Mi mejor amante, mi hermano
Había pasado casi un mes que mi prima Grethel estaba en casa y decidimos mi hermano y yo acompañarla deregreso a su casa, donde nuestros deseos despertaron la excitación de mi ardiente tía.
Mi mejor amante, mi hermano:
Acompañando a Gretita de regreso a su casa
Me encontraba en casa, con la visita de mi prima Grethel, disfrutando de muchos momentos a solas con ella por las noches en mi cuarto y los fines de semana con mi hermano y ella. La llegada de mi prima se prolongó hasta casi un mes. Su mami, mi tía, que había estado de visita en casa de sus padres se encontraba en casa, era propicio para que Gretita se reencontraran después de un mes sin verse y no íbamos a permitir que nuestra prima vaya sola, así que decidimos mi hermano y yo acompañarla a casa.
Salimos muy temprano los tres, era día lunes por la mañana y llegamos a casa de mi tía como a las 9 de la mañana, sabíamos que estaría sola porque mi tío trabaja en las mañanas hasta bien entrada la tarde. Con mi tía tengo una historia caliente así que con ella no tengo porque fingir nada.
En casa de mi tía, después de los breves saludos nos encaminamos hacia nuestra habitación para cambiarnos de ropas y acomodarnos un poco. Mi tía nos dio un cuarto a mi hermano y a mí porque mi prima Grethel tenía una habitación para ella sola y otra para los padres de mi Gretita.
En el cuarto mientras nos cambiábamos de ropas no pudimos mi hermano y yo dejar de mirarnos. Estaba con mi pequeño sujetador y un tanguita chiquito, Carlos, mi hermano, estaba con una trucita que se le notaba como su verga iba creciendo, nuestra excitación iba en aumento. De inmediato, para no hacer ruido, pusimos el cubrecama en el suelo, nos deshicimos de nuestras ropas, cerramos la puerta y sentados en el piso sobre el cubrecama, nos abrazamos, nos besamos, el acariciaba mi coño y me rozaba con sus dedos, yo frotaba su verga de arriba hacia abajo en suaves masturbadas, hicimos un corto 69 para mojar mi coño y su verga. Luego se echó sobre el cubrecama, me puse en sus piernas, de espaldas a mi hermano, mis pies estaban a un lado de su cintura, uno a cada lado, con una mano tomaba su verga y trataba de meterla en el culo. Estaba tan excitada por ese momento que por unos segundos su verga entraba y en mis movimientos se volvía a salir, tuve que tomarla firmemente e introducírmela despacio. Me puse con mis piernas dobladas de modo que mis rodillas hasta mis pies estaban en el cubrecama del suelo junto a su cintura, incliné mi cuerpo hacia abajo y estar junto a sus pies con mis manos abiertas tocando el cubrecama del piso, mi hermano acariciaba mis nalgas. Mi cuerpo se movía de arriba hacia abajo metiéndome su rica verga por el culo una y otra vez. Nuestro corto momento de sexo terminó cuando mi hermano la sacó dentro de mí y bañó mis pechos con su rica leche, con mi mano la esparcía por el resto de mis pechos como una cremita
mientras delicadamente acariciaba mi coño con sus dedos.
Después de largos minutos salimos de la habitación mi hermano y yo. Fuimos Gretita y yo directamente al baño. Allí en el baño mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos, mi prima tenía la vista fija en mí como si quisiera leer a través de mi cuerpo sobre los minutos que pasamos mi hermano y yo. Me acerqué a ella rodee su cuerpo con mis brazos acariciando sus nalgas y ella me correspondía con sus brazos sujetándome a ella, mientras un susurro cerca de sus oídos decía: “sí mi amor, tuve sexo con mi hermano en el cuarto hace unos minutos, pero esta noche duermo sólo contigo”. Esta declaración alegró a mi prima, que estando cerca de mí, abrió su boca para juntarla a la mía para unirla en calientes besos con nuestras lenguas masajeándose, nuestros pechos juntos con nuestros pezones rozándose y nuestras manos recorriendo nuestros cuerpos mientras el agua seguía cayendo sobre nosotras.
Después de este reparador baño nos reunimos los cuatro en la sala de la casa, a conversar sobre la estancia de mi prima en mi casa. En un momento mi tía se levantó y fue hasta la cocina, hasta ahí la seguí mientras en la sala quedaban mi hermano y mi prima, con una pequeña mirada a mi hermano para que me siguiera prudentemente. Estaba mi tía en la cocina, vestía un vestido que le llegaba hasta medio muslo, fue fácil meter mi mano por ahí y acariciar sus muslos, sus nalgas y hasta su coño. Sin esperar mucho bajé su calzón hasta debajo de las rodillas, metí mis dedos en su coño que estaba muy húmedo por las ganas que tenía, sus dedos se metieron en el mío, hurgando dentro de mi tanguita, y empezamos a masturbarnos locamente. Estábamos tan excitadas que en ese momento éramos capaces de hacer cualquier locura, en ese momento entró mi hermano, saqué mis dedos del coño de mi tía y mi hermano metió los suyos, se los metía y sacaba tan rápidamente que las piernas de mi tía empezaban a temblar y tenía aprisionada la mano de mi hermano entre sus piernas para que no la sacara de ahí. Le quité completamente el calzón a mi tía, mi hermano le subió el vestido hasta que le llegaba a sus pechos, estando de pie la inclinó en la mesa de la cocina, con las piernas firme y abiertas en el piso de la cocina, mi hermano desde atrás con su verga sostenida por su mano le penetró el coño que estaba sediento de verga, la tomó de sus caderas sujetándola y moviéndose de atrás hacia adelante, soltando pequeños gemidos de placer que llegaban hasta la sala de la casa. Mi tía con sus manos sostenidas en la mesa de la cocina empujaba hacia atrás para sentir más adentro la verga de mi hermano. En sus embestidas mi hermano la empujaba hacia delante y mi tía empujaba hacia atrás, ¡qué deliciosa escena! Mi hermano se movía tan rápido que producía orgasmos en mi tía y grititos de placer, pero aún así seguía con se verga metida en el coño de mi tía, ella se había dejado su cuerpo sobre la mesa de la cocina, sujetando sus manos a las esquinas cercanas de la mesa, a fin de no perder equilibrio. Y llegó un momento que en sus embestidas mi hermano empujaba y movía el cuerpo de mi tía y la mesa hacia adelante, golpeando la mesa a la pared ahora con sus manos sujetando los hombros de mi tía con sus brazos que recorrían desde sus pechos hasta sus hombros, rozando sus brazos a sus pechos y doblando sus manos en sus hombros sujetándola fuertemente mientras empujaba con desesperación. En unos minutos más, un detener en sus movimientos y empezar un movimiento suave y lento, mientras inundaba con su leche el coño de mi
tía mientras ella suspiraba y gemía por aquel líquido calientito que irrigaba su coño.
Sin duda mi prima no fue ajena a esta escena de sexo desenfrenado pues había estado mirando desde la puerta de la cocina al mismo tiempo que lo hacía también yo en cada caricia a la espalda del cuerpo sudoroso de mi hermano. Me encaminé hacia ella, la tomé de la mano y nos dirigimos hacia su cuarto mientras dejábamos a los amantes en la cocina.