas tiempo".
"El sentimiento es mutuo"- me contesto mientras volvia besarme.
Las semanas antes de la navidad nos veiamos por lo menos una vez en aquel motel. Por algun motivo nunca lo lleve a mi apartamento y nunca conoci su lugar.
Pero hoy cada vez que veo a Santa Claus pienso en aquel que me hizo gozar tanto y al cual hice gozar tanto.
Escribeme a: yodiego007@yahoo.com