Mi mejor amigo 4 (Final)

Tras volver de vacaciones, mi relación con Karla cambia drásticamente hasta limites extremos.

Al llegar a Guadalajara me encontraba con sentimientos encontrados, pues recordaba con felicidad mi último encuentro con Karla pero no paraba de preocuparme por ella. A penas llegar decidí llamarla pero no contestó, pensé que estaría ocupada así que decidí dejar pasar un tiempo antes de volver a llamarla, en la tarde y la noche lo volví a intentar pero seguía sin contestar. Quería mantener la calma pero me comía el ansia de no saber nada de ella, estuve así toda la primera semana, hasta que llegado el viernes decidí salir con mi hermano mayor a dar la vuelta por la ciudad para despejarme un poco.

Como yo no conozco bien Guadalajara me deje llevar por mi hermano, me llevó a distintos lados hasta que caímos al centro para comer una tortas ahogadas, después dimos un paseo por los alrededores, ahí nos encontramos a Jimena, una nueva amiga de mi hermano que había hecho llegando a la ciudad. Jimena es una de las chicas mas hermosas que he conocido, medía 1.70, con una melena negra que le llegaba un poco por debajo del hombro, piel blanca super suave, sus labios no son muy grandes pero no dejan de ser apetecibles, y sus ojos marrones claros me vuelven loco cada que los veo. Nos presentamos y la invitamos a que nos acompañara un rato, ella dijo que estaba un poco apurada pero que podía quedarse unos minutos. Estuvimos dando vueltas sin rumbo pero yo aproveché para conocer más a Jimena, es dos años mayor que yo, es licenciada en psicología, actualmente no tiene trabajo pero mientras vive con su abuela ayudándole en su casa y en su tienda familiar. Tenemos bastante en común, prácticamente todos nuestros gustos son iguales, música, deportes, películas, todo, hasta nuestro sentido del humor era igual, nuestra química fue inmediata, ella dijo que sólo podía quedarse unos minutos pero estuvimos hablando casi una hora. Ella al darse cuenta de su retraso rápidamente se despidió de nosotros, nos dimos nuestros números de teléfono y se fue corriendo. Mi hermano entonces me preguntó si quería ir a un antro que conocía, estaba aburrido porque lo habíamos dejado de lado la última hora, fuimos y como compensación le invité la primera ronda, como no tenía ganas de bailar sólo estuve tomando, pasadas unas horas regresamos a casa a dormir, al despertar tenía un mensaje de Jimena, “¿Quieres salir esta tarde?” decía, le respondía afirmativamente y me levanté para comenzar mi día.

Las siguientes dos semanas estuve saliendo con Jimena, ella me llevó por toda la ciudad para conocerla, aunque yo siempre seguía igual de perdido, ella terminó por presentarme a su abuela y yo la llevé a mi casa un par de veces, nuestra relación avanzaba demasiado rápido pero yo no quería dar el siguiente paso por Karla, de vez en cuando trataba de volver a comunicarme con ella pero nada. Me dio un bajón debido a eso, Jimena se dio cuenta y me preguntó, estaba realmente dubitativo si debía decirle la verdad o no, al final se la dije a medias, sólo le dije que Karla era mi amiga y mi compañera de piso en la capital, que estaba teniendo algunos problemas personales y que no me contestaba, omití que Karla y yo teníamos una relación todavía más íntima, también que Karla era trans, sentí que Jimena no necesitaba saber eso. Jimena entendió porque yo no quería ir más allá con nuestra relación pero aún así se molestó un poco, los últimos días seguimos saliendo pero ella estaba más juguetona, quería llamar mi atención, se arreglaba más, había más roces entre nosotros y de vez en cuando decía algo subido de tono, a mi me causó gracia por lo que le seguí el juego, pero no pasó de eso. El último domingo de mis vacaciones estuve toda la mañana con Jimena, me despedí de ella y en la tarde me despedí de mi familia para regresar inmediatamente a la capital.

Llegue a la ciudad de México como a las 9, tome el metro, como estaba cansado tenía la mente en blanco pero al llegar al piso me llegó una gran tristeza, todo estaba exactamente como lo habíamos dejado antes de ir de vacaciones pero faltaba algo muy importante, Karla. Fuí a su habitación, aún no había regresado, le llamé pero de nuevo no contestó, en su lugar tenía un mensaje de Jimena preguntándome cómo había ido el viaje, le respondí cordialmente y como no tenía ganas de hacer nada me fui a dormir.

Me desperté a las 9 y para despejar mi cabeza salí a correr y luego al gimnasio, regresé a la 1, al entrar lo primero que ví fue la maleta de Karla en nuestra sala, estaba tan emocionado que cuando oí la regadera fui corriendo al baño, abrí la puerta y ahí estaba dándose una ducha, entré inmediatamente y la abracé por detrás mojandome toda la ropa en el proceso.

-No sabes cuanto te he extrañado. Le dije, ella no respondió, permanecía inmobil, ni siquiera me volteó a ver. ¿Estás bien?

-Sí, sólo estoy un poco cansado. Salió de la ducha, se puso su toalla y se fue a su habitación donde estuvo encerrada varias horas. Finalmente salió como a las 6 y cenamos juntos. La notaba rara, pues aunque trataba de comportarse como normalmente se notaba que no estaba del todo bien, cuando le preguntaba si le pasaba algo o porque no me contestó en las tres semanas pasadas evadía la conversación, después de seguir insistiendo finalmente me pidió disculpas pero siguió sin darme ninguna explicación, decidí no molestarla más y pasamos del tema.

A los pocos días entramos de vuelta a la facultad, ahora Karla sí tenía horarios de universitaria con clases en las mañanas, tardes y con algunas horas muertas, el semestre pasado era difícil que estuvieramos juntos ahora lo era más, yo tenía fe de que pudiéramos encontrar algún tiempo para nosotros pero Karla no ponía de su parte, lentamente se iba alejando de mí. Un día en el que ella salía a las 4 y yo a las 6 quería invitarla a salir, recogí mis cosas y fui a casa directamente donde creía que estaría Karla pero al llegar no estaba, llegó una hora y media después borracha.

-¿Dónde has estado?, le pregunté.

-Fue a tomar con unos amigos.

-¿Y por qué no me dijiste? Estaba preocupado por tí, mira nada más cómo vienes.

-Si nada más fueron unas cervezas, porque no mejor en vez de regañarme me castigas directamente. Se dio la vuelta se levantó la falda y se dio una nalgada.

Yo seguía molesto pero su gesto me puso a cien. Ya te extrañaba papito, dijo mientras se acercaba lentamente a mí. No pude resistir más y la comencé a besar, estuvimos un rato jugando con nuestras lenguas y explorando nuestros cuerpos con nuestras manos hasta que la cargue hasta la sala. Me quite el pantalón y ella me empujó al sofá, caí y ella se montó sobre mí, me pareció realmente curioso lo abierta que estaba, la primera vez que lo hicimos ella no era virgen pero sin duda estaba más estrecha que ahora. Comenzó a cabalgarme desesperadamente. Sí papi soy tu putita, dame más duro, ah… Karla no paraba de gritar y gemir hasta que finalmente me corrí dentro de ella. Nuevamente le llenaba el culo con mi leche pero era diferente, la primera vez lo hicimos con cariño, tratando de satisfacer al otro, esta vez ella sólo quería que me viniera dentro de ella. Yo pensé que a ella le gustaría que le hiciera una mamada para que ella también se viniera pero no, en cuanto lance el último chorro ella se levantó, con el semen corriendo desde su ano hasta sus piernas y se fue directamente al baño para limpiarse. Había algo mal con ella, se había estado comportando raro desde que volvió de las vacaciones pero la corrida que acababa de tener me lo termino de confirmar, claro que había sido placentera volverla a coger y llenarla de leche, pero había un extraño sentimiento de arrepentimiento e incomodidad en mí.

A partir de ese día nos fuimos distanciando aún más, ella salía más con sus nuevos amigos, yo nos los conocía en persona pero algunos conocidos me decían que la veían mucho con ella, cada vez llegaba más tarde y en peores condiciones, la primera vez le eché la bronca por llegar medio mareada a las 9 de la noche, eso no era comparable cuando llegaba a las 2 con toda la ropa desaliñada y apestando a mierda de tanta porqueria que se metía. Yo no entendía lo que le pasaba, lo peor era que cuando pasaba eso ella trataba de contentarme dándome su culo y yo de pendejo lo aceptaba, llegábamos a follar tres o cuatro veces por semana y aun así nada igual como aquella primera vez.

¿Por qué una chica tan linda como ella había cambiado tanto?, al principio estaba preocupado pero ese sentimiento se fue convirtiendo en furia, mi mejor amigo de la infancia, al que había ayudado a volverse la linda y hermosa señorita que siempre había querido ser, era ahora un puta y una drogadicta. Realmente nunca la ví haciendo nada de eso, pues mínimo en nuestro piso se comportaba un poco más, pero sabía que lo hacía, cada vez más y más rumores sobre ella. Entre la ingeniería y Karla me estaban matando, por suerte tenía a Jimena, aún en la distancia seguiamos hablando, nunca le contaba mis problemas pero charlar con ella siempre era bueno.

Cuando estábamos en Guadalajara me dijo que un día iba a venir a visitarme y un sábado de repente me dijo que ya iba en camino. Era un sábado por la mañana, estaba tomando un pequeño almuerzo cuando sonó mi celular y era ella, estaba por llegar a la ciudad, había venido como sorpresa para mí pero se había dado cuenta que era ahora ella la que no sabía andar por la capital, me pidió que la fuera a recoger, yo gustoso acepté y fui a buscarla. Con todos los retrasos terminamos llegando a mi piso a la una de la tarde.

Al llegar estaba Karla en la sala, al vernos estaba sorprendida, había traído a varias personas a nuestro piso pero nunca a alguien como Jimena, ahí fue cuando caí en cuenta que nunca le había dicho nada a Karla sobre Jimena. Jimena saludo amigablemente a Karla y luego nos pidió usar nuestro baño.

-¿Quién es ella?, me preguntó Karla cuando estábamos solos.

-Es una amiga de Guadalajara que vino de visita un par de días.

-¿Solo una amiga?

-Sí, solo una amiga, no te preocupes. Era evidente que estaba celosa así que le dije eso para tranquilizarla. Vamos a salir para mostrarle la ciudad, ¿Quieres venir con nosotros?

-No, ya tengo planes con mis amigos.

Jimena salió del baño, fuimos a la sala los tres y estuvimos charlando un rato. Estaba pasando un muy buen rato hasta que me fijé en Karla, se le veía incómoda y triste, la habíamos dejado un poco de lado, era la tercer rueda entre nosotros. Decidí no hacer nada, luego Karla se fue a su habitación, se arregló y salió para irse de fiesta.

Yo llevé a Jimena al parque cercano a dar un paseo y luego la llevé al cine. Cuando regresamos por la noche estuvimos otro rato en nuestra sala.

-¿Cómo convenciste a tu abueltia para que te dejara venir? Le pregunté con curiosidad.

-Ella cree que somos novios y le dije que me habías invitado a quedarme un fin de semana contigo, me costó convencerla pero al final accedió.

-De haber sabido preparaba algo más, mañana te llevo a conocer la ciudad bien.

Estuvimos un rato más hasta que se levantó y se despidió de mí.

-¿A dónde vas? le dije.

-Pues a mí hotel, ya estoy algo cansada y quiero que nos levantemos temprano mañana.

-¿Un hotel? Si te podías quedar aquí si querías.

-Pero no quería molestar, además apenas y tienen espacio.

-No es ninguna molestia, el sofá no está tan mal y para que no tengas problemas te pago lo del hotel.

-Bueno, entonces creo que no tendrás problemas durmiendo en el sofá esta noche, me dijo bromeando.

-Si quieres dormir en mi cama tendrás que compartirla conmigo eh.

-¿Quién dijo que quería tu cama? A lo mejor quiero dormir con Karla.

-No creo que ella quiera, sólo te queda una opción, ¡El sofá!, le dije señalandolo.

-Que grocero, me invita a quedarme a dormir con él y me deja tirada en su sala.

-Nadie va a venir a faltarme el respeto a mi casa. Dije y me lancé sobre ella, comencé a hacerle cosquillas hasta que empezó a llorar de la risa, pataleaba y me pedía que parara pero no paraba de reírse. Cuando paramos había quedado sobre ella en el sofá, estábamos cara a cara viéndonos directamente a los ojos, entonces nos besamos. Fue apenas un pico rápido, nos separamos y estuvimos quietos unos instantes antes de darnos ahora un beso más largo. Tenía miedo de asustarla y trataba de ir un poco más lento pues estaba acostumbrado a los besos lascivos de Karla, este en cambio era un beso tierno, con cariño, de aquellos que tanto extrañaba.

Nos separamos y la lleve de la mano a mi habitación, ahí la fue desnudando lentamente mientras la besaba por todo su cuerpo, al fin podía ver sus hermosas tetas, grandes y firmes con sus pezones rosaditos que me vuelven loco, y su culo grande y firme. Tenía el vello pubico sin rasurar pero se veía perfecto con su rajita. La recoste sobre la cama y la abrí de piernas para comenzar a comer el coño. Estaba realmente mojada, me llenaba mi boca con sus fluidos mientras yo me enfoque principalmente en su clítoris, lo me abrí paso entre sus labios para descubrirlo y comencé a estimularlo de forma parecida a como lo hacía con la verguita de Karla. Me detuve y me puse en posición para penetrarla, puse mi punta en su entrada y comencé a empujar. Estaba super estrecha, lo cual me calentó a tope y comencé a follarla bien. Ella gemía con los ojos cerrados mientras jugaba con sus tetas. Estuvimos en esa posición hasta que nos corrimos los dos, lancé tres chorros dentro de ella que la dejaron completamente llena. Nos abrazamos y sin sacarla nos quedamos dormidos.

Al levantarnos ella se fue a duchar mientras yo fui al cuarto de Karla para ver si estaba, me tranquilicé al ver que sí estaba en su cama durmiendo. La dejé dormir tranquila y me fui también a la ducha. Nos cambiamos y nos preparamos para salir, Jimena me preguntó si invitabamos a Karla pero yo le dije que mejor no la molestaramos.

Jimena quería ver varios lugares pero no teníamos tanto tiempo, al final estuvimos mucho tiempo en el centro, por el zócalo y sus alrededores, yo no estaba muy convencido pero era para llevarla a conocer. Regresamos nuevamente en la tarde, Karla ya había salido cuando llegamos. Estuvimos de nuevo en la sala platicando, estaba muy agusto hasta que me preguntó lo peor que podía preguntar.

-¿Qué pasa con Karla?

-¿De qué?

-¿Sale mucho no?, ya me habías contado de ella antes pero me la imaginaba diferente

-Ha estado cambiando últimamente. Le contesté tratando de ocultar mi tristeza.

-¿Está todo bien? Te noto un poco apagado de repente.

Suspiré hondo. -Lo que pasa es que estoy preocupado por ella, Karla está andando en malos pasos. Es mi mejor amiga y me duele verla mal.

-¿Has intentado hablar con ella?

-Si pero no se puede, siempre me evade y nos estamos distanciando.

-Creo que deberías intentarlo más, si es tu mejor amiga creo que sabrás cómo ayudarla.

-Tienes razón, aún no sé qué haré pero ya se me ocurrirá algo.

Estuvimos un rato largo más en la sala hasta que nos fuimos a dormir juntos de nuevo. Nos despertamos temprano y la fui a dejar a la estación de autobuses, nos despedimos con un tierno beso. Decidí darme ese día de descanso, así que volví al piso en vez de ir a la facultad, al llegar lo primero que oí era Karla llorando en su habitación. Fui directo hacia ella, no había cerrado la puerta con llave así que entre antes que ella pudiera reaccionar. Yo traté de abrazarla para consolarla pero ella me empujó bruscamente.

-Vete con esa puta, mi gritó.

Yo me molesté. -¿Qué coño te pasa?, Te portas como una zorra, te alejas de mí y ahora es mi culpa cuando busco cariño en otro lado.

-Eres un puto imbecil.

-Yo no soy el que prefiere ponerse hasta la mierda antes que estar con mi mejor amigo, el que te apoyó desde el principio, el que te quiso a pesar de todo, el que estuvo a tu lado cuando más lo necesitabas.

-Entonces ¿por qué me dejaste sola esas tres semanas? ¿por qué trajiste a esa puta?

-Coño, yo te estuve llamando todo el tiempo pero eras tú la que no contestaba, te dije que si me necesitabas me dijeras e iría por tí.

-No tienes ni puta idea.

No quería seguir discutiendo así que salí, quería ponerme ciego ese día entonces fuí a hacerlo, apenas eran las 7 cuando entre al primer antro, iba directo a la barra a pedir los más fuerte que tuvieran, pasado un tiempo me sentía incómodo con el ambiente del lugar y me iba a otro local: Pase por varios antros primero pero debido al ruido terminé pasándome a los bares. No sé como termine llegando a un bar gay, cómo quería seguir tomando me valió madres y entre. Mi puta mala suerte me hizo terminar en el mismo bar que Karla, tal parece que ella había tenido la misma idea que yo, la reconocí inmediatamente porque literalmente era la única chica atractiva del lugar. Me fuí al fondo del lugar para evitar que me viera, estaba con sus amigos, parecía ser una pareja gay, tres chicas que eran claramente travestis, otra chica que sí era mujer, un tipo negro alto, un poco marcado pero no tanto.

La vigilaba de lejos, definitivamente nunca la había visto tomar así, sus amigos la animaban a tomar más y más, y el puto negro no paraba de pegarsele. A lo largo de la noche se me acercaron varios chicos y algunas trans pero yo los ahuyentaba inmediatamente, incluso pare de beber, solo veía a Karla desde lejos.

Oí a unos chicos al lado mío hablar, -Ves a esa zorrita de ahí, dijo apuntando a Karla, es la puta del bar, mira invitale un trago y vas a ver como afloja.

-¿Neta?, preguntó el otro sujeto.

-Sí, mira, hasta hay videos. Dijo sacando su celular.

Me acerqué y le dije al tipo con el celular si me pasaba el video, al principio dudaron pero les invité una ronda y me lo terminó pasando. Fui al baño y me encerré en una de las cabinas, reproduje el video, era sólo un pequeño clip de muy mala calidad pero indiscutiblemente era Karla. La imagen era Karla acostada boca arriba tratando de taparse el rostro con las manos pero el hombre con el que estaba la sujetaba fuertemente.

-Dilo de nuevo zorra, dijo el hombre, inmediatamente reconocí la voz de Gerardo. Dilo de nuevo, repitió más fuerte y le dio una cachetada. Los sonidos de Karla eran sollozos, alguien que no la conociera pensaría que eran gemidos pero yo no, yo sabía cómo gemía y en el video ella definitivamente no estaba disfrutando.

-Soy una puta, cogeme dura papito, hazme tuya de nuevo, dijo Karla forzadamente.

Paré el video, guardé mi celular y apreté los puños mientras pensaba. No debí haberme ido, no debí haberla abandonado, debí haberme hecho cargo del puto Gerardo cuando tuve la oportunidad, todo era su culpa, él había emputezido a Karla, su sobrina, y también era mi culpa por no protegerla más.

Salí del baño, quería irme de ahí, ví a Karla con el negro tratando de besarla, me sentía derrotado, pero cambio cuando ví que Karla se apartaba, el negro seguía tratando de besarla mientras el resto de sus amigos animaban la situación, me fui acercando a su mesa, oía cada vez más claramente como Karla decía que no, que no estaba con muchas ganas, y como los demás decían que se animara, que le hiba a gustar Oscar, creo que así se llamaba el negro, ella seguía apartandose y el negro la seguía hostigando apoyado por todos. Sé que dije algo pero no recuerdo el que, lo que sí recuerdo claramente es el puñetazo que le solté a Oscar en la nariz. Lo siguiente que pasó lo recuerdo un poco borroso, Recuerdo a los guardias sacándome a la fuerza, y ya en la calle me fije en mis manos, estaban temblando con algo de sangre en los nudillos, me lleve la mano a la cara, al pasar mis dedos por mi labio me ardía y al volver a revisar mi mano estaba manchada de sangre, no podía ver mi rostro pero sabía no debía verse bien, tenía la playera estirada y también algo manchada.

Me levanté y comencé a caminar, estuve caminando por horas, calle tras calle, cuadra tras cuadra, veía a las prostitutas en la calle y sólo veía a las “amigas de carla”, veía a los imbéciles que se me cruzaban por el camino y sólo veía a Gerardo o a Oscar. A las 2 de la madrugada sonó mi teléfono, era Karla pero no contesté, seguí caminando, termine llegando a un parquecito como a las 5 de la mañana, me senté en una banca y me quede dormido, me despertó una llamada a mi celular, al despertarme me dolía todo, veía a los corredores matutinos en el parque pasar a mi lado mientras me lanzaban una mirada de repulsión. Saqué mi celular, era un número desconocido, contesté.

-Buenos días, ¿hablo con Luis Gonzales?

-S… sí, ¿Qué pasa?

-Para informarle que la señorita Karla Vásquez está internada en… Al escuchar eso me levanté inmediatamente, no tenía ni puta idea de donde estaba ni cuál era la dirección del hospital que me dijeron por lo que llamé a un uber, llegamos como una hora y media después, en la recepción no me querían dejar entrar a ver a Karla, decían que tenían que tratarme primero antes de verla, yo estaba ansioso pero no tenía de otra, fuí al baño a limpiarme y regresé a la recepción, los muy cabrones me atendieron dos horas después, luego otra media hora para ver a Karla.

Ahora tenía miedo, ¿La había lastimado yo? ¿Qué había pasado?, al entrar ella estaba dormida, no sabía que hacer por lo que me acerque lentamente a ella, me incliné y la bese en la frente. Ella abrió los ojos.

-Luis.

-Yo… perdón, yo no sé qué pasó, si te hice algo perdóname por favor, decía con lágrimas en mis ojos.

-Tú no me hiciste nada Luis, fueron esos putos.

-¿Qué pasó, qué te hicieron?

-No quiero hablar de eso ahora. Rompió a llorar. Luis perdoname.

-No, es mi culpa, yo fui el imbécil que te abandonó con Gerardo, yo fuí el que dejó que te fueras con esos cabrones que decían ser tus amigos, yo fui el que te cambió por Jimena.

-Pero fui yo quien no le dijo a mis padres sobre Gerardo como me habías dicho, fuí yo quién no te contestó, y fui yo quién en vez de dejarme consolar por tí como antes preferí irme a meterme mierdas.

La abracé, ella con trabajos me respondió el abrazo.

-Te amo, me dijo.

-Yo también te quiero, le respondí.

Salí de la habitación y volví a la recepción, tenía varias llamadas perdidas de los padres de Karla y una de Jimena. Primero llamé a sus padres, me contestó su madre preocupada, me dijo que les habían llamado de un hospital y que su esposo ya iba en camino. Le dije que estaba yo con su hija, me empezó a hacer mil preguntas pero le dije que mejor le explicaría a su esposo cuando llegara.

Luego llamé a Jimena, me respondió felizmente.

-Hola, ¿Cómo estás Luis?

-Bien, le mentí, un poco cansado pero bien.

-Oye, sobre el fin de semana quería decirte que ha sido de las mejores experiencias que he tenido. Gracias.

-Sí, yo también, me la pasé muy bien.

-Te extraño, no quiero presionarte pero debo preguntar ¿somos pareja?

Dude por un momento. -Sí, los somos, te quiero mucho Jimena, pero antes de que avancemos más hay algo que necesito decirte.

-¿Qué?

-Ahorita estoy un poco ocupado, pero en cuanto pueda te llamo y te explico bien, ¿Vale?

-Vale.

-Adios, te quiero mucho.

-Adios.

Colgué, me acerque a uno de los asientos vacíos y me desplome. Karla me necesita pero en serio quiero a Jimena, ¿Qué hago? ¿Cómo le explica a Karla que quiero estar con Jimena? ¿Cómo le explico a Jimena que debo estar con Karla?, pienso en todo lo que ha pasado y no paro de sentirme egoísta. Al final la culpa sí es mía, yo fui quien le jodió la vida a mi mejor amigo.