Mi mayor locura
Como una salida con mis amigas para quitarme el estrés se convirtió en una noche que para bien o para mal, nunca olvidaré.
Me llamo Sonia, tengo 33 años, actualmente resido en Málaga, España, mi ocupación profesional actual se reduce a un trabajo de media jornada en un despacho por debajo de mi cualificación académica y preparo unas oposiciones para poner solución a esa cuestión, esta situación me ha llevado a un estado de estrés que me estaba siendo difícil de gestionar, lo que a su vez me llevo a la situación que describo en este relato, pero eso será mas adelante, antes voy a describir un poco más mi situación personal y física que se que es importante para los posibles lectores que leáis esto.
estoy casada desde los 28 años, con un noviazgo que empezó a los 22, soy rubia con ojos azules, pero que eso no es lleve a error, no soy una súper modelo ni nada por el estilo, mido 1,65, peso unos 58 kilos, llevo el pelo con una media melena, algo pecosa (más en verano) tengo una talla de sujetador 90 copa b, y aunque ahora lo tengo algo abandonado, me gusta practicar ejercicio, pero admito que mi culo aun conserva todo su esplendor.
Hace diez años era una consumidora habitual de esta página, pero poco a poco lo fui dejando, hasta el punto que llevaba años sin entrar en ella, pero tras ocurrirme el hecho que narraré a continuación, he decidido volver a entrar ya no como consumidora, si no como escritora, a modo de terapia, pues no sé si me atreveré a contárselo jamas a nadie.
Como decía en la presentación últimamente estaba pasando por una situación de mucho estrés, entre el estudio y el trabajo, añadiendo el hecho de que este año nos hemos quedados sin vacaciones por una enfermedad de mi suegra, era algo que me había agriado el humor y me había quitado muchas horas de sueño, impidiendo que me pudiera concentrar en mi trabajo o en los estudios, mi marido preocupado por mi concertó un plan con mi amigas para que me llevaran de fiestas y me diera un poco el aire para así despejarme, aprovechando que en Málaga venían varios días festivos y el iba a pasarlos en casa de su madre.
La verdad que el plan me apetecía bastante y no puse ninguna pega, consistía en ir con mis amigas a comer y luego recorrernos el centro de la ciudad para celebrar la NO feria de Málaga, y por primera vez en mucho tiempo me puse guapa para salir a pasarlo bien, y me puse un vestido fino tirantes, hecho de algodón ideal para estar por el centro ya que las temperaturas rozaban ese día los 36 grados, comimos, bailamos, fumamos (yo lo dejé hace años) y bebimos mucho, pero mucho.
Nos lo estábamos pasando tan bien que terminamos empalmando el almuerzo con la cena.
En ese momento la cosa empezó a decaer un poco y varias de mis amigas que tenían hijos o habían quedado con sus parejas se marcharon, quedándonos solas mi amiga claudia y yo, tampoco es que nos importara demasiado y pusimos rumbo al muelle Uno, una zona tipo bulevar donde estaba todo el ambiente, y volvimos a beber y volvimos a bailar, incluso nos animamos a bailar con varios chicos que había allí, en un momento salimos del local dónde nos encontrábamos, para que claudia se encontrara con su hermano, que había tenido un problema con la tarjeta de crédito y quería que su hermana le prestara dinero para poder continuar la fiesta, su hermano se llama Alejandro, tiene 22 años (11 menos que ella) y se presentó acompañado de tres chicos aún más jóvenes que él, se presentaron y nos dimos dos besos, por cortesía, pero no recuerdo el nombre de dos de los chavales.
A mi parecer Alejandro siempre se aprovecha de ser la debilidad de su hermana, recuerdo que de joven era un buen muchacho, pero con la edad se fue convirtiendo en un bala, todos sus amigos están ya trabajando o en la universidad, pero el que esta estudiando un grado medio desde hace 2 años se la tira siempre en la calle o de fiesta, lo que ha hecho que sus amigos pasen un poco de él y por eso ahora sale con chavales más jóvenes de su barrio, nosotras volvimos a la terraza en la que nos encontrábamos y seguimos bebiendo y bailando para que el alcohol no nos afectara tanto, y cuando mejor estábamos, PUM, cortaron la música y dejaron de servir copas, os prometo que con las ganas de fiestas que yo tenía aquello fue como un jarro de agua fría para mi, malditas sean las restricciones por covid.
Muy a nuestro pesar abandonamos la terraza y nos dirigimos a casa, pero cuando ya íbamos de camino empezaron a llamar a claudia a voces desde el muro que separa la playa del paseo marítimo, en un principio no vimos quién la llamaba, pues entre la multitud de gente que había y que nosotras íbamos perjudicadas por el alcohol no distinguíamos un pijo, y al final resultó ser Alejandro, el hermano de claudia que se encontraba allí con sus amigos, cuando nos acercamos vimos que estaban haciendo un botellón , y nos ofrecieron una copa, por mi mente pasó (en serio, participar en un botellón con 33 años con unos niñatos) pero rápidamente deseche esa idea, total, en casa no me esperaba nadie, bueno si, los apuntes de la oposición que conseguían amargarme el día solo con verlos, y me lo estaba pasando tan bien, además casi antes de aceptarla, Samir, uno de los amigos de Alejandro ya me estaba poniendo una copa bien cargada de mi bebida favorita, un buen gintonic, aunque la marca no era la que habitualmente consumo, pero eso era lo de menos, cogí la copa y me anime recordando mi juventud cuando aun iba a botellones como ese, ademas debido a las restricciones me di cuenta que no solo había chavales de veinti pocos años, si no que también estaba lleno de gente de mi edad y más madura aun, y me sorprendí bailando de nuevo en la calle, riendo y bebiendo mi copa mientras charlaba con un chico de apenas 18 años, que para mi sorpresa resultó ser muy agradable, llegado el momento incluso me atreví a perrear un poco con él, notando una sensación no del todo desagradable cuando noté su erección contra mis nalgas, al poco, de estar allí los otros dos amigos de Alejandro dijeron que se iban a otra fiesta en la casa de un particular, pero Samir y Alejandro, decidieron quedarse allí hasta que terminaran las botellas, así que nos llenamos otras dos copas y decidimos acompañarlos un rato más, seguimos charlando y bailando, nos intercambiamos las parejas varias veces, cual fue mi asombro cuando vi, que Claudia rodeaba con sus brazos el cuello de Samir, mientras este posaba las manos en el culo de ella por debajo del vestido, mientras le susurraba algo en el oído, que hacía que mi amiga se riera.
conozco a Claudia, de joven siempre fue el zorrón del grupo, y el alcohol siempre hacía que se desinhibiera más de la cuenta, llevándola a pasarse el día siguiente maldiciéndose por haber acabado en la cama de algún cayo, pero aquello no me lo esperé, y otro que no se lo esperaba fue su hermano, que al ver a Samir tomándose tantas libertades con su hermana se fue hacía el hecho una furia y le pegó tal empujón para separarlo que lo sentó de culo en el suelo, Samir, se levantó hecho una furia pero controlándose a duras penas, mientras no dejaba de decirle a Alejandro, apretando los dientes de furia que se estaba equivocando, y que si volvía a tocarlo le daría una paliza, y de repente me vi en el centro de un corro de gente que estaban expectante por ver una pelea, y todo el buen rollo que sentía hasta ese momento se convirtió en vergüenza.
Se acabo la fiesta, claudia le dijo a su hermano que se iban para casa, este de mala gana, pero también deseando apartar a su hermana de su amigo accedió y tras preguntarme ella si me importaba cogerme un taxi e irme yo sola se marcharon, así que me dirigí a la plaza del ayuntamiento dispuesta a coger un taxi cuando de repente el alcohol, hizo su efecto y me entraron ganas de vomitar, así que me pensé mejor la idea de coger el taxi, si vomitaba dentro de uno, no quería ni imaginarme como podría reaccionar el taxista, y mientras estaba de pie como una tonta en la acera decidiendo que hacer y esperando que mi estomago se calmara, Samir hizo su aparición, y en cuanto le conté mi situación rápidamente se ofreció a acompañarme, en realidad no vivo lejos de donde me encontraba, a unos 15 minutos andando, y aunque un poco reticente acepte que me acompañaba, al fin y al cabo había resultado ser un chico agradable, y quién lo iba a culpar por lo de la erección o el manoseo a claudia si ha ninguna de las dos nos importó, así que comenzamos el camino a casa caminando el uno junto al lado del otro.
A mitad de camino el alcohol hizo su aparición de nuevo, siento ser tan explicita, pero me provocó arcadas, y Samir muy “caballeroso” rodeo mi cintura con su brazo para ayudarme a caminar, no le di ninguna importancia, de hecho me gusto sentir su contacto, y con razón me dijo que si no podía llegar a casa para vomitar, lo mejor sería desviarse un poco y hacerlo en un parque que había allí cerca en vez de en plena calle, a accedí a ello convencida de que era lo mejor.
Cuando nos desviamos hacía el parque entramos en una calle oscura, y me sentía tan cómoda que incluso bromee con él, diciéndole que no aprovechara la oscuridad para meterme mano como a Claudia, a lo que él respondió diciéndome que de claudia no se había aprovechado, que él la había visto muy contenta con el manoseo, y que además claudia tenia un culazo y no había podido resistirse a cogérselo, por algún extraño motivo aquel comentario dañó mi amor propio (¿que estaba diciendo que yo no tenía un culazo? Con lo contenta que estoy yo con mi culo que a donde voy me lo miran) y así se lo hice saber, a lo que él contestó con prepotencia preguntándome si acaso estaba celosa, y que si era así eso tenía fácil solución, bajando su mano, colándola debajo de mi vestido y sobandome con descaro el culo, me quedé totalmente de piedra, solo pude mirarlo muy seriamente y decirle que apartara su mano de mi culo, a lo que de nuevo contestándome con esa prepotencia suya que tanto me estaba molestando, me dijo, a ella se lo he tocado más tiempo, si quieres que pueda comparar bien quién tiene mejor culo me vas a tener que dejar palparlo un poco más.
Y empujándome hacía delante con la mano que tenía agarrando mi culo me hizo volver a ponerme en marchar hasta el parque donde me iba a llevar, y así caminamos los 50 metros que nos separaban de la entrada del parque, en un momento raro, su mano sin salir en ningún momento de debajo de mi vestido se fue hasta mi vientre para acariciarlo, llegando con sus movimientos a tocar con sus dedos el aro de mi sujetador y las gomas de mis bragas, sin que una palabra de protesta saliera de mis labios, pero por suerte no se atrevió a más.
Llegados al parque, se separó de mis y me señaló un hueco en medio de unos arbustos que rodeaban un árbol dónde podría ir a hacer lo que me había echo allí de forma discreta, mientras él me esperaría en un banco que había justo en frente liándose un cigarro, cuando me alejaba hacía el árbol, tuvo a bien decirme que la ganadora del torneo a mejor culo había sido yo, cosa que me hizo mucha gracia y despertó algo de picardía en mi, vale que lo que iba a hacer era lo menos erótico del mundo, pero pensé en ser un poco mala con el chaval, así que cuando mi incliné hacia el árbol, abrí bien las piernas y levanté el culo para que lo viera bien, sonriendo mientras lo miraba por encima de mi espalda, el alcohol había hecho que estuviera fuera de mi, a lo que él reacciono acercándose rápidamente por detrás agarrándome por la cintura, levantando mi vestido y restregándome su erección por todo mi culo y mis labios vaginales, mi coño había humedecido a una velocidad nunca vista, empapando mis bragas en un segundo, haciendo que de mi boca se escapara un grito de placer y de sorpresa, fue tal su ímpetu cuando me “empujo” que mis manos fallaron y no pude sujetarme al árbol, por suerte no caí de frente, si no que de alguna manera caí sentada, y ahí me encontraba sentada de espaldas contra un árbol, con un chaval mucho menor que yo de pie sobre mi, mirándome con una lujuria que era contagiosa mientras luchaba con la hebilla de su cinturón para liberar su polla, y cuando lo logró, di un paso hacia mi, con aquella polla tiesa apuntándome y bamboleandose, alargó su brazo derecho y agarrándome de la nunca acercó mi cara a su polla, enseguida pude notar el calor que desprendía y lo dura que estaba mientra me la paseaba por todo el rostro, odio las comparaciones, pero siento deciros que todas las hacemos, y en ese momento no pude evitar compararla con la de mi marido, que es un poco mas corta, y con mucho menos gruesa, me perdí un momento en mis pensamiento, pensando en el pollón que tenia el chaval, que solo me hizo volver en mi, un tortazo (cosa que nunca le había permitido a nadie) y la orden de Samir de que abriera la boca, cosa que hice sin dudar un segundo, recibiendo en el momento aquella barra de carne de unos 17 cm, Samir sujeto ambos lados de mi cabeza y comenzó un violento mete saca de mi boca ¡aquel chaval, me estaba follando la boca! Y aunque lo estaba flipando por ello, era una situación totalmente nueva para mi, me resultaba bastante incomodo, así que poniendo las manos en sus caderas y empujándole hacía atrás, conseguí que parara, y pude retomar el aire, un hilo de saliva unía mis labios con su polla brillando bajo la luz de la farola del parque, recogiéndola con la mano y restregándola contra el capullo de su polla, una zorra que habitaba en mi, si yo saberlo le dijo, déjame marcar el ritmo a mi, que esta polla que tienes se merece saborearla a placer, y tras pasar mi lengua por la punta para recoger una gota de liquido pre seminal que allí asomaba, pero eta vez despacio, dejando que mis labios se posaran en cada centímetro de piel y venas de la polla que mi boca se iba tragando, dejándola allá dentro mientras mi lengua presionaba y se introducía en el orificio por donde había salido aquella gota rebelde de pre, mis manos apretaban su culo y acariciaba su vientre y su espalda, estaba disfrutando como nunca del sentido del tacto, del sabor y del olfato, hasta el ruido que hacía mis labios a succionar su polla me ponía cachonda como nunca lo había estado, y los gemidos de placer de Samir, y sus palabras llamándome zorra y y diciéndome lo bien que se la chupaba solo hacía aumentar esa sensación de placer que crecía en mi, normalmente solo he chupado pollas para complacer a mi pareja de turno, pero debo reconocer que aquella mamada la estaba gozando como nunca había gozado ninguna antes, no se que tiempo pasamos así pero tras unos minutos, Samir me avisó de que se venía, pero en vez de apartarme, mi reacción fue la de apretar más mis labios y prepararme para lo que tuviera, por primera vez en mi vida iba a tragarme una corrida, era ahora o nunca, y así fue, al momento empecé a notar como los borbotones de lefa de Samir se estrellaban contra el cielo de mi boca, tuve que taponar la salida de su esperma con mi lengua para intentar controlar la presión con la que salía, pero como una buena chica conseguí tragármelo todo.
Pero era tal el desenfreno que sentía en ese momento que ni aún así paré de mamar, ni cuando Samir me dijo que lo hiciera, no fue hasta la tercera vez que lo repitió y tras apartarme él cogiéndome de los hombros y empujándome hacía atrás que consentir apartarme de aquella polla, caí de nuevo de culo relamiendo me, mientras Samir se tumbaba aun con los pantalones bajados sobre el césped, exhausto tras mi mamada, saber que era la responsable de su estado me hizo sentirme poderosa, así que con tono burlón y sabiendo ya la respuesta, le pregunté que qué le había parecido, tu marido debe de estar muy contento teniendo una mujer que haces estas mamadas, me contestó, a mi marido nunca se la he chupado así le respondí, eso pareció volver a animarlo, por que se recostó y volvió a sujetarse la polla ya flácida con dos dedos con un movimiento sube baja, y me preguntó ¿tienes hora de volver a casa, se extrañaras si tardas un poco más en hacerlo?
Me quedé un segundo meditando la respuesta, pensando en si mentirle o no, pero al final decidí decirle la verdad, mi marido está fuera todo el fin de semana, y pude ver como sus ojos se abrian como platos
no puedo continuar con él relato por hoy, pero me temo que si no lo subo ahora nunca me atreveré, así que voy a subir esta parte, y espero tener el valor de subir otro día el resto de la historia, espero que disfrutéis tanto leyéndolo como yo he de reconocer que he disfrutado recordándolo.