Mi mejor amiga 19

Lisa festeja su cumpleaños en el tan anticipado viaje a Los Ángeles.

¡Hola a todos! Aunque siempre me han hecho comentarios positivos sobre mis relatos extensos, quería darles aviso de que éste es un poco mas largo de lo acostumbrado. No me pareció correcto dividir esta historia, pues no quería que se perdiera el hilo de los sucesos. Espero lo disfruten.


John me llevó a mi hotel, donde dejé todas mis cosas, me di un baño rápido y me alisté para ir a la oficina. Al llegar, pude ver a mi amigo Lawrence, lo saludé desde lejos y rápidamente entré a la sala de conferencias para comenzar con las juntas del día.

Fue un día sumamente pesado y tedioso, prácticamente viví en la sala de conferencias pues vinieron distintas personas a informarme desde diferentes perspectivas, los resultados de nuestro proyecto.

Mandaron a pedir comida pues no tendríamos la oportunidad de salir, ya que aún había mucho que abarcar. Transcurrió el día y afortunadamente solo nos quedaba una junta restante, antes de que ésta comenzara, fui a prepararme un café pues ya sentía el desgaste del vuelo y el fastidioso día de trabajo.

Al terminar, me llevé todos los informes al hotel para volverlos a revisar y llevar al día siguiente los reportes y dudas correspondientes. Sin embargo, antes de regresar a mi ardua labor, decidí cenar algo en el bar del hotel.

Tras cenar, subí a mi habitación y sentada en la terraza bebiendo una copa de vino, me puse a revisar todo nuevamente. Cuando terminé, ya era pasada la una de la mañana. Me metí a mi cama a descansar y agotada por la extensa lectura, mis ojos rápidamente se cerraron y caí dormida.

Al día siguiente, llegué a la oficina y sorprendentemente me recibieron con un pequeño pastel de cumpleaños. Fue un gesto que aprecié enormemente y que hizo que mi día empezara de la mejor manera.

Después de partir y repartir rebanas de pastel, todos comimos un poco y al terminar, empezamos nuestras labores. Terminé los reportes y los entregué a las respectivas áreas, lo que me dejó casi medio día libre mientras esperaba a ver si había alguna retroalimentación.

En lo que esperaba, tomé mi celular y envié un mensaje.

“Hola nena, ¿me recuerdas? Soy Lisa, nos conocimos hace un mes en la playa. ¿Tienes planes para hoy?”

A los pocos minutos recibí respuesta de Ashley.

“Por supuesto te recuerdo ;) claro que tengo planes, es Halloween. Pero eres más que bienvenida a unirte a la fiesta. ¿Traes disfraz?”

“No tengo disfraz, no lo consideré pues vine nuevamente por trabajo”

“No te preocupes, ya lo resolveremos. Te envío mi dirección, te espero a las 8.”

“Trato, nos vemos al rato.”

Durante el día estuve recibiendo llamadas y mensajes de mis familiares y amigos para felicitarme, entre ellos Gerardo, Manola, Karina y Jimena. A pesar de que no quería que mi mente se fuera en esa dirección, no pude evitar preguntarme si recibiría una felicitación de Pamela.

Al terminar el día laboral, afortunadamente, los reportes no requirieron modificaciones y el proyecto marchaba tal como lo esperábamos. Lawrence y otros compañeros de la oficina me invitaron a salir para festejarme.

Comimos y tomamos un par de cervezas, Lawrence me invitó a una fiesta pero decliné amablemente y le conté sobre mis planes pendientes.

Law: Ten cuidado, Lisa, las chicas en esta ciudad son salvajes. Bromeó.

L: Cuento con eso, amigo. Dije de manera pícara.

Law: Quiero que me lo cuentes todo. El domingo deberíamos ir a comer brunch, así te daré el fin de semana para acumular anécdotas.

L: Me parece excelente, yo también quiero saber todo sobre tu fin de semana.

Fui a mi hotel a refrescarme y a cambiarme por algo más ad hoc para salir en caso de que no consiguiera disfraz. Me puse tacones, unos pantalones negros que delineaban mi figura, una blusa blanca sin mangas y debajo se transparentaba ligeramente mi brasier de encaje negro que hacía juego con mi tanga.

Llamé a John y le pedí que me llevara a la dirección que Ashley me había indicado. Era una bella casa estilo californiano cerca del muelle de Santa Mónica. Toqué el timbre y una chica muy guapa abrió la puerta. Era rubia, ojos color miel, piel bronceada y un cuerpo en forma.

*: ¿Si?

L: Vengo con Ashley. Dije algo insegura.

: Pasa. Dijo con una sonrisa.*

Al entrar a la casa, vi en el jardín una mesa llena de chicas hermosas, bebiendo y riéndose.

: ¡Ash! ¡Ya llegó tu cita! Gritó y al escuchar eso no pude evitar ruborizarme.*

De pronto una vi cómo se levantaba de su silla y se dirigía hacia donde estábamos.

A: Por Dios, Tory, ¿podrías ser más molesta? Dijo irritada y acercándose a saludarme. Por favor ignórala, solo está fastidiando. ¿Cómo estás? Me dio gusto recibir tu mensaje.

L: Estoy bien, gracias. Dije con una sonrisa.

A: Ven, te presentaré a las demás. Me tomó de la mano y me guio hacia afuera. Te presento a Carrie, Tamara, Gaby y ya conociste a Tory. Iba señalando a cada una mientras decía su nombre y la última me hizo un pequeño guiño al ser presentada.

L: Un placer conocerlas. Dije amablemente, recorriendo a cada una de las bellezas con mi mirada.

A: ¿Quieres algo de tomar? Pensábamos beber algo tranquilo, después arreglarnos y antes de marcharnos beber algo más fuerte.

L: Gracias, te acepto una cerveza.

Una de las chicas, Tamara, se estiró detrás de su silla, tomó una cerveza de una hielera y me la entregó.

Comenzaron a hacerme preguntas para conocernos mejor y al poco tiempo ya estábamos riendo y conversando como grandes amigas. Les hablé sobre por qué estaba en Los Ángeles y a lo que me dedicaba, ellas me comentaron que eran amigas de la universidad y cada una me contó un poco sobre sí misma.

Tamara y Carrie, tenían novio. Gaby, Tory y obviamente Ashley eran solteras.

Mientras conversábamos, Ashley nos interrumpió súbitamente.

A: Chicas, ya casi es hora de arreglarnos y tienen que ayudarme a improvisar un disfraz para Lisa. Dijo animadamente.

Rápidamente, la demás comenzaron a proponer opciones.

L: ¿Tú de qué te disfrazarás? Le pregunté mientras colocaba mi brazo sobre el respaldo de su silla para acercarme un poco más a ella.

A: Las cinco tenemos disfraces de conejitas de Playboy, cada una de distinto color. Sonrió de manera seductora y su mirada estaba clavada en la mía. Lamentablemente te uniste demasiado tarde al plan, sino tendrías el tuyo. Agregó.

L: ¿Supongo que los novios de tus amigas serán Hugh Hefner? Bromeé, sin desviar mi mirada por un segundo.

A: ¡Eres brillante! ¿Cómo no se me había ocurrido? Miró a sus amigas. ¡Chicas, Lisa será Hugh Hefner!

Todas rieron, aplaudieron y aprobaron el disfraz.

A: No te preocupes, será un disfraz igual de sexy que el de nosotras. Susurró en mi oído.

Las cinco chicas que tenía frente a mí parecían sacadas de una película, eran como el típico grupo de porristas populares o las integrantes de una fraternidad. Para refrescar su memoria, Ashley era una bella chica de ojos verdes, cabello castaño ondulado y muy buen cuerpo con una largas piernas. Tory, como mencioné anteriormente, era una hermosa rubia con excelente cuerpo por practicar surf todos los fines de semana. Tamara tenía una apariencia exótica, piel morena, cabello negro rizado, ojos cafés y una enorme y bella sonrisa. Su cuerpo también era digno de admirarse, tenía un busto de buen tamaño, pero su trasero se llevaba las palmas al ser grande, redondo y firme. Carrie, quien era compañera de casa de Ashley, tenía el cabello pelirrojo claro, tenía un aspecto tierno con pecas por todo su rostro y su complexión al ser muy delgada, no tenía atributos muy llamativos, sin embargo era todo un bombón. Finalmente, Gaby tenía el cabello negro, piel bronceada, cara algo redonda, labios delgados y unos ojos color azul, prácticamente grises, que eran sumamente intimidantes.

Mientras nos acabábamos nuestras bebidas, yo escuchaba la conversación y de pronto, no pude evitar mostrar una enorme sonrisa en mi rostro. Tan solo de imaginarme rodeada de tantas chicas bellas durante la noche, mis pensamientos volaban sobre lo que vendría más adelante.

Al parecer no fui muy obvia en ocultar mi goce y Tory se percató de ello.

To: ¿Qué te provoca esa gran sonrisa, Lisa? Dijo de manera traviesa y todas guardaron silencio para escuchar mi respuesta.

L: Oh, nada. Sentía mi rostro calentarse y enrojecerse. Solo pensaba que esta será una gran manera de festejar mi cumpleaños. Dije con timidez.

G: ¿Hoy es tu cumpleaños? Dijo sorprendida y yo asentí.

Ta: ¡No te creo! Muéstranos una identificación que lo compruebe. Dijo escéptica.

Saqué mi pasaporte de mi bolso y se lo entregué.

Ta: ¡Rayos! Es verdad. Dijo sorprendida. Nunca había conocido a nadie que cumpliera años en Halloween. Rio.

Todas comenzaron a levantarse y a dirigirse hacia los cuartos y baños para arreglarse, mientras que Ashley y yo llevábamos a la basura las botellas vacías.

En el último viaje desde el jardín a la cocina, Ashley me interceptó y tomó las botellas que llevaba en las manos y las colocó nuevamente en la mesa del jardín. Puso sus manos alrededor de mi cuello, su rostro estaba tan cerca del mío que nuestras narices se rozaban.

A: Me parece apropiado darte unos pequeños besos de cumpleaños. Me dio un pico en los labios. ¿No crees? Me dio otro.

L: Mhmmm . Fue la única manera en la que pude asentir a su argumento. Y me besó de nuevo.

Me tenía recargada sobre la pared, mis brazos estaban sobre su cintura y Ashley continuó besándome.

To: ¿Ash? Llamaba desde la cocina. ¡Ashley!

Pausamos el beso, sin embargo nuestras manos no se cambiaron de posición, a lo que Tory nos encontró prácticamente abrazadas.

A: ¿Qué quieres, Victoria? Dijo con un toque de irritación al haber sido interrumpidas.

To: Debí imaginarme que estarías aquí. Bromeó.

L: ¿Así que te llamas Victoria? No lo habría adivinado.

A: Si, pero odia que le digan así. Dijo en tono burlón.

L: A mí me parece un bonito nombre, no sé por qué no lo usas.

To: Puedes llamarme así, si deseas. Dijo seductoramente.

A: ¡Eres una facilota! Dijo con un toque de indignación y asombro. No dejas que nadie te llame así.

To: ¿Qué quieres que haga? Me gusta como ella lo dice. Me guiño un ojo.

A: Bueno, ¿se puede saber qué necesitabas antes de interrumpir? Dijo irritada.

To: Gaby pregunta si tienes hilo blanco pues se le cayó su colita de conejo.

A: Por Dios, Carrie también vive aquí, ¿por qué solo me preguntan a mí? Tory se encogió de hombros. Hay hilo y agujas en el closet del pasillo donde están las toallas. Ahora déjanos solas y enseguida vamos a cambiarnos.

Tan pronto Victoria se dio la vuelta, los labios de Ashley encontraron nuevamente con los míos. Esta vez nuestras lenguas se unieron a la fiesta y comenzamos a besarnos apasionadamente, nuestras manos comenzaron a moverse inquietas sobre nuestra ropa.

A: Vamos a cambiarnos. Interrumpió nuestros besos. Después continuamos, tenemos toda la noche.

Al llegar a su recámara me encontré con dos mujeres preciosas maquillándose vistiendo leotardos de diferentes colores, medias negras y altos zapatos de tacón negros.

Las dos restantes estaban en un baño peinándose, igualmente vestidas. De pronto llegó Carrie y me entregó una diminuta bata de baño color magenta que apenas cubriría mi trasero.

C: No tenemos bata roja como la de Hugh, pero ésta cumple con el propósito. Dijo amablemente.

Enseguida Ashley me entregó unas medias negras como las que estaban usando las demás. Se sentó frente al espejo y comenzó a peinarse.

A: Puedes usar la bata, las medias con los tacones que traes y en seguida te traigo tu sombrero de marinero. Lo tengo guardado por ahí con un disfraz del año pasado.

L: ¿Qué esperas que use debajo de la bata? Pregunté con genuina curiosidad.

A: Tu ropa interior o nada. La elección es tuya. Dijo de manera cautivadora.

Me detuve un momento en lo que consideraba si debía desvestirme ahí frente a las demás o si retirarme al baño, cuando de pronto, mis ideas se vieron interrumpidas.

To: ¿Necesitas ayuda para desvestirte, Lisa? Gritó desde el baño y yo únicamente sonreí.

Ta: ¡Yo también puedo ayudar! Bromeó.

To: ¿¡Tú qué!? Tú tienes un novio al cual desvestirás al rato, apiádate de quienes no tenemos quien caliente nuestras sábanas por las noches. Todas soltaron una fuerte carcajada.

A: Puedes pasar al baño a cambiarte, si te sientes más cómoda. Dijo con ternura mirándome en el reflejo del espejo.

L: Gracias, nena, no es eso. Me coloqué detrás de ella y susurré en su oído. Preferiría que fueras tu quien me ayudara. Inmediatamente se sonrojó.

Una vez que todas estábamos listas, fuimos de nuevo al jardín y Carrie llevó una botella de tequila.

C: Esto debe ser de tu área de experiencia, Lisa. Dijo mientras me entregaba la botella. ¿Podrías servirnos unos shots a todas?

L: Claro, Carrie, con gusto.

Abri la botella, empecé a servir en los pequeños vasos y se los repartí a cada una.

Ta: ¿Qué opinan de un pequeño juego antes de irnos?

Todas accedimos y sacaron un juego de mesa que tenía tarjetas estilo “verdad o reto.” Antes de empezar a jugar, todas tomamos el shot de tequila.

El juego comenzó con bailes eróticos, tragos y confesiones sexuales, sin embargo los retos iban subiendo de nivel. Fue mi turno y la tarjeta decía: “Besa al jugador a tu izquierda en dos partes del cuerpo con la primer letra de su nombre.”

Tory estaba sentada a mi izquierda y al escuchar el reto, me mostro una sonrisa sumamente seductora.

To: ¿Ya sabes dónde me besarás?

L: Aún no lo sé, Tory. ¿Tienes algún lugar en mente? Dije en tono seductor.

To: ¿Tory? Si no mal recuerdo, acordamos que tú me llamarías Victoria, lo que quiere decir que me besarás en un lugar con V. Alzó una de sus cejas al decir esto.

C: No hay partes del cuerpo que empiecen con “V”. Añadió rápidamente.

To: Oh, claro que sí. A mí se me ocurre uno y lo puede besar dos veces. Mordió su labio inferior al decir esto.

A: ¿Estas loca? Dijo al captar inmediatamente a lo que se refería. ¡¿Quieres que bese tu vagina!?

G: ¡Tory! ¡Eres una pervertida! Dijo asombrada.

Ta: Me rehúso a ver eso. Dijo indignada.

To: Puede ser en privado si así prefieren. Dijo entre risas, manteniendo un toque de sensualidad en su voz.

A: Olvídalo, eres Tory, así que será con T. Dijo fastidiada.

To: Aguafiestas. Dijo resignada.

Me puse de pie de mi silla, me acerqué a ella y lenta y seductoramente me acerqué a su garganta (por su nombre en inglés “throat”) y la besé delicadamente. Posteriormente, comencé a descender hasta llegar hasta sus piernas, las abrí y coloqué mi rostro entre ellas y coloqué un tierno beso en el interior de su muslo ( “thigh”).

Regresé a mi silla y todas las chicas vitoreaban, Tory claramente abochornada, no dijo nada y se quedó estática con una sonrisa en su rostro.Miré a Ashley y pensé que estaría incómoda o hasta cierto punto molesta por lo sucedido, sin embrago, su reacción no fue la que esperé, me miraba con picardía y mordía su labio inferior.

Ashley notó la confusión en mi rostro y se acercó a mi oído para susurrar.

A: No pongas esa cara, estas aquí para divertirte. Mordió ligeramente mi oreja. Además no me importa compartir. Su voz era tan sensual que erizó mi piel.

G: ¡Hey, tórtolas! Seguimos jugando, no se distraigan. Llamó nuestra atención.

Era turno de Ashley y sacó una tarjeta que indicaba que ella y la persona de su elección deberían tomarse un shot y como era de esperarse, me eligió a mí. El juego avanzaba y quedaban pocas cartas en el juego, lo que indicaba que pronto sería hora de marcharnos.

Tamara tomó la carta y ésta decía que debía escoger a alguien para que le hiciera un baile erótico.

Ta: Por supuesto escogeré a la bailarina del grupo. Su mirada se clavó en Ashley. Vamos, Ash.

Ashley se puso de pie y comenzó a caminar hacia donde estaba Tamara, sin embargo antes de que empezara la música, la detuvo.

Ta: Haré un pequeño cambio, le voy a regalar este baile a la cumpleañera. ¡Disfrútalo, chica! Gritó y aventó la carta hacia mí y yo le sonreí.

To: Sé cuál es la canción perfecta para la ocasión.

G: ¡Dale espacio para su presentación, Lisa!

Eché mi silla para atrás, haciendo un amplio espacio entre la mesa y donde estaba. De pronto, comenzó a sonar la canción de “I’m a slave 4 u – Britney Spears.”

Ashley comenzó a moverse al ritmo sensual de la música, sus movimientos coordinados y delicados estaban cargados con erotismo y su rostro emitía una pasión que me tenía totalmente atónita.

Me dio la espalda y comenzó a mover lentamente sus caderas, se dio la vuelta y de un movimiento brusco abrió mis piernas e hizo la finta de que sumergiría su rostro entre ellas, sin embargo se elevó y ligeramente rozó sus pechos en mi cara.

Antes de que acabara la canción, bailó un poco más frente a mí sin romper el contacto visual tan intenso que teníamos y al terminar, sin problema alguno, pasó una de sus piernas por encima de mi cabeza y terminó sentada sobre mí. Al finalizar, todas las chicas estaban aplaudiendo y gritando ante semejante presentación.

L: Sí que te sabes mover. Dije asombrada mientras Ashley seguía sentada sobre de mí y mostró una sonrisa de satisfacción.

Se puso de pie y regresó su silla, yo visiblemente abochornada por el baile, les pedí que me excusaran un momento pues iría a la cocina por un vaso de agua. Ashley se puso de pie tras de mí para acompañarme y mientras nos alejábamos, escuché que alguien lanzaba un fuerte silbido: “ Fiuuu fiuuuuu.”

Mientras que Ashley llenaba el vaso, soltó una pequeña risa.

A: Al parecer disfrutaste de tu baile. Dijo sensualmente con un toque de modestia.

L: ¿Bromeas? Me dejaste muy excitada. Me acerque a ella y pegué mi cuerpo al suyo. Estoy mojadísima.

Ashley abrió ligeramente mi bata y estuvo a punto de meter su mano en mi ropa interior, pero se contuvo.

A: Si hago esto ahora, probablemente no salgamos de la casa. Así que te tomaré la palabra y creeré lo que dices. Me dio un pico en los labios y regresamos con las demás.

Ta: ¿Ya recuperaste la compostura, Lisa? Bromeó.

L: Ya estoy mejor, estoy segura que ustedes estarían igual que yo. Regresé la broma. Gracias por el regalo. Le guiñé un ojo.

Ta: Me alegra lo hayas disfrutado.

Terminamos el juego y bebimos nuestra última ronda de shots. Ashley me dio mi sombrero de marinero y una pipa para completar mi disfraz. Las demás complementaron sus atuendos con unos puños de camisa, corbatas de moño y obviamente sus orejas de color correspondiente. Antes de partir, nos tomamos un par de fotografías.

To: ¿Hey, Gaby! Ven a tomarnos otra foto, por favor.

Ashley y Victoria me pusieron en el centro, las sostuve por la cintura, elevaron sus rodillas a la altura de mi entrepierna y nos reímos ante la pose. Posteriormente, cada una colocó un beso en mis mejillas y tomaron otra fotografía. Para terminar nuestra sesión de fotos, pusimos el temporizador de la cámara y me coloqué en el centro de mis conejitas Playboy. A mi derecha estaban Ashley, Carrie y Tamara con sus leotardos rojo, azul cielo y amarillo, respectivamente. A la izquierda estaba Tory (verde) y Gaby (rosa).

Las chicas tenían planeado irse en taxi, a lo que llamé a John y le pedí que pasara por nosotras. Nos recogió en una camioneta, sin embargo el asiento del copiloto estaba ocupado por unas cajas y paquetes que John debía entregar al día siguiente. “Desafortunadamente” tuve que compartir asiento con Ashley y llevarla en mis piernas, lo que me dio oportunidad de tocarla y provocarla a mi gusto.

Mientras que una de mis manos recorría el interior de sus muslos, Ashley cerró las piernas con fuerza, aprisionando mi mano.

A: Detente. Suplicó en mi oído.

L: Sino ¿qué? La provoqué con la otra mano.

Lamentablemente llegamos al antro y mi toqueteo se vio interrumpido. Le di una propina considerable a John para que no comentara nada de esto en las oficinas y le dije que estuviera atento en caso de que necesitara que nos recogiera. Antes de entrar, nos pusimos de acuerdo, pues teníamos planeada una entrada triunfal.

To: ¿Listas? ¡Vamos!

Nuevamente en el centro abrazando a las hermosas chicas, entramos al lugar y éstas hicieron su mejor caminata de pasarela, coordinado sus pasos derecha/izquierda, entramos al lugar y sería una mentira si no dijera que la mayoría de las miradas se postraron sobre nosotras.

Las chicas, satisfechas con su entrada, se dirigieron a una gran mesa donde había un par de botellas de champán y muchas bebidas de las cuales escoger. También habían unos muchachos disfrazados, uno de los cuales se acercó rápidamente a Tamara y la besó con alegría.

A: Ese es Trey, el novio de Tamara, él es socio en este antro por lo que todos nuestros consumos ya están cubiertos. Dijo en voz alta pues la fuerte música me impedía escucharla.

Todos los asistentes al antro estaban disfrazados, incluidos los meseros y meseras que traían cuernos de diablillos. Había disfraces muy creativos, sin embargo a nivel de hermosura, mis conejitas se llevaban el premio.

Conejita… no recibí ninguna llamada o mensaje de cumpleaños de Pamela. “ ¡Alto! No lo hagas.” Me dije a mi misma, no me podía hacer eso, estaba por disfrutar una excelente noche y no sería yo misma quien me la arruinaría. Traté de sacudir mis ideas y me distraje intentando integrarme a la conversación con los amigos de Trey y las demás chicas.

Me sirvieron un trago y lo bebí rápidamente, con lo que habíamos bebido en casa de Ashley, ya habíamos llegado algo ambientadas y a la velocidad a la que estaba bebiendo, no me tomó mucho tiempo sentirme algo mareada.

Estábamos bailando en la pista cuando tuve la necesidad de ir al baño a refrescarme, el estar entre la multitud de cuerpos danzando, me hacía sentirme algo abochornada.

L: Regreso en seguida. Le dije a Ashley al oído.

A: ¿Quieres que te acompañe? Gritó.

L: No, quédate con tus amigas, no tardo. Besé su mejilla.

Me moví entre la muchedumbre de monstruos, brujas, princesas y demás personajes para llegar hasta el baño. Mojé mi rostro, retoqué mi maquillaje y cuando estaba por salir, me topé con Victoria.

To: Justo a quien estaba buscando.

L: ¿Ah sí? Dije escéptica. Pues ya me encontraste, Victoria. La miré a los ojos.

To: Mmm, sí que me gusta cómo dices mi nombre. Dijo sensualmente, acercándose más a mí, guiándome nuevamente hacia adentro del sanitario.

L: Debería regresar con Ashley. Dije sin convicción.

To: Ash sabe que vine a buscarte. Tomó mi mano.

L: ¿En serio? Dije sorprendida.

To: Si, estoy segura de que en su casa te comentó que a ella no le importa compartir, ¿no es así? Asentí. Ella y yo tenemos un trato, claro, siempre y cuando estés de acuerdo.

L: Claro que estoy de acuerdo. Dije con seguridad.

To: Justo lo que quería escuchar. Dijo con una sonrisa sumamente seductora.

Sujeté su mano con fuerza y la jalé hacia un cubículo vacío, cerré la puerta y la recargué contra ella mientras la besaba desenfrenadamente. Victoria rápidamente deshizo el nudo de mi bata y la abrió para tenerme únicamente en ropa interior y medias. Dirigió su boca hacia mis senos, movió a un lado mi brasier y se llevó uno de mis pezones a la boca. Mientras los succionaba, yo soltaba fuertes suspiros y buscaba entrada a su leotardo.

Después de intentar varias vías de acceso hacia su coño, que fueron imposibles de lograr, gruñí frustrada y comencé a frotarla por encima de su ropa. Victoria soltó un fuerte gemido, el cual fue silenciado por mis besos.

Victoria comenzó a sentir mi misma desesperación al anhelar el contacto de mis dedos contra su sexo, sin embargo su atuendo lo hacía extremadamente difícil.

L: Quítatelo. Dije entre besos.

To: Ahora no puedo. Dijo desesperada.

L: ¿Por qué no? La detuve contra la pared con firmeza mirando sus ojos.

To: Falta el concurso de disfraces, si me lo quitas no hay manera de que me lo vuelva a poner. Dijo frustrada.

L: De acuerdo. Dije resignada.

Postré mis manos sobre sus senos y jugué con ellos mientras los besaba delicadamente. Estaba haciendo tiempo para que nuestras respiraciones se normalizaran y nos preparáramos para salir.

Al recuperar la compostura, nos dirigimos a la mesa y antes de que pudiera acercarme a Ashley, Victoria le susurró algo en el oído a lo que ella sonrió y asintió.

Momentos después, comenzó el concurso de disfraces, el cual estaba dividido en diferentes categorías: más creativo, más divertido, mas aterrador y mejor disfraz grupal.

Al presentarse la categoría en la que cada uno participaba, debían de recorrer la pasarela y dependiendo de los aplausos y ovaciones, se determinaría al ganador.

Cada categoría recibió a su ganador y al llegar la hora de los disfraces grupales, estábamos teniendo una reñida competencia contra unos chicos que parecían estar en una montaña rusa, unas piezas de tetris que encajaban entre ellas y unas chicas con disfraces de superhéroes.

Eventualmente el título se estaba disputando entre las superhéroes y nosotras. A pesar de que los otros disfraces eran bastante buenos, estábamos en un antro y a la mayoría de los invitados les interesaba ver piel y belleza, no chicos totalmente cubiertos haciendo payasadas.

Cuando se estaba por decidir al ganador, una de las chicas rivales, comenzó a bailar de manera provocadora y a quitarse su capa. Las demás le siguieron y comenzaron a abalanzar las cosas a su favor, el público gritaba, chiflaba y aplaudía con fuerza.

Cuando estábamos por dar las cosas por perdidas, jalé a Ashley hacia mí y la besé, eso generó justo lo que quería, la atención se volvió nuevamente hacia nosotras y los aplausos y elogios que le hacían a las heroínas se volvieron nuestros. Para cerrar y asegurar el triunfo, me giré hacia el otro lado y besé a Victoria, el público estaba enloquecido y no le quedó más al juez que reconocernos como ganadoras. El resto de las conejitas me besó en la mejilla y nos retiramos victoriosas del escenario.

La fiesta continuó en nuestra mesa mientras celebrábamos nuestro triunfo, bebimos la champaña y bailamos como si no hubiera mañana.

A: ¡Un brindis por Lisa! ¡Porque sin ella no hubiéramos ganado y por su cumpleaños!

: ¡Saluuuuud! Gritaron todos en la mesa a unísono.*

L: ¿Se puede saber qué ganamos del concurso?

A: ¡Cierto, no te dijimos! Un premio en efectivo que repartiremos y un día de yate con todo incluido. Espero no te regreses mañana a México. Dijo algo preocupada.

L: No te preocupes, me tendrás aquí hasta el Lunes.

A: ¡Excelente noticia! Espera un momento. Se alejó, fue a hablar con Victoria y regresó conmigo. ¿Podríamos regresar con tu chofer a la casa?

L: Claro, a la hora que me digas.

A: Ahora. Dijo metiendo su mano dentro de mi bata.

Rápidamente llamé a John y a los 20 minutos ya estaba en la entrada. Nos despedimos de todos, tomé a Ashley de la mano y salimos del establecimiento.

John nos abrió la puerta del auto, entró Ashley, luego yo y cuando estaba por cerrar la puerta, Victoria se subió al auto con nosotras.

To: ¿Creías que esto se había acabado, Lisa? Puso su mano sobre mi muslo derecho e inmediatamente sentí la mano de Ashley en el izquierdo.

L: Vámonos, John. Dije emocionada. De prisa, por favor. Añadí.

Ashley y Victoria se comportaron en el trayecto a la casa pues sabían que no podíamos hacer una escena frente a John, sin embrago, sus manos se mantuvieron traviesas en mis piernas y mi bata era totalmente inútil para cubrirlas.

Agradecí a John nuevamente y rápidamente ingresamos a la casa. Las dos conejitas venían soltando risas y miradas conspiradoras mientras que Ashley me guiaba de la mano hacia su recámara.

Estaba parada frente a la cama, cuando Ashley comenzó a besarme, sus manos estaban sobre el nudo de la bata, sin embargo no lo deshizo. De pronto sentí una caricia sobre mi cabello y miré a Victoria quien estaba a mi lado derecho mirándome con deseo, sin más la besé y en ese momento sentí mi bata abrirse.

Delicadamente me recostaron en la cama y comenzaron a besarse entre ellas, se disfrutaban la una a la otra y tenían una excelente sincronía, lo que me demostró que no era la primera vez que hacían esto juntas.

Estaba por retirar mi sombrero para ponerme más cómoda, cuando Victoria me detuvo.

To: Déjatelo, te ves muy sexy.

No hizo falta que me lo dijera dos veces, lo acomodé en su lugar y tomé a Victoria por el cuello para acercarla a mí y besarla de nuevo. Las manos de Ashley recorrían mi cuerpo y se postraron en el resorte de las medias, con intención de retirarlas. Sin embargo, antes de permitírselo la jalé hacia mí y la incluí al beso con Victoria, de forma en el que las tres lenguas jugaban entre sí.

Tomé a Ashley con fuerza y la giré sobre mí para recostarla en la cama, intentando colocarme en una posición más dominante. Logré darle un pequeño beso y Victoria me detuvo halándome hacia ella.

To: Tranquila, ya tendrás tu turno. Me dio un beso. Deja que te consintamos primero. La besé en señal de acuerdo.

Nuevamente recostada, Victoria comenzó a retirar mis medias y Ashley me besaba mientras jugaba con mis senos. De pronto sentí besos subir desde mis talones hasta el interior de mis muslos.

Ashley comenzó a colocar besos desde mi cuello y descendió hacia donde estaba Victoria, quien ya estaba retirando mi tanga empapada. Cada una besaba un muslo y me tenían con las piernas tan abiertas como podía. Coloqué una almohada en mi espalda para estar lo suficientemente levantada y poder observar el espectáculo que estaban dando las dos hermosuras que tenía enfrente.

Era tal mi excitación, que sin haber sido propiamente provocada en mi zona, podía sentir el orgasmo acumularse en mi interior. De repente, compartieron una mirada de complicidad, ascendieron por mis piernas y simultáneamente colocaron sus bocas sobre mi coño.

Como si hubieran detonado una bomba en mi interior, liberé un fuerte gemido. Era una sensación inexplicable y asombrosa, sus lenguas jugaban juntas a estimular cada pliegue y cada zona sensible de mi ser. En cuestión de segundos, ya me estaba corriendo sobre sus bocas y el par lo recibía con gusto.

Compartieron un beso y Victoria se quedó haciendo una excelente labor en mi coño, Ashley por otro lado, estaba retirando su ropa y en cuestión de segundos estaba desnuda a mi lado.

Me llevé uno de sus pechos a la boca y succioné su pezón con impaciencia.

A: Vamos a ver lo que tienes. Dijo entre suspiros y retiró mi sombrero.

Se hincó sobre mi rostro y rápidamente sentí el contacto de su coño con mi boca, comencé a lamer y succionar sus labios mientras que mis manos sujetaban sus nalgas y las apretaba con fuerza.

Ashley comenzó a mover sus caderas y sujetaba mi cabello para mantenerme en posición. Empezó a acelerar su montada y sabía que se encontraba cerca del clímax, a lo que subí el nivel y mostré mis mejores movimientos.

Antes de que Ashley culminara, sentí como Victoria introducía dos dedos en mi interior y me penetraba frenéticamente con ellos.

To: Veamos quien acaba primero.

Victoria arqueó ligeramente sus dedos y sus penetradas comenzaron a estimular mi punto más sensible, lo que en cuestión de segundos me puso sobre las nubes, casi haciéndome olvidar mi labor con Ashley.

Sin embargo, fue Ashley la que culminó primero y un grito agudo anunció su llegada, segundos después mi vagina se tensó alrededor de los dedos de Tory y con un fuerte gruñido y suspiro, llegué al clímax por segunda vez en la noche.

Ashley se tumbó a mi lado mientras recuperaba su respiración.

To: Buen trabajo, Lisa . Me dijo con una sonrisa mientras se limpiaba mis fluidos de su boca. La dejaste rendida.

L: No creas que me he olvidado de ti.

To: ¿Quieres seguir? Dijo sorprendida.

L: Podría hacerlo toda la noche. Dije seductoramente y miré a Ashley para ver su reacción.

A: No me retes. Dijo con picardía. Empiecen, vuelvo enseguida. Salió de la recámara.

L: Vamos a quitarte ese leotardo de una vez por todas. Dije con lujuria.

Victoria se acercó a mí y comenzamos a retirar la prenda, al tenerla en ropa interior y medias, le di una fuerte nalgada. Me miró rápidamente con una combinación de sorpresa y placer, a lo que repetí el golpe.

Nos besamos con la misma pasión con la que lo hicimos en el baño, afortunadamente esta vez mis manos podrían hacer lo que quisieran con su cuerpo. Victoria estaba sumamente excitada y me rogaba que la tocara.

To: ¡Por favor, Lisa! Imploró. Llevo anhelando que me toques desde hace horas.

L: ¿Quieres que te toque, Victoria? La provoqué.

To: Si, mil veces sí. Gimió al sentir mi mano en su entrepierna.

La recosté sobre la cama, tomé las medias y con fuerza las rompí para liberarla. “Ohhh”, gritó sorprendida. Retiré su ropa interior y sumergí mi rostro entre sus piernas. Le estaba dando la comida de su vida y Victoria lo único que podía hacer era gemir, gritar y sujetar la colcha de la cama con toda su fuerza.

Cuando me di cuenta, Victoria ya estaba llegando al orgasmo y Ashley ya había regresado a la habitación. Se encontraba recargada en el marco de la puerta sosteniendo un arnés y dos consoladores.

A: Vaya, eso no te tomó demasiado. Dijo con asombro. Veamos que tal te manejas con uno de estos “semental”. Me beso en la mejilla delicadamente y susurró en mi oído. A mí me gusta el morado.

Me puse el arnés y coloqué el dildo morado, el cual era un poco más pequeño y delgado que el negro. Apliqué un poco de lubricante y me acerqué a Ashley, quien estaba recostada en la cama abierta de piernas.

L: Date la vuelta, nena. Hice la señal con mi dedo. Ponte en cuatro.

Ashley obedeció y asumió la posición, la acerqué a la orilla de la cama y yo al estar de pie, estuve a la altura justa de su entrada. Introduje lentamente el dildo, la tomé de su cadera para guiar mis movimientos y comencé a penetrarla con facilidad.

Mientras tanto, Victoria ya se había posicionado cerca de la cabeza de Ashley y lo único que ésta tuvo que hacer fue descender su boca al coño de su amiga para lamerla.

Continué mis embestidas y Ashley seguía comiéndose el coño que tenía enfrente, para este momento, Victoria y yo estábamos fijadas en un profundo y erótico contacto visual. Ella veía como me cogía a su mejor amiga y yo admiraba su rostro lleno de pasión a punto de explotar en un gozoso orgasmo.

Aceleré el paso y Ashley nuevamente gimió con fuerza, a los pocos segundos estaba tendida sobre la cama, disfrutando el placer tras haber culminado.

Debo aceptar que para este momento ya me encontraba algo cansada, sin embargo tenía que establecer una gran reputación, a lo que miré provocativamente a Victoria.

L: ¿Lista? Comencé a cambiar el dildo morado por el negro.

To: ¡Dios, Lisa! Victoria y Ashley compartieron una mirada de asombro y seguido a eso se desplomó sobre la cama. ¿Podríamos dejarlo para otro momento? La miré con satisfacción (y un poco de alivio) y me quité el arnés.

Tal como había estado acostumbrada durante la noche, me coloqué entre las dos bellezas y dejé que nuestros cuerpos desnudos se acomodaran para caer rendidas a dormir.

Desperté al escuchar sonido en el baño, vi a Ashley salir vistiendo mi bata y ésta me sonrió sin decir nada para evitar despertar a Victoria, quien estaba dormida sobre mi hombro izquierdo.

Me dio un pequeño beso y se metió de nuevo a la cama, se recostó sobre mi otro hombro, mi brazo la rodeó y acaricié su cabello mientras que ella dejaba pequeños besos sobre mi clavícula.

Victoria debió de sentir que habíamos despertado y aun algo adormilada, habló:

To: ¿Ya es hora de levantarse? Dijo con un bostezo.

A: Es casi medio día. Plantó un pico en mis labios.

To: Aghhh. Hizo un quejido y se acomodó de nuevo.

L: Por más que me encantaría quedarme acostada con ustedes, par de bellezas, tengo que ir al baño. Las tres reímos y me puse de pie. ¿Tienes algún cepillo de dientes que pueda usar?

A: Puedes tomar uno de debajo del lavabo.

L: Gracias.

Al regresar, Victoria estaba acostada dándonos la espalda y Ashley me preguntó:

A: ¿Quieres tu bata de regreso?

To: Por Dios, Ash, a invitadas así no se les debe de dar ropa, hay que quitársela. Bromeó, volteando rápidamente a verme.

L: No hay más ropa que quitarme. Reí, me metí de nuevo a la cama y Ashley me besó.

To: Yo también quiero un beso.

A: Lávate los dientes, apestas. Dijo con humor.

To: No me quiero mover.

L: Entonces no hay besos para ti.

To: ¿Vas a tomar su lado? Dijo retadora.

L: Yo no tomo lados, estoy justo en el medio. Me señalé entre las dos chicas.

To: De acuerdo. Antes de que se parara, le di un pequeño pellizco en su trasero desnudo. ¡Hey! Dijo riendo.

Regresó y se recostó sobre mí y me besó.

To: Fresco y mentolado. Rio y sopló un poco de su aliento hacia mí. Ahora si me perdonas, también quiero besar a mi amiga.

L: Adelante, por favor. Me moví un poco y dejé a Tory en medio.

Las dos chicas comenzaron a besarse delicadamente y yo disfrutaba felizmente de verlas. Moví a un lado el cabello de Victoria y dejé su hombro descubierto para besarlo. Se dio media vuelta y me besó, Ashley se acercó y nuevamente las tres compartimos un acalorado beso mientras que nuestras lenguas se tocaban entre sí.

To: ¿Qué haremos hoy? Se separó del beso y se recostó.

A: ¿Se te antoja ir a la playa, Lisa?

L: Suena bien por mí, pero tendré que ir a mi hotel a cambiarme y por ropa.

A: Te puedo llevar en mi auto y de ahí nos vamos.

L: Excelente, afortunadamente mi hotel no está muy lejos de aquí.

To: Pero primero… ¡Desayuno! Muero de hambre.

Nos preparamos algo de comer, Ashley y yo nos fuimos a mi hotel y Victoria se fue con Carrie quien había llegado en la madrugada pero no nos quiso interrumpir. Una vez en mi habitación, Ashley la recorrió con la mirada.

A: Gran habitación, te tienen muy consentida en el trabajo.

L: Así es, tal vez y esta noche quieras venir a pasarla acá, sería un desperdicio tener esta gran habitación y no ocuparla. Me acerqué a ella y la abracé muy pegada a mi cuerpo.

A: Me agradaría eso, pero no olvides que mañana es nuestro día de yate entonces tendremos que ir a Marina del Rey temprano, por lo que no nos podemos desvelar mucho.

L: No te preocupes, pienso agotarte temprano y dormir plácidamente toda la noche.

Me puse traje de baño, tomé todo lo necesario y nos fuimos a la playa en Santa Mónica para reunirnos con las demás.

To: Pensé que un rapidín se cruzaría en su camino y demorarían más. Bromeó. ¿ Alguna vez has surfeado, Lisa?

L: Nunca.

To: Tienes el cuerpo para hacerlo, ¿te gustaría aprender? Hoy las olas no están muy difíciles.

L: ¡Claro!

Después de estar un rato con Victoria, aprendiendo lo básico del surf y logrando sostenerme de pie sobre la tabla un par de segundos, decidí que había sido suficiente por el día. Cuando estaba por salir del agua, Ashley llegó hasta donde estaba y nos quedamos en el mar un momento más.

El resto de las chicas y sus novios, estaban en el mar y otros se habían ido a caminar. Nosotras nos recostamos juntas sobre nuestras toallas y comenzamos a conversar para conocernos un poco más. Ashley era maestra de danza en un estudio cerca de donde vivía, desde pequeña había bailado y tenía ambiciones de ser bailarina profesional, sin embargo sus padres no consideraban eso una profesión “realista”, lo que la frenó a seguir avanzando en el medio y eso frustró sus planes.

L: Eso explica porque eres tan buena bailarina.

A: Casi siempre he bailado ballet y contemporáneo, más recientemente hip hop, para darle un poco de sabor a todo. Hizo una pausa. Siempre ha sido mi sueño tener mi propio estudio de danza.

L: Estoy segura de que lo harás realidad. Dije tiernamente.

A: Eres muy dulce. Me besó.

L: Y tú sabes salado. Bromeé y volví a besarla.

El agua de mar se había impregnado en nuestra piel y al besarnos no pudimos evitar saborear la sal, sin embargo hacían el beso aún más interesante.

Me quedé admirando a Victoria, quien montaba las olas con gran habilidad.

L: ¿Victoria también se nos unirá hoy? Dije sugestivamente.

A: ¿Acaso no soy suficiente? Fingió indignación y me dio un pequeño golpecito en el hombro.

L: Claro que lo eres. Acaricié su rostro. Solo tenía curiosidad.

A: ¿Eres toda una mujeriega verdad? Lo dijo a broma pero detecté una pizca de curiosidad en su voz.

L: En el pasado nunca pensé que ese adjetivo me podría definir, pero tal vez hoy en día si lo soy. Dije algo afligida manteniendo fija mi mirada en el océano.

A: ¿Quién te lastimó? Colocó su mano sobre la mía.

L: ¿Cómo sabes que alguien me hirió?

A: Porque no hay manera de que una chica como tú sea así por naturaleza. Eres tierna y romántica, la manera en la que me tocas y me besas lo demuestra. Una Don Juan, después de acostarse con Tory y conmigo, se habría marchado antes de que despertáramos, sin embargo, estás aquí pasando el día conmigo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas ante las dulces palabras de Ashley.

A: La única razón por la que podrías ser una mujeriega es porque eres excelente en la cama. Bromeó tratando de alivianar el momento y lo logró al sacarme una sonrisa en el rostro.

Colocó su brazo sobre mi hombro y nos quedamos abrazadas por un largo momento.

L: No sé si tengas otros planes para hoy, pero me encantaría llevarte a cenar.

A: Sigue la víspera de celebraciones de Halloween y hay una posible fiesta. Hizo una pausa . Pero prefiero salir contigo.

L: Es una cita entonces. Besé su frente y me puse de pie. Debo hacer una llamada, hice planes con un amigo mañana y debo cancelarle.

Llamé a Lawrence para cancelar los planes del brunch, pero también le hablé para pedirle su ayuda con recomendaciones de lugares para ir a cenar. Fue muy comprensivo y de gran ayuda con sus sugerencias.

Disfrutamos el maravilloso día en la playa y me puse de acuerdo con Ashley de que pasaría por ella a las 7. Me fui a mi hotel a cambiarme y con la ayuda de John, fui a recoger a Ashley a su casa.

Toqué el timbre y al abrirse la puerta, me quedé pasmada con lo bella que se veía. Traía puesto un vestido blanco con flores rojas, su cabello ondulado caía con naturalidad sobre sus hombros y sus bellos ojos verdes me miraban intensamente.

Yo por el otro lado, llevaba jeans y una camisa roja que combinaba perfectamente con su atuendo y estoy segura de que mis ojos también verdes, la miraban con la misma intensidad.

Nos subimos al auto, depositó su maleta en la cajuela y John nos llevó al restaurante que le indiqué, era un lugar pequeño y romántico que tenía vista al mar y el muelle de Santa Mónica. Durante la cena, conversamos y tomamos vino, estábamos pasando un gran momento juntas.

Al terminar, decidimos caminar un poco sobre una calle llena de restaurantes y bares. Íbamos tomadas de la mano y continuábamos conversando muy divertidas, de pronto Ashley se detuvo a mirar un restaurante latino donde las personas estaban bailando.

A: Se ve divertido. Dijo con una sonrisa.

L: Entremos.

A: No soy muy buena bailando esos géneros. Dijo vacilante.

L: Estoy segura de que eres mejor de lo que dices, probablemente tu terminarás enseñándome a mí. Dije jalándola de la mano hacia adentro del establecimiento.

La tomé de las manos y comenzamos a bailar, aunque no eran pasos muy avanzados, parecía toda una profesional. Su porte y actitud al bailar, la hacían ver mil veces más atractiva de lo que ya era, sin duda el hacer algo que gozaba le sentaba bien.

Mientras bailábamos, nos hablábamos al oído, reíamos y cada que podía no perdía la oportunidad robarle un par de besos. De pronto comenzó la canción de “Propuesta indecente – Romeo Santos”, pegué su cuerpo contra el mío y coloqué mi pierna entre las suyas.

Su figura y la mía encajaban perfectamente, nos movíamos en impecable sincronía y mientras bailábamos bachata le cantaba la canción. Sus movimientos eran exquisitos, después de un momento, al estar mi pierna en contacto con su sexo, pude sentir cómo comenzaba a humedecerse.

A: Vámonos a tu hotel. Dijo en un tono de voz apenas perceptible.

En el auto, camino a donde me estaba hospedando, Ashley me dijo:

A: Me pareció muy sensual escucharte hablar en español, ¿podrías hablarme más? Asentí.

L: Te voy a coger tan rico que nunca vas a querer estar con nadie más.Susurré en su oído, posteriormente postrando un beso en su cuello.

A: ¿Qué dijiste?

L: Nunca lo sabrás. Reí.

A: ¡Dime! Hizo una cara de puchero. O dime otra cosa en español.

L: Quiero besar tus labios… y tu boca también.

A: Entendí algo sobre un beso.

Le dije en secreto lo que había dicho y rápidamente se ruborizó.

Tan pronto llegamos a mi habitación, nuestra ropa voló por todos lados y ya estábamos en la cama devorándonos a besos. Mi boca recorrió lentamente todo su cuerpo mientras mis manos jugaban con sus senos.

Al terminar de cubrirla con besos, me coloqué sobre de ella y nuestros sexos comenzaron a rozarse entre sí. Para permitir un mejor contacto, Ashley levantó sus piernas y las abrió con facilidad.

L: ¿Eres bastante flexible, eh? Dije asombrada.

A: Son las ventajas de practicar ballet por tanto años.

Seguí frotando mi coño contra el suyo, presionaba mis caderas con fuerza y Ashley movía las suyas para aumentar la fricción y complementar mis movimientos.

La habitación se llenó de nuestros gemidos, suspiros y exclamaciones de placer. La embestí con más fuerza y sentí el orgasmo acumularse en mi interior, traté de contenerlo para llegar al clímax junto con Ashley, quien también estaba muy cerca de culminar.

Segundos después, las dos soltamos un gemido, anunciando la llegada de nuestro orgasmo. Me tumbé junto a ella en la cama, Ashley colocó una de sus piernas sobre mí y me abrazó con ternura.

A: Creo que es una terrible idea lo que estamos haciendo.

L: ¿Por qué lo dices? Dije consternada.

A: ¿Quién va a cogerme como tú cuando te vayas? Dijo en un tono travieso.

L: Oh, nena, nadie te puede coger como yo. Dije con sagacidad y una seductora sonrisa. Pero eso me motiva a regresar aquí pronto.

A: Espero que así sea.

Abracé a Ashley por la espalda y sintiendo el contacto de su cuerpo desnudo contra el mío caímos dormidas.

Al día siguiente, nos fuimos al puerto de donde salió el yate. Íbamos las mismas personas que estuvimos en el antro el día del concurso y una pareja más.

La embarcación tenía toda la comida y bebida que quisiéramos y para disfrutar del lujo, preparamos mimosas.

Después de navegar un rato, mientras bailábamos y nos asoleábamos, el yate se ancló y pudimos bajar a nadar un rato. Y como dice el dicho, el tiempo vuela cuando te diviertes y al darnos cuenta el día ya había transcurrido y estábamos de vuelta en casa de Ashley para la hora de la cena.

Estaba sentada platicando con Ashley en la orilla de la alberca, remojando nuestros pies, cuando Victoria se acercó a mí.

To: ¿Puedo hablar contigo un momento, Lisa?

Miré a Ashley algo dudosa sobre si ella sabía sobre de qué se trataba lo que Tory quería hablar conmigo. Ésta solo me sonrió y tomé eso como una señal positiva.

Ingresamos a la casa y vi que Victoria se dirigía al cuarto de Ashley, cuando entramos, cerró la puerta.

To: Ashley me dijo que mañana te regresas a México.

L: Así es.

To: Al parecer Ash quiere tenerte mañana toda para ella sola, así que se me ocurrió que hoy nosotras podíamos tener nuestra despedida. ¿Qué dices? Se paró cerca de mí.

Sin responderle, acaricié suavemente su frente y la besé. Rápidamente le quité todas sus prendas y yo me quedé en ropa interior. Aferré mis manos a su trasero y de repente, Victoria ya estaba colgada de mí rodeando mi cintura con sus piernas.

La cargué y la recargué contra la pared mientras nos besábamos apasionadamente.

L: Agárrate fuerte.

Las manos de Tory se colocaron en mi cuello y se sujetó con fuerza, mientras tanto, una de mis manos se posicionó en la pared para mantenerme estable y la otra se dirigió a su boca. Metí dos dedos y Victoria los lamió sensualmente, al estar lo suficientemente húmedos los llevé a la entrada de su coño y la penetré.

Mis dedos comenzaron a hacer su labor y Victoria para contenerse de gritar, mordisqueaba ligeramente mi hombro y gemía mientras tanto.

To: Estoy tan cerca. Dijo entre gemidos.

L: Córrete para mí, Victoria.

Y como si su nombre fuera la palabra mágica, inmediatamente sentí sus fluidos resbalarse en mi mano. Me llevé los dedos a la boca y saboreé su esencia.

La coloqué sobre la cama y me vestí de nuevo.

To: ¡Qué manera de despedirte! Dijo jadeando.

L: No es un adiós, es un hasta pronto. Besé sus labios y salí de la habitación.

Al salir, le pregunté a Tamara por Ashley y me dijo que estaba en la sala cuidando de Gaby, quien se sentía muy mal.

L: ¿Necesitas ayuda?

A: No, gracias. Colocaba un paño mojado sobre la frente de su amiga. Parece que tiene un poco de fiebre y acaba de quedarse dormida. Se puso de pie y me abrazó. Creo que tendré que cancelar nuestros planes de esta noche, debo cuidarla. Dijo decaída.

L: ¿No hay nadie más que pueda hacerlo? Dije desilusionada. Yo ya debo irme.

A: Me temo que no.

Ashley notó en mi rostro la molestia ante no poder pasar la última noche con ella, acarició mi mejilla suavemente y me dio un pico en los labios.

A: Créeme que yo estoy aún más molesta que tú, pero mañana en la mañana puedo ir a tu hotel a ayudarte a empacar y a despedirnos como es debido.

L: De acuerdo. Iré a despedirme de las demás y vuelvo enseguida.

Después de despedirme de todos, regresé con Ashley.

L: Ven conmigo. La tomé de la mano.

A: No debería dejarla sola.

L: Sólo será un momento. La llevé a la entrada de la casa y la abracé fuertemente. Nos vemos mañana. Comencé a besarla.

Después de unos segundos de besos apasionados, me dirigí al auto y regresé a mi hotel.

Al día siguiente, mientras terminaba de hacer mi maleta, Ashley llegó con café y panecillos. Nos fuimos a la terraza a comer y al terminar, no nos tomó mucho tiempo irnos a la cama.

Nos besarnos y acariciamos nuestros cuerpos, nos veíamos a los ojos y comenzamos a movernos en espejo. Si acariciaba su mejilla, ella acariciaba la mía, si mi mano bajaba por su abdomen, ella hacía lo mismo en mí. Coloqué mis dedos sobre su sexo y lo estimulé en círculos, jugando con su clítoris.

Nuestras respiraciones se hicieron profundas y nos dejamos llevar por el placer que provocábamos en la otra. Ashley insertó un dedo en mi interior e inmediatamente copié su acción. Penetrándonos con fuerza, sentí la tensión acumularse y sabía que estaba cerca de culminar.

Después de unos segundos más, Ashley soltó un gemido agudo y yo la acompañé con un fuerte gruñido. Nos quedamos abrazadas por un momento y después de recuperarme, me puse de pie para terminar mi maleta.

Al tener todo listo, Ashley se ofreció a llevarme al aeropuerto. Nos despedimos en la puerta de entrada con un profundo beso y prometimos mantenernos el contacto. Horas después, estaba llegando a mi casa y mientras abría la puerta, grité.

L: ¡Mamá, ya regresé!

Cuando la puerta se abrió por completo, lo primero que vi fue a mi mamá y a Pamela sentadas en la sala, rápidamente se puso de pie y me miró preocupada.

L: ¿Qué haces aquí?

P: Lisa. Dijo insegura. Por favor, necesito hablar contigo, escúchame y si después de eso decides que no quieres volver a saber de mí, lo aceptaré.

L: Hablemos en mi cuarto. Respondí después de unos segundos.


Queridos lectores y comentaristas:

¡Wow! Estoy sumamente sorprendida por la gran cantidad de comentarios que recibí en el relato anterior, estoy inmensamente agradecida, sobre todo porque todos fueron comentarios sumamente positivos. Esta sección de comentarios cada vez se vuelve más extensa (para nada es una queja) y como siempre, es muy importante para mi el responder a cada uno de ustedes. He puesto visible un correo electrónico al cual me pueden escribir comentarios sobre los relatos, saludarme o platicarme sobre cualquier cosa, prometo revisarlo frecuentemente para responderles a la brevedad. Los continúo motivando a que me escriban por el método que mejor les acomode, solo no dejen de hacerlo. Sin más, respondo a sus comentarios. ¡Besos a todos!

Querida Laurita, me encanta saber que voy cumpliendo mi objetivo, espero este relato haya superado (considerablemente) mi trabajo anterior.  ¡Te mando besos y abrazos!

HombreFX, tal vez Lisa no esté actuando de la mejor manera, pero creo que no hay que subestimar a Manola, ha demostrado ser más de lo que muestra ¿no lo crees? Te mando un afectuoso abrazo.

Estimado Anonymus, espero no haberte tenido mucho tiempo aburrido sin esta entrega y de haber sido así, por lo menos espero haya valido la pena. Te mando besos y nos leeremos próximamente. Saludos con mucho cariño.

Pattsy, espero hayas disfrutado de este relato. Muchas gracias por tu comentario y espero leerte nuevamente en los comentarios, un abrazo.

Jessica, muchas gracias por tus felicitaciones. Debo aceptar que me hace feliz saber que esperan con tantas ansias mi trabajo, ojalá la espera haya valido la pena. Te agradezco mucho tu comentario ¡Besos!

Querido sasia, como dices, me ha alegrado mucho ver la gran cantidad de “fans” que tienen mis relatos y estoy muy agradecida de que tú seas uno de ellos. Te mando muchos besos y abrazos, nos leemos pronto.

Henry, gracias por tus felicitaciones y tu espera. Ojala hayas disfrutado de esta entrega. Te mando un fuerte abrazo desde México hasta Venezuela.

Mi queridísima Angiehot, me complace saber que mi relato anterior te ha excitado, espero este haya logrado mucho más. Me interesa mucho saber cuáles de mis relatos son tus favoritos, para así intentar seguir superándolos. ¡Besos y abrazos, linda!

Eva, me halagas y aprecio tus palabras. Significa mucho que hayas comentado sabiendo que no es algo que hagas frecuentemente. Gracias a tu comentario descubrí tus relatos y debo aceptar que estoy fascinada con ellos.

Yasiymari, si te impresionó la actitud de Lisa en el relato anterior, ¿qué opinaste en esta entrega? ¿Cómo están tus amigas de tu grupo de whatsapp? Les mando a ti y a ellas un fuerte abrazo.

Roberto Gamez, te agradezco muchísimo que te hayas tomado el tipo de hacer una cuenta para comentarme, me encantará saber más de ti. Respecto a si Lisa y Pamela podrían volver a estar juntas, lo único que puedo responderte es: tendrás que seguir leyendo para averiguarlo haha. Un beso.

Dianin M, no estés triste por favor, las cosas pasan por algo y uno nunca sabe que es lo que sucederá. He puesto visible un correo electrónico, en el cual espero saber pronto de ti. Gracias por tus felicitaciones y tu comentario, te mando un abrazo.

Estimado Tifoxigotox, lo último que quería era acabar con tu salud mental. A pesar de que Pamela es tu personaje favorito, me alegra saber que sigues disfrutando de la historia. Te mando muchos besos.

Zap, creo que este capítulo tiene una dedicatoria especial para ti, pues tú me comentaste en varias ocasiones sobre la chica de Los Ángeles, ¿qué te ha parecido esta entrega? ¡Saludos!

Fabiola11, aprecio mucho que hayas creado una cuenta para expresarme tu opinión sobre mis relatos. Espero esta entrega haya sido de tu agrado y me encantará leer nuevamente tus comentarios. Un abrazo.

Querida Sofía, siempre me saca una sonrisa saber que mis relatos provocan en ustedes ese fuego, espero esta entrega también lo haya logrado. No hay ninguna molestia ni incomodidad por mi parte, al contrario agradezco lo que me escribiste y ya tienes una respuesta en tu correo. Te mando un afectuoso abrazo.