Mi mejor Amigo

Una amistad de años se transforma en una relación que ninguno de los dos pensó que podíamos tener.

Hola, mi nombre es Alex, tengo 28 años y vivo en Buenos Aires, lo que voy a contarles es lo que viví con mi mejor amigo, José, y creo que hasta el día de hoy no he vivido nada igual.

Hacía años que nos conocíamos; éramos vecinos del mismo barrio y con el correr de los años, nos transformamos en buenos amigos. Al pasar el tiempo, nuestra amistad se hizo más fuerte y nuestra relación cambió a ser como si fuésemos hermanos.

En ese entonces, yo tendría unos 23 años y José un poco mayor que yo con 26 años, íbamos juntos al gimnasio casi todas las tardes después del trabajo. José es un muchacho moreno, no solo de cabello, sinó de piel también, mide 1,90 mts y pesa casi 100 kg de puro músculo, aunque no era un muchacho muy guapo, las chicas siempre le rodeaban ya que era un muchacho muy simpático y entrador, como decimos en Argentina. Yo por mi parte mido 1,80 mts. Y soy de piel blanca y mi cabello es de color castaño, y peso alrededor de los 85 kg, no soy tan musculoso como José pero no se ve grasa en mi cuerpo, digamos que tengo un cuerpo fibroso, bien definido; nunca tuve problemas con las chicas, y aunque no tengo la simpatía de José, no tengo inconvenientes estar con chicas ya que soy bastante guapo, varias veces posé para fotos de revistas y algún que otro catalogo de ropa.

Casi todas las tardes, José pasaba a buscarme para ir al gimnasio en su moto y luego del gimnasio, nos íbamos por ahí a buscar chicas para pasarnos un buen rato.

Hacía ya unos meses, que los dos nos habíamos puesto de novios con un par dechicas que conocimos en una pileta, en el último verano y después de un tiempo, el primero en ceder la soltería fue José. Después de seis meses de noviazgo y de convivir juntos, le propuso casamiento a su novia Alicia. Obviamente, yo iba a ser el padrino, y digo iba a ser, por que eso es algo que jamás sucedió. Ahora se enterarán por que.

Faltaban unas 2 semanas para su casamiento y una tarde llegó a mi departamento José, con una cara que le llegaba al suelo de lo larga que la tenía. Obviamente, le pregunté que le sucedía y me dijo que se había peleado con Alicia, que ella había encontrado unos mensajes en el celular que provenían de una chica que José había conocido tiempo atrás y por esa razón se habían peleado y Alicia lo había hechado del departamento. En un primer momento, traté de pormenorizar la situación diciéndole, que era una pelea de último momento, que se arreglaría, y que si lo deseaba, podía pasar conmigo la noche. El aceptó, y me pidió disculpas por las molestias que me causaba, yo le dije que no se hiciera problema, que por eso éramos amigos y que yo lo consideraba "mi mejor amigo", que no se agobiara pensando boludeces y que descansara, para al día siguiente ir a hablar con Alicia y arreglar el inconveniente. Al día siguiente, cuando volvió de hablar con Alicia, volvió peor, si antes lo había hechado del departamento, ahora se habían peleado definitivamente, habían tenido una nueva discusión y habían decidido anular compromiso, casamiento y lo que hubieran llegado a programar. Así que José , mi mejor amigo, había vuelto a la soltería, pero su humor no era el mejor, estaba bastante abatido, debido a que él la quería, bueno, eso era lo que él creia.

Nos sentamos, nos pusimos a conversar, y después de un rato, él se largó a llorar, diciéndome, que no sabía que se podía llegar a sentir así y un montón de cosas más. Yo me senté a su lado y le pasé la mano por el hombro, a lo que él en su mar de llanto, me abrazó y yo decidí hacer lo mismo, ya que me sentía muy mal por como estaba. Durante un largo rato lloró sobre mi hombro, hasta que logré calmar su angustia, y entonces le dije:

-"Vamos hombre!!!, arriba ese ánimo, por que no te das una ducha y nos acostamos, que ya es tardísimo y aunque mañana es domingo, tenés que estar cansado, por lo menos de llorar como una Magdalena!!!, jajajajajajajajajajajaja!"

Alo que él respondió:

-" Si la verdad, es que todo esto me cansó. Tenés razón basta de lamentarme como un boludo, me voy a duchar, que hace calor y estoy todo traspirado!!!!!"

"Si se te nota viejo, tenés un olor a chivo que mata, ja ja jajaja", le dije.

El se levantó y se fue al baño a tomar una ducha. Yo mientras tanto, me saqué la ropa y me fui a mi cama y encendí el televisor y me puse a ver una película.

Al rato salió José con un toallón en la cintura, se sentó en la cama y me dijo: "Y ahora donde voy a dormir?, por que el sillon del living es un poco chico para mí."

"Mirá..- le dije yo- ....dormí en la cama conmigo, total es grande y hay lugar para los dos, total, Ali ya no se va a enojar, y menos por que te acuestes conmigo, jajajajajajajaja!!!!, nos reímos juntos.

José se sacó la toalla y por primera vez, le presté atención a su cuerpo, que carajo!!!!!!, realmente tenía un cuerpazo!!!!!!

Su espalda era enorme, y sus pectorales inflados por el ejercicio estaban muy marcados; sus brazos eran gruesos y todos los músculos se le marcaban, ni hablar de su abdomen, que parecía una tabla para lavar la ropa; y su culo eran dos montañas de carne maciza, dos globos de carne fibrosa que harían a cualquiera querer meterle mano. Por primera vez, veía a José con otros ojos, y no sabía por qué?, traté de concentrarme en la película, pero era tan atractivo para mí su cuerpo que no le podía sacar la vista de encima. En un momento, se giró y vi lo que le colgaba entre las piernas, a pesar de que muchas veces nos habíamos duchado en los vestuarios del gimnasio y lo había visto en bolas un millón de veces, nunca le había prestado atención a lo bien armado que estaba. "Mierda –pensé- que pedazo de manguera que tiene el hijo de puta!!!!". Realmente no podía creer lo grueso y lo largo que era, aún en estado de reposo. Ahora entendía por que José era tan popular con las chicas, por lo que tenía entre las piernas!!!!

Sin exagerar, en reposo le mediría unos 10 cm. (claro que con el tiempo supe su tamaño real en estado de reposo 12 cm.) y yo no podía creerlo, además lo coronaba un abundante vello púbico, que le daba un aspecto más varonil y un par de testículos que parecían huevos de toro, de lo grandes y colgantes que los tenía.

Sin pensar en nada más, se me escapó: "La puta madre José, que pedazo de poronga!!!!", José se sonrió y parándose y agarrandosela con una mano, me dijo: "Y eso que no me la viste parada!!!!, jajajajajajajajaja".

Yo me incorporé en la cama y le dije: "viejo, que cacho de verga que tenés, cuanto te mide cuando se te para?"; "Jaaaaa.....", – dijo él-, "...como 28 cm.", " dejáte de joder, me estás tomando por boludo?, no te puede medir tanto!!!", le dije.

"No me creés?, ahora vas a ver!!!", dijo él, y acto seguido, comenzó a masajearse la verga como si nada. Después de unos minutos, el tremendo cacharro se le empezó a poner cada vez mas grande, y más grande, y más grande, yo no lo podía creer!!!!!, además no solo era largo, sinó que su grosor era acorde a su longitud.

En un momento dado, me dijo: "listo, ahí lo tenés....., medilo si no me creés!!!". Yo observaba ese tremendo cilindro de carne y no lo podía creer, entonces le dije: "hijo de puta, que verga que tenés!!!!!!, con razón las minas se te pegaban como moscas!!!!!"

José: "Sí, pero ninguna se la ponía toda adentro, la mayoría aguantaba solo la cabeza y nada más. Alicia, aguantaba un poquito más, pero nunca se la metí más de un cuarto por que decía que le hacía doler."

A esta altura, yo sentado en la cama observando semejante caño, tenía la verga durísima y a pesar de no tener las medidas de José, estoy bien dotado (mis 22 cm han hecho gozar a muchas chicas). José me dijo: "a ver la tuya?, cuanto te mide?"

Yo me bajé el pantaloncito que usaba para dormir y le mostré con orgullo mis 22 cm., a lo que José me dijo: "viejo, no está nada mal, tenés una buena verga!!", y de un manotón me la agarró con una de sus manazas.

El solo hecho de sentir su mano firme en mi verga hizo que ésta empezara a babear.

Yo lo miré y le dije: "Che, puedo....., no sé, ....no te enojás si...., no se....", "....dale boludo, agarrála, somos amigos, che, no tengas vergüenza, hace rato que nos conocemos.", dijo él sonriendo con inocencia.

Cuando puse mi mano sobre semejante pedazo de choto, pude sentir la potencia que tenía semejante aparato. Mi mano empezó a pasear por todo el tronco, cubriendo y descubriendo el enorme glande. José hacía lo mismo con mi nabo y se sentía riquísimo. Nunca en mi vida había sentido esa sensación de tocarme con otro hombre de esa forma.

Al principio los dos sonreíamos, pero con el pasar de los minutos, nuestras caras ya no esbozaban sonrisa, sinó deseo absoluto, ya no eran toqueteos gentiles entre dos amigos, sinó masajes realmente intensos, que nos sacaban pequeños suspiros a ambos.

Yo me saqué por completo el pantaloncito y José tiró el toallón a la mierda, ahora nuestras manos no solo se ocupaban de nuestras erectas vergas, sinó que se paseaban por los pectorales, los brazos, el vientre, la espalda. Nuestras respiraciones se hicieron más agitadas, y cuando menos lo pensamos, nos abrazamos y nuestras bocas se fundieron en un apasionado beso. Su lengua ingresó en mi boca, pudiendo así degustar mi saliba y lo mismo hice yo con la mía, explorando su boca, entre gemidos y gruñidos que denotaban el estado de calentura que teníamos ambos.

De aquí en adelante, casi no hablamos. Yo sin poder aguantar más mi excitación me incliné y me llevé a mi boca su inmenso monstruo, me costaba abarcarlo, y solo logré meterme la mitad de semejante verga. José, ponía los ojos en blanco y gemía. Yo no podía creer lo que hacía, pero no podía contenerme, el sabor de su verga era exquisito, era mi primer verga y la chupaba como si toda mi vida lo hubiera hecho.

De vez en cuando, José suspiraba y decía entre gemidos: "si, si,......así....mmmmm, si Ale, si, que bien, mmmmmmmm..........ahhhhh, ohhhhhhh, si seguí Ale, seguí, no pares, ...aaahhhhhh, dale.....mmmmmmmmmmmmmm!!!!!!!

Yo estaba como loco y no me podía despegar de su verga. De golpe se separó de mí, me hizo incorporar y me dijo: " ahora me toca a mí......", y se arrodilló y de un bocado se tragó mi verga hasta la mitad. Yo solté un suspiro, heché la cabeza hacia atrás y dejé que José, hiciera lo mismo que yo le había hecho a él. De vez en cuendo miraba hacia abajo y lo veía devorarse mi miembro, como un chico goloso con su chupetín. Le pasaba la lengua, por el costado deltronco y luego jugueteaba con la cabeza. Yo hice lo mismo que él, me separé bruscamente de él, dejándolo sin su caramelo, y le dije: "si seguís me vas a hacer acabar."

El se paró a mi lado, nos volvimos a abrazar y nos recostamos en la cama. Comenzó a besarme el cuello, el torso, el vientre, siguió besando mi verga y en un momento me hizo girar, poniéndome boca abajo, y se dirigió sin pausa hacia mi culo, que por cierto es muy redondo y está bien parado por el ejercicio. Lo único que José dijo fue: "que cola que tenés Ale, como te la voy a comer!!!!", luego de esto sumergió su cara entre mis firmes nalgas y sepultó su boca en lo más profundo para ocuparse de lamer y succionar mi esfínter, haciendome casi gritar del placer que me empezó a dar. "Ahhhhhhhh, ...............Jo...sé.......que ....me hacés....hijo...de.....p...ta....ahhhhhhhhh, siiiiiiii......ayyyyyy, si, así, ahhhhhhhhhhh!!!!!!, yo no podía parar de gemir, y José no paraba de chuparme el culo como si estuviera poseído.

En un momento dado, ya no aguanté más y mirándolo a los ojos, le dije: "cojéeme hijo de puta....., cojéeme, no aguanto más, meteme esa poronga de caballo que tenés, rompeme todo el orto.............ahhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!, basta, ......cogemeeeeeee!!!!!!!!!!"

José se arrodilló ante mí, me giró y me puso boca arriba, elevó mis piernas y me empezó a meter un dedo en mi ano. Mi culo estába tan bien lubricado por su saliba, que el dedo desapareció sin problemas, luego metió otro, y otro, y cuando el cuarto dedo ingresó en mi culo yo ya estaba casi a los gritos, pidiendo que me penetrara: " dale José, metemela, no aguahhhhhhhnnnnttt, ahhhhh, meteme tu poronga, papito, ahhhhhhh...ohhhhhhhh, asiiiiiii, cojéeme, cojéeme, dale cogemeeeeee!!!!!!"

José después de unos minutos más de jugar con sus dedos en mi esfínter, escupió un gargajo de abundante saliba en su enorme verga y otro en la entrada de mi ano.

Apoyó el enorme glande y me dijo: "seguro Ale, que lo querés?", a lo que yo respondí totalmente fuera de sí: " dejate de joder y cojéeme de una vez, que no aguanto más la calentura que tengo!!!!!!!"

José presionó con el glande mi esfínter, pero a pesar de la buena dilatación que yo tenía, la cabeza de su verga era enorme, así que no le quedó otra que hacer más presión y pegar un gran empujón. Esto hizo que mi esfínter cediera y la enorme cabeza lo traspasó de un empujón, haciendome ver las estrellas y sin poder contenerme, grité de dolor, "Ayyyyyyyyyyyyy!!!!!!!, la puta madre!!!!!!!, Ahhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!, no, no, no, sacala, sacala!!!!!!"

José se detuvo y me dijo suavemente y tratando de calmarme: "Tranquilo, aflojate, yo me quedo quieto, pero aflojate Ale, aflojate bebé!, vas a ver como en un ratito se te pasa el dolor, quedate quietito, no te muevas, así te vas acostumbrando!"

"Noooo, no, no, sacala, saca.....la, sac........mmmmmmmmm, ohhhhhhhhh.............", José me había empezado a besar y a acariciar el cuello, tranquilizándome y dándole tiempo a mi pobre culo de que se acostumbrara a semejante poronga.

"Así Ale,.....así, ves que se te va pasando!!!"

"Ahhhhh, ......mmmmmmmmmmm........ay José.................mmmmmmmmmm, ahhhhhhhhh, si, así, mmmmm, si............si, ahhhhmmmmmmmm"

Poco a poco mi ano, se acostumbró a tan inmenso huésped y de a poco fue dejando de dolerme y solito yo comencé a realizar un suave vaivén, haciendo que de a poco la poronga de José, se fuera internando en mis intestinos más y más, hasta que en un momento, José sorprendido, me dijo: " Ahhhhhhhhh!!!!, Ale, toda!!!!, está toda adentro, ahhhhh, que rico!!!!!, ahhhhh, ohhhhh, que lindo se siente esto Ale!!!!!!, si así Ale, así, movete bebé, movéte , si, si, si, así, ahhhhhhh..............mmmmmmmmmm, que bien!!!!"

José comenzó a moverse también y cuando nos quisimos acordar, nos habíamos largado a buscar nuestras bocas y nuestras lenguas se unieron, en un beso salvaje.

José se movía con furia, sacando casi toda su enorme verga casi hasta que el glande salía de mi ano y yo buscaba detenerlo en mi interior, no quería que abandonara mi cuerpo, los dos estábamos traspirados y no parábamos de movernos y acoplarnos salvajemente.

Por momentos podía sentir como su glande llegaba a lo más profundo de mis intestinos y me hacía gemir con desesperación: "Ahhhhhhhh..............Jo......sé........ahhhhhhhhhh, .....papi....ahhhhhh...........ohhhhhhhh.....si, así mi amor, así damela toda, papi, por favor!!!!, metela toda y no la saques mi amorrrrr, ahhhhhhhhh, siiiiiiiii, así papi...............ahhhhhhhhhhhhh, así .........hijo de puta..............cojéeme......cojéeme.........cogemeeeee, rompeme todo!!!!!!!!

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!"

Aproximadamente media hora duró este ejercicio, luego, José comenzó con los primeros síntomas de su orgasmo, el cual precipité cuando al acabar yo, comencé a apretar con mi culo su nabo con fuerza, haciendolo tener uno de sus orgasmos más incríbles que él recuerde.

"Ayyyyy, José......ahhhhhh, voy a acabar, ......voy a acabaaarrr, ahhhhhh, ........Jo..........sé..ahhhhhhhhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiii, acabooooo, acaboooooo, acaboooahhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!

Mi culo apretaba su gruesa verga y sin poder contenerse más, él comenzó a eyacular intensas descargas de leche en mi interior.

"Ahhhhhh, Aleeeee, ahhhhhh, acabo, acabo, acabo, acahhhhhhhhh.......ahhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiii, siiiiiii, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!"

Por espacio de unos 15 minutos nos quedamos así, uno sobre el otro, mirándonos, sintiendo, como se iba achicando su enorme verga dentro de mi culo. Dándonos besos, haciéndonos caricias, descansando.

Después de un rato, nos levantamos, nos duchamos juntos, dándonos una que otra suave caricia, un beso, un abrazo. Terminamos la ducha y fuimos a la cocina, comimos algo, y recuperamos fuerzas.

Nos mirábamos sin decirnos nada, en un momento dado, él me miró, estiró una de sus mnazas y me dijo con una sonrisa pícara: "vamos a la cama Ale?"........, yo me sonreí.....estiré mi mano y tomé la suya. Esa noche fue inolvidable, al igual lo que pasó luego, pero eso.......eso lo dejo para el próximo encuentro.