Mi mamá y yo entregadas al mismo hombre
La entrega de una jovencita, excitada tras haber escuchado la orgía sexual que tuvo su madre con un hombre más joven que ella.
Mamá y yo entregadas al mismo hombre
No podía creer que mamá hubiera traído a casa un cliente que estaba en el bar… Pero visto lo visto, claro que lo creía... Ella tenía menos respeto por sí misma que por mí, en la que apenas se fijaba.
Era muy embarazoso para mí escucharlos a través de nuestras finas paredes de papel… Él la estaba llamando todo tipo de nombres obscenos y ella le respondía llamándolo ‘papi’, cuando su boca no estaba ocupada con su polla metida dentro.
Él seguía diciéndole que se la mamara como la pequeña puta que era y que una puta sucia como ella era, tenía que entregarse totalmente.
Me retorcí en la cama, me froté contra mi almohada y traté de ignorar el hormigueo entre mis piernas… Fui a tocarme y me aparté... No quería disfrutar de lo que oía, que era una humillación y entrega de mi madre, sin importarle que yo la pudiera escuchar y cómo me hiciera sentir.
Parecieron tardar una eternidad, pero fue sólo una hora o menos lo que emplearon en quedar saciados de sexo… Al no escucharlos pensé que se quedaron dormidos, llevando mi madre la peor parte.
Sabía que ahora podía moverme por el apartamento... Salté de la cama y fuí silenciosamente a la cocina para coger alguna fruta que comer y un poco de agua y llevarmelo a mi habitación… Cuando salía vi a alguien parado en la puerta de la cocina… Di un pequeño grito y casí me cayo todo lo que llevaba.
"Lo siento… No quise asustarte… No sabía que alguien más estuviera aquí… Vine a beber agua... Por cierto, debes ser Lacey, la hija de Dana… Ella me habló de tí”, dijo una suave voz masculina.
"Me sorprende que ella haya tenido tiempo", le respondí.
"Sí, ella es bastante salvaje… ¿Cuántos años tienes?", me preguntó sonriéndo mientras permanecía en la puerta de la cocina.
"Dieciocho, ¿por qué?"… Estaba empezando a sentirme bastante incómoda.
"No sé… Me pareces mucho más madura de cómo te veo."
La luz de la calle entraba a través de la ventana de la cocina haciendo que me sintiera terriblemente expuesta sólo con mi camiseta y mis bragas.
Y yo también con esa luz pude verlo que llevaba en un par de boxers y nada más… Su pecho era musculoso y su estómago plano.
Me percaté que me estaba devorando con sus ojos... No tenía ninguna duda de lo que estaba a punto de suceder y me sentía tan excitada por ello que no intenté ni gritar, ni correr... Sólo esperaba que no me hiciera daño ya que me sentía cada vez más y más húmeda.
En un par de pasos se puso junto a mi bloqueando la salida… Vi que era joven y fuerte... Mucho más joven que mi madre… Podía oler el sexo en él y mi coño estaba respondiendo.
- “¿Nos oíste a tu madre y mí hacer cosas?... ¿Cómo te sentiste?
Antes de responderle, sus manos estaban sobre mí, una en la parte baja de mi espalda y la otra deslizándose bajo mi frágil camiseta.
Comenzó a acariciar mis pechos, pellizcando mis pezones erectos… Se sentia increíble.
- "¿Te tocaste el coño y llegaste a correrte?"
Intenté apartarme, pero él me sostuvo con firmeza, acariciando mi cara y susurrando en mi oído me dijo:
- "Mmmm, hueles caliente... ¿Necesitas un poco de polla cómo tu mamá?... ¿También eres una puta, así de joven?
Me retorcí y luché ligeramente, muy ligeramente… Él se dio cuenta que me gustaba... Podía escuchar la sonrisa en su voz.
- "¿Supongo que ya habras tenido una polla en tu boca, no, pequeña puta?"
Estaba congelada de miedo y llena de lujuria... Su musculoso cuerpo y su aliento caliente pegado contra mí estaban aumentando por momentos mi excitación al escucharlo usar a mi madre con tanto entusiasmo... Noté que me estaba pellizcando los pezones con fuerza y el dolor era éxtasis para mí.
- "Tu madre está dormida y necesito follar de nuevo… Es mejor para ti si me dejas, pero si no quieres tendré que forzarte hacerlo."
‘¡Oh Dios mío!... ¡Este extraño que mi madre había traído a casa y jodido con ella, me estaba diciendo que podía entregarme voluntariamente o que iba a violarme!’ , pensaba.
Me avergonzaba sentir a mi coño empapar mis pantaloncitos de algodón... De pronto sentí una presión en mis hombros y me di cuenta de que estaba haciendo que me pusiera de rodillas frente a él.
- "¿Alguna vez has tenido una polla en esa dulce boca, nena?"
Si lo había hecho ya unas cuantas veces, pero tartamudeé y gemí cuando me puse de rodillas y me enfrenté a sus abultados boxers.
Me Agarró del pelo y levantó mi cabeza para mirarme a los ojos… Me volvió a repetir:
- "¿Alguna vez has tenido una polla en tu boca?"
Decidí mentir y negué con la cabeza, asustada y excitada... Él sonrió, sacó su polla tensa y lentamente la presionó contra mis labios.
- "Abre la boca, nena... A ver si eres tan buena como tu madre."
Su mano en la parte posterior de mi cabeza me dio pocas opciones...
Abrí mi boca y acaricié la cabeza de su polla con mi lengua... Podía saborear el sudor sexual salado mientras con mi lengua daba vueltas y vueltas alrededor de la cabeza y lentamente comencé a mover mis labios hacia él manteniendo siempre mi lengua en movimiento.
"¡Oh, mierda!... ¡Eso es muy bueno, nena!”, gimió mientras comenzaba a guiar mi cabeza sobre su polla para obtener mayor placer.
"Me estás dando una buena mamada, chupadora… Sigue así."
Me la estaba mitiendo ahora en mi boca, manteniéndome inmóvil para hacelo... De repente la sacó y volvió mi cara hacia la suya.
"¿Cuantos años dijiste que tienes, nena?"
"Tengo dieciocho", dije, sorprendida… Y él me la metió de nuevo en mi boca… Me la metió un par de veces más en mi boca y luego volvió a sacarla… Me dijo sorprendido:
"¿Es esta la primera polla que has tenido en tu boca?"
Me relajé, le sonreí y sacando mi lengua, le di un largo lametazo a lo largo de la parte inferior de la cabeza de su polla… Le respondí:
- "Eres la primera polla que tengo en mi boca, papi".
Esta frase lo envió al borde de su lujuria... Comenzó a metermela en la boca y me llamó con los mismos nombres guarros que había escuchado a través de la pared llamar a mi madre.
"Tú chupas la polla como una puta joven... ¿Cómo una chica como tú eres tan puta?... Me encanta follar tu sucia y pequeña boca… ¿Te gusta la polla de papí?... ¡Dímelo!”… Esperando mi respuesta me la sacó de la boca y me miró a los ojos.
"Me encanta tu polla, papí usando mi boca."
No podía creer lo que le decía.
Al escucharlo usar a mi madre, había despertado algo en mí… Yo quería ser usada de esa manera… Quería ser una puta para este extraño, que me usase y disfrutara conmigo.
- "Inclínate sobre la mesa", me dijo.
Me levanté de un salto y me incliné sobre la mesa de la cocina ofreciéndome ansiosa para lo que él quisiera de mí.
- "Estás muy buena, pequeña zorra sumisa", dijo mientras bajaba mis ahora pantalonetas pegajosas hasta mis tobilloos y me las quité… Sentí sus manos en mi culo, acariciando mi raja con sus dedos, deslizándolos arriba y abajo de la ranura de mi coño mojado.
Se inclinó pegándose contra mí y me susurró acaloradamente en mi oído.
- "Joder, eres una pequeña perra en celo, ¿verdad?"
Gemí y volví a gemir cuando su polla se metió entre mis nalgas y la sentí deslizarse hacia abajo… Luego se puso de rodillas y sentí su aliento caliente en mis labios vaginales... Sacó su lengua y me lamió suavemente.
- "Ohh, dios!"… Gemí cuando mis piernas casi no podían sostenerme.. Me acarició con su lengua de arriba y abajo, tocándome el culo y moviéndola sobre mi clítoris, que estaba arqueando con fuerza para ofrecérselo.
Él trabajó su lengua fuera y dentro de mí coño... Se emocionó tanto que me mordió un poco y luego pude sentir cómo me cambiaba de posición.
Me apartó un poco de la mesa haciendo espacio y se giró para sentarse en el suelo debajo de mí, separando mis piernas y colocando su cabeza entre ellas.
Bajé la vista y vi cómo su lengua liberó mi ahora palpitante clítoris y comenzo a dar vueltas y círculos salvajemente... Sus manos me estaban separando mis labios vaginales para que su lengua tuviera acceso a lo más profundo posible de mi coño.
- "Sabes increíble, bebé. ¡Tan joven y dulce!”
Agarré un paño de cocina para morder y sofocar mis gemidos.
"Tienes un pequeño agujero muy dulce... Sabes como una puta agradable, nena… ¡Dime que te gusta!”, me exigió.
"¡Oh, Dios, papi!... ¡Es muy bueno lo que me estás haciendo!... ¡Me gusta mucho tener la lengua de papi en mi agujero de niña cachonda!", jadeé mientras yo me estaba apretando mis tetas y pellizcándome los pezones con fuerza conduciéndome por el borde dedl orgasmo mientras su lengua me jodía la raja como un loco.
Cogiendo su cabeza con una mano y apretando con fuerza en su boca, me corrí de forma salvaje, arqueando mi cuerto y temblando.
Él siguió moviendo sus labios y lengua, arriba y abajo de mi coño hasta que agotada, lo aparté... Pensé que podría colapsar, pero él estaba lejos de terminar, se levantó y, poniéndose detrás de mí, me empujó de nuevo sobre la mesa, separando más mis piernas y frotándome con fuerza el coño con su polla.
Ronroneé profundamente cuando la cabeza de su polla hizo contacto directo con mi orificio vaginal húmedo y dispuesto para ser penentrada.
“Dime lo que quieres, niña... ¡Dímelo ahora!"… Me encantó su tono de mando y obedientemente gimiendo le dije:
"Quiero la polla de mi papi… Por favor, papi", mientras movía mi culo y empujaba mi cuerpo hacia él.
"¿Dónde quieres la polla de papi, pequeña puta?"
"Mételo en mi agujero de niña cachonda… Lo necesito ahí.”
Estaba diciendo la verdad. No solo quería su polla dentro de mí, la necesitaba... Necesitaba sentir que me abría, deslizando cada centimetro de su gran polla dentro de mí, hasta el fondo…Estaba lista para ser follada por un hombre de verdad… ¡Era mi primera vez!
Noté como con una mano me separaba los labios vaginales mientras que con la otra mano cogía su polla y la deslizaba con cuidado dentro de mí.
"Esto puede doler… ¿Estás lista?"
"Sí, sí!... ¡Estoy lista para ti, papi!”
Al escuchar mis palabras, sus manos agarraron con fuerza mis caderas y comenzó a meterme esa barra de hierro que era su polla.
Le supliqué que fuera despacioy mordí el paño de cocina otra vez… Me la metió más y sentí una punzada de dolor y una sensación de rotura dentro de mi coño.
- "¡Oooh!", chillé con el paño de cocina en la boca mientras él continuaba lentamente metiéndomela cada vez más profunda hasta que lo sentí contra mi trasero… Todo esto me pareció que tardó una eternidad por el continuodolor que me provocaba.
Luego, comenzó a mover su polla en mi agujero, abriéndome totalmente… Y lo hizo tantas veces hasta consiguió metermela dentro en un solo movimiento.
"Oooh… Siiii!... Hazlo así… Me gusta mucho", gemí mientras él, con su gran polla, continuó entrando y saliendo y acelerando el paso. Ahora, una mano tocó mi culo apretado y otra se agachó para acariciar mi clítoris hinchado sintiendo que estaba en llamas.
"Buena puta pequeña", jadeó en mi oído. "Tomar a papi como una buena niña. Muéstrale a papi lo mucho que te gusta tomar su polla."
"¡Sí, papi!", Ronroneé y comencé a empujarme ansiosamente sobre su polla para metermela más... Sus dedos se sentían increíbles y uno entró en mi culo hasta el primer nudillo y comenzó a moverlo.. Otro dedo estaba sacudiendo mi excitado clítoris y aumentando su ritmo.
Podía sentir cómosu polla se hinchaba dentro de mi coño y sus bolas estaban apretadas contra mi culo.
Él deslizó su dedo fuera de mi culo y agarró mis duros pezones apretandolos y girandolos mientras me besaba y mordía la parte posterior de mi cuello llamándome todo tipo de nombres guarros.
“Nena, estás tomando la polla de papi muy bien... Te encanta ser una puta para la polla de papi, ¿verdad?... ¡Dímelo!"
"Oooh, sí, papi!... Me gusta sentir tu pollametida en mi pequeño agujero... ¡Disfruta conmigo!... ¡Estoy aquí para la polla de papí!"
Eso lo llevó al límite… Él comenzó a empujar más fuerte en mí, clavando sus manos clavándose en mi carne mientras lanzaba un grito de éxtasis… Se estaba corriendo.
Podía sentirlo disparando semen y yo le ordeñé su polla con las paredes de mi coño.. Dio un último gemido y se deslizó fuera de mí.
Me quedé allí un momento, agotada y sintiendo el aire fresco en mi coño.
Me di la vuelta y tomé con suavidad su encogida polla en mi mano, sorprendida al ver que llevaba puesta un condón… Ahora pensé en eso, aliviada de que se lo hubiera puesto.
- "Tengo que ser muy cuidadoso, nena… No debo preñar a ninguna", dijo sonriendo.
Yo le devolví la sonrisa… Se acercó a mi y puso su musculoso pecho contra mis pezones aún erectos y me besó, acariciando suavemente mis labios y sacando su lengua para que la dejara entrar en mi boca… Era sorprendentemente suave y me fundí con él de nuevo, en un prolongado beso.
- "Mmmm", gimió cuando puse mi entrepierna contra él y con mi mano le quité el condón de su polla que ahora se estaba de nuevo despertando.
Me puse de rodillas y, mirándolo a los ojos, comencé a lamer la cabeza de su polla probando su semen salado con mi lengua.
Él gimió y echó su cabeza hacia atrás mientras sus dedos se entrelazaron en mi pelo y me guió en lo que quería que le hiciera.
Con él guiándome, liberé mis manos para complacerme otra vez y me ocupé de mis pezones y clítoris de inmediato.
Estaba deslizándo hábilmente su polla en mi boca y, de cuando en cuando, daba un golpe de cadera, me la metía profunda y me atragantaba cada vez, provocándome nauseas.
Sabía que se correría pronto y me preguntaba si podría hacerlo... Aparentemente sí… Cuando sentí que me estaba corriendo de nuevo por mi efectiva masturbación que meestaba dando, pude sentirlo temblar y recibí en mi boca su nueva corrida, con una buena cantidad de semen.
La sacó fuera de mi boca y dijo casi sin aliento:
- "Eres de las mejores mamadoras de polla que he tenido."
Él me levantó y me besó suavemente de nuevo… Estaba empezando a pensar que el acto rudo era solo eso, un juego de roles... Excepto que ahora tenía una participante dispuesta a que lo hiciera.
"Quiero volver para seguir follando contigo y penetrarte por el culo también, al igual que penetro a tu madre", me dijo dándome un tierno beso… ¡Joder, me estaba mojando otra vez al escuchar esto!
"No tengo escuela mañana y mamá se va a trabajar al mediodía", le dije apresuradamente… Él sonrió.
"Entonces esperame a las 12,30 h. en punto, en tu cama… Quiero seguir disfrutando contigo.”
Me estremecí cuando él se inclinó y con su lengua me acarició suavemente desde la clavícula hasta mi oreja, que me puso la carne de gallina
- "¡Sí, papí… Te estaré esperando para entregarme a tí y que goces todo lo que te apetezca conmigo!"
Luego él se dio la vuelta y regresó a la habitación de mi madre... Lo escuché vestirse un poco más tarde y ella intentó seducirlo para que volviera a su cama, pero sabía que estaba tan agotado como yo.
Él le dijo que volvería… Que disfrutó mucho con esa boca, su coño y su culo… Y se fue... Yo no pude esperar hasta mañana y me masturbé de nuevo pensando en todo lo que me hizo y lo que seguro me haría.
F I N