Mi mejor amiga
No siempre es normal que el mejor amigo de un hombre sea una mujer, y menos si ella esta casada y yo tambien.
MI MEJOR AMIGA
No siempre es normal que el mejor amigo de un hombre sea una mujer, y menos si ella está casada y yo también, pero por circunstancias de la vida, en mi caso era así, siempre había tenido un gran aprecio para Pepi, y a pesar que alguna noche había sido mi fantasía erótica, nunca habíamos tenido ningún roce más allá de los normales entre buenos amigos, esto si, había mucha complicidad entre nosotros, estas miradas dulces, estos encuentros a media mañana, "casuales", ya que trabajábamos en la misma zona, para tomar café y desayunar juntos, la verdad es que nos confesábamos muchas cosas que seguro que nuestras parejas no sabían, en una palabra, nuestras charlas eran amenas, y nos encontrábamos muy bien juntos, cuando salíamos a cenar con nuestras parejas, nunca hacíamos ningún comentario sobre nuestros encuentros, intercambiábamos comentarios entre los cuatro, de cómo iba el trabajo, nuestra familia, etc., esto sí, siempre hacíamos coincidir el sentarnos juntos, las miradas lo decían todo, tal vez por el morbo de estar con nuestras parejas, parecían hasta más provocativas, algún roce por debajo de la mesa, que se hacía más intensivo con el paso del tiempo ... pero cuando estábamos solos, no nos atrevíamos a confesarnos mutuamente que realmente estábamos deseosos el uno del otro, ella era más bien bajita, mediría como 1.60 mts., rostro bonito y buenas curvas, inmejorable mujer a sus 40 años, yo medía casi 1.80 mts. y era delgadito, pero no tenía mala presencia a mis 47 años, una noche, después de cenar, nos fuimos a una disco, había bastante gente, nos encontramos con unas parejas amigas y nos sentamos con ellos ya que no había sitio, estábamos estrechos, pero el ambiente estaba muy animado, Pepi se sentó a mi lado, completamente pegada a mí, la verdad es que sentí como nunca el calor de su cuerpo, yo disimulaba todo lo que podía, pero la verdad es que estaba tremendamente nervioso, menos mal que estaba oscuro, ya que sin poder remediarlo tenía una erección tremenda, al cabo de un rato, puse la excusa de ir al baño porque no podía más, estuve cinco minutos y al volver, vi que Pepi y su marido estaban en mitad de la pista con una de sus amigas bailando, cogí a mi mujer y le sugerí el acompañarlos, ella estaba hablando con los otros amigos y me dijo que fuera yo, que luego vendría, le di un beso y me fui al centro donde estaban ellos, me puse a bailar a distancia, ella me miraba con su pícara sonrisa, creo que notaba mi nerviosismo, su marido iba algo pasado de copas, de pronto empezó a sonar música para bailar pegados, su marido ni corto ni perezoso cogió a la amiga y se puso a bailar con ella, Pepi y yo nos miramos, sin decirnos nada nos abrazamos y empezamos a movernos al son de la música ... mi corazón empezó a latir fuertemente, notaba sus pechos duros pegados a mí, volvía a tener una erección de miedo, se acercó más todavía, tenía que notar mi estado, su marido reía tontamente con su amiga, Pepi no demostraba ningún celo, sencillamente se apretujaba a mí y se dejaba llevar, fueron unos minutos muy dulces, no nos decíamos ninguna palabra, hablaban nuestros cuerpos, yo seguía teniendo mi aparato completamente erecto pegado a su vientre y ella me cogía muy cariñosamente por detrás del cuello, de pronto su marido nos dijo sin enterarse de nada, vamos a sentarnos y a tomar una copa, nos interrumpió nuestro bello momento y fuimos detrás de ellos a sentarnos, yo la cogía suavemente por su cintura hasta que llegamos a nuestros sitios y nos sentamos, mi mujer estaba riendo con el resto de amigos, el marido de Pepi seguía tonteando con su amiga y ella y yo sencillamente estábamos callados y pegados dejando pasar el tiempo, hasta que llegó la hora de marcharnos, pasé la noche completamente en vela, pensando en lo maravilloso que habían sido estos momentos, mi mujer dormía, hasta que también me venció el sueño.
El lunes cuando fui a la oficina, estuve todo el día con el móvil en la mano para llamar a Pepi y hablar del asunto, pero no me atrevía, ni siquiera salí para ir a tomar el café, estaba asustado, no sabía como reaccionar ni como reaccionaría ella, el martes igual, y por fin el miércoles fue ella que me mandó un mensaje donde me decía que estaba en el bar y que me esperaba para desayunar, nervioso como un colegial, me dirigí al bar, allí estaba ella, con su pícara sonrisa, me pareció mas guapa que nunca, me dio dos besos y me dijo que porque no había ido los otros días, le puse la excusa que tenía mucho trabajo, seguía con su pícara sonrisa, evidentemente notaba lo nervioso que estaba y sabía que era una excusa tonta, yo no sabía que decir y de pronto fue Pepi que me comentó, lo pasamos bien la otra noche verdad?, me sonroje y le contesté que si, que muy bien, y no se le ocurrió nada más que comentarme, la próxima vez que bailemos juntos, no lleves el móvil en el bolsillo de delante, que se notaba mucho, y se puso a reir a carcajadas, más sonrojado que nunca le pedí perdón y le dije que nunca más lo volvería a hacer ... se puso seria y me contestó, la culpa fue de los dos, no solo tuya, acaso no te gustó, que me dices que no lo volverás a hacer?, me quedé cortadísimo, cambiamos de tema, ya que ella veía que yo estaba incómodo, entonces fue cuando le comenté que la semana próxima tenía que ir a Barcelona para hacer un curso de reciclaje por mi Empresa, su contestación fue rápida, anda, estaba pensando en coger una semana de vacaciones para visitar a mi familia de allí, que te parece si lo hago coincidir?, aquí ya me quedé sin voz, tardé unos segundos a reaccionar y al final me di cuenta que era ella la que venía lanzada y pensé, o ahora ó nunca, y evidentemente le contesté que sería maravilloso, pero, y nuestras parejas?, se puso a reir y me dijo, como no le comentes tú a mi marido ó a tu mujer que coincidimos, ya me dirás como se van a enterar.
Pasaron los días, nos vimos a la hora del desayuno y nos pusimos de acuerdo en no coincidir en el viaje, llegó el lunes tan esperado, y a las 20 horas recibí el tan deseado mensaje de Pepi, "te espero en el Hotel que tú ya sabes, en la recepción, en media hora", ni que decir que solo de leer este mensaje, ya me puse como una moto, puntual me presenté a la cita, ella estaba guapísima, nos dimos los besos de rigor, un abrazo más cálido de lo normal, y nos dispusimos a ir a cenar, había pasado tantos nervios todos estos días que en este momento me encontraba más relajado que nunca, cenamos, tomamos 4 copas y nos dirigimos a una conocida sala de fiestas del centro de la Ciudad, entre copa y copa, llegaron los tan esperados bailes lentos, ya sin hablarnos, nos dirigimos al centro de la pista, mi móvil se estaba cargando por el camino, ya que íbamos cogidos de la mano ... entrelazando los dedos ... nos abrazamos, empezamos a soñar de nuevo al son de la música, más juntos que nunca, volví a rozar todo mi bulto por el estómago de Pepi, sin poderlo remediar, empezamos a besarnos apasionadamente, ya no nos podíamos parar, la noche tenía que terminar como terminó ... en la habitación de mi hotel, por fin me pude coger a mi tan querida amiga, pasamos una noche sensacional, hicimos el amor como adolescentes y de todas las maneras posibles ... había demasiada complicidad, fue la primera noche de las seis que pasamos juntos, pero lo bueno termina, y a la semana siguiente de nuevo desayunos juntos, cenas con nuestras parejas y la vida completamente normal ... pero el año que viene volvía a tener otro curso de reciclaje.