Mi mejor amigo y su entrenador

Relato de la relación intima que nace entre mi mejor amigo Ricardo y su entrenador de basquetball.

Entrenando con el profesor de básquet

Hola soy habela y esta es la historia de la relación intima entre Ricardo mi mejor amigo y su entrenador de basketball.

Ricardo tenía 15 años y cursaba el 4to grado de Secundaria, en un colegio mixto parroquial, é había practicado en una academia de básquet durante las vacaciones y su deseo era pertenecer al equipo de básquet de su colegio, las pruebas para ingresar al equipo fueron un Sábado por la mañana con el entrenador de la selección del colegio, el se presento como muchos otros pero estaba muy nervioso, de solo ver a los otros muchachos, tenían aptitudes, altos delgados ágiles, la duda recorrió su mente,

-no tengo oportunidad dijo- él era de contextura media practicaba pesas y atletismo tiene las piernas gruesas, es lampiño, mide un metro setenta de estatura usa el pelo corto tiene buena figura, luego de haber concluido las pruebas leyeron los nombres de los escogidos y su sorpresa fue tal al escuchar su nombre que no paró de saltar de alegría, el entrenador los llamo, para darnos indicaciones, el era un hombre de 60 años, blanco alto contextura media, de esos señores de antaño que usan colonia con olor a cuero y toman Güisqui, blanco y con cara de bonachón y una mirada dominante..

Les dijo que las prácticas empezaban el siguiente Lunes y que durmieran bien.

Durante toda la semana practicamos y para estrenarnos jugamos un partido amistoso con otro equipo, el Viernes de esa semana;

Luego del partido se dirigieron a celebrar con el Entrenador, a un Snack eran como diez integrantes del equipo, luego del snack el profesor nos invito a los nuevos integrantes a su casa que quedaba cerca del colegio, no tuvimos reparo en ir, eran como las dos de la tarde, nos invito gaseosas y sándwich, uno tras otro se fueron yendo, y me quede solo con el conversando de estrategias y formas de juego, yo notaba que el entrenador me halagaba en demasía y me trataba como si fuéramos amigos de años, me hacia bromas en doble sentido, a lo que yo restaba importancia, siempre con su mirada dominante y como que quería adivinar sus pensamientos.

Ya eran como las seis de la tarde cuando le ofreció un Wisky, Ricardo aceptó sin reparo, incluso le enseñó a prepararlo, después del tercer trago, se sentó a su lado en el sofá y mirándolo directamente a los ojos sin ningún titubeo le dijo:

-Ricardo tu me gustas mucho-

Ricardo se puso muy nervioso, se quedó mudo, sintió una corriente en su espalda, su pulso comenzó a acelerarse, no sabia que decir se quedó sin reacción.

Inmediatamente se acercó aun mas y le dio un beso en la boca, tan profundo que lo dejó sin aliento, sintiendo su aroma a tabaco, ese beso largo y profundo lo dejo sin conciencia , lo tomó de la mano y lo llevó a su dormitorio en donde continuó besándolo, hábilmente se quitó la ropa quedándose completamente desnudo, su cuerpo totalmente blanco se rosaba con el de Ricardo, le fue quitando la ropa muy lentamente sin dejar de besarlo, y Ricardo se dejaba llevar por la forma como besaba realmente lo hacia sentir extasiado hizo que se recostara en la cama y terminó de quitarle los zapatos y los pantalones,

Se echó encima de él y comenzó a recorrer todo su cuerpo con besos y caricias, su lengua pasaba por su cuello y luego por su pecho, estomago, piernas y luego llegando a su verga que se encontraba un poco flácida lo succionó con tal destreza que en un instante se puso tan dura como un fierro, Ricardo no pudo resistirse, acarició su cabeza como alentándolo a que siguiera, por momentos lamía sus testículos y aspiraba su aroma, y a la vez dándole pequeños besos con tal ternura que parecía una hembra la que los lamía.

Así estuvieron por un rato entre besos y jadeos, en un instante el Entrenador lo fue volteando lentamente con tal delicadeza que no podía resistirse a hacerlo, le besó el cuello la espalda y bajo muy rápidamente hasta llegar a sus nalgas, en donde se detuvo largo rato, les besó las nalgas con tal lascivia que no pudo mover ni un solo muaculo de su cuerpo, sin darle tiempo a reaccionar lo tomó por las caderas lo levantó quedando con el trasero bien arriba, metiendo su lengua en su ano, no lo podía soportar sintió su lengua áspera como la de un perro, llena de saliva, la cual chorreaba por todo su ano hasta los testículos, el placer inmenso, lo lamió durante largo rato, al mismo tiempo con su mano le hacía la paja, sintió que su ano cedía poco a poco y la lengua del entrenador entraba cada vez mas adentro, fue entonces que se colocó de rodillas detrás de él y puso su verga en la entrada de su ano, fue empujando tratando de meterla, no sin antes agarrarse fuertemente de sus caderas, sintió como su enrome cabeza abriéndose paso muy despacio, los tragos y la excitación que sentía en esos momentos lo hacían dudar de su masculinidad, su ano fue cediendo y recibiendo la enorme cabeza que mas parecía el puño de un niño, estaba sin aliento, respiraba por la boca agitadamente, solo sentía como entraba cada centímetro de esa interminable verga, el entrenador solo se detuvo un momento para acomodarse mas cerca de él y tomar nuevo impulso y seguir metiendo esa gruesa y larga verga,

Ricardo comenzó a agarrarse de las sábanas tratando de ponerse un poco mas adelante pero era inútil el entrenador lo sostenía de las caderas con esas manos grandes y fuertes, especialistas en no dejar escapar cualquier objeto redondo por mas grande que fuera,

Fue entonces que Ricardo sintió los enormes testículos del entrenador, que parecían los de un macho cabrío, golpeaban los suyos, entonces supo que la verga del entrenador había llegado hasta el tope.

a partir de ese momento el entrenador comenzó a moverse desenfrenadamente, lo sacaba hasta la mitad y lo volvía a meter, Ricardo gemía como una adolescente recién desvirgada, le salían lagrimas de placer, la temperatura había subido tremendamente, de rato en rato le escupía en el culo para facilitar la penetración,

Fueron momentos interminables de fricción, saliva y sudor, el entrenador sintió que ya iba a terminar aceleró los movimientos Ricardo sintió también el cosquilleo previo a la venida, el entrenador dio un grito ahogado y se aferró mas a las caderas de Ricardo, y Ricardo por supuesto soltó un grito apagado por los movimientos bruscos y empezó a venirse mojando la cama con su semen, el entrenador comenzó a llenarle el intestino con abundante semen, los dos cayeron sobre la cama uno encima del otro eyaculando borbotones de semen, el entrenador no dejaba de arrojar semen dentro del ano de Ricardo hasta que fue saliendo hacia el exterior debido a la gran cantidad, alli quedaron los dos tendidos sobre la cama.

Luego de unos diez minutos el entrenador se levantó y fue a darse una ducha, después que salio Ricardo entró a ducharse también, luego Ricardo volvió al dormitorio secándose con una toalla, el entrenador lo recibió con un trago, brindaron y se quedaron conversando del futuro de su ya iniciada relación, la cual les iré contando en próximas historias

Esta historia es real, los personajes son reales, no se ha omitido ningún detalle o lugar , espero sus comentarios a:

chabelabisex@hotmail.com