Mi mejor amigo
Fuimos solo amigos por años, hasta que el día de su cumpleaños, todo cambió.
Habíamos sido amigos durante años, hasta que el día de su cumpleaños fui a su casa a cenar con él y sus amigos. Nos estábamos divirtiendo, habíamos tomado quizás un poco de más, pero solo al punto de sentirnos un poco desinhibidos. Siempre tuvimos una relación muy intima, podemos hablar de cualquier cosa, e incluso habíamos tenido algunos acercamientos anteriores, estando algo alegres también.
Entonces, los invitados se fueron y él me invito a que me quedara, ya que vivo lejos y era aún de noche. Para hacer tiempo, nos sentamos en el sillón del living y nos tomamos una botella de champagne que había abierta.
En medio de la película, el me abraza y me empieza a acariciar las piernas. Normalmente es cariñoso, pero no a ese punto, así que me di cuenta que quería algo mas. Lentamente baje mi mano hasta su pierna y empecé a acariciarla, moviéndome lentamente hasta su bragueta. Y una vez allí, sentí su verga que se iba poniendo dura, y empecé a masturbarlo lentamente, por arriba del pantalón. El me agarro del pelo, me corrió la cabeza y empezó a besarme con fuerza, mientras con la otra mano, me tocaba las tetas por debajo de la remera. Desabroche su pantalón y agarre su verga ya dura, fuertemente con una mano, mientras con la otra le sacaba la remera. Empezamos a desvestirnos con furia, y entonces, agarro nuevamente mi pelo y tironeándome con fuerza, me bajo la cabeza y me obligo a chuparsela fuertemente durante un rato.
Sentía como el se mojaba, sus gemidos, y a la vez la constante presión sobre mi cabeza, obligándome a tragar su pija entera.
-"Que bien que la chupas" me decía una y otra vez, entre gemidos.
Luego me soltó la cabeza, y me sentó encima suyo, metiéndome su miembro hasta el fondo, todo de una vez. Yo estaba tan mojada que no ofrecí resistencia. Llevaba tiempo queriendo coger con él.
Y empecé a moverme, encima suyo, arriba y abajo, en círculos, mientras el me guiaba con sus manos y ambos gemíamos y gritábamos, nos arañábamos, nos mordíamos, nos tirábamos del pelo y gritábamos más.
Entonces, frenó, me empujo y yo me caí sobre el sillón, acostada y el se montó encima mío, y empezó a cogerme una vez mas, con fuerza, hasta el fondo, con brutalidad.
Yo acabe con mucha fuerza, mientras el seguía gimiendo, entonces me saco su verga de adentro, me sentó agarrándome bruscamente de la nuca y me obligo a chupársela, mientras él me agarraba los costados de la cabeza con fuerza, obligándome a tragarla hasta el fondo. Lo escuche gemir con más fuerza, y sentí su acabada de lleno en mi boca. Toda su leche, derramándose por mis labios, mientras me tragaba ese río infernal que parecía no tener fin.
Nos dormimos desnudos en el sillón, hasta que se hizo de día y yo volví a mi casa.
Después de eso, seguimos siendo amigos como siempre. Pero desde entonces, cada vez que me masturbo pienso en esa noche.