Mi mamá me mima I
No hay nada como los cuidados de una madre.
-Menuda putada, tanto esfuerzo para esa mierda de nota- Murmullaba entre dientes mientras abría la puerta de casa.
Suspender aquella asignatura me había dejado bastante tocado, le había dedicado mucho esfuerzo pero fue en vano. El siguiente cuadrimestre la aprobé con buena nota y comprendí que de nada servía estudiar si previamente no entendía los fundamentos, pero aquel día estaba verdaderamente hundido.
Al entrar en casa me encontré la comida caliente y la mesa puesta tan solo para mí, como cada tarde, pero esta vez me fui directo a la ducha.
-Soy yo mamá. Ya comeré más tarde, ahora no tengo hambre. Dije mientras entraba al baño.
-¿Qué te pasa? ¿Te encuentras mal?- Contesto mi madre desde su cuarto donde tumbada en la cama veía la televisión como cada tarde.
No contesté. Me quite la ropa y entre en la ducha, durante un rato deje que al agua cállese en mi cabeza esperando que arrastrase la frustración que sentía aquella tarde.
Tras cinco minutos bajo el agua salí de la ducha, me seque y enrolle la toalla entorno a mi cintura antes de abandonar el cuarto de baño en dirección al lavadero para depositar la ropa sucia.
-¿Qué te pasa hijo?- Volvió a preguntar mi madre desde su habitación.
Tras depositar la ropa en la lavadora me dirigí hasta su habitación deteniéndome por un momento en la entrada. Allí estaba ella tumbada en la cama y vistiendo un escotado camisón de verano mientras se distraía con aquel estúpido programa de chafardeo. A pesar de estar algo rellenita seguía siendo preciosa a sus casi 50 años.
Giro su cabeza hacia mí y mirándome a los ojos volvió a preguntar:
-¿Que te ocurre? ¿Estas enfermo?
Yo avance hacia la cama y me deje caer pesadamente de espadas, junto a ella, haciendo que toda la cama se tambalease por algunos segundos.
-Estoy bien mamá, pero no me siento bien. ¡una mierda de 3,5! Qué asco, tanto esfuerzo para nada.
-Bueno tranquilo, has aprobado el resto, no te tienes que poner así por una. Ya la aprobarás el próximo cuadrimestre hijo- Me dijo mientras clavaba un codo en la cama y se giraba quedando su bello rostro a escasos centímetros de mi cara.
-No le entiendes, me he esforzado, le he dedicado más horas que al resto y aun así he suspendido. ¿Qué más puedo hacer? Me siento derrotado.
-No te tienes que torturar así hijo, en la vida vas a tener que afrontar muchos reveses y debes saber sobrellevarlos para no sufrir. Verás como dentro de seis meses cuando pienses en ello te darás cuenta de que no era para tanto- Y mientras decía esto me acariciaba el pecho para consolarme.
-No sé, a veces me gustaría seguir siendo un niño…no mejor un bebe y no tener ninguna preocupación.
-Jajaja, nene para mí siempre seguirás siendo mi bebe.
-Lo digo en serio, ojala mi única preocupación fuese que me dieran el pecho y no tener que pensar en nada más ni tener responsabilidades de ningún tipo.
-Ay mi bebeee, que quiere que su mami le dé tética jajaja- dijo mientras plantaba un beso en mi frente.
-No me importaría la verdad.
-De eso hace casi 20 años niño, pero si tú quieres tu mami te da teta jajaja-
Y diciendo esto aparto su camisón para sacar uno de sus pechos y plantármelo en plena cara mientras burlonamente me decía:
-Ea ea mi nene, toma tu teta jajaja.
-¡Mamáaa!-Dije al principio sorprendido y con tono de reproche.
-¿No querías teta? Pues toma teta- Me dijo guiñándome el ojo.
En casa no éramos especialmente recatados ni nos escondíamos demasiado, así que no era la primera vez que veía las tetas de mi madre, pero de aquello a que me plantase las tetas en plena cara había una gran diferencia. Eran unos pechos grandes y blancos con la aureola y los pezones rosados, alguna vena asomaba tímidamente bajo la piel con un color azulado indicando que sin duda habían cumplido perfectamente con su objetivo de alimentarme tanto tiempo atrás.
Evidentemente no eran unos pechos duros y tampoco habían conseguido desafiar la ley de la gravedad, pero a mi parecer y al de las muchas miradas que atraían cuando vestían escote continuaban siendo unas tetas deliciosas.
-Que payasa eres mama- y en un primer gesto di un beso a aquel pecho que se me ofrecía pensando que la broma iba a terminar y lo retiraría en breve.
-Vamos.. ¿A qué estas esperando? Aprovéchate bebe, que hoy no has comido nada- Y mientras decía este tomo su teta para llevarla hasta mi boca depositando su pezón sobre mis labios.
Separe mis labios permitiendo que aquel delicioso pezón se adentrase en mi boca para ser recibido por mi lengua que salía a su encuentro. En un primer momento comencé a recorrer tímidamente la aureola con mi lengua para lamer el pezón a continuación y terminar por cerrar mis labios entorno aquel delicado garbanzo del que succionaba suavemente como si fuese el más frágil de los recipientes.
-¿Te gusta?
-Sí, claro.
-No tengas cuidado, no vas a romperla hijo. – Me dijo mientras los dedos de su mano me acariciaban enredaban en mi pelo.
Mi boca se abrió entonces de par en par para cerrarse entorno de aquella teta intentando abarcar lo máximo posible. Comencé a succionar con más fuerza alternado las lamidas con pequeños mordiscos y chupetones, realmente parecía que estaba hambriento y que únicamente aquel pecho podía saciar mi apetito.
Lance mi mano derecha en busca de su otra teta y sacándola del camisón comencé a amasarla y apretarla entre mis dedos mientras mi boca seguía devorando la primera. Los pezones de mi madre comenzaron a endurecerse bajo los cuidados de mi lengua el izquierdo y el derecho de mi dedo pulgar con el que lo oprimía mientras el resto de mi mano intentaba abarcar todo lo posible.
-Si tienes hambre cariño-
-Sí, tengo hambre y no quiero hacer otra cosa hoy que no sea mamar de tus pechos mamá.
Y diciendo esto me lance a comerme la otra teta , los pechos de mi madre se alternaban en mi boca mientras mis manos los amasaban estrujándolos y mi lengua los saboreaba dejándolos mojados y escurridizos por mi propia saliva.
Mi polla totalmente erecta asomaba ya entre la toalla que se había aflojado de mi cintura, mi madre acariciaba mi pelo con una mano y con la otra mi pecho, tome esta con la mía y la baje hasta depositarla sobre mi miembro para después volver hasta sus maravillosas tetas.
En un primer momento simplemente dejo la mano allí puesta mientras yo lamia y lamia desesperado y ella me tranquilizaba con su suave voz.
-Ssss mi niño, olvida los problemas y tranquilízate. Mamá siempre va estar aquí para ti, simplemente sácalo todo y relájate cariño.
Su mano comenzó a deslizarse con suavidad alternando las acaricias entre mi polla y mis testículos. Sentir aquello mientras lamia las tetas de mamá me estaba proporcionando un placer infinito. Su mano termino por rodear mi miembro y comenzó a deslizarse muy lentamente arriba y abajo masturbándome con una suavidad infinita.
El sabor de aquellos dulces pechos, el delicioso olor su cuerpo y el tacto de sus magníficas tetas junto a las caricias que mi madre saturaban totalmente mis sentidos y consiguieron sumergirme por completo en un estado que era mezcla de paz y excitación. Sin duda ya no me importaba para nada aquel suspenso.
Allí no había nada que ocultar, nada que demostrar a nadie. El amor de mi madre era y sería siempre incondicional, estaba allí totalmente para mí y yo para ella era lo más importante del mundo
-Te quiero mamá- Dije mirándola a sus tiernos ojos mientras separaba mi boca de aquellas tetas y aprovechaba para tomar aire por un instante antes de volver a zambullirme entre sus pechos.
-Lo sé nene, lo sé. Sáciate cuanto quieras cariño.
-Ummm, me encantan tus tetas mamá, me quedaría así para siempre.
Su mano apretaba mi polla subiendo y bajando despacio por ella mientras su pulgar humedecía mi capullo restregando las primeras gotas de líquido pre seminal que hacían presagiar lo que estaba por venir.
-Ahhh, mamá si sigues tocándome me voy a correr.
-Hazlo cariño, deja que salga todo, mamá hará que te sientas mejor.
Mi madre acelero ligeramente el ritmo de su mano y tras algunas sacudidas más las contracciones comenzaron a recorrer mis huevos y polla. Me estaba corriendo de una forma bestial mientras chupaba como un desesperado aquellos durísimos pezones como si los quisiese arrancar de aquellas poderosas tetas.
-Ummmm…me corroooo mamiiii.
-Siii nene, correte para mamá.
Los chorros de semen comenzaron a brotar de mi polla, cierta cantidad cayó sobre la mano de mi madre, algunos chorros mancharon la toalla y otros su camisón.
Cuando termino mi descarga mi madre siguió acariciando suavemente mi miembro con su mano mientras yo seguía lamiendo aquellas tetas de forma cada vez más suave a la vez que las besaba. Finalmente retire mi boca y mirándola a los ojos le dije:
-Mamá te quiero.
-Y yo a ti cariño. ¿Estas más tranquilo ahora?
-Sí, creo que me has dejado mucho más relajado. Gracias, eres la mejor.
-Me alegra que estés más relajado. Deberías ir a ponerte el pijama y a comer algo, tienes la comida aun esperándote en la mesa nene.
-Ok, pero lo he manchado todo- Dije bajando los ojos algo avergonzado.
-No te preocupes ya lo limpio yo, anda ves- Y diciendo me esto me cogió de la barbilla y me dio un pequeño piquito en los labios.
-Has conseguido que abrirme el apetito, eres la mejor- y diciendo esto me levante de la cama y emprendí el camino de mi habitación para en fundarme el pijama.
-Claro que si hijo, que aproveche me dijo guiñándome el ojo.
Durante la media hora que emplee en ponerme el pijama y comer debía tener la sonrisa de oreja a oreja más bobalicona del mundo. Hacía apenas un rato estaba realmente hundido y ahora me considera el tipo más afortunado del mundo recordando lo que había pasado hace unos minutos y pensando que no me iba a ver nunca más en otra igual, pero como estaba a punto de comprobar aquello solo había sido el principio.