Mi mejor experiencia bisex

Como consigo realizar mi fantasía de ser la "putita" de un maduro.

Después de leer muchos relatos, me he animado a escribir mi mejor experiencia como bisexual.

En primer lugar me presento, soy un chico de 32 años, de Alicante-España, casado desde hace 4 años y bisexual desde hace unos ocho años mas o menos, aunque las experiencias que he tenido han sido muy pocas, prácticamente me he limitado a chatear en los chats y leer relatos en internet.

Como ya he dicho antes, he tenido varias experiencias, pero sin lugar a duda la mejor ha sido la última, y por eso me he decidido a contarla.

Como a muchos de vosotros mi mayor fantasía era el ser tratada como una putita por un hombre guapo y viril que me haga ver el cielo. Así que chateando y chateando di con un hombre de 46 años al que llamaremos Alberto.

Yo buscaba a un hombre activo al mismo tiempo que me identificaba como pasivo, y Alberto era mi hombre. Estuvimos hablando, le dije que buscaba a alguien para tener sexo esporádico y discreto con alguien que buscara lo mismo, me dijo que él también estaba casado y por lo tanto también buscaba discreción y a alguien para tener sexo seguro, no quería estar cambiando continuamente de pareja.

Él se declaraba activo, le gustaba besar, tocar, que se la mamaran y si terciaba, pues follarse un buen culito. Entonces le dije que la persona que buscaba era yo, pues a mi lo que me gustaba era besar, mamar (lo que mas) y también me gusta que me follen, aunque solo lo habían hecho en un par de ocasiones y la verdad es que me había dolido, pero como buena putita que soy, me gusta excitar y ser penetrada.

Le comenté que me excitaba mucho la idea de sentirme la putita de alguien, de que me trataran como a una puta, exhibirme, que me azotaran, que me forzaran, incluso el sado me llegaba a excitar, y todo esto a Alberto le gustó mucho, me preguntó que si me abriría toda para él, que si me pondría en cualquier postura, y le dije que sí, que sería su putita, su esclava.

Así que nos dimos el msn para vernos, aunque no mostramos las caras, nos mostramos los cuerpos desnudos, y me pareció un cuarentón con un buen cuerpo, no muy velludo, 1,80, unos 100kg, y una herramienta de unos 20cm.

Yo le mostré mi cuerpo, en especial mi culito, el cual ponía a su disposición.

Después de varios días chateando, decidimos quedar para conocernos en persona. Quedamos en un bar en el centro de Alicante, a las 21:00.

Yo llegué primero y le esperé tomando una cerveza, a los 10 min. Llegó el, tal y como lo había visto por msn, alto, buen cuerpo, pelo corto.

Tomamos unas cervezas, comenzamos hablando sobre el local y después de dos cervezas ya estábamos hablando de cuanto nos gustábamos.

Decidimos dejarlo ahí por la hora y quedar para otro día, así que quedamos para el siguiente sábado.

El sábado decidí arreglarme un poco para gustarle a mi “amante”, me recorté los pelos del pubis, axilas, me eché crema para tener la piel bien suave y para sorprenderle me puse un tanga de mi mujer, que aunque me estaba un poco apretadito, creo que le iba a gustar mucho, y me llevé una muestra de perfume de mujer de las que tiene mi mujer en su bolsa de aseo el cual me lo echaría llegado el momento adecuado.

Una vez en el pub en el que habíamos quedado, volví a llegar yo primero, y esperé a mi “amante” tomando una copa, algo nervioso pensando en lo que podría pasar esa noche.

A los 5 min. Allí estaba él, nos saludamos y tomamos unas copas para ir relajándonos, la conversación pasó de hablar del trabajo y de como había ido la semana, a contarnos con quien habíamos chateado, hablado y lo que habíamos hecho por internet.

Entonces creí que había llegado el momento de dar un pasito más, así que fuí al servicio y me puse unas gotas del perfume de mujer, al pasar entre la gente ya notaba las miradas extrañas, excitadas e incluso una risilla, hasta llegar a mi pareja, al que me acerqué a posta al llegar para decirle que ya estaba allí, y mantenerme a esa escasa distancia de él el tiempo necesario para que notara el perfume y comprendiera el paso que acababa de dar. Se me acercó al oído y me dijo que olía muy bien, y que si quería que fuéramos a otro sitio, que ese estaba muy lleno. A lo que yo accedí encantado.

Al salir fuera le pregunté acercándome a él, y susurrándole al oído que a donde me iba a llevar, el me miró y me dijo que le gustaría llevarme al cielo a lo que yo le respondí que estaría dispuesta a ir con él.

Me cogió del brazo y me llevó hasta su coche, y nos dirigimos a un hotel a las afueras de la ciudad, después de pasar el mal trago de la recepción, entramos en la habitación, estaba muy bien amueblada, y tenía baño propio, mas no nos hacía falta.

Albertó me miró y me dijo que esa noche yo sería su putita, a lo que yo accedí encantada.

Me dijo que me llamaría Alicia, y que yo se llamaría a el “papito”.

Entonces le dije que iva a pasar a el baño a refrescarme un poco, y el asintió. Entré en el baño, me di una ducha cuando Alberto pasó al baño, me dijo que quería ver que hacía, yo le sonreí y seguí enjabonandome todo mi cuerpo muy lentamente, al llegar a mi ano me giré poniéndoselo de frente y me introducí un dedo para lubricar un poco mi ano e ir dilatándolo, después de varios mete saca, me introduje otro dedo, notando como mi pene se iba poniendo a tono.

Alberto se levantó y comenzó a acariciar mis nalgas, pasando sus dedos entre ellas hasta llegar a los testículos y volver hacia atrás. Después de varias pasadas un dedo suyo se posó en la entrada de mi ano y lentamente pero sin parar se introdujo hasta el final, notando sus nudillos apretando mis nalgas. Entonces le pedí que lo sacara y esperara fuera, pues tenía que prepararme y el tendría toda la noche para usarme a su antojo.

El sacó su dedo muy lentamente y luego salió del baño, yo me enjuagué y me sequé, me puse una camiseta y el tanguita de mi mujer y de esa guisa salí del baño en busca de mi amo.

El se quedó embobado y me dijo que me girara, y yo lo hice muy lentamente, el me dijo que parecia una putita de verdad, y que esa noche iva a ver lo que era bueno. Me pidió que diera una vueltas delante de él mientras el se acariciaba su paquete que se iva notando que crecía de tamaño a juzgar por el bulto del pantalón.

Entonces me dijo que me acercara a el, pues había desfilado muy mal, y me hizo tumbarme sobre sus rodillas, dejando mi culo a su entera disposición, de pronto un plafff inundó la habitación y un dolor intenso llegó a mi nalga drch. Me sorprendió a la vez que me excitó, y de pronto noté un dolor semejante en la nalga izq. El me decía que era una mala puta, y que tendría que azotarme para que aprendiera. Yo asentí mientras me quejaba a cada nalgada recibida. Después de 5 azotes en cada nalga me dijo que volviera a desfilar, pero esta vez con mas interés.

Me volví a poner de pie y comencé a desfilar, notando un intenso calor en mis nalgas, mostrándome muy femenina y sensual.

Cuando había realizado varios pases, me dijo que esta vez si lo había hecho bien, así que tenía un premio para mí, me acerqué a él y cogiéndome por las muñecas tiró de mi hacia abajo para que me pusiera de rodillas, quedándome frente a su pene. Me dijo que esa piruleta era mi premio. Así que le desabroché los pantalones, se los bajé con su ayuda y noté ese gran bulto en su calzoncillo. Comencé a sobarlo por encima del calzoncillo hasta que una enorme cabezota rosa asomó por la goma. Retiré su calzoncillo y comencé a lamer lentamente la cabezota de aquel pene, mientras levantaba la vista para ver su cara de placer y el pudiera ver mi cara de putita disfrutando de aquel manjar que tanto había esperado.

Al poco tiempo de estar disfrutando de esa mamada me retiró del pelo y me dijo que quería ver como movía el culo mientras andaba a cuatro patas y yo dejando de disfrutar de esa piruleta, comencé a caminar a cuatro patas mientras movía mi trasero de una manera exagerada y sugerente. Alberto mi indicó que le siguiera y salió de la habitación hasta llegar a su dormitorio, una vez allí, me dijo que me tumbara en la cama. Me vendó los ojos, me ató los pies a los extremos de la cama y se tumbó encima mía, pasándome su pene por mis nalgas, luego lo pasó varias veces por mi ano, poniéndome a mil. Cogió un bote de crema que tenía en la mesita y me untó el ano de crema, luego se puso un poco en el capullo y puso este en mi ano, se tumbó sobre mi y poco a poco fue presionando, abriéndose camino en mi interior. Yo sentía un dolor intenso al mismo tiempo que un gran placer, hasta que noté sus testículos en mis nalgas, le pedí que se detuviera unos segundos para que se me pasara el dolor, y luego comenzó a moverse lentamente mientras que me decía que era su putita preferida y que me iba a follar hasta destrozarme el culito. Poco a poco fue aumentando la intensidad de sus embestidas que me comenzaron a hacer daño, pero al mismo tiempo que daba un gusto enorme al igual que me excitaba la idea de estar siendo follada como a una putita. Después de estar así durante unos min. Se paró, me soltó las piernas y me ayudó a levantarme de la cama, sintiendo mi culo dolorido cuando sacó su pene, me apoyo sobre la pared, me sujetó por las caderas, puso mi pie derecho encima de una silla, y volví a sentir su capullo en mi ano, solo que esta vez me la introdujo de golpe y comenzó a follarme a gran velocidad, haciéndome ver las estrellas, de vez en cuando me daba unas nalgadas mientras me decía que era su putita.

Cuando iba a terminar, me la sacó del culo y me presionó sobre los hombros para que me agachara, me puse de rodillas y abrí mi boca a tope para que descargara en mi boca se leche caliente. Enseguida noté un chorro de semen que entró hasta el fondo de mi boca, y enseguida otro, y luego otro. Los fui recogiendo todos y los mantenía en mi boca, abierta para que no se escapara ni un chorro, cuando hubo parado, le mostré su leche en mi boca y me tragué todo su semen, que sensación mas rara, era el último paso para ser toda una putita.

Ese fue el mejor día hasta ese momento de mi vida, espero que a partir de ahora vengan muchos mas.

Espero les haya gustado mi experiencia, espero sus comentarios.