Mi mamá, divino tesoro
Mi mamá me mima mucho...amo mucho a mi mamá son las dos primeras frases de ortografía que nos enseñan en la escuela. La vida me enseñó a llevarlas a la practica.
Mi mamá...divino tesoro.
Tengo diez y nueve años y soy hijo único.
Mi historia no es diferente a tantas que leo en esta sección y es grato saber que no soy el rarito que tiene una aventura que contar.
Desde que tengo recuerdos, me veo acostado siempre al lado de mi mamá. ! Como gozamos ambos de nuestra mutua compañía! ;por trabajo, papá se pasa medio año fuera de casa y el otro medio se queda hasta bien tarde trabajando en el ordenador, por lo que como costumbre se hizo normal que al llegar a una hora, mi madre y yo nos metiéramos en la cama de matrimonio y nos quedáramos horas y horas charlando.
No sé que tiene la noche, pero siempre me desató más la lengua.
Puedo pasarme el día entero junto a mi mamá sin mediar palabra y luego en una hora, ya en la habitación, no parar de charlar.
También desde niño la recuerdo desnuda o simplemente con una camisola sin ropa interior paseando sus encantos por la casa, y aun que en mi infancia y pre adolescencia eso me cohibía un tanto, después me acostumbré a verla así y terminé por admirar su hermoso cuerpo.
También al acostarse lo hace desnuda o con apenas una ligera camiseta que cubra mitad de sus nalgas.
Solemos, como digo, contarnos todo tipo de confesiones. Siempre hemos sido francos el uno con el otro y hablamos sin tapujos de cualquier tema, cosa que después, comentándolo con los amigos envidian asombrados.
Política, economía, creencias, chicas, sexo...cualquier tema es válido mis noches junto a ella.
Las quejas mas frecuentes en ella giran siempre en torno a las pocas atenciones que recibe por parte de papá; llegó incluso a confesarme sus sospechas de que mi padre tenía una amante pues_ aseguraba_ un hombre es un hombre y no puede estar mucho tiempo sin sexo y según mamá, mi papá no muestra nunca interés en mantener relaciones sexuales.
Poco a poco he comenzado a odiar a mi padre por tener tan afligida a mamá y a la vez, a envidiarlo por poder pasar la noche entera a su lado, aun cuando no quiere tocarla.
¡Qué no daría yo por dormirme mecido en su regazo!.
Que no daría por apoyar mi cabeza entre sus hermosos pechos!
Me consta que mi mamá es una mujer muy fogosa. Muchas veces les oí de niño hacer el amor; escuchaba los gemidos de mi madre pidiéndole más y más a papá y ya un poco mas grande, me las apañé en alguna ocasión para ejercer de espía y mirar sin ser visto como mi padre le comía los pezones mientras ella se arqueaba muerta de gusto, cómo mi madre lamía el cipote de mi padre o cómo este terminaba introduciéndole su verga entre jadeos y grititos ahogados.
Yo disfrutaba sobremanera de este espionaje y terminaba siempre masturbándome con furia ya en mi cama pensando en el coñito de mi madre y en lo mucho que me gustaría saborear esos enormes pezones.
Evidentemente jamás le dije nada.
También en alguna ocasión la he visto usando juguetitos especiales con los que se da placer y que guarda en su mesilla de noche.
Nunca ha sospechado que yo me dedico a observarla sin perder detalle de todo ello y creo que nunca supo, que cuando los guarda, después de su uso, yo los cojo prestados y me mata o a pajas oliendo aquellos aparatos que muchas veces tienen aun el resto de una corrida.
Cuando las discusiones entre mis padres fueron acrecentándose por las demandas insatisfechas de mamá respecto al sexo, decidí tomar cartas en el asunto.
Mi madre quería follar. Yo queria follar. El único que parece ajeno a esa demanda es el bobo de mi padre.
Pues bien...comencé a tramar el modo de follarme a mi mamá.
El morbo que la idea me producía era tal, que si antes me masturbaba con frecuencia, desde que me propuse llevarla a cabo, mi erección era continua.
Aquella primera noche en la que me acosté a su lado con la polla dura yo tenía 18 años y ella 36; se había puesto un sutil camisón de gasa que dejaba ver todo aquello que en principio debería ocultar.
Al introducirse bajo las sábanas, la tela se le subió hasta el vientre y al separar estas para acostarme a su lado, pude ver su vientre liso y su monte de Venus depilado.
La sola visión me hizo estremecer.
Mi padre estaba en el salón, a escasos metros de nosotros, separados por un tabique solamente, pero inmerso en su tarea.
Poco antes le había oído a mi madre pedir...No!...suplicar a mi padre que se acostara con ella, ya que estaba muy excitada y quería sexo, pero el alegó que le quedaba mucho trabajo pendiente y que se acostaría tarde.
Entonces supe que había llegado mi momento.
Que yo tenía el pene erecto era evidente al llegar a su cuarto, aun que a mi madre pareció no importarle, por que golpeando el colchón con varias palmaditas, me dijo:
_vente aquí, mi hombrecito. Pégate a mi lado...
Al colocarme de costado a su lado, mi dura polla rozaba su muslo.
Hasta a mí llegó el olor del divino tesoro de mamá y mi verga creció aun más. Instintivamente pegué aun más mi cuerpo al suyo.
_ oye _ me dijo mi mami querida _ estas hecho todo un hombre, eh? refiriéndose a mi erección_ que tendrás tu en la cabeza para tener semejante calentón .
Quizás fue mi imaginación, pero su voz no me sonaba como siempre y su mirada al hablarme era diferente, con un brillo especial en los ojos.
Yo por no turbarla mas, me coloqué boca abajo, lo que aprovechó ella para posar sus suaves manos en mi trasero.
Me masajeaba las nalgas muy despacio, primero con las palmas de sus manos abiertas haciendo circunferencias, para pasar después a un masaje algo menos delicado.
_ qué maravilloso culito tiene mi niño!! _ me decía con voz entrecortada. Y yo, evidentemente me dejaba hacer mientras mi excitación crecía más y mas. _ déjame que te de un masaje..
Se colocó encima de mí, presionando mi culo con su cuerpo.
Saberla sin bragas me estaba enloqueciendo y cuando comenzó a pasar sus manos por mi espalda desde los hombros hasta la goma de mis calzoncillos, mi polla clamaba ya ser descargada.
_ nenito no sería mejor que te quitaras esto? _ Me preguntaba ella mientras tiraba del elástico del slip. _ me sería mas fácil completar...el masaje... ¿no crees? . Sube el culo que yo te ayudo.
Dios! Esto iba a ser más fácil de lo que yo esperaba.la muy perra sabía excitarme y quería montárselo conmigo!!.
Deslizó mis calzoncillos muy despacio por mis muslos mientras los rozaba con la palma de sus manos y los comenzó a masajear .primero por el exterior, deteniéndose en la cadera y proseguir despacito hasta la cintura.
Noté como se giraba y se colocaba mirando a los pies.
Notaba la humedad de su raja en mi culo. El vaivén de su cadera en el mientras subía y bajaba sus manos por mis piernas.
Noté sus dedos llegar hasta mis huevos como por descuido para recrearse una y otra vez subiendo y bajando.
Nuestra respiración se había tornado ya excitada y se podía escuchar nuestra dificultad al intentar respirar con normalidad.
_ Mi niño tiene un hermoso cuerpo _ decía mi mamá casi en susurros _ mi pequeño se ha hecho todo un hombre.
Agarraba mis nalgas como si quisiera comprobar el peso de cada una de ellas. Me las separaba levemente y aquello me producía un enorme placer. Después dejaba caer sus dedos de nuevo en mis huevos y con las yemas los masajeaba dulcemente..
_ ahhh..._ me oí de pronto murmurar .
Y es que, mi madre es mucha madre.
_ te gusta, verdad cielito? . Pues aun hay mas.._ Me decía ella.
Sentí sus tetas pegadas a mi espalda y algo muy caliente invadió la circunferencia de mi ano.
Con dulzura, con mucha suavidad como solo las mamis saben tratar a sus hijos, la mía estaba lamiendo mi agujerito y la parte de los huevos que quedaba a merced de su boca.
_ ahhhhh _balbuceé de nuevo _ que ricoooo mami ahhh.
_ahora gírate, mi tesoro; tengo que masajearte por delante
Al hacerlo, vi el asombro de mi madre al fijarse en mi cipote y la pícara sonrisa en sus labios.
Realmente había aumentado considerablemente de tamaño por la excitación..
Volvió a colocar su lindo culo encima de mi polla. Sus tetas son preciosas. Tiene unos oscuros pezones que sobresalen varios centímetros de la aureola.
La sola visión de ellos me produce sacudidas en la verga. Creo que voy a correrme y los movimientos que hace mi mamá tienen mucho que ver, pues acaricia mi pecho con las manos, dejando que sus pezones rocen mi cuerpo y mueve su cadera de arriba abajo recorriendo con su raja la largura de mi polla.
Agarro sus tetas y pellizco con ansia sus pezones. Ahora son míos por entero.
_ Muy bien mi vida_ susurra mamá en mi oído _ pruébalos...Estoy deseando que los saborees.
Succiono obediente esas perlas negras, arrancándole a mi madre un verdadero alarido de placer.
Tengo que recordarle que mi padre está del otro lado del tabique y tapo su boca con la mía mientras nuestras lenguas juguetean ansiosas y mis manos siguen acariciando sus tetas, duras de excitación.
_ quiero chuparte el coño mamá _ le digo yo ahora.
Me muero por saber como es el sabor de mi madre y compruebo al bajar hasta su tesoro, que está empapada en flujo.
Su clítoris apunta al frente con determinación, sobresaliendo de sus gruesos labios..
Paso mi lengua por el, destensada primero, cuan ancha. Oigo gemir a mi madre mientras se arquea suplicando más lengüetazos.
A cada uno, ella responde con otro gemido ahogado.
Verla así, toda mía. Tan entregada me hace perder la razón.
Succiono su botón rosado. Ella agarra mi cabeza con la esperanza de guiarme en ese nuevo placer que le estoy proporcionando mientras empuja su pubis hacia mi boca en movimientos rítmicos.
Mi mamá es una loba hambrienta y lo demuestra ahora mientras me come la polla.
La lame, la traga, la saborea; no se cansa de tenerla en su boca.
La calidez de sus labios y la destreza de sus movimientos me provocan una buena corrida en ella.
Ohhhhhhhhh me corrooooo mamáaaaaaa. Ohhh,no pares!!! _ suplico.
Ella lame mi glande con maestría.
Noto las sacudidas de mi cipote, las contracciones de mis testículos; me corro y sigo excitado mirando como se está tragando mi leche.
Es tanta cantidad que veo como la inunda y cae por la comisura de sus labios hasta sus pechos.
Satisfecha de su logro, se incorpora como una diosa, untando el líquido que cae en sus tetas.
La visión de mamá acariciándose las tetas mientras empapa su piel con mi leche mantiene mi polla dura y erguida, lo que aprovecha para colocarla dentro de su coñito mojado y cabalga sobre ella primero al trote y después a galope.
Es una delicia verla. Sus ojos entrecerrados, castigando sus pezones con pellizcos, mordiendo sus labios para que los gemidos no salgan con furia de ellos, moviéndose con furia me hacen perder la razón.
Agarro con furia sus caderas para que se clave hasta el fondo mi sumiso cipote y la oigo gemir como una perra.
Galopa con furia desmedida. Temo que sus alaridos y el ruido del somier atraigan la atención de papá y eso me excita aun más.
_ vas a correrte ya, perrilla?_ pregunto mientas azoto su trasero y la ayudo en sus movimientos sacudiendo también yo mi pubis arriba, abajo arriba, abajo.
_ Que rica estas mamá..._ le digo ahora entre jadeos. Sus tetas rebotan en direcciones contrarias y a veces chocan entre ellas.
El espectáculo es solemne.
Ohhh nenitoooo .me corro..diosssssss me corro.._ Su cuerpo se tensa de un modo desmesurado. Parece que va a romperse en mil pedazos.
La muy guarra ha empapado mi pubis y mis huevos con el líquido de su corrida.
Cae encima de mi exhausta. Jadeante y sudorosa.
Es una delicia. También yo estoy extenuado. Satisfecho pero empalmado.
Cada noche, desde aquella primera vez, nos comemos los cuerpos mi mamá y yo. Siempre que deseamos follar lo hacemos como locos.
Y es que, mi madre tiene un divino tesoro que me ofrece desde entonces sin pudor.
Mi padre??...sigue a lo suyo y no sospecha de momento nada.