Mi mejor amante

Lo conocí en un cine para adultos,es el mejor amante que he tenido,capaz de complacer a cualquiera.

Mi mejor amante

Un lugar donde se puede conocer personas con los que podamos dar rienda suelta a nuestros instintos en el cine para adultos, es sabido que ahí van hombres solos, en busca de una buena mamada o cogida, muy de vez en cuando va una mujer acompañada de su pareja. Ahí conocí a Oscar, entre la oscuridad cuando lo vi entrar, me gustó su gallardía, al pasar cerca de mí, olí su perfume, un hombre pulcro, me pareció extraño que alguien como él, gustara de estar con hombres, si puede tener a cualquier mujer.

Por un rato observó alrededor, intenté estar a su vista para ver si se me hacía con él, pero pasó de largo. Minutos después, me puse en un rincón donde se acercó un hombre al que reconocí y como varias veces se la he mamado, sin perder tiempo me agaché y mamé a gusto mientras uno que otro se acercaba para ver, de repente me vino el perfume del hombre que me había gustado, atento trataba de mirar como le daba sexo oral, le demostré mi gusto por mamar verga hasta que se vino el individuo, Oscar se fue y yo me limpié y escupí la leche, me fui a lavar la boca al baño, luego me senté y de repente él se sentó a mi lado. Sin decir nada sacó su verga, yo sin perder tiempo la tomé y sentí un vuelco al sentirla tan grande, nunca había tocado una igual, un poco curva hacia la izquierda, gruesa y muy larga, la acaricié por unos momentos, luego él se bajó más el pantalón y la trusa, sus bolas quedaron expuestas, no resistí más y me hinqué para dar la mejor mamada, me puse entre sus piernas, lamí sus bolas grandes como las de un toro, noté que se afeita y eso más me excitó, estar afeitado provoca más placer para él y para mí. El recorrido de mi lengua desde los huevos a la punta de su pene, era largo, me dediqué a morder suavemente sus huevos y a chuparlos, lograba meterlos en mi boca mientras mi mano masturbaba despacio la verga que ya brillaba de líquido seminal, que lamía gustoso, solo escuchaba suspiros de él. Me sentía afortunado, nunca había mamado una verga tan rica y grande como la de Oscar, cualquier mujer estaría contenta con un palo semejante, y yo la tenía en ese momento. Noté que algunos hombres se sentaron cerca para ver la acción, en eso otra persona se atrevió a más y acariciaba la verga de Oscar mientras yo estaba entretenido con sus testículos, y le quité la mano para que me dejara solo, volvió a intentarlo pero Oscar lo quitó y le dijo que no molestara, nada dijeron y nos dejaron solos para seguir con nuestro gusto de mamar yo, y ser mamado él. Mientras mamaba Oscar se agachó y estiró las manos para agarrarme el trasero, yo desabroché mi pantalón para que él metiera libremente las manos, traía una tanga de mi esposa, al parecer le gustó pues me bajó los pantalones y apretaba mis nalgas y ensalivaba sus dedos para meterlos en mi culo. Primero uno, aunque me han penetrado muchas veces me dolió un poco, pues sus dedos son gruesos, aunque suaves, yo giraba mi trasero demostrándole que me gustaba lo que hacía, seguía mamando con gusto, no sabía si pedirle que se viniera o seguir mamando, las dos cosas deseaba, pero quería disfrutar más tiempo esa verga, no sabía si la volvería a tener para mí como en esos momentos. Después de un buen rato mamando, me dolía la quijada, pero no me importaba, podía seguir así, de repente parecía que se venía porque sus piernas se endurecieron, sus huevos se empezaban a contraer, pero me quitó y apretó su parte impidiendo la venida;

--¡VENTE PAPI, QUIERO QUE TE VENGAS Y DISFRUTES!.—

--¡AHH, NO, QUIERO COGERTE!, ¿TIENES A DONDE IR?.— Me emocioné cuando escuché su deseo de cogerme, no quería perder la oportunidad, dije que fuéramos al rincón donde mamé al otro o al baño.

--¿PERO ES SEGURO?.—

--¡CLARO, YO ME VOY PRIMERO Y ME SIGUES!.— Me levanté y me dirigí al baño, temía que se arrepintiera y no me siguiera, pensé que si no lo hacía, me quedaría con las ganas de probar su leche o de que me cogiera. Cuando llegué al baño, despistadamente entre cerré la puerta del sanitario, llegaban otros y él no, casi me desanimaba cuando lo vi, abrí la puerta para que entrara, ya estando dentro, se bajó el pantalón, me agaché y mamé de nuevo, ya con la luz podía apreciarlo, es muy guapo, y su verga como la de nadie, hermosa, y grande, su vello en el pecho, su altura, su porte me excitaba, me pidió que me bajara los pantalones y lo hice de inmediato, bajaba mi tanga, bueno, la tanga de mi esposa y él no lo permitió, me dijo que por eso me cogía, que le gustaba que usara eso, y la hizo a un lado. Me agradó saber su gustó porque es difícil encontrar a alguien así, ya que a mí me encanta usar lencería. Se agachaba para acariciar y apretar mis nalgas, luego me levantó y me volteó, me incliné sosteniéndome de la tasa del sanitario, imaginaba la escena, ahí estaba yo empinado, mis nalgas expuestas y una verga enorme apunto de entrar en mí, la emoción casi me descontrolaba, hizo a un lado la tanga, le di un poco de lubricante, pensé darle un condón pero quería sentirla ya, así que decidí esperar y dárselo cuando estuviera a punto de venirse, o pedirle que se viniera fuera. Untó el lubricante en mi ano, luego en su verga, al sentir su glande en mi entrada anal, suspiré esperando dolor y placer, pero metió su palo con tanta experiencia que disfruté aunque me dolía un poco. Sentí que ya estaba toda adentro, bajé mi mano para acariciar sus huevos y me sorprendí de que faltaba un buen pedazo de carne por entrar, creí que no resistiría pero me equivoqué, cuando ya al fin estaba toda adentro, nos paralizamos, se enderezó un poco y me tomó de la cintura, y empezó meter y sacar despacio su tolete, mi culo parecía reventar, y sentía que llegaba hasta mi garganta por su longitud, cuando mi ano se amoldó a su tamaño. Luego sacó la verga y se puso el condón, noté que le quedaba muy ajustado, pues era de tamaño normal, y es que no esperaba una como esa verga, ya con el preservativo puesto, su fuerza y movimientos aumentaron para cogerme, en esos momentos yo me sentía en el paraíso, sentía que estaba dispuesto a todo por un hombre como él. Me concentré en recibir con gusto tremenda cogida;

--¡AHH, AHH, QUE RICO ME COGES, QUE RICA VERGA!—

--¿TE GUSTA, TE GUSTA MI VERGA?.—

--¡SIII, A QUIEN NO LE VA A GUSTAR UNA ASÍ!.—

--¡NO CUALQUIERA AGUANTA UNA ASÍ!.—

--¡ESO NO LO SÉ, PERO MI CULO ESTÁ PARA CUANDO QUIERAS USARLO Y QUE TE SAQUE LA LECHE!.—

--¿TE GUSTA QUE TE COJAN?.—

--¡QUE PREGUNTA!, ¿TÚ QUÉ CREÉS?.—

--¡QUE TE ENCANTA ESTAR ENSARTADO!.—

--¡SII PAPI, Y MÁS CON ALGUIEN COMO TÚ!.—

--¿ERES CASADO?.—

--¡SI, SOY CASADO, PERO NO ENTREMOS EN ESOS DETALLES PAPI, PUDES DECIRME INCLUSO UN NOMBRE QUE NO SEA EL TUYO, IGUAL YO, SOLO DISFRUTEMOS EL MOMENTO, QUIZÁ MAÑANA YA NUNCA TE VUELVA A VER!.--

--¿ENTONCES ESA TANGA ES TUYA O DE TU MUJER?.—

--¡QUÉ CURIOSA PREGUNTA, ME GUSTA USARLAS Y YA!.—

--¡NO RESPONDES A MI PREGUNTA!.—

--¡SI, ES DE MI ESPOSA, ME EXCITA LA LENCERÍA!.—

--¡MMM ENTONCES TU MUJER A DE ESTAR BIEN RICA!.—

--¿PORQUÉ LO DICES?.—

--¡PORQUE ES UNA TANGA SEXY Y MUY FEMENINA!, DIME UNA COSA, ¿TU MUJER ES IGUAL DE CALIENTE QUE TÚ?.—

--¡PARA QUÉ QUIERES SABER, NUNCA LA VAS A CONOCER!.—

--PUES DIGAMOS QUE ME EXCITA LA CONVERSACIÓN, RESPÓNDEME, ¿ES CALIENTE, TE LA COGES RICO?.—

--¡NO SÉ, ME GUSTA MÁS QUE ME COJAN QUE COGER!.—

--¿CÓMO ES ELLA, DIME?.—

--¡PAPI, NO HABLEMOS DE ESO, CÓGEME RICO Y YA!.—

Entendió y siguió cogiéndome, cuando estaba a punto de venirse, la sacó y me volteó mientras se quitaba el condón que le quedaba chico, alzó su palo y lamí sus huevos, escuché un gemido y acerqué mi boca a su verga, la abrí y escuché el choque de su leche en el interior de mis mejillas, saboreé su semen y tragué con gusto el chorro grande que calentaba mi cara, boca y garganta. Tragué hasta la última gota, su verga se bajó un poco, creí que guardaría su cosa y se iría, pero me levantó y siguió acariciando mis nalgas y ano ya muy abierto, la tanga seguía a un lado, y me la acomodé y recibí caricias en mis nalgas, me levanté pero no dejó que me subiera los pantalones, limpié mi boca y la cara, se agachó para darme un beso en la boca mientras sus manos seguían agarrando mi trasero, me sorprendió que lo hiciera después de cogerme, ya que la mayoría se va de inmediato sin dar las gracias siquiera, pero me gustó lo que hacía. Quería que nos volviéramos a ver pero en otra parte, deseaba tenerme otra vez pero en una cama y me pidió que le diera una sorpresa, no sabía a que se refería, y me aclaró que quería verme y disfrutarme con lencería, eso me agradó y ansioso esperaba el día para vernos, me dio su teléfono, y yo el mío, antes de irse me empinó y me dio unas nalgadas, se fue dejando la puerta abierta, permitiendo que otros me vieran.

Durante la semana siguiente, esperaba su llamada, quería que lo hiciera primero, ya pensaba que no sucedería cuando, mi celular sonó, era Oscar, me dio hora y dirección para vernos esa tarde, como estaba lejos de casa, no me daba oportunidad de ir para prepararme y ponerme algo de mi esposa, entonces me dirigí a un tienda y escogí un baby doll, bata rosa trasparente, sostén con bordes de encaje y tanga del mismo color, pero lo complementé con un liguero del mismo estilo y unas medias que hacían juego con el resto.

Cuando llegué al lugar, ya me esperaba, le dije que me dejara vestirme y me indicó el camino a la recámara donde había un baño. Sin perder tiempo, me bañé y preparé mi ano para ser cogido, o sea un buen lavado anal, mientras me preparaba escuchaba música, ahí encontré uno zapatos altos, que aunque no hacían juego, me los puse. Oscar me esperaba, cuando ya estaba "lista" salí, él estaba totalmente desnudo sobre la cama, sobando su verga que empezaba a ponerse dura,

Al estar en la orilla de la cama, empecé besando sus piernas velludas, pare llegar sus testículos que se contraían al sentir mi lengua, su mano que frotaba su verga, tocaba mi cara, quité su mano para recorrer con mi boca y lengua, desde las bolas hasta la cabeza, él puso sus manos en su nuca y se dispuso a disfrutar, de vez en cuando volteaba a verlo, a veces nuestras miradas se cruzaban, me parecía tan guapo, pensaba que todo era solo un sueño erótico como muchos que había tenido, pero no, era la realidad. Oscar me pidió que me empinara sin dejar de mamarle, y que moviera mis nalgas como si alguien me cogiera, yo "gustosa" obedecí. Al frente de la cama había un espejo de cuerpo entero, que le permitía ver mi trasero moverse como si recibiera verga. Me indicó que acercara mis nalgas, lo hice para que me acariciara e intentara meter sus dedos en mi culo, con gusto apretaba y me daba nalgadas, mientras yo seguía gozando con su verga en mi boca. Con mi mano apretaba su palo desde los huevos y así lo recorría para llegar a la cabeza y sacar gotas de líquido seminal, que con gusto tragaba, previamente había dejado un lubricante sobre el buró, lo tomó y empezó a untarme abundante mente en mi ano, también lo tomé para poner en su palo, como el lubricante tenía un sabor a uva, aproveché para lamer con gusto y volver a untarle, me pidió que lo montara, y lo hice. Estábamos frente a frente, quise quitarme la tanga pero me pidió que la dejara, la hice a un lado, sentía en mis nalgas la punta de su verga, sus manos se ocuparon de abrirlas y lentamente me fue penetrando, aún me dolía pero sabía que era el precio para poder disfrutar la cogida de un hombre como él. Me propuse coger como nunca, cuando mis nalgas tocaron sus piernas, sabía que su verga estaba toda adentro, y empecé a moverme girando mis nalgas y mi cintura, él acariciaba mi pecho, bajó los tirantes del sostén y besó mis pezones, trastornado por completo disfruté su lengua y sus mordiscos suaves en "mis tetas", luego de un rato cogiendo, saqué la verga de mi culo y la froté con mis nalgas, Oscar deseaba seguir cogiéndome, pero yo quería disfrutarlo más. Fui bajando, primero me deleité besando su pecho fuerte y velludo, luego seguí para llegar a su verga, lamí y mamé con pasión provocándole suspiros y gemidos. Después me subí en él, pero dándole la espalda, mientras me penetraba miraba su cara excitada y lujuriosa, y me excitaba más lo que me decía;

--¡AY "MAMACITA" QUE "RICA" ESTAS!.—Yo lo escuchaba "agradecida" por lo que me decía, ya que en la intimidad me gusta siempre ser "ella" y él, me complacía.

--¿TE GUSTA LO QUE VES?.—

--¡UFF MAMI, NO SABES LO QUE ME HACES GOZAR!, ¿TE GUSTA QUE TE DIGA ASÍ?.—

--¡SI PAPI, ME EXCITA QUE ME DIGAS ASÍ!.—

--¡PUES ESTAS RICA PUTITA MÍA!,¿TE GUSTA SER MI PUTA?.—

--¡SI PAPI, SOY TU PUTA, Y ME GUSTA SERLO PAPI!.—

--¿Y TU MUJER COGE COMO TÚ, COMO UNA PUTA?.—

--¡POR FAVOR OSCAR, NO LA MENCIONES, Y CÓGEME!.—

--¿POR QUÉ NO QUIERES QUE LA MENCIONE?.—

--¡PUES PORQUE PIERDO LA INSPIRACIÓN, IMAGINA QUE SUPIERA LO QUE ESTOY HACIENDO EN ESTOS MOMENTOS!---

--¿QUÉ CREÉS QUE DIGA?.—

--¡NADA, NO DIRÍA NADA, PERO ME MANDA A VOLAR, PERO SI VAS A HABLAR DE ESO, MEJOR NO HABLES Y CÓGEME!.—

--¡OK, MAMITA, SIGUE MOVIÉNDOTE ASÍ PUTA MÍA AAHH!.—

Me puse en cuclillas para dejarme caer en su verga, deseando que se viniera, luego Oscar me detuvo, me quitó y se levantó de la cama, me tomó de la mano y me llevó a la barra del bar, puso una silla alta con el respaldo en la barra, mis nalgas quedaban al aire, se agachó para lamer mi culo, su lengua exploraba mi ano recién abierto, se retiró para voltear hacia nosotros el espejo, para vernos coger, se acercó a mis nalgas, su cintura quedaba a la altura de mi trasero, colocó su verga y sin consideración, empujó su palo llevándome al cielo con sus cogidas. Coloqué mi cara en el respaldo del asiento concentrándome en el goce de la cogida. Su verga entraba y salía por completo, así duró mucho tiempo, ya sentía mi ano dormido y satisfecho, entonces aumentó la velocidad, me sujetó de la cintura, y con fuerza me cogía haciéndome gozar intensamente, luego me bajó para empinarme, me sostenía de la silla y me agaché lo más que pude, abrí un poco mis piernas, y por los zapatos de tacón que traía, solo se bajó un poquito para meterme su palo. Casi me tumbaba por los movimientos bruscos, pero resistí ya que él me sostenía con fuerza, hasta que se vino, el chorro de semen invadía mi recto, mi interior ardía de placer, mientras su verga entraba y salía con una gran facilidad, mi culo recibía sin resistencia la verga rica que me cogía. Nuestros sudores se confundían, cuando la sacó me senté en la silla, luego él en otra, ya en la calma platicamos algo de nosotros, yo no quería llegar a mi vida privada y se lo hice ver.

Me dijo sin tapujos, que es casado, que siempre tuvo la fantasía de cogerse a alguien como yo, y con lencería, pues según él, mamaba y cogía mejor. Bebimos y con la platica nos excitamos otra vez, sin quitarme la ropa femenina, empecé a mamar su verga mientras él seguía sentado, de vez en cuando me paraba para darle las nalgas, que con gusto tomaba, luego volvía a la faena oral para saborear el semen que sacaba de mi culo. Cuando estaba por eyacular, gustoso mamé y lamí para recibir su leche, cuando mordía sus huevos sentí en mi cara un chorro caliente que alcanzó a entrar en mi ojo, con mis dedos recogía el semen y lo tragaba mientras seguía escupiendo leche que llegaba a mi garganta, puso sus manos en mi nuca y sus gemidos me indicaban lo que estaba gozando, el sabor de su leche me gustaba demasiado, de hecho el pan recién hecho me recuerda a sus venidas. Nos fuimos a la cama y dormimos un poco.

La relación siguió varios meses. En vacaciones de semana mayor, iba a salir de viaje con mi familia, pero dejé que se fueran sin mí, para disfrutar de unos días con Oscar, él me lo pidió pues también estaría solo, no fue difícil que la familia aceptara ya que es común que me quede a trabajar. Aproveché la situación y llevé a Oscar a mi casa, esa vez él escogió la lencería que me pondría, vio toda la ropa de mi esposa y delante de mí, la olía, también vio la fotografía de nuestra boda, cuando salí "envuelta" en la bata de seda y la tanga de mi esposa, lo vi hojeando el álbum familiar, había unas fotos en las que mi esposa estaba en traje de baño, eran del verano pasado en la playa. La insistencia de Oscar por conocer a Lily mi esposa, aumentó, siempre lo impedí, hasta que cierta ocasión llegó a la casa cuando tenía una reunión de amigos, tuve que presentarlo, se ganó la amistad de mi mujer, y no solo eso, tiempo después, la hizo su amante. Sin descaro me pedía que colaborara para lograrlo, al principio no quería, pero según yo "conocía" a mi mujer, y pensaba que no iba a caer. Yo mismo le facilité las cosas, pensando que no lo lograría, y me equivoqué. Ya luego me contó como la convenció y hasta me invitó a su departamento para observar como se la cogía. Luego les contaré la transformación de mi mujer de una santa a una infiel, sin saber que quién se la cogía, me había cogido a mi primero.