Mi Mejor Amigo, Mi Hermano, Mi Amante 2
Ahora le toca al vecino de la calle de atrás!
Mi virginidad la perdí hace un par años con mi querido y adorado hermano Carlos, 5 años mayor que yo, desde ese día somos amantes, a escondidas, pero no perdemos ni una sola oportunidad de estar juntos aunado a que nuestros padres siempre han visto en nosotros una unión muy marcada, ya que desde muy pequeños nos lo enseñaron.
Para ponerse al día, por favor lean el primer relato:
http://www.todorelatos.com/relato/114069/
Mi hermano Carlos tenía una novia llamada Laura (ambos eran compañeros de estudio, en la Facultad de Medicina) que, por cierto, tenía un extraordinario parecido físico conmigo, mi hermano me confesó que debido a ese parecido se enamoró de ella ya que, aun antes de que perdiera mi virginidad bajo su cuerpo, él ya me deseaba.
Carlos estuvo al lado de Laura alrededor de casi 4 años, durante los cuales cuando iba a visitarlos o cuando venían a la isla, no perdíamos oportunidad de hacer el amor y desatar todos nuestros instintos más primitivos.
Un buen día, mi mami me dio la buena noticia de que, en una semana, Carlos venía a pasar unos días con nosotros, la mala noticia era que venía con Laura, pero bueno, que se le va a hacer, no todo es perfecto, jejejeje.
Los días de espera se hacían interminables hasta que por fin, llego el viernes y en la tarde me fui con la camioneta de mi papi a buscar a mi hermano (y a Laura) al aeropuerto. Parecía una chiquilla dando vueltas en mi cuarto tratando de escoger que ponerme, sacaba blusas, shorts, pantalones, me vestía, me quitaba la ropa… ufff que complicadas somos a veces… mi madre lo notó y con la voz más dulce sobre la tierra me dijo:
- Coco, solo vas al aeropuerto y regresas, no vas a una fiesta
Mi mami, como siempre, tenía toda la razón, así que solo me puse un short de jeans y una blusa floreada, unas hermosas sandalias y salí al aeropuerto.
Esta vez la espera fue más corta, me senté en una mesa del restaurant que tiene vista panorámica hacia la pista del aeropuerto, estaba tomando un café cuando escuche por los parlantes a la señorita que tiene la voz chingona, anunciando que el vuelo donde viene mi hermano está llegando. Mi emoción era tal que me tome el café apresuradamente y creo que me lastimé un poco la legua por lo caliente que estaba… bajé rauda y veloz hacia la puerta de desembarque a esperar que bajaran los pasajeros del avión, a lo lejos vi a mi hermano y a Laura que venían por el pasillo hacia el lugar donde llega el equipaje, ahí no dejan entrar a las personas que vienen a recibir a sus familiares y amigos, pero aprovechando que había un vigilante (hombre), le puse una de mis mejores sonrisas y un poquito de cara de puchero y las puertas milagrosamente se abrieron… Cuando por fin, vi a mi hermano corrí hacia él y me guindé de su cuello, lo abracé, lo besé… estaba loca de la emoción; y para que la otra no se hiciera menos, pues también le di un fuerte abrazo y un par de besos; luego como ya se imaginarán, vino la ronda de preguntas y respuestas:
- Que tal el viaje, como te va, que tal los estudios, como están por la casa, etc. etc…
En el camino de regreso, mi hermano conducía, Laura a su lado y yo en el asiento de atrás como un radio loco que no paraba de hablar… llegamos a casa, otra ronda de preguntas y respuestas de parte de mis padres, comimos unos snacks y luego le pedí a Laura que me acompañase a mi habitación pues quería mostrarle algunos bikinis que compré recientemente y contarle unas cosas.
Con esta actitud, todos se quedaron sorprendidos, ya que cuando ellos vienen, a quien llamo a mi cuarto es a mi hermano y no salimos de ahí hasta el día siguiente, pero esta era una nueva estrategia, para alejar posibles sospechas y darles chance a mis padres para que conversaran un rato con Carlos.
Ya en mi habitación, estuve algo así como perdiendo el tiempo, bueno, mejor dicho, haciendo tiempo con Laura, le enseñé mis nuevos bikinis y me probé algunos (delante de ella) para saber su opinión… jajaja la cara de Laura era un poema, ya que me imagino que ella no está acostumbrada a que una se desvista y/o se cambie de ropa delante de ella… Le ofrecí si deseaba probarse alguno de mis bikinis y OH SORPRESA, accedió a probárselos, pero en el baño jajajaja. En fin, estuvimos hablando de todo un poco, inclusive, le pedí algunos consejos y mucho blah blah bla (para hacer tiempo) y el sonido del teléfono me salvó… Era Mary que me llamó para saber si había llegado mi hermano y que tal todo, mientras Laura me hacía señas que iba a bajar para estar con el resto de la familia…
- Mary, mi amor, me salvaste la vida con tu llamada jejejeje
Le conté que estaba haciendo tiempo con Laura y que ahora le tocaba el turno a mi hermano y mañana le contaría todo… Bajé a reunirme con el resto de la familia y encontré disponible el mejor sillón de todos: las piernas de mi hermano… para todos los presentes, esto es algo típico en mí, así que no había problema en ello. Me integré rápidamente al tema de conversación y al cabo de unos instantes le pedí a Carlos que nos fuéramos a mi habitación que tenía muchas cosas que contarle. Enseguida, todos estallaron en risas, pues, según sus propias palabras, me había tardado mucho jejejeje.
Yo subí corriendo la escalera y mi hermano me perseguía como si fuera un juego, al llegar a mi habitación cerramos la puerta tras entrar, pasamos el seguro y nos fundimos en un beso taaaan intenso, taaaan caliente, taaaan húmedo, que pensé que tendría un orgasmo ahí mismo. Carlos no dejaba las manos quietas, las mías estaban más traviesas que nunca, nos desnudamos, no hubo juego previo, al terminar de desnudarnos ya estábamos más que lubricados por nuestra excitación, me tumbó en la cama, rápidamente abrí mis piernas hasta más no poder, el me las sujetó y de un solo golpe me enterró aquella vara gruesa, larga e hirviente que en pocos minutos me hizo desfallecer en un majestuoso orgasmo… Sentía la cabeza de su miembro tocando el fondo de mi útero… no hubo palabras, solo sexo, como si me estuviera violando, solo que con mi consentimiento…ambos tuvimos un duelo de titanes en mi cama y pasados unos 10 minutos estallamos en un orgasmo tan profundo y placentero que tuve que morder mi almohada para que mi grito no se escuchara en toda la casa. Quizá, pensarán que fue un “polvo de gallo” jajaja, pero realmente nos habíamos esperado casi un año para hacer el amor nuevamente.
Aunque Carlos y yo siempre hemos pensado que somos imprudentes al hacer el amor con nuestros padres en casa, también pensamos que este tipo de locuras le pone picante a la relación… y bastante picante pues varios minutos después, subió mi madre a decirnos que habían decidido salir a comer pizzas por si se nos antojaba. Ambos nos miramos y decidimos quedarnos y darle rienda suelta a lo nuestro, pero al mismo tiempo, pensamos que era mejor reponer energías y descansar un poco… porque fue muy intenso nuestro encuentro. Así que:
- Mamiiii, ya vamos bajandooo!!
Mis padres habían llamado a Mary, quedamos en pasar a buscarla y luego a la pizzería. La velada fue muy agradable, el restaurant es de lo más precioso, al aire libre y con una atención fenomenal y las pizzas al horno de leña…. Mmmmmmmm…. Pero bueno, no estamos aquí para hacer el comercial jejejeje.
Luego de las pizzas y unos cuantos vinos, regresamos a casa, otra ronda de vino y luego a descansar que al día siguiente iríamos a la playa…
Por lo general cuando Mary se queda en mi casa, duerme conmigo en mi cuarto y mi hermano aún conserva su cuarto en la planta baja. Mi hermano pícaramente me dijo que tenía que terminar de contarle “eso que dejamos pendiente” Así que Mary ocuparía la otra habitación que está disponible y Laura solita en la habitación de mi hermano. Mi mami, como siempre, me recriminó un poco que Laura dormiría sola en vez de con mi hermano, y fue mi propia cuñada la que le dijo:
- … y tú crees que luego de tanto tiempo los vas a separar esta noche? Vamos, que tienen que ponerse al día y eso es para largo, no te preocupes por eso, déjalos tranquilos… Ojalá y todos los hermanos fueran así.
Si supiera mi cuñada el alcance de su comentario…
Coco no vayas a trasnochar a tu hermano, mira que a lo mejor viene cansado del viaje (dijo mi madre).
Ya oíste a Laura, es casi imposible que Coco deje dormir a Carlos esta noche (contestó mi papi)
Mi hermano y yo nos encerramos en el cuarto a continuar con “eso que dejamos pendiente”, me lleno de dulces besos y yo le correspondía de igual manera, realmente estábamos haciendo tiempo para que todos se acostaran y se durmieran. Mientras me besaba, me iba despojando de mi ropa y balbuceábamos cuanto nos extrañábamos y cuanto nos amábamos, parecíamos un par de chiquillos que piensan que esta puede ser la última vez… En efecto, Carlos y yo siempre hacíamos el amor como si fuera la última vez, cuerpo, alma y corazón… definitivamente los besos de Carlos son únicos, tienen un “no sé qué” que los hacen especiales. Cuando mi hermano terminó de desnudarme siguió con su tanda de besos en mis pies… waaaooo que rico es eso, ese es mi punto más débil, mis deditos en su boca eran saboreados y mimados uno a uno con su experimentada boca, las plantas de mis pies y mis talones recibieron el mismo tratamiento al mismo tiempo que con las manos me los masajeaba… al cabo de unos instantes, empezó a subir por mis piernas, besándolas y mimándolas, se desvió por mi cadera y se detuvo en mi ombligo… oh oh! Ahí me hace muchas cosquillas que a veces no puedo soportar jajajaja… siguió ascendiendo hasta mis senos los cuales devoró muy sutilmente, dedicando especial atención a mis muy erectos pezones, que estaban de gala en ese momento, muy recrecidos, duros y sensibles; luego empezó a bajar de nuevo, hasta que llegó a mi ardiente y anegada rajita que lo esperaba con ansias.
Con glotonería, mi hermano hurgaba en mi cueva con su poderosa lengua, mis jugos y su saliva se mezclaban, su lengua recorría mis labios, me los succionaba de una manera colosal; en seguida se entretuvo con mi clítoris, quien lo recibió con alegría… mi cuerpo ya empezaba a estremecerse, señal inequívoca del orgasmo que está por venir, mi hermano aceleraba sus lamidas y un fuerte corrientazo que recorrió toda mi espina dorsal, concluyó en mi vagina estremeciéndome toda en un sublime y potente orgasmo que mi adorado hermano bebió como si en ello se le fuera la vida. Mis ojos se nublaron, mi mente me hacía decir palabras incoherentes, los orgasmos que me provoca mi hermano me hacer ver las estrellas… cuando medio me repuse y lo miré a los ojos, Carlos tenía esa sonrisa de entusiasmo por dejar satisfecha a su hembra.
Pero esto no acaba aquí, ahora era mi turno de corresponderle, lo empuje con la espalda sobre mi cama, le saque el pantalón y el bóxer que aun tenia puesto y si perder un solo segundo me llevé a la boca ese pedazo de carne que tiene mi hermano, tan caliente, tan duro, con esas venas tan prominentes que lo hacen ver más poderoso… Como siempre hacía, trataba de meterlo todo en mi boca, era una batalla que nunca había podido ganar, pero de todas formas, era la única verga que había entrado en mi boca; los novios que he tenido, no han logrado hacer que se las chupe, siempre pongo alguna excusa para no hacerlo, pero con mi amado Carlos me desquito por todos ellos… Mi hermano me detuvo, argumentando que con el grado de excitación se correría irremediablemente si yo continuaba mamándolo así. Yo sé que mi hermano tiene resistencia, pero también sé que es humano y la mamada que le estaba dando era de campeonato…
- No te preocupes mi vida, descárgate en mi boca.
– Quiero hacerlo dentro de ti, haciendo el amor y luego creo que no voy a tener para más.
– Descárgate que tengo unas palabras mágicas que harán que este pedazo que tienes se pare de nuevo y haga su trabajo.
Mi hermano no preguntó, no dijo más nada, solo se dejó hacer y yo le propiné un tratamiento GOLD a su miembro, algo que había leído en un artículo, algo que había visto en una película y que además varias de mis compañeras de clases lo habían puesto en práctica (no voy a dar detalles, jejeje); lo succioné de tal manera, que en pocos segundos ya estaba descargando un potente chorro de caliente y espeso semen directamente en mi garganta…
Me acosté, junto a mi hermano, abrazándolo y esperando a que se recuperara de su potente corrida, que no sería tarea fácil; me levanté y fui a la cocina a buscar agua, la casa estaba a oscuras, así que no me di cuenta cuando sentí a alguien a mis espaldas que me decía:
- hola mi putita, te están haciendo ver las estrellas?
– Claro que si mi amor.
Giré sobre mis talones para darle un profundo y húmedo beso a mí amada Mary quien también se levantó a tomar agua, ella sabe todos mis secretos y también sabe esperar a que yo le cuente todo con detalles, pero de igual manera me preguntó:
- Ya le dijiste las palabras mágicas?
– Voy a eso, ahora es que viene lo bueno jejeje
Aprovechó que yo estaba desnuda para manosearme, luego me dio una nalgada y me dijo: Suerte cariño
Le subí un vaso de agua a mi hermano, sé que la necesitaba, la bebió toda de una sola vez, aún estaba agitado, esperé a que se calmara, mientras le contaba toda mi cotidianidad y también le daba besos, le hacía caricias…
- Cuáles son esas palabras mágicas que me pondrán duro de nuevo?
– Estas seguro?. Estas listo?
– Si
– Quiero que me cojas por el culo
– QUEEE?
– Si, eso
– Estas segura?
– Tan segura como que si es verdad que fueron mágicas esas palabras
Efectivamente, Carlos tenia de nuevo su verga apuntando al cielo, mi hermano en muchas ocasiones había intentado una expedición anal pero por miedo de mi parte nunca acaeció; le hice saber que Mary lo ha estado masajeando y dilatándolo un poco… preparándolo pues, para estar lista en este momento. Era el único orificio virgen que me quedaba y estaba guardándolo para mi adorado hermano.
Carlos, sin perder tiempo, me empezó a acariciar el ano, le dije que en la repisa de mi baño había un tubo de lubricante que había comprado para que me lo untara, me colocó boca abajo y me acariciaba la espalda, las nalgas, pero una de sus manos no se despegaba de mi ano... estuvo ahí largo tiempo, con toda la paciencia, el cariño y la dedicación que solo un hermano puede tener, poco a poco mi ano se acostumbraba al entrar y salir de los dedos de mi hermano, primero uno, luego eran dos, lo hacía con mucha sutileza, era imposible que me doliera... nos acomodamos de manera que mientras él seguía estimulando mi ano yo le mamaba la verga, casi estábamos en un 69... luego de un buen rato de estimulación y de una buena mamada a su pene, Carlos consideró que ya estaba lista, así que me colocó en 4 patitas y con su pene fue acariciando desde mi clítoris, pasando por mi cuquita, hasta la entrada de mi ano, iba y venía, iba y venía, ya estaba inundada de nuevo, ya estaba a punto de comenzar el nuevo festival de orgasmos, hasta que mi hermano puso la cabeza de su pene en la entrada de mi orificio anal, por mi mente pasaron muchas cosas, muchos comentarios
eso duele, no se te ocurra hacerlo
pero otras amigas me decían: duele un poco la primera vez pero después te va a gustar, en serio que te va a gustar
Carlos empezó a meter su verga casi milimétricamente, mis ojos se abrieron como platos, pensé que era imposible que doliera, pero si dolió, la verga de mi hermano es algo gruesa y mi anito estaba sin estrenar, pero 100 a uno el placer venció al dolor, Carlos metía un centímetro y sacaba medio centímetro, metía dos centímetros y sacaba uno, poco a poco sentí como ese enorme falo llenaba mi intestino, cuando sentí que ya no había más centímetros para meter, mi hermano se detuvo, yo suspiré hondo, muy hondo y luego yo misma empecé a moverme, muy lentamente, perezosamente, poco a poco fui adquiriendo velocidad, realmente estaba disfrutando de ese momento con toda la vergota de mi hermano clavada profundamente en mi cola, ya no sentía tanto dolor, sentía algo realmente divino, un par de movimientos más y ya llegaba a mi orgasmo, mi hermano me tomó por mis caderas y empezó a conducir nuestros movimientos, no tengo las palabras exactas para describir tanto placer, tanta agonía por los orgasmos, mi hermano me estaba partiendo el alma en mil pedazos, me estaba traspasando con su estaca, nuevamente orgasmo tras orgasmo, más bien parecían uno sólo... tuve que morder la almohada para evitar gritar de tanto placer que me daba mi querido hermano, es impresionante, pensé que aquí moriría de placer; mi hermano conducía nuestro acto con lentitud, pero con firmeza, sabia como tratarme y no quería hacerme daño en mi primera vez por el ano; sus profundas embestidas me hacían perder el aire y las fuerzas, ya no podía sostenerme, me dejé caer sobre la cama al mismo tiempo que me llegaba otro orgasmo, no sabía cuánto más duraría, ya me sentía desfallecer pero sentí a mi hermano que estaba cerca de acabar, volteé a verlo y efectivamente sin aviso alguno su pene volvía a descargar un chorro de caliente semen directamente en las profundidades de mis intestinos, mientras al mismo tiempo yo tenía otro orgasmo espectacular... Ambos caímos a la cama, profundamente agotados, cuando mi hermano sacó su pene de mi colita, creo haber sentido un sonido similar al de una botella cuando la descorchan, después fuimos al baño a asearnos un poco, regresamos a la cama y nos quedamos dormidos hasta el día siguiente...
Al otro día, sentí que tocaron la puerta, primero suave, luego con más fuerza, me desperté bruscamente y también bruscamente me levanté, no vi a mi amado hermano por ninguna parte, estaba aún desnuda en mi cama pero arropada con una sábana, volvieron a tocar la puerta y cuando abrí... era Mary que venía a buscarme para desayunar y luego irnos a la playa, cuando vi la hora eran ya las 8:30 de la mañana... Mary entró y me contó que mi hermano estaba jugando con Susti (mi perro) en el jardín; le di un beso y con mi cara de dormida aun entre a mi baño a hacer mis cosas, y le hacía señas a Mary de que me dolía un poco mi colita…
- Cuéntamelo todo Coco, no me dejes con la incógnita… bandiiiiida, te estrenaron la cola jajajaja.
– Te voy a dar un resumen y el resto te lo cuento en nuestra intimidad.
Mientras me daba una ducha de agua fría para despertar mi cuerpo y aliviar mi colita, le iba contando a Mary lo que sucedió en la noche con mi hermano, ella estaba muy excitada y mojada, me lo hizo saber, pero no podía aliviarla en ese momento, mi boca no estaba para calmar su excitación, así que, no quedando de otra, se quitó la ropa y se ducho conmigo con agua fría para calmar la calentura jajajaja. Luego nos vestimos y bajamos a desayunar con la familia.
Estábamos todos desayunando de lo más rico, conversando, contándonos cosas y al terminar mi madre le dice a mi hermano:
- Carlos, sabes que Coco y Mary tienen algo que decirte?
– Creo que no, ya todo está dicho
– Seguro Carlos? Todo, todo?
– Seguro mamá
– Y qué opinas?
– Ellas ya están lo suficientemente grandes para saber lo que hacen, mientras ellas estén claras en su situación, no hay problema, yo las respeto y las apoyo incondicionalmente.
– Ya, ya, dejemos el tema para cuando regresemos de la playa que las chicas están casi que hacen puchero (dijo mi papá)
– Opino lo mismo, mientras estén claras, no veo cual es el problema (dijo Laura)
– Cuñis te quieeeeroooooo
… y toda esta conversación que prendió mi mami, ya la sabemos todos con detalles, pero ustedes, mis queridos lectores no, así que se las cuento en el siguiente relato
Espero que les haya gustado...
Chau, besos a todos
CAROLINA