Mi mejor amigo Hetero...

Hola, me llamo Carlos, tengo 19 años y me consideraba Hetero… digo me consideraba porque hace poco tiempo viví una experiencia que ha hecho balancearse los cimientos de mi heterosexualidad desde lo mas profundo de ella...

Hola, me llamo Carlos, tengo 19 años y me consideraba Hetero… digo me consideraba porque hace poco tiempo viví una experiencia que ha hecho balancearse los cimientos de mi heterosexualidad desde lo mas profundo de ella.

Todo ocurrió con Dani, amigo de toda la vida y compañero de aventuras desde que tenemos 11 años. Aspecto juvenil, deportivo, con un cuerpo espectacular moldeado con miles de horas en el gimnasio. Tiene novia y aunque siempre tenemos la manía de fijarnos en todas las tías del pueblo pensaba que era fiel

Sandra nos invitó a los 2 a su fiesta de cumpleaños. Es la típica chica facilota, Dani se la lió hace un par de meses y después yo. Era guapa y simpática pero sin duda nos cautivo su maestría al mamar una polla. No era de esas que la chupan esperando que luego te la folles, ella la chupaba para hacerte ir al cielo y quedarte allí sentado un buen rato. Le encanta jugar con los webos mientras succiona de arriba abajo, al acabar se traga todo y le encanta besarte con los restos de la corrida aun colgando por sus labios. Mientras te pone a cien mil besándote como una autentica diosa sus manos intentan seguir animando el rabo… una chica como os decía simpática vaya. Acabamos la relación con ella bien, tanto mi amigo como yo, en plan amigos o conocidos, aun así suponía que no tendría muchas ganas de vernos, pero me equivoque.

La novia de Dani estaba en su pueblo pasando las navidades y como no teníamos mejor plan nos plantamos en el bareto los dos, para ver si ligábamos, al menos yo, hacia casi 1 mes que no me comía nada de nada y las pajas se me hacían cada vez mas eternas.

El grupito de gente era mucho mas pequeño de lo que me pensaba, nos sentamos en la mesa después de saludar a la gente y Sandra comenzó a analizarnos. Nos miro atentamente y por momentos creo que centraba sus miradas en nuestros paquetes. Creo que fue por inercia y me fije en el centro de su atención, el paquete de Dani… era grande y abultado y su chándal adidas aun parecía hacerla mas grande a la vista. Creo que Sandra me vio y me guiño un ojo, sin duda seguía siendo igual de facilota.

No recuerdo que cenase demasiado, tras unas nueve jarras de sangría ese pequeño grupo parecía mas grande aun. Ya al final Sandra se fue con Hugo al baño, Dani y yo comentamos lo cabronazo del muchacho y la suerte que tendría seguramente al quedarse con esa mamadora profesional en el cuarto de baño. Toda la mesa quería ver la cara del chaval, fue la expectación por 5 minutos, luego se nos paso cuando vinieron.

Sandra llorando y Hugo vomitado. No puede ser perfecta, se tapaba con los rizos de su pelo la cara mientras recogía y se largaba del bar. Ella no comprendía que no se pueden tener muchas habilidades en la vida, si la chupa y traga bien no tiene porque tolerar igual el alcohol. Pero ello no lo entendería si trataba de explicárselo, yo iba borracho y aun mas fumado.

La gente se abrió muy rápido y nos quedamos Dani y yo en la moto, sin rumbo, con ganas de acabar bien la noche.

-¿Te hace que vayamos a mi campo y vemos si mi padre guarda algunas cervecitas nano? – Me dijo Dani mientras llevaba la moto con una mano y con la otra se rascaba el paquete.

-Buah, no se tío pero ahora que te veo rascándote el rabo me estoy meando.

-¿Entonces vamos a mi campo?

-Vale. Aun tengo porros y me estoy meando.

Llegamos al campo en 5 minutos, dejo la moto fuera, abrió y entramos. Directamente me fui para el baño mientras Dani ponía la tele y la calefacción. Al terminar de mear me menee la polla un poco, iba cachondo y la polla con solo rozarla se me puso a reventar. Salí fuera, me senté en el sofá y no oculte la tremenda erección que se asomaba por todos los lados de ese ajustado y incomodo pantalón.

-Tío te veo muy apretado quilate si quieres el pantalón.

-Bueno… vale. –Dije sin pensarlo demasiado.

Dani también se quito el morboso pantalón de chándal, y los dos, solo en gayumbos con el apetecible calor de la chimenea eléctrica acompañándonos seguimos bebiendo y fumando un buen rato mas.

Los temas de conversación se encendían mas y mas al mismo ritmo que el calor y el ciego subían entre las cuatro paredes del salón. Casi sin darme cuenta empezamos a pajearnos.

No era la primera vez que veía a mi amigo pajearse, pero si la primera que el me cogia la polla y yo jugaba con la suya. La verdad que me apetecía seguir con ese morboso juego, no queríamos corrernos, estábamos disfrutando de la sensación de tocar y ser tocados. Se escupió en la mano y siguió jugando me pidió que yo también lo hiciese y lo hice. Se retorció de placer. Intente acercar mis labios a los suyos pero se aparto, sujeto con ambas mano mi cabeza y la bajo hasta su paquete.

Nunca había tenido una polla a 2 centímetros de mi, sentí ganas de lamerla y lo hice, me la metí en la boca mientras mis manos seguían pajeandole. El solo quería que siguiese, estaba muy cachondo y a mi ese nuevo sabor me hacia explotar también de morbo. Creo que incluso sentía como su cuerpo estallaba justo cuando la corrida tocaba mi garganta. Trague mucho, tal vez demasiado. Me gusto esa sensación demasiado. Mi lengua limpiaba cada resto de su polla y sus manos se volvían locas por mi cabeza, poco a poco perdió tensión su cuerpo y quedo agotado en el sofá, desnudo, borracho y con una cabeza entre las piernas.

Le dije que me quería correr, me senté sobre el y termino de pajearme. Su polla se acercaba a mi culo de una forma sutil, no llego a entrar pero solo el rozarme me permitió soñar como un niño, imaginando ese rabo entrando dentro de mi cuerpo y destrozándome con ríos de leche y relámpagos de placer.

Nos fumamos el último peta y nos quedamos durmiendo, sudando, desnudos, abrazados en un pequeño sofá del salón. Al despertar no hablamos del tema, se ducho primero el, luego me duche yo. Desayunamos dos frías cervezas y me dejo en casa.

Hemos seguido quedando con la pandilla, sin hablar nada del tema. Yo particularmente he pensado mucho en su cuerpo, en el deseo de poder besar sus labios, en el dotado rabo que pude disfrutar, en esa golosa leche que me dejo beber… y debo confesar que siento miedo. Lo sigo necesitando, ha tocado muy dentro de mí.

Hace algo mas de dos horas me ha enviado un mensaje al móvil; "Te hace ir al campo? Paso a por ti a las 8 dew" Solo al leerlo he tenido que pajearme para poder quitarme la enorme erección… le he dicho que si.

Creo que esta noche seguirá balanceándose mi heterosexualidad