Mi mar 3

Perdón por la tardanza y mil disculpas por los errores que puedan haber!

-¡Alex tranquilízate! ¿En qué viniste?- ella no respondió y ahora se notaba más ebria de cómo había llegado hace minutos.

Yo  necesitaba saber cómo había llegado y que iba a hacer yo con ella ya que definitivamente no se encontraba en estado para conducir si había llegado en su auto, así que decidí que ella dormiría en mi habitación y yo me quedaría en el sofá. En la mañana muy temprano me duche y prepare café para cuando Alex despertara se le curara la resaca, marina apenas me saludó al entrar a la cocina y preparase un tazón con cereal antes de irse a la universidad. Alex se despertó a eso de las 9 am, era evidente que ambas habíamos perdido las clases en la facultad, después del café caliente y de asegurarme de que se encontraba completamente consciente, le hice saber que su actitud me había resultado muy molesta y que ese  tipo de comportamiento definitivamente no iba conmigo así que le dije que era mejor terminar, ella me pidió disculpas y después de agradecerme por haberla dejado dormir en el apartamento se fue.

Paso una semana de lo más incómoda; marina ya no me hacía compañía en la estancia mientras leía; Alex trataba de acercárseme con detalles en un intento de reconquistarme y Laura por su parte había iniciado a trabajar en un museo después de la universidad y ya nos no veíamos como antes. Un día a mediados de la semana siguiente, Me encontraba leyendo en el sofá de la estancia después de haberme duchado y colocado el pijama como siempre después de llegar de la universidad, cuando marina llego a casa.

-hola! Que tal tu día?- salude sin separar la vista de mi lectura al oír su habitual escandalo al dejar sus cosas sobre la mesa, ella no respondió y en cambio la sentí acercarse a mí, sin más, quito mi libro de mis manos y se sentó sobre mi cadera, su gesto me sorprendió y sin darme tiempo a reaccionar, me  besó.

Aun con mis ojos abiertos como platos, correspondí aquel beso. Ella apenas se separó cuando necesitamos aire y pego su frente a la mía, suspiró antes de reiniciar el beso y esta vez sus manos que se encontraban sobre mi abdomen acariciaron suavemente mis costados, el contacto se volvió caliente, entre suspiros largos y gemidos disimulados la ropa comenzó a estorbar y caer al suelo, nuestras manos y labios recorrían sin reparo nuestros cuerpos deseosos de más. Tiempo después yacíamos en el sofá; desnudas,cansadas , jadeantes y recuperándonos entre besos, cuando nuestros ritmos cardiacos se controlaron, ella beso largo mis labios, se levantó aun desnuda, me entrego mi libro, recogió su ropa y se fue a su recamara, dejándome ahí desnuda y completamente confundida. Permanecí ahí tratando de asimilar lo que había pasado, cogí mi ropa que se encontraba en el piso y me dirigí a mi habitación, fui directo al baño y después de recoger mi cabello me di una ducha larga, al salir volví a colocarme el pijama y me acosté en mi cama, esta vez sin libro, a tratar de comprender lo que había sucedido. No sé cuánto tiempo después, la puerta de mi recamara se abrió, una marina silenciosa y tímida entro, cerró la puerta y se sentó a mi lado, sin mediar palabra se acostó y acomodo sobre mi pecho abrazándome. Me encontraba enormemente confundida y nerviosa, pero mi naturaleza de no complicarme me hizo analizar que lo que había pasado, paso porque ambas lo permitimos y no necesariamente necesitaba explicación y así,  tiempo después -quizá horas- me quede dormida. El sonido de una alarma me despertó a la mañana siguiente, abrí mis ojos de apoco y entonces la vi; dormida sobre mi pecho, tan apacible y hermosa que permanecí minutos ahí solo viéndola. Con cuidado para no despertarla la separe de mi acomodándola sobre una almohada, consulté la hora para irme a duchar, el agua sobre mi cabeza hacia fluir en mi mente los recuerdos de la noche anterior, había tenido sexo con marina y eso me desconcertaba sobre manera, pero no me complicaría la existencia por eso. Oí su fastidioso aparato sonar y me di prisa para terminar de ducharme, ella se levantaba cuarenta minutos antes que yo, lo cual indicaba que se le hacía tarde, cerré la ducha y salí a mi habitación, la cama estaba vacía, cogí ropa y me vestí lo más rápido posible para salir a la universidad mientras ella se duchaba, de camino compraría un café y un sándwich.

Mi monótono horario de clases me distrajo de pensar en lo que había pasado la noche anterior, pero cuando mis clases terminaron el tormento regresó, extrañaba a Laura así que fui a un teléfono público a la salida de la facultad y la llamé. Acordamos vernos en su hora de descanso, la cual sería en 40 minutos, así que me dirigí a una cafetería cerca de su trabajo, la espere con un americano, cerca de media hora. Durante toda la hora mientras comíamos, ella me platico todo lo que había pasado desde la última vez que nos vimos, me pregunto sobre cosas y le comente unas cuantas, nos dijimos cuanto nos extrañábamos y nos despedimos con la promesa de juntarnos pronto. Charlar con Laura, me hiso sentirme más como yo.

Volví a casa con la determinación de que lo que paso con marina pasó porque se dio y lo permitimos sin más. “All your gold” de Bat For Lashes a volumen alto me acompañaba durante mi reconfortante ducha incitándome a cantar. En cierto momento de la canción y mientras enjuagaba mi cabello con los ojos cerrados, unas manos delicadas acariciaron desde mi cuello de manera descendente hacia mis senos, me quede estática con los ojos aun cerrados y entonces sentí sus labios rosar los míos, la sentí alejarse y entonces decidí abrir los ojos. Ahí estaba ella, completamente desnuda frente a mí, mordiendo su labio inferior. Acercó su mano derecha rosando mi abdomen sin quitar su mirada de la mía y no pude evitar estremecerme, coloqué mi mano en su cintura y termine con la distancia para besarla, “lilies” y su hermoso ritmo ambientaba la escena, nuestras manos cobraron vida mientras recorrían cada poro de piel, nuestros labios probaron cada parte de nuestros labios hasta que esos mismos labios nos fueron insuficientes, besé, lamí y mordí su hermoso y delicioso cuello al ritmo de sus gemidos, nuestra humedad ahora era una mezcla de agua, saliva y fluidos vaginales que con cada caricia se hacían más, nuestros cuerpos ardientes pedían cada vez más contacto, la coloque contra la pared mientras mi deseo aumentaba y bajaba a lamidas y besos asía su tersa y caliente vagina para saciar mi sed, sed que aumentaba con cada gemido proveniente de sus labios, con cada caricia de sus manos en mi cuerpo, con cada rose de su piel en mis manos. Su textura, su sabor, su olor. Oh dios! Su intimidad es deliciosa, sus gemidos enmudecieron la música haciendo que mis sentidos solo la sintieran a ella, sus gemidos aumentaban y sin aviso, mi percepción de ella; su sonido, tacto, olor, sabor y visión me provocaron un intenso orgasmo justo a la par suya. Sus piernas flaquearon, y apenas pude reaccionar para levantarme y sostenerla en un abrazo. A penas se recuperó, quité mis brazos de su rededor para verla a los ojos, ella no sostuvo mi mirada esta vez.

-          Lo sé! Necesitamos hablar, te espero afuera!- dijo mientras salía de la ducha.

Otra vez, me había dejado confundida. Termine de ducharme y minutos después salí de la habitación vistiendo mi habitual pijama vespertina, ella estaba sentada en el sofá viendo a alguna parte del piso. Me senté frente a ella en la mesita de centro y ella me miro con esa mirada que no he podido descifrar nunca.

-          No… no sé qué me pasa- dijo desviando la mirada- no sé qué me pasa contigo!.

No atiné a decir nada, era ella quien había iniciado y era ella quien debía explicar lo que había pasado, ella despejaría mis dudas porque ella las provocó.

-          Sucede que me atraes… y mucho- continuó con desesperación- pero yo tengo novio y lo amo, solo que tú me confundes y no lo puedo controlar, te deseo y no me puedo detener, solo sé que cuando te veo no soy yo, es como si tú me manipularas y…

-          Ok! Debes tranquilizarte- la interrumpí- yo no te he provocado mucho menos manipulado de ninguna forma- dije, ligeramente molesta de que me estuviera culpando de algo que yo no había iniciado.

-          No quise decir eso!- se levantó del sofá y comenzó a caminar- lo que digo es que yo nunca me he considerado lesbiana y no lo digo porque sea una homofóbica, sino porque nunca me había pasado esto con ninguna mujer. Tu… tú me provocas cosas, me pones nerviosa, me excitas y cuando eso pasa es como si mi mente solo te pensara de esa manera tan sensual en la que eres y ayer ya no pude contenerme y desde que literalmente te probé me resulta imposible resistirme. Joder, te deseo de una manera incontrolable! Me explico?- asentí para responderle- pero eso no quiere decir que vamos a tener una relación, es decir yo tengo novio y lo amo, pero somos personas maduras y podemos hacer esto sin complicaciones no?- finalizo.

-          Hablas de que sea algo así como tu amante?- pregunte incrédula, esta chica  enserio me sorprendió, nunca me imaginé algo tan loco, pero debo reconocer que me encantó la idea- sin complicaciones, ni derechos, ni nada?.

-          Si!- me miraba con cierta vergüenza como si pensara que la iba a maldecir o algo parecido.

-          De acuerdo- dije- sin tener que charlar tanto también- le sonreí y su cara se relajó.

-          Gracias!- dijo antes de acercarse y besar mis labios- comemos?- me reí, esta chica sí que me sorprendía.

3 meses después de aquella charla me encontraba frente al ordenador en mi recamara terminando una reseña sobre las obras literarias de mi autor favorito como proyecto para mi clase cuando escuche su tímido toquecito en mi puerta antes de asomarse por el umbral.

-          Estas ocupadita?—pregunto cómo disculpándose por la intromisión.

-          No mucho, ven—respondí haciendo señas para que se acercara mientras empujaba mi silla separándome del escritorio.

Se acercó y me beso suave mientras se acomodaba en mis piernas – que escribes?- pregunto mientras leila lo que tenía escrito sin levantarse de mis piernas-

-          Una reseña para un proyecto—respondí acariciando su cintura.

-          Te he dicho que me encanta como escribes?—dijo sonriéndose y volviéndose a mí para besarme.

-          No, hasta ahora- le sonreí y volví a besarla

Tardamos un momento besándonos hasta que ella se alejó de mi cara suspirando.

-          Traje algo para cenar, tienes hambre?

-          No mucha, acabo de tomar un café americano, tú tienes hambre?

-          Ya! Con razón sabes tan delicioso hoy!- dijo antes de volverme a besar- justo ahora tengo más hambre de ti- dijo tomando el borde de mi blusa para quitármela y continuar besándome.

Tome sus piernas para levantarme con ella enredada a mi cintura, con una mano cerré la portátil y la empuje para sentarla en el escritorio sin dejar de besarla, me encantaban sus labios, su sabor, su textura, me consideraba irremediablemente adicta a sus besos, comencé a desabrochar uno a uno los botones de su blusa para quitársela, mis labios bajaron hacia su cuello humedeciéndolo de a poquito mientras mis manos se ocupaban ahora de desabrochar su jean, sus manos bajo mi pijama apretando mis pompas me estaban volviendo loca y necesitaba sentirla ya, rodee su cintura con mi brazo izquierdo mientras con la derecha bajaba su jean hasta sus pantorrillas antes de colocarla en la misma posición sobre el escritorio, me separe de sus labios para bajar a quitarle una a una sus sandalias y así hacerme más fácil, despojarla por completo de su jean y panty que me estorbaban sobre manera. Subí recorriendo suavemente con mis manos desde sus tobillos hasta su abdomen mientras me deleitaba viendo su cuerpo hasta encontrarme con sus hermosos ojos color avellana verme con deseo y sin poder contenerme me acerque a devorar sus hermosos y deliciosos labios. Recorrí a besos con deseo tintado de amor todo su torso hasta saciarme y a petición de ella de seguir bajando, cuando mis labios llegaron a su cadera, su delicioso y embriagante olor a mujer me nublaron la vista produciéndome una sed inmensa de ella, con torpeza y sin despegar mis labios de su piel, hale de la silla para sentarme porque sentía mis piernas flaquear, acomodándome sentada frente a ella, tome ambas piernas y las coloque sobre mis hombros llenando sus muslos de besos húmedos en dirección a su entrepierna; la cual besé, lamí y succione hambrienta, mi boca se encontraba como posesa bebiendo de aquel manantial, me encontraba tan inmersa y embelesada que no me percate de cuantos orgasmos le provoque a mi amada hasta que ella susurro mi nombre pidiéndome me detuviera, lamí y bese por última vez su parte intima antes de subir a sus labios.

-          Ahora si estoy hambrienta por dos- dijo con dificultad sobre mis labios y la sentí sonreír—el problema es que no sé cuál de las dos saciar primero- comento mientras mordía mi labio inferior.

Su móvil, comenzó a sonar desde alguna parte de la estancia y ella resoplo molesta mientras me abrazaba, ambas sabíamos quien llamaba, bese su hombro.

-          Quieres que te lo alcance?—volví a besar su hombro.

-          No- respondió cuando lo escuchamos silenciarse.

Tomó mi cintura para acercarme más a sus labios y comenzó a besarme de nuevo, su móvil volvió a sonar, me separe de ella y salí a la estancia para alcanzárselo, cuando volví ella me vio algo molesta mientras se colocaba la panty antes de atender. Recogí mi blusa del suelo y me la coloque, ella tomo mi mano y jugo con ella.

-          Amor!- me veía de esa manera que aún no podía descifrar, bese su cuello y salí de la habitación para darle privacidad, fui a la cocina donde había dejado la cena, acomode la mesa y serví la comida. Ella salió aun con el móvil pegado a la oreja, yo me serví un vaso con agua y le di la espalda, pude escuchar como respondía con una voz con fingido cansancio y no pude evitar sonreír—no amor, te digo que estoy cansada por las prácticas en el hospital y tengo mucho trabajo que hacer de la universidad! Si está bien, mañana salimos a donde quieras va?, ok bebe, descansa, te amo ciao!- colgó el móvil y se me acerco abrazándome por la espalda- cenamos?-

Me gire para verla mientras me terminaba el vaso con agua y le asentía, le di un piquito antes de sentarnos a cenar en silencio, el estar calladas siempre pasaba justo después de pasar un rato agradable o más que agradable juntas y él la llamaba.

Después de dejar en claro nuestra situación hacía meses, nuestra convivencia se tornó completamente diferente, hablábamos más y dormíamos juntas desde la primera vez que ella me provocó a excepción de los fines de semana que ella salía con su novio y yo salía con Laura y otras amigas de la universidad incluyendo a Alex con quien teníamos una clase de relación sin pertenencia, yo no tenía problema con que ella estuviera con alguien más y ella no me acosaba como si fuera de su propiedad.

-          Tati- escuche un susurro- Tatiana que piensas?-

-          Ah? Nada, me distraje, decías?- pregunte saliendo de mi ensueño.

-          Te estoy hablando y no me haces caso, además no has tocado la cena- respondió con el ceño fruncido- seguro estás pensando en tu noviecita esa verdad?- ella se refería a Alex como mi “noviecita” la cual me confeso le desagradaba desde aquella ocasión cuando se presentó ebria en el apartamento.

-          Que me decías?- pregunte obviando su pregunta con una ligera sonrisa.

-          Me miro con molestia- te preguntaba si mañana tenías planes para la noche- dijo.

Recordé que al día siguiente era viernes y que ambas sabíamos que los viernes era para estar con su noviecito, así que opte por mentir, aunque a la larga la mentira se volviera realidad, para no extrañarla en la cama a la hora de dormir.

  • Saldré con las chicas a un bar, como siempre por?-

  • Pregunto- y su ceño se volvió  tenso; ella  sabía que cada vez que decía “las chicas” Alex mi “noviecita” estaba incluida, la verdad su reacción me desconcertaba, nunca antes había hecho comentarios sobre mi vida fuera de nuestra “relación”, ella tenía pareja  y nuestros encuentros cariñosos se limitaban a la tarde y noche cuando ella llegaba a eso de las 6 o 7pm de sus  prácticas hospitalarias, hacía apenas unas semanas que su actitud comenzó a cambiar, evitaba a su novio y pasaba más tiempo en casa, bueno el poco tiempo que le quedaba entre la universidad y el hospital.

Terminamos de cenar y nos acomodamos en el sofá ella recostada sobre mí, a leer un tomo de farmacología, como siempre ella se quedó dormida de cansancio, y me toco hablarle pasito mientras acariciaba su espalda para hacerle cosquillas y así despertarla.

-          Mmm—se retorció y me abrazo la pierna- ya es hora?- pregunto visiblemente cansada.

-          Ya! Vamos a la cama si?- me pare y la ayude a incorporarse, la tome de la mano y la guie hasta mi habitación. Quite las cobijas para acomodarnos, ella dormía en mi pecho, su pierna izquierda sobre las mías y su mano siempre se entrelazaba con la mía sobre mi abdomen, subió su carita y me beso suave los labios, se acomodó y beso mi pecho.

-          Descansa tati-

-          Descansa mar- y bese su frente.

Me desperté al escuchar su móvil sonar a lo lejos, ella seguía dormida en mi pecho con su mano entrelazada a la mía, detalle su apacible y hermoso rostro dormido sin poder evitar sonreír, tenía un ligero puchero dibujado en sus labios, como si en sueños tratara de chantajear a alguien con él, bese su frente e intente desenlazar nuestras manos mientras le susurraba su nombre, ella en respuesta, apretó mi mano y gruñó con desaprobación haciendo desaparecer el puchero.

-Mar- repetí su nombre con la voz ronca- despierta, alguien te busca en el móvil- volví a besar su frente sin tratar de quitar mi mano esta vez.

Apretó los ojos antes de abrirlos lentamente, me miro y volvió a cerrarlos suspirando mientras hundía su cara en mi pecho besando por encima mi seno izquierdo, como todas las mañanas al despertar; subió mi blusa y beso el tatuaje de una pluma que simulaba desmoronarse mientras goteaba tinta, sobre mis costillas justo de su lado.

-          Buenos días tati- dijo sonriendo acercándose para besar mis labios.

-          Buenos días mar- dije sobre sus labios- tu móvil…- justo cuando iba a terminar la frase el aparato volvió a sonar y su sonrisa se volvió una mueca, generalmente los viernes el tiempo entre despertar y levantarnos era deliciosamente más largo.

-          Ella se levantó con desgano a atender el móvil y yo le seguí con dirección a la cocina para preparar café, la oí hablar pero no puse atención en las palabras cuando volvía a la recamara para asearme los dientes, ella me siguió minutos después abrazándome por la espalda y besando sobre mi columna por encima de la blusa, me miro en el espejo y le sonreí antes de enjuagar mi boca. Volvió a besar mi espalda antes de separarse de mí y regresar a la habitación, la escuche hablarme desde ahí.

-          -Cuando comenzaras a usar el móvil?- sonreí, desde hacía semanas esa pregunta se volvía más constante, ella sabía que no me gustaba la idea de andar cargando ese aparato ruidoso para todos lados y yo también sabía que a ella no le gustaba no poder localizarme, seque mis labios y salí, para encontrarla sentada en mi silla de escritorio acomodando mis cosas, la imagen de anoche llego de golpe a mi cabeza haciéndome estremecer.

-          Mar, sabes que no me gusta la idea de que ese aparato me ande gritando todo el tiempo- me acerque por detrás y bese su mejilla.

-          No tiene que gritar, puedes ponerle una canción que te guste como tono- dijo girando en la silla tomándome de la cintura.

-          Dejaría de gustarme la canción- me senté en sus piernas.

-          Podrías ponerlo en vibrador, además solo te llamaría yo, tampoco quiero a tu noviecita interrumpiendo cuando estemos juntas- dijo con desagrado en su voz.

-          Mar- iba a alegar en contra de su argumento pero me interrumpió.

-          Ya! Está bien, no insisto- beso mi cuello- volverás temprano hoy?-

-          Su pregunta me sorprendió, últimamente su actitud asía mi era diferente, hasta me había comprado un móvil para poderme localizar cuando ella llegaba y no me encontraba en casa, aun cuando sabia lo mucho que odiaba ese exasperante aparato y que no usaría, hasta se podría decir que se había vuelto un tanto celosa, trataba de ignorar todas estas actitudes para no ilusionarme en vano, porque me había dado cuenta que estaba jodidamente enamorada de esta mujer, pero cada vez estas actitudes se me hacían más evidente. Me quede observándola con detenimiento, tratando de descifrar el porqué de su cambio sin esperanzar a mi corazón, ella se puso nerviosa y evito mi mirada.

-          Lo pregunto porque cada que sales me preocupo por ti, no entiendo tu negativa a mantenerte comunicada- me levante de sus piernas al ver su intención de querer alejarse.

-          No me gustan mucho los aparatos modernos- respondí mientras la veía entrar al baño para asearse los dientes.

-          Pero tienes un computador- hablo de manera extraña por tener el cepillo dental en la boca.

-          A mis padres no les gustaba mi máquina de escribir y yo me sentía una asesina ecológica cada vez que arrugaba una hoja de papel- la oí reír e intentar argumentar algo- y mi iPod es una indiscutible excepción- dije finalizando el tema- café?- Ofrecí saliendo de la habitación.

-          Si gracias!- dijo casi gritando.

-          Su móvil volvió a sonar y yo me sentí fastidiada, seguramente era Javier su novio que le hablaba para asegurarse de que no se le olvidara que desayunarían juntos antes de que se fuera al hospital, serví dos tazas con café y la espere en la barra-isla de la cocina. Ella se acercó con su carita indescifrable (pena, aburrimiento, fastidio, enojo, quizá todo junto). Tomo su taza abrazándola con ambas manos mientras se sentaba en una silla frente a mi sin hablar, mire la hora en el reloj de la cocina; 9:23 am, Laura y mis compañeras de la universidad seguramente estarían en la cafebreria de siempre a la hora del desayuno, acordando a donde salir esta noche, termine mi café, lave la taza, me acerque a ella para besar su frente antes de ir a mi habitación para ducharme, ella tomo mi mano halándome asía ella y beso mis labios.

-          Date prisa o se te hará tarde- le dije en medio del beso antes de succionar ligeramente su labio inferior y alejarme.

Al llegar a la cafebreria las chicas aún estaban ahí, me comentaron los planes para la noche y entre charlas fuimos a nuestras respectivas facultades, Alex y yo continuamos charlando hasta entrar al auditorio donde teníamos la única clase del viernes, al finalizar las clases nos encontramos con las chicas para almorzar, llegue al departamento y mar como todos los viernes no estaba pues había salido y no regresaría hasta el domingo por la mañana, así que me prepare para la salida con las chicas. Fuimos a un nuevo bar de ambiente con música en vivo, donde los clientes tienen la libertad de subir al escenario y cantar algo, Laura que ya llevaba varios tragos encima se animó a subir y me pidió que la acompañara tocando el teclado, accedí solo porque no le puedo negar nada y entonces comenzó a sonar en sus labios la distorsionada letra de “colorblind”, la letra y la música me recordaron a mi mar, apenas termino la canción, me disculpe con las chicas y me fui a casa.

Eran las 23 horas cuando llegue a casa, marina no había llegado; entre en mi habitación, me coloque el pijama, tome mi iPod y me recosté en la cama, un disco de Zoé que mar me había regalado y yo había guardado en mi reproductor comenzó a sonar en mis oídos, varias canciones después;  “sombras”  me tenía entretenida con los ojos cerrados y con una pierna flexionada sobre la otra, una claridad me indico que alguien había encendido la luz, abrí los ojos y vi a marina sonreírme mientras cerraba la puerta de tras de sí, se desvistió y yo volví a cerrar los ojos, la sentí acomodarse a mi lado de la misma manera que siempre, beso mi pecho y yo coloque mi brazo rodeándola y sin darme cuenta me quede dormida.