Mi mamá está caliente

Escucho a mi mamá diciendo que tiene ganas de chupar las vergas de sus dos hijos. A partir de allí, la lujuria me domina completamente.

Levanté el teléfono para llamar a mi novia cuando escuché la voz de mi mamá diciendo:

....es que ya no se cuanto tiempo voy a resistir sin chupar alguna de las dos. Me estoy volviendo loca. Los dos se pasean en calzones delante mío y no puedo evitar mirarles la entrepierna. Encima el mas grande tiene novia y varias veces los he escuchado haciéndolo en la habitación. Y lo peor de todo es que fantaseo que soy yo la que estoy con mi hijo. Me entiende? Ya no puedo aguantar mas, no se que hacer.

Pero señora, esta no es una línea para ese tipo de problemas. No pensó en buscar ayuda profesional?

Eso es lo que estoy haciendo. Usted no es psicóloga acaso?

Si, pero no nos especializamos en ese tema.

Es que solo quiero saber por qué me pasa esto

Es que nadie puede decirle por teléfono las razones de su situación

Bueno, podría explicarme al menos la cuestión del Edipo y todo eso.

Mire, no todo es tan lineal, lo del complejo de Edipo es solo una teoría, nada mas, es necesario hacer alguna terapia para descubrir las causas de su problema. Cada paciente tiene razones distintas, señora.

No puede ayudarme?

Lamentablemente no estoy autorizada. Lo que sí puedo decirle es que busque ayuda, señora.

Bueno, está bien, igualmente gracias por escucharme, le agradezco mucho.

De nada, buenas tardes señora, adiós

Adiós.

Quedé petrificado. La excitación me invadió como si estuviera mirando una mujer desnuda provocándome a tocarla. Nunca me había percatado de las intenciones de mamá y a mi mucho menos se me había pasado por la cabeza siquiera que ella sintiera así. Tampoco tenía deseo sexual con ella, a lo sumo imaginaba a mi padre metiéndosela pero la repugnancia borraba enseguida las figuritas creadas en mi mente. Y no es que fuera fea; al contrario, era aun una mujer joven, altísima, con una bellas formas redondeadas y piernas larguísimas que sabía llevar muy bien con sus faldas por encima de la rodilla y sus tacos aguja.

No sabía que hacer, tenía la verga disparada y a mi mami en la habitación de al lado. Me tiré en la cama con la verga aun escondida en el boxer e imaginé su cuerpo desnudo. ¿Cómo sería tocar sus tetas? Un estremecimiento intenso me recorrió el cuerpo y saqué la verga fuera del boxer. La miré y pensé en mamá, en sus palabras, en cómo sería su cuerpo desnudo, en mi pija dentro de su concha y me recontracalenté. Me excité sin poder evitarlo, solo sucedió. Acaricié mis huevos y empecé una lenta paja con las manos virtuales de mi mamá tocándome el rabo mientras yo amasaba sus tetas. La calentura se estaba apoderando completamente de mi y no había lugar para pensar en asco o culpa. No sentía nada de eso. Estaba gozando cada vez mas con mi paja en honor a mamá y los ratones me carcomían el cerebro. Volví a escuchar a mi mami diciendo "...ya no se cuanto tiempo mas voy a resistir sin chupar alguna de las dos..." y enloquecí. Sentí la necesidad de jadear y no me importaba que la puerta estuviera abierta. Quería que escuchara cómo me la estaba gozando y cogiendo aunque ella no supiera a quien estaba dedicada mi calentura.

Su boca imaginada estaba ahora en mi verga completamente tiesa, con la punta roja ya toda mojada cuando una imagen de mi madre con las piernas abiertas me invitaba a poseerla. Se la metí hasta el fondo y ella gritaba como loca, mi paja ya había alcanzado un ritmo descomunal y movía mis caderas en el hueco de mi mano que bajaba y subía como si fuera ella la que me estuviera montando. No pude aguantar mas y largué mis chorros calientes sobre las piernas.

Un poco mas calmado me quedé pensando en los deseos de mamá y ahora en los míos. Y mamá se presentó en la puerta de la habitación.

Hijo, podrías ser un poco mas discreto

Enseguida noté como sus ojos fueron directamente a mi verga y a los restos de semen que en gotas espesas recorrían mis piernas. Y ni siquiera atiné a taparme con la sábana. Tenía ganas de que viera mi verga, mi semen corriendo debido a ella, sentí provocarla, calentarla a mas no poder porque eso me calentaba también a mi. Estaba completamente desinhibido, miraba su cuerpo escondido tras las ropas y puse mi dedos sobre la base de la verga dispuesto a una nueva paja o lo que ella quisiera. No me importaba nada y me sentía brutalmente honesto.

Es que no lo pude evitar mamá. Se me puso muy dura y necesitaba descargar.

No hagas eso....

¿Qué cosa?

Tocarte delante mío, no lo hagas hijo.

Es que te veo mirándome y me dan muchas ganas de tocarme.... y de tocarte.

Es que.... hijo, eso no está bien.

No te dan ganas de tocármela? Mirala como se está poniendo dura otra vez. Con solo verte se me está parando.

No sigas hijo...

No querés tocármela vos? Me encantaría que lo hicieras.

No, hijo, no.

Me la seguí tocando y pajeando mientras su mirada iba y venía desde mi verga a mis ojos. Ella se acercó hacia mi y sentí su respiración agitada. Llevaba una falda de entre casa no muy corta pero bastante amplia y le toqué las piernas. Un suspiro que me pareció infinito salió de su boca y me apartó la mano. Lentamente tomé una de las suyas y la llevé por debajo de la falda, con la mía guiando sus movimientos y quedándome cerca de su concha, sintiendo el calor que emanaban sus piernas. Enseguida se apartó de mi pero su mano siguió debajo de la pollera. La miré a los ojos y le sonreí mientras mi verga ya estaba tomando forma otra vez. Ella había empezado también a pajearse, su respiración se volvía cada vez mas rápida al ritmo de la mía. Me estaba excitando tremendamente, su falda marcaba el bulto de su mano que se movía intempestivamente dentro de su concha y su respiración ya eran jadeos reprimidos. Escucharla y verla me desquiciaron completamente y ataqué mi verga mas rápido mientras ella se sentaba en la cama ahora ya con las dos manos entre sus piernas. Ya no podía aguantarme mas, los dos jadeábamos intensamente y la falda se le había subido tanto que veía algunos de sus pelos.

Voy a acabar.

Aceleró aun mas su ritmo, yo el mío y apunté con mi verga hacia donde ella estaba sentada. Mis tiros apenas la tocaron y salió corriendo de la habitación. Así como estaba, en bolas, salí detrás de ella.

Mamá...

Parecía que estuviera llorando o algo así.

Qué pasa, mamá?

Todavía me preguntás que pasa?

Pero mamá.... nada pasa, todo está bien

No hijo, es una asquerosidad.

No te gustó?

Si me gustó, ese es el problema y no quiero pensar lo que puede llegar a pasar si seguimos con esto

Mirá, a mi me gustó y mucho... a vos también te gustó, entonces no hay ningún problema.

Es que...

No pienses mas, mamá.... ya está hecho....

Andate ahora que tengo que cambiarme para salir

Me encantaría verte desnuda

Basta, andate por favor.

Me fui a mi habitación a pensar y gozar nuevamente con todo lo hecho cuando, al rato, la escuché irse. No podía dejar de pensar en mi madre, en sus ojos sobre mi verga, en sus jadeos, en su proximidad, en lo calientes que se sentían sus piernas, en todo. Y me convencí de que no pararía hasta que mi verga estuviera enterrada en su concha, era lo que mas deseaba. No la forzaría, la provocaría todo el tiempo hasta que cayera rendida, hasta que ella sola se animara a darme semejante placer. No podía entender cómo es que no sentía ningún tipo de culpa ni remordimiento ni asco. Al contrario, un deseo salvaje me dominaba y solo la figura de mi padre empañaba las cosas. Aquella sensación de repugnancia seguía estando presente cuando imaginaba a mamá con mi viejo. Lo aparté de mi mente y me quedé dormido acariciando mi verga exhausta.

Me despertó mi hermano menor abriendo la puerta del placard.

Qué hacés en bolas, pelotudo, vino Lucrecia?

No.

Y mamá?

Salió.

Por la noche, nos sentamos los cuatro a la mesa, como de costumbre y busqué los ojos de mamá que huían de los míos. Después de comer, en la cocina, llevando los platos me le acerqué y le dije al oído:

Como me gustaría que me visitaras esta noche.

Por supuesto, eso era imposible. Compartía la habitación con mi hermano, de 20 años, cinco menos que yo pero bastante avispado. Pensé en la reacción que hubiera tenido él si hubiese escuchado lo que yo oí. Necesitaba contárselo a alguien. Mi hermano sería el único que podría escuchar algo así. Se lo cuento o no?

Julián?

Qué?

Tenés ganas de una paja?

Siempre dispuesto

Muchas veces poníamos películas porno y nos pajeábamos juntos frente al televisor. Y esta iba a hacer otra pero con un aditamento: le contaría lo de mamá en medio de la agitación. Supuse que en seco sería un tanto chocante por lo que decidí preparar un poco el ambiente. Nuestras vergas salieron al aire y apagamos la luz mientras la televisión nos brindaba la imagen de una rubia chupando la verga de un negro y una morocha lamiendo el culo de la rubia. Escuchaba el plac plac de los ir y venir de las manos cuando empecé a hablar:

Hoy escuché por teléfono una conversación de mamá con una psicóloga.

Y?

Y le decía a la psicóloga que estaba caliente con nosotros dos, que le gustaría chuparnos las vergas a vos y a mi.

QUUUUUUEEEEE?

Y también tuve un encuentro cercano con mamá

En ese momento se detuvo y sacó su mano de la verga. Se quedó tieso, sin moverse, mirando la pantalla del televisor. No dijo nada. Y arremetí

Escuchaste lo que te dije?

S-s-si.

Querés que te siga contando o lo dejamos ahí?

Se-seguí

Bueno, cuando escuché eso por teléfono.....

Cómo que tuviste un encuentro cercano?

Esperate que te cuento. Bueno, la cosa es que después que escuché a mamá diciendo que estaba caliente con nosotros me calenté yo. Me pajeé y la dejé escuchar como me pajeaba y jadeaba. Entonces ella vino justo después de que yo había terminado. Me vio en bolas y me dijo que fuera mas discreto y que se yo....

Julián empezó a darle otra vez a su verga y di rienda suelta a mi relato. Mientras conté todo lo sucedido con pelos y señales me fui calentando mientras me pajeaba y gozaba cada vez mas de todo los momentos vividos y del que estaba experimentando en ese momento. Ya estaba aproximándome al clímax y dejé de hablar, concentrándome en mi excitación y mirando de a ratos la pantalla del televisor y mi verga. En cualquier momento Julián escupiría lo suyo pues ya jadeaba intensamente con algunos grititos entremezclados en los jadeos. Acabó arqueándose hacia delante para yo hacer lo mismo tiempo después junto al negro de la peli.

Es mentira

Te juro que es la verdad.

No te creo una mierda.

Bueno, es lo que pasó, si no me crees es un problema tuyo.

Prendió la luz, guardó la verga y limpió con una remera las sábanas manchadas. Vi su cara completamente colorada y me miró incrédulo.

Te lo juro.

Estás loco

Me desperté a las nueve de la mañana. Julián hacía rato que se había ido a la facultad y papá al trabajo. Tenía la verga parada y enseguida pensé en mamá chupándomela. Me desnudé y salí a buscarla, dispuesto a excitarla y si fuera posible a cogérmela. La honestidad seguía acompañándome, me sentía completamente libre, dispuesto a conseguir mi objetivo. El tema me preocupaba un poco, pero no quería pensar, no había nada en que pensar, ella quería y yo también. Así de sencillo.

La encontré completamente vestida lista para irse. Me miró la verga empinada y dijo:

Andá a vestirte.

No, ma, estoy caliente y quiero que hagamos lo de ayer.

No.

Por favor.....

Ehh, estoy saliendo hijo, debo irme.

Por favor, no puedo mas, mamá

No seas así.

Lentamente me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla.

No lo hagas

Te deseo mamá, te deseo como nunca he deseado a ninguna mujer. Dejame que yo haga todo.

Empecé a desabrocharle la blusa muy despacio, mientras mis ojos se desviaban hacia las canaletas de sus tetas.

No, hijo.

Si, ma, por favor.

Estaba tan nervioso como ella, pero quería mostrar seguridad, me temblaban las piernas y traté de afirmarme bien sobre ellas para que no lo notara. Cumpliría a toda costa con mi objetivo pues no podría vivir tranquilo si no lo conseguía. Un deseo indomable me controlaba el cuerpo y la mente y hoy era EL día, si lo dejaba pasar todo tendería a enfriarse y yo estaría cada vez mas caliente.

Volví a la carga y pasé una de mis manos por sobre el corpiño, los cuerpos se estremecieron y sus ojos se centraron en algún punto del cuarto. Quería retrasar lo mas posible todo el ritual, quería gozarla cada centímetro, sentirla respirar lentamente hasta llevarla al grito desgarrador con mi pasión. La contemplé de arriba abajo, con la blusa desabrochada hasta el último botón, con su piel morena envuelta en la tela suave del corpiño invitándome a besar toda la piel expuesta. Me contuve y le desabroché el cierre de la falda. Antes de dejarla caer puse mis manos en sus rodillas y empecé a subir sobre sus muslos muy lentamente. La suavidad de sus piernas se transformó enseguida en piel de gallina y el estremecimiento la recorrió completamente. Su debilidad ante mis caricias me dio mucho valor y mi nerviosismo fue declinando al tiempo que mi calentura empezaba a desatarse sin impedimentos. Casi llegando a sus caderas, tomé la pollera por dentro y la fui bajando de a poco. Me agaché, saqué sus pies atrapados en la falda y la contemplé desde abajo. No me miraba, mantenía la cabeza erguida, los ojos cerrados y la boca semiabierta. Su pecho subía y bajaba y sus brazos yacían pegados al cuerpo. Estaba radiante y sexualmente dispuesta, eso sentí. Ella no deseaba mas que la poseyera ahí mismo, se le notaba, todo su cuerpo reclamaba mis manos, mi piel, mi boca, mi verga. Cómo la haría gozar!!!!! yo mismo gozaría hasta el límite, lo veía venir.

Me puse de pie y la rodeé con mis brazos. Le desabroché el corpiño y acaricié su espalda mientras su respiración se agitaba en cada movimiento de mis manos en su piel. Estaba algo tensa y le susurré al oído.

Relajate. Todo está muy bien. Estás bien?

Si.

Lo estás disfrutando tanto como yo?

Si, hijo, si

Voy a comerte toda mamá

Mientras le hablaba, aun abrazado a ella fui bajando las manos para tocar sus nalgas por encima de la pequeña bombacha. Seguía estando rígida y volví a hablar.

Sentís mi verga como está de parada?

Si

Es por vos. Sos la mujer mas bella del mundo, mamá.

Que hablara parecía relajarla de modo que continué con la charla mientras seguía tocándola

Que piel suave... voy a besarte todo el cuerpo, a recorrerte completamente hasta que no puedas aguantar mas.

Me abrazó, me besó el cuello y preguntó

Que mas harías?

Todo, mamá, todo. Te haría gozar, saltar, gritar y acabar una y otra vez hasta dejarte exhausta.

Hummmm, hijo

Shhhhhh

Me aparté y le bajé el corpiño. Sus tetas quedaron expuestas ante mis ojos. Eran preciosas, grandes, con unas aureolas casi negras enmarcando las puntas duras y erguidas. No podía dejar de mirarla. Sentí el deseo de tirarme encima de ellas, chuparlas, tocarlas y morderlas pero me reservé el momento para mas adelante. Volví a acercarme y me arrodillé frente a ella que respiraba cada vez mas rápido. Me acerqué a su entrepierna y olí su sexo. Su aroma me taladró el cerebro y fui bajando su bombacha de a poco. Unos pelos negros fueron asomándose, dando paso a su zona caliente, yo ya estaba que explotaba pero gozaba cada centímetro como si me fuera la vida en ello. Bajé la bombacha hasta el fondo sin dejar de mirar su pubis en ningún momento y ella solita se sacó la bombacha de entre los pies. Enseguida se sacó los zapatos y abrió un poco las piernas. La motita de pelos estaba reconcentrada cerca de su clítoris y sentía su olor cada vez mas intenso y penetrante. Apoyé mi nariz dentro de su vulva, sentí la humedad y el calor que recorría la zona y lancé mi lengua a su vagina. Ya no podía contenerme mas. Le chupé el clítoris, aprisionándolo con los labios y pasándole la lengua. Ella empezó a dirigirse hacia la cama y me apartó. Se tiró sobre ella y abrió las piernas. Vi su piel sensible mezclada con sus pelos y se abrió los labios exponiendo la humedad de sus carnes brillantes.

Estoy toda mojada, ves?

Me puse como loco y me lancé nuevamente sobre ella, con la boca abierta, la lengua afuera y los dientes de punta. Saltó de placer cuando casi literalmente me comí su clítoris.

Chupame, hijo, si, chupame

Sus palabras me sacaron completamente de mi. Chupé desesperado toda su concha jugosa, sus líquidos salitres y me aferré a sus tetas duras que ya no pude reservar para después. No me podía controlar, la quería coger en ese instante pero ella era ahora quien dominaba la situación. Tenía mi cabeza agarrada con las manos y me apretaba contra ella. Casi no podía respirar pero seguí chupando como loco deseoso de hacerla venir en mi boca. Bruscamente me apartó y me acostó en la cama. Me dispuso para que hiciéramos un 69. Enseguida su boca fue a mi pija recontraparada y su concha mojada se sentó sobre mi nariz. Mamaba como nadie. La boca era un mar de saliva que acompañaba en cada momento a la lengua que bajaba y subía por mi pedazo. Gemía y chupaba al tiempo que me tocaba las huevos. Con mis dedos había abierto su vagina y tenía la lengua metida completamente dentro. Estaba volviéndome loco, en cualquier momento acabaría en su boca, deseaba que se tragara toda mi leche. Para excitarla mas, junto a mi lengua metí primero un dedo, luego otro, y otro por su vagina, la sentía estremecerse, jadear, moverse sobre mi cara, chupar cada vez mas fuerte mi pija y apretar mis huevos cuando no aguanté mas y me descargué en su boca. En ningún momento la sacó de ella, me siguió chupando mientras yo lanzaba chorros espesos. Me tenía desquiciado, era un placer entre doloroso y molesto que me chupara mientras estaba acabando pero seguí, pues me estaba haciendo eyacular intensamente, como nunca antes lo había hecho nadie. Pasó la lengua por toda mi pija, limpiándola mientras yo le daba duro con mis dedos y mi lengua. Seguí taladrándola una y otra vez y con mi mano desocupada le apretaba las nalgas cuando empezó a acabar. Mientras sentía sus flujos llegando a raudales en mi boca, se metió la verga en la boca, clavándosela hasta el fondo, levantando mi piel con sus manos una y otra vez. Sentía mi verga penetrando sus labios, su saliva rodeándola por completo y el placer estuvo nuevamente conmigo mientras la escuchaba gemir y la sentía acabar una y otra vez, sin parar.

Seguí, seguí, que sigo caliente, seguí hijo, sacame toda la calentura, seguí.

La obedecí y chupé un rato mas hasta que sus espasmos cesaron.

Que bien chupás mamá.

Te gusta?

Mucho mamá.

Hummm, no sabés lo que soñé con este momento, en chuparte la pija y tragarme todo tu semen.

Enseguida se movió y me dijo:

Violame, ahora

Qué?

Violame, juguemos a que me violás, no tengas piedad. Estoy muy caliente y quiero la fantasía completa.

Me desconcertó un poco la propuesta pero estaba dispuesto a seguir con su fantasía. Me tiré sobre ella y le subí las manos por sobre la cabeza mientras ella decía no, no, por favor, no me hagas esto

Ahora vas a ver lo que es bueno, puta.

No, no, por favor, no me hagas daño, tengo mucha plata para darte

No quiero tu plata quiero tu concha abierta y caliente para mi.

Empecé a chuparle las tetas y se arqueó para que mi boca llegara plenamente a ellas.

Te gusta puta, eh?

Ayyyy, ayyyyy

Ahora las mordía cada vez mas fuerte y ella había empezado a gritar. Apreté con mis dientes con mayor intensidad y sus gritos estaban llevándome al descontrol. Mordí y chupé cuanto pude y se la metí tan fuerte que creí haberla roto por dentro. Saltó y gritó enardecida de placer. Se retorcía debajo mío y me acompañaba en un ritmo de vaivén inverso: cuando yo metía, ella empujaba hacía mi. Sus gritos y jadeos me llevaban a tal extremo de lujuria y pasión, estaba siendo tan placentero, tan prohibido, tan animal que rogué porque aquello durara mucho tiempo. Seguí bombeándola salvajemente mientras le mordía los labios y apretaba los pezones con violencia cuando sentí que estaba viniéndome. Ella ya había empezado a acabar y por todos los medios traté de saborear un rato mas de semejante placer. Me detuve mientras su vagina me aprisionaba la pija con sus espasmos y contemplé su rostro arrebolado y ardiente. Se veía preciosa, excitada y satisfecha a la vez. Besé su boca lentamente y ella me recibió con su lengua que envolvió a la mía golosamente. Otra vez comencé a bombear, despacio para retrasarlo todo y ella me acompañó tan suave y tiernamente, susurrándome al oído palabras dulces, que mi deseo no pudo contenerse mas. Aceleré el ritmo hasta que perdí la noción de donde estaba. Ella me acompañó fielmente, envolviéndome con sus piernas, besándome la boca y luego pasando la lengua por mi oreja, gimiéndome cada vez que mi verga se abría paso en su vagina y llevándome a acabar en una eyaculación espectacular, lenta, larga y muy profunda.

Por la noche, ya dispuestos para irnos a dormir conté a Julián toda la experiencia. Su cara reflejaba temor y excitación creciente a medida que fui contando los detalles de la cogida con mamá.

Nunca haría lo que vos hacés.

Pero si eso es lo que quiere.

Si, será lo que ella quiere, pero no lo que yo quiero.

Vos te lo perdés. No sabés lo que es coger con mamá. Ninguna me hizo sentir lo que sentí con ella.

Es de locos, Emilio.

Lo dejé con sus pensamientos y ahora sí sentí cierta culpa, básicamente por dos motivos: por no tener su aprobación y por habérselo contado quemándole la cabeza. Pero, otra vez, ya estaba hecho.

Al día siguiente me tocaba ir a la facultad. Julián dormía como un tronco y antes de irme pasé por la habitación de mamá. Estaba bellísima. Sentí celos de mi padre pero me fui sin hacer ruido para no despertarla. Cuando volví, cerca de las tres de la tarde entré corriendo a la casa dispuesto a otra cogida espectacular. Escuchaba murmullos y enseguida supe lo que estaba pasando: a pesar de la negación Julián había caído en sus garras. Estaba seguro. Corrí escaleras arriba dispuesto a mirar toda la escena. Mi hermano estaba sentado sobre la cama, desnudo, de espaldas a mi, con mamá acuclillada chupándole la verga. El inspiraba y exhalaba como si le faltara el aire y saqué mi verga afuera para que mis ojos hicieran todo el trabajo. Me encantaba que mi hermano también supiera gozarla, no me generaba culpas ni celos. Al contrario, la situación me estaba excitando bastante cuando vi a mamá mirándome mientras seguía abocada en chupar la verga de su hijo. Le indiqué con los dedos que no hiciera notar a Julián de mi presencia y se la debe haber chupado tan fuerte que empezó a jadear como loco. Se echó sobre sus codos mientras mi mamá le preguntaba si le gustaba. El no podía responder, apenas si lograba respirar de la excitación que tenía, movía las caderas mientras ella seguía con su boca comiéndole la pija, con uno de sus dedos dentro de la boca de mi hermano y la otra mano recorriéndole el torso desnudo y lampiño. Mamá siguió así, acariciando y chupando a mi hermano, cada vez mas intensamente, con los jadeos de Julián ya convertidos en gritos ahogados cuando mi excitado hermano gritó, se dejó caer por completo en la cama, viéndome, abrió sus brazos y empezó a eyacular dentro de la boca de mamá. Como era su costumbre, lo siguió chupando mientras los chorros largos entraban en su boca y lo que no podía tragar se le escapaba por la abertura, llena de líquido blanco que mostraba a sus hijos como si fuera un tesoro. Y yo estaba deseoso de una mamada como esa. Me acerqué a la cama y mientras Julián seguía acostado recibiendo la boca de mamá me senté a su lado para ver mas de cerca como se la chupaba, con la lengua trabajando sin descanso y sus labios llenos de semen. Mi hermano estaba en su mundo y si bien me había visto seguía reconcentrado en el placer que estaba recibiendo. Enseguida me acosté en la misma posición que Julián y mi mamá comenzó un pajeo con una de sus manos. La verga saltó al solo contacto con su piel y supe que estaba perdido. Todos estábamos perdidos. No podía creer todo lo que estaba pasando, pero menos podía creer que la estuviéramos pasando tan bien. Su boca al tiempo fue a mi pija, que empezó a lamer sabiamente, como bien ella sabía hacerlo para dejarme al palo con sus mamadas, con una de sus manos ocupada en mis huevos y con la otra pajeando a Julián que seguía completamente en éxtasis. Con mis ojos cerrados disfrutaba al máximo de toda la situación, ya tenía la verga bien parada y unas ganas bárbaras de chuparle la concha y metérsela una y otra vez. Julián seguía allí, completamente excitado y conmocionado, con su respiración dificultada por la calentura cuando mamá empezó a hablar:

Julián, hijo, estás bien?

Movió su cabeza en señal afirmativa y mamá continuó:

Querés que siga?

Claro que quiere que sigas, no ves como está, en llamas.

Es que no ha dicho una palabra.

Está caliente mamá. Seguí, seguí, que la está pasando bomba

No quiero hacerle daño

Seguí por favor, dijo Julián.

Ante eso, vuelta a los pajeos y no aguanté mas. Enseguida la traje hacia mi y traté de montarla pero no se dejó. Lo miró a Julián y enseguida entendí que primero quería hacerlo con él. Julián seguía sin moverse pero la pija estaba parada, colorada, terriblemente hinchada, brillaba y a punto de reventar. Enseguida mamá lo montó muy despacio y Julián se agarró a sus tetas. Lo oí quejarse de placer mientras mamá había empezado a bombearlo. Mi hermanito estaba concentrado ahora en ver como su pija entraba y salía lentamente del cuerpo de mi mamá, y yo, que estaba mirándolo todo completamente excitado, me paré sobre la cama y se la metí a mamá en ese agujero lleno de saliva que tan bien sabía usar. Ni lerda ni perezosa me dio lo que buscaba una y otra vez, llevándonos a ambos hermanos cada vez mas cerca del orgasmo. El ritmo en todos lados se había puesto mas intenso, mas rápido y los tres, cerca de la explosión, jadeábamos a mas no poder. Mamá empezó a acabar.

Cesaron sus movimientos sobre nosotros cuando los espasmos le llegaron uno tras otros. Su boca aprisionaba mi verga y podía sentir sus labios apretándomela mientras Julián movía las caderas en un ritmo frenético, casi cercano al clímax, evidenciando la llegada de otro orgasmo. Los jugos de la boca de mamá seguían acariciando mi pija y empecé yo a mover las caderas para sentir sus labios que suavemente acariciaban las entradas y salidas constantes de mi verga. Julián se vino enseguida y yo seguí deleitándome. Era una situación de película pero la estábamos pasando tan bien, con los jadeos y ruidos de placer envolviéndonos completamente que era todo irreal e increíble. Una vez que Julián quedó exhausto sobre la cama, mamá se puso de espaldas, me agaché y la monté rápido y fuerte.

Quería acabar ya dentro de ella, llenarla de mi leche, hacerla sentir la mas deseada de todas, la mas caliente, la que mejor mamaba y cogía. Todo eso quería hacerle sentir con mi semilla. Ni pude pensar en violarla como a ella le gustaba, simplemente empujé una y otra vez dentro de ella, en una forma desquiciada e incontrolable, con sus jadeos provocándome hasta que no pude mas y la inundé completamente. Bombeé para sacarme todo la leche de encima, toda, incluso seguí bombeando un tiempo mas, solo para sentir como me cobijaba su concha caliente, inundada de semen. Me quedé ahí, dentro de ella y sobre ella, con mi hermano ya mas espabilado y pidiendo otra ronda para mas tarde.