Mi marido me tiene muy abandonada
Deje a esa mujer madura desayunando, mujer poseedora de esos grandes pechos, marchándome para continuar con mis visitas, asegurándole que volvería, ya que la incidencia, no está resuelta. Y como ella misma me aseguro... mi marido no te solucionara nada, pues para eso estoy yo aquí.
Mi marido me tiene muy abandonada
Antes de comenzar, debo decir que como a muchos doy por hecho que, me encantan todo tipo de mujeres, pero cuando una mujer está en esa edad a la cual se considera madura, debo decir que está en otro nivel. Mujeres maduras que nos atraen, dando igual su fisionomía, maduras me vuelven loco, sintiendo una mayor atracción sobre aquellas más voluminosas. Aquellas que no sienten complejo por tener virtudes, como culo grande, enormes pechos, piernas fuertes. Y tras decir esta pasión, comenzare con mis experiencias, no buscando precisamente aventuras, pero que, si vienen solas, no suelo despreciarlas.
Como aquel tiempo que estando en la oficina, llego un compañero que cuya conversación me estuvo poniendo los dientes largos, conversación que iba referente a su labor, pues debía de investigar una serie de reclamaciones, acudiendo a las casas de las personas afectadas. Y según este se encontraba cada panorama que se le ponía los dientes largos, yo desconfiaba, no porque no pudiera ser ciertas, sino quizás por envidia.
Y esos hechos que según me conto le ocurrían, me estuvieron rondando la por la cabeza una y otra vez, hasta que un día le pedí a mi supervisor cambiar un poco de aire, deseando alternar mi labor técnica con la de los clientes, sugiriendo la labor de mi compañero. Destino que me permitió, pues según parecía, esté tenía mucho retraso en cerrar las incidencias, viendo que quizás sería buenas idea una ayuda. Pues eso, cuando comencé no fue un camino de rosas, me dieron como suele decirme ‘carros y carretas’, debiendo decir que no todas las visitas fueron como contaba.
Ya que llegaba y la persona afectada me contaba de todo, persona que eran hombres como mujeres, todo recriminando a la empresa instaladora. Hasta que un día estando por el barrio Alcosa (Sevilla), busque una calle en cuestión, cuyos bloques blancos me costó encontrar, bloques bastante viejos aparentaba. Llegue al portal en cuestión, pulse el telefonillo y la voz de una mujer me contesto, tras explicarle quien era, está me acabo abriendo. Fue abrir esa puerta de hierro y encontrarme con el inicio de las escaleras, dándome cuenta que allí no había ascensor, ‘comiéndome’ yo solito esas cuatro plantas.
Llame a esa puerta, abriéndome esta una mujer de edad madura, mujer que aparentaba los cincuenta y tantos años, persona que se me presento vestida con un vestido de estar por casa de color blanco y unas babuchas. Mujer que me hizo pasar, comenzando a hablarme de los problemas con la instalación, y sobre todo con la atención al cliente, una cosa llevo a la otra, comenzando a contarme penas, podría decir a desahogarse conmigo.
Comenzando a decirme que vive con su marido e hijo, pero ambos fuera todo el día, uno trabajando y el otro estudiando, estando prácticamente sola todo el día. Continuando por decirme tengo 44 años, cosa que viéndola no daba esa edad, y como bien decía ella misma en referencia a que no se cuidaba. Mujer que me hizo pasar a la cocina, pues ella misma me hizo saber que estaba liada limpiando y haciendo de comer, cosa que no me importo. Dándome cuenta que bajo ese vestido que podría pasar mas como un camisón, no llevaba sujetador y se le apreciaba sus grandes pechos... uuuffff!!.
Tras pasar a la cocina y está mujer invitarme a sentarme en una silla, me ofreció un café, un zumo o cualquier otra cosa, acabando por aceptarle el zumo. Y mientras ella se giraba en dirección al frigorífico, a mí me dio por sacar la documentación, cogiendo está del interior un bote de zumo y en la misma encimera echarlo en un vaso. Volviendo en esos momentos a la conversación, intentando decirme que ella intentara solventar los problemas, pues su marido no puede y que para cogerlo es difícil. Decir eso...
- “Bueno, mi marido también me tiene abandonada”.
Comentario difícil de entender, mujer de cabellos castaños y de estatura no superior al metro setenta, metida en carnes, todo grande en su cuerpo. Mujer por no faltarle al respeto diciéndole... ‘Señora’, pues ella misma me hizo retractarme, haciéndome saber que no es tan mayor, aunque lo aparente, pues aún tiene su aguante.
Comentario que suelta al tiempo que se lleva una de sus manos a su entrepierna, no sabiendo bien dónde mirar, y acabar por sacársela la mano, tomar una silla para sentarse frente a mí. Hablándome de algo que no sabría decir, pues perdí el hilo de su conversación, sobre todo en el momento que está apoyo una de sus piernas en la silla de enfrente. Quedando más elevada y cuya consecuencia hizo que se le bajara ese ‘vestido/camisón’, pudiéndole verle su entrepierna, sorprendiéndome que está no llevara ropa interior.
No dejándome de hablar, cuyo tono es normal, no sonriendo ni mostrar diferencia en su rostro, comenzando a frotarse sus dedos de una mano por su coñito al tiempo que tras sacarse un seno, comenzar por acariciárselo... uuummm!!. Y encima mostrarse de forma natural, apreciando en sus labios vaginales el brillo de su humedad, sacándome de mi estado ‘catatónico’. Al escucharme decirme...
- “Sabía que venía un entendido, no sabía cómo era, pero me daba igual, estando tan abandonada por mi marido, todo es bueno mejor que nada”.
Dice y sigue...
- “Tras su llamada esta mañana, asegurándome que vendría hoy antes de las doce de la mañana, me he duchado temprano, pensando que, así cuando usted llegue le voy a provocar un poco, y a ver qué hace...”.
Suelta y tomándome una de mis manos, acaba por colocarla sobre uno de sus senos, sintiéndolo cálido y bastante agradable, mano que apartándolo de ese seno me hizo cogerle el otro, acariciándoselo y dedear sus pezones... uuummm!!.
Comenzando a decirme que da por sentado que al verme mi anillo estoy casado, preguntándome por saber cómo es mi mujer, como se llama y si tengo cri@s. Y soltarme...
- “Entonces tu mujer es la mitad de mujer que yo, o sea que yo soy mucho más que ella”.
Dice y se levanta, caminando hacia mí, levantándose el ‘vestido/camisón’ hasta acabar por quitárselo, acabando desnuda y ella tomarme por el cuello, presionándome hacia ella. Comenzando a magrear sus enormes pechos, no os mentiría si digo que son un ciento veinte. Dejándome besar, chupar y lamer sus mamas... mientras ella suspira y gime, continuando por succionar areolas y darme cuenta los sensibles que están, acabando por lamérselos... uuuffff!!.
Dándole por quitarme mis prendas, sacándome sin llegar a desabotonar los botones mi camisa, soltar la hebilla de mi cinturón, desabotonar el botón del pantalón y bajar la cremallera. Acabando por arrodillarse está mujer al tiempo que tira de mis prendas inferiores a mis pies. Tomar mi miembro duro y soltarme...
- “Veo que vienes preparado... eeehhh!!, no solo la tienes dura y lista ya, sino que veo que te depilas por esta zona”.
No pudiendo contestarle al soltar un gemido al sentir su boca chupar mi glande, comenzando está mujer casada a chupar al mismo tiempo que me pajea... aaahhh!!. Comenzando a tragársela, sacándosela y embadurnarla de saliva, lamiendo desde el glande hasta la base, volviendo a ascender y acabar por volvérsela a tragar... aaahhh!!.
Haciéndola levantar, teniendo mucho cuidado, mucho más al ver los efectos de estar arrodillada en sus rodillas, acabando por ayudarla a sentarse sobre la mesa y acercarme. Tomando mi miembro e introducírselo, soltando ella un gran gemido (pensando que no era para tanto), comenzando ella a gemir, suspirar y jadear, no parando en ningún momento. Pidiéndome más y tras sacársela ante sus suplicas que no lo hiciera, la hice bajar de la mesa y girarla, mientras ella me decía...
- “Por detrás no por favor, nunca me la han metido por el culo”.
Acabando por metérsela en su coñito empapado, escuchándose el ruido del chapoteo y de los cuerpos chocar, acercarme y metérsela, jadeando y gimiendo. Soltando...
- “Joder”.
Y embistiéndola con ganas, dándole bien fuerte e incluso darme por azotar sus nalgas, no dejando de gemir y suspirar... aaahhh!!. Y entre gemidos pedirme que la dejara a ella encima, colocando en el suelo su prenda y tenderme yo, para acabar por colocarse ella y comenzar a moverse... uuuffff!!. Primero se quedó dándome la espada, pudiendo apreciar su gran culo subir y bajar, al cual no deje de amasar sus glúteos... ooohhh!!. Siendo ella misma quien acaba por girarse, observando una vez más ese rostro de mujer viciosa, mientras le escuchaba gemir... ooohhh!!, y suspira... aaahhh!!.
Y entre jadeos y convulsiones tuvo uno de sus orgasmos, no deteniéndose y continúo moviéndose, pidiéndome que aguantara y que no me corriera dentro. Dejándome sacarla y cambiar las posiciones, quedándose ella ahora tumbada y yo encima, tomando sus grandes y pesadas piernas, colocándomelas a los hombros y penetrarla... uuummm!!. Y en minutos tuvo su segundo orgasmo, notando ella los síntomas de mi cuerpo, sacándola con rapidez y acabar por correrme sobre sus pechos, viendo como ella misma como se los chupaba y saboreaba mi corrida. Y preguntarme...
- “Te ha gustado mi vida, dime... ¿Soy o no soy mucho más mujer que tú esposa?”.
Y obviamente, tuve que decirle que sí, mientras intentaba apartarme, cuando introduje mi cabeza entre sus enormes muslos, comenzando a chuparme su enorme vagina, lamiendo y chupando sus labios vaginales, siendo un diablo con su vulva... uuuffff!!. Mujer que inicialmente intentaba apartarme, para acabar casi ahogarme entre sus piernas, apretando mi cabeza hacia abajo, no dejarme hasta que llego a un nuevo orgasmo. Y ambos desnudos en la cocina, ella comenzar a reír, diciéndome lo mucho que se ha perdido, acabando por levantarse, y preguntarme...
- “¿Quieres desayunar?, pues yo estoy hambrienta y me voy a preparar uno”.
Observando con admiración a esta bella mujer madura, hembra que me ha vuelto loco, mujer poseedora de esos grandes pechos, y enorme culo, mujer de rostro maduro, pero de cuerpo joven y con ganas de vivir, y sobre todo de disfrutar. Mujer que deje desayunando, marchándome para continuar con mis visitas, asegurándole que volvería, ya que, como bien sabe ella... ‘la incidencia, no está resuelta’. Y como me aseguro... ‘mi marido no te solucionara nada, pues para eso estoy yo aquí’.
Bueno y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma. No me tengo que excusar porque un día me dio por ahí, y desde entonces vivo y disfruto mi vida de una forma libertina y con pasión, dándome por compartirlo con vosotros como manera de desahogo.
Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado, espero que no os hayáis manchado demasiado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).