Mi Mejor Amigo Mi Protector Mi Hermano Mi Amante

Una unión muy marcada entre hermanos a medida que pasaba el tiempo exigía mas compenetración, mucho amor del verdadero, el de hermanos. 2da Edición

Hola, mi nombre es Carolina, mis amigos cariñosamente me llaman Coco y es así como de ahora en adelante me referiré a mi persona, quiero que antes sepan algo: no soy muy buena redactando =), pero trataré de hacer lo mejor posible. Me decidí a contarles mi historia por influencia de mi mejor amiga Marielis y es a ella y a mi hermano Carlos a quienes dedico estas líneas!!!

Antes que nada, quiero que sepan algo de mí. Soy graduada en Diseño Gráfico y en Informática, vivo en la Isla de Margarita, al noreste de Venezuela, una isla hermosísima... soy delgada, mido 1.78, mis ojos son a veces grises y a veces azules, mi cabello es castaño muy claro y mi piel blanca pero bronceada, mis senos son redondos y no creen en la ley de la gravedad y mi culito siguió el mismo camino, mi cuerpo está muy bien delineado gracias a los ejercicios, el aerobics y las artes marciales que practico desde pequeña. Cuando cumplí mis 15 años sucedieron los hechos que aquí les narro.

Somos una hermosa familia compuesta por 4 seres, mi mami, mi papi, mi hermano Carlos (5 años mayor que yo) y yo, la más chica de la familia. Nací un 26 de abril, justamente el día en que mi hermano estaba cumpliendo 5 años. Mi hermano Carlos siempre me protegió, me cuidó, mientras íbamos creciendo repetía lo mismo siempre, que me cuidaría, me protegería y me enseñaría todo lo que él sabe. En mi familia no existen tabúes, siempre nos mostramos tal como somos, en ropa interior o desnudos cuando tomamos un refrescante baño los 4 juntos, así que nunca me horroricé al verle el pene a mi padre aun cuando estuviera erecto, mis padres me explicaban (cosa que ya habían hecho con mi hermano), las diferencias entre los adultos y los niños, así que el tema de nuestra partes tan diferentes me fue fácil entenderla. Cuando nuestros padres no se bañaban con nosotros, solo lo hacíamos mi hermano y yo, él siempre fue muy bueno conmigo, nunca se burló de mi como hacen otros chicos, siempre me ayudó a enjabonarme la espalda y lo hacía de una manera muy suave, como si tuviera largos años de experiencia; él era el que escogía mi ropa interior cuando iba a vestirme, él era quien peinaba mi cabello todas las mañanas y en las noches antes de acostarme, nuestros padres estaban muy orgullosos que fuéramos tan unidos.

Vivíamos en un modesto apartamento en Porlamar, mi ciudad natal, tiempo más tarde, mi padre, que es Ingeniero de Sistemas, fue llamado de otra empresa con nuevo cargo y nuevo sueldo, mi madre que es profesional en el área de la administración, corrió con la misma suerte, así que pronto nos mudamos a un departamento más amplio, donde mi hermano tendría su habitación privada y yo la mía, aun nos bañábamos juntos pero en las noches lo extrañaba mucho, sobre todo los días lluviosos que cuando sonaban los truenos a mí me daba mucho miedo.

A medida que íbamos creciendo, observaba que a mi hermano le crecían los brazos, el pecho, sus facciones iban cambiando de manera muy notoria, me daba cuenta que poco a poco ya no se mostraba desnudo ante mí, que ya no se bañaba conmigo, lo hacía muy rápido por la mañana o muy rápido antes de acostarse, cuando me di cuenta, ya estaba muy desligado a mí, no dejaba de atenderme como su hermana menor, pero entre el gym, la escuela, las artes marciales y una chica que lo llamaba a cada instante vía telefónica me daba cuenta que mi hermano ya no era el mismo, tenía apenas 8 años y mi hermano 13, decidí, a esa corta edad, que recuperaría a mi hermano a como diera lugar.

El tiempo pasaba y no sabía qué hacer, llegó el día de mi 9 cumpleaños, de igual manera mi hermano cumplía 14 ya que nacimos en la misma fecha; esa mañana estuve muy pendiente de cuando mi hermano se metiera a bañar, así que luego entraría yo al baño y me bañaría con él, como siempre lo habíamos hecho. Efectivamente mi hermano se levantó y se metió al baño, esperé un ratito y luego me levanté yo dispuesta a ducharme, ya me había quitado toda mi ropa y llevaba mi toalla en la mano, cuando entré al baño..... WAO!!!, menuda sorpresa, mi hermano de veras había cambiado, mi hermano tenía su pipicito como un... bueno, ya no era un pipicito, ya era una enorme verga y para ese momento estaba muy erecta y mi hermano la sobaba de arriba hacia abajo, me quedé impresionada, no había visto a mi hermano en mucho tiempo, el al verme enseguida trato de ocultar lo que estaba haciendo y me dijo:

  • Coco, sal inmediatamente, no ves que me estoy bañando?

Traté de que se callara y le expliqué que papá y mamá estaban durmiendo, así que no debía hacer tanto escándalo, además, me debía una explicación, como fue que eso le creció tanto y porque ya no se quería bañar conmigo, además también me di cuenta que tenía pelos en la base de su pene, quería que mi hermano me explicara todo eso, después de tanta insistencia el accedió a que me quedara en el baño, así que nos bañamos juntos como siempre pero yo no podía quitar la vista de ese enorme miembro, le dije que ya se estaba poniendo como mi papá, quien nos había explicado que eso sucedería, mi hermano tenía su musculatura algo definida y su cuerpo se veía muy bien, de verdad que no podía dejar de admirarlo, le dije:

  • Carlos, eres muy malo, no has dejado que te observe y de verdad que te ves muy bien, te ves como mi papá, pero tú me gustas más.

Carlos, me explico a que se debían esos cambios en su musculatura, me explicó el porque estaba tan ocupado, me dijo también que no se dejaba ver de mi porque le daba pena y que la chica que tanto llamaba se llama Vanessa y tenía su misma edad, me dijo, en modo de confesión, que le gustaba y que se habían besado unas cuantas veces, me dijo que lo hacía como en las telenovelas. Yo un tanto curiosa, le pedí que por favor me dejara tocarle su pene, el rechazó mi proposición pero con insistencia logré mi objetivo, de verdad que estaba muy impresionada al ver que mi hermanito tenía tan inmenso miembro y feliz porque me dejaba saciar mi curiosidad  al permitir que se lo tocara. Luego de este día, de nuestro cumpleaños, Carlos volvió a ser el mismo de siempre, es más, mucho más cariñoso aun ya que ahora me recibía y me despedía con un beso en la mejilla, el tiempo iba pasando y mi hermano se volvía más atento, más caballeroso, más apuesto, más varonil, nos habíamos hecho más que hermanos, éramos cómplices, éramos buenos amigos, él era mi guía, todo lo que iba aprendiendo me lo enseñaba, me ayudaba con mis clases ya que era un excelente alumno.

Cuando cumplí mis 11 años, el cumplía sus 16, no me hizo mucha gracia lo que descubrí cuando desperté:

  • AAAAAHHHHHHHHHHHH ! ! !, AAAAAAYYYYYYYYYY  ! ! !

  • Que sucede hermanita!!!

Al momento no sabía qué hacer, mis padres no estaban ya que habían salido muy temprano al auto mercado y al muelle a comprar pescado fresco. Cuando mi hermano entró al cuarto, yo estaba petrificada, con toda mi pantaletita llena de sangre y llorando como una chiquilla de meses cuando tiene hambre. Mi hermano me tomó en sus brazos y me llevó al baño, me desvistió y abrió la ducha, comenzó a lavarme mientras me decía que me calmara, y yo, aunque ya sabía que algún día sucedería, no me imaginaba como sería la primera vez que me viniera la regla. Las dulces palabras de mi hermano hicieron que me calmara y que me sintiera segura, Carlos hasta se dio cuenta que mi pecho se veía ligeramente abultado, síntoma de que mis senos comenzaban a formarse, me dijo que ya me estaba convirtiendo en adolescente y que así como su cuerpo había cambiado, el mío haría lo mismo y que no tuviera reparo en preguntarle cualquier cosa que quisiera saber al respecto. Fue la primera vez que vi a mi hermano como a un hombre, cuando me lavaba mis labios vaginales, sentía algo extraño, era diferente a cuando yo misma me lavaba, sus manos recorrían mi cuerpo mientras me enjabonaba y yo me sentía volar entre las nubes, cuando terminó de bañarme, le pedí que por favor me volviera a enjabonar, para estar seguros de que quedaría bien limpia, lo que yo realmente quería era que mi hermano no dejara de acariciarme, quería que sus manos no se separaran nunca de mi cuerpo, pero lamentablemente no podía ser así... la verdad es que luego me dio algo de temor el haber pensado de esa manera.

Con el correr del tiempo mis senos crecieron y tomaron buena forma y consistencia, mi cuerpo empezó a delinear pronunciadas y atractivas curvas, mi pompis se veía muy llamativa y firme, mi pubis se empezaba a cubrir de rizados pelos, al caminar por la calle, los chicos me miraban y me piropeaban (cosa que antes no hacían), algunos hasta se atrevían a llamarme por teléfono y me desagradaba un poco porque muchas veces no eran llamadas de la persona que deseaba con ansias que se comunicase conmigo. Carlos se había ido a estudiar al estado Mérida, en el occidente del país, fue a estudiar medicina; aquí en la isla, esa carrera no tiene demanda, así que el que lo desee, debe ir a tierra firme a alguna universidad que dicte esa cátedra.

Empezaba a escuchar los comentarios de las chicas de mi escuela, aquellos donde alardeaban de lo que hacían con sus novios, algunas hasta contaban que ya habían tenido sus primeras experiencias sexuales. Cuando me preguntaban yo solo decía que tenía novio pero que solo nos besábamos y más nada; realmente me daba pánico pensar en tener un novio ya que los chicos que me abordaban se acercaban a mí con el firme propósito de querer meterme mano, una vez un chico se atrevió a apretarme mis pompis y aunque no lo niego, me gustó mucho, se llevó una fuerte reacción de mi mano izquierda en su cara, otro chico sacó su verga para presumir de su erección y lo que hice fue estallar en risas ya que había visto muchas vergas en las revistas y en las películas porno de mis amigas y las vergas "vivas" que conocía (la de mi padre y la de mi hermano), eran mucho más hermosas que esa. Por los comentarios de mis amigas supe que se sentía al masturbarse y supe que era un orgasmo, me masturbaba casi a diario, sobre todo si el recuerdo de mi hermano estaba presente.... qué horror!!!

En abril del año 1993, yo cumpliría mis 15 años, mi hermano prometió que estaríamos juntos, la fecha se iba acercando vertiginosamente y una semana antes de nuestro cumpleaños, ya había convencido a mis padres para que me dejasen ir hasta donde estaba mi hermano y luego regresaría con él para celebrar juntos en la fiesta de mis 15 años (y de sus 20), la emoción era demasiada, solo empaqué unas cuantas cosas y me fui a su encuentro. El viaje fue sin avisar, ya que quería que fuese una sorpresa, ya había viajado sola otras veces, no tan lejos pero ya tenía la experiencia de viajar sola, así que mis padres se quedaron tranquilos, no del todo pero tranquilos al fin.

Ellos ya estaban empezando a experimentar parte de mis locuras de adolescente, en donde me iba de excursión con mis amigas a la montaña o a los exóticos parajes del macizo de Guayana, al sur de Venezuela, me encanta mucho el turismo de aventura y vaya aventura esta que acababa de emprender, con la emoción del viaje, me olvidé que en la ciudad donde estaba mi hermano, la temperatura era mucho más baja que en la isla, así que cuando llegué al aeropuerto con mis diminutos jeans cortados casi como un hotpants y mi pequeña camiseta que dejaba al descubierto mi ombligo, sentí que un frío intenso me envolvía, jajaja, todos me miraban extrañados, pero la emoción de ver a mi hermano hacia que soportara el frío; tomé un taxi y cuando llegué a la urbanización donde vivé mi hermano, lo llamé desde un teléfono público que está justo a la puerta del edificio, es un edificio donde mi padre había comprado un apartamento para que mi hermano estuviera cómodo mientras estudiaba su carrera, al llamar atendió mi hermano (quien más lo haría), lo saludé como siempre y cuando me preguntó por nuestros padres, le desvié la conversación y le pregunté que como estaba el clima por ahí, me dijo que hacía frío en comparación a mi hermosa isla, le pedí que se asomara a la ventana a ver si había una hermosa joven que estuviese con poca ropa y que necesitase de abrigo; mi hermano estalló en risas y se lo volví a pedir ya más enserio sabiendo que mi hermano me complacía en todo.

Cuando se asomó por la ventana, pegó un grito y sin colgar el teléfono bajó las escaleras corriendo a mi encuentro, nos saludamos muy eufóricamente, y me llevó de inmediato a su departamento, donde enseguida me ofreció una taza de chocolate caliente y me abrigó con una manta muy gruesa. Mientras conversábamos de todo un poco, mi hermano me friccionaba los brazos y las piernas para que se me pasara el frío, realmente me estaba calentando, volví a sentir lo que años atrás cuando tuve mi primera regla, esa sensación tan extraña pero muy divina a la vez, mi corta camiseta (sin sostenes) permitió que se marcaran mis erectos pezones que respondieron a lo que pasaba por mi mente, mi hermano se dio cuenta de inmediato y sonrió mientras me veía, yo sentí algo de pena pero ya estaban erectos, no podía hacer más nada. Luego mi hermano me levantó y me dijo:

  • Vaya, vaya, pero si estas hecha toda una mujer, estas muy preciosa Coco, me imagino que los chicos te deben acosar insistentemente.

  • Así es Carlos, los chicos no me dejan tranquila, pero lo único que saben hacer es tratar de manosearme o de decirme que me quieren en posición horizontal, pero son todos unos inmaduros.

  • Bueno Coco, que más quieres, si has heredado el cuerpo de nuestra madre, no sé si está bien que lo diga pero estas bien buena...

Esas palabras me emocionaron mucho, aunque los chicos a diario me lo decían no era lo mismo escucharlas de mi hermano Carlos, escucharlas de sus labios eran para mí como música celestial, mi admiración hacia mi hermano era muy marcada, pero volví a sentir miedo porque vi en el a un hombre, no a un hermano. Luego de ponernos al día a punta de charlas, salimos un rato, Carlos me prestó un abrigo largo que me cubría de pies a cabeza, nos encontramos con varios de sus compañeros de universidad en un café, cerca del departamento; me presentó a sus amigos y varios de ellos bromeaban llamándolo "cuñado", yo estaba contenta de los buenos amigos de mi hermano y de que mi compañía lo hiciera de repente mucho más popular, al rato llegó una chica, físicamente muy parecida a mí pero con la misma edad de Carlos, mi hermano la tomó por la cintura con su brazo izquierdo ya que con el derecho me tenía tomada por la cintura...

  • Mi amor, quiero presentarte a Coco, mi hermana

  • Hola mucho gusto... Carolina - le dije.

  • Encantada de conocerte, tu hermano me ha hablado mucho de ti, no se cansa de nombrarte y de decir lo mucho que te quiere, que eres su niña consentida y lo orgulloso que está de ti...

Aunque, no lo niego, sentí celos de esa chica, pero por sus palabras me calme un poco, sin embargo agradecí los halagos con un beso en la boca a mi hermano. Carlos se quedó sorprendido, pero no lo suficiente para que los demás se dieran cuenta. Reconozco que vi a Laura como a una rival, luego el miedo me volvía a invadir y comprendí que era mi hermano y que es normal que tenga su novia, al poco rato Laura y yo conversábamos muy amenamente como si nos conociéramos de toda la vida. El resto de los chicos no dejaban de verme y de decirme cosas, cosas agradables sin mucha malicia ya que respetaban a mi hermano, luego Laura se fijó que una de mis piernas salía del abrigo, al notar esto le dije que acababa de llegar de la isla y que olvidé el frío, así que me vine muy ligera de ropa; uno de los chicos escuchó y me dijo que les enseñara como nos vestíamos en la isla, miré a Laura y esta a su vez miró a mi hermano, mi hermano aprobó con la mirada, así que abrí mi abrigo y las miradas de todos los chicos del local se centraron en mí, me ruboricé un poco pero aproveche la situación para mover un poco las caderas y darles un pequeño espectáculo ...

  • Carlos, creo que estas en problemas - comentó uno de sus amigos

  • Es cierto Carlos, porque no nos habías presentado antes a tu hermana, eh?

  • Ya basta (dijo Laura), apenas está llegando, no es justo que la acosen de esa manera.

  • Ya me quiero mudar a la Isla de Margarita (dijo otro de los chicos)

El día pasó entre charlas, bromas, comida y chocolate, luego fuimos a llevar a Laura a su casa y nos fuimos al departamento. Al llegar, mi hermano prendió la calefacción y se dispuso a darse una ducha en el baño que está en su habitación, yo me desnudé, tome una de sus toallas y entre al baño junto con mi hermano, él se sorprendió mucho ¡...y su pene también!. Antes de que  pronunciara una palabra le dije que había pasado mucho tiempo sin que nos bañáramos juntos, el aun con sus ojos fuera de órbita me dijo:

  • Disculpa mi impresión Coco, pero es que tenía mucho tiempo que no te veía desnuda y la verdad es que... la verdad es...

  • La verdad es que?. Dilo hermanito, si miedo

  • ... estas... ... estas bien buena Coco...

  • De verdad te parezco que estoy buena?, a ningún chico le he visto la gracia cuando me dicen eso, pero viniendo de ti, sé que es verdad, además… tu pene te da la razón (risas).

El pequeño baño no estaba diseñado para dos personas, así que entre mis carnes y la obligada cercanía no permitían que la verga de Carlos se bajara, constantemente nos rozábamos, él se desarmaba en disculpas y yo le decía que no se podía hacer más nada dado a lo pequeño del baño; muy premeditadamente, dejé caer el jabón al suelo, así que al agacharme para recogerlo le mostré mis rincones más íntimos a mi hermano y no conforme con eso restregué mi culo de su enorme verga. Carlos, enseguida se enjuagó y se salió, me dijo que él no era de hierro, así que no le restregara mi culo de su verga porque aunque fuera su hermanita, un culo es un culo y eso lo mantendría muy duro por mucho tiempo.

Ambos estallamos en risas y luego le comenté que cuando buscaba la toalla, encontré en una gaveta varias pantaletitas y sostenes; me dijo que Laura de vez en cuando se quedaba en el depa y que tenía algo de ropa en las gavetas; le pedí que me contara como hacían el amor, mi hermano se sorprendió mucho, a lo que yo le recordé la confianza tan grande que existía entre nosotros, pues comenzó a contarme y yo le pedía que me diera detalles, luego de un rato Carlos estaba completamente entregado a sus relatos y notaba como su verga se elevaba a los cielos, ya que estábamos cubiertos solo con la toalla me era muy fácil tener esa enorme vara en mi campo visual, mis pezones iban en la misma dirección, luego de repente empezó a llover, y a los pocos minutos se fue la luz, así que como ya estaba anocheciendo quedamos algo a oscuras, a la luz de una vela cenamos unos emparedados y luego le estuve contando sobre nuestros padres, sobre mis estudios y cosas por el estilo, hasta que decidimos acostarnos a dormir, en esa ciudad acostumbran a dormir muy temprano.

Como la cama era tamaño king, no iba a ser complicado que nos acomodáramos en ella, mi hermano se sorprendió al ver que no tenía la más mínima intención de vestirme con algo, le dije que estaba siguiendo sus pasos, al igual que el yo también dormía desnuda.

La lluvia no cesaba, el frío empezó a colarse un poco ya que la calefacción funciona con electricidad y el servicio aún no había sido reestablecido. Un relámpago iluminó todo el departamento seguido por un escalofriante y ensordecedor trueno. De manera automática, me pegue de su cuerpo y lo envolví con una de mis piernas...

  • Vaya, aun le temes a los truenos, y te sigues refugiando en mi como cuando eras una niña... (mis pezones se solidificaron más aún si se puede) ... pero... pero… ya no eres ... ... una niña (mi mano izquierda acariciaba su pecho)

  • y tú tampoco eres un niño, ya hasta te coges a tu novia en casa…

  • Coco, me dejaste intrigado por el beso que me diste cuando estábamos en el café…

  • eres mi hermano, no tiene nada de malo (mis piernas se restregaban con las suyas), o es que no te gustó?

  • si ... pero ... pero, no es eso ... es que nunca me habías besado en la boca

  • Hermanito, con lo bueno que tu estas, muchas chicas quisieran besarte en la boca (sentí que mi vagina se chorreaba) y creo que yo tengo derecho

  • ... Coco ... me estas.... me estas poniendo nervioso.

  • Nervioso?

De nuevo, el miedo se apoderaba de mi ser, pero ya estaba segura de lo que sentía, la proximidad y el calor del cuerpo de mi hermano contra el mío me excitaba, ya no veía a mi hermano, veía y sentía a un hombre... otro escandaloso trueno, me pegué más a mi hermano, ni el viento podía pasar entre nosotros... luego... volví a besar a mi Carlos en los labios.

  • Hermana ... que haces

  • me dices hermana para que no olvide nuestra condición? O es que no te gustan mis besos (el trató de levantarse)

  • ... pero ... es que ... no debemos

  • no debemos que? (mi pierna me advirtió que su verga estaba a punto de reventar) solo te di un beso ... ... un beso y nada más (le di otro y otro, pero cada vez más húmedos, más calientes, más sexual)

  • Coco ... ... Coc ... mmmm... no ... C ...

No pudo más, se entregó a mis besos, a mis caricias, yo me deje arrebatar, me lancé al abismo de lo prohibido, en este momento me daba cuenta que la admiración por mi hermano iba mucho más allá, él era el hombre que yo quería. Monté completamente mi cuerpo sobre el suyo y separé mis labios de sus labios, pero seguí besándolo, en todo el rostro, en las orejas, en el cuello, empecé a bajar y besaba su pecho, sus tetillas, sus pezones estaba muy duros, instintivamente me los comía, los mordía, estaba muy excitada. Carlos trataba de acariciarme por todas partes, por donde llegaban sus manos, seguí bajando y ya había llegado con mi boca hasta la base de su miembro, nunca había tenido una tan cerca de mi boca, pero si había visto en películas como se hacía, así que deje que esa enorme verga acariciara toda mi cara, luego le fui dando pequeños besos, desde la base hasta la enorme cabeza y bajaba deslizando mi lengua por todo el tronco, subía de nuevo y abajo otra vez, como a un helado, a un enorme helado de aproximadamente 20 o 21 cm...

Helado, verga, palo, en ese momento lo podía comparar con cualquier cosa, pero este estaba calientiiiiico, extremadamente duro como la roca y palpitaba como si tuviese un corazón propio, mientras lo lamía una de mis manos se entretenía con sus bolas, un par de bolas calientes y divinas, las cuales llevé a mi boca causando enormes gemidos de parte de Carlos, los cuales se perdían entre los truenos y la lluvia al caer; volví a subir con mi lengua pero esta vez me lo comí, o al menos traté de comérmelo todo pero era muy grande, sin embargo hice mi mejor esfuerzo...

  • mmmm hhhhhggggg!!! ....

Nada, tuve que permitir que una parte de esa hermosa verga quedara fuera de mi boca, iba de arriba hacia abajo y viceversa, era la primera mamada que daba en mi vida, pero por los gemidos de mi hermanito sabía que lo estaba haciendo muy bien, estuve un buen rato así cuando de pronto sentí que mi hermano empezó a temblar, algo le estaba pasando...

  • Cocoooo .... estoy a puntooooo.... estoy muy cerca de acabaaaaaarrr!!!

Mmmmm, eso me gusta, siempre me pregunté que sentían las chicas de las películas cuando sus bocas atrapaban esos chorros de semen... pues ya casi estaba a punto de saberlo... solo faltaba ... un poco, ... un poco más!!!

De repente, un enorme chorro de caliente y espeso semen inundaba toda mi boca, me aferré a la verga de mi hermano, no quería que una sola gota se escapara, Carlos gritó, los truenos seguían su concierto, pensé que me ahogaba, pero mi empeño salió victorioso, la leche aún continuaba saliendo, yo seguía tragando leche y de pronto llegó la luz, la habitación se iluminó, Carlos levantó la cara y ahí estaba yo, su pequeña hermana, con toda su verga en mi boca y una de sus cargas en mi estómago, cuando saque su verga de mi boca no quedaban rastros de leche, todo me lo tragué, mi hermano no salía de su asombro, sus ojos no daban crédito a lo que había visto, su cuerpo no creía lo que había sentido, su mente estaba confusa, solo atinó a decir:

  • Coño Coco .... (respiración jadeante) ... eres ... eres fenomenal .... (más respiración jadeante) ... envidio a los chicos con quienes aprendiste a mamar de esa manera

  • pues déjame decirte mi querido hermano, que es la primera verga que tengo en mis manos, es la primera verga que tengo en mi boca y es la primera mamada que doy, así que me siento muy feliz de que te haya gustado tanto como si gozara de mucha experiencia....

  • no sé si esto está bien mi querida Coco ... pero ... pero ... me gusta mucho ... te amo hermana ... te amo Coco

  • y yo a ti mi querido hermano, TE AMO.

Carlos se levantó un momento a encender de nuevo la calefacción, al regresar, me tomó por los pies, empezó a besarlos, de una manera muy divina, me chupaba todos y cada uno de mis deditos, me los mordía, me los acariciaba con su lengua; mientras sus manos acariciaban mis piernas en toda su majestuosidad, sus manos se separaron de mis pies para con su lengua seguir su camino ascendente, milímetro a milímetro todo mi cuerpo fue lentamente acariciado, besado, mimado, subió directo hasta mi ombligo y luego a mis tetas, las masajeaba muy tiernamente, me mordía los pezones y hacía que de mi garganta se desprendieran grandes gemidos de placer…

  • así Carlos, así mi querido hermanito, siento que estoy tocando la cima del cielo... ...

Volvió a bajar de nuevo y mientras lo hacía fue separando mis piernas…

  • que divina estas Coco, sé que esto es algo prohibido pero no pienso detenerme

  • sigue hermano, no importa si es prohibido, nadie tiene porque enterarse, es nuestro secreto... ... ámame ... ... quiero sentirte muy adentro de mi ...

Mi hermano posó su boca justo en la entrada de mi húmeda gruta, con mucha dulzura separó mis labios vaginales y sentí la punta de su lengua recorriendo toda mi intimidad, mi clítoris salió a su encuentro y Carlos me lo chupaba muy ardientemente, lo sentía muy recrecido, estaba inflamado de tanta excitación. Su experimentada lengua, se abrió camino en mis entrañas, mi cuerpo empezó a temblar ... cada vez más ... ... mucho más ... ...

  • OOOOOHHHHHHHHH, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH! ! !

Un intenso orgasmo baño la cara de Carlos, él bebía mis jugos con desespero, no recuerdo un orgasmo así de intenso, ni en mis mejores momentos a solas, el siguió con su lengua en mi cuquita, yo ya no podía más le rogué a mi hermano que me penetrara.

Carlos tomó mis piernas, las separó en extremos opuestos y posó su atlética figura sobre mí, el solo hecho de poner la cabezota de su verga en mi puerta, hizo que tuviera otro intenso orgasmo, poco a poco, caricia a caricia con su barra de acero, sentí como mi hermano se asociaba con mi alma, no puedo negar que el ancho de su estaca me hacía sentir dolor, pero el placer era mayor; mi hermano se detuvo en un sitio donde había un obstáculo, una pequeña membrana que muy lentamente le dio paso para hacerme suya por completo... les juro que no tengo palabras para describir lo que sentí al tener a mi hermano completamente dentro de mí, es más no existen palabras, solo orgasmos, más orgasmos, mi hermano comenzó a moverse, mi cuerpo se unió a ese ritmo, yo sentía desfallecer por los incontables orgasmos, eran continuos, dejó de llover y de tronar, así que mis gritos de placer eran más audibles, mi hermano ahora se movía como una locomotora, yo trataba de seguir su ritmo pero al parecer Carlos era inagotable en la búsqueda de su segundo polvo. Me puso en infinidades de posiciones, arriba, abajo, de lado, de pie, acostados en el piso, en la cama de nuevo... hasta que... nuevamente, Carlos comenzó a temblar extrañamente, intentó sacar su verga de mis entrañas, pero le pedí que me llenase con su semilla. Le dije que estaba tomando la píldora para regular mi ciclo menstrual. Carlos se aferró más a mi cuerpo... los ojos se le iban a salir... su respiración era preocupante... cuando empezó a gritar...

  • AAAAAAHHHHH!!!! ... Coc ... coooooo!!!!!  Aaaahhhhhhhh!!!

Ambos estallamos en un intenso, indescriptible, impresionante y sublime orgasmo, sentí inmensos chorros de caliente semen que inundaban mis entrañas, me sentí, muy llena, muy suya, muy mujer!!!. Cuando recuperamos el aliento y volvimos al mundo real, nos miramos, sus ojos estaban sobre mis ojos, nos besamos muy intensamente y aceptamos el hecho de que siendo hermanos nos amábamos como un hombre y una mujer y que aunque sea a escondidas no nos separaríamos, siempre nos deseamos mutuamente, así que esta experiencia solo sería la primera de una vida amorosa, incestuosa, escandalosa sí, pero llena del más puro amor que existe: el de hermanos !!!

Ambos nos quedamos dormidos, muy juntos el uno al otro...

A la mañana siguiente, cuando abrí mis ojos, ahí estaba Laura (la novia de Carlos), viéndonos, había entrado con su propia llave, nos observaba embobada, tenía rato ahí. Mi hermano estaba pegado a mi espalda y me tenía abrazada... mi hermano también despertó y fue cuando Laura con una sonrisa en sus labios nos dijo:

  • Si no supiera que son hermanos me sentiría muy celosa, además habiendo escuchado todos los relatos de lo que fue toda su vida pasada me imagino que habrán pasado toda la noche en una sola platica, jajaja (nos quitó la cobija y nuestros cuerpos desnudos quedaron a su vista), además veo que Coco tiene tu misma costumbre Carlos, la de dormir sin nada de ropa, jajaja, vístanse mientras les preparo el desayuno.

Carlos y yo, nos fuimos a duchar, juntos claro, mientras lo hacíamos me dijo que se había enamorado de Laura por su fantástico parecido conmigo, que siempre me había deseado y ahora su sueño se había convertido en una hermosa realidad... Laura solo reía al vernos tan alocados, pero nunca supo nada. Mi hermano y yo aún somos amantes y lo seremos por siempre. Me atrevo a decir que Carlos es Mi Mejor Amigo, Mi Protector, Mi Hermano, Mi Amante... TODO EN MI VIDA.

Mi hermano sabe que estoy transcribiendo nuestra historia y lo ha aceptado, le dije que mi mejor amiga Marielis me convenció, por cierto con ella descubrí otra faceta en mi vida sexual... ella y yo también somos amantes!!!

Espero que les haya gustado...

Chau

CAROLINA